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ENMIENDAS A ESTATUTO DEL PERSONAL DE GENDARMERÍA DE CHILE EN MATERIA DE INGRESO Y PROMOCIÓN DE CARGOS
El señor ESCALONA (Presidente).- Proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que ajusta normas del Estatuto del Personal de Gendarmería de Chile en materia de requisitos de ingreso y de promoción de cargos en las Plantas de Oficiales Penitenciarios y de Suboficiales y Gendarmes, con informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (8563-07) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En primer trámite, sesión 45ª, en 4 de septiembre de 2012.
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento: sesión 91ª, en 2 de enero de 2013.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo de la iniciativa es ajustar las normas sobre modernización de la institución y mejoramiento funcionario a la nueva política penitenciaria implementada por el Gobierno, para lo cual se introducen diversas modificaciones al Estatuto de Personal perteneciente a las Plantas I y II de Gendarmería de Chile y al decreto con fuerza de ley Nº 2, de 2011, del Ministerio de Justicia, que fija normas para la promoción de cargos en las mencionadas plantas.
La Comisión discutió el proyecto solamente en general y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señora Alvear y señores Espina, Larraín (don Hernán) y Walker (don Patricio).
Cabe tener presente que la iniciativa contiene una disposición de carácter orgánico constitucional, la que para su aprobación requiere 22 votos favorables.
El texto que se propone a la Sala se transcribe en las páginas respectivas del primer informe.
El señor ESCALONA (Presidente).- En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, me corresponde informar el proyecto que ajusta normas del Estatuto de Personal de Gendarmería en materia de requisitos de ingresos y promoción de cargos en las plantas de Oficiales Penitenciarios y de Suboficiales y Gendarmes, el cual fue iniciado por mensaje.
Como Sus Señorías recordarán, el año 2010 se publicó la ley Nº 20.426, mediante la cual se modernizó Gendarmería de Chile, se incrementó su personal y se readecuaron las disposiciones sobre carrera funcionaria.
Dicha reforma legal consideró un incremento importante de nuevos cargos en la institución, reguló el encasillamiento de su personal y reordenó orgánicamente dicho servicio penitenciario.
Esa ley fue muy bien recibida por todos y, sin lugar a dudas, generó un proceso importante de modernización en la institución.
Sin embargo, debido a algunos aspectos que motivan la iniciativa legal en análisis, se entiende que ciertas situaciones pendientes exigen un nuevo esfuerzo de modernización y perfeccionamiento de la institucionalidad de Gendarmería.
En razón de ello, este proyecto de ley propone, fundamentalmente, las siguientes enmiendas.
En primer lugar, se dispone el cambio de los requisitos de ingreso a la institución, exigiendo que todos sus postulantes tengan cuarto medio rendido, y amplía la edad máxima para ingresar hasta los 26 años. Esto tiene como propósito aumentar el número de postulantes que podrían pasar a integrar los cuadros permanentes de la institución.
Y también se incluye entre los requisitos la posibilidad de que personas casadas puedan ingresar al Servicio.
Dentro del mismo orden de materias, se suprime la inhabilidad por parentesco para incorporarse a Gendarmería, permitiendo de esa forma algo muy habitual y tradicional: que diferentes integrantes de una familia puedan desempeñarse en tal servicio.
En seguida, el proyecto busca ahondar en el criterio del mérito como medida fundamental para la promoción de los funcionarios. Se establece que el lugar en la respectiva promoción de la escuela matriz y la aprobación de cursos de perfeccionamiento y exámenes que correspondan, serán los elementos principales por considerar en este punto.
Entre los aspectos más cruciales de esta iniciativa, están los dos siguientes:
Primero, se busca acortar los tiempos mínimos de permanencia en algunos grados de las plantas de oficiales y suboficiales, con el fin de que los funcionarios que han logrado los cargos más altos en la institución no se vean forzados a abandonar la institución cuando cumplan la edad para retirarse. Esta es una antigua aspiración del personal y, por lo mismo, el texto en debate ayuda a resolver una inquietud.
Y, segundo, el proyecto otorga una facultad de carácter extraordinario al Director Nacional de Gendarmería, lo que permitirá promover el ascenso de un número considerable de funcionarios que aún no cumplen con el requisito de haber permanecido determinados años en el cargo inferior. Por medio del ejercicio de esta facultad se permitiría el ascenso de cerca de 2.200 funcionarios que, pese a disponer de una plaza en el cargo superior, no han podido acceder a ella.
Este es otro aspecto que, si bien es puntual, se estima muy importante. Tanto es así que parte de los cuestionamientos o de las observaciones que ha recibido el proyecto apuntan a que esta facultad sea permanente, de manera que pueda resolverse el problema de acceso a plazas superiores cada vez que se produzca.
La Comisión destinó una sesión a conocer la opinión de los funcionarios de Gendarmería y recibimos para ello en audiencia pública a diversos dirigentes nacionales de varias organizaciones de la institución: la Asociación de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP), la Asociación de Suboficiales Penitenciarios (ANSOG), la Asociación de Oficiales Penitenciarios (ANOP), la Asociación de Directivos, Profesionales, Técnicos, Administrativos y Auxiliares de Gendarmería de Chile (ADIPTGEN) y la Asociación de Gendarmes de Chile (AGECH). Ellos, junto con indicarnos que coincidían con las líneas matrices del proyecto, plantearon un conjunto de observaciones a algunos aspectos puntuales, como la eliminación del requisito de soltería, el nuevo sistema propuesto para determinar y valorar los exámenes y las evaluaciones de los funcionarios conducentes al ascenso.
También vale la pena recordar la petición hecha por la Asociación de Directivos, Profesionales, Técnicos, Administrativos y Auxiliares de Gendarmería para participar en el régimen laboral y previsional común de los funcionarios con uniforme. Ellos no lo visten; son el personal profesional "civil" -por así llamarlo-, que no está integrado en el estatuto de planta normal de la institución. Quieren pormar parte de él y, por lo tanto, recibir sus beneficios. El costo que esto tendría no supera los 3 mil 200 millones de pesos mensuales.
También asistió a la Comisión el Director Nacional de Gendarmería, quien respondió parte de las inquietudes planteadas; y hará llegar a ella los antecedentes que, según su punto de vista, pueden ser útiles en la discusión particular.
Por estas razones, en consideración a que estamos ante un núcleo de funcionarios que cumplen una labor muy importante y ardua en el país, como tener a su cargo la vigilancia y la seguridad de las personas privadas de libertad y, por tratarse de mecanismos que constituyen incentivos que son valorados por Gendarmería, más allá de las cuestiones puntuales que serán materia del debate en particular, la Comisión aprobó por unanimidad esta iniciativa y sugiere a la Sala proceder del mismo modo.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la señora Ministra.


La señora PÉREZ (Ministra de Justicia).- Señor Presidente, el proyecto de ley que implementa y fortalece el proceso de modernización de Gendarmería es una contribución muy importante para el mejoramiento de la carrera funcionaria de quienes cumplen una labor tan relevante en el sistema penitenciario.
En primer lugar, a través de esta iniciativa, se propicia un aumento en el universo de las personas que puedan postular a la institución; se incentiva la profesionalización y, adicionalmente, se mejora la carrera funcionaria de manera integral.
En términos generales, el proyecto se divide en dos partes: una, realiza mejoras de carácter permanente dentro de la carrera funcionaria; y otra, establece perfeccionamientos de carácter transitorio.
En cuanto a las modificaciones permanentes, se avanza en distintos aspectos, algunos de los cuales -como muy bien lo señalaba el Senador señor Hernán Larraín- apuntan, por ejemplo, a dar una consideración relevante al lugar de egreso de la Escuela de Gendarmería; a otorgar al Director General la posibilidad de aumentar transitoriamente la planta de oficiales, facultad que actualmente tiene respecto de los suboficiales; y, también, a establecer cierta reducción de los tiempos mínimos en diferentes grados de la carrera de oficiales y suboficiales.
Con relación a las mejoras transitorias, se da al Director Nacional la atribución de reducir el tiempo mínimo en el grado para poder producir el "llenado" -digamos- de estos cargos, dado que el efecto no deseado que produjo, la Ley de Plantas de Gendarmería, la N° 20.426, en el sentido de generar una vacancia que se pretende saldar ahora.
Esta facultad, en todo caso, tiene una vigencia limitada: hasta el 30 de noviembre del 2014.
En definitiva -como lo expresó el Senador Hernán Larraín-, se escuchó a distintos actores, tanto a institucionales como a distintos representantes de las asociaciones gremiales. Por lo tanto, consideramos que hay un gran consenso en la necesidad de avanzar y perfeccionar la implementación de la Ley de Plantas, sin perjuicio de los distintos mejoramientos que se puedan realizar en la discusión en particular.
Por lo anteriormente expuesto, solicito a esta Honorable Corporación aprobar en general el proyecto, lo que va a permitir una importante mejora en las condiciones en que se desempeñan los funcionarios de esta importante institución.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, este es un proyecto de ley iniciado en mensaje y que, según se ha señalado, fue aprobado por la unanimidad de los miembros de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
Su propósito es ajustar las normas sobre modernización de Gendarmería y mejoramiento funcionario a la nueva política penitenciaria implementada por el Gobierno, que se caracteriza por establecer las condiciones y los medios necesarios para reorientar las sanciones penales a la reinserción social de los condenados.
Esta iniciativa viene a complementar la ley N° 20.426, que modernizó a Gendarmería de Chile; incrementó su personal; readecuó las normas sobre carrera funcionaria, con un aumento y creación de cargos; reguló el encasillamiento pertinente del personal y reordenó orgánicamente el Servicio.
Como estas modificaciones no fueron suficientes para concluir el proceso de modernización, se agregan en esta oportunidad cambios en los requisitos de ingreso; se elimina la inhabilidad por parentesco para ingresar a las escuelas matrices; se adoptan sanciones en caso de reprobación de cursos de perfeccionamiento; se introduce una facultad especial para aumentar transitoriamente la Planta de Oficiales Penitenciarios; se establece que el lugar que ocupó el funcionario en la lista de egreso en los cursos de formación de la escuela matriz será un factor determinante para ponderar los futuros ascensos; se eliminan normas obsoletas y se redistribuyen los tiempos mínimos en el grado para favorecer la permanencia en cargos superiores.
Los representantes gremiales de los funcionarios de Gendarmería manifestaron en la Comisión su inquietud por el efecto de los nuevos criterios para determinar el ascenso del personal, especialmente en lo referente al atasco de los funcionarios en grados específicos del escalafón.
Del mismo modo, coincidiendo con el propósito general del proyecto, en cuanto a reorientar la labor institucional a la rehabilitación de los recursos, señalaron que existen dudas sobre las reformas al sistema de ingreso a la institución, así como respecto de las consecuencias de reprobar los cursos de perfeccionamiento.
Pese a ello, están de acuerdo en general con la iniciativa.
La Comisión aprobó por unanimidad la idea de legislar, y yo, naturalmente, me sumo a ese respaldo, por lo cual votaré a favor.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, para nadie son desconocidas las condiciones en que funcionan los recintos penitenciarios en nuestro país. Se hallan hacinados no solo quienes se encuentran cumpliendo condena, sino también -y en condiciones más que precarias- los propios gendarmes. De hecho, en algunos lugares los funcionarios son casi un preso más. La privación de libertad afecta a uno de los derechos humanos esenciales, pero ello no significa conculcar los demás.
En segundo lugar, dadas las condiciones inadecuadas en que labora Gendarmería, sabemos que se está trabajando en la ampliación de ciertos penales. Tal esfuerzo apunta en la dirección correcta.
En tercer término, nos hemos enterado del traslado de algunos reclusos desde cárceles que se hallan muy hacinadas hacia otros recintos penitenciarios, tanto públicos como concesionados. Ante ello, deseo advertir a la autoridad que, si bien esto se hace en forma voluntaria, se puede producir un fenómeno perverso: que los detenidos con largo prontuario pasen a convertirse en maestros de los demás presos en las distintas Regiones del país. Creo que eso sería algo muy grave. Por lo tanto, debemos tener cuidado, sobre todo en las Regiones que presentan una mejor calidad de vida.
En cuarto lugar, hemos sabido de la labor que lleva a cabo el Director Nacional de Gendarmería en conjunto con las organizaciones de gendarmes a fin de que se apliquen penas alternativas a la privación de libertad, como las de trabajos voluntariamente aceptados -somos parte de un pacto internacional en la materia, por lo que no puede haber trabajos forzados-, medidas a las que eran bastante renuentes los municipios. Por esta razón, ello no se aplicó en los hechos.
Sin embargo, Gendarmería ha desplegado un esfuerzo importante en esta materia y ha logrado tener más de 1.500 cupos para penas alternativas. De esta forma, ha logrado bajar la presión en lugares donde se confina a veces a personas que no son peligrosas para la sociedad, como aquellas que carecieron de medios para pagar una multa.
Por último, se apunta en la línea correcta al permitir que los centros de privación de libertad se constituyan efectivamente en espacios de rehabilitación. Al respecto, Gendarmería ha llevado adelante históricamente ciertas iniciativas para implementar trabajos que terminan siendo un apoyo para los detenidos y sus familias, mejorando, incluso, sus condiciones de vida.
En dicho sentido, en la Región de Aysén funcionaba el centro Nueva Vida, lugar en que se desarrollaba la acuicultura. ¡Hay que echarlo a andar de nuevo! Y también está el centro Valle Verde, donde se realizan trabajos vinculados con la actividad rural.
Con el Ministro de Justicia anterior, don Teodoro Ribera, habíamos adelantado la adquisición de un predio entre Aysén y Coyhaique para desarrollar, en alrededor de 40 hectáreas, actividades de esa naturaleza. De este modo se podrían sacar las dos cárceles, que constituyen un lunar, desde el punto de vista urbano, en una zona de privilegio ecológico, como es Aysén, en la Patagonia.
También disponemos de información que señala que el Senador Prokurica ha incentivado, en recintos de este tipo en la Región de Atacama, la realización de trabajo con calefactores termosolares a efectos de mejorar las condiciones de vida de las internas y, a la vez, generar una labor que resulte productiva para el sector.
Con tales antecedentes, desde luego, votaremos a favor de la iniciativa en general.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, en primer lugar, deseo saludar a los dirigentes de las distintas asociaciones de funcionarios de Gendarmería.
Expreso mi admiración por un personal que acomete una labor difícil de ejecutar. Los gendarmes son los únicos inocentes que asumen una "condena" voluntariamente. Ellos se hacen el propósito de ingresar a prestar servicios en recintos donde las personas deben cumplir penas. Y no existe gran diferencia entre la penalidad de un recluso respecto del encierro que cumplen los funcionarios de Gendarmería, sea cual sea el nivel o rango que tengan -incluso civiles-, por cuanto los turnos que deben efectuar muchas veces son largos.
Hay que humanizar los turnos para que Gendarmería sienta que su labor es reconocida no solo por el país, sino también por la familia de los gendarmes. Su trabajo se puede realizar en mejores condiciones laborales y con dignidad.
Creo que exigir contar con cuarto medio como requisito de ingreso a Gendarmería representa un avance, dado que los postulantes estarán mejor preparados. Ojalá, como contrapartida a esa mejor preparación, al mayor conocimiento y al mejor desempeño, se aumenten los sueldos. Así ocurre en el sector privado: a las personas con mayor capacitación, con más estudios, el mercado las premia con mejores recursos.
Si bien no rige el mercado en Gendarmería, lo lógico, si estamos exigiendo mayor preparación, es que el Ministerio de Hacienda reconozca que se justifica asignar más fondos a dicha Institución, que en los últimos años -debo reconocerlo- ha mejorado su funcionamiento. Pese a ello, todavía subsisten penales con características propias de presidios medievales, lo que afecta tanto a los gendarmes, a los funcionarios, como, lo que es peor todavía, a los internos.
En tal sentido, hay un compromiso del Poder Legislativo para seguir respaldando todas las iniciativas que digan relación con el mejoramiento de la institucionalidad, de la infraestructura y de las condiciones de rehabilitación.
La ley N° 20.426 establece la planta de Gendarmería. Cuando se discutió que le dio origen advertimos -y también lo dijeron los funcionarios de la Institución- que se iba a producir un cuello de botella en cuanto a los ascensos. Lo hicimos notar durante el debate, pero no hubo eco en el Ejecutivo en ese momento para escuchar la advertencia. Y después de un largo tiempo llegamos al mismo punto que deberíamos haber abordado oportunamente. Por tanto, esta modificación llega en forma tardía. A las personas que ameritaban un ascenso les hemos negado la posibilidad de obtenerlo. Entonces no tenían los tiempos cumplidos para recibirlos. Y, además de los gendarmes, es la propia Institución la que se ha visto perjudicada.
Voy a revisar con bastante detalle el proyecto durante la discusión particular. Por supuesto, en esa instancia tendremos la oportunidad de debatir sobre cómo mejorar las condiciones de trabajo de los gendarmes; cómo proceder para asegurar ascensos por méritos; cómo lograr que esta Institución sea cada vez más digna en su actuar y en el tratamiento con sus funcionarios.
Señor Presidente, espero que en la discusión particular podamos perfeccionar la iniciativa para mejorar las condiciones de Gendarmería, conforme a lo que plantea el mismo personal, tanto uniformado como civil.
Con respecto a los funcionarios civiles, se les debe reconocer la asignación de riesgo, que el Ejecutivo se ha negado a establecer. Creo que hay una deuda moral, ética, tanto del Parlamento cuanto del Ejecutivo, en el sentido de asumir que ellos merecen percibir dicha asignación, dada la difícil función que realizan en esa Institución.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- A nuestros amigos funcionarios de Gendarmería que nos acompañan en las tribunas les hago presente que no está permitido realizar manifestaciones, ni a favor ni en contra, respecto de las intervenciones de los distintos Senadores.
Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, Gendarmería de Chile es la principal repartición de funcionarios públicos de nuestro país. Es una institución de tremenda importancia, por cuanto los oficiales penitenciarios, los suboficiales y los gendarmes tienen responsabilidad sobre más de 50 mil personas que están intramuros.
¡Es una enorme responsabilidad!
Pero esta es asumida no solo por los uniformados.
Uno aspira, en primer término, a que se valore la labor que ahí se cumple. La gran mayoría de los funcionarios son uniformados; pero también hay personal civil -algunos son profesionales- que se desempeña en situación de riesgo y al que no se le reconoce dicha realidad. Y está pendiente si el Ejecutivo va a asumir ese problema o no.
Lo segundo es si realmente se va a reconocer la carrera funcionaria en una normativa como esta, o si se va a dejar abierta una ventana para ciertas arbitrariedades al momento de definir los ascensos.
Para mí -sin entrar en mayores detalles del proyecto-, esas son las dos grandes inquietudes que se plantean.
Uno se enfrenta hoy a la interrogante de si el Gobierno va a acoger o no tales demandas. Es necesario aclarar esto para saber si aprobar o rechazar la iniciativa en general. Porque no cabe entregar un cheque en blanco si mañana se pasará a llevar la carrera de los funcionarios.
Gendarmería es una institución de tremenda complejidad: a veces hay traslados de personal de una parte del país a otra; no se toma en cuenta al momento de evaluar la carrera funcionaria lo que significa estar sin la familia; no se consideran necesariamente las situaciones difíciles a las cuales se halla sometido el gendarme. No es lo mismo estar en una unidad penitenciaria que en otra; no es lo mismo estar en un lugar del territorio que en otro; no es lo mismo estar con la familia que sin ella.
Señor Presidente, en verdad, no sé si se van a reconocer estos dos criterios -fundamentales, a mi juicio-, los cuales, más allá de lo que establece el articulado, buscan garantizar el respeto a la carrera de los funcionarios y evitar la arbitrariedad.
Algunos tememos que haya arbitrariedad. ¿Por qué? Porque en el último tiempo en varias reparticiones públicas se ha despedido a gente en forma arbitraria; porque en el último tiempo se ha pasado a llevar la carrera funcionaria.
Por eso a algunos nos preocupa sobremanera este asunto.
Entiendo, señor Presidente, que la Ministra de Justicia, aquí presente, nos podrá decir si existe el compromiso del Ejecutivo de abordar los dos temas señalados.
El primero estriba en ver cómo cautelar la carrera para evitar que un jefe de servicio pase a llevar arbitrariamente la historia de vida de un funcionario.
El proyecto entrega algunos parámetros. ¿Serán suficientes para impedir actos arbitrarios?
Y el segundo es si al personal no uniformado que se desempeña en situación de riesgo se le reconocerá tal circunstancia. No me refiero a todos los funcionarios no uniformados, sino solo a los que se hallan expuestos a realidades altamente complejas.
Yo tengo la voluntad de votar a favor si escucho el compromiso de parte del Gobierno en cuanto a que se respetarán tales parámetros.
Por lo tanto, espero oír a la Ministra para formarme la convicción de que viene un cambio de mano. Lo señalo porque desconozco si se va a respetar la carrera funcionaria al momento de definir las promociones.
"Tal duda es infundada", afirmarán algunos. El problema es que ello depende de la autoridad de turno. No dudo de la voluntad personal de la Ministra. ¡Para nada! Pero no puedo decir lo mismo de quienes ejercen la dirección de Gendarmería. Esa es la inquietud.
Si tuviera que hablar más, señor Presidente, podría contar lo que pasa en algunas unidades penitenciarias de la Sexta Región. Mi juicio es tremendamente crítico a raíz de ciertas situaciones indebidas que ocurren ahí. Podría entrar al detalle, pero no es el momento.
Sí albergo un gran respeto tanto por las asociaciones de funcionarios -están presentes- como por todas las personas que entregan su tiempo y su vida a Gendarmería. Por eso, espero que la futura ley efectivamente garantice la promoción sin arbitrariedad y respete la historia de vida de cada funcionario dentro de la Institución.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Alvear.


La señora ALVEAR.- Señor Presidente, esta tarde nos encontramos discutiendo en general un proyecto de ley que, de acuerdo al mensaje presidencial, busca ajustar las normas sobre modernización y mejoramiento funcionario de Gendarmería de Chile a la nueva política penitenciaria implementada por el Gobierno. Para estos efectos, se introducen diversas modificaciones al Estatuto del Personal perteneciente a las Plantas I y II y al decreto con fuerza de ley N° 2, de 2010, del Ministerio de Justicia, que fija normas para la promoción de cargos en las mencionadas plantas.
Recordemos que en 2010 aprobamos en el Congreso la ley N° 20.426, cuyo objetivo era modernizar Gendarmería de Chile. Dicha normativa incrementó su personal y readecuó las disposiciones sobre carrera funcionaria. La iniciativa que se debatió para ese fin consideró un aumento importante de nuevos cargos en la Institución; reguló el encasillamiento del personal para hacer efectivo ese incremento, y reordenó orgánicamente dicho servicio. Esta ley aún se encuentra en aplicación.
Nuevamente ahora el Gobierno desea modificar el Estatuto del Personal de Gendarmería, para cambiar los requisitos de ingreso a la institución; eliminar la inhabilidad de parentesco para ingresar a sus escuelas matrices; incorporar sanciones en caso de reprobación de cursos de perfeccionamiento; introducir una facultad especial a fin de aumentar transitoriamente la Planta de Oficiales Penitenciarios, entre otros objetivos.
En este mismo sentido, se propone corregir el problema de cómputo de fechas de ascenso que generó la aplicación de la normas de reencasillamiento contenidos en la ya citada ley.
Durante la discusión en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento tuvimos la oportunidad de escuchar a los representantes de las distintas asociaciones de funcionarios penitenciarios y civiles de Gendarmería. En esas intervenciones se reafirmó el doble rol que cumple esta importante Institución: el primero es el de vigilancia de las personas que se encuentran cumpliendo condena en los recintos penitenciarios, y el segundo, tan relevante como el que acabo de mencionar, el de rehabilitación y reinserción social de los penados.
Pues bien, como he expresado en muchas ocasiones en la Sala del Senado, creo que para ambas funciones, que son disímiles, a futuro habría que pensar en la existencia de una mayor especialización, e incluso, de una división de funciones entre quienes están a cargo de la población penal intramuros y los que custodian a reos que cumplen condenas fuera de los recintos penitenciarios.
La cantidad de personas en una modalidad y otra es la misma. ¡Enorme, señor Presidente: más de 50 mil! Por ende, se requiere personal especializado para realizar ambas funciones.
Actualmente, todos están en Gendarmería de Chile.
Quizás resulte especialmente importante, en materia de personal, que se considere -ojalá en un futuro cercano- dentro de la orgánica de la Institución a los trabajadores que desarrollan labores de rehabilitación y capacitación de las personas privadas de libertad al interior de los recintos penitenciarios o en el medio libre, porque cumplen una de las tareas básicas del servicio y, sobre todo, porque se ven expuestos a similares riesgos que los que afectan al personal uniformado.
En la Comisión nos relataron el problema que en una época bastante reciente había experimentado una asistente social, quien, lamentablemente, fue objeto de una agresión. Porque muchos de ellos cumplen sus tareas profesionales dentro de los recintos penitenciarios, al igual que los gendarmes. Por tanto, resulta importante que dicho personal sea considerado dentro de la orgánica de la institución.
Ese es un asunto pendiente que tenemos como país y que, a mi juicio, no debiéramos seguir dilatando, ya que se requiere de la voluntad política de todos nosotros para que los profesionales, los técnicos, los administrativos, los auxiliares de Gendarmería de Chile se trasladen desde el sistema de contrata a la planta, lo cual -según la información recogida- tiene un costo de 3 mil 200 millones de pesos, que representa el 1,5 por ciento de la planilla global de remuneraciones de la institución para el presente año, o alternativamente, el 4 por ciento del costo fiscal del proyecto que ahora se discute.
Por ello, me parece importante destacar que comparto el objetivo de esta iniciativa. Es necesario resolver la situación transitoria producida, que precisa una solución a través de la ley en proyecto, y continuar con la modernización de un Servicio tan sacrificado y sensible de nuestro país, a fin de mejorar las condiciones de esos funcionarios.
Pero hago un llamado a realizar un esfuerzo mayor y considerar también a ese otro personal, que no está incluido dentro de la iniciativa en debate. Sería muy relevante que contáramos a la brevedad con una respuesta -ojalá en este mismo proyecto- a esta inquietud, tan legítima, manifestada en el seno de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
También se expresaron en dicho órgano técnico algunas inquietudes en cuanto a los criterios de antigüedad funcionaria, de un nuevo examen para habilitarse, de modificaciones en los requisitos de ingreso, etcétera.
Luego -imagino- vendrá la discusión particular de esta iniciativa. Reconozco un muy buen espíritu de la Ministra de Justicia, abierto al diálogo. Y parece ser una excelente oportunidad para despejar estas inquietudes, o ver la viabilidad de acogerlas y darles respuesta, ojalá en este proyecto, a tales problemáticas, lo cual recogería anhelos que se vienen planteando con tanta fuerza.
Ese sería un buen espíritu, señor Presidente. Porque evitaríamos tensiones innecesarias en una institución tan importante para nuestro país. Estamos sometidos a muchas presiones y no requerimos agregar más, si acaso existe esa voluntad de diálogo para escucharnos y abrirnos a la posibilidad de formular algunas indicaciones sobre el particular.
Estoy segura de que los parlamentarios las presentaremos; pero también el Ejecutivo puede hacerlas suyas, con el objeto de incorporar aquellos aspectos sensibles y que fueron planteados en la Comisión.
Apruebo esta iniciativa legal, porque sin duda significa un mejoramiento para esos trabajadores. Existe la preocupación que mencioné. Y espero muy sinceramente que en la discusión particular se generen los diálogos necesarios para introducir las modificaciones que nos permitan quedar satisfechos con el proyecto que finalmente despachemos.
Voto a favor.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, en primer lugar, es importante señalar que la situación del personal de Gendarmería es un asunto que debemos abordar como Parlamento y una deuda que tenemos como sociedad.
En esta Sala no solo se encuentra presente nuestra Ministra de Justicia, sino también dos exministros de esa Cartera, hoy día Senadores, los Honorables señora Alvear y señor Gómez. Por lo tanto, si hay una materia que debemos afrontar como política de Estado es justamente la que ahora nos ocupa.
En segundo término, la situación que hoy vive Gendarmería en la mayoría de las cárceles, por no decir en todas, es bastante preocupante.
Ellos están sometidos a una tensión nerviosa permanentemente, y son objeto de una gran presión de trabajo.
El Senador Letelier algo manifestó al respecto, pero no quiso ahondar en lo anterior. Yo, sin embargo, prefiero hacerlo ahora, señora Ministra.
Hace pocos días, un funcionario que estaba en la guardia de la cárcel concesionada de Rancagua, por razones que se están investigando, empezó a disparar al aire. Poco tiempo después se suicidó un gendarme.
Aquí, pues, hay una situación de la que debemos hacernos cargo. La presión de trabajo, el ambiente interno es algo que tenemos que abordar.
Muchas veces reclamamos. Pero yo me pregunto qué apoyo psicológico se le está dando al personal de Gendarmería. Se piensa más en la asistencia de rehabilitación y psicológica a personas condenadas. No obstante, me parece fundamental brindarles apoyo a esos trabajadores porque lo necesitan. La tensión que provoca su labor es cada día mayor.
Señor Presidente -tal como lo planteó el entonces Ministro de Justicia Teodoro Ribera-, la última modificación al estatuto de Gendarmería modernizó esa repartición e introdujo algunas reformas para regular los ascensos internos. Sin embargo, ese esfuerzo que llevó adelante el propio Secretario de Estado de la época fue insuficiente.
Por lo tanto, este proyecto pretende avanzar en materias que se hallan pendientes y que son muy necesarias para lograr el máximo apoyo a ese personal.
Entre las principales proposiciones se encuentran:
-Eliminar la inhabilidad por parentesco para ingresar a las escuelas matrices.
-Incorporar sanciones en caso de reprobación de cursos de perfeccionamiento.
-Se introduce una facultad especial para aumentar transitoriamente la planta de oficiales penitenciarios.
-Se establece también que el lugar que ocupó el funcionario en la lista de egreso en los cursos de formación de la escuela matriz será un factor para ponderar el ascenso.
-Se eliminan normas obsoletas y se redistribuyen los tiempos mínimos en el grado para favorecer la permanencia en grados superiores.
-Se enmienda el problema de cómputo de fecha de ascenso que generó la aplicación de las normas de reencasillamiento contenidas en la ley N° 20.426. Así se permite, excepcionalmente, que el Director Nacional de Gendarmería pueda reducir el requisito de permanencia en el grado, con el fin de proveer el ascenso a las vacantes que se produzcan en los cargos superiores.
En tal sentido, aquí hay una oportunidad para entender que lo que nuestro país requiere para sus cárceles y para quienes están a cargo de la rehabilitación de los internos, fundamentalmente Gendarmería, es apoyo y que los condenados tengan la posibilidad real de rehabilitarse.
Porque todos nos preguntamos: ¿existe realmente la factibilidad de rehabilitarse en nuestro país?
Parece que se va a cortar el suministro eléctrico...
El señor TUMA.- ¡Siga aclarándonos, Senador...!
El señor ESCALONA (Presidente).- ¡Continúe iluminándonos con su exposición, señor Senador...!
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Esa es la pregunta, señor Presidente. Y lo que queremos es que quienes hoy están cumpliendo condenas fuera del recinto penitenciario o intramuros cuenten con la posibilidad real de volver a ser personas útiles a la sociedad. Pero si no tenemos una Gendarmería que esté verdaderamente compenetrada con esa vocación de aportar, de tratar de colaborar con quienes hoy están cumpliendo condena, ello se torna muy complejo y difícil.
Quiero aprovechar esta oportunidad, señora Ministra, para nuevamente plantear una situación que afecta a las cárceles concesionadas.
Existe una máquina muy importante que detecta el ingreso de drogas a los penales mencionados. Curiosamente, en mi Región se acabaron hace años los insumos para tal instrumento. Cuando era Diputado, reclamé en forma permanente acerca de por qué no los compraban.
Adquirieron los insumos, señora Ministra, ¡pero ahora no hay personal calificado para hacer funcionar la máquina...!
Me pregunto: ¿existe la intención de operar con este tipo de aparatos para poder rehabilitar y no seguir con el tráfico de drogas al interior de las cárceles? Lo señalo de nuevo (a usted por primera vez, señora Ministra), porque lo manifesté durante la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos aquí, cuando se trató el presupuesto de Gendarmería. Le pido formalmente que continúen utilizándose, pues esas máquinas persiguen un objetivo: paralizar el tráfico de drogas al interior de las prisiones. Y eso lo haremos con voluntad política y fiscalización. Corresponde al Ministerio de Justicia actuar respecto de las empresas concesionadas y del personal de Gendarmería encargado de ello.
Solo me resta decir que voy a votar a favor del proyecto que nos ocupa, entendiendo que habremos de mejorarlo en el segundo informe en la Comisión de Constitución, para que, en definitiva, partamos todos juntos hacia la verdadera rehabilitación que necesitan quienes no han cumplido con las normas del país.
Finalmente, le deseo el mayor de los éxitos en su trabajo, señora Ministra, y espero que haya acuerdos. Y que los acuerdos que no se han cumplido respecto del Ministro cuyo nombramiento debiéramos haber votado hoy día se respeten. Porque nosotros, cuando damos la palabra, acatamos los acuerdos.
Y lamento la situación que se está creando, porque eso no le hace bien al país, y menos al Poder Judicial, que está mirando muy preocupado la situación que está ocurriendo en el Senado.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Gómez.
El señor LARRAÍN.- Pido que se abra la votación, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Se ha solicitado la apertura de la votación.
El señor NAVARRO.- Pero manteniendo los tiempos.
El señor ESCALONA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se abrirá la votación, manteniendo los tiempos de intervención.
--Así se acuerda.
El señor ESCALONA (Presidente).- En votación general la iniciativa.
Recuerdo a Sus Señorías que el proyecto es de quórum orgánico constitucional.
--(Durante la votación).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Gómez.


El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, creo que una de las labores más difíciles que se desarrollan en Chile es la que desempeñan tanto el personal uniformado como el personal civil de Gendarmería. Sus funciones se hallan establecidas en la ley: vigilancia, tratamiento y reinserción.
Ahí enfrentamos una situación compleja, porque se han hecho esfuerzos a lo largo del tiempo por construir recintos penales, por aumentar el número del personal, pero la velocidad con que el país va metiendo gente a las cárceles es mucho mayor que la que aplicamos en resolver los problemas que afrontan los recintos penitenciarios, particularmente sus funcionarios, tanto civiles como uniformados.
Y bajo esa lógica, hoy día estamos discutiendo este proyecto de ley que tiene por objeto ajustar las normas del Estatuto del Personal de Gendarmería en materias de requisitos de ingreso y de promoción de cargos en las Plantas de Oficiales Penitenciarios y de Suboficiales y Gendarmes.
Sin embargo, los dirigentes de las asociaciones que los agrupan han hecho una serie de planteamientos. Y estimo importante que la señora Ministra y el Gobierno, quienes finalmente pueden presentar las indicaciones, escuchen sus experiencias. Muchas veces uno atiende cargos y cree saber más que quienes día a día realizan la labor, y en varias ocasiones cometemos errores a consecuencia de eso.
A mi juicio resulta significativo escuchar los planteamientos de los funcionarios en relación con las diversas materias que señaló el propio Presidente de la Comisión de Constitución.
Lo que sí considero indispensable abordar -y hablar claramente sobre ello- es la asignación de riesgo. Debe tomarse la decisión política de presentar el proyecto de ley que permita que quienes desempeñan labores peligrosas, complejas, al interior de los recintos penales cuenten con dicha asignación.
Y lo anterior no solo respecto de los funcionarios uniformados, los cuales se lo merecen sin ninguna duda, sino también del personal civil, para el que, asimismo, debiera pensarse en su reincorporación en aquellos asuntos que les permitan contar con posibilidades de desarrollar su actividad con la protección debida, en términos de ser parte integrante y total del proceso institucional de Gendarmería.
Hoy día, en el ámbito civil contamos con un personal mayoritariamente a contrata, con dificultades en su funcionamiento.
Y en la esfera de los uniformados, hay temas de fondo por abordar, que se han planteado y que se han comprometido, vinculados con la entrega de los recursos necesarios para que exista la suficiente capacitación.
El personal de Gendarmería vive en un mundo en el cual el peligro es diario, con turnos de una magnitud inhumana. Y en esto no estoy formulando un juicio de hoy día, porque conocí su situación mientras fui Subsecretario y Ministro de Justicia, y ya lo había estudiado durante muchos años, dado que parte importante de mi trabajo lo destiné a esta institución, con la finalidad de fortalecerla.
Por eso, el presente proyecto posee la virtud de resolver un problema que se originó por la decisión de descabezar Gendarmería en un momento determinado, lo que se hizo sin haber tenido la visión de lo que significaba dejar sin personal suficientemente capacitado a muchos recintos penales. Pero es el primer paso en una cuestión que ha de ser muy de fondo, y tiene que ver con el personal propiamente tal, porque no tenemos a los funcionarios protegidos, con remuneraciones justas, con jubilaciones acordes, con posibilidad cierta de atención, con asignación de riesgo; no contamos con recintos penales que no presenten niveles de hacinamiento como los actuales y las dificultades que se enfrentan allí.
Recuerdo que hace un par de años se anunció una reestructuración en el ámbito de la construcción de establecimientos carcelarios. Y se contrató a un órgano internacional, a expertos americanos, cuando en realidad hay "expertos" en Gendarmería -los funcionarios que se hallan en las tribunas y muchos otros- que tienen pleno conocimiento de cómo resolver los problemas. Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha construido un solo metro cuadrado. A mi juicio, van a pasar los cuatro años de Gobierno y no se va a edificar nada, porque se hizo un cambio total del proceso. Cuando nosotros ingresamos al Ministerio de Justicia se disponía de 100 mil metros cuadrados construidos; cuando nos fuimos contábamos con más de 350 mil metros cuadrados. Pero, finalmente, el hacinamiento sigue y sigue y sigue.
Por eso, señor Presidente, creo que el que nos ocupa es un tema que hay que abordar, como muchos otros, en Chile. Es una cuestión donde debiera haber un acuerdo político, y resolverse la situación en su conjunto, porque es una materia de seguridad pública, que afecta a los gendarmes, a los funcionarios civiles -y, en consecuencia, a sus familias-, quienes cumplen un rol esencial en la sociedad relacionado con la seguridad.
No me puedo negar a votar favorablemente la idea de legislar, pero le pediría al Gobierno que escuchara la voz de la experiencia, radicada en los funcionarios, quienes muchas veces saben bastante más que nosotros, que creemos saberlo todo.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, hemos dicho en más de una oportunidad que la tríada de oro de la seguridad pública la conforman Carabineros y la PDI (encargados de investigar y detener), los tribunales de Justicia, las fiscalías (facultadas para indagar) y, por cierto, el hermano pobre o el patio trasero: Gendarmería.
La pregunta es por qué, después de tanto tiempo, los Gobiernos vienen en comprender que no basta con el perfeccionamiento de las Policías; con la generación de la institución de los fiscales, que demandó grandes recursos al Estado (una transformación y modernización histórica, como fue la reforma del Ministerio Público); con el ingreso de miles y miles de carabineros y el aporte de centenares de millones de dólares a nuestras Policías, las que con dignidad se han conformado en cuerpos que gozan de gran prestigio y reconocimiento social. En efecto, Carabineros y la PDI son órganos modernos, eficientes y queridos por la ciudadanía.
En todo este proceso, en esta tríada de la seguridad social, que el Estado de Chile desarrolló en Gobiernos sucesivos, Gendarmería se quedó atrás. Parecía que a nadie le importaba dónde iban a parar los detenidos, no solo los condenados, sino también los sujetos a prisión preventiva y quienes cumplían pena en régimen de libertad fuera de las cárceles: más de 100 mil personas.
Por eso, esta iniciativa viene a reparar nuevas omisiones.
Tal como se manifiesta en el mensaje, el que fue suscrito también por el entonces Ministro Teodoro Ribera, la ley Nº 20.426, sobre modernización de Gendarmería de Chile, publicada en marzo de 2010, introdujo modificaciones importantes pero no suficientes para concluir el referido proceso.
Yo pregunto, entonces, si la ley en proyecto será suficiente. Porque las insuficiencias pueden llevar a que en definitiva la idea modernizadora no se concrete y caigamos en la teoría del salame: ir modernizando Gendarmería de a poquito y no permitir que por primera vez este cuerpo, que es una mezcla de civiles y uniformados (no son militares, pero portan armas, visten uniformes), tenga dignidad.
Tenemos, pues, la gran posibilidad de determinar cuál es el rol que le corresponderá a Gendarmería dentro de la política penitenciaria prevista por la iniciativa en debate.
Señor Presidente, mediante el articulado propuesto se establece el cambio de los requisitos de ingreso a la Institución. ¡Bien! Se elimina la inhabilidad de parentesco para ingresar a las escuelas matrices. ¡Mejor! Se incorporan sanciones para el caso de reprobación de cursos de perfeccionamiento: hay que revisar la norma pertinente. Se introduce una facultad especial para aumentar transitoriamente la Planta de Oficiales Penitenciarios: ¿por qué la transitoriedad? Se dispone que el lugar que ocupó el funcionario en la lista de egreso de los cursos de formación de la escuela matriz será un factor para ponderar los ascensos: me parece bien; eso implica considerar el mérito. Se suprimen normas obsoletas. Y se redistribuyen los tiempos mínimos en el grado para favorecer la permanencia en grados superiores.
El propio Ministro Teodoro Ribera -reitero- nos dijo que la legislación anterior fue insuficiente. Y todo indica que la ley en proyecto también lo será.
Si aprobamos la iniciativa en discusión, 2 mil 200 funcionarios quedarán en condiciones de ascender.
Yo pregunto desde cuándo esperan hacerlo; cuál es la compensación retroactiva para una falencia, una debilidad en torno a la que ya concordamos de manera manifiesta.
La ley está llegando tarde. Ojalá esos 2 mil 200 funcionarios puedan acogerse rápidamente a la normativa en trámite. Pero espero que nos sea factible realizar un debate profundo, porque es la oportunidad de elaborar una buena ley.
Se establecerán modificaciones a los requisitos de ingreso a la Institución. Podrá entrar a ella gente de mayor edad. Se aumenta la exigencia de escolaridad. Se permite que las personas casadas y con hijos ingresen a los grados iniciales. Se eliminan limitaciones de ingreso y promoción -reitero- por parentesco. Se trata, en consecuencia, de enmiendas importantes.
Señor Presidente, yo llamo la atención en el sentido de que Gendarmería es una institución sui géneris: tiene un componente militar y un componente civil. Entonces, la pregunta es si este proyecto dejará fuera una vez más a los civiles.
¡Los deja fuera!
Ese es un grave déficit de la iniciativa que nos ocupa.
Hablo de la vigilancia a los detenidos y de la inserción de los condenados.
Hemos fracasado en el proceso de rehabilitación y reinserción. ¡Qué duda cabe!
Las tasas de reincidencia superan el 76 por ciento en algunos centros de detención.
No he conocido -aquí hay una dificultad estadística- el verdadero porcentaje de reincidencia.
Este Gobierno proclamó como su principal bandera la lucha contra la delincuencia. Esa fue la promesa del Presidente Piñera: "Se les acabó la fiesta a los delincuentes". Y está claro que no la ha cumplido, que fracasó.
Pero cuando intentamos mejorar aquella condición con las policías, de nuevo olvidamos a Gendarmería.
Hoy día, dentro de este proceso, estamos dejando de lado al personal civil, que se halla expuesto -se ha dicho reiteradamente- a los mismos riesgos que los gendarmes. Ya estos últimos se encuentran en condición paupérrima. Lo hemos mencionado: nueve gendarmes para vigilar toda la noche a 2 mil reos en El Manzano 1. Y cuando se registran fugas, motines o incendios nos preguntamos por qué ocurren situaciones como la de San Miguel. ¡Si en el penal de Concepción, al igual que en muchas otras cárceles, no contamos con más de una docena de gendarmes para cuidar a miles de reos!
Señor Presidente, recién en 1990, luego de la muerte de tres gendarmes en un incidente, se le permitió al referido personal incorporarse a DIPRECA. En 2003 cambiamos la norma. Entonces, quienes han ingresado después de ese año ya no son integrados a ese sistema previsional.
Yo pregunto si vamos a seguir manteniendo un régimen discriminatorio dentro de Gendarmería: funcionarios de primera y de segunda categorías.
Hay que revisar tal situación, y en particular la del personal civil. En mi opinión, dejándolo fuera de la ley en proyecto no cumplimos cabalmente con los enunciados del mensaje presidencial, con la modernización, con la regulación de los procesos para hacer de Gendarmería un poder dentro de la tríada de la seguridad pública al mismo nivel que nuestras policías.
¡Para qué hablar de los sueldos!
Se los subimos a los pilotos de guerra. Estos estaban desertando y se convertían en pilotos de LAN. Y al Estado le costaba 6 millones de dólares formar a un piloto de guerra, para que después se fuera a volar a esa aerolínea. Regularizamos eso. Algo similar hicimos con los ingresos del personal especial de Carabineros de Chile.
Yo pregunto dónde está el mejoramiento de remuneraciones que permite que el proceso de promociones se convierta en un elemento que de verdad desarrolle más integralmente al personal de Gendarmería.
¡No es real una modernización que no va acompañada de un incremento en los sueldos y que mantiene la actual precariedad remuneracional!
¡Se sigue postergando y tratando como personal de segunda y de tercera categorías a los funcionarios de Gendarmería!
Yo quisiera que pudiera cumplirse aquello a lo que el Presidente Piñera se comprometió con esos servidores durante su campaña.
El 10 de enero de 2010 se firmaron diversos compromisos.
Primero, recuperar la asignación de riesgo, que comprendía el 12 por ciento del salario que en 2009 se les otorgó a Carabineros y a la Policía de Investigaciones y que no incluyó a Gendarmería (esta política es permanente).
Segundo, mejorar sustancialmente la capacitación del personal.
Tercero, dotar al Servicio de un Director Nacional de carrera.
Este elemento es vital. Si no lo introducimos ahora, ¡por favor! (y se lo planteo a la señora Ministra de Justicia, quien nos acompaña esta tarde), no me hablen de modernización.
¡Es una vergüenza que Gendarmería sea la única institución que no tiene al frente a un funcionario de carrera!
¿Qué diría Carabineros si el Gobierno nombrara General Director a un civil o a un militar? ¿Qué dirían el Ejército y la Aviación ante situaciones parecidas?
Tener un Director Nacional de Gendarmería de carrera es un imperativo moral, pero también un imperativo técnico.
Queremos directores de carrera, nombrados a base de sus méritos...
El señor ESCALONA (Presidente).- Perdón, señor Senador pero concluyó su tiempo.
Su Señoría dispone de un minuto adicional.
El señor NAVARRO.- Muchas gracias.
Señor Presidente, quiero un Director Nacional de Gendarmería proveniente de la carrera funcionaria: el mérito y el cariño a la Institución; no el compadrazgo. Y eso solo se logra cuando el líder emana del propio Servicio.
Tengo un conjunto de observaciones acerca del proyecto.
Como ya señalé, aprobaré la idea de legislar, porque nos encontramos ante una gran oportunidad.
Espero que en el curso del debate se consideren los planteamientos formulados por las diversas asociaciones y que durante el análisis de las indicaciones contemos con la voluntad del Ejecutivo para mejorar el articulado y llevar adelante un proceso de modernización que no excluya a nadie y dignifique a Gendarmería.
Voto que sí.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- ¡Espero que cuando entremos a la discusión particular se haga la luz en este proyecto de ley...!
Señor Presidente, hemos escuchado atentamente las intervenciones de diversos colegas. Además, nos reunimos con las asociaciones de funcionarios de Gendarmería. Y, sin lugar a dudas, la discusión de esta iniciativa abre una oportunidad para analizar las condiciones en que trabajan los hombres y mujeres de dicha Institución.
Vamos a realizar un estudio detenido sobre el particular con motivo del segundo informe. En todo caso, debo puntualizar que no basta con abordar los aspectos atinentes a requisitos de ingreso y promoción de cargos en las Plantas de Oficiales Penitenciarios y de Suboficiales y Gendarmes. Debemos hacernos cargo, asimismo, de las condiciones en que laboran los referidos funcionarios: hacinamiento no solo de los reclusos, sino también de ellos, como profesionales encargados de mantener el orden y la seguridad dentro de los penales de nuestro país.
Creo que en esos ámbitos tenemos bastante que hacer y muchos desafíos. Por ejemplo, en lo que respecta a las condiciones físicas y laborales. Me ha tocado ver varios casos de gendarmes que enfrentan situaciones de verdad adversas, con problemas de salud mental que no se abordan ni tratan adecuadamente.
Eso es parte de nuestros desafíos, señor Presidente.
En efecto, algunos gendarmes duermen en los pisos de las cárceles. Eso debería ser parte, igualmente, del debate de este proyecto de ley.
Si aspiramos a ser un país desarrollado y moderno, hemos de dar el ejemplo en materia remuneracional, de condiciones para el ascenso, de facultades del Director Nacional de Gendarmería.
No nos conformemos con avanzar dos pasos: demos todos los que sean necesarios para otorgar dignidad a quienes trabajan en un área tan compleja y precaria como la de quienes se hallan privados de libertad.
Señor Presidente, como deberemos hacer el debate particular, no quiero extenderme en esta ocasión. Además, hablar en penumbras en el Parlamento no es igual que hacerlo de cara a todos.
En consecuencia, anuncio que formularemos nuestras proposiciones durante el estudio del segundo informe. Y -reitero- espero que la discusión haga ver la luz para resolver los problemas que afectan a Gendarmería de Chile.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ESCALONA (Presidente).- Varios Senadores no han podido hacerlo.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El Honorable señor Navarro puede votar desde su pupitre: está habilitado.
El Senador señor Sabag, también.
La señora RINCÓN.- No marca.
El señor NAVARRO.- No marca.
El señor ESCALONA (Presidente).- Ahora sí.
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (34 votos favorables).
Votaron las señoras Allende, Alvear, Pérez (doña Lily), Rincón y Von Baer y los señores Cantero, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), García, García-Huidobro, Girardi, Gómez, Horvath, Kuschel, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Muñoz Aburto, Navarro, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Le propongo a la Sala el lunes 14 de enero, a las 12, como plazo para presentar indicaciones.
--Así se acuerda.
El señor ESCALONA (Presidente).- Como tenemos ahora la...
La señora ALVEAR.- Perdón, señor Presidente, pero la señora Ministra está pidiendo la palabra.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la señora Ministra.


La señora PÉREZ (Ministra de Justicia).- Señor Presidente, simplemente, quiero agradecer la disposición del Honorable Senado para aprobar en general esta iniciativa. Estoy segura de que ella contribuirá al perfeccionamiento de esa importante Institución.
Muchas gracias.