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CREACIÓN DE MINISTERIO DE LA MUJER Y LA EQUIDAD DE GÉNERO


La señora ALLENDE (Presidenta).- Corresponde tratar el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y modifica normas legales que indica, con segundo informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización e informe de la de Hacienda, y urgencia calificada de "discusión inmediata".
CREACIÓN DE MINISTERIO DE LA MUJER Y LA EQUIDAD DE GÉNERO
--Los antecedentes sobre el proyecto (9.287-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 54ª, en 8 de octubre de 2014.
Informes de Comisión:
Gobierno, Descentralización y Regionalización, sesión 71ª, en 26 de noviembre de 2014.
Gobierno, Descentralización y Regionalización (segundo), sesión 91ª, en 27 de enero de 2015.
Hacienda, sesión 91ª, en 27 de enero de 2015.
Discusión:
Sesión 73ª, en 10 de diciembre de 2014 (se aprueba en general).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La iniciativa fue aprobada en general en sesión de 10 de diciembre de 2014.
La Comisión de Gobierno deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones los artículos 6°, 12, 14 y 15 permanentes y las disposiciones transitorias segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta. Estas normas deben darse por aprobadas, salvo que alguna señora Senadora o algún señor Senador, con acuerdo unánime de los presentes, soliciten su discusión y votación.
Por otra parte, el inciso primero del artículo 8° de la iniciativa -no fue objeto de enmienda en el segundo informe- debe aprobarse en particular con quórum orgánico constitucional, por lo que requiere 21 votos favorables.
La Comisión de Gobierno efectuó diversas enmiendas al texto aprobado en general, las cuales fueron acordadas por unanimidad, con excepción de una de ellas, que será puesta en discusión y votación oportunamente.
Por su lado, la Comisión de Hacienda introdujo modificaciones en el artículo 10 y en los números 1), 3) y 4) del artículo primero transitorio del texto despachado por la Comisión de Gobierno. Estas enmiendas fueron acordadas por unanimidad en la Comisión de Hacienda.
Cabe recordar que las modificaciones unánimes deben ser votadas sin debate, salvo que alguna señora Senadora o algún señor Senador manifiesten su intención de impugnar la proposición de la Comisión o existan indicaciones renovadas.
Sus Señorías tienen a la vista un boletín comparado que transcribe el texto aprobado en general, las enmiendas realizadas por la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización, las efectuadas por la Comisión de Hacienda y el texto final que resultaría de aprobarse dichas modificaciones.
El señor COLOMA.- Señora Presidenta, una sola votación.
La señora ALLENDE (Presidenta).- ¡Perfecto! Si hay acuerdo, hacemos una sola votación.
En discusión particular.
Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, el proyecto de ley que hoy conoce la Sala, en segundo trámite constitucional, tiene por objeto crear el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y transformar el Servicio Nacional de la Mujer en el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género.
Esta iniciativa, comprometida dentro de las primeras medidas del Gobierno de la Presidenta Bachelet, surge de la constatación de que si bien nuestro país ha avanzado en la eliminación de diferentes formas de discriminación hacia las mujeres, subsisten importantes brechas propias de una discriminación estructural, lo que hace necesario contar con un Ministerio que asuma con mayores facultades, recursos y presencia nacional esta misión.
De acuerdo con el proyecto, en el nuevo Ministerio se radicarán las funciones de formulación y evaluación de las políticas relativas a la mujer y a la equidad de género, y en el Servicio Nacional, las vinculadas a su ejecución.
Durante la discusión en particular se presentaron 92 indicaciones, 31 de las cuales fueron aprobadas por la unanimidad de los miembros de la Comisión, mientras que solo una fue despachada por mayoría de votos. A ella me referiré más adelante.
El debate de la Comisión se concentró en los alcances de ciertos conceptos incluidos en la misión, facultades y atribuciones de la nueva institucionalidad, como la equidad de género y la promoción de la protección de la maternidad, los que dan cuenta de distintas visiones en estas materias que ya se habían expresado en la discusión de la Cámara de Diputados.
Pese a estas diferencias, con la disposición favorable de las Senadoras Goic y Van Rysselberghe y de los Senadores Bianchi y Espina, que deseo destacar, se llegó a acuerdos sustantivos que permitieron mejorar el proyecto en diversos aspectos.
Entre otros, se llegó a un consenso para agregar un inciso tercero al artículo primero, que define la misión del nuevo Ministerio, declarando que "La equidad de género comprende el trato idéntico o diferenciado entre hombres y mujeres que resulta en una total ausencia de cualquier forma de discriminación arbitraria contra las mujeres por ser mujeres, en lo que respecta al goce y ejercicio de todos sus derechos humanos.".
Sobre las funciones y atribuciones propias del Ministerio y del Servicio, la Comisión logró acuerdo en explicitar tres materias que fueron objeto de indicaciones.
En primer lugar, que deberá promover medidas que dignifiquen el trabajo en el hogar en el marco de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
En segundo término, que fomentará políticas en favor de las mujeres que reconozcan y resguarden la multiculturalidad y las identidades étnicas, respetando sus propias visiones, prácticas, necesidades y creencias, en armonía con los derechos humanos.
Y en tercer lugar, en el proyecto se declara que el Ministerio protegerá la maternidad, reconociendo plenamente la diversidad de las mujeres y sus diferentes opciones de vida.
Alcanzando acuerdo sobre estos puntos, se acogieron indicaciones y modificaron otras, y con la redacción propuesta por el Ejecutivo se aprobaron en forma unánime.
En cuanto a las funciones centrales y la estructura del Ministerio no se produjeron discrepancias, así como tampoco respecto de las facultades delegadas y las normas de protección de los trabajadores ante los cambios que genera la nueva estructura del Ministerio que se crea y la del Servicio que se modifica, pues con ocasión del primer informe se recibió la opinión favorable de los representantes de los funcionarios.
Como señalé, solo una de las indicaciones aprobadas fue acordada por mayoría de votos. Esta recae en el artículo 1°, referido a la misión del Ministerio. En él se señala que estará a cargo de "colaborar con el Presidente o Presidenta de la República en el diseño, coordinación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a promover la equidad de género, la igualdad de derechos". La indicación agregó la frase: "respetando la naturaleza y especificidad de la mujer que emana de la diversidad natural de los sexos".
Los promotores de esta indicación se basaron en que esta referencia existe actualmente en la ley que creó el Servicio Nacional de la Mujer. Por su parte, los representantes del Ejecutivo destacaron justamente que el proyecto en debate surgía de la necesidad de evaluar los cambios operados en los 25 años transcurridos desde su creación.
Para el Ejecutivo y el voto de minoría, la indicación no da cuenta de los cambios acaecidos en este período, afirmando que la "diversidad natural de los sexos" correspondería a una concepción según la cual existiría un "orden natural" centrado en el componente biológico, que definiría los roles de la mujer y del hombre desconociendo la influencia de los factores culturales y limitando, con ello, el campo de acción del futuro Ministerio en función del objetivo de la eliminación de toda forma de discriminación arbitraria...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
Puede continuar.
El señor QUINTEROS.- Gracias.
Señora Presidenta, más allá de la diferencia puntual a la que me he referido, la discusión de las 92 indicaciones presentadas y su resultado dan cuenta de un amplio consenso en cuanto a que la creación de esta nueva institucionalidad es de la máxima relevancia para el funcionamiento del Estado en materia de políticas a favor de la mujer y la equidad de género.
Junto con el diseño y promoción de estas políticas, el nuevo Ministerio deberá también velar por la coordinación, consistencia y coherencia de las políticas, planes y programas en materia de equidad de género, de manera de asegurar su transversalidad en el Estado, al tiempo que contará con un Servicio Nacional que se constituirá en su brazo ejecutor, con un marcado acento descentralizador.
Con la aprobación de este proyecto de ley el país estará dando un paso significativo tras el objetivo de terminar con toda forma de discriminación arbitraria en contra de la mujer, poniéndose al día con los cambios sociales, económicos y culturales acaecidos en el país y en el resto del mundo en los últimos años.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Señor Senador, ¿necesita más tiempo?
El señor QUINTEROS.- He concluido, señora Presidenta.
Como solo respecto de una modificación hay voto de mayoría, propongo que se realice únicamente esa votación, pues el resto del proyecto fue aprobado por unanimidad.

La señora ALLENDE (Presidenta).- Muy bien.
En primer término, siempre se procede a dar por aprobadas todas las normas que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones. Y, en seguida, las modificaciones unánimes.
Está claro que solo la enmienda al artículo 1° debe votarse separadamente, porque fue aprobada por mayoría en la Comisión de Gobierno.
Eso es lo que tendríamos que poner en votación.
Hecho aquello, podríamos realizar, si hubiera acuerdo, una sola votación para lo demás, que fue despachado por unanimidad en cada Comisión.
Entonces, se darían por aprobadas todas las normas que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones. --Se aprueban reglamentariamente.

La señora ALLENDE (Presidenta).- A continuación, correspondería votar la enmienda al artículo 1°, que fue objeto de una indicación aprobada -como dije- por mayoría en la Comisión de Gobierno.
Hay tres señores Senadores inscritos.
En estos momentos está sesionando la Comisión Mixta encargada de zanjar las diferencias surgidas en torno al proyecto de ley que crea el acuerdo de vida en pareja. El Senador señor Espina, como miembro de la Comisión de Constitución, debe ir a votar. De modo que les pediría a las dos señoras Senadoras que están inscritas antes que le permitieran a Su Señoría intervenir primero.
La señora GOIC.- Por supuesto, señora Presidenta.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Muy bien.
Tiene la palabra el señor Secretario.


El señor LABBÉ (Secretario General).- Señores Senadores, lo que se pondrá en votación es la única enmienda aprobada por mayoría y que se consigna en las páginas 1 y 2 del comparado. Después debe votarse lo demás, por cuanto hay una norma de quórum especial.
Quienes estén de acuerdo con la modificación propuesta deben votar que sí y quienes la rechacen, que no.
La señora ALLENDE (Presidenta).- En votación la enmienda recaída en el inciso primero del artículo 1° del proyecto.
--(Durante la votación).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señora Presidenta, en primer lugar, les agradezco tanto a usted cuanto a las Senadoras señoras Muñoz y Goic la gentileza de dejarme intervenir antes. Efectivamente, se encuentra sesionando en estos momentos la Comisión Mixta y estamos votando en torno al proyecto sobre acuerdo de vida en pareja, que -se los cuento a Sus Señorías- ahora se pasará a llamar "Acuerdo de Unión Civil".
Quiero aprovechar la oportunidad para decir que, a mi juicio, la forma como tramitamos la ley en proyecto constituye un excelente ejemplo de cómo se puede llevar a cabo un buen trabajo legislativo.
Deseo reconocer el esfuerzo no solo de los cinco miembros de la Comisión, sino también de la Senadora Goic, quien estuvo presente, y de la señora Ministra.
Creo que en verdad hicimos un muy buen proyecto.
Es cierto que hay un debate acerca del inciso primero del artículo 1°, que tendrá que resolverse democráticamente.
Quiero destacar que por primera vez en Chile definimos el concepto de "equidad de género", cuestión que no se había hecho nunca en nuestro país.
Me parece un avance gigantesco con respecto a la manera en que se deben abordar los distintos temas vinculados a la mujer.
En síntesis, esta iniciativa hace posible que un Ministerio se transforme en una institución pública que desarrolle, potencie todas las fortalezas de la mujer, atendidas sus características propias y naturales, permitiendo su incorporación plena en todas las áreas del quehacer nacional.
Haber incorporado en diversas normas el concepto relativo a impedir la discriminación arbitraria constituye un avance gigantesco. Porque, aunque no lo creamos, la sociedad chilena muchas veces discrimina a las mujeres en las cosas más pequeñas e increíbles.
Desde luego, si uno analiza los propios horarios laborales; cómo han de relacionar el cuidado de sus hijos con su trabajo; cómo se desarrollan en la actividad cotidiana; las remuneraciones que reciben en comparación con los hombres, uno se da cuenta de que las mujeres en nuestro país sufren una muy profunda discriminación.
Además, establecimos una cuestión que para mí es superrelevante -se acordó por unanimidad en la Comisión-, que dice relación con el rol de la mujer como dueña de casa.
Se trata de una función importante. Hay muchas mujeres que, simultáneamente, son dueñas de casa y poseen un trabajo remunerado. A mi juicio reviste un valor enorme que la sociedad destaque, aprecie lo que para una mujer significa trabajar para conseguir el sustento familiar, sobre todo cuando es jefa de hogar, y, adicionalmente, el rol que cumple como dueña de casa.
En mi concepto, esa es una de las funciones en que Chile exhibe mayor retraso. Pareciera ser que el papel de dueña de casa de una mujer no tuviera validez en la sociedad. Ello es de una injusticia enorme.
Por lo tanto, hemos logrado un muy buen equilibrio en establecer los derechos de la mujer sin pretender jamás imponerle lo que hará con su vida, pero intentando que el nuevo Ministerio aborde las distintas realidades que enfrenta y colabore en su desarrollo en todos los aspectos de la vida humana.
Creo, pues, que hemos despachado un muy buen proyecto.
Asimismo, quiero destacar que incorporamos normas que por lo menos para quienes representamos zonas mapuches son muy valiosas: se tendrá que tomar en consideración potenciar y fortalecer a la mujer indígena, quien vive una realidad muy dura en Chile.
Se trata de disposiciones que permiten al Ministerio tomar en cuenta la realidad de la vida de la mujer indígena, al igual que la de la mujer que se encuentra en el campo, pero también la de la que vive en las grandes ciudades, que se levanta todos los días a las 5 y media de la mañana a tomar el Transantiago para llegar a su trabajo a las 8 y media, 9 de la mañana; que termina de laborar a las 5 y media de la tarde y que cuando, finalmente, regresa a su casa a las 9 de la noche se encuentra con un mundo de problemas.
Al respecto, el Ministerio tendrá la labor de fijar normas que posteriormente serán ejecutadas por el Servicio Nacional de la Mujer.
En síntesis, señora Presidenta, hemos elaborado un buen proyecto, el cual se valorará en toda su dimensión cuando entren en aplicación sus disposiciones.
Se ha respetado la diversidad de opiniones existentes en el Senado.
Lo que más valoro de la señora Ministra es que tuvo la voluntad en un momento en que había posiciones que parecían tan antagónicas para que estas se explicitaran y pudiéramos en definitiva llegar a acuerdo.
Fue realmente una muy buena experiencia el trabajo obrado en la Comisión de Gobierno.
Quiero felicitar a su Presidente, porque tuvo la paciencia, primero de soportarme a mí, y después, para trabajar con toda la Comisión. Creo que llevamos a cabo una labor muy eficiente, que en esencia logra que, en los distintos roles y actividades que desarrolla una mujer, el Ministerio pueda ayudarla, potenciarla y sacar adelante todas sus virtudes y cualidades.
También fue muy valioso incorporar muchas veces en el texto el concepto de "discriminación arbitraria".
Ser capaces de decir que "La equidad de género comprende el trato idéntico o diferenciado entre hombres y mujeres que resulta en una total ausencia de cualquier forma de discriminación arbitraria contra las mujeres por ser mujeres, en lo que respecta al goce y ejercicio de todos sus derechos humanos" me parece un gran avance, que me alegra mucho, sobre todo porque se trató de una indicación que presenté, la cual fue acogida rápidamente por los demás miembros de la Comisión. Ello demuestra el espíritu con que se trabajó.
Voto a favor.
La señora ALLENDE (Presidenta).- En relación con lo que señaló el señor Senador respecto a la paciencia que le tuvo el Presidente de la Comisión de Gobierno, ¡a confesión de parte, relevo de prueba...! Usted mismo se autoconfesó. Pero me imagino que la Comisión trabajó con mucho agrado con Su Señoría.
Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señora Presidenta, en verdad, la sesión que realizamos en la Comisión de Gobierno fue muy entretenida. Hubo una discusión bastante productiva -lo digo en beneficio del Senador Espina-, que nos permitió mejorar la ley en proyecto.
De igual forma, quiero destacar el rol de la Ministra y de su equipo. También concurrió el equipo de la SEGPRES. Todos colaboraron mucho.
El único punto que se aprobó por mayoría en la Comisión es justamente el que estamos votando en este minuto: la enmienda al inciso primero del artículo 1°, mediante la cual se intercala la frase "respetando la naturaleza y especificidad de la mujer que emana de la diversidad natural de los sexos".
Se trata de una indicación de la Senadora Van Rysselberghe. Y quiero argumentar la razón de mi voto en contra.
Todo lo relativo al Ministerio de la Mujer -constituye una gran ganancia tanto para las mujeres cuanto para la perspectiva de equidad de género- se basa justamente en ir cambiando la visión de la mujer encasillada en lo que quizás uno podría decir que biológicamente está determinado.
Si reafirmáramos lo que se plantea con la referida indicación, estaríamos dando crédito a aquel mito que dice que el rol de la mujer tiene que ver con la familia y el hogar y que eso no es función de los hombres; o que el espacio propio de la mujer es el privado y no el público.
Pienso que hay una opinión transversal en el sentido de que ganamos como sociedad en la medida que reconocemos que hay roles compartidos y que no existe determinación biológica o natural, sino que ello se halla cruzado por nuestras construcciones sociales, culturales, por nuestras visiones.
Creo que el mejor ejemplo al respecto son la forma como hemos avanzado en reconocer la importancia de la paternidad en la crianza (es toda un área que para los hombres, en nuestra legislación, muchas veces parece incluso negada) y la manera en que eso ha permitido aun construir mejores familias.
Qué duda cabe de la relevancia de la incorporación de las mujeres en el mundo de lo público. Y es esa justamente la visión que queda contradicha en lo que plantea el Ministerio como esencia de su rol, de su mirada respecto de la enmienda que planteamos rechazar.
Junto con eso, me gustaría destacar -ya lo hizo el Senador Espina- la existencia de una definición de equidad de género. Ello despeja muchas de las dudas que suscita el texto, a cuya comprensión contribuye la especificación del concepto de discriminación arbitraria.
Se asume como función del Ministerio el promover la protección de la maternidad reconociendo la diversidad de las mujeres, sus distintas realidades y sus diferentes opciones de vida, y entendiendo que aquella puede ser un proyecto para algunas pero no para otras.
Se establece con claridad el término "corresponsabilidad", haciéndose presente la necesidad de incluir una educación que incorpore tanto a hombres cuanto a mujeres.
La maternidad tiene una función social. No compromete únicamente a las mujeres. Y con esto reafirmo lo que señalaba para argumentar en contra de la modificación contenida en el artículo 1°.
O sea, la maternidad no es solo una responsabilidad de las mujeres como -si fuera correcto decirlo así- está determinado biológicamente, sino que hay, por una parte, una función social -y se asume de esa manera dentro de las funciones del Ministerio-, y por otra, una corresponsabilidad de hombres y mujeres en el objetivo de dignificar y relevar el trabajo doméstico (se discutió asimismo), el cual también se asocia como algo propio de las mujeres y se estima un aporte de segunda categoría.
Se señalaba, asimismo, el resguardo de la multiculturalidad, de las identidades étnicas. Y esto, remitido no solo al mundo mapuche, sino a todas las etnias originarias existentes a lo largo de nuestro país. Hay allí un grupo de mujeres que sufren una triple discriminación: por ser mujeres, por ser indígenas y, muchas veces, por falta de acceso a medios económicos y de oportunidades para desarrollarse.
Creo que este es un buen proyecto; constituye un tremendo paso, que quiero destacar.
Existe el compromiso de la Presidenta Michelle Bachelet de dar el estatus que requiere un Ministerio que aborde la temática de la mujer y la perspectiva de equidad de género en forma moderna, como transversalmente se han ido incorporando no solo en nuestro país sino en el contexto internacional y en el ámbito del reconocimiento de los derechos humanos.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Senadora señora Van Rysselberghe.


La señora VAN RYSSELBERGHE.- Señora Presidenta, me tocó participar en el análisis de este proyecto en la Comisión de Gobierno, y creo que este es un ejemplo de cómo se deben dar las discusiones: con altura de miras, buscando los puntos de encuentro, tratando de captar las distintas sensibilidades y las diversas posiciones, que en muchos casos pueden ser comunes.
Desde esa perspectiva, agradezco la posición que tuvieron el Ministerio y la Ministra. Y quiero plantear que aquel recoge aspectos que al principio no se habían considerado.
En efecto, primero yo me abstuve, pues creía que el Ministerio estaba incluso debilitando funciones actuales del SERNAM. Por ejemplo, al resguardar la maternidad solo en los casos en que está planificada. Y esto se modificó.
En efecto, cerca de 40 por ciento de mujeres tienen embarazos no planificados y aceptan su maternidad con gusto, con alegría, aunque no estaba dentro de sus planes de vida originales. En este caso, el Ministerio lo ve como una cosa positiva y lo incluye dentro de sus líneas de trabajo.
Lo mismo sucede con lo relativo al trabajo de las dueñas de casa, que se había eliminado y fue reincorporado, pues una de cada tres mujeres realiza esa labor a tiempo completo. Al respecto, subsistía una diferencia de opinión -básicamente porque no habíamos logrado ver aquello que nos unía-, surgida a partir del criterio de que en el trabajo del hogar debe haber corresponsabilidad. Eso es así. Pero en la medida que esa labor no se dignificaba porque el Estado la invisibilizaba teníamos menos posibilidades de incorporar en ella a los hombres.
Por lo tanto, se concordó finalmente en la necesidad de resguardar como línea de trabajo la actividad de las mujeres como dueñas de casa, poniéndose énfasis en la corresponsabilidad de hombres y mujeres.
De otro lado, tal como dijo la Senadora Goic, se incorporó a las mujeres indígenas, lo que considero superimportante, pues son discriminadas por distintos motivos: no solo por esa condición, sino también por ser mujeres y por su vulnerabilidad.
Entonces, creo de verdad que se mejoró sustancialmente el proyecto.
Sin embargo, existió entre nosotros una diferencia, la que se discutió en la Comisión. Y quiero explicarla.
Dentro de la teoría de género, algunos plantean una definición extrema: la que dice que el género es solo biológico.
Me parece que eso no corresponde: nadie es únicamente su cuerpo.
Hay otra definición extrema, cual es la que expresa que el género es solamente un constructo social, abstrayéndose de una realidad física: lo que somos.
Y existe una postura mixta: la que postula que somos las dos cosas, que somos un cuerpo que se construye socialmente a base de las realidades que se van viviendo.
En nuestra opinión, es importante dejar plasmado que las mujeres no somos solo un constructo social; que tampoco somos únicamente un cuerpo, y que somos la suma de ambas cosas.
A mí me parece que el nuevo Ministerio, que apunta a la equidad de género buscando la igualdad de oportunidades y derechos de las mujeres, debe basarse en una realidad: la de que nosotras somos mujeres construidas socialmente.
Esa es la razón por la cual defendemos la modificación que se vota. Y creemos que debiera aprobarse, pues enriquece el proyecto en la medida que, en definitiva, revela cómo se construyen los seres humanos, cómo se construyen las personas.
Las personas no somos solo un cuerpo; tampoco somos únicamente una cosa social: somos la suma de ambas cosas. Y eso debe quedar reflejado en esta iniciativa, porque es lo que nos hace diferentes a todos y cada uno de nosotros, hombres y mujeres. Nos hace diferentes nuestra biología, que es modelada por el contexto social en que nos toca vivir.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Senadora señora Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señora Presidenta, yo me sumo a la alegría existente por la conclusión del estudio de este proyecto, que es de suyo complejo y que entra en las dimensiones del debate cultural. Y las resistencias culturales a los cambios en el ámbito político son muy fuertes.
Así que quiero felicitar a la Ministra, al Presidente de la Comisión, a los demás miembros de esta, y sumarme a lo que señaló el Senador Espina en el sentido de que se hizo un gran trabajo, que está terminando con un texto muy bueno.
Yo me voy a referir también, señora Presidenta, a la enmienda de que hizo mención la Senadora Van Rysselberghe.
Mediante la enmienda en comento se establece que todos los programas y planes orientados a construir equidad de género deben hacerse "respetando la naturaleza y especificidad de la mujer que emana de la diversidad natural de los sexos".
En mi opinión, eso contradice la esencia del proyecto, que busca la equidad de género.
La equidad de género significa dejar atrás las desigualdades existentes entre hombres y mujeres, las que no se originan en la diferencia biológica entre los sexos, sino en la construcción cultural de identidades y roles que se asocian a los hombres, como género masculino, y a las mujeres, como género femenino.
La biología, efectivamente, se asocia al sexo: hombre y mujer. La cultura se asocia al género: femenino y masculino. Es, entonces, en un proceso cultural y civilizatorio que se originan las desigualdades, dando nacimiento a la discriminación y la subordinación de las mujeres, género femenino, y a la supremacía y dominio del hombre, género masculino.
Así es. Hemos vivido cinco mil años. Por tanto, conocemos qué significa eso.
En definitiva, es bienvenida la diferencia entre los sexos, pero rechazada la desigualdad entre hombres y mujeres, vale decir, entre géneros.
Por eso, el propósito del proyecto es avanzar hacia la igualdad de género y no a la igualdad entre los sexos, dado que, biológicamente, esta última es imposible.
¡Tendría que venir Mandrake el Mago para provocar la igualdad entre los sexos...!
Hombres y mujeres no podemos ser iguales desde el punto de vista biológico. Pero culturalmente, sí. Porque la desigualdad nace de ahí: de una construcción cultural.
Se puede pensar que las mujeres somos biológicamente aptas para el trabajo doméstico, para tejer, para cuidar niños. Y los hombres, ¿no? ¿O más bien se trata de roles construidos y asociados a un sexo u otro, dando origen a habilidades femeninas y masculinas?
En realidad, el tiempo ha ido cambiando aquello. Hoy existen hombres que cocinan y mujeres que pilotan aviones.
Entonces, aquí hay algo que se halla en la cultura, no en el sexo.
Señora Presidenta, no se debe temer al concepto "género". No es un concepto subversivo del marxismo como se ha tratado de instalar: es un concepto de la sociología que da cuenta de procesos culturales, civilizatorios, en que se van construyendo identidades, roles y conductas que se transmiten entre seres humanos que viven en sociedad.
Por eso, voto en contra de la enmienda propuesta.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Vi la cara de preocupación del Senador Montes.
¡No se angustie tanto respecto a la igualdad de género, Su Señoría...!
El señor MONTES.- ¡No, señora Presidenta: estaba escuchando con gran atención!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Vi que miraba con mucha preocupación a la Senadora Muñoz.
¡Quédese tranquilo, Su Señoría: no se preocupe...!
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se rechaza laenmienda de mayoría introducida por la Comisión de Gobierno al inciso primero del artículo 1° (16 votos en contra y 13 a favor).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Goic y Muñoz y los señores De Urresti, Harboe, Horvath, Lagos, Letelier, Montes, Navarro, Quintana, Quinteros, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Votaron por la afirmativa las señoras Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Bianchi, Chahuán, Coloma, Espina, García, García-Huidobro, Hernán Larraín, Orpis, Ossandón, Pérez Varela y Prokurica.

La señora ALLENDE (Presidenta).- Ahora vamos a pedir que se hagan sonar los timbres para llamar a los señores Senadores, especialmente a los que están en la Comisión de Constitución, porque realizaremos una sola votación para pronunciarnos sobre las restantes modificaciones unánimes y acerca del artículo 8°, para cuya aprobación se requieren 21 votos favorables, por tratarse de una norma de quórum especial.
Por lo tanto, les ruego a los jefes de bancada que llamen a sus integrantes, pues tras cinco minutos de accionados los timbres procederemos a la votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La señora Presidenta pondrá en votación todas las enmiendas unánimes, más el artículo 8°, que, aunque no sufrió enmiendas, debe aprobarse con al menos 21 votos favorables, por ser orgánico constitucional.
La señora ALLENDE (Presidenta).- En votación.
¿Votaron ya los miembros de la Comisión de Constitución?
El señor LABBÉ (Secretario General).- Sí, señora Presidenta.
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueban las enmiendas unánimes y el artículo 8°, dejándose constancia de que respecto de este se reúne el quórum constitucional requerido (27 votos favorables), y el proyecto queda despachado en este trámite.
Votaron las señoras Allende, Goic, Muñoz, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Bianchi, Chahuán, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Montes, Navarro, Orpis, Ossandón, Prokurica, Quintana, Quinteros, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Se deja constancia de la intención de voto favorable del Senador señor Pérez Varela.
Queda despachado en particular el proyecto que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
--(Aplausos en la Sala).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la señora Ministra.


La señora PASCUAL (Ministra Directora del Servicio Nacional de la Mujer).- Señora Presidenta, agradezco al Honorable Senado la aprobación del proyecto de ley que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Somos conscientes de que fue un arduo trabajo legislativo (se extendió hasta comienzos de este año), que demandó mucho esfuerzo a Senadoras y Senadores.
Por consiguiente, vayan nuestra gratitud y nuestro reconocimiento.
Como Gobierno, estamos avanzando en el programa que le propusimos al país. Sabemos que nuestra agenda es importante y que a veces requiere un duro trabajo. Pero tenemos el convencimiento de que debemos dar respuesta a las demandas de la ciudadanía para construir una nación con menos desigualdades y con más oportunidades para todas y todos.
El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género es una iniciativa largamente esperada por las mujeres de Chile. Responde a la necesidad de que al más alto nivel del Estado exista una institucionalidad a cargo de políticas públicas orientadas a ellas, a fin de responder a sus necesidades.
Como sabemos, las mayores desigualdades económicas, políticas, sociales y culturales de nuestro país afectan a las mujeres: estas tienen menos acceso al trabajo; desempeñan labores de menor calidad, muchas veces sin previsión y con remuneraciones inferiores a las de los hombres. A eso se suma que disponen de menos posibilidades para desarrollar carreras profesionales.
También las mujeres se hallan menos representadas en los espacios de decisión política. Pero eso podrá ir cambiando luego de la aprobación de la reforma electoral, que incluyó el criterio de paridad de género.
Las mujeres, sin importar su condición social u origen, viven distintas situaciones de discriminación, producto de una cultura que las sigue considerando inferiores a los hombres o en situación de dependencia de ellos.
Entre los obstáculos que las mujeres deben sortear muchas veces para desarrollarse se encuentran las regulaciones de la sociedad conyugal, que no reconocen a sus integrantes igualdad de condiciones.
Al mismo tiempo, este orden cultural es el que permite que la violencia contra las mujeres se encuentre naturalizada y se siga tolerando en nuestra sociedad. De ello dan cuenta las cifras, que nos hablan de que, en Chile, una de cada tres ha experimentado una agresión física, sicológica o sexual en su vida. Por eso, necesitamos avanzar también en una legislación que las proteja de las distintas formas de violencia, más allá del espacio familiar.
El Ministerio deberá coordinar el trabajo transversal del Estado para las mujeres y por la equidad de género.
Cuando mencionamos las políticas en favor de ellas, hacemos referencia a más de la mitad de los habitantes de nuestro país. No nos cansamos de recordar que no somos una minoría.
Chile no puede desarrollarse y ofrecer más a su ciudadanía si las mujeres siguen postergadas; si sus capacidades, competencias, conocimiento y creatividad continúan desconocidas. El Ministerio viene a reconocer tal contribución en toda su diversidad, conforme a distintos proyectos de vida.
Necesitamos el aporte proveniente de las que están en sus casas, así como el de las que trabajan fuera de ellas. En el proyecto ha quedado reconocido el valor del trabajo doméstico en corresponsabilidad.
Necesitamos el aporte de las mujeres de los pueblos originarios, el de las migrantes y las afrodescendientes, el de las campesinas y las que viven en zonas rurales o urbanas, el de las que se encuentran organizadas y las que no lo están.
El Estado, por su parte, debe responder a la diversidad de demandas y necesidades a través de la institucionalidad que estamos creando.
Estamos convocados, como Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, a diseñar, coordinar y evaluar "las políticas, planes y programas destinados a promover la equidad de género, la igualdad de derechos y de procurar la eliminación de toda forma de discriminación en contra de las mujeres."
Con el aporte de los parlamentarios en el Congreso, estamos avanzando, así, para construir un país con menos desigualdad y que les reconoce a las mujeres el lugar que les corresponde.
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala).

La señora ALLENDE (Presidenta).- No puedo dejar de expresar -discúlpenme Sus Señorías que lo haga desde la testera- que me siento muy orgullosa de la aprobación de la iniciativa.
Estoy muy contenta de que ello me haya tocado.
Muchas gracias.