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RESTABLECIMIENTO DE EXCLUSIVIDAD UNIVERSITARIA PARA DIVERSAS CARRERAS DEL ÁREA DE LA SALUD


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, concurro con mi voto a aprobar la propuesta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, en orden a rechazar las modificaciones incorporadas por la Cámara de Diputados al proyecto de ley que otorga la calidad de profesión universitaria a todas las carreras del área de la salud.
En mi calidad de profesional de la salud, soy muy consciente del rol que cumplen kinesiólogos, fonoaudiólogos, enfermeras, matronas, nutricionistas, tecnólogos médicos y terapeutas ocupacionales, quienes junto con médicos, odontólogos, psicólogos, deben trabajar en equipo para enfrentar los requerimientos de salud de la población.
Los problemas de la salud son de resolución cada vez más compleja, y necesitan ser enfrentados de manera interdisciplinaria por distintos profesionales, que cuenten con una sólida base científica compartida.
La Universidad de Chile tuvo una visión pionera hace varias décadas, al abrir estas carreras en la Facultad de Medicina. Y ellas fueron recogidas por nuestro sistema de salud pública, que, desde un principio integró a estos profesionales a sus plantas.
Asimismo, en mi calidad de exalcalde, tuve ocasión de constatar el aporte insustituible de estos profesionales en la atención primaria, particularmente bajo el modelo de salud familiar. Cada vez son más las prestaciones de salud ejecutadas por ellos, lo que se ha acentuado también por la escasez de médicos que afecta al nivel primario.
La gran mayoría de estos profesionales han continuado formándose en las universidades, pese a que sus carreras fueron sacadas de las de carácter exclusivamente universitario en 1981, por ley de la Junta de Gobierno. Y desde entonces estamos en deuda con ellos.
Confío en que la Comisión Mixta encontrará una fórmula que, acogiendo la idea matriz de la moción que dio origen a esta iniciativa, pueda también dar cuenta de los desafíos que enfrenta el sistema de enseñanza superior y que están comenzando a ser abordados a través de la reforma educacional incluida en el programa de Gobierno.
Lamentablemente, esta modificación legal llega tarde. Hay institutos profesionales que imparten estas carreras y se deben contemplar ahora los legítimos intereses de sus egresados y estudiantes, sobre todo cuando se trata de instituciones que han ganado un merecido prestigio.
Pero creo que las cosas deben volver a su cauce natural. Estas carreras siempre han sido universitarias, aunque la ley no las haya reconocido.
Una materia distinta será definir el sistema de educación superior que necesita el país para las próximas décadas; cuánto deben durar las carreras; qué acreditación requerirán las diferentes instituciones, etcétera.
Esos temas deberán ser abordados en el respectivo proyecto de ley. Pero ahora lo que corresponde es devolverle el carácter universitario a estas profesiones, el cual nunca debieron perder.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).