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ENMIENDA DE SISTEMA DE TRIBUTACIÓN DE LA RENTA Y OTROS AJUSTES EN SISTEMA TRIBUTARIO


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, ha pasado mucho tiempo desde que se escuchó hablar por primera vez de la necesidad de una reforma tributaria profunda para financiar los cambios de fondo que requiere el país.
Primero lo escuchamos en pequeñas asambleas y luego en algunos círculos académicos.
Ahora se ha producido un acuerdo amplio, que incluye a los diferentes actores políticos y sociales.
¿Qué ha cambiado en Chile? ¿Por qué ahora se genera este consenso?
Primero fue el movimiento ascendente de estudiantes y otros sectores de la sociedad, que exigía mayores y mejores respuestas del Estado a distintas demandas sociales.
Luego fue el contundente respaldo obtenido por el Programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Se produjo también la confluencia de una clara y decidida voluntad política de los partidos de la coalición gobernante, expresada en la aprobación en la Cámara de Diputados.
Y ahora este proyecto llega acompañado de un Acuerdo que abarca, prácticamente, a todos los sectores políticos del país.
Una mayoría social y política tan amplia solo ha podido concitarse a partir de una demanda tan justa e impostergable: educación pública, gratuita y de calidad, para todos nuestros niños y jóvenes.
En realidad, el verdadero mentor e impulsor de esta reforma tributaria, en sus objetivos esenciales, es la gente que se viene movilizando desde hace años por un desarrollo más equitativo en Chile.
Por tanto, aquella no es fruto de un acuerdo meramente técnico: es, en primer lugar, el resultado de una voluntad política que hizo suya la Presidenta de la República en su Programa de Gobierno y que ahora se ha empeñado en cumplir a través de la ley en proyecto.
Por cierto, hay que valorar también la contribución de los distintos gremios y especialistas que expusieron en la Comisión de Hacienda. Del mismo modo, debe relevarse el papel de sus miembros, que han construido los acuerdos junto con el Ministerio de Hacienda.
Pero no habría habido reforma ni Acuerdo alguno sin todo el movimiento social que la precedió.
Me parece importante enfatizar lo anterior en esta discusión en general, porque a veces se destaca más el Protocolo de Acuerdo que la reforma tributaria en sí misma y adquieren más notoriedad los padres de una u otra modificación que sus verdaderos autores.
Por eso, considero patético que un alto personero de la banca se atribuya algo que no corresponde. Por lo que se sabe, ni siquiera participó en alguna discusión.
Señora Presidenta, se ha demostrado que la movilización, la expresión de las mayorías y la construcción de los acuerdos no son contradictorias. Todas son herramientas legítimas de la política, que interactúan y se potencian, permitiendo avanzar a las sociedades, y cuyo único límite es el respeto a los derechos esenciales de las personas.
Confío en que los distintos Poderes del Estado y los diferentes actores políticos y sociales lograremos también construir procesos exitosos para concretar la reforma educacional y luego una nueva Constitución que nos represente a todos y a todas.
Ahora bien, en la discusión en particular habrá ocasión de debatir aspectos específicos de la iniciativa y las indicaciones que presentará el Ejecutivo producto del Protocolo suscrito.
Solo quiero destacar que, además de los objetivos declarados en orden a obtener una recaudación equivalente al tres por ciento del PIB; introducir mayor equidad tributaria e incentivos al ahorro y la inversión, y disminuir la evasión y la elusión, el proyecto ha logrado establecer, por primera vez en nuestro régimen tributario, un verdadero estatuto pyme, junto con dar mayor liquidez e incentivos a estas empresas.
En tal sentido, cabe relevar que, entre otras medidas, esas empresas tributarán solo por su flujo de caja, es decir, por las facturas efectivamente pagadas y por los gastos realizados, lo que les permitirá contar con mayor capital de trabajo.
Asimismo, bajarán los pagos provisionales mensuales y se dará mayor plazo para pagar el IVA.
Se simplifica el régimen para la deducción de gastos incurridos en supermercados y comercios similares y se incorpora la posibilidad de aplicar como sanción la asistencia obligatoria a cursos de capacitación tributaria ante una primera infracción.
Todo ello constituirá, además, un poderoso impulso a la actividad económica, tanto por efecto de las disposiciones en sí mismas como por la inyección de confianza en los actores económicos, en un cuadro que viene con tendencia a la desaceleración desde el año pasado.
Será mi principal preocupación, como miembro de la llamada "bancada pro pyme", velar porque tales objetivos se lleven a cabo. Y debo agregar que me alegra y me complace que la Presidenta de la República haya cumplido con su compromiso de apoyar la modernización y el desarrollo de las pymes.
Sin embargo, me preocupa la situación de las zonas extremas y deseo que se establezcan progresivamente impuestos regionales y locales que sirvan de base para una efectiva descentralización del país. Este es un desafío pendiente.
El fracaso de la municipalización de la educación y el deterioro de la educación pública, causas últimas de esta reforma, podrían haberse evitado si contáramos con un Estado efectivamente descentralizado, con recursos y facultades suficientes.
Existen otros temas relevantes que debemos revisar con cuidado, como los llamados "impuestos verdes" e "impuestos correctivos", propios de la economía y de la política de hoy.
Por cierto, tienen que cerrarse todas las vías de elusión que pudieran mantenerse abiertas.
Pero debemos destacar que se está cumpliendo un hito importante de una de las principales reformas incluidas en el Programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet. Ello nos permite afirmar que efectivamente estamos iniciando un nuevo ciclo político en Chile, que dará paso a un país más justo, más inclusivo, más equitativo.