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REAJUSTE DE MONTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, todos los años sostenemos la misma discusión sobre la importancia del reajuste al monto del ingreso mínimo mensual, la cual, sin lugar a dudas -y hay datos que han dado los distintos colegas que han intervenido-, resulta relevante no solo por el salario mínimo en sí. Puedo señalar que al menos para la circunscripción que represento significa un debate importante. Por ejemplo, a la provincia de Linares se la conoce como "la ciudad del salario mínimo", dado que el monto de las remuneraciones en esa ciudad es muy cercano al ingreso mínimo.
Por lo tanto, lo que hagamos o dejemos de hacer en este Parlamento obviamente que incide en la vida de muchas personas. Da lo mismo cuántas sean. Para numerosa gente es significativa la cifra que se estipule.
Pero el monto del salario mínimo no solo es importante para efectos de la remuneración de las personas, como ha manifestado el Senador Coloma (aunque por su intervención no sé qué estaba oyendo desde su oficina; me provocó alguna duda lo que habría escuchado que se estaba sosteniendo en la Sala), sino también para fines no remuneracionales, para muchos aspectos y parámetros en nuestra vida.
El año pasado, el Gobierno no quiso escuchar. Y creo que esa es la crítica que se ha expresado en esta Sala, y no películas de terror ni reparos injustificados. A mi juicio, hay muchos reconocimientos, señor Ministro -por su intermedio, señor Presidente-, que podríamos hacerle el día de hoy. Pero en este punto las críticas apuntan fundamentalmente al hecho de no haber querido escuchar. Se pidió que se aumentara el monto del salario mínimo. Lo solicitó el propio Presidente del partido del Primer Mandatario. Se habló de una cifra que superaba los 200 mil pesos. Y llegamos a un guarismo mayor al esbozado en ese minuto por el Gobierno, pero que no semejaba el que todos queríamos y esperábamos.
Ahora, el incremento que discutimos claramente es mayor al que se había señalado en su origen. Llegamos a los 210 mil pesos, que era un monto que se había solicitado en este Parlamento. Y nos demoramos varios meses en arribar a esta cifra.
Entonces, quienes nos ven y escuchan fuera del Congreso, en las casas de tantas familias, no nos entienden. Porque ese monto había sido pedido por muchos de los colegas que hoy han hablado en el Senado.
Y nos demoramos varios meses en alcanzarlo.
Por cierto, eso contrasta con la rapidez con que aprobamos otras iniciativas. Y en la que nos ocupa, obviamente relevante, nos hemos tardado más de lo adecuado.
Tenemos, sin lugar a dudas, una gran deuda con los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.
Las consideraciones para fijar el salario mínimo no pueden ser puramente económicas, sino que también han de atenderse cuestiones culturales, políticas, éticas. Y un factor que han esbozado algunos colegas, vinculado con el territorio, debiera estar presente en nuestro debate.
Tenemos que buscar una fórmula más moderna para poder establecer este parámetro. Es preciso seguir avanzando en la materia de que se trata y asegurar sueldos dignos para lograr equidad en nuestro país.
Monseñor Goic, hace ya varios años, planteó la necesidad de un ingreso ético que debía llegar a los 250 mil pesos mensuales.
El ingreso mínimo actual solo cubre el 60 por ciento del valor de la línea de la pobreza en una familia de cuatro miembros.
Al 55 por ciento de los trabajadores no calificados informales y al 40 por ciento de los no calificados formales no les alcanza con su salario para sus gastos básicos y regulares, según datos de la Encuesta de Salud y Trabajo. Esto significa que gran parte de los hogares de nuestro país no cubre con su ingreso mínimo aquellas cosas básicas para tener una vida digna. Son más de 600 mil familias que, obviamente, están pendientes de lo que hoy día discutimos.
Según las estadísticas entregadas por el INE, el desempleo en el trimestre abril-junio alcanzó 6,17 por ciento...
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Ha concluido su tiempo, señora Senadora.
Se le concederá un minuto adicional.
La señora RINCÓN.- Muchas gracias.
Sin lugar a dudas, la cifra del salario mínimo que ahora se discute va a incidir en las familias de nuestro país. Considero que tenemos que ver cómo modernizamos la fijación de tal parámetro, cómo lo hacemos no anualmente sino que en un período mayor y cómo abordamos, de una vez por todas, el monto de las asignaciones familiares, que claramente incide en las familias numerosas.
Por eso, señor Presidente, concurro con mi voto a favor, y hago un llamado para que reflexionemos, no en esta fecha sino con antelación, a los efectos de transformar este parámetro en forma decidida.
He dicho.