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REAJUSTE DE REMUNERACIONES A TRABAJADORES DEL SECTOR PÚBLICO


La señora ALLENDE (Presidenta).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que otorga un reajuste de remuneraciones a los trabajadores del sector público, concede aguinaldos que señala y otros beneficios que indica, con certificado de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (9.738-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 70ª, en 26 de noviembre de 2014.
Certificado de Comisión:
Hacienda: sesión 71ª, en 26 de noviembre de 2014.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La Comisión de Hacienda discutió la iniciativa en general y en particular en virtud de lo dispuesto en el artículo 127 del Reglamento de la Corporación, aprobándola por la unanimidad de sus miembros, Senadores señores Coloma, García, Lagos, Montes y Zaldívar, en los mismos términos en que fue despachada por la Cámara de Diputados.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Antes de iniciar el debate, se va a dar cuenta del acuerdo que adoptaron los Comités con relación al tratamiento del proyecto que nos ocupa.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Los Comités acordaron que en la discusión general se repartirán los tiempos de los señores Senadores conforme al que le corresponde a cada Comité en la hora de Incidentes, vale decir, de manera proporcional al número de integrantes.
La distribución es la siguiente:
Partido Por la Democracia e Independiente: 11 minutos; Partido Demócrata Cristiano e Independiente: 11; Partido Renovación Nacional: 9; Partido Socialista: 9; Independientes y Partido MAS (Movimiento Amplio Social): 5, y Partido Unión Demócrata Independiente e Independiente: 14.
La señora ALLENDE (Presidenta).- En discusión general.
Tiene la palabra el Senador señor Coloma, en el tiempo del Comité Unión Demócrata Independiente e Independiente.


El señor COLOMA.- Señora Presidenta, no cabe duda de que el reajuste de remuneraciones del sector público es uno de los momentos de mayor severidad para resolver conforme a los intereses genuinos del país, más allá de la contingencia político-partidista o de lo que pueda aparecer atractivo.
Y es especialmente exigente para la Oposición.
Por cierto, es un instante estelar, donde uno podría perfectamente, y siempre hay argumentos para ello, votar en contra del reajuste. Pero nosotros hemos tenido la práctica permanente de entender que para los gobiernos se trata de una cuestión muy difícil siempre, porque hay que jugar con las expectativas, con la opinión pública, pero también hay que pensar en la lógica del empleo, en la lógica de la inflación y en el Chile que viene.
Y obviamente resulta atractivo marcar diferencia y actuar en la lógica de pedir mucho más. Siempre existen buenos argumentos para ello.
Pero nosotros, de manera sostenida, hemos apoyado y respaldado, en distintas circunstancias, lo que los gobiernos plantean en materia de reajuste de remuneraciones del sector público y de salario mínimo.
Constituye un acto de responsabilidad de parte de quienes hemos asumido de forma permanente esta acción política.
Eso no es fácil; no es atractivo; puede que no sea popular; pero es parte del deber con que hemos enfrentado siempre la función pública, aun en circunstancias complejas. Y es lo que vamos a hacer también en esta ocasión.
Pero lo haremos con dos prevenciones importantes.
La primera es nuestra preocupación por lo siguiente.
En el mensaje se plantea un "nuevo trato para el empleo público" y se habla específicamente de ofrecer mayor estabilidad para el personal a contrata y de evitar que se utilicen los contratos a honorarios para funciones permanentes. Pero nada de eso se refleja en el articulado del proyecto.
Es más, y después de lo que hemos visto con la Alta Dirección Pública, hoy día el personal a contrata, que a estas alturas es una anomalía legislativa, tiene mucho menos seguridad en el empleo, contra lo que planteaba originalmente el Gobierno.
Entonces, ¿qué significa el "nuevo trato para el empleo público"? ¿Que el personal a contrata depende del partido político?
En el caso de los funcionarios nombrados por Alta Dirección Pública, en los primeros seis meses de Gobierno se desvinculó sin ninguna evaluación a 70 por ciento del primer nivel jerárquico y a 44 por ciento del segundo nivel. Eso mismo ha ocurrido en distintos ministerios. Y yo lo estimo un despropósito, que por desgracia en esta Administración no solo se mantiene, sino que aumenta.
Con respecto al personal a honorarios, en este Presupuesto vimos que se incrementan en 6 mil 417 dichos cargos, lo que a estas alturas ya constituye una permanente ilegalidad, pues las normas del Estatuto Administrativo establecen que solo proceden para funciones específicas y no habituales, y se han transformado en un estado permanente.
Ese es el primer punto que queremos hacer presente. Esta situación no resiste más. Y menos cuando siguen aumentando los funcionarios a honorarios, con una precariedad laboral obvia. Esto ya no tiene ningún sentido.
Si esto es lo que el Ejecutivo nos plantea como nuevo trato para el empleo público, no sé si esta es la respuesta que quienes están contratados a honorarios esperaban de un Gobierno que había hecho un compromiso tan diferente.
Y la segunda prevención es que, aun votando a favor del reajuste, nosotros entendemos que la inflación de los últimos doce meses -siempre se puede calcular hacia atrás o hacia delante, es un debate permanente, pero el requisito mínimo es ver hacia atrás- equivale a 5,7 por ciento. Entonces, plantear un reajuste de 6 por ciento significa dar un 0,3 por ciento. Si se compara con todos los reajustes del Gobierno anterior -quiero ser superclaro- es un incremento real bajísimo. Y, obviamente, no es una buena noticia.
Por eso califico este reajuste como mediocre. No podemos usar una palabra diferente.
Y más que el guarismo, el problema es la inflación, que, lamentablemente, se ha desatado mucho más de lo previsto. Pero existen causas para ello. No llega porque sí. Tiene que ver con la lógica del gasto público, con las expectativas, con el planteamiento de distintas reformas estructurales, que han generado un trancazo de nuestro país. Y si a eso le sumamos los efectos del tipo de cambio, al final a los trabajadores les asiste el legítimo derecho de reclamar. Porque es un reajuste mediocre, de un conjunto de políticas públicas mediocres.
Ahora, ¡es lo que el Gobierno puede dar!
Es un problema lamentable. Pero es el reflejo de una situación económica muy distante del crecimiento, del empleo, de la pujanza y de la baja inflación que teníamos. Todo lo que iba en una línea en este Gobierno ha ido en la línea inversa: mucha inflación, más desempleo, poca inversión, poco crecimiento.
Uno tiene que ser responsable. Nosotros vamos a aprobar el reajuste, como lo hemos hecho siempre, porque somos responsables. Pero no nos equivoquemos: este es un reajuste profundamente mediocre.
La señora ALLENDE (Presidenta).- En el tiempo del Comité Demócrata Cristiano e Independiente, tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señora Presidenta, como todos los años, estamos analizando el reajuste en las remuneraciones del sector público con motivo de la pérdida de poder adquisitivo que se pudiera haber producido.
Se ha registrado una negociación, llevada adelante entre el Ministerio de Hacienda y una mesa con todo el sector público. Así, la Central Unitaria de Trabajadores y doce gremios acordaron el planteamiento que hoy se nos presenta. No lo suscribieron dos agrupaciones gremiales: la ANEF (entidad importante) y la CONFENATS.
Por supuesto, nadie puede estar contento con el aumento de remuneraciones que podamos otorgar. Todos quisiéramos incrementar más los sueldos, de acuerdo con la capacidad de nuestro país, para hacerlo en forma responsable.
Por lo demás, nosotros, como parlamentarios, no tenemos otra alternativa que pronunciarnos en contra o a favor. Si votáramos en contra, no habría reajuste de remuneraciones. Y siempre quedamos en esa disyuntiva cuando debemos tomar esa decisión.
Sin embargo, también hay que reconocer que el manejo de la economía se encuentra en manos del Gobierno que está administrando el Estado en determinado momento.
¿Qué se nos propone?
Se aplica un reajuste de 6 por ciento. Los que no firmaron el acuerdo pedían un aumento mayor, que bordeaba el 7 por ciento en términos reales.
A la vez, el proyecto otorga una serie de beneficios adicionales, que en mi concepto hay que destacar, y que benefician a gente que se encuentra en los niveles más bajos de remuneraciones.
Primero, se reajusta la bonificación de nivelación de rentas mínimas de auxiliares, administrativos y técnicos. Estos funcionarios públicos van a recibir un incremento de 15 por ciento, 16 por ciento o 19 por ciento, según sea el caso. Más que el resto, que recibe el 6 por ciento.
También hay que destacar la entrega de aguinaldos de Navidad y Fiestas Patrias; bono de escolaridad; bonificación adicional de escolaridad; aporte a servicios de bienestar. Además, hay un bono por alcanzar el acuerdo, que se entregará a todos (hayan firmado o no el acuerdo), que es bastante importante para un trabajador de salarios bajos, que asciende a 250 mil pesos y que se pagará en diciembre. Y también se considera un bono de vacaciones equivalente a 100 mil pesos.
Todo lo anterior, sin perjuicio de otros beneficios que se otorgan en forma sectorial, por ejemplo, a las zonas extremas; como en el caso de Chiloé a algunos asistentes de la educación, etcétera.
Por supuesto, no estamos logrando lo que todos quisiéramos.
Sin embargo, deseo destacar algo muy importante y que creo debiéramos tenerlo presente en el Parlamento. Lo hicimos ver en la discusión del Presupuesto en la Comisión Especial Mixta; se lo planteamos al Ministro de Hacienda, y también lo debatimos hoy en la Sala del Senado. Me refiero a la relación laboral del sector público con el Estado y al sistema de contratación en base a honorarios.
En la Comisión Especial Mixta de Presupuestos le manifestamos al Ministro que había que abordar esta materia definitivamente, por varias razones. Primero, porque es injusto, pues se tiene gente contratada a honorarios que desempeña labores que no poseen esa característica. Esto se hace a fin de soslayar un poco las limitaciones para contratar funcionarios públicos que se contempla en la legislación.
Se nos ha dicho que se enviará un proyecto de ley que regularizará de aquí a 2018 del orden de ocho mil cargos. Sin embargo, de acuerdo con los antecedentes que nos entregó la propia ANEF en la Comisión Especial Mixta, habría más de 32 mil funcionaros públicos contratados a honorarios. Y en el sector municipal existe una cantidad aún mayor.
Se trata de una materia que debemos resolver.
En tal sentido, le he manifestado al Ministro de Hacienda que hay dos temas importantes.
En primer lugar, cuando se analice la nueva agenda laboral, en la que se establecerá cierto mecanismo de respeto a los derechos de los trabajadores, no creo que el Estado pueda soslayar su obligación de contratar a la gente como corresponde, con contrato de trabajo.
En segundo término, de acuerdo con la reforma previsional vigente, a contar de marzo los trabajadores independientes que perciben honorarios deberán imponer. Por lo tanto, se les aplicará un descuento de 13 por ciento a sus ingresos. Si bien pueden recibir la devolución del 10 por ciento de retención efectuada...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
Tiene un minuto más para redondear.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Con esto voy a concluir, pues es el tema que me interesa plantear.
Como señalaba, si se le obliga a imponer como independiente, la devolución de impuestos por la retención sería de 10 por ciento de sus ingresos. Pero debe imponer el 13 por ciento. Eso significa que en el próximo tiempo -la medida rige el próximo año- todos los trabajadores a honorarios sufrirían una disminución en sus remuneraciones.
La materia que he expuesto es muy importante. Incluso, creo que más que el guarismo de 6 por ciento.
Por las razones entregadas, sin perjuicio de que creemos que el país podría hacer mayor esfuerzo para mejorar las remuneraciones del sector público, estas bancadas apoyarán el proyecto, porque es lo que corresponde, de acuerdo con la propuesta que nos ha traído el Ejecutivo.
--(Manifestaciones en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Advierto a las tribunas que está prohibido efectuar manifestaciones. Me veo en la obligación de cumplir el Reglamento. Así que les ruego que nos colaboren en tal sentido.
En el tiempo del Comité Renovación Nacional, tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, Honorable Sala, la precarización de la función pública no ha podido ser enfrentada por ningún gobierno democrático. Por de pronto, tampoco por el mío.
Hace un tiempo recurrimos a la Contraloría General de la República para que fiscalizara el cumplimiento del 80/20. De eso poco hemos sabido y poco se ha adelantado.
Lo cierto es que hoy se encuentra claramente establecido que el peor empleador de Chile es el Estado. Y el aumento significativo de la contratación a honorarios -más de 137 por ciento, en promedio; y en algunas regiones, sobre 200 por ciento- habla de la referida precarización de la función pública.
Sin lugar a dudas, este es un reajuste malo, y no se condice con las esperanzas de los trabajadores.
Ahora, me llama profundamente la atención el acuerdo a que ciertos gremios llegaron con el Gobierno. Yo no lo comparto. Las expectativas de muchos empleados públicos están hoy en tela de juicio, en parte por el liderazgo que ejercieron algunos dirigentes para sellar dicho acuerdo.
Eso, obviamente, hace la diferencia entre una economía sana y vigorosa y una economía estancada y centrada en la incertidumbre.
En tal contexto, quiero señalar que el reajuste de 0,3 por ciento real no me parece justo para los trabajadores del sector público.
Por ello, anuncio que votaré en contra.
--(Aplausos en tribunas).
Señora Presidenta, uno podrá cuestionar muchas cosas de la Administración Piñera. Por ejemplo, si se avanzó o no en el fortalecimiento de la función pública; y yo creo que no se avanzó. Pero el 2,3 por ciento de reajuste real promedio otorgado durante mi Gobierno respondió a las expectativas de la economía.
El incremento actual, de 0,3 por ciento, no se condice con lo que esperan los trabajadores fiscales.
Por último, señora Presidenta, deseo manifestar que adherimos a una indicación que presentó el colega Bianchi a los efectos de eliminar el reajuste para los grados A, B y C de la Escala Única de Sueldos. Y también la suscribieron la Senadora Lily Pérez y los Senadores Prokurica y Horvath.
Aquello simplemente responde a una expectativa: la de que en el futuro haya un reajuste diferenciado, para que quienes ganan más tengan un incremento menor y la torta se empiece a repartir de mejor forma.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LAGOS.- ¿Y los 12 mil despedidos en el Gobierno anterior?
¡Eso se le quedó en el tintero...!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ruego evitar los diálogos.
Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señora Presidenta, año a año ponemos en tensión a los trabajadores fiscales, al país y en general al sistema político -Ejecutivo y Legislativo- cuando debatimos en torno a cómo se va a recuperar el poder adquisitivo de esos servidores.
Recordemos que hubo gobiernos en que la pérdida del poder adquisitivo alcanzó niveles relevantes: 70 a 80 por ciento.
Entonces, ahora, cuando la economía es bastante más estable, con tasas de inflación periódicas de 3 a 5 por ciento, los incrementos remuneracionales parecen bastante pequeños.
Hoy nos hallamos en un contexto de desaceleración difícil, en el cual el Gobierno se enfrenta a la obligación de reajustar los sueldos de los servidores públicos.
En tal sentido, saludo el acuerdo logrado en la materia entre una buena parte de los trabajadores de nuestro país y el Ejecutivo.
En las tribunas está presente la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales.
¡Saludo a sus dirigentes!
Ahora bien, creo que más importante que el guarismo es el hecho de que la ANEF haya liderado un proceso de entendimiento y de negociación para representar los intereses del sector público en orden a cómo avanzar para conseguir mayores reajustes, pero también mejores condiciones laborales.
Ahí tenemos a 30 mil trabajadores que nunca han visto atendidas sus demandas desde el punto de vista de un compromiso que signifique avanzar en serio.
Este Gobierno se comprometió a normalizar la situación de 1.400 trabajadores a honorarios, quienes tendrán un contrato formal con la Administración del Estado. Y en 2018 esa cifra llegará a 8 mil servidores públicos.
¡Es un paso muy importante!
Saludo a los dirigentes de los trabajadores que levantaron esa bandera y lograron un progreso sustantivo en tal sentido.
Señora Presidenta, también quiero destacar que por primera vez el reajuste para el sector público tiene un acento diferenciador, pues las remuneraciones de más bajos niveles experimentan aumentos superiores.
En efecto, los auxiliares pasan de 260 mil a 310 mil pesos: 19 por ciento; los administrativos, de 295 mil a 345 mil pesos: 17 por ciento; y los técnicos, de 317 mil a 367 mil pesos: 16 por ciento.
Los 30 mil trabajadores de más bajos ingresos de la Administración Pública tienen un reajuste promedio de 12,8 por ciento.
En todo caso, los porcentajes de incremento nunca serán completamente satisfactorios; siempre vamos a querer más.
Creo, pues, que debemos avanzar, primero, en una fórmula que no nos obligue cada año a tensionar a todos los sectores involucrados. La idea es contar con un mecanismo que, sobre la base del IPC, más un premio por productividad, más un estímulo relacionado con la distribución del ingreso, determine automáticamente el porcentaje de reajuste remuneracional.
Ahí está el punto de diferenciación.
Ahora, yo convengo en que los sueldos altos no se aumenten en un porcentaje mayor que el IPC. Pero creo que los más bajos deberían tener un incremento muy superior. La idea es apuntar a la construcción de un reajuste diferenciado.
Señora Presidenta, este es un gran paso de los trabajadores en la concreción de sus demandas y un gran paso del Gobierno en la distribución del ingreso.
No obstante, siempre los incrementos remuneracionales son insuficientes.
Por eso, seguiremos acompañando a los trabajadores, principalmente para mejorar sus condiciones laborales, para elevar sus remuneraciones y para lograr que exista una adecuada distribución del ingreso.
Señora Presidenta, se ha sugerido que en el caso de los parlamentarios y otras autoridades haya un congelamiento en materia de reajuste.
En mi concepto, todas las rentas más altas de nuestro país, y no solo las de las autoridades, deberían tener un reajuste bastante menor que el de los trabajadores.
En definitiva, la política de reajustes diferenciados nos permitirá tener una nación mucho más justa y equitativa en materia de distribución del ingreso.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- En el tiempo del Comité Independientes y Partido MAS, tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- En los escasos minutos de que dispongo, señora Presidenta, quiero señalar ante todo que ha ocurrido algo muy particular con los funcionarios públicos que nos visitan: estuvieron esperando largamente afuera.
¡Lo lamento profundamente!
--(Aplausos en tribunas).
Señora Presidenta, cada vez que hablamos de reajuste debemos centrar la mirada en el resultado de lo que hemos estado haciendo durante estos años.
Con incrementos como el que se está otorgando ahora, de 0,3 por ciento real, los trabajadores y las trabajadoras del sector público terminan su vida productiva con pensiones de hambre.
¡Chile es una fábrica de pobreza!
Y eso ocurre tanto en el sector público cuanto en el mundo privado, pues no hemos sido capaces de entender que cada vez que se conceden reajustes como aquel se profundiza mucho más el nivel de pobreza a la hora de jubilar.
Señora Presidenta, con los Senadores Horvath, Prokurica, Lily Pérez y Chahuán hicimos una indicación. En ella quisimos recoger lo que lideraron algunos Diputados al momento de discutirse este proyecto en la Cámara Baja.
Hemos señalado que no es posible que nosotros aprobemos el reajuste y con ello incrementemos nuestros propios ingresos.
De ahí que hayamos formulado esa indicación -la Mesa la someterá a votación oportunamente-, para que ni los presidentes de la república, ni los ministros, ni los parlamentarios, ni los subsecretarios tengan el mismo reajuste que recibe el sector público.
¡No nos parece justo!
De otro lado, señora Presidenta, quiero saludar afectuosamente a los asistentes de la educación de la provincia de Chiloé. Ellos están aquí porque durante muchos años recibieron un tratamiento de gran injusticia y ahora se consigna un artículo que establece lo siguiente: "A contar del 1 de enero del año 2015, la bonificación especial establecida en el artículo 30 de la ley N° 20.313, respecto de la Provincia de Chiloé, será de un monto trimestral de $196.300.". En la actualidad llega a 156 mil pesos, cifra muy inferior a la de la bonificación que se otorga a los demás beneficiarios; por ejemplo, a los de Palena.
Aquí está el Ministro de Hacienda, quien puede certificar que la homologación se hará en el período de tres años.
En los escasos segundos que me restan, señor Presidente, debo puntualizar que, obviamente, uno no puede compartir el aumento propuesto, porque es excesivamente bajo y no permite que los servidores públicos y sus familias tengan algún grado de proyección.
¡Me parece del todo injusto!
Debemos votar "sí" o "no". Pero si todos nos pronunciamos en contra no habrá reajuste. Así que ojalá el Ejecutivo haga el máximo esfuerzo para intentar de alguna manera...
El señor TUMA (Vicepresidente).- Perdón, señor Senador, pero terminó su tiempo.
Le ruego cerrar su intervención.
El señor BIANCHI.- Decía, señor Presidente, que a lo mejor todavía queda alguna posibilidad de que el Ejecutivo entienda que con un reajuste tan reducido es imposible que los trabajadores del sector estatal tengan algún grado de tranquilidad o de proyección.
Sé que esta situación no es menor, pues luego se homologa con el sector privado. Pero ojalá se haga un esfuerzo en tal sentido.
¡Porque se ha dividido a los servidores públicos, y, por supuesto, no todos están felices!
En consecuencia, lo óptimo sería avanzar hacia un reajuste que satisficiera las demandas de todos nuestros trabajadores.
--(Aplausos en tribunas).
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, algunos parlamentarios llevamos 20 años discutiendo el mecanismo de reajuste para el sector público, que sí incide en el sector privado, en los sueldos mínimos.
A decir verdad, ese mecanismo es tortuoso. Porque no podemos mejorarlo, no podemos aumentarlo, pero se nos obliga a debatir en torno de él. Y tenemos dos opciones: votarlo a favor o rechazarlo. No hay posibilidad de modificarlo.
¡La monarquía presidencial! ¡El excesivo presidencialismo!
Sobre la materia debe haber un nuevo sistema -lo repetimos todos los años-, que posibilite el diálogo permanente con las organizaciones de trabajadores, de tal manera de llegar a lo menos con el IPC como piso, y de ahí hacia arriba. Así tendremos a los empleados fiscales atendiendo gente, desarrollando nuestro país adecuadamente.
Yo comprendo la molestia de los funcionarios. El Gobierno hace su esfuerzo. Sin embargo, eso no mejora el diseño de la discusión del proyecto de reajuste de remuneraciones del sector público, que termina enlodando al Parlamento, pues para la gente resulta inexplicable que votemos a favor una iniciativa que es insuficiente. Y siempre va a serlo: en este caso estamos hablando de menos de 0,3 por ciento de reajuste real (¿mil, dos mil pesos?) para sueldos de 300 mil, 400 mil o 500 mil pesos.
Hay formas de mejorar la situación, señor Presidente. Por ejemplo, la que acaba de explicitar el Senador Bianchi en el caso de los asistentes de la educación de la provincia de Chiloé.
En mi opinión, debe haber un período distinto del de fin de año para que discutamos sobre cómo resolver la situación remuneracional del sector público. Por ejemplo, los funcionarios no tienen derecho a negociación colectiva, pero paralizan y negocian. Entonces, reconozcámosles ese derecho y busquemos un mecanismo regulado para que puedan plantear sus demandas.
El sistema existente para la discusión del reajuste de remuneraciones del sector público es pésimo y deteriora las relaciones del Parlamento con la ciudadanía.
Por eso, quiero pedirle a mi Gobierno que vaya al fondo del problema. Porque si no determinamos una instancia que defina de una vez las remuneraciones de los trabajadores públicos y el mecanismo para reajustarlas habrá crisis todos los años y los únicos perjudicados serán el Ejecutivo y los trabajadores.
Ahora, lamento la división de los gremios de servidores públicos. Pero están en su derecho. Eso es así. Y no resulta viable ni aceptable que el Gobierno presione, ni menos que menoscabe a unos y favorezca a otros.
Yo voy a votar en contra, señor Presidente, porque considero que el mecanismo existente debe cambiar.
--(Aplausos en tribunas).
Lo hemos venido repitiendo.
Espero que cuando los ánimos se calmen y haya suficiente tranquilidad el Congreso y el Ejecutivo se aboquen a estudiar cuál es el mejor mecanismo para discutir el reajuste de las remuneraciones de los trabajadores del Estado.
El actual sistema ha sido malo siempre. Y ahora es peor. Porque muchos pensaban que podían ir más allá del 0,3 por ciento real, pero no ocurrió así.
Lo conversamos con el Ministro de Hacienda y con la Ministra del Trabajo, quienes señalan que el incremento es superior.
¡La pelea por los porcentajes de incremento es infinita!
Señor Presidente, concluyo señalando que la proposición de ahora es insuficiente porque el diseño del mecanismo de reajuste existente también lo es.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor TUMA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.


El señor PROKURICA.- Señor Presidente, en los escasos minutos que tengo para intervenir, quiero expresar que en esta materia siempre los discursos que se pronuncian en el Parlamento apuntan a resaltar la importancia de los funcionarios públicos, la importancia de la labor que desempeñan, la importancia que tienen para nuestro país, pero cuando llega la hora de los quiubos, es decir la hora de ponerse, vemos con frustración lo que ocurre muchas veces.
El proyecto en debate tiene por objeto reajustar en 6 por ciento las remuneraciones del sector público; conceder aguinaldos de Navidad en 2014 y de Fiestas Patrias en 2015 para los sectores activo y pasivo, etcétera.
Sin embargo, opino que esta iniciativa no va en la línea correcta. El 6 por ciento acordado entre el Gobierno, la CUT y 12 asociaciones de funcionarios públicos es el peor reajuste de los últimos seis años, ya que el incremento real apenas alcanza a 0,3 por ciento.
Señor Presidente, en el Parlamento nunca he votado en contra de un proyecto de ley de este tipo. No obstante, hoy lo haré, pensando en los funcionarios públicos de mi Región, con quienes hemos golpeado sin éxito muchas puertas, en los distintos gobiernos (también en el mío), a los efectos de que Atacama sea declarada zona estratégica.
En las regiones mineras los empleados fiscales han sufrido por partida doble: han subido los arriendos, los precios de los alimentos, el costo de la vida, en definitiva, pero, contrariamente a lo sucedido con los trabajadores del sector minero privado, a quienes les han mejorado sus condiciones remuneracionales, para ellos no ha habido una buena respuesta.
Señora Presidenta, no soy populista y nunca lo he sido. Jamás he votado en contra un proyecto de esta naturaleza. Empero, hoy rechazaré el que nos ocupa, pues lo considero insuficiente. Y lo hago pensando específicamente en la gente del sector público de la Región de Atacama y sus familias, quienes lo han pasado mal.
De otro lado, con los colegas Bianchi, Horvath y Lily Pérez presentamos una indicación...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdón, Su Señoría, pero concluyó su tiempo.
No sé si algún Senador de Renovación Nacional le concede parte del suyo.
El señor ALLAMAND.- Por cierto, señora Presidenta.
El señor HARBOE.- Yo le cedo un minuto.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Prosiga, señor Senador, en el minuto adicional que le otorgó el PPD.
El señor PROKURICA.- Gracias.
Señora Presidenta, decía que un grupo de Senadores presentamos una indicación al objeto de que este reajuste no se aplique a las mejores remuneraciones, que son las de ministros, de subsecretarios, de parlamentarios y de cargos superiores, con la finalidad de dar una señal en el sentido de que si hay que apretarse el cinturón lo hagamos todos y no solo la gente que gana menos.
--(Aplausos en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señora Presidenta, la verdad es que el reajuste de 6 por ciento propuesto por el Gobierno, considerando el 5,7 por ciento de inflación acumulada hasta la fecha, es muy modesto, es pichiruche, porque implica un incremento real de 0,3 por ciento.
Si pensamos que la inflación puede caer, a lo mejor el aumento real es de 0,5 en lugar de 0,3 por ciento.
Yo me pregunto: si durante el Gobierno pasado, que tuvo un promedio de reajustes reales de 2,3 por ciento, parlamentarios de las bancadas de la entonces Concertación decían que los incrementos eran "ratones" -incluso, dirigentes sindicales (me perdonarán los de la CUT) también reclamaban y hacían huelgas y manifestaciones porque se daban reajustes "ratones"-, ¿dónde están hoy para defender los intereses de los trabajadores y cómo votarán ahora para ser consecuentes con lo que antes le exigían a la Administración de Sebastián Piñera?
Debo reconocer que la ANEF ha sido coherente, porque le reclamaba a Piñera e igual le reclama a Bachelet.
--(Aplausos en tribunas).
Sin duda, el proceder de dicha Agrupación -insisto- revela coherencia.
Ahora bien, este reajuste merece una revisión. Y se la pedimos al señor Ministro.
Entendemos que estamos con un frenazo de la economía, con situaciones muy ajustadas, en fin. Pero ¿no es posible dar 1 por ciento y no 0,5 por ciento real?
¿Significa aquello quebrar las arcas fiscales?
Creo que no. Es cuestión de voluntad política. Pero me sorprende la falta de voluntad política y de sensibilidad del Gobierno en esta materia.
Por otro lado, la indicación que se presentó no me parece admisible, porque significa que los parlamentarios alterarían la estructura de la remuneración.
Existe algo, eso sí, que no se debe arreglar ni por la vía del reajuste ni por la de los cambios tributarios, a diferencia de lo que distintos colegas han intentado una y otra vez. Creo que debemos revisar dicha estructura en el caso de los altos funcionarios del Estado, entendiendo por tales, para fijar un marco, los que ganen sobre cinco millones de pesos. Deberíamos reducir la escala respectiva en un diez, un quince, un veinte por ciento, según lo conversemos.
Los chilenos reclaman mayor sobriedad en ese sector. Aunque las cifras vigentes se fundamentaran en muchos parámetros objetivos, no se justifican en Chile.
Por lo tanto, soy partidario, más que de aprobar una indicación como la señalada, de pedirle al Gobierno -y ojalá en el Senado lo hagamos- la revisión a que he hecho referencia.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Honorable señora Goic.


La señora GOIC.- Señora Presidenta, quiero partir afirmando que no me gusta la forma como discutimos el reajuste.
Estimo que tenemos que abordar una cuestión de fondo: los que finalmente deberían ser los actores principales en la negociación no son los Diputados que ya se pronunciaron ni los Senadores hoy día, acompañados por representantes del sector laboral en la tribuna. El asunto debería solucionarse por los dirigentes, en los gremios, en una negociación colectiva en que los participantes se sentaran a una mesa y terminasen en un acuerdo de todos, sobre la base de un procedimiento conocido que les permitiera no encontrarse año a año en un proceso desgastador.
Durante los últimos meses hemos insistido en la necesidad de cumplir con el compromiso de discutir reformas laborales en el ámbito privado que fortalezcan al sindicato y su capacidad de negociación. Juzgo que el sector público no puede quedar fuera de ello y que tendrá que contar con una normativa y procedimientos especiales.
Pido, en el contexto de la discusión, que avancemos en esa materia. Desde la Comisión de Trabajo lo hemos hecho con mociones presentadas como reformas constitucionales; pero pienso que ayudarían mucho la intervención de los actores principales, quienes trabajan día a día en la Administración Pública, y el reforzamiento de la lógica de diálogo social y de acuerdo, que vamos a respaldar tal cual se expresa en el proyecto.
Respecto del reajuste, deseo consignar que por supuesto nos gustaría que fuera más que el seis por ciento. Nos sucede lo mismo con relación al ingreso mínimo. Pero la bancada de la Democracia Cristiana va a respaldar lo que se ha presentado.
A mi juicio, bien vale la pena, además, destacar aspectos muy valiosos en el protocolo de acuerdo.
A la Senadora que habla, representante de una de las zonas extremas, y al Honorable señor Patricio Walker, con quien lo hemos conversado, nos alegra mucho que se haya tenido en cuenta que la línea de corte perjudica a quienes reciben asignación de zona y que, por lo tanto, se tome de manera diferenciada para que, a igual grado, sea posible avanzar en la obtención de los mismos beneficios y los funcionarios públicos no experimenten un menoscabo con motivo de un reconocimiento de un mayor costo de vida. Ello es un avance.
También lo es el progreso en la imponibilidad gradual de la bonificación de zonas extremas para los funcionarios de las universidades estatales. Nos falta adelantar, sin duda, en la forma como se financia el reajuste en el caso de esas instituciones.
No puedo dejar de mencionar lo que en el protocolo se establece para madres y padres. Se contempla el compromiso de presentar un proyecto de ley -espero que lo despachemos el próximo año- que revierta lo sucedido con el posnatal parental, en el que finalmente se rebajó el monto que reciben las trabajadoras que son madres. La idea es equiparar con lo que se recibe por descanso posnatal y recuperar lo que era un derecho adquirido.
Se ha planteado ya que hay un desafío pendiente en cuanto a los honorarios. Si bien valoramos las incorporaciones, queda todo un mundo -sobre todo, en los municipios- de funcionarios pendientes, quienes se han organizado y hecho ver su realidad. Probablemente, son los que están en situación más precaria en la materia. Es un esfuerzo conjunto el de cómo avanzar en su estabilidad, en el reconocimiento de sus derechos.
Asimismo, se plantea la posibilidad de reconocer un seguro de cesantía para el personal a contrata.
Me gustaría manifestarles a la Ministra del Trabajo y al Ministro de Hacienda, aquí presentes, que vamos a estar colaborando y siguiendo el cumplimiento de los otros compromisos establecidos en el protocolo. Creo que es lo que nos compete para que efectivamente se progrese en el fortalecimiento de los derechos laborales de los empleados públicos.
Y, finalmente, solo quisiera formular una solicitud, señora Presidenta. Nos corresponde igualmente discutir cómo los funcionarios del Senado pueden obtener, no solo el reajuste, sino también el acceso a los otros beneficios -se trata de bonos, de aguinaldos-, los cuales, como se plantea muy bien en el protocolo, permiten nivelar sobre todo al personal de más bajos ingresos. Podemos comprometernos a un debate en orden a mejorar las condiciones de quienes se desempeñan en la Corporación como funcionarios y como trabajadores de cada uno de los Senadores.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede intervenir el Honorable señor García-Huidobro.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señora Presidenta, es preciso decir las cosas por su nombre: este no es un reajuste, sino la recuperación del valor adquisitivo conforme al IPC. Porque, si se trata de un 0,3 por ciento, significa que no lo hay. Ello implica que se intentará mantener los mismos pesos, pero que estos, a la larga, con el alza del costo en los alimentos y en la vida normal de una persona, no alcanzarán ni siquiera para recuperar el valor adquisitivo de las remuneraciones hace un año.
Estimo que es un error, entonces, hacer referencia a un reajuste. Nos encontramos ante una recuperación del valor adquisitivo y, por lo tanto, no hay un aumento de la remuneración.
En seguida, deseo rescatar lo dicho respecto de los honorarios. Un funcionario con ese sistema no tiene derecho a la salud ni al ahorro previsional. Ello no puede seguir existiendo en el sector público.
Por eso, esperamos avanzar rápidamente junto al señor Ministro en darles lo que merecen, tal como lo manifestó el Senador señor Zaldívar, a personas que han trabajado por años y años en ese ámbito.
Por otro lado, me parece fundamental que se trate de incorporar en el bono extraordinario denominado "de desempeño laboral" -se lo informé al titular de Hacienda- lo planteado por la CONFEMUCH, en la medida en que se está dejando a los asistentes de la educación sin la posibilidad de recibirlo.
A la vez, cabe agregar a los funcionarios de los departamentos de administración de educación municipal (DAEM) y de las direcciones de educación municipal (DEM), porque es necesario cambiar la fecha de incorporación 31 de agosto de 2013 por 31 de agosto de 2014.
Lo que he expuesto es básico para que haya justicia y equidad en todo el sector estatal.
Y, por último, le hago presente también al señor Ministro la petición de los funcionarios de la Corporación de Asistencia Judicial en el sentido de que el bono de cumplimiento de metas se les dé igual que al resto de la Administración Pública.
Quiero aprovechar la oportunidad de formular este planteamiento a fin de ver de qué manera los nuevos bonos pueden ser recibidos por todos los funcionarios de ese sector, como corresponde, sin dejar ninguno fuera.
Juzgo esencial comprender que este no es un reajuste, sino solo la recuperación -repito- del IPC del año en curso.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señora Presidenta, tengo que confesar que en los años en que me dediqué al periodismo entrevisté a muchos Ministros de Estado, Senadores, Diputados, altos funcionarios, y muchas veces salió a relucir lo de la renuncia total o parcial a las dietas parlamentarias, a los reajustes, pero no conozco ningún caso histórico en Chile de que eso haya ocurrido. Por lo tanto, pido que nos sinceremos.
En seguida, me gustaría que nos hiciéramos cargo de las consecuencias de votar de una manera u otra. Entiendo que si mediara un rechazo podría pasar un año antes de que fuese posible replantear el asunto. No sé si los funcionarios públicos estarían dispuestos a soportarlo.
Ignoro si es o no posible, para no seguir dirigiéndose a la galería, escalonar las remuneraciones y que el señor Ministro haga un nuevo esfuerzo para revisar el proyecto de manera que los altos ingresos, o no reciban reajuste, o sean objeto de uno inferior, a fin de beneficiar a los menores ingresos, como una señal en función de la austeridad que el momento económico del país exige.
Insisto en la necesidad de sincerarse y de enfrentar el debate con responsabilidad política, porque los aplausos fáciles no cuestan nada, pero las consecuencias no las pagamos nosotros, sino los trabajadores en las tribunas. Ellos no tienen por qué hacer nuestro esfuerzo, pero nosotros sí. Eso se llama responsabilidad política.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede intervenir el Honorable señor Ossandón.


El señor OSSANDÓN.- Señora Presidenta, quiero resaltar, por encargo del Diputado señor Santana, representante de la zona, lo expresado por el Senador señor Bianchi en el sentido de valorar el incremento de la bonificación especial para los asistentes de la educación en la provincia de Chiloé.
Cabe plantear lo mismo que este último en cuanto a que ojalá el señor Ministro los incorpore en los proyectos de Ley de Presupuestos de 2016 y de 2017 para poder nivelarlos con Palena y Magallanes. No hay ninguna razón para que ello no ocurra.
Como es poco el tiempo disponible, hago presente, respecto de los honorarios -me tocó vivir durante muchos años esa situación, como alcalde-, que se observa mucho discurso y poca voluntad política. Arreglar la cuestión es bastante más fácil de lo que parece. Tratándose del ámbito municipal, es cosa de modificar la ley. Nada más. Y existe un costo bastante bajo.
Muchos municipios...
El señor CHAHUÁN.- Señora Presidenta, puede traspasarle al Honorable señor Ossandón, para que pueda terminar, tiempo del Senador señor García.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Así se hará.
Puede proseguir, Su Señoría.
El señor OSSANDÓN.- Me parece bien la idea de establecer en el futuro un reajuste diferenciado. Hace tres meses expuse la posibilidad de que los parlamentarios y los altos cargos no recibiéramos un reajuste, no por austeridad, sino por dar una señal. Por ejemplo, más de 800 emprendedores podrían lograr un bono de 500 mil pesos como capital semilla. Pero eso es preciso trabajarlo, y jugársela.
Para mí, un 0,3 real no es un reajuste.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra la Honorable señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señora Presidenta, imagino que los llamados de algunos representantes de la Nueva Mayoría a ser responsables se dirigen a sus colegas de coalición, porque el reajuste es realmente ínfimo.
Como Senadores, jamás habríamos aceptado que nuestro Gobierno propusiera una cifra tan paupérrima.
Dicho eso, obviamente me pronunciaré en contra, porque, como parlamentaria de Oposición, tengo que velar por la dictación de algo realmente justo.
Además, he suscrito una indicación en la materia.
Me parece que votar a favor va absolutamente en contra de toda lógica, sobre la base de lo que he sostenido siempre. De hecho, le consulté en la mañana al Ministro de Hacienda si había espacio para una iniciativa del Gobierno en el sentido de que los funcionarios con altas remuneraciones -la medida incluiría a los parlamentarios- no recibieran reajuste. No se trataría solo de ahora: sería permanente. Lo contrario lo considero inaceptable. Es algo que dije cuando fui Diputada y lo he sostenido siempre.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Puede intervenir el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, quiero iniciar mis palabras compartiendo absolutamente las expresiones de mi Honorable colega Guillier. Los socialistas hemos declarado siempre ser partidarios de reajustes bastante diferenciados: que quienes ganen menos reciban un porcentaje bastante mayor que aquellos con mejores remuneraciones.
El proyecto es expresión del protocolo de acuerdo entre el Gobierno y la mesa del sector público coordinada por la Central Unitaria de Trabajadores.
Si bien no ha mediado unanimidad, corresponde valorar la voluntad demostrada por ambas partes, en particular cuando tiene lugar en el primer año de Gobierno de la Presidenta Bachelet, con altas expectativas de los trabajadores en un mejoramiento sustancial de sus remuneraciones y condiciones laborales.
Asimismo, el acuerdo se alcanza en un marco de desaceleración económica que ya se prolonga por más de doce meses y repercute en los ingresos fiscales.
Más aún, el Ejecutivo mantiene su compromiso con las reformas incluidas en su Programa, las cuales se han hecho cargo de demandas sentidas de la gente, sobre todo en educación, y que obligan a destinarles ingentes recursos.
Es particularmente significativa la voluntad del Ejecutivo en cuanto a impulsar un nuevo trato a los trabajadores del sector público, lo que supone una mirada más integral de sus condiciones laborales y su relación con el Estado.
Sobre la base de esta visión, se avanza en justicia con los esfuerzos por internalizar al personal a honorarios, que deben profundizarse. Igualmente, debe resolverse progresivamente la situación del personal a contrata, que es renovado año tras año y puede verse enfrentado al término de su relación laboral en cualquier momento, sin derecho a indemnización, aunque algunos lleven incluso décadas en el servicio.
Se avanza en equidad cuando se elevan las remuneraciones mínimas de auxiliares, administrativos y técnicos.
Se avanza en el reconocimiento de los derechos fundamentales de los trabajadores públicos cuando se compromete la construcción de una agenda destinada a fortalecer la libertad sindical e institucionalizar la negociación colectiva bajo mecanismos que se hagan cargo de sus especiales particularidades, como también cuando se propone extenderles el procedimiento de tutela de los derechos que consagra el Código del Trabajo.
Se avanza en igualdad cuando se acuerda modificar los montos de los viáticos, porque no hay razón que justifique que la alimentación de un funcionario auxiliar importe un valor distinto de la considerada para un funcionario de alto rango.
Se avanza en la protección de los hijos y de las remuneraciones de las funcionarias que gozan de licencia posnatal parental.
Son progresos que deben concretarse y verificarse también en otras áreas.
En otro orden de cosas, quiero reconocer la voluntad del Ejecutivo al acoger la demanda de los trabajadores asistentes de la educación en la provincia de Chiloé, petición que hicimos nuestra, en orden a incrementar la bonificación especial que reciben quienes se desempeñan en regiones aisladas, pues era menor en el caso de esa zona, en comparación con territorios de similar condición.
Espero que el próximo año podamos equiparar ese beneficio con el que se entrega en la provincia de Palena.
Por último, llamo la atención sobre un aspecto de la iniciativa en debate que normalmente pasa inadvertido y que me correspondió poner en evidencia cuando tuve la responsabilidad de encabezar la Asociación Chilena de Municipalidades. Me refiero a que el financiamiento del reajuste es de cargo de los propios municipios, sin aporte fiscal alguno, pese a que en distintas oportunidades se ha comprometido que no se les establecerán nuevas cargas o funciones sin proporcionarse los recursos respectivos.
El Fisco solo se obliga a financiar los aguinaldos de Navidad y de Fiestas Patrias en caso de que los municipios no puedan enfrentarlos con fondos propios, para lo cual deben solicitar el respaldo correspondiente en el plazo de dos meses. Pero reitero que el gasto principal, el reajuste y otras asignaciones no cuentan con apoyo fiscal.
Dicha situación debe ser corregida, en especial tratándose de las municipalidades de menores recursos, o al menos habrá que invitar a los alcaldes a esta mesa, tal como ocurre con los otros mejoramientos que involucran a funcionarios municipales.
Comprendo lo del porcentaje, pero vamos a aprobar el proyecto por el bien de todos los trabajadores.
He dicho.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señora Presidenta, en primer término, todo reajuste tiene que cubrir el alza del costo de la vida, considerar bonos y aguinaldos, y reconocer los aportes derivados del trabajo de la Comisión Especial de Zonas Extremas, que se han visto reflejados paulatinamente en la propuesta.
En segundo lugar, valoro los planteamientos formulados por los Senadores señores Larraín y Guillier. Hemos presentado una indicación para revisar en profundidad las distintas remuneraciones y asignaciones en la Administración Pública y las municipalidades, a fin de resolver las fuertes inequidades existentes.
También quisiera señalar algo en lo que se está empezando a avanzar, que es pasar, gradualmente, a todas las personas que están a honorarios a las plantas a contrata. Pero la gradualidad es demasiado tímida, si consideramos los 35 mil funcionarios que se hallan en esa situación en la Administración Pública y que, probablemente, llegan a 100 mil si incluimos al sector municipal. De modo que se requiere hacer un esfuerzo mayor en este sector.
De la misma manera, deseo resaltar la deuda que existe con las zonas extremas, particularmente en lo que dice relación con la nivelación de la Asignación de Zona, que no es imponible, al revés de lo que sucede en las Fuerzas Armadas y el Poder Judicial. Hay fórmulas para ello. Se pueden hacer imponibles los bonos que se entregan en las zonas extremas; aumentar la productividad del sector público, evitando la exagerada tercerización de servicios y actividades, y efectuar la nivelación que he planteado.
En ese sentido, un Presupuesto como el que hemos aprobado, reactivador de la economía, contracíclico, apunta en la dirección correcta.
Gracias.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Como han terminado los tiempos distribuidos en conformidad al acuerdo de Comités, se da por cerrado el debate.
Por lo tanto, en votación general el proyecto.
Ruego hacer sonar los timbres.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora ALLENDE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (26 votos a favor y 5 en contra).
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz y Von Baer y los señores Araya, Bianchi, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Matta, Montes, Orpis, Pizarro, Quintana, Quinteros, Tuma, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Votaron por la negativa la señora Lily Pérez y los señores Chahuán, Navarro, Ossandón y Prokurica.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.


El señor LABBÉ (Secretario General).- Se han presentado dos indicaciones.
La primera, formulada por los Senadores señores Bianchi, Prokurica, Chahuán, Horvath y señora Lily Pérez, es para agregar, en el inciso segundo del artículo 1°, después de la palabra "empleadora" y a continuación del punto aparte, que pasa a ser seguido, la frase: "Este reajuste tampoco regirá para los trabajadores que estén ubicados en los grados A, B y C de la escala única de sueldos, establecida en el decreto de ley N° 249, de 1973".
La señora ALLENDE (Presidenta).- La Mesa declara inadmisible esta indicación.
Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señora Presidenta, nosotros...
Si me permiten los señores Senadores...
El señor LAGOS.- ¡Tenemos un acuerdo de Comités, señora Presidenta!
El señor BIANCHI.- Desconozco el acuerdo al que hayan llegado ustedes.
Pero, señora Presidenta...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Un momento.
Esta es una indicación...
El señor PIZARRO.- ¡Hay un acuerdo de Comités!
El señor BIANCHI.- Está bien. Dicen que hay un acuerdo, pero yo no lo conozco.
Y quiero hacer uso de la palabra. Nada más.
El señor PIZARRO.- ¡Es un acuerdo de Comités!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdón, Senador Bianchi.
Deseo aclarar que el único acuerdo de Comités adoptado en esta materia se refería a la distribución de los tiempos, y se cumplió rigurosamente.
Ahora, yo le di la palabra a Su Señoría en el entendido de que es uno de los autores de la indicación.
El señor BIANCHI.- Así es.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Quiero respetar eso. Pero la indicación es inadmisible. Eso la Mesa lo tiene claro.
El señor BIANCHI.- Ese no es el punto, señora Presidenta.
Yo sé que la indicación es inadmisible. La presentamos con ese conocimiento.
Sin embargo, de una buena vez tenemos que abordar el tema y que se vote la no admisibilidad.
Yo quiero pedirle, señora Presidenta, que se vote.
El señor PIZARRO.- ¡No se puede!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Si Su Señoría pide eso, está en su derecho.
El señor BIANCHI.- Porque aquí, de una buena vez -se lo digo al señor Ministro, por su intermedio, señora Presidenta- debemos tratar estos temas, sí o sí.
Por lo tanto, pido votar la admisibilidad.

La señora ALLENDE (Presidenta).- Senador Bianchi, está en su derecho.
La Mesa acoge su solicitud, de modo que se votará la admisibilidad de la indicación.
Usted acaba de decir que es inadmisible, pero está bien: está en su derecho pedir que se vote.
Se puede poner en votación la admisibilidad, si es lo que usted está pidiendo.
El señor LAGOS.- ¡Pero si reconoció que es inadmisible!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Eso es lo que dije.
Senador Bianchi, usted acaba de decir que la indicación es inadmisible y, sin embargo, nos está pidiendo votar su admisibilidad.
El señor LAGOS.- Señora Presidenta, si señala que es inadmisible, ¡no puede pedir que se vote la admisibilidad!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ya indiqué la contradicción en que acaba de incurrir el Senador Bianchi.
Si él no hubiera dicho que es inadmisible...
El señor LAGOS.- ¡Yo no lo acepto!
La señora ALLENDE (Presidenta).- ¿Me permite, Senador Lagos?
Si Su Señoría no hubiese señalado que la indicación es inadmisible, lógicamente yo habría puesto en votación su admisibilidad. El señor Senador tendría que haber dicho: "Quiero discutir y fundamentar la admisibilidad de la indicación". Pero, como manifestó que es inadmisible, resulta bastante absurdo que ahora solicite someter a votación algo que reconoce que tiene ese carácter.
El señor BIANCHI.- Pero, señora Presidenta...
La señora ALLENDE (Presidenta).- ¡Lo acaba de señalar, Senador Bianchi!
Usted no planteó, como hubiese sido lo correcto, que pedía fundamentar en apoyo de la admisibilidad de la indicación.
El señor PIZARRO.- ¡Votemos no más, señora Presidenta!
El señor LAGOS.- ¡Ya! ¡Votemos!
El señor QUINTANA.- ¡Eso, Presidenta!
El señor BIANCHI.- Presidenta...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Senador Bianchi, usted acaba de caer en la mayor contradicción.
Ahora votamos la admisibilidad, lo cual es absurdo.
El señor PROKURICA.- Señora Presidenta...
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor PIZARRO.- ¡Pero no hay debate!
La señora ALLENDE (Presidenta).- No hay debate. Lo tengo claro.
El señor PIZARRO.- Tampoco hay fundamento de voto.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tampoco.
El señor PROKURICA.- Señora Presidenta, yo también soy autor de la indicación.
A mi juicio,...
El señor PIZARRO.- Señora Presidenta, ¡no le puede dar la palabra!
El señor PROKURICA.-... es totalmente admisible, por cuanto no establece mayor gasto.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Señor Senador, no vamos a abrir más debate sobre el tema.
Se vota la admisibilidad o inadmisibilidad y queda la constancia que los propios autores de la indicación han solicitado.
El señor PROKURICA.- ¡Muy bien! ¡Póngala en votación, por favor!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- ¡No sea irresponsable, Senador!
El señor PROKURICA.- ¡Soy tan responsable como usted, señor!
¡Soy tan responsable como usted! ¡No me diga "irresponsable"!
La señora ALLENDE (Presidenta).- La Mesa no le dará la palabra a nadie más.
En votación.
Señores Senadores, les ruego calmarse.
Es bastante absurdo lo que ha ocurrido. Francamente, no me había tocado una situación como esta en el período que llevo presidiendo el Senado.
En votación.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Quienes estén de acuerdo con la admisibilidad de la indicación deben votar que sí; quienes estén en desacuerdo con ella deben votar que no.
La señora ALLENDE (Presidenta).- ¿Senador Harboe?
--(Manifestaciones en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Les ruego a las tribunas no intervenir. No lo permite el Reglamento.
Tiene la palabra el Senador señor Harboe.
El señor HARBOE.- Señora Presidenta, entiendo que usted ha señalado que, dada la confesión...
--(Manifestaciones en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Un momento, señor Senador.
Reitero a las tribunas mi petición de que respeten el Reglamento.
Ya se les advirtió a todos. Hasta ahora no había habido problema.
--(Manifestaciones en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- ¡Muy bien!
Si ustedes no respetan...
--(Manifestaciones en tribunas).
La señora ALLENDE (Presidenta).- Voy a suspender la sesión hasta que las tribunas se calmen.
Se suspende la sesión por 5 minutos.
)-------------------(
--Se suspendió a las 21:54.
--Se reanudó a las 22:2.
)---------------(
La señora ALLENDE (Presidenta).- Continúa la sesión.
Le voy a ofrecer la palabra al Presidente de la Comisión de Constitución, Senador señor Harboe.
Pero antes deseo lamentar, sinceramente, la forma como se ha desenvuelto la sesión. Me resulta bastante incomprensible.
Los propios autores de la indicación están solicitando, a través de ella, el patrocinio del Ejecutivo. Se halla claramente expresado, por escrito,...
El señor BIANCHI.- ¡Eso era para el caso de que se declarara inadmisible!
La señora ALLENDE (Presidenta).-... que es inadmisible.
Por tanto, no la voy a someter a votación.
Yo tengo una sola obligación clara, con todo el costo personal y político que ello pueda acarrear: defender la Constitución y el Reglamento.
El señor BIANCHI.- ¡Todos!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Y, como lo dije desde el primer minuto, la indicación es inadmisible.
El señor BIANCHI.- Pido la palabra.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdón, Senador Bianchi, no he terminado todavía.
Por lo demás, como le expresé en un momento al Ministro Arenas y, al mediodía de hoy, al Ministro Peñailillo, yo espero que nunca más los parlamentarios tengamos que pagar el costo de algo de lo que nosotros no somos responsables. Aquí no tenemos atribuciones para estar ni rebajándonos el sueldo ni para estar presentando indicaciones en ese sentido, porque son inadmisibles.
Yo le pido al Gobierno que seamos claros en esto. Es el Ejecutivo el que lleva las conversaciones y el diálogo con los gremios. Y nos duele mucho que nos hagan aparecer, o que aparezcamos -más allá de la intencionalidad o de la falta de intencionalidad que pueda existir-, como responsables en esta materia, en circunstancias de que el Gobierno sabe que no lo somos.
Yo pido que esto quede muy claro. Se lo dije al Ministro Peñailillo y yo espero que esta sea la última vez que debamos pagar los costos por el hecho de que, año tras año, aparezcamos reajustando las dietas cuando en realidad eso no nos corresponde a nosotros.
Así que ojalá el Ministro Peñailillo haya escuchado. Es más, me dijo que efectivamente, con tiempo, era posible que la próxima vez hubiera una escala diferenciada, tal como hemos venido pidiéndolo desde hace mucho.
El señor BIANCHI.- ¡Pedimos lo mismo!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Harboe.


El señor HARBOE.- Señora Presidenta, más allá de que muchas señoras o señores Senadores podemos compartir la idea de establecer reajustes diferenciados u otras cosas similares, quiero lamentar la situación que se ha producido en la Sala, porque las tribunas se llevan la imagen de que el Senado no quiere votar para no pagar costos.
Dicho eso, quiero argumentar lo siguiente.
Voy a proceder a leer solo la parte dispositiva de la indicación presentada por mis colegas. Dice: "Por todo lo anterior se solicita el patrocinio al Ejecutivo de la indicación que a continuación se presenta".
El señor PROKURICA.- ¡Para el caso de que se declare inadmisible!
El señor HARBOE.- No dice eso, señor Senador.
La señora MUÑOZ.- ¡Se está leyendo lo que está escrito!
El señor HARBOE.- Perdón, señora Presidenta, estoy tratando de leer la indicación.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Ruego evitar las interrupciones.
Escuchemos al Senador Harboe.
El señor HARBOE.- Si el Senador Prokurica me deja leer lo que firmó -aunque a lo mejor no leyó lo que él mismo firmó-, verán que dice: "Por todo lo anterior se solicita el patrocinio al Ejecutivo de la indicación que a continuación se presenta, para que esta sea acogida y de esta manera se pueda legislar al respecto, respetando la iniciativa que reserva la Constitución a la Presidenta".
O sea, en la misma indicación los autores reconocen que no tienen facultades y, en todo caso, no piden que se vote su admisibilidad o que se acoja a trámite, sino que la patrocine el Ejecutivo.
Es más, señora Presidenta, sin perjuicio de la buena intención que puede animar a mis colegas, el artículo 65, numeral 4°, de la Constitución Política, le guste o no al señor Prokurica, establece que está prohibido "Fijar, modificar, conceder o aumentar remuneraciones, jubilaciones, pensiones, montepíos, rentas y cualquiera otra clase de emolumentos, préstamos o beneficios al personal en servicio o en retiro y a los beneficiarios de montepío, en su caso, de la Administración Pública", etcétera.
En otras palabras, es atribución exclusiva de la Presidenta de la República.
Más allá de la buena voluntad y de su sentido y alcance, que muchos podemos compartir, la indicación es absoluta y enteramente inadmisible. Y ni siquiera debió haber sido sometida a votación.
Lo que ha ocurrido es que, probablemente, para ganar los aplausos de la galería, señora Presidenta, se ha forzado esta situación,...
El señor PROKURICA.- ¡No es así!
El señor HARBOE.-... que, al final del día, trae consigo un costo bastante más alto.
Es todo, señora Presidenta.
La señora ALLENDE (Presidenta).- Creo que el Senador Harboe ha sido bastante claro.
El señor PROKURICA.- Pido la palabra.
La señora ALLENDE (Presidenta).- No voy a abrir debate, señor Senador.
La Mesa declaró inadmisible la indicación.
El señor BIANCHI.- ¡Yo también le pedí la palabra!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Yo lamento, enormemente, lo que aquí se ha hecho, porque es vergonzoso.
El señor BIANCHI.- ¡Me corresponde usar de la palabra!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Perdónenme, señores Senadores, pero yo no voy a abrir debate sobre el punto.
Pueden decir todo lo que quieran. La responsabilidad es suya, porque ustedes mismos pidieron el patrocinio.
Así que no hay debate. Lo siento mucho.
La discusión terminó.
El señor BIANCHI.- ¡Usted tiene que votar la admisibilidad!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Además, declaro inadmisible la segunda indicación que se presentó.
El señor BIANCHI.- ¡Pero entonces pídale el patrocinio al Ejecutivo!
La señora ALLENDE (Presidenta).- Y, al no haber más indicaciones, el proyecto queda aprobado también en particular. --Queda aprobado en particular el proyecto.