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DEROGACIÓN DE ARTÍCULO RELATIVO A PLAZO PARA ERECCIÓN DE MONUMENTO EN MEMORIA DE DON JUAN AMADOR BARRIENTOS ADRIAZOLA


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, tal como se ha dicho, la iniciativa en estudio actualiza la ley N° 19.632, que autorizó en su momento la construcción de un monumento en la ciudad de Osorno en memoria de don Juan Amador Barrientos Adriazola.
Dicha ley estableció un plazo de cinco años (que ya caducó) para levantar esa estatua, por lo que ahora se busca fijar un nuevo plazo que permita la materialización de tal obra, que honra a un hijo destacado de la ciudad de Osorno que jugó un papel de trascendencia simbólica durante la guerra del Pacífico.
Juan Amador Barrientos Adriazola nació en Osorno el 17 de abril de 1849.
Se enroló en la Armada en 1867 con apenas 17 años. Como guardiamarina, fue parte de las tripulaciones de la Covadonga y de la Esmeralda. Al inicio de la guerra del Pacífico ya era teniente segundo.
El 2 de noviembre de 1879, durante el desembarco de Pisagua, fue el primer chileno que colocó nuestra bandera en territorio que a esa fecha se hallaba en manos de Perú. La trascendencia simbólica de este hecho no solo alimentó el ánimo y el espíritu de los combatientes chilenos en esa operación -uno de los primeros desembarcos anfibios de los que se tiene registro-, sino que también alentó a muchos compatriotas a sumarse a las filas de las Fuerzas Armadas.
Al término de la Guerra, Juan Amador Barrientos pidió su retiro temporal de la Armada. Algunos años más tarde, el Presidente Balmaceda lo reincorporó al servicio activo con el grado de capitán de corbeta, y se desempeñó como segundo comandante del cazatorpedero Almirante Lynch.
La Revolución del 91 tuvo un desenlace amargo para Barrientos, pues se mantuvo leal al Presidente Balmaceda y al término del conflicto fue castigado, degradado y exiliado.
Falleció a los 72 años sumido en la pobreza y en el olvido.
Concurro, señora Presidenta, con mi voto favorable a este proyecto. La propuesta de levantar en la ciudad de Osorno un monumento en memoria de Juan Amador Barrientos Adriazola permite rescatar y poner en su justo valor a un héroe de la guerra del Pacífico injustamente relegado a las páginas secundarias de nuestra historia, y restituye a la vez el honor a un hombre de armas que sufrió la marginación de su institución por haber tomado en su momento el camino de la lealtad y la opción de defender al Gobierno, tal como hizo Juan Barrientos al ponerse al servicio del Presidente Balmaceda.
Estoy seguro: el municipio y la comunidad osornina harán buen uso de este nuevo plazo para la construcción del monumento a Juan Amador Barrientos, especialmente ahora que la ciudad de Osorno es protagonista de importantes obras que modificarán y mejorarán su estructura vial y sus áreas verdes, y donde no me cabe duda de que la estatua de este héroe podrá contar con el lugar de privilegio que le corresponde.
He dicho.