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COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE ALIMENTOS Y PUBLICIDAD SOBRE LA MATERIA. VETO


El señor ESCALONA (Presidente).- Corresponde tratar las observaciones formuladas por el señor Vicepresidente de la República, en primer trámite constitucional, al proyecto de ley sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad, con informe de la Comisión de Salud y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4921-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción de los Senadores señor Girardi y de los entonces Senadores señora Matthei y señor Ominami y señores Kuschel, y Ruiz-Esquide):
En primer trámite, sesión 5ª, en 21 de marzo de 2007.
En tercer trámite, sesión 56ª, en 29 de septiembre de 2010.
En trámite de Comisión Mixta, sesión 77ª, en 15 de diciembre de 2010.
Observaciones del Ejecutivo, en primer trámite constitucional, sesión 21ª, en 31 de mayo de 2011.
Informes de Comisión:
Salud: sesión 80ª, en 9 de enero de 2008.
Salud (nuevo): sesión 30ª, en 18 de junio de 2008.
Salud (segundo): sesión 6ª, en 1 de abril de 2009.
Salud (tercer trámite): sesión 69ª, en 17 de noviembre de 2010.
Mixta: sesión 7ª, en 6 de abril de 2011.
Salud (observaciones): sesión 37ª, en 2 de agosto de 2011.
Discusión:
Sesiones 2ª, en 12 de marzo de 2008 (vuelve a Comisión); 31ª, en 1 de julio de 2008 (se aprueba en general); 9ª, en 14 de abril de 2009 (se aprueba en particular); 73ª, en 7 de diciembre de 2010 (queda pendiente su discusión); 75ª, en 14 de diciembre de 2010 (se rechaza y pasa a Comisión Mixta); 9ª, en 13 de abril de 2011 (queda suspendida su discusión en la Sala del informe de Comisión Mixta); 10ª, en 19 de abril de 2011 (se aprueba informe de Comisión Mixta).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El Ejecutivo presentó 25 observaciones al texto despachado por el Congreso Nacional, las que Sus Señorías pueden consultar en la segunda columna del boletín comparado.
Cabe hacer presente que dichas observaciones deben discutirse en general y en particular a la vez y votarse separadamente, sin que proceda dividir la votación.
La Comisión de Salud, por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Chahuán, Rossi, Ruiz-Esquide y Uriarte, propone aprobar las observaciones números 3), 5), 7), 8), 9), 12), 13), 17), 18), 19), 21), 23), 24) y 25).
Es preciso destacar que las números 8) y 9) recaen en normas de carácter orgánico constitucional, por lo que requieren para su aprobación 22 votos.
Asimismo, con la misma unanimidad ya señalada, dicho organismo propone rechazar las observaciones números 1), 2), 4), 6), 10), 11), 14), 15), 16), 20) y 22), pero insistir en el texto despachado por el Congreso Nacional respecto de las números 2), 4), 6), 10), 11), 15) y 20).
Cabe recordar que para tal insistencia se requieren los votos de los dos tercios de los Senadores presentes.
El señor ESCALONA (Presidente).- El Senador señor Rossi había pedido hacer uso de la palabra, pero se la concederemos al señor Ministro, quien tiene preferencia para intervenir.


El señor MAÑALICH (Ministro de Salud).- Señor Presidente, Honorables Senadores, este proyecto es extraordinariamente importante para el Ministerio de Salud y, por supuesto, para todo el Gobierno y nuestros ciudadanos.
Cabe recordar que esta iniciativa comenzó su tramitación el año 2007, originada en una moción de los Honorables señores Girardi, Kuschel y Ruiz-Esquide -aquí presentes- y de los entonces Senadores señora Evelyn Matthei y señor Carlos Ominami.
En su esencia, esta normativa apunta en su articulado a dos aspectos cruciales, que tienen que ver con el riesgo sanitario vinculado al consumo alimenticio de las personas.
El primero de ellos se refiere a la entrega de información, mucho más clara y transparente, del contenido nutricional de los alimentos, ya sea envasados o preparados, y el segundo, a la limitación de las posibilidades de que, a través de propaganda inadecuada dirigida a menores de edad, ganchos comerciales u otros, estos consuman alimentos inadvertidamente o a raíz de una mala decisión a la hora de elegirlos por parte de sus padres o apoderados o de ellos mismos.
Como se sabe, Chile, al igual que varias otras naciones en desarrollo, es un país que presenta problemas sanitarios extraordinariamente graves vinculados a los hábitos de vida. Y no voy a insistir en este punto. Sin embargo, desde el año 2005 existe el Código Sanitario de los Alimentos, que permite, por el expediente meramente administrativo, definir muchas de estas materias al Ministerio de Salud; de hecho, hoy día el etiquetado de alimentos se encuentra regulado por dicha normativa.
No obstante lo anterior, los parlamentarios han estimado -en nuestra opinión, de manera adecuada- que una materia de tal relevancia, que entrega señales tan potentes al mercado importador de alimentos, al mercado de los fabricantes, a la industria alimenticia, debe estar contenida en el marco de una ley, para no prestarse a las arbitrariedades de la autoridad ministerial de turno.
En resumen, el proyecto busca lo siguiente:
Primero, definir cuál es la información que debe registrar el etiquetado de los alimentos envasados y elaborados.
Segundo, señalar, mediante información obtenida científicamente, con base sólida, cuándo dicho etiquetado debe proclamar que un alimento tiene un contenido alto -y, por tanto, nocivo- de algunos componentes nutricionales, como sal -vinculada a la hipertensión-, calorías, azúcares agregadas, grasas saturadas y otros.
Tercero, poner énfasis en la necesidad de educar a nuestros niños y jóvenes en la materia.
Cuarto, aumentar las horas efectivas de actividad física en el marco de la escuela.
Quinto, prohibir la venta a menores de algunos de los alimentos etiquetados como "alto en", sobre todo -insisto- en el marco de los establecimientos educacionales.
Sexto, prohibir que existan incentivos vinculados al mercadeo de estos productos a menores, como ganchos comerciales, "cajitas felices" u otros, y, dentro de lo mismo, limitar la publicidad de los alimentos "altos en" a este mismo sector de la población.
Séptimo, pronunciarse, definitivamente, en favor de la protección de la lactancia materna.
Octavo, establecer la obligación de que el etiquetado contenga información respecto a ingredientes o componentes que eventualmente puedan provocar el desarrollo de alergias alimentarias.
Noveno, fijar el plazo de un año, a contar de la fecha de promulgación de la ley, para que el Ministerio de Salud dé cumplimiento y ejecute las materias a que ella se refiere.
Con relación al fondo del proyecto, está claro cuál es.
En cuanto a la forma, el Vicepresidente de la República envió un veto que fue consensuado políticamente y en el cual se acogen indicaciones formuladas por miembros de la Comisión de Salud y diferentes parlamentarios, cuyo texto se somete al juicio de este Honorable Senado en el día de hoy.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- A usted, señor Ministro.
A continuación se halla inscrito el Senador señor Rossi, quien en este momento no se encuentra en la Sala.
Entonces, tiene la palabra la Senadora señora Allende.
La señora ALLENDE.- No intervendré, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- El siguiente inscrito es el Senador señor Horvath, quien tampoco se halla en la Sala.
Tiene la palabra la Senadora señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, este proyecto, que, como bien señaló el Ministro de Salud, señor Mañalich, nació por moción parlamentaria, abona y da muchos argumentos a una política de Estado que está llevando a cabo el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
Recordemos que una encuesta de salud, efectuada el año 2010, reflejó la mala situación de salud de las chilenas y chilenos en general, en forma mayoritaria.
Han aumentado no solamente las consultas y los problemas en materia de salud mental, que es algo que agobia sobremanera a nuestro país, por diversas razones que sería muy largo entrar a detallar, sino que hay muchas otras enfermedades que están abrumando a las familias: la obesidad, la presión alta o hipertensión y, en fin, una serie de patologías asociadas a la ingesta de alcohol, el consumo de estupefacientes y, también, de ciertas comidas o ingredientes que ellas contienen y que no están debidamente reglamentados o informados, lo cual es algo que la iniciativa toca, a mi juicio, en forma positiva.
Por esas razones, señor Presidente, creo que el valor del texto en debate radica en que se enmarca en la política de Estado que está llevando adelante nuestro Gobierno y dice relación con otros proyectos que ya ha implementado, como el programa que dirige la Primera Dama, Cecilia Morel, denominado "Elige Vivir Sano".
A través de este programa, muchas fundaciones y empresas privadas han suscrito convenios en diversos lugares del país. Por ejemplo, en la Región que represento (Valparaíso Cordillera), se firmó uno entre la Asociación de Exportadores de Frutas y ProChile, como parte del gran impulso que este organismo le está dando a la promoción del consumo de frutas y verduras.
El programa "Elige Vivir Sano" es realmente muy importante.
Señalé que el proyecto en debate se enmarca dentro de una política de Estado bastante fuerte, robusta y contundente que está llevando a cabo el Gobierno y que no solo tiene que ver con la salud. Porque aquí estamos viendo algo muy contingente y atingente al Ministerio de Salud. Por eso está presente el Ministro del ramo. Pero ¿qué pasa cuando se promueven otras iniciativas?
En el Gobierno anterior se concretó la construcción de algunos estadios. El actual, a través del Instituto Nacional de Deportes, está levantando también otros; el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) está habilitando ciclovías. Es decir, en esta materia debe realizarse un trabajo fuerte, simultáneo y de equipo, de todos los Ministerios involucrados, a fin de contar con una política de Estado potente para enfrentar los temas de salud pública.
Y qué duda cabe de que todo lo concerniente a la rotulación y el etiquetado de alimentos, que se aborda directamente en este proyecto de ley, originado -repito- en moción parlamentaria, reviste extraordinaria trascendencia.
Es preciso atacar, a través de planes contundentes, la obesidad de los niños y niñas en su etapa de desarrollo, desde la preinfancia, pues acarrea numerosos problemas, no solamente de discriminación, sino también cardiacos, de presión alta o hipertensión, en fin, una serie de sucesos y eventos negativos para la salud y que finalmente van generando una mala calidad de vida en las personas a medida que pasan los años.
Por eso dije que la iniciativa se enmarca en el contexto de lo que ha hecho el Gobierno, como el alza del impuesto a los cigarrillos posterremoto -tarea difícil de enfrentar, pero a mi juicio de gran relevancia- o la Ley de Tolerancia Cero.
Han surgido muchas críticas con respecto a la ingesta de alcohol. Pero qué importante era dar, desde este Congreso, desde este Senado, un mensaje claro. Y aquí fue muy transversal, muy contundente, muy mayoritaria la respuesta de mis colegas al votar favorablemente el proyecto que establece una restricción absoluta con respecto a la ingesta de alcohol cuando las personas conducen un vehículo, ya que eso va generando, finalmente, cambios de conducta.
Este tipo de proyectos de ley, además de originar cambios de hábitos y de conducta en las personas...
El señor ESCALONA (Presidente).- Ha finalizado su tiempo, Su Señoría.
Se le otorga un minuto más, para terminar.
La señora PÉREZ (doña Lily).- Con esto concluyo, señor Presidente.
Decía que este tipo de proyectos tienen, además, otro propósito: educar para prevenir, que siempre es lo más importante y forma parte de algo más global.
La iniciativa es positiva y, por tanto, contará con todo mi apoyo, al igual que las propuestas y mejoramientos planteados por el Ejecutivo a través del Ministro de Salud.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- En seguida, le corresponde usar de la palabra al Senador señor Navarro.
No se encuentra en la Sala.
En consecuencia, puede intervenir el Honorable señor Uriarte.


El señor URIARTE.- Señor Presidente, tal como expresaron el señor Ministro de Salud y los colegas que me antecedieron en el uso de la palabra, el proyecto es de enorme trascendencia. Nació fruto de un acuerdo entre el Ejecutivo y el Senado, y, dentro de este, entre quienes representamos al Gobierno y la Oposición. Entre todos elaboramos un texto que en verdad satisface a la generalidad de los miembros de esta Corporación.
Por lo mismo, la votación del veto va a arrojar pronunciamientos a favor y en contra, para los efectos de que, finalmente, la iniciativa propuesta por la Comisión se convierta en ley.
El Ejecutivo envió 25 observaciones -de ellas, el órgano técnico propone aprobar 14 y rechazar 11-, las cuales apuntan a definir el ámbito de aplicación de la ley; cambiar conceptos para hacerlos más precisos (por ejemplo, "trigo" por "gluten"), y aplicarlos no solo a productos envasados y etiquetados, sino también a otro tipo de alimentos; excluir a la educación superior de la prohibición de venta y publicidad de comida chatarra; rotular debidamente los alimentos altos en azúcar, grasa o sal; en fin.
En definitiva, creo que se trata de un muy buen proyecto, que constituirá un aporte en el combate contra la obesidad infantil.
Según la última encuesta nacional de salud, Chile es el quinto país con mayor obesidad infantil del mundo. Ese, claramente, es un indicador que nos debe preocupar.
Y no solo por dicho motivo es urgente aprobar esta normativa, sino también porque el Gobierno, como expresó la Senadora Lily Pérez, ha avanzado, está avanzando y seguirá avanzando en una serie de otras iniciativas. Por lo pronto, acuerdos con el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos para regular tanto alimentos envasados como preparados; modificación de las bases de licitación en la JUNJI y en la JUNAEB.
Lo anterior se orienta, en general, a proteger de mejor manera los hábitos de alimentación de los niños.
Por lo tanto, espero que el proyecto sea aprobado y, al mismo tiempo, que la Sala permita que su votación sea rápida y económica, a objeto de pronunciarnos en un solo acto sobre las normas que se proponen votar a favor -que son 14- y que respecto de las otras, que suman 11, se proceda de la misma manera.
El señor ESCALONA (Presidente).- Como no se encuentran en la Sala los Senadores señores Girardi y Espina, tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, solo deseo hacer tres observaciones.
La primera es que, a la luz de los antecedentes que hay en el país desde hace muchos años, surge una moción relativa a la forma inadecuada de la dieta diaria y habitual de los chilenos y que, por tanto, era indispensable llegar a alguna fórmula sobre esta materia, que es la línea en que hemos venido trabajando en la Comisión de Salud desde hace más o menos 20 años.
Antes que nada, es necesario entender que la gente debe tener una opinión formada sobre este asunto, frente a lo rutinario que es en Chile la información, la propaganda y la publicidad en el área alimentaria, de las bebidas y de todo aquello que signifique contrariar el intento de las organizaciones médicas y de los dos últimos Gobiernos democráticos.
La segunda es señalar que no resulta fácil sacar adelante un proyecto como este para que se publicite de modo tal que la gente se informe, frente a lo que ha sido una obscena forma -por decirlo de manera elegante- de hacer publicidad, la cual creemos que es absolutamente inadecuada para la dieta de los chilenos.
Las dos o tres últimas fiestas nacionales han demostrado esta soeza a la que me refiero. Porque, francamente, ya no queda sino mirar los programas de televisión para concluir que es muy difícil aplicar lo que en este proyecto se propone.
Por eso, gran parte de lo que estamos haciendo es casi un vuelo contra el viento.
Y la tercera es que, después de ver cómo resolver de mejor forma los muchos problemas, y a la luz de las dificultades habidas con el Gobierno, en términos de creer que algunas cosas debían hacerse de otra manera, hemos llegado a un acuerdo tranquilo, sereno y razonable entre los Senadores de la Alianza y la Concertación con el Gobierno. Y eso corresponde a lo que podríamos llamar un "acuerdo político", ya que se trata de un asunto absolutamente circunscrito a los alimentos, respecto a lo cual hemos venido conversando en los últimos tres o cuatro meses.
Por eso, los democratacristianos vamos a votar favorablemente este proyecto. Entiendo que en esa misma línea están los Senadores de la Alianza y de la Concertación, más allá de mi Partido.
Ojalá lo aprobáramos y despacháramos rápidamente, porque de repente a uno le produce cierta sensación de desagrado -más que de desagrado, de disgusto o, si se quiere, de desilusión- cuando en el Congreso tratamos de aplicar normas adecuadas para la población, las que tienen que ver con el avance de la ciencia médica, y recibimos información de que 18 o 20 por ciento de la inversión en salud se destina a resolver problemas que podrían no significar gasto si se efectuara una buena prevención. De modo que cuando estamos discutiendo este proyecto, enfrentados a toda la fuerza publicitaria, no queda otra cosa que asumir que el trabajo es duro, pero que lo seguiremos haciendo.
Por lo tanto, pido votar favorablemente y ojalá por unanimidad para dar una señal.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, estamos en presencia del veto del Ejecutivo al proyecto de ley sobre composición nutricional de los alimentos y regulación de su publicidad, ingresado en julio del año pasado y que ahora se somete a nuestra consideración.
Es muy importante destacar que, después de intensas negociaciones destinadas a destrabar las manifiestas diferencias suscitadas durante su tramitación, alcanzamos un acuerdo político en torno de esta materia, en el que no solamente participaron los Senadores de la Comisión de Salud, sino también Diputados y el Ejecutivo, a través de los Ministros Larroulet y Mañalich.
Ello ha permitido -como en pocas oportunidades se ha dado en la Comisión de Salud- que nuestra votación fuese unánime en la aprobación de las demás observaciones formuladas por el Gobierno.
El propio Ministro de Salud -quien mantuvo una excelente disposición durante las negociaciones-, ha ratificado la existencia de un acuerdo político, suscrito por representantes de todos los sectores y que se traduce en la presentación de un nuevo proyecto de ley que regule la publicidad de la denominada "comida chatarra", ya enviado al Congreso. Por su parte, el Ministerio de Educación debería dictar un reglamento -a lo cual ya está comprometido a través de la institucionalidad correspondiente- que establezca los bloques de actividad física con alto gasto calórico en los planes de estudio de los niveles de educación prebásica, básica y media.
En consecuencia, se hace necesario que aprobemos el veto para que la iniciativa se convierta en ley a la brevedad, a fin de disminuir cuanto antes los altos índices de obesidad infantil que se observan en ese segmento poblacional.
Esto es muy importante, porque el proyecto de ley se hace cargo, precisamente, de las enfermedades prevalentes en nuestro país, que dicen relación a patologías asociadas particularmente al consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, azúcar y sal.
En ese sentido, pese a lo hecho por el Presidente Piñera no solo observando la realidad actual, sino también algo tan importante como la obesidad infantil, hoy tenemos un drama asociado, fundamentalmente, a que la meta propuesta por los Gobiernos anteriores, en término de reducir la obesidad infantil en 10 puntos a través de iniciativas -como por ejemplo, los quioscos saludables-, no rindió frutos y a que, por lo mismo, era necesario realizar una intervención más drástica.
Y, en este sentido, tanto los Senadores de la Concertación como los de la Coalición han dado su apoyo a este proyecto de ley.
Adicionalmente, el Gobierno del Presidente Piñera ha estado particularmente preocupado de la materia. La Primera Dama, por su parte, ha impulsado el Programa "Elige Vivir Sano" que, en definitiva, trata de difundir las posibilidades de generar condiciones para que los chilenos abandonen conductas de sedentarismo y adopten hábitos de alimentación saludable.
Por todo lo antes dicho, pedimos la aprobación de este veto que, de alguna manera, recoge un acuerdo político de todos los sectores del Congreso Nacional, para los efectos de poder abandonar conductas de sedentarismo y establecer un estímulo a la alimentación saludable.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Carlos Larraín.


El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, deseo hacer algunos alcances relativos al proyecto de ley sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad.
Tengo que manifestar, en general, una especie de reserva filosófica que tengo respecto a la iniciativa, porque me parece de un carácter ultrainterventor. O sea, aunque el Estado interviene en tantas cosas, hasta la fecha no lo hacía en la digestión, que es un área reservada.
Y resulta muy pintoresco que los hiperinterventores en otras esferas, en esta, concretamente, adhieran sin calificación alguna a la hiperlibertad en materias relacionadas, por ejemplo, con la subsistencia del feto dentro del vientre materno.
Entonces, me produce perplejidad que esta normativa tan restrictiva, estaliniana y autoritaria, sea patrocinada por la gama completa de los parlamentarios, que van desde los muy autoritarios -hablo de algunos, no de todos- hasta los que nos declaramos más amigos de la libertad individual.
Y quiero abonar lo que digo, que es genérico, con algún alegato más específico.
Por ejemplo, ¿qué van a hacer los pequeños productores? Yo suelo comprar frutillas y frambuesas cuando salgo al campo. ¿Qué van a poder vender los pequeños productores de frutillas en San Pedro? Porque, que yo sepa, no rotulan ni etiquetan. Y yo creo que las frutillas, con o sin vino blanco, son sanísimas. Pero, la verdad es que no van a poder vender nada. O sea, van a tener que morirse de hambre.
¡Es la cosa más rara: una ley que versa sobre los alimentos condena a morirse de hambre a un cierto gremio productivo! Me parece una contradicción.
El propio artículo 1° contiene una frase absolutamente mistificante: el productor tendrá que asegurar que "en el ámbito de la cadena productiva" -eso es muy amplio, porque ¿hasta dónde llega ella? ¿Hasta las calicheras del norte?- "el proceso de elaboración de los alimentos cumpla con buenas prácticas". ¿Qué son las buenas prácticas de manufacturación de la frambuesa?
O sea, este asunto me induce a la mayor perplejidad. Y no es que yo sea partidario de la vida malsana. Porque se puede concluir que quienes estamos en contra de la filosofía de esta ley somos enemigos de la vida sana.
La semana pasada oímos aquí prodigios verbales. Y uno de ellos era que quienes fuimos contrarios al aborto somos enemigos del disfrute sexual, entre otras perlas que tuvimos que escuchar. Pero hoy día tenemos una perla que viene del propio Ejecutivo: no se nos permite comer frutillas a la orilla del camino. ¡Es algo sorprendente!
Luego, me intriga bastante que el Ministerio de Salud tenga tal amplitud para decidir sobre el alcance de la ley.
Porque la Izquierda y la Derecha unidas son invencibles.
Como digo, aquí hay una importancia dramática para el Ministerio de Salud, que hoy día lo encabeza un dignísimo facultativo. Pero, en una de esas, el cargo puede ser ocupado por alguien menos digno. Yo recuerdo un Secretario de Estado de esa Cartera que se negaba a notificar a los enfermos de HIV por tener el derecho a ignorarlo, y los condenó a muerte. Mas eso pasó, por suerte.
¿Qué ocurre, por ejemplo, con los quesos de cabra del norte? La gente que los produce va a sufrir una tremenda merma económica, porque nadie que los come a la orilla del camino cree estar consumiendo un digestivo. Lo injerimos con algún riesgo. Pero eso permite a los cabreros del norte subsistir.
Entiendo que hay algunos riesgos en el asunto; sin embargo, ¿se pueden asumir? Porque, uno tiene derecho a enfermarse, echarse a perder un poco el estómago a cambio de un rico queso de cabra con un poco de vino tinto. Yo lo hallo impagable.
Entonces, en general a mí esta ley me produce reticencia. No puedo expresarlo de otro modo, porque soy Senador de una Alianza que quiere avanzar en el plano legislativo. Y yo tengo que decir que esta iniciativa me inquieta.
Me preocupa también el artículo 8°, que se refiere a una cosa muy difusa: no se pueden promover los alimentos referidos en el artículo 5°.
Yo no concibo un asado como al que hace poco fui invitado por el Senador señor Lagos sin un poco de sal. Y digo que eso no se va a poder promover, en virtud del artículo 8° cuando la promoción esté dirigida a los menores de 14 años. ¿Quién puede saber a quién va la publicidad? ¡Por el amor de Dios!
Supongo que en los Estados totalitarios eso era previsible, pero en el tipo de sociedad en que vivimos no es precisamente determinable quién oye qué.
O sea, hay muchas ambigüedades en este proyecto, de modo que, por tranquilidad de espíritu, tengo que abstenerme.
Eso es lo que quería decir.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, lamento mucho la última intervención. De verdad, porque esto es justamente una política de las economías de mercado, de las sociedades modernas. En Estados Unidos fue el ex Presidente Clinton el que inició estas campañas de retirar las bebidas gaseosas dulces de los colegios. Y el alcalde de Nueva York, que es republicano, es tal vez el líder mundial en estas políticas. Por mi parte, creo que por ello ha obtenido las votaciones que ha logrado. Es un alcalde muy conservador, de la Derecha americana, pero entiende muy bien que el bien común y la vida están por sobre otras consideraciones.
Y este es un tema que se ha ido instalando en todos los países europeos y del planeta, porque nosotros somos víctimas de una de las peores pandemias. Algunos, evidentemente, no logran verla; pero sé que, si analizaran con más profundidad la situación, llegarían a otras conclusiones.
En Chile mueren al día 300 personas por diversas causas. De ellas, 200 fallecen por enfermedades crónicas no transmisibles, que en realidad están mal llamadas, porque son transmisibles. No se contagian a través de un virus, de una bacteria o de un hongo, pero sí mediante la publicidad, una cierta dimensión cultural y un modo de vida.
De esas 300 personas que dejan de existir diariamente, 200 son por enfermedades crónicas no transmisibles. No obstante, el problema es que 100 son jóvenes que están muriendo por infarto, accidente vascular, cáncer y complicaciones por hipertensión y diabetes.
En el caso de los accidentes de tránsito -hicimos una legislación muy dura- estamos hablando de 5 muertes diarias. Acá, de 100 personas que sufren una muerte que podría ser evitable si se cumplen condiciones muy simples. No se trata de prohibir, sino de incentivar a que la gente pueda comer sano: frutas, verduras, alimentos con bajo contenido de sal, grasa y azúcar.
A mi juicio, este es un tema serio. Entonces, no se puede decir que la gente no va a poder comer queso de cabra. No. Puede hacerlo en la cantidad que quiera. Además, ese producto es un muy buen alimento. Pero no se pueden ingerir aquellos que están intoxicados por sal, grasa y azúcar; los que están mal rotulados. Las mamás piensan que a sus hijos les están dando un alimento saludable -porque se encuentra en un envase que engaña con colores, juegos, atractores, monitos, stickers-, pero en realidad se trata, por ejemplo, de un cereal que tiene 40 por ciento de azúcar, 500 milígramos de sal o grasas trans, que son las que se han ido prohibiendo y que pueden producir infarto, cáncer.
De eso estamos hablando. ¿Y qué hace este proyecto? Lo que cualquier sociedad correcta quisiera: asegurar el derecho de las personas a saber, para que al menos puedan decidir cuál es su mejor opción nutricional, precisamente para ser responsables con los hijos.
Tenemos una situación dramática desde hace mucho tiempo -no en este Gobierno, pues viene, en parte, de Administraciones anteriores-: 23 por ciento de los niños, ya a los seis años, son obesos. ¡La nuestra es la mayor obesidad infantil del mundo!
La Presidenta Bachelet, en el año 2000, planteó que en su gestión se llegara a una obesidad de 16 por ciento. Y, a la fecha en que ella se propuso esa meta, era de 23 por ciento. Hemos fracasado. Y, si sumamos a los adultos con sobrepeso y obesidad, se llega casi al 60 por ciento de la población. Y son personas en riesgo.
Entonces, ¿cómo enfrentar esto? ¿No hacer nada? ¿Dejar que estas enfermedades gasten la totalidad de los recursos económicos en salud del país? ¿Todos? Vamos a quebrar. No hay presupuesto de salud del planeta que sea capaz de abordar estas 100 muertes diarias que son evitables. Cada deceso cuesta, al menos, 100 mil dólares. O sea, el país se podría ahorrar 10 millones de dólares diarios.
¿Cuál es la alternativa? Hacer educación física, educar sobre la alimentación sana y no permitir que los niños -ellos no pueden decidir ni tienen los elementos para elegir frente a la publicidad; además, la sal y el azúcar son adictivas-, puedan acceder a estos alimentos que son altos en sal, grasa y azúcar en los colegios, y prohibir su publicidad.
Una Coca-Cola chica equivale a 12 terrones de azúcar. Cuando un niño se toma dos diarias, en promedio, está consumiendo 24 terrones de azúcar, con lo cual en quince días puede subir un kilo. Y eso la mamá no lo sabe.
Eso busca remediar el proyecto que nos ocupa; por ello, estimo que es muy importante aprobar el veto.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, esta iniciativa es de larga data en el Parlamento: ha cumplido cinco años desde que ingresó a trámite.
La moción fue presentada por los ex miembros de la Comisión de Salud, Honorables señores Girardi, Kuschel y Ruiz-Esquide y los entonces Senadores señora Matthei y señor Ominami.
El proyecto fue despachado por el Congreso Nacional el 25 de abril de 2011 y fue motivo de un veto del Ejecutivo el 31 de mayo de ese mismo año.
La iniciativa apunta a restringir el acceso de las personas a alimentos que contribuyen a la obesidad.
El veto se originó en peticiones expresas que hicieron los parlamentarios en las etapas finales de la tramitación legislativa.
El Gobierno presentó las observaciones centrado en la información que el público necesita para decidir sobre sus opciones de alimentación y en la focalización orientada a proteger a los grupos más vulnerables.
Para ello, propone mejorar...
El señor ESCALONA (Presidente).- Perdón, señor Senador.
¿Me permite decir algo?
El señor SABAG.- Sí, cómo no.
El señor ESCALONA (Presidente).- Solicito autorización de la Sala para que pase a remplazarme en la testera el Honorable señor Letelier.
Acordado.
Gracias.
--Pasa a presidir la sesión el Senador señor Letelier, en calidad de Presidente accidental.
El señor LETELIER (Presidente accidental).- Puede continuar con el uso de la palabra, Su Señoría.
El señor SABAG.- Gracias, señor Presidente.
Decía que, para ello, el veto propone mejorar y ampliar la información que deben contener los envases y las etiquetas de los alimentos; radicar en el horario nocturno la publicidad de los alimentos con altos contenidos de componentes dañinos para la salud; especificar los ingredientes que, en determinadas concentraciones, pueden causar efectos negativos para la salud; excluir a la educación superior de las exigencias relativas a incorporar contenidos curriculares destinados a mejorar los hábitos alimentarios de los jóvenes, e incluir actividades didácticas y físicas en el nivel prebásico para fomentar la vida saludable.
Asimismo, se dispone que el Ministerio de Salud establecerá los alimentos que presenten elevados contenidos de calorías, grasas, grasas trans, azúcares agregados u otros ingredientes similares que produzcan daños a la salud, productos que deberán llevar una advertencia en su etiqueta o envase.
También se elimina la facultad propuesta para fijar límites de contenidos; se prohíbe de vender alimentos con altos contenidos de ese tipo de elementos en los establecimientos de educación parvularia, básica y media, excluyendo a los de enseñanza superior, y por último, se modifican los artículos que regulan las restricciones a la publicidad y promoción de ciertos alimentos, incluidos los sucedáneos de la leche materna, caso en el cual se deberá promover en su etiquetado las ventajas de la lactancia materna natural.
Es importante destacar que el veto morigera la intención original del proyecto con un mayor equilibrio entre el interés público y el de las empresas alimentarias.
En consecuencia, me parece que las observaciones son adecuadas. Fueron aprobadas por unanimidad en la Comisión y, naturalmente, las votaremos en el mismo sentido aquí, en la Sala.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, no pensaba hablar, pero, después de escuchar las intervenciones de algunos colegas, me parece bueno precisar que la iniciativa que estamos terminando de tramitar en el Parlamento es producto del esfuerzo por consensuar posiciones.
El contenido de este proyecto es necesario para los niños, para la familia, para el país.
Considerando que en este Hemiciclo, a propósito de otras materias, se ha dicho que el Estado debe regular ciertas conductas de hombres y mujeres, sorprende que hoy en esta iniciativa se sostenga que el Estado no tiene que hacerlo.
La verdad es que no entiendo nada, porque donde existe el mismo principio debería regir la misma disposición.
Cuando constatamos que Chile, en una materia tan sensible, es uno de los cinco países que registran mayor obesidad en el mundo y cuando vemos que la Primera Dama, la señora del Presidente de la República, invita a comer sano, con mayor razón uno entiende la necesidad de entregar información para que hombres y mujeres tomen buenas decisiones. ¡Y qué mejor manera de hacerlo que con normativas como la que nos hallamos discutiendo aquí!
Por lo mismo, quiero valorar -acompañé de manera muy accidental en la discusión a los miembros de la Comisión de Salud- la disposición de todos los que participaron en el debate de esta materia (Senadores, Diputados, representantes del Gobierno) para alcanzar un acuerdo.
No tenemos que tomar con liviandad este asunto; no debemos reírnos de lo que ello significa, porque involucra la salud de la población. Estamos hablando -el señor Ministro podría darnos una disertación al respecto- de la importancia de una buena alimentación y del ahorro que implica para el Estado evitar la ocurrencia de una serie de enfermedades.
Sin embargo, no podemos pedirle a la ciudadanía comportamientos apropiados si carece de una completa información. Por lo tanto, debemos crear hábitos adecuados para que las personas actúen como indica la buena razón.
Reitero: me extraña -y lo digo con sinceridad- que se señale que en algunos casos el Estado debe meterse y opinar, y que en otros su intervención no es necesaria y que resulta hasta preocupante, como aquí se ha expresado.
Gracias, señor Presidente.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, al igual que la Senadora que me antecedió en el uso de la palabra, tampoco pensaba intervenir. Pero el debate me ha motivado, particularmente, la exposición del Honorable señor Carlos Larraín, por cuanto advierto en su reflexión alcances que vale la pena asumir.
Un cuerpo legal de esta naturaleza establece estándares complejos para la comercialización de determinados productos, especialmente de aquellos elaborados por las pymes. Y debemos abordar tal problema porque no solo ocurre en la comercialización, sino también en la producción.
Hoy en día a las pymes se les exigen elevados estándares -en el campo, por ejemplo, a los productores de frutillas o frambuesas-, pues los productos que se exportan no se venderán si no cumplen las normas internacionales en la materia. Ello puede implicar un costo, pero me parece necesario y debe ser asumido.
Lo mismo ocurre en el caso que nos ocupa.
¿Cuál es la justificación para exigir tales normas? Una muy simple: la necesidad de transparencia en el ámbito de la alimentación.
Las prácticas alimenticias en Chile efectivamente están generando situaciones sanitarias muy complicadas. El incremento de la obesidad, por ejemplo, es un problema delicado, y nos pone en una señal de alarma. El Estado tiene todo el derecho de intervenir, a mi juicio, para evitar que tales conductas se repitan, no solamente porque con ello previene daños a la salud, sino porque se ahorra compromisos futuros mayores, pues es aquel, al final, el que se hace cargo de las enfermedades que genera la obesidad.
"Más vale prevenir que curar", dicen por ahí.
Por lo tanto, opino que las disposiciones propuestas son necesarias. La información forma parte de la educación que todos requerimos para saber cuáles alimentos nos ayudan y cuáles no.
El hecho de que se incorporen contenidos curriculares sobre la materia en educación -y han aumentado, según me han informado- también apunta en la dirección correcta.
Quizás una de las observaciones que resultan más complejas de asegurar es la recaída en el artículo 7º, que establece mecanismos de publicidad de los productos. Efectivamente, esta no podrá ser dirigida a menores de 14 años.
Pero ello es bastante difícil de establecer y mucho más, de fiscalizar. La aparición de un niño en un aviso ¿significa que está dirigida a menores de edad? Aquí se plantea un problema que no será fácil de ordenar, de revisar o de hacer cumplir.
Con todo, aparte de esa norma -y no por su contenido, pues entiendo su sentido, sino por la dificultad para cumplirla-, me parece que estamos frente a una propuesta legislativa necesaria. Y creo que las correcciones introducidas por el Ejecutivo son positivas y apuntan en la dirección correcta.
Consciente de la mayor exigencia que el tema representa para muchos, considero que es preciso jugarse por una alimentación sana. Y no hay alimentación sana sin información adecuada. Mucha gente no la tiene. Hay que educar. Entiendo que ese es el propósito de la ley en proyecto.
Ahora bien, la transparencia que nosotros exigimos en muchos ámbitos de la acción pública también es exigible cuando se trata de la salud de las personas. Por eso, con todos los problemas y las dificultades que puede acarrear la aplicación de una legislación como esta, pienso que es correcto su sentido.
No cabe la menor duda de que, tratándose del bien de la salud pública, es razonable que el Estado tenga alguna injerencia, sobre todo pensando en las nuevas generaciones. Se requiere modificar los hábitos de conducta alimenticia en nuestro país, que no han sido los más sanos y han causado numerosas enfermedades a la población, lo que se debe procurar evitar.
Por tales razones, acogeré las observaciones del Ejecutivo en los términos sugeridos por la Comisión.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, quiero felicitar, en primer lugar, a los autores de la moción y, en segundo término, al Gobierno, a través del Ministro de Salud, Jaime Mañalich, y del Ministro Larroulet.
Creo que aquí estamos en presencia de un punto central sobre cómo se debe construir la nueva legislación en un país: la autonomía de las personas para tomar libremente sus decisiones y la necesidad de que el Estado regule cuando sea necesario, a objeto de que se vele objetivamente por el bien común. Ambos factores estarán en una tensión permanente.
¿Cómo se resuelve eso? Con criterio.
La verdad es que "lo que natura non da Salamanca non presta". Por lo tanto, si las autoridades actúan en forma descriteriada, seguramente caeremos en un estado de regulación por entero inhibidor del derecho de las personas de tomar libremente sus decisiones. Y si hacemos lo contrario y no regulamos nada, lo probable es que se produzcan falencias en la defensa de factores tan básicos como la salud de la gente.
Quisiera destacar de este proyecto cosas muy simples.
En primer lugar, que mejoró mucho. Felicito al Ministro por alcanzar los acuerdos que así lo posibilitaron. Porque la iniciativa, antes del veto, presentaba graves errores. Por ejemplo, impedía que un estudiante en una universidad se pudiera comer un lomo mayo o un Super 8.
Está bien que a un joven en proceso de formación se le indique qué cosas debe ingerir para que se eduque adecuadamente con ayuda de sus padres y de su establecimiento educacional. Pero no cabe decirle a alguien que está en la universidad que no puede comerse un churrasco palta en el casino de la escuela porque seguramente le hará mal y que, si le pone mayo, será peor. Ahí me parece que es cuando se aplica la frase que ya mencioné y que repito con el mayor respeto: "lo que natura non da Salamanca non presta".
Por lo tanto, si a veces se aprueban normas descriteriadas, echemos la culpa a la falta de rigurosidad para legislar adecuadamente.
Pero el proyecto, a mi juicio, quedó bien. Su texto no contiene una propuesta fundamentalista que invade, sino una que cumple algunos objetivos básicos.
Primero, provee información. ¿Alguien puede oponerse a que a las personas se les indique lo que contiene el producto que consumirá? Nadie. La información ayuda. La gente tiene pleno derecho a saber si lo que va a comer contiene muchas calorías, lleva sal o no, le hará bien o mal. La información es clave para que la ciudadanía tome buenas decisiones.
Segundo, sanciona los engaños. ¿Alguien puede oponerse a que se penalice cuando en la etiqueta de un alimento en forma intencional se ocultan los daños que este causa a la salud? Me parece absolutamente razonable la manera como eso se trata.
Y, finalmente, aborda lo relativo a la educación. Es fundamental que los niños, desde chiquititos, aprendan cómo se come sano; se formen en este ámbito, y tengan la cantidad necesaria de horas de Educación Física. En Chile son poquísimas, ¡poquísimas! Somos, por lejos, el país con menos horas de Educación Física en comparación a naciones de nuestro mismo rango. Por tanto, felicito al Gobierno por aumentar el tiempo de esa asignatura en 25 por ciento; o sea, a cuatro horas.
Recuerdo que, cuando discutimos el proyecto sobre la Ley del Deporte, los Ministros de la época dijeron -con la mejor buena fe- que elevarían a cuatro esas horas. En Argentina, se realizan seis o siete. ¡Ni hablar de los países europeos!
Si no hay educación física, si no hay deporte, el sedentarismo simplemente supera todos los límites de lo razonable.
Por consiguiente, la norma del artículo 4° me parece de las más importantes de la iniciativa, pues apunta a educar a los niños en cómo llevar una sana alimentación. Ello es clave para su desarrollo en la vida.
Luego, se contempla una disposición para prohibir la comercialización en establecimientos de educación parvularia, básica y media de productos nocivos para la salud. Estimo que esa medida está bien orientada, porque hay alimentos que, objetivamente, hacen mal a los niños.
Y, por último, está la norma que comentó el Senador Larraín -la comparto plenamente-, relativa a publicidad dirigida. Ahí tendrá que aplicarse un buen criterio. ¿Cuándo una publicidad se dirige a menores de 14 años? ¿Cuando en el spot aparecen niños? A mi juicio, tal precepto deberá adecuarse a una correcta y criteriosa interpretación.
En síntesis, señor Presidente, creo que este es un buen proyecto.
El Gobierno hizo bien al presentar las observaciones. Y demostró talento y capacidad para llegar a acuerdos al suprimir muchas de las disposiciones que había considerado en su propio veto.
De esta forma, daremos un paso relevante para tener un país con mejor salud, sin invadir la esfera de determinación de las personas y permitiendo que el Estado cumpla el rol que le corresponde: orientar y guiar para proteger la salud de la población.
Felicito a los autores de la moción y a todos los que de alguna manera han contribuido al logro de una buena iniciativa legal.
Muchas gracias.
El señor CANTERO.- Abra la votación, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Consulto a la Sala si hay acuerdo para iniciar la votación, tomando nota de que quedan cinco señores Senadores inscritos.
El señor GIRARDI.- ¡No! ¡Falta quórum para aprobar el veto!
El señor NAVARRO.- Deseo intervenir.
El señor CANTERO.- Que los inscritos mantengan sus tiempos.
El señor ESCALONA (Presidente).- Son varias las votaciones que se deben realizar.
El señor GIRARDI.- ¡No tenemos los votos!
El señor LARRAÍN.- ¿Me permite, señor Presidente?
Quiero convencerlo de que lleve a cabo una sola votación.
El señor ESCALONA (Presidente).- Senador, debemos efectuar distinto tipo de votaciones.
Pero no perdamos tiempo en el procedimiento. Este tipo de cosas es lo que habitualmente hace que nos demoremos.
¡Como dijo el gran filósofo: "Los piojos se matan de a uno"...!
Lo primero es consultar a la Sala -insisto- si hay acuerdo unánime para abrir la votación.
El señor QUINTANA.- No.
El señor GIRARDI.- No.
El señor ESCALONA (Presidente).- No hay acuerdo.
Está inscrito el Senador señor Navarro. Pero antes le ofreceré la palabra al Honorable señor Hernán Larraín para que plantee un asunto de Reglamento.
Tiene la palabra Su Señoría.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, entiendo que muchos Senadores quieran intervenir, pero creo que el ánimo de la Sala es despachar este proyecto ahora.
Sugiero que se lleve a cabo una sola votación. Así se recogen en un solo acto todas las proposiciones planteadas por la Comisión. Como algunas normas requieren quórum especial para ser aprobadas, basta asegurar el número de votos correspondiente y que el Secretario deje la constancia pertinente.
De esa forma sería posible zanjar el asunto, sin perjuicio de que los Senadores intervengan para hacer presentes sus inquietudes.
Pero, para ello, habría que abrir la votación.
Pido revisar el criterio anterior y realizar una sola votación para todo efecto práctico.
El señor COLOMA.- Eso es mejor.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario para precisar el punto según el Reglamento.


El señor LABBÉ (Secretario General).- Si todos los señores Senadores están de acuerdo en acoger lo que la Comisión propone aprobar, revisando la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, efectivamente se podría hacer una sola votación. Cabe tener presente que, entre las observaciones propuestas, dos de ellas son de quórum especial, por lo que requieren para su aprobación al menos 22 votos favorables.
Con todo, a continuación de ello, se deben realizar dos votaciones más: la relativa a las disposiciones rechazadas y lo referente a la insistencia de parte del texto aprobado por el Congreso Nacional. Para esto último, se necesitan los votos afirmativos de los dos tercios de los Senadores presentes.
El señor CANTERO.- Por eso pedimos abrir la votación.
El señor COLOMA.- ¡Ese quórum es más fácil de lograr que los 22 votos!
El señor GIRARDI.- ¡Pero no están los votos!
El señor CHAHUÁN.- ¡Sí están!
El señor ESCALONA (Presidente).- Solicito nuevamente el asentimiento de la Sala para abrir la votación.
El señor GIRARDI.- ¡No hay acuerdo!
El señor QUINTANA.- No.
El señor ROSSI.- No.
El señor ESCALONA (Presidente).- No lo hay.
Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, estamos a tres o cuatro minutos del término del Orden del Día...
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede hacer uso de sus cinco minutos, Su Señoría.
El señor NAVARRO.- Gracias.
Señor Presidente, me informa el Senador Girardi que la materia en debate ha sido producto de un acuerdo con el Ministro de Salud en relación con las observaciones y que no están algunos elementos que contemplaba el proyecto original, pero que es fruto del consenso alcanzado.
La publicidad infantil, por ejemplo, aquella que va dirigida a los niños, es una cuestión esencial. Yo espero que los artículos, que son más bien genéricos, tengan explicitada la buena fe de que, cuando se habla de que se va a etiquetar un producto con la leyenda "alto en contenido de azúcar" o "alto en contenido de sal", también se incorpore la diagramación necesaria para que el mensaje que se entrega sea bien recibido y no haya letra chica.
Siento que al no reglamentar, ni establecer las condiciones en cuanto a cómo se va a rotular, podemos encontrarnos con graves problemas en la rotulación. De hecho, a pesar de que es ilegal, se siguen vendiendo productos en Chile con rotulados en idioma extranjero (inglés o chino), en circunstancias de que la legislación exige que se haga en castellano, en español.
Señor Presidente, entiendo que habrá una reglamentación del Ministerio de Salud para que toda rotulación cumpla con un mínimo de exigencias, a fin de que se haga efectivo lo que dispone el artículo 5° del proyecto, que establece que es preciso informar debidamente al consumidor.
Respecto de las condiciones para desarrollar hábitos de alimentación saludables y advertir sobre los efectos nocivos de las dietas excesivas en grasas, está claro que tenemos un primer desafío con la JUNAEB, dado el tipo de alimentación que recibe diariamente un millón y medio de niños en Chile. En este ámbito se requiere hacer una profunda revisión, a fin de garantizar que aquella dieta contenga los elementos que hoy día el Estado y el Congreso promueven mediante la iniciativa que nos ocupa.
A través del artículo 4º del proyecto se exige a los establecimientos educacionales incluir en sus programas de estudios actividad física y práctica del deporte para fomentar en los estudiantes el hábito de una vida activa y saludable. Eso me suena más bien a una consigna, pues hacer deporte -lo hemos dicho- no significa jugar fútbol o que a los niños les pasen una pelota y los hagan correr por el patio de la escuela. Dicha actividad implica que haya profesores de educación física en la enseñanza básica y para ello tiene que haber financiamiento.
Por lo tanto, al aprobar el artículo 4° nos estamos obligando a disponer más recursos en la Ley de Presupuestos para contratar a profesores de educación física y dotar a los planteles educacionales de los implementos necesarios para la práctica deportiva.
La verdad es que no estamos en condiciones de pedirles que haya educación física a liceos que no cuentan con duchas, donde no existe ninguna condición para llevar a cabo estas actividades saludables.
En consecuencia, se precisa mayor inversión al respecto, pues muchos de nuestros liceos y establecimientos de educación básica no cuentan con patio, ni con techo, ni con duchas. Y si coincidimos en que se debe fomentar la práctica del deporte habrá que contratar más profesores de educación física para la enseñanza básica, mejorar los establecimientos y construir donde no se cuente con las instalaciones necesarias.
Pedí efectuar un catastro sobre el particular. Y observamos que 60 por ciento de las escuelas no disponen de una implementación deportiva para hacer efectivo lo que establece el proyecto.
Señor Presidente, entiendo que esta materia es fruto de un consenso. La verdad es que en la vida a veces las cosas se consiguen mediante acuerdos.
Yo hubiera deseado una normativa de etiquetado más fuerte, más garantista, en el sentido de que se va a informar debidamente y de que se consagrará el derecho a la información.
Por eso, entendiendo que la consecuencia nos va a obligar en la próxima Ley de Presupuestos, de manera concreta y definida, a aumentar los recursos que deberemos otorgar para que la práctica deportiva en las escuelas y liceos se haga efectiva, voto a favor.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
El señor CANTERO.- Votemos, señor Presidente.
El señor CHAHUÁN.- Sí, que se vote.
El señor ESCALONA (Presidente).- Muy bien.
Se hallan inscritos los Senadores Muñoz Aburto, Rossi, Quintana y García. Solo con el asentimiento de ellos y de la Sala se podría abrir la votación.
El señor ROSSI.- Está bien.
El señor ESCALONA (Presidente).- ¿Sus Señorías están dispuestos a dejar sin efecto su inscripción?
Si no hay objeción, se procederá a la votación.
El señor ROSSI.- Conforme.
El señor ESCALONA (Presidente).- Muy bien.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Corresponde votar todas las observaciones del Presidente de la República que la Comisión de Salud aprobó unánimemente.
Cabe hacer presente que las números 8) y 9) son de quórum orgánico constitucional y requieren 22 votos para su aprobación.
El señor ESCALONA (Presidente).- En total haremos tres votaciones, tal como señaló el señor Secretario.
El señor LARRAÍN.- Así es.
El señor ESCALONA (Presidente).- En votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ESCALONA (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueban las observaciones números 3), 5), 7), 8), 9), 12), 13), 17), 18), 19), 21), 23), 24) y 25) que la Comisión de Salud aprobó en forma unánime (29 votos a favor y una abstención), dejándose constancia de que se cumplió con el quórum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Pérez (doña Lily), Rincón y Von Baer y los señores Cantero, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Gómez, Horvath, Kuschel, Lagos, Larraín (don Hernán), Letelier, Muñoz Aburto, Navarro, Orpis, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Sabag, Uriarte, Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvo el señor Larraín (don Carlos).
El señor ESCALONA (Presidente).- Si le parece a la Sala, repetiremos el mismo resultado para las votaciones pendientes.
El señor CANTERO.- Bien.
El señor LARRAÍN.- Sí, señor Presidente.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, solicito que también se consigne mi pronunciamiento a favor.
El señor ESCALONA (Presidente).- Se dejará constancia de su intención de voto en la Versión Oficial, señor Senador.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Entonces, con la misma votación anterior quedarían rechazadas las observaciones números 1), 2), 4), 6), 10), 11), 14), 15), 16), 20) y 22); y, de haber unanimidad, se entenderá también que se insistirá en el texto aprobado por el Congreso Nacional respecto de las observaciones signadas con los números 2), 4), 6), 10), 11), 15) y 20).
El señor ESCALONA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se procederá en la forma señalada.
--Se rechazan las observaciones números 1), 2), 4), 6), 10), 11), 14), 15, 16), 20) y 22) y se acuerda insistir en el texto despachado por el Congreso respecto de las observaciones números 2), 4), 6), 10), 11), 15) y 20) con la misma votación anterior, dejándose constancia de que se reunió el quórum constitucional requerido.
El señor PIZARRO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Señor Presidente, no puedo dejar pasar la intervención del Honorable señor Carlos Larraín acerca de la producción de queso de cabra, mucho menos si se encuentra el señor Ministro de Salud presente en la Sala.
Formalmente, solicito que la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Cuarta Región le haga llegar los reglamentos sanitarios por los cuales se rige hoy día la producción de queso de cabra en nuestra Región, proceso que cumple todas las exigencias sanitarias. De modo que no se corre ningún riesgo al consumirlo, Senador Larraín.
Todos los quesos que se producen tienen denominación de origen, cuentan con una resolución sanitaria y se sabe quién es el productor. Le pediría a Su Señoría que se diera una vuelta por la Región y que se interiorizara más.
El señor ESCALONA (Presidente).- Senador Pizarro: la Mesa debe entender que está solicitando que se oficie al señor Ministro de Salud.
El señor PIZARRO.- Efectivamente. Y que le hagan llegar copia al Senador Larraín, especialmente, y a todos los demás colegas.
El señor ESCALONA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se enviará el oficio solicitado en nombre de Su Señoría.
--Así se acuerda.