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MODIFICACIÓN A LEGISLACIÓN SOBRE EXPENDIO, COMERCIALIZACIÓN Y PRODUCCIÓN DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS


El señor PIZARRO (Presidente).- Corresponde pronunciarse, en la segunda discusión, sobre el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece modificaciones a la legislación sobre expendio, comercialización y producción de bebidas alcohólicas, con informe y nuevo primer informe de la Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (2973-11, 4181-11, 4192-11 y 4379-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 26ª, en 11 de junio de 2008.
Informes de Comisión:
Salud: sesión 9ª, en 13 de abril de 2011.
Salud (nuevo): sesión 21ª, en 8 de mayo de 2013.
Discusión:
Sesiones 11ª, en 20 de abril de 2011 (se aplaza su discusión); 30ª, en 12 de junio de 2013 (queda para segunda discusión).
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La primera discusión del proyecto se efectuó el 12 de junio pasado.
Cabe recordar que la Comisión de Salud lo debatió en general y en particular en virtud del acuerdo adoptado por la Sala en sesión del 5 de mayo de 2009.
Se hace presente que el número 5 del artículo 3° del proyecto es de rango orgánico constitucional y requiere para su aprobación de 22 votos favorables.
Asimismo, por acuerdo de la Sala, del 6 de abril de 2011, la iniciativa debe ser estudiada, en el segundo informe, por las Comisiones de Agricultura y de Salud, unidas.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Secretario, entiendo que ya fue visto por las Comisiones unidas.
El señor LABBÉ (Secretario General).- No, señor Presidente.
En el segundo informe tiene que ser considerado por ambas Comisiones.
El señor PIZARRO (Presidente).- Pero estamos en el segundo informe.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Estamos en la segunda discusión del proyecto.
El señor PIZARRO (Presidente).- En el debate en general.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Así es.
El señor PIZARRO (Presidente).- Conforme.
En la segunda discusión, tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, la iniciativa tuvo una larga tramitación en la Cámara de Diputados, donde finalmente se logró fusionar cuatro mociones, lo cual permitió destrabar un proyecto que va en la dirección correcta al regular y advertir respecto al consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Una de esas iniciativas decía relación con el etiquetado de las bebidas alcohólicas. Y en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados se llegó a un acuerdo con la de Salud para los efectos de fijar el tamaño del rotulado con las advertencias.
Por otra parte, se fusionaron una serie de indicaciones que establecían restricciones a la publicidad de bebidas alcohólicas, tanto en los medios de comunicación social como en la vía pública.
En ese sentido, hago un llamado a mejorar el proyecto. Estoy convencido de que ello es posible. La idea es aprobarlo para que, tal como ya lo resolvió la Sala, vaya a las Comisiones de Salud y de Agricultura, unidas, a fin de que prosiga su tramitación.
Esta iniciativa estuvo para ser incorporada en la tabla desde hace prácticamente 3 años, y no se ha podido despachar porque habitualmente se pedía segunda discusión o, simplemente, se sacaba del Orden del Día.
Por eso, señor Presidente, pido que aprobemos en general el proyecto para enviarlo a las Comisiones de Agricultura y de Salud, unidas, donde podremos introducirle las modificaciones pertinentes. De ese modo los miembros de ambos órganos técnicos encontraremos un punto de equilibrio para despachar una buena normativa.
En tal virtud, solicito a los señores Senadores que voten a favor a efectos de proseguir la tramitación de esta iniciativa legal.
He dicho.
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El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Muñoz Aburto.
El señor MUÑOZ ABURTO.- Es un tema de Reglamento, señor Presidente.
En mi calidad de Presidente de la Comisión de Trabajo pido que, dado que se postergó la vista del proyecto signado con el número 19, sobre las trabajadoras de casas particulares, en su reemplazo se discuta el que figura en el número 18 de la tabla, iniciado en moción de los Senadores señora Alvear y señor Escalona, que incorpora en el Código de Trabajo el contrato de teleoperadores, que viene con informe favorable de la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Senador, ¿usted está pidiendo que adelantemos su discusión y lo veamos a continuación de la iniciativa que estamos debatiendo?
El señor MUÑOZ ABURTO.- Así es.
La señora ALLENDE.- Exactamente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Si le parece a la Sala, una vez terminada la discusión del proyecto sobre expendio, comercialización y producción de bebidas alcohólicas, se tratará el relativo al contrato de los teleoperadores.
El señor CHAHUÁN.- Está bien.
--Así se acuerda.
El señor MUÑOZ ABURTO.- Gracias, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Senadora señora Allende, ¿usted había solicitado la palabra para referirse a un tema de Reglamento?
La señora ALLENDE.- Era para pedir lo mismo, señor Presidente.
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El señor PIZARRO (Presidente).- Continuando con la segunda discusión del proyecto, tiene la palabra el Senador señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, la iniciativa, que es de larga data y ha sido motivo de mociones de varios señores Diputados, fue aprobada en la Cámara Baja el 31 de julio de 2007. O sea, hace ya 6 años. Y, por supuesto, aquí, en la Sala del Senado, no se había podido ver hasta el día de hoy.
El propósito de este texto refundido es, entre los principales aspectos, regularizar la publicidad que incentiva el consumo de alcohol, revertir su consumo entre los menores de edad, incorporar en los envases y en la publicidad advertencias sobre los efectos del alcohol en la salud.
Para ello, se propone que cada etiqueta lleve una leyenda, que prevenga sobre los efectos del consumo excesivo, estableciendo detalladamente las características de dicho aviso, las cuales fueron consensuadas con los sectores vinculados al tema.
La principal novedad del nuevo primer informe de la Comisión de Salud es que se elimina un artículo referente a la facultad de Carabineros para ingresar al respectivo recinto, incluso por la fuerza, cuando se denuncie que allí se viola la norma que dispone que los establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas deben estar separados de las viviendas, a excepción de hoteles o pensiones.
Creo que esa disposición debería ser repuesta. En su lugar se agrega una nueva norma, que obliga a los fabricantes, productores, distribuidores e importadores de alcoholes a informar en los envases los elementos que contienen, para lo cual se faculta adicionalmente al Ministerio de Salud para reglamentar la forma de hacer esta publicación.
La Sala del Senado dispuso que el proyecto, después de su aprobación por la Comisión de Salud, fuera conocido también por la de Agricultura, pero el informe de esta aún no se encuentra listo.
La importancia de la lucha contra el consumo excesivo de alcohol se basa en que anualmente se registran alrededor de 2 mil muertos y 55 mil heridos en accidentes de tránsito. Es decir, un promedio diario de más de 5 muertes por esta causa, 3 de las cuales están asociadas al alcohol, con un costo para el país cercano a 1.200 millones de dólares.
Por eso, estimo prudente que se apruebe en general el proyecto; que en el segundo trámite reglamentario se cumpla lo ya acordado por la Sala en cuanto a que lo estudien las Comisiones de Salud y de Agricultura, unidas, con las indicaciones que se formulen, y que posteriormente llegue de nuevo a la Sala para su despacho.
Gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina.
Solicito el asentimiento de la Sala para que me reemplace en la testera, por algunos minutos, el Senador señor Girardi.
Acordado.
--Pasa a dirigir la sesión, en calidad de Presidente accidental, el Senador señor Girardi.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, debo señalar que el proyecto contiene artículos simplemente insostenibles desde el punto de vista de votar su idea de legislar.
Cada vez que ha llegado a la Sala se ha devuelto a Comisión para intentar que en ella se eliminen algunas normas que, al menos para algunos de nosotros, son extraordinariamente inconvenientes.
Por cierto, yo no tengo ningún reparo en que legislemos para disponer de una mayor regulación de la publicidad en el contenido de las etiquetas. Pero el texto consigna disposiciones por completo equivocadas, como la siguiente:
"Artículo 2°.- La publicidad de bebidas alcohólicas en televisión sólo podrá realizarse entre las veintitrés y las seis horas. Se prohíbe la publicidad directa o indirecta, de bebidas alcohólicas en radios, entre las dieciséis y las dieciocho horas.".
Señor Presidente, considero razonable que exista una regulación como esa respecto del cigarrillo, sobre el cual no hay duda que provoca daño y no aporta ningún beneficio.
Pero en el caso del alcohol, no es verdad que per se causa daño. Sin embargo, la iniciativa en estudio señala que no se puede hacer publicidad del alcohol, del vino que nuestro país exporta, en circunstancias de que este producto, consumido con prudencia y moderación, no genera efecto nocivo alguno. Y nadie ha podido demostrar lo contrario.
Entonces, los niveles de restricción a que estamos llegando en algunas materias son -repito- francamente inconvenientes.
El inciso segundo del citado precepto expresa: "Se prohíbe cualquier forma de publicidad comercial o no comercial, directa o indirecta de bebidas alcohólicas en actividades deportivas,".
Yo me pregunto: ¿qué problema hay en que un equipo de fútbol sea auspiciado por una marca de cerveza? ¡Entendamos bien el asunto!
Entre paréntesis, quiero señalar que yo no tengo vinculación, directa ni indirecta, con fabricantes de bebidas alcohólicas de ninguna naturaleza.
Lo preciso para evitar malas interpretaciones¿
La señora ALLENDE.- Suspicacias.
El señor ESPINA.-¿ y suspicacias.
Pienso que esa norma excede absolutamente el sentido común.
¿Por qué un equipo de fútbol no va a poder realizar publicidad razonable de una marca de vino? ¿Cuál es el motivo? ¿Eso va a convertir en alcohólicos a los niños chilenos?
Con tal predicamento, si le hace publicidad a los dominales, ¿los menores van a ser fanáticos de ese medicamento?
Señor Presidente, esta no es la manera como se construye una sociedad, que debe tener protección. Pero estimo que en este ámbito se exceden con creces las limitaciones que deben establecerse.
Por eso yo solicité a los autores de la moción que eliminaran aquellas normas en las cuales se incurre en un exceso absolutamente infundado.
O sea, según el proyecto, no se podrá hacer publicidad al alcohol, salvo después de las 11 de la noche. Y no sé por qué se agrega "entre las dieciséis y las dieciocho horas".
Tampoco podrán hacer publicidad los clubes deportivos. ¡No vislumbro por qué esto haya de ser un pecado! Distinto sería que su camiseta dijera: "Consumir alcohol en exceso hace bien para la salud".
¡Por favor, no veo motivo para establecer estos grados de limitantes!
Se ha equivocado el camino. ¡Si este no consiste en prohibir la publicidad, menos cuando ella muchas veces ayuda a que los clubes deportivos tengan un financiamiento adecuado!
No se trata de una actividad ilícita. ¡Y entre el alcohol y el cigarrillo hay una tremenda diferencia!
No conozco a nadie que postule que el cigarrillo hace bien. Y después de todos los estudios que se vieron en el Senado, no hubo nadie que dijera: "¿Saben qué más? El cigarrillo hace bien". Incluso, aquellos que fumamos -es mi caso- estamos felices con la norma, pues restringe enormemente la posibilidad de fumar y ayuda a no hacerlo.
Pero respecto del alcohol -lo señalo de modo objetivo-, el precepto en comento es del todo exagerado.
Entonces, se nos pone en la disyuntiva de votar a favor un proyecto que apunta a regular las normas sobre publicidad, pero con disposiciones que exceden por entero el sentido común y lo razonable, desde mi modesto punto de vista, porque no soy juez de la conducta de los demás.
Y el inciso cuarto de dicho artículo establece: "Los artículos deportivos destinados a ser distribuidos masivamente, tales como camisetas, uniformes u otros, y aquellos de "merchandising" vinculados a actividades deportivas, no podrán contener publicidad de bebidas alcohólicas, ni siquiera cuando con ello se busque replicar más fielmente algún artículo usado por un deportista o equipo deportivo determinado.".
Señor Presidente, creo que he dado los fundamentos de por qué se me pone en la obligación de votar en contra de este proyecto.
Si me dijeran que la iniciativa tiende a regular exclusivamente que las etiquetas de las bebidas alcohólicas contengan indicaciones razonables: que el consumir alcohol en exceso hace daño; que ello no corresponde en el caso de las embarazadas, como se ha señalado, y una serie de otras recomendaciones, me parecería bien. Pero se cae en niveles de restricción como los mencionados, que en realidad son extremados y que, en mi concepto, no tienen justificación.
Tal vez somos varios los que pensamos así. Pero, ¡por favor!, no digan que me hacen lobby las empresas productoras de vinos, porque ninguna lo ha hecho nunca; ni que queremos protegerlas. ¡No!
Repito: no me han hecho nunca lobby sobre este tema, ni me interesa que me lo hagan. Y si lo hacen, tendrán derecho a hablar conmigo 300 veces, pero no cambiaré mi punto de vista por el hecho de que alguien me llame o no me llame. Y lo mantendré, porque considero que esta norma es absolutamente excesiva.
Por ese motivo, anuncio que me pronunciaré en contra del texto que nos ocupa.

La señora RINCÓN.- Pido la palabra, para plantear un punto de Reglamento, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, después de escuchar algunas intervenciones y dada la importancia de este proyecto de ley, en mi calidad de Comité solicito postergar la votación, a fin de estudiarlo con más antecedentes.
El señor LARRAÍN.- ¿Pide segunda discusión, señora Senadora?
La señora RINCÓN.- No. Aplazamiento de la votación.
Gracias, colega Hernán Larraín.
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- O sea, podemos discutirlo igual.
¿Está de acuerdo en que prosiga el debate?
La señora RINCÓN.- Así es.
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- Entonces, tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, me hacen mucho sentido algunas de las intervenciones anteriores. Pero voy a exponer una situación que vivimos en la Patagonia, que si bien no tiene relación directa con este proyecto en sí, va a terminar teniéndola.
Quiero referirme a los locales comerciales denominados "boliches" en los barrios, los cuales, en su gran mayoría, tanto en la Región de Aysén como en la de Magallanes, tienen conectado el negocio con la cocina o el comedor de la vivienda.
La iniciativa propone quitarles un derecho adquirido, que tuvieron desde siempre. Porque fueron objeto de una excepción. Se dictaron normas que eximieron a sus dueños de aquella prohibición y ellos invirtieron en una patente de alcoholes para ejercer dicho comercio. Y precisamente las bebidas alcohólicas se encuentran entre los productos que más venden.
Con los Senadores Muñoz Aburto, Horvath y Patricio Walker (nos vinculamos regionalmente) hemos visto la preocupación de propietarios de cientos de pequeños locales de barrios ante el hecho de que, se quiera o no, la ley en proyecto, cuya votación se pidió aplazar, apunta en cierta medida a hacer desaparecer la actividad que desarrollan.
Como señalé, esos pequeños comerciantes adquirieron una patente de alcoholes e hicieron las inversiones necesarias. Pero hoy día se les prohíbe ejercer su actividad. Y ya están recibiendo los primeros partes que cursan los carabineros y las municipalidades, justamente en la idea de hacer desaparecer por completo esa clase de comercio.
Se están colocando restricciones. No me parecen mal, aunque no las comparto cuando son excesivas.
Ahora bien, más allá de lo expresado acá respecto a la promoción de bebidas alcohólicas mediante clubes deportivos, la regulación de la publicidad que se propone a través de esta iniciativa es, en mi concepto, tremendamente exagerada, por decirlo de alguna manera.
Yo tampoco tengo ningún vínculo con las bebidas alcohólicas. No me ha llamado ningún productor, ni he conversado con nadie de ese ámbito.
Confieso, sí, que sostuve una reunión con comerciantes de barrios de distintas comunas -al menos de mi Región-, quienes me hicieron presente su inquietud ante el riesgo de perder una actividad que han desarrollado por muchos años. Porque el proyecto que nos encontramos analizando esta tarde, si bien no guarda relación directa con su problema, de manera indirecta les imposibilitará recuperar el derecho que adquirieron al comprar su patente de alcoholes, ya que les exige cerrar sus negocios por la circunstancia de atender al público desde su domicilio.
Agreguemos a lo anterior la condición climática, que hace que tanto en Aysén como en Magallanes exista la excepción en comento, que en algún momento me gustaría discutir.
Y, además, ¡yo no tomo...!
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, comparto plenamente lo que planteó el Senador Espina y que hemos discutido en otras ocasiones en el Parlamento.
Una cosa es tratar de generar normas que orienten conductas (por ejemplo, advertir que el consumo de alcohol puede dificultar la capacidad para conducir o anularla) o algún tipo de política pública (por ejemplo, impedir o eliminar los excesos), pero algo muy distinto -lo hemos conversado con el Senador Girardi, quien ahora está presidiendo esta sesión- lo que se pretende con este proyecto: una especie de satanización de todo lo que tenga que ver con el alcohol.
Yo, que represento a una zona viñatera, la Séptima Región (otros representan a zonas pisqueras), no me siento avergonzado por el hecho de que haya tantas personas dedicadas a tal actividad.
Incluso, para muchos efectos, puede parecer contradictorio que por un lado se postule a Chile como "la capital del vino" o que internacionalmente se busque valorar las condiciones para producir determinadas variedades, y por otro, a través de este proyecto, se dinamite cualquier posibilidad de difusión o propaganda respecto de algo que es legítimo. Si fuera ilegítimo o ilegal, ello me parecería razonable. Pero resulta absurdo si es perfectamente legítimo y legal.
Yo tiendo a pensar que en esta materia a veces existe una especie de chiismo, en que la prohibición pasa a constituirse en la regla común, cualquiera que sea la actividad.
Creo mucho más en las libertades; en que las personas puedan, si no causan daño a terceros, generar determinado tipo de conductas. Y no me avergüenzo de que en nuestro país haya lugares con características especiales que permitan, por ejemplo, producir estupendos vinos, o buenas cervezas, o piscos de gran calidad.
Si el Parlamento señala que eso genera una suerte de capitidisminución o de avergonzamiento, está equivocado. Y si establece un listado gigantesco de prohibiciones sobre la materia, apunta en un sentido a mi juicio incorrecto.
Entiendo que aquí pueda haber legítimas aprensiones acerca del punto. Pero insisto: una cosa es generar políticas públicas de advertencia contra los excesos -ello me parece perfectamente razonable; y algo de eso plantea el proyecto- y otra muy distinta colocar en una categoría completamente diferente al alcohol, el que puede consumirse en forma responsable y -reitero- ha sido, paradójicamente, uno de los ejes del desarrollo económico de Chile, pero de repente aparece vetado.
Por eso, me alegra que el Comité Demócrata Cristiano haya planteado el aplazamiento de la votación.
En lo que a mí respecta, advierto en esta iniciativa una forma negativa de abordar el tema.
Yo habría sido partidario -y lo voy a plantear- de que el proyecto pasara a la Comisión de Agricultura antes de la votación en general.
¡Si ese fue el sentido de lo que discutimos!
Pero ahora se está buscando un sistema alambicado -¡el alambique se vincula con el alcohol...!- conforme al cual primero se vota la idea de legislar y después se realiza la discusión particular en Comisiones unidas, en circunstancias de que, según entendí, la normativa debía analizarse previamente en cada órgano especializado.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, yo también me sumo a la importancia que reviste profundizar más en este proyecto y a la idea de que el aplazamiento de la votación permitirá tal vez un mejor intercambio de opiniones.
Sin embargo, quiero hacer mención -aunque se relacione indirectamente con el contenido de este proyecto- de los abusos extremos que se cometen con los campesinos propietarios de viñedos.
He tomado conocimiento, por ejemplo, de que en el valle del Itata a los miembros de la economía familiar campesina se les compra el kilo de uva a entre 40 y 60 pesos. Y en ciertos momentos se ha llegado al absurdo de pagar 20 pesos por kilo, generándose un círculo de opresión de los pequeños productores enteramente incalificable.
Tal actitud no es de intermediarios inescrupulosos, lamentablemente, sino de las grandes compañías.
No tengo el ánimo de enjuiciar a nadie en particular, pero debo señalar que productoras de vinos que desembolsan enormes cantidades de dinero para publicidad y que aparecen frente a la ciudadanía como rectoras del avance de Chile y de nuestra agroexportación son las protagonistas de ese tipo de prácticas.
En el curso de los últimos años, incluso en momentos en que en numerosas comunas se vivía el drama de las consecuencias del terremoto y del tsunami, se les impusieron a los productores campesinos condiciones enteramente leoninas, muy lejos de la conducta que debiesen tener megaconglomerados económicos cuyas ventas llegan a muchas decenas de miles de millones de pesos.
Aunque ello no tenga que ver exactamente con la materia que aborda esta iniciativa, he querido hacer presentes en la Sala del Senado dichas prácticas abusivas, que me parecen por completo incalificables y que profundizan y acentúan una desigualdad inaceptable en nuestro país.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, no sé si el debate que haremos en torno a este proyecto va a ser acerca de salud pública o sobre defensa de una industria.
Yo entiendo que hay una dimensión relacionada con la consecuencia que se requiere al abordar la situación: tal como somos un país con altísimos indicadores de tabaquismo, tenemos graves problemas de alcoholismo y de consumo excesivo de alcohol, particularmente en ciertos estamentos etarios.
Ese es el dato duro.
Se debería, tal como sucede con el tabaco, prohibir todo tipo de publicidad, si uno quisiera ser consistente en esta materia.
De igual manera, siendo yo partidario de un equipo de fútbol albo, no me parece que corresponda que su camiseta -tampoco la de cualquier club deportivo, profesional o semiprofesional- lleve publicidad de una empresa que produce bebidas alcohólicas, pues ello no apunta en la dirección que todos queremos. Y siento que la información se podrá precisar.
La eliminación de la publicidad en todas sus formas es un mínimo común denominador que nos debería unir a todos.
Yo represento, al igual que el Senador Coloma, a una zona productora de vinos. Podremos discutir cuál de los valles genera el mejor. No tengo ninguna actividad vitivinícola, de ningún tipo. Me asiste la convicción de que en el valle de Colchagua y en Totihue se producen vinos de excelencia. Pero los vinos que se elaboran masivamente en nuestro país son de exportación y no dependen de la publicidad.
Al igual que el pisco, la gran mayoría de los vinos producidos en Chile no requiere publicidad para su venta.
Tengo la impresión de que una señal correcta, en un país que aspira a ciertos parámetros de desarrollo, ha de entender que este tipo de debate debe girar, como primera prioridad, en torno a los temas de salud pública y no a si uno defiende una industria u otra.
Señor Presidente, yo soy defensor de la idea de que la persona mayor de edad puede hacer lo que quiera con su vida, en todos los ámbitos, en tanto no atente contra los derechos de terceros.
Por eso, me parece bien que se precisen otras normas contenidas en este proyecto. Por ejemplo, la de que las organizaciones comunitarias, las cuales no tienen patentes permanentes, puedan en ciertas situaciones contar con una de venta eventual.
Opino que deberíamos sincerar esta materia más de lo que dice la ley en proyecto. Porque todos sabemos que en los campos deportivos de nuestro país los clubes venden bebidas alcohólicas durante los fines de semana -disculpen si me equivoco en el lenguaje que voy a usar- y muchas veces terminan en una relación no sana con la entidad fiscalizadora, que les quita o no lo que adquieren o tienen a consignación dependiendo del trato que les dan en otros ámbitos.
Señor Presidente, creo importante tener un denominador común sobre publicidad, advertencia, y después, generar los mecanismos incluso para acoger lo que nos insinuó el Senador de Punta Arenas, quien señaló que es necesario establecer cierto criterio de flexibilidad ante las condiciones climáticas, etcétera.
Considero que se debe y se puede hacer, siempre que entendamos que el consumo excesivo de alcohol es en nuestro país un problema que ha de abordarse y que ninguna razón de fondo impide enfrentarlo en forma si no idéntica al menos parecida a como se afronta la cuestión del tabaco.
Señor Presidente -y con esto termino, por lo que pido medio minuto adicional-,¿
El señor GIRARDI (Presidente accidental).- Puede concluir, señor Senador.
El señor LETELIER.-¿ no tengo ningún interés en que se perjudique ni a la industria pisquera en el norte ni a la industria vitivinícola en el sur; de ningún modo objeto que existan y se desarrollen las múltiples empresas productoras de cerveza que hay en Chile, pero pienso que estamos en condiciones de dar un paso para restringir o prohibir la publicidad y para efectuar ciertas advertencias básicas en esta materia.
Yo no creo que las advertencias tengan gran efecto en la reducción del consumo. Me parece mucho mejor disminuir la publicidad y, como sociedad, dar una señal -entre otras- en el sentido de que los clubes deportivos no deben exhibir la vinculada con bebidas alcohólicas; eso, como elemento mínimo. Y lo planteo aunque ello afecte a un equipo que a muchos nos gusta, que tiende a recibir grandes cantidades de recursos provenientes de algunas empresas de aquel rubro.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, a este Parlamento le toca siempre enfrentar situaciones complejas y difíciles en que hay visiones legítimas pero que, a mi entender, tienen jerarquías distintas.
Me parece muy bien que para algunos Senadores sea prioritario representar los intereses de un sector productivo. El problema estriba en que estamos hablando de una actividad que guarda una importante relación con la salud, con la vida de las personas.
Este proyecto, a diferencia del relacionado con el tabaco, no busca impedir la ingesta de bebidas alcohólicas. En ninguna de sus normas existe asociación alguna con el propósito de señalar que no hay que consumirlas.
En él subyacen dos elementos centrales. Y quiero llamar la atención de Sus Señorías, por la relevancia de ambos.
Apela al beber responsable, a proteger la vida. Porque, en bajas dosis, el alcohol no provoca daño -es cierto-; pero en dosis altas genera un conjunto de problemas relacionados no solo con la toxicidad sino también con terceros. Y por eso el Congreso Nacional aprobó el proyecto de ley de tolerancia cero.
Esta es una iniciativa absolutamente transversal. Una de sus impulsoras fue la Diputada Cristi; también firmó la moción el a la sazón Diputado Chahuán. Fue aprobada por unanimidad en la Comisión de Salud, con el voto de la entonces Senadora Matthei.
Por lo tanto, hay en ella una transversalidad relevante de personas que estiman que la salud, jerárquicamente, es un bien superior a la protección de cuestiones económicas.
Ahora, yo veo aquí un aspecto de fondo: por qué es necesario resguardar a la sociedad.
Si Sus Señorías leen bien, verán que este proyecto no está dirigido a los adultos -a estos se les entregó un mensaje: el beber responsable-: su objetivo es proteger a los niños.
En Chile, guste o no, hay una prevalencia de consumo que empieza a los 11 años. A las clínicas privadas llegan niños -particularmente niñas- de 12 o 13 años intoxicados por ingesta alcohólica. Porque hoy día el alcohol está asociado a un estatus de pertenencia a un grupo o a una tribu de identidad de los jóvenes. Y, como nuestra sociedad tiene carencia de valores y de elementos que den sentido de pertenencia, ahora este se expresa en función de la zapatilla que se usa, del producto que se consume.
Y aquí tenemos una cuestión compleja: cuando esta iniciativa habla de regular la publicidad de bebidas alcohólicas en la televisión para evitar que se exhiba en horarios destinados a menores, es evidente que no está pensando en proteger a los adultos.
¿Cuál es la libertad de un niño -porque se habla de "libertad"- cuando se lo expone a una publicidad engañosa, subliminal, que asocia el consumo de alcohol al éxito, a lo placentero, a lo entretenido, a lo (como dicen los menores) bacán? ¿Qué opción tiene el menor para defenderse de esa publicidad? ¡Ninguna!
Es decir, un niño es rehén de dicha publicidad, que se dirige a él.
En el mismo sentido, ¿por qué cuestionar el alcohol asociado al deporte?
No hay mejor publicidad que ligar algo, como una droga, al deporte, que genera todo lo contrario.
Y aquí se presenta una cuestión muy de fondo. Estudios de neurociencia que me gustaría mostrar mañana demuestran la liberación de dopamina cada vez que se consume alcohol. Este último producto es una droga tan potente como la nicotina, la marihuana y otras. La diferencia radica en que es lícito. Y distintos factores también provocan el efecto señalado: la relación sexual, la visión de un plato apetitoso. Por eso son todos adictivos. Pero cuando uno consume varias veces un alimento apetitoso o se expone a ver pornografía, por ejemplo, los niveles de intensidad de la dopamina van bajando en el tiempo, en tanto que con el alcohol se mantienen siempre altos. Es decir, una persona que bebe va a experimentar siempre una relación placentera, y, por lo tanto, se genera ahí el elemento que introduce la adicción. Esa es la razón por la cual es necesario proteger a los niños.
El proyecto, tal como está concebido, en ninguna parte dice que no hay que beber alcohol. El articulado apela -le pido un minuto para concluir, señor Presidente- a que los adultos sean destinatarios de una indicación que hoy día, de hecho, se hace con relación a la cerveza: "Deja las llaves", "Bebe responsablemente". Es un aspecto nuevo. Ello se dirige a la protección de quienes no se pueden defender, y es responsabilidad del Congreso proporcionar un resguardo de esa índole por sobre el de los intereses económicos.
Pido que no se use nuevamente el argumento de que el texto tiene que pasar a la Comisión de Agricultura, porque todos sabemos lo que les sucede a estas iniciativas en ese órgano técnico: se rebaja el estándar que tiene que ver con la protección de la salud y se reafirma, como ha ocurrido en muchas, el de protección de la visión más bien económica, la cual creo que aquí tiene que estar supeditada a una defensa de un bien común superior.
Por eso hago un llamado a reflexionar sobre aquello en que estamos legislando. Tenemos una oportunidad de resguardar la salud de los niños, que son las víctimas de la publicidad engañosa.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Puede intervenir el Honorable señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, el Senador que habla habría dado el paso de aprobar la idea de legislar. Y lo señalo porque, más allá de que el beber moderadamente no cause daño, Chile vive un serio problema de alcoholismo, lo que particularmente afecta a los adolescentes, como lo expuso quien me antecedió en el uso de la palabra.
Desgraciadamente, el informe de la Comisión no contiene ningún dato al respecto. Y creo que sería importante, para robustecerlo, que se consignara cuál es la magnitud del alcoholismo en el país, en especial a nivel de ese sector de los jóvenes.
Ahora, el proyecto es perfectible, sin duda. Básicamente, regula dos materias. Aquí se ha centrado el debate en la publicidad, pero quiero referirme a otro aspecto, que dice relación con el artículo 39 de la ley N° 19.925, sobre Expendio y Consumo de Bebidas Alcohólicas.
Siempre he sostenido que una de las herramientas más eficaces para generar cultura y conducta es la prevención, en particular a nivel escolar. Lo mismo pasa con las drogas. La disposición recién citada se refiere a ello -corresponde a la ley vigente- y determina que "En todos los establecimientos educacionales, sean de enseñanza parvularia, básica o media, se estimulará la formación de hábitos de vida saludable y el desarrollo de factores protectores contra el abuso del alcohol. Se incluirán temas relativos a cultura gastronómica y a actividades sociales que consideren un consumo adecuado de bebidas alcohólicas, a fin de prevenir positivamente el alcoholismo.".
Me parece importante reemplazar la expresión "se estimulará" por la frase "el currículo de enseñanza del establecimiento deberá incorporar". Creo que resulta tremendamente positivo que el proyecto contemple la obligatoriedad, porque, si se llevara a cabo una pequeña fiscalización en establecimientos educacionales, me surge una serie de dudas con relación a cuántos mantendrían programas efectivos en la prevención del consumo de alcohol. Aquí, afortunadamente, se determinaría -repito- una norma obligatoria, al no emplearse un verbo extremadamente débil como el de "estimular", sino la expresión en el sentido de que el establecimiento necesariamente "deberá incorporar" las medidas correspondientes.
Y en lo personal, voy a perfeccionar mucho más allá el texto en la discusión particular, porque en los colegios se registran serios problemas de alcohol y de drogas.
Por lo tanto, una de las partes más relevantes, para mí, de la iniciativa precisamente es la que dice relación con el artículo 39.
Pero fallamos en una serie de aspectos incluso cuando se debatió la prevención obligatoria del consumo de drogas en los colegios: no se señala el tiempo suficiente para la incorporación. No basta decir que se van a considerar estas materias en la formación de hábitos saludables, sino que tan importante como incluir una norma obligatoria es establecer cómo se procederá. Solo definiendo este último punto vamos a dar garantías de que la prevención del alcohol y de la droga efectivamente debe incluirse en todos los niveles de enseñanza.
En síntesis, señor Presidente, estimo que, más allá de la polémica que haya generado lo relativo a la publicidad, una de las normas más importantes, desde mi punto de vista, es la del artículo 39, porque va a permitirnos incorporar en todos los establecimientos del país la prevención del consumo de alcohol en la adolescencia.
Gracias.

El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, el texto en estudio no tiene un solo objetivo, sino varios: fundamentalmente los de proteger la salud y a los menores, evitar accidentes de tránsito, mejorar la productividad laboral, todos los cuales se ven afectados cuando el consumo del alcohol es excesivo. Por lo tanto, la finalidad está vinculada a un propósito de bien cuando se registra esta última situación.
Sobre esa base, lo que el proyecto hace es establecer ciertas regulaciones y obligaciones educativas, tanto generales como específicas, de acuerdo con lo que recién se mencionaba; pero también algunas prohibiciones. Y, para mi gusto, encuentra bastante justificación y explicación en la primera parte, pero menos en la segunda. Es decir, cuando se trata de regular, de educar al público o a la juventud, estamos frente a un tipo de disposiciones; cuando se hace referencia a prohibiciones, estamos frente a un objetivo distinto.
Y aquí no es indiferente la discusión acerca de si nos hallamos ante un problema de regulación de un sector productivo o ante un problema de salud pública. Porque sucede que si tenemos un sector productivo empoderado para actuar, cuyas decisiones son lícitas desde el punto de vista de su actividad y que, por lo tanto, se puede desarrollar en el país, ello obedece a que no es incompatible con la salud pública. No podría concebirse una industria cuyo objetivo fuera, en lo atinente a la salud, nocivo para las personas. Sería un contrasentido, un antibién, y, en consecuencia, no estaría autorizada. Es legítimo aseverar, entonces, que si se trata de un rubro compatible con la salud pública, puede existir como industria. Este no es un análisis economicista, sino simplemente de coherencia lógica.
Por lo tanto, no son dos cuestiones que se puedan disociar. Y me parece razonable que el proyecto también sea visto por la Comisión de Agricultura, porque estamos frente a una actividad importante, de la cual Chile se enorgullece, junto con prestigiarse en el mundo por la calidad de sus vinos, en la medida en que estos son y forman parte de la calidad de la vida.
Sin embargo, como en muchas otras actividades, el exceso y los malos hábitos pueden causar efectos muy negativos. Pero ese ya no es un problema de la industria del vino, sino de la forma de consumir.
Por eso, valoro el proyecto en muchos sentidos, pero lo cuestiono en no poco. Porque una cosa es regular, educar y formar hábitos saludables, y otra, prohibir. Y el texto está lleno de prohibiciones.
Entre ellas se encuentra la de realizar publicidad comercial o no comercial, directa o indirecta, de bebidas alcohólicas en actividades deportivas o en alguna destinada a menores. Desde luego, unas y otra no son lo mismo. El impedimento puede tener sentido en la última, pero ¿por qué se extiende a las primeras?
Por otra parte, hay prohibiciones ya no solo al consumo de bebidas alcohólicas, sino también a la venta, como la aplicable a estaciones de servicios o bombas bencineras y a cualquier otro establecimiento emplazado en el mismo terreno.
Lo mismo sucede en el caso de los espectáculos masivos, ya no solo de fútbol profesional, cuando el Intendente los califique de alto riesgo.
A la vez, el ingreso a discotecas que vendan bebidas alcohólicas se prohíbe ya no a menores de 16 años, sino a menores de 18, lo cual obviamente altera hábitos muy significativos de la juventud.
Es decir, nos encontramos frente a un proyecto con aspectos muy positivos en sus objetivos cuando se refiere a las regulaciones, pero que entra en el campo de las prohibiciones, lo que me parece que excede el ámbito lógico de su naturaleza. Por eso, quisiera que fuese enviado a la Comisión de Agricultura antes de tomar una resolución sobre el fondo, para ver si podemos llegar a un entendimiento distinto del que propone la Comisión de Salud.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- No se encuentra presente el Senador señor Chahuán.
Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, como lo consignó en su minuto el colega recién mencionado por usted, ha habido varias iniciativas en esta línea, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Y, desde luego, han ido por el lado de las advertencias, de la publicidad, de generar conciencia y, en algunos casos bien específicos, de restringir y hasta dónde hacerlo.
De hecho, el Senador señor Orpis efectuó un alcance al artículo 39 de la ley No 19.925, habiendo sido justamente quien habla el autor de la indicación que incluyó lo relacionado con "la formación de hábitos de vida saludable y el desarrollo de factores protectores contra el abuso del alcohol", así como también, en especial, lo atinente a "temas relativos a cultura gastronómica y a actividades sociales que consideren un consumo adecuado de bebidas alcohólicas", como una misa o una celebración.
¿Y ello de dónde viene?
Tengo la experiencia de haber trabajado muchos años en el Ministerio de Obras Públicas y particularmente en Vialidad, donde había una suerte de hábito en el sentido de que era preciso evitar acercarse mucho al alcohol, por los riesgos que eso significaba, no solo en lo laboral, sino también en la vida personal.
Quienes estaban a cargo de la prevención de riesgos en dicha Cartera se daban cuenta, por registrarse un período de más de treinta años en que se trató de asustar desde el punto de vista de los daños que provocaba el consumo en los aspectos físico y psicológico, en el entorno social y familiar, en el deterioro del patrimonio, en fin, de que esa medida no tenía éxito, de que el mayor susto que se intentaba generar no causaba ningún efecto. Entonces, se cambiaron los códigos, y en vez de prohibir y atemorizar se empezó a enseñar a tomar, es decir, a no hacerlo nunca con el estómago vacío, a no mezclar nunca distintos tipos de alcohol, a saber lo que se bebe para tomarle el gusto. Con eso se buscaba dar un salto cultural y ponerle riendas al asunto. Y la verdad es que ello resultaba, lejos, mucho mejor.
Por lo tanto, creo que lo conveniente es una combinación. Porque, al igual que lo que vimos en el programa Contacto respecto a la vida sexual de los jóvenes en Chile, el Ministerio de Educación está fallando por omisión, en términos bastante graves, tanto en esta materia como en otras. Y la gente toma decisiones distintas cuando la asustan con algo. Lo mismo sucedió en el caso de la protección contra la radiación ultravioleta producto del daño en la capa de ozono: si se les dice a las personas que les dará cáncer a la piel, que pasarán malos ratos y tendrán problemas, ello de alguna manera lo consideran; pero si se advierte que envejecerán prematuramente, ahí sí lo tienen en cuenta.
En consecuencia, existen códigos distintos en estas materias, las cuales no solo se resuelven por la vía de la prohibición, de las multas, sino que también es preciso generar una acción más positiva, de manera que las personas en forma responsable les pongan riendas a cuestiones como la que nos ocupa, que forman parte de nuestra cultura.
Desde luego, votaré a favor. Y formularemos las indicaciones del caso.
He dicho. --Queda aplazada la votación del proyecto.