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DESPENALIZACIÓN DE INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, tal como lo manifesté en mi intervención en la Sala con motivo de la discusión general, no podemos permanecer indiferentes frente al dolor tan profundo de hombres y mujeres en relación con el asunto de que se trata y evitar el debate. Por ello, mi primera definición en torno a este último es que no solo tenemos que abordarlo, sino también resolverlo aquí y ahora.
Lo expresó mi Honorable colega Lagos: probablemente vamos a perder la votación. Y ello obedece a que concepciones y puntos de vista particulares en la materia se enfrentan y apasionan, y a que se trata de imponer conductas a la sociedad por la vía de la ley.
Esta no es una controversia entre los que están a favor de la vida y los que se hallan en contra. Nos abocamos a un intercambio de pareceres sumamente profundo. Y, producto del asunto en examen, y tanto por el dolor de hombres y mujeres que han tenido que enfrentar la situación más de una vez como por la protección de la vida misma, creo que es necesario evitar la indiferencia y abrirnos a dialogar, a escuchar y a decidir.
Por mi parte, estoy de acuerdo con legislar en torno al que se ha conocido como "proyecto de ley Escalona".
Estimo que también tenemos que abrirnos a debatir, y votaré, por lo tanto, a favor de la iniciativa legal del Honorable señor Rossi y de la entonces Senadora señora Matthei.
Pero también quiero anunciar que rechazaré el proyecto del Honorable señor Girardi y del entonces Senador señor Ominami, ya que contempla algunas hipótesis de interrupción del embarazo que no comparto, ni ética ni jurídicamente.
Invito a mis colegas a la discusión y a abrirnos a la posibilidad de legislar a fin de permitir que las mujeres, pero también los hombres, decidan frente a la vida.
Voto a favor.

La señora RINCÓN.- Señor Presidente, creo necesario intervenir porque hoy estamos votando tres proyectos de ley distintos.
Lo dije durante el largo debate en general; lo reiteré luego al fundamentar mi voto favorable en la iniciativa anterior, conocida como "proyecto de ley Escalona" -lamento que se haya rechazado la idea de legislar en ese caso-, y lo vuelvo a sostener respecto del que ahora nos ocupa: no apoyaré el aborto -leo textual- "Cuando el feto presente o se establezca clínicamente que presentará graves taras o malformaciones físicas o psíquicas.".
Hay muchos niños con malformaciones físicas y psíquicas. Con este proyecto podrían ser abortados.
A mi juicio, señor Presidente, no nos corresponde decidir en tales casos. Es importante hacer esta distinción cuando intervenimos en la Sala. Porque, si no, generamos falsas impresiones en quienes nos escuchan.
Estoy a favor de legislar en caso de inviabilidad total del feto y cuanto esté en riesgo la vida de la madre. Sin embargo, no estoy dispuesta a legislar cuando se trate de graves taras, o malformaciones físicas o psíquicas.
Quiero hacer una precisión más, señor Presidente.
Algunos de mis colegas han señalado que están dispuestos a legislar cuando otro proyecto, luego de pasar por la Comisión de Salud, llegue a la Sala. Pues bien, tampoco estarán los votos para aprobar esa iniciativa. ¡No nos engañemos! Se lo digo a mi colega Lily Pérez: no estarán los votos necesarios para acoger esa propuesta. Es cosa de sumar y restar.
Y lo lamento, porque se deja la falsa impresión en quienes nos escuchan de que, con ese proyecto, sí vamos a abordar el tema.

La señora RINCÓN.- Señor Presidente, tal como señaló el colega Ricardo Lagos, es importante para la historia de la ley que quede explicitado por qué votamos a favor o en contra de estas iniciativas.
Para quienes creemos que la vida no se limita solo a la parte física, sino que también abarca la trascendencia espiritual, resulta importante entender que su defensa implica ambos componentes y que en el transitar de nuestra historia la defensa de la vida física no debe ser un todo en sí misma, más aún cuando se entra en contradicción con otro valor fundamental: la dignidad humana.
Señalo lo anterior porque se trata de legislar no solo cuando está en riesgo la vida de la madre, sino también cuando esta se enfrenta a la gestación y desarrollo de un embrión durante nueve meses, a sabiendas de que este es absolutamente inviable y de que, con nuestra actual legislación, estamos obligándola a llevar a término ese embarazo, aun cuando ese niño carece de toda posibilidad de sobrevida. Eso causa efectos en su calidad de vida, la afecta en su vida síquica.
Considero injusto no entregarle a esa mujer la facultad de elegir. Como dije en mi intervención hace un par de semanas, Elisa Walker tuvo la posibilidad de elegir porque no vivía en un país en que se le impedía optar. Y escogió desarrollar ese embarazo.
En Chile no es posible elegir, lo cual no me parece justo. A mi juicio, no es justo obligar a una mujer a mantener un embarazo cuando este le causa daño y afecta su vida.
En mi opinión, tenemos que aprobar la idea de legislar. Lamento que no tengamos los votos para ello y que no seamos capaces de enfrentar este debate reconociendo que hay personas que piensan distinto a nosotros a las cuales les imponemos -por la vía de la ley- una forma de pensar que no comparten.
Lamento, señor Presidente, que el Senado de la República no dé los votos para legislar en los casos de inviabilidad total del feto y de riesgo vital de la madre.
Voto a favor.