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ADECUACIÓN DE LEGISLACIÓN NACIONAL A ESTÁNDAR DE CONVENIO MARCO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD PARA EL CONTROL DEL TABACO


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, día a día crece la conciencia acerca de los desastrosos efectos en la salud pública derivados del consumo del tabaco.
En esta materia, el Congreso Nacional ha hecho una importante contribución al aprobar, en los últimos años, sucesivas leyes con el objeto de reducir el consumo por la vía de las restricciones a los lugares aptos para fumar; de la regulación de la publicidad y el etiquetado, y del aumento de los impuestos específicos.
Pero no bastan las leyes.
También se requiere asignar recursos para enfrentar este flagelo, particularmente el tabaquismo infantil y juvenil, respecto del cual tenemos las más altas tasas de prevalencia en el mundo.
Faltan recursos para una campaña publicitaria más agresiva que se dirija a desincentivar el consumo.
Faltan recursos para programas de prevención de mayor cobertura, en especial en la atención primaria.
Faltan recursos para la fiscalización de la Ley del Tabaco.
En efecto, no podemos impulsar seriamente una política de salud basándonos solo en mayores exigencias para las tabacaleras. ¡Se necesita una política más activa!
El proyecto propone, por ejemplo, que la competencia para conocer de las infracciones pase desde los juzgados de policía local a la autoridad sanitaria. Sin embargo, puede ocurrir lo mismo que advertimos desde la Asociación Chilena de Municipalidades cuando en su momento se encargó a los inspectores municipales la fiscalización de esta ley, pero se omitió el financiamiento para esas nuevas funciones. Hoy cabe preguntarse: ¿de cuántos inspectores disponen las diversas Seremías de Salud a lo largo del país?
Espero que la autoridad sanitaria sea más escuchada que los municipios, pues ahora el Gobierno será directamente responsable de una débil fiscalización.
Voto por la aprobación general de la iniciativa.
Es más, estoy de acuerdo en legislar progresivamente para imponer mayores restricciones al consumo del tabaco. Pero, con la misma fuerza, reclamo una acción más decidida del Estado, con planes y programas de prevención y de tratamiento de la adicción, a la altura del grave perjuicio que ocasiona el tabaquismo a miles de personas.
He dicho.