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MEDIDAS ECONÓMICAS PARA ENFRENTAR POSIBLE RECESIÓN INTERNACIONAL Y PLAN DE CONTINGENCIA DEL EJECUTIVO
El señor GIRARDI (Presidente).- La presente sesión especial ha sido convocada para "analizar y evaluar las medidas de política económica que se hacen indispensables para enfrentar los serios indicios de recesión internacional y con la finalidad de conocer el Plan de Contingencia anunciado por el Supremo Gobierno".
Corresponde hacer pasar a los invitados.
Se ha solicitado autorización para que ingresen a la Sala el señor Subsecretario de Hacienda; su Jefe de Gabinete, señor Jorge Sahd, y los siguientes personeros del Banco Central: señores Kevin Cowan, Gerente de División Política Financiera; Pablo Santiago, asesor legislativo; y Luis Álvarez, asesor de comunicaciones.
Solicito el asentimiento de la Sala para que ingresen las personas mencionadas.


La señora RINCÓN.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, yo no doy mi autorización para que entren asesores ni Subsecretarios del Ministerio de Hacienda.
Hoy día se me ha comunicado que fueron despedidos funcionarios del Servicio de Impuestos Internos y de la Tesorería General de la República en una clara persecución política.
Por lo tanto, no otorgo mi consentimiento para tal efecto.
El señor GIRARDI (Presidente).- Entonces, no pueden entrar los asesores.
Debo sí aclarar que el señor Julio Dittborn concurre a la sesión en calidad de Ministro de Hacienda subrogante.
¿Habría acuerdo para que ingrese la señora Directora de Presupuestos?
El señor WALKER (don Patricio).- Sí, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Conforme.
Entonces, ingresarían también la Directora de Presupuestos y el Ministro de Hacienda subrogante.
Tiene la palabra el Presidente del Banco Central, don Rodrigo Vergara, a quien le doy la bienvenida.


El señor VERGARA (Presidente del Banco Central).- Señor Presidente del Senado, señoras Senadoras y señores Senadores:
Agradezco la invitación para analizar la situación económica internacional y las medidas que pueden adoptarse en nuestro país para enfrentar un escenario de crisis externa. Estas instancias son importantes para comunicar la visión del Banco Central sobre estas materias.
En los últimos años, las economías avanzadas han atravesado por una severa crisis. Las causas y consecuencias de la gran recesión de 2008 y 2009 aún no han sido resueltas y volvemos a enfrentarnos a períodos de estrés externos que ponen a prueba la fortaleza de nuestra economía y sus fundamentos. Esto nos obliga a evaluar cuidadosamente el entorno actual, sus implicancias sobre el desempeño de nuestra economía, y las medidas que podemos implementar de ser necesario.
Durante el último año, las mayores tensiones han provenido de la delicada situación fiscal y financiera por la que atraviesan algunas economías de la Eurozona. La solución a este inconveniente ha tardado mucho tiempo y no se avizora un arreglo definitivo en el corto plazo. Se ha avanzado en varias áreas, pero la complejidad de los problemas y las dificultades políticas para enfrentarlos son enormes. Esto, sumado a la debilitada posición de consumidores y empresas, se ha traducido en un creciente deterioro de las expectativas económicas en esta zona, previéndose una recesión durante este año.
En Estados Unidos, sin la gravedad de lo que ocurre en la Eurozona, la situación también es compleja, especialmente por la lentitud de la recuperación y la falta de espacio de las políticas fiscal y monetaria para agregar impulso a la economía.
El mundo emergente -Chile incluido- transitará por un período de menor crecimiento al de los años inmediatamente anteriores. Las proyecciones del consenso de mercado, las publicadas por el Fondo Monetario Internacional la semana pasada y también las que contiene nuestro Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre de 2011, apuntan en esa dirección.
En lo más reciente, la información que proviene de Estados Unidos muestra una evolución algo mejor de la que se anticipaba hace algunas semanas, pero no modifica los problemas y riesgos de mediano plazo que afectan a esta economía. De hecho, la semana pasada la Reserva Federal extendió desde mediados de 2013 hasta fines de 2014 el plazo para mantener la tasa de fondos federales en los niveles mínimos en que se ubica hoy, lo que refleja la magnitud del problema.
Por otra parte, la información procedente de China indica que dicha economía mantiene un sólido crecimiento. También da cuenta de menores presiones inflacionarias en ese país, lo que entrega mayor espacio de política. Los precios de materias primas, y especialmente cobre, han mostrado una recuperación relevante en las últimas semanas. De hecho, el precio actual de este metal es hoy significativamente superior al considerado en nuestras proyecciones para el año.
El escenario base del IPoM de diciembre se mantiene plenamente vigente. En este escenario, lo mismo que en las expectativas del mercado, se espera una desaceleración moderada del crecimiento chileno. Se proyecta que la economía nacional crecería en un rango de entre 3,75 y 4,75 por ciento en el 2012, con tasas de variación anual para todos los componentes del gasto que serían menores a las del 2011. Esto, respondiendo tanto a una normal y sana convergencia de la economía hacia tasas de expansión coherentes con su tendencia, como al efecto de un escenario externo menos favorable.
Los datos más recientes muestran que nuestra economía se mueve en una trayectoria gradual de ajuste hacia menores tasas de expansión, al mismo tiempo que los indicadores de gasto aún muestran un crecimiento importante.
Ciertamente, existen diferencias entre sectores. En algunas ramas de la industria, especialmente en las destinadas a la exportación, se aprecia menor dinamismo. En otras esferas, como el comercio, se observa algún grado de mayor precaución en el manejo de los inventarios. En contraste, el gasto en bienes de consumo durable y de capital, que usualmente son los primeros en reaccionar a un cambio en las expectativas de los agentes, sigue mostrando fortaleza al igual que el sector de la construcción.
Al mismo tiempo, diversos indicadores dan cuenta de un mercado laboral estrecho. Recientemente se ha informado que en diciembre la tasa de desempleo -medida por la encuesta de la Universidad de Chile- para el Gran Santiago alcanzó el mínimo de los últimos 15 años, y que la mayor parte de la creación de fuentes de trabajo ha correspondido a empleos asalariados.
Hoy en la mañana, el Instituto Nacional de Estadísticas dio a conocer cifras que también muestran una reducción importante de la tasa de desempleo en todo el país.
Respecto de la situación de la deuda de hogares y empresas, tal como lo destacamos en el Informe de Estabilidad Financiera del segundo semestre de 2011, los indicadores financieros del sector corporativo aparecen favorables, con un descalce cambiario estable y acotado. No se observa en el promedio de los hogares un deterioro de la situación financiera, por cuanto el aumento del consumo privado ha ido acompañado del crecimiento de los ingresos laborales.
No obstante, tanto hogares como empresas deben mantener una conducta precavida ante posibles escenarios de riesgo.
En cuanto a la banca, este sector mantiene niveles de capital adecuados para absorber la materialización de un escenario de riesgo significativo.
Como se muestra en los escenarios de riesgo del último Informe de Estabilidad Financiera, los ejercicios de tensión indican que los niveles actuales de capitalización de la banca le permitirían absorber un episodio de fuerte desaceleración del PIB, un aumento del costo del financiamiento en pesos y una depreciación del tipo de cambio. Por su parte, el Fisco mantiene una posición acreedora neta, lo que contribuye al acceso a financiamiento externo con bajos spreads.
Nuestros términos de intercambio, aunque en niveles menores que hace unos años, son altos, al igual que nuestras condiciones de acceso al financiamiento externo que han sido favorables también históricamente, así como respecto de otras economías emergentes.
La inflación está algo por sobre el 4 por ciento. En el último mes tuvimos una sorpresa en el IPC, pero, dadas sus características, no implica un cambio en nuestra evaluación de la evolución de la inflación en el mediano plazo, que se mantiene centrada en torno a 3 por ciento, tal como lo señalamos en el IPoM.
Asimismo, las expectativas inflacionarias privadas también se mantienen en torno a 3 por ciento anual.
Este conjunto de antecedentes nos lleva a señalar que nuestro escenario base continúa plenamente vigente.
Sin embargo, aun en esta coyuntura, que se ve relativamente favorable para la economía nacional y la situación financiera de los chilenos, es necesario advertir que persisten elevados riesgos, razón por la cual el Instituto Emisor mantiene los riesgos para el crecimiento sesgados hacia escenarios más negativos.
En particular, dentro de estos riesgos se encuentra la posibilidad de que nuevos episodios de volatilidad financiera internacional terminen afectando las expectativas de los agentes, la demanda global y el crédito internacional. Permanece vigente la factibilidad de una recesión más profunda de lo anticipado en la Eurozona, así como una evolución desordenada de los problemas de esa región del mundo, incluso su fragmentación.
Asimismo, cabe considerar la posibilidad de un ajuste más abrupto del crecimiento en China. Tampoco pueden dejarse de lado las tensiones geopolíticas que se están viviendo en el Medio Oriente y las implicancias que ellas tengan en el precio del petróleo.
Todas estas contingencias externas son parte de nuestras inquietudes. A ellas les estamos realizando un seguimiento cercano en el Banco Central en conjunto con las autoridades del Ministerio de Hacienda y las superintendencias del área financiera, en el marco de nuestras reuniones de coordinación y en las del Comité de Estabilidad Financiera.
La preocupación que motiva esta sesión tiene que ver con las medidas que podríamos tomar para enfrentar un posible agravamiento de la situación externa con repercusiones en la economía nacional.
El Banco Central cuenta con las herramientas y el espacio de política necesarios para actuar y mitigar los impactos de escenarios externos adversos sobre la economía chilena.
La capacidad del Instituto Emisor para reaccionar ante un deterioro de la situación externa ya fue demostrada en el episodio de 2008 y 2009. El Consejo, tal como lo ha señalado en repetidas oportunidades, tiene la flexibilidad y la disposición de utilizar esas herramientas en la medida que ello sea indispensable.
En este escenario, en nuestro último Informe de Política Monetaria estimamos que se requeriría una política monetaria algo más expansiva para acomodar y aminorar los impactos negativos del escenario externo previsto. La reducción de 25 puntos base en la tasa de política monetaria (TPM) que decidimos en nuestra última reunión de política monetaria se enmarca en esa línea.
En la actualidad, nos encontramos en una situación en que la TPM se halla en niveles normales, y la inflación proyectada y las expectativas a dos años se encuentran alineadas con la meta para esta variable. Esta situación nos da flexibilidad para actuar con la política monetaria ante la eventualidad de un deterioro más abrupto del escenario externo, con consecuencias relevantes para la economía chilena.
En los mercados financieros hemos observado un aumento en los premios de financiamiento externo que pagan los bancos y empresas en el exterior, compensado hasta cierto punto por tasas bases en niveles mínimos históricos.
En el mercado monetario local hemos percibido algunas fricciones. En respuesta, el Instituto Emisor ha realizado una gestión más activa de la liquidez en moneda nacional, a fin de asegurar que dicho mercado funcione en forma coherente con la orientación de la política monetaria. De hecho, tras las medidas adoptadas y despejados ciertos factores puntuales de fines del año pasado, las tasas de interés del mercado monetario se han movido hacia niveles coherentes con el nivel actual y el que se ha proyectado de la tasa de política monetaria.
Más allá de las medidas adoptadas recientemente, el Banco Central cuenta con un conjunto de herramientas que puede utilizar en casos de mayor gravedad. Por un lado, en los años 2008 y 2009 se implementaron nuevas formas de proveer liquidez en moneda nacional y extranjera. Su activación es rápida, pero no hemos considerado necesario llevarlas a la práctica en la actual coyuntura.
Ante un empeoramiento de las condiciones financieras externas, el Banco Central tiene la posibilidad de aliviar la situación a través de diversos instrumentos de financiamiento garantizado, como swaps, operaciones repo de largo plazo y la ampliación de colaterales, entre otros.
Se agrega la disponibilidad de reservas internacionales por cerca de 40 mil millones de dólares, incrementadas con el plan de acumulación de reservas que llevamos a cabo el año 2011 y que ha contribuido a fortalecer la posición de liquidez de la economía nacional.
Creo importante recalcar que la adopción de este tipo de medidas es una alternativa de apoyo subsidiario que se justifica solo ante la presencia de distorsiones relevantes en los mercados monetarios y financieros.
En un ambiente complejo como el actual resulta imprescindible que los agentes, bancos, intermediarios financieros y empresas consideren los riesgos involucrados y actúen con la prudencia necesaria para gestionar con cautela sus riesgos de liquidez y financieros. Un accionar precipitado de la autoridad puede entregar falsas señales de gravedad en un mercado que, hasta el momento, se desarrolla con normalidad.
Asimismo, la mantención de una política de flexibilidad cambiaria también apunta en este sentido, pues entrega los incentivos adecuados para manejar de forma prudente el endeudamiento y la liquidez externa. Además, ayuda al proceso de ajuste real de la economía ante un deterioro del escenario externo.
Tanto en el ámbito cambiario como en el del financiamiento es de suma relevancia no distorsionar los incentivos de las instituciones financieras y empresas para conducir sus riesgos con prudencia en un escenario complejo.
En suma, quiero señalar una vez más que el Consejo del Banco Central tiene la firme convicción de que como país y como institución en particular nos encontramos bien preparados para enfrentar períodos de estrés.
Ciertamente no somos inmunes a lo que sucede en el mundo y hoy los riesgos son muy elevados. Disponemos de herramientas para mitigar los efectos de un escenario externo más adverso, pero lo más importante es que contamos con el espacio y la firme disposición de utilizarlas cuando se requiera. En los hechos, tal como se mencionó previamente, ello quedó demostrado con las medidas que hemos tomado en las últimas semanas.
Muchas gracias.
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El señor GIRARDI (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para que me reemplace en la testera el Honorable señor Gómez.
Acordado
--Pasa a presidir la sesión el Senador señor Gómez, en calidad de Presidente accidental.
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El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el señor Ministro de Hacienda.


El señor DITTBORN (Ministro de Hacienda subrogante).- Señor Presidente, como son varios los invitados a la presente sesión, en forma muy breve haré una descripción del escenario macroeconómico internacional que enfrenta Chile y las medidas de contingencia que el Gobierno tiene preparadas.
La economía mundial -como indicó el Presidente del Banco Central- se encuentra en una situación delicada, especialmente Europa.
En el gráfico vemos cómo la zona europea, de acuerdo a un reporte de Consensus Forecasts de enero del presente año, va a entrar en recesión durante el 2012, proyectándose un crecimiento negativo del 0,3 por ciento. Y también podemos apreciar ahí que países como Grecia, Portugal, Italia y España se comportarán del mismo modo durante este año.
Vemos también que el resto del mundo vivirá situaciones difíciles. Si bien es cierto que en Estados Unidos esperamos un leve aumento en el crecimiento del PIB, tanto en China, Europa del Este como en América Latina aguardamos no una recesión, pero sí una desaceleración de esas economías para 2012.
En la Eurozona, que es el foco de los problemas, observamos con algo de optimismo la situación fiscal de esas naciones.
En la lámina anterior es posible apreciar que, conforme al Tratado de Maastricht que obligaba a los países europeos a no superar un 3 por ciento del PIB como déficit fiscal, prácticamente todas las naciones sobrepasaron esa cifra en el año 2009. De ahí en adelante, se ha visto una mejoría en la situación fiscal de casi todos los países de la zona europea, lo cual hace abrigar esperanzas de que en el futuro dicho problema -que es uno de los focos más importantes de la crisis europea- pueda solucionarse.
En Estados Unidos vemos una situación macroeconómica algo mejor, aunque yo no diría optimista. Por lo menos, la situación del empleo -tal como se refleja en el gráfico anterior- se ha recuperado durante los últimos meses y se ha estabilizado de manera razonable.
China -como vemos en el gráfico- exhibe una disminución del gasto en importaciones. También se aprecian los efectos de la caída de la demanda global sobre el sector exportador, observándose que tanto las exportaciones como las importaciones chinas vienen cayendo.
Como consecuencia de todo lo anterior, Chile también se ha desacelerado.
El PIB se expande sólidamente desde abril del 2010, pero a partir de julio de 2011 empieza a experimentar crecimientos mensuales inferiores.
El consumo, parte importante del PIB, sigue creciendo, aunque también sufre una desaceleración durante el año recién pasado; y se espera que continúe registrándose en 2012.
Seguimos creando empleos -como consecuencia de eso tenemos las buenas cifras de desocupación dadas a conocer hoy por el INE-, pero a ritmos menores que en los años anteriores, según se observa en esta lámina.
Los canales de transmisión de la crisis europea son hoy día menos potentes que en años anteriores.
En esta imagen vemos de qué manera Europa pierde importancia como destino de las exportaciones chilenas. El año 90 la Unión Europea representaba prácticamente 40 por ciento de nuestras ventas al exterior. Hoy representa menos del 20 por ciento (específicamente, 18,9 por ciento), lo cual, por supuesto, es alentador para el país.
El cobre sigue siendo nuestro principal producto de exportación. En 2010 constituyó 56,7 por ciento del total de nuestras exportaciones, lo que demuestra la alta dependencia que tenemos todavía del precio del metal rojo.
En esta lámina vemos cómo el precio del cobre, que sufrió una baja significativa a fines del año pasado, en septiembre -de más de 4 dólares llegó hasta casi los 3-, hoy se ha recuperado y estamos en una cifra cercana a los 4 dólares la libra.
Como decía, señor Presidente, no somos inmunes a la situación internacional, pero estamos preparados para implementar programas que, fundamentalmente, eviten altas tasas de desempleo.
La situación que muestro acá evidencia cómo se han ido recuperando los fondos soberanos. El Fondo de Estabilización Económica y Social, que se usó en la crisis del 2008-2009, ha ido recobrando sus valores. Estamos ahora en una cifra algo superior a los 13 mil millones de dólares. Y el Fondo de Reserva de Pensiones continúa creciendo.
Las reservas internacionales a diciembre de 2011 eran de alrededor de 40 mil millones de dólares, con tendencia al alza.
Tenemos una capacidad de endeudamiento relevante y a tasas de interés bajas. En la última colocación de bonos soberanos hecha el año pasado se logró la mejor colocación de ese tipo de instrumentos en la historia crediticia de la república.
Esto nos lleva a informar al Honorable Senado acerca de los elementos básicos de un plan de contingencia, en caso de que llegara el momento de aplicarse.
Desde luego, en primer lugar está la posibilidad de endeudamiento. Por cierto, es muy importante que sea a tasas bajas y realizable rápidamente de presentarse una emergencia.
En segundo término tenemos la inyección de más de 1.700 millones de dólares al Fondo de Estabilización Económica y Social realizada en los últimos años y que también contribuye, por cierto, a actuar como posibilidad de gasto en caso de una crisis mayor.
La existencia dentro del sector público de un Consejo de Estabilidad Financiera, instancia de coordinación entre el Banco Central, el Ministerio de Hacienda y las distintas superintendencias, nos garantiza que le tendremos bien tomado el pulso a la situación financiera del país para actuar con presteza en caso de problemas de liquidez o de otro orden que requieran la intervención del Estado.
También tenemos contempladas medidas proempleo -tanto planes de contratación directa cuanto subsidios al empleo al sector privado- y medidas proinversión que van básicamente hacia el adelantamiento de proyectos de inversión pública y de incentivos a la inversión privada.
Ese es, en pocas palabras, el plan de contingencia que el Gobierno tiene preparado para el caso de una emergencia.
La verdad es que, de acuerdo a las últimas cifras que el país ha conocido, una emergencia no se ve como algo inminente. Pero, sin duda, estamos preparados para un evento de tal naturaleza.
Gracias, señor Presidente.
El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el señor Ministro del Trabajo y Previsión Social.


El señor BARANDA (Ministro del Trabajo y Previsión Social subrogante).- Muy buenas tardes, señor Presidente y Honorables Senadoras y Senadores.
Muchas gracias por la oportunidad que se nos brinda para venir a esta Alta Corporación a conversar sobre las medidas proempleo que el Gobierno buscará implementar para enfrentar una posible desaceleración de la actividad económica, con especial énfasis en el propósito de evitar que se afecte a los trabajadores.
Es importante advertir que no estamos en crisis en el mercado del trabajo. Muy por el contrario, nos hallamos en una etapa que podríamos señalar como cercana al pleno empleo.
Algunos antecedentes que nos parece significativo destacar en esta ocasión, previo al análisis, son los que entregaron el Instituto Nacional de Estadísticas y el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile el jueves de la semana recién pasada, para repasar precisamente el estatus en que hoy se encuentra el sector trabajo en el país.
Justamente esta mañana el INE dio a conocer las últimas cifras de desempleo. En ellas podemos advertir un recorrido descendente, el cual nos tiene tremendamente contentos, aunque no satisfechos, porque, en la medida que haya 6,6 por ciento de desocupados -prácticamente 550 mil personas- que buscan trabajo y no lo encuentran, en el Gobierno vamos a estar preocupados y esmerándonos por desarrollar los instrumentos que les permitan incorporarse definitivamente a la fuerza laboral.
Del 6,6 por ciento de desempleados promedio nacional, 8.2 por ciento son mujeres -también en un recorrido descendente, como veremos en seguida-, y 5.5 por ciento, hombres.
Desde marzo del año 2010 hemos creado 639 mil nuevos puestos de trabajo. De ellos, prácticamente dos tercios -casi 60 por ciento- corresponden a empleos para mujeres.
El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- Perdón, señor Ministro, pero debo interrumpirlo para una cuestión reglamentaria.
También están invitados a esta sesión el Presidente del Banco del Estado y el Vicepresidente Ejecutivo de la CORFO. Por lo tanto, debo solicitar autorización para su ingreso.
¿Le parece a la Sala?
--Se autoriza.
El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- Puede continuar, señor Ministro.
El señor BARANDA (Ministro del Trabajo y Previsión Social subrogante).- Muchas gracias, señor Presidente.
En esta lámina damos cuenta de la encuesta de ocupación que desarrolló el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile y que su Director Académico, don David Bravo, entregó a conocimiento el 26 de enero recién pasado.
En ella se señala que el desempleo del Gran Santiago en 2011 cerró en su menor nivel en los últimos 15 años, con 6.2 por ciento.
El promedio nacional de la tasa de desocupación en 2011 fue de 7.6 por ciento, y respecto de 2010 la diferencia alcanzó a un punto porcentual: 8.6 por ciento.
Si bien el empleo aumentó en todos los sectores, los incrementos más altos se dieron en la industria y en la construcción, según la encuesta del Centro de Microdatos; y según la encuesta del INE, en la agricultura y el comercio.
Como expresé, la desocupación durante todo el año pasado promedió 7.6 por ciento, el registro más bajo desde 1997, cuando se ubicó en 6.5 por ciento, según las cifras de esa misma encuesta.
El informe en comento revela que, junto a la baja de la tasa de desempleo, se están creando puestos de trabajo de mayor calidad.
Esta lámina nos muestra la evolución del desempleo según géneros: la línea roja representa el camino descendente de la desocupación en las mujeres, y la azul, el de los hombres.
Las mujeres tuvieron un desempleo de 8.2 por ciento, y los hombres, uno de 5.5 por ciento.
En esta lámina podemos ver cómo la participación femenina en la fuerza de trabajo ha ido creciendo paulatinamente, en un recorrido ascendente desde 2010, para alcanzar hoy a 47.8 por ciento.
La participación masculina en la fuerza laboral es de 72.1 por ciento, lo que hace un promedio nacional, entre mujeres y hombres, de 59.7 por ciento, prácticamente dos puntos porcentuales por sobre la tasa existente en marzo de 2010.
Quisimos mostrar esta lámina, señor Presidente, porque da cuenta de las ocupaciones por calidad. Son las calificaciones que se hacen en la encuesta INE. Y en todas ellas podemos advertir que los empleos asalariados han ido recorriendo gradualmente, desde hace algún tiempo, un camino ascendente, lo que se traduce también en ocupación de calidad en cuanto incorpora previsión y salud.
Son 639 mil los empleos creados desde marzo de 2010.
Estas láminas nos señalan el incremento en el salario que han ido experimentando los empleos desde el año 2002.
Vemos allí que el aumento real, descontado el IPC, ha sido del orden de 2 por ciento en general, lo que va de la mano con la creación de nuevos empleos, de empleos asalariados y de empleos que han disfrutado de un incremento en su monto.
Entonces, concluimos que se han ido creando paulatinamente ocupaciones de mejor calidad.
La encuesta del Centro de Microdatos del Departamento de Economía de la Universidad de Chile concluye exactamente lo mismo que la encuesta del INE. También se ha advertido, como tercer elemento característico, que los puestos creados a partir de 2010 han ido aumentando de forma gradual en su nivel salarial.
En esta lámina se hace una comparación con las estadísticas de los demás países de la OCDE en cuanto a empleo y cesantía.
Las cifras de desocupación de noviembre dejan bien situado a Chile con relación a las otras naciones que integran dicha Organización: de los 27 miembros con información disponible, el nuestro es uno de los países que exhiben mejores cifras de desempleo, llegando a 7.1 por ciento, muy por debajo del 8.2 que promedia la OCDE.
De esa manera, Chile se ubica en el décimo lugar entre las naciones de la referida Organización con mejor nivel de desocupación. Ello, gracias al fuerte descenso respecto a la medición anterior y, también, al deterioro -hay que mencionarlo- del mercado laboral europeo, donde las cifras fueron al alza.
Aquí vemos una comparación de la tasa de desempleo femenina, donde Chile también ha demostrado una buena performance y un buen desarrollo al incorporar más mujeres a la fuerza de trabajo. Ya advertí que prácticamente 60 por ciento de los nuevos puestos laborales han sido para ellas.
Esta lámina podemos conversarla o analizarla en otra ocasión. Más bien, muestra el PIB potencial que elabora la OCDE. Y también es un elemento que, complementariamente a la creación de fuentes laborales, al porcentaje de empleos asalariados, al incremento salarial real, etcétera, da cuenta del mejoramiento de la calidad de la ocupación.
En conclusión, sobre la base de tales antecedentes, podemos hacer algunas consideraciones.
En primer término, no nos hallamos en crisis en el sector trabajo. Por el contrario, estamos pasando por un muy buen momento, lo que tiene bastante contento al Gobierno, aunque no satisfecho, porque se encuentra preocupado por quienes aún buscan empleo.
Mientras haya una persona, una familia que sufra el flagelo de la cesantía, el Ejecutivo hará su máximo esfuerzo por que encuentre ocupación.
En segundo lugar, existe una demostración de la consistencia de la actual Administración en su meta de crear nuevos y buenos empleos.
Ya señalé que en los dos años de gobierno del Presidente Sebastián Piñera se han creado 639 mil puestos de trabajo, la gran mayoría de ellos asalariados y para mujeres.
Ahora bien, en el proceso de evaluación que la Ministra Matthei y otras autoridades iniciaron hace algún tiempo hubo un análisis de las medidas adoptadas en 2009, denominadas "Acuerdo Nacional por el Empleo, la Capacitación y la Protección Laboral".
Dicho Acuerdo, suscrito por representantes de trabajadores, empleadores y Gobierno e implementado en julio de aquel año, se tradujo en seis medidas, cuyo objetivo fundamental fue la protección del empleo.
Tales medidas perseguían diversos objetivos a mediano plazo.
Para empresas y empleadores, pretendían aumentar la productividad de sus trabajadores, evitar los costos de despidos y los costos de ajustes que tendrían...
El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- Perdón, señor Ministro.
En las sesiones especiales se destina un tiempo para el Ejecutivo y otro para que intervengan los señores Senadores.
El señor PROKURICA.- ¿Cuántos minutos puede adicionarle, señor Presidente?
El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- ¿Cuánto tiempo necesita para terminar, señor Ministro?
El señor BARANDA (Ministro del Trabajo y Previsión Social subrogante).- Tres minutos, señor Presidente.
El señor GÓMEZ (Presidente accidental).- Puede continuar por ese lapso.
Solicito autorización para que me reemplace en la testera el Honorable señor Tuma.
--Así se acuerda.
--Pasa a presidir la sesión, en calidad de Presidente accidental, el Senador señor Tuma.
El señor BARANDA (Ministro del Trabajo y Previsión Social subrogante).- Señor Presidente, procurando resumir, debo señalar que se hizo un análisis de las medidas del año 2009.
Se instaló una mesa trabajo con dos centrales sindicales: la CUT y la CAT, y la Confederación de la Producción y del Comercio.
Asimismo, se celebraron reuniones con empleados y trabajadores o representantes de ellos, en las cuales se efectuó un estudio crítico respecto a los impactos y efectos de las medidas implementadas en 2009. Precisamente con ellos se está dialogando para buscar un consenso. Quedaron de proponernos en febrero soluciones que a su juicio podrían permitir anticiparse a cualquier desaceleración de la economía. Y en eso estamos trabajando.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, agradezco las intervenciones de los señores Ministros presentes en la Sala y del señor Presidente del Banco Central.
Lamento, sí, discrepar del concepto reiterado acá por la autoridad del Poder Ejecutivo en el sentido de que se ha generado un número importante de empleos y de que estos son buenos.
Podríamos concordar con la mitad de esa afirmación, pero en una parte sustantiva disentimos.
Desde nuestro punto de vista, estamos asistiendo a una precarización severa del empleo.
En particular, queremos solicitar del señor Ministro del Trabajo que la Dirección del Trabajo, organismo bajo la autoridad política de su Cartera, se encargue de llevar adelante las medidas de fiscalización a que la obliga la ley, con el propósito de informar prontamente al Congreso Nacional respecto a los siguientes problemas que nos preocupan seriamente.
En el caso de las industrias forestal y del salmón, sectores productivos determinantes en varias Regiones del país, desde el centro-sur hacia el sur, incluida la Patagonia, se ha establecido la subcontratación en toda la línea productiva. Es decir, la empresa mandante está utilizando contratistas en todos los sectores, incluidos aquellos que debiesen estar bajo la propia autoridad de la razón jurídica principal, que, en consecuencia, debiese contratar, a plazo fijo o con contrato indefinido, a sus trabajadores.
La modalidad de instalar la subcontratación en toda la línea de producción se combina además con la utilización del contrato por obra o faena. En el caso de la industria del salmón, se contrajo un compromiso en el Congreso Nacional, incumplido, en el sentido de establecer un nuevo trato para el sector laboral respectivo. El Ministerio del Trabajo convino, cuando se promulgó la ley, en la generación de un estatuto laboral, lo que tampoco se ha verificado. ¿Y qué está ocurriendo? Que se contrata por un mes, por una semana, por quince días, por dos meses. Pero, en definitiva, el recurso de la subcontratación bajo la modalidad de obra o faena ha llevado al establecimiento de verdaderos enganchadores, de empresas que ya no son ni siquiera contratistas, sino que simplemente suministran la fuerza de trabajo con la que se está llevando ahora adelante el proceso productivo.
¿A qué ha conducido eso, señor Presidente? A que en el inicio de la crisis del salmón se registraba, entre el sueldo base y los diferentes bonos que se habían ido logrando, con el tiempo, a través de sindicatos y negociaciones colectivas, un ingreso de 350 mil, de 360 mil, de 380 mil pesos mensuales -e incluso, en algún período, de 400 mil-, y ahora esas personas reciben todas menos de 200 mil: 150 mil, 170 mil, 180 mil.
Entonces, estamos asistiendo a una precarización del trabajo que carecía de precedentes al menos desde los años noventa en adelante.
Y, lamentablemente, la autoridad no muestra ninguna reacción al respecto. Quiero decirles, con mucha franqueza, a los señores Ministros que la Dirección del Trabajo no ha emprendido ninguna acción tendiente a que se respeten los derechos laborales básicos.
En consecuencia, es muy fácil que así todos estén contratados. ¡Lógico! Si se le pregunta a uno de estos trabajadores si tuvo un empleo en el mes anterior, seguramente va a responder de manera afirmativa, porque el enganchador o contratista, quien se ha transformado ahora, en los hechos, en una especie de gerente de recursos humanos de la empresa salmonera, posiblemente lo ocupó en la última semana para que pudiera proporcionarle 40, 50, 60, 70 kilos del producto. Pero esa persona está sometida a una labor inestable y a un ingreso miserable.
No podemos concordar, por lo tanto, con los criterios conforme a los cuales se ha llevado adelante el propósito del Gobierno de conseguir el pleno empleo. Es algo que no se puede llamar así. Dicho de otra manera, no se puede pensar que el pleno empleo significa mantener a los trabajadores con remuneraciones bajísimas, en la inestabilidad y sometidos a la incertidumbre de una ocupación que no puede transformarse de ninguna manera en estable. Se han eternizado las condiciones de un trabajo indigno y precario.
Y aún más, señor Presidente, quisiera expresar, con mucha responsabilidad, que se encuentra de por medio un valor esencial, hecho propio, desde 1990, por los diferentes parlamentarios, al ser parte del proceso democrático: la paz social.
En tales condiciones, debo consignar que, cuando la gente no puede formar sindicatos, cuando no puede negociar colectivamente, cuando se halla sometida a estas condiciones indignas, por cierto que se somete. Se ve obligada a actuar de manera sumisa. He sostenido entrevistas con dirigentes sindicales que me han pedido denunciar la situación, pero sin que siquiera se atrevan a ir a una conferencia de prensa. Porque las medidas que toman las empresas, con el sistema que se está empleando, redundan en la conformación de turnos de trabajo conducentes, finalmente, a que las personas con contratación sean menos de 25 y a que, en consecuencia, no puedan constituir sindicatos. La política laboral en ejecución está reventando al sindicalismo en nuestro país y la Dirección del Trabajo no hace nada frente a ello.
Quisiera también hacer presente que no comparto lo de que el Ejecutivo esté llevando adelante su tarea con toda la responsabilidad que le compete. Las cifras de inversión pública más recientes entregadas por la propia Dirección de Presupuestos indican, aproximadamente, los siguientes promedios de inversión pública en los últimos años: 101,8 por ciento en 2007, 96 por ciento en 2008, 102 por ciento en 2009, 88,4 por ciento en 2010 y 88,1 por ciento en 2011. Sin embargo, en estos últimos dos años, el 23,5 por ciento del 88,4 por ciento y el 28,9 por ciento del 88,1 por ciento correspondieron a diciembre. Es decir, prácticamente el 30 por ciento de la inversión pública se ejecutó en el último mes del año. ¿Qué significa eso, señor Presidente? Que durante los primeros meses de 2012 se implementarán los presupuestos de arrastre, porque las obras quedaron comprometidas en diciembre de 2011, pero toda la fase inicial de materialización cubre dicho período.
En consecuencia, ¿qué política contracíclica se puede ejecutar cuando se acumula la inversión para el último mes y prácticamente en este último se hace el ejercicio contable de dejar establecidas todas las contrataciones indicadoras de que se cumplió la meta de inversión, la cual se va a ejecutar el año siguiente, en realidad, que es 2012, en este caso?
No podríamos, entonces, señor Presidente, concordar con el planteamiento que hace acá la autoridad económica en el sentido de que está llevando a cabo una política para preparar al país y desarrollar una capacidad contracíclica en momentos de desaceleración o contracción de la economía mundial.
Además, la política laboral que ella lleva adelante conduce, en particular, a una precarización del trabajo y, finalmente, altera en forma seria las bases de la convivencia nacional y de la paz social.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Nuestros invitados intervendrán al final, porque el tiempo restante es muy breve y ya ni siquiera alcanza para los Comités.
En el turno del Comité Demócrata Cristiano, tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar, por dos minutos.
El señor KUSCHEL.- ¿No va a ir alternando, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Después lo haremos.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Me alegra que se realice la presente sesión y escuchar al señor Presidente del Banco Central, cuya exposición, bastante completa, la estimo un buen elemento para adquirir conciencia de cuál es el caso en que nos encontramos y cómo pueden verificarse los eventos futuros.
Me parece bien que se reconozca que la crisis, todavía en desarrollo, puede afectar a Chile. Creo que, desde el punto de vista fiscal, monetario, de reservas, nuestra situación indiscutiblemente exhibe fortaleza y puede dar lugar a medidas que permitan afrontarla, al igual que en los años 2008 y 2009.
Sin embargo, creo que es preciso considerar aspectos importantes. Si tenemos conciencia de ello y de que el problema puede involucrarnos, me gustaría saber cómo se procederá con relación a algunas cuestiones.
La primera de ellas es la del tipo de cambio, que juzgo que puede repercutir en un sector importante en la economía como es el exportador y, dentro de este, en uno al que me toca representar en mi circunscripción, que es el agroexportador. En efecto, una fluctuación en la materia puede ser muy crítica tanto desde el punto de vista del valor del tipo de cambio como del valor de las ventas al exterior, porque parte de las exportaciones agropecuarias van a la zona del euro, donde indiscutiblemente se registra una contracción de la demanda que ya se ha traducido en una baja de precios en algunos rubros.
A mi juicio, el Banco Central tiene que estar atento a si se requiere alguna intervención de su parte. Estoy de acuerdo en que el dólar no puede ser objeto de esta medida por el solo hecho de una variación transitoria, pero sí en caso de registrarse una alteración que quiebre el sistema dentro de nuestra macroeconomía. El Instituto Emisor, como ya lo hizo en una oportunidad, tuvo que acumular reservas...
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene un minuto para concluir, Su Señoría.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Dentro del tiempo de la Democracia Cristiana, señor Presidente.
El otro asunto, expuesto por mi Honorable colega Escalona, es el de la subejecución.
Al respecto, el Ministerio de Hacienda no puede darnos solo la explicación de que a fines de año se ejecutó el 98 o 99 por ciento, cuando ello se cargó en los últimos meses.
Si queremos contar con capacidad de reacción, sobre todo para mantener la actividad cuando se va a registrar una baja en el crecimiento, la subejecución debiera tratar de corregirse e incrementarse los medios para cumplir la ejecución presupuestaria, particularmente en el ámbito de la inversión en obras públicas y vivienda.
Y, por último, creo que sería bueno, respecto de las medidas anunciadas por el Ministerio del Trabajo en relación con los puntos 1, 3 y 6, atinentes a los planes de contratación y subsidio del empleo, que las materias que fueran de ley pudiésemos tenerlas aquí, en el Congreso, en el próximo tiempo y que no llegaran tarde, cuando los efectos negativos ya se hubiesen registrado.
Muchas gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Vamos a ir alternando.
Tiene la palabra el Senador señor Kuschel.


El señor KUSCHEL.- Señor Presidente, se ha convocado a esta sesión para analizar las posibilidades de un agravamiento de la situación económica, pero estimo que también tendríamos que considerar alguna posibilidad de recuperación en las circunstancias externas, porque las noticias que nos preocupan son las procedentes de Europa, en especial, mas otros países aparentemente -subrayo: aparentemente- han tocado fondo y puede que empiecen a mejorar.
Entonces, es preciso que nos pongamos en varios ambientes, y me parece que, si la realidad se deteriora o mejora, tenemos que sacar provecho, como país. Y a eso quiero referirme.
Juzgo, en primer término, que enfrentamos amenazas internas y externas, como lo sería el empeoramiento del problema en Europa y el resto del mundo, que no veo tan así.
Pero, internamente, tenemos que preocuparnos de la eficiencia y eficacia de nuestro gasto e inversión pública. En la Región que represento, por ejemplo, varias escuelas construidas para mil alumnos albergan solamente a 500. Algo semejante pasa en otros casos. No voy a alargarme.
Me preocupa el alto costo de la energía.
Me intranquiliza el endeudamiento de familias y empresas, aunque se haya reducido, en términos relativos.
Y me inquieta que, eventualmente, no podamos o no dispongamos de las mayorías necesarias para tomar medidas apropiadas y terminemos adoptando otras que resulten contraproducentes, como un alza inconveniente de tributos.
Mas, así como nos hallamos ante esas amenazas o adolecemos, eventualmente, de debilidades, pienso que contamos con muchas fortalezas. Y estas dan origen a oportunidades, pase lo que pase en el exterior.
La principal de ellas es el aumento enorme en el empleo. En el país se registra un récord en la materia, en los últimos 15 años, particularmente en Santiago. Y también lo exhibe, en relación con un período de 23 años, la Región que represento, a la cual afectaron graves dificultades hace uno, dos, tres años.
El trabajo es la mejor política social para sacar a la gente de la pobreza. En la ciudad de Puerto Montt prácticamente ya no hay cesantes -el desempleo se hallaba en 1,7 por ciento, pero no sé a cuánto llega hoy-, y si alguien quiere contratar solo puede hacerlo ofreciendo mejores condiciones. De otra forma, no hay posibilidad de lograrlo, porque todos están trabajando.
Se está elevando la inversión, tanto pública como privada.
Se ha llegado a un récord en la creación de empresas.
Reitero: estas son fortalezas.
Terminamos el último año con un crecimiento de 6,2 por ciento de nuestra economía.
Y una información que para ustedes acá, en el centro del país, no es importante, pero que para nosotros resulta fundamental dice relación con el aumento del número de camiones. Son más de 18 mil los nuevos en el año, adicionales, y antes siempre se compraban cerca de 9 mil o 10 mil. Para el Senador que habla, esa es una excelente noticia, porque significa que la carga va a llegar a Puerto Montt y a salir de la ciudad. Ello, no sé si hacia Santiago o hacia Buenos Aires, porque, como lo he dicho con frecuencia, a veces sale más barato ir a la capital argentina.
Estamos de nuevo con superávit fiscal y toda la bonanza que eso significa, desde el punto de vista del ahorro.
Media un incremento considerable de la recaudación tributaria.
Contamos con excelentes tasas bases para endeudarnos en niveles mínimos históricos.
Y se registra una disponibilidad de ahorro en las cuentas externas que aquí se mencionó, las cuales bordean los 40 mil millones de dólares.
Entonces, las oportunidades, a mi juicio, son manifiestas. Sin cesantía, solo nos queda la posibilidad de elevar las remuneraciones, aunque tenemos la capacidad de arruinarla y de generar desocupación. Porque ello lo he visto aquí.
Podemos ganar mercados y mejores posiciones externas. Me explico. La crisis determina, por ejemplo, que la gente que compra vino prefiera uno mejor, como el chileno, pero más barato que los de Europa o de otras partes. Es un espacio para nuestra producción, porque tenemos artículos de alta calidad, especialmente alimentarios, pero no de los más caros.
Podemos hacer ajustes positivos en aspectos claves, como productividad, rendimiento, remuneraciones.
Podemos mejorar, como he mencionado, nuestros precios relativos, nuestro tipo de cambio y aún más nuestra tasa de interés.
Y creo que en esta situación relativa debemos prepararnos, porque va a llegarnos mucha inversión extranjera, a no ser que cometamos errores, como he dicho, y que nuestro país se haga poco atractivo.
Pero en este momento nos hallamos en condiciones muy convenientes. Y así como estamos analizando las posibilidades de que la realidad se torne adversa, estimo que, eventualmente, tenemos que considerar algunos flujos y circunstancias muy favorables que se pueden dar. Y observo indicios de que ya se están presentando.
Gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, hemos sido convocados a esta sesión especial para "analizar y evaluar las medidas de política económica que se hacen indispensables para enfrentar los serios indicios de recesión internacional y con la finalidad de conocer el Plan de Contingencia anunciado por el Supremo Gobierno".
La Senadora que habla, al menos, se queda con una cierta sensación amarga o de frustración, porque, al escuchar al Ministro de Hacienda subrogante y ver sus gráficos, o después al Ministro del Trabajo subrogante, la verdad es que no se conoce cuáles son las medidas, sino solo enunciados y titulares.
Y al imponerme de los planteamientos, por un lado, de mis Honorables colegas Escalona o Zaldívar sobre aspectos que tienen que ver con la realidad de la circunscripción que represento, y del Senador señor Kuschel, por el otro, que está viviendo en su Región un cuadro por completo distinto y mucho mejor, ciertamente, que el del Maule, donde se registran un 11,9 por ciento de desempleo -por tanto, una de las tasas de cesantía más altas de Chile- y los más bajos índices de escolaridad, de mano de obra calificada y de emprendimiento productivo en todo el país, ello claramente me preocupa.
Frente a las cifras boyantes de la economía local exhibidas por el Gobierno, varios hemos guardado un cierto recato. Incluso la propia Ministra del Trabajo fue cauta a la hora de leer los resultados de la encuesta efectuada. Parece que a nadie convencen mucho, y todos miramos con escepticismo lo que va a ocurrir en 2012.
Otros, sin embargo, consideran los datos con un cierto optimismo que impacta, y ni siquiera se arrugan al señalar que Chile está más preparado que nunca para enfrentar la desaceleración de la economía mundial en materia de empleo.
Lo que no se dice en todo el debate es que parte importante de los nuevos empleados está entrando a la fuerza en una estructura pobre y atrofiada.
Como señalan los economistas de la fundación SOL Gonzalo Durán y Marco Kremerman, la historia de nuestra empleabilidad se parece mucho al clásico concurso de Don Francisco, en que se competía por ser el que metía más personas dentro de un Fiat 600. Me acuerdo de ese concurso -lo pasaban en televisión cuando yo era niña- y en verdad el automóvil parecía estallar con tanta gente adentro.
En el empleo al parecer ocurre lo mismo en nuestro país. Vemos cómo se trata de ingresar a mucha gente a la empleabilidad, pero las condiciones en las que se hace son precarias.
En el cuadro que tengo en mis manos se muestra la meta del millón de empleos de calidad que se prometió y cómo se distribuyeron los 580 mil trabajos creados: 50 por ciento corresponde a trabajo tercerizado (de ello dio cuenta el Senador Camilo Escalona) y 36,4 por ciento a jornada parcial.
Lo cierto es que, cuando uno va desagregando -estos datos fueron sacados de la Nueva Encuesta Nacional de Empleo del INE, es decir, constituyen cifras oficiales-, va comprobando que el tipo de empleo que hemos creado es precario, tercerizado y que además no obedece al esfuerzo público o incentivos concretos del Gobierno, sino más bien a trabajos por cuenta propia, personal de servicio doméstico, familiar no remunerado o empleadores de microempresas de menos de cinco personas. Se trata de labores no vinculadas a políticas de empleo del Gobierno y, por tanto, no cubiertas muchas veces por los clásicos sistemas de protección del trabajo.
A la hora de analizar el empleo asalariado, los datos revelan que este aumenta en 289 mil personas entre enero y marzo de 2010 y septiembre y noviembre de 2011.
Sin embargo, la cara oculta de esa cifra surge al constatar, como dije, que el cien por ciento de la variación del trabajo asalariado en el período de referencia corresponde a un incremento del empleo bajo la modalidad de externalización, cuyo tipo más conocido es la subcontratación: una tragedia para miles de trabajadores en Chile.
Y cuando en este tema tan relevante -porque muestra qué pasa con las familias en nuestro país- se producen situaciones de abuso por parte del empleador, estas no son cubiertas por la prensa.
Voy a contar solo una anécdota.
Hace una semana, junto con el Diputado Tucapel Jiménez -después de una reunión con trabajadores de call centers despedidos- citamos a una conferencia de prensa. Tuvimos la suerte y el privilegio de hacerla antes que otra para la cual los Presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados y el Ministro de Energía habían convocado a todos los medios de comunicación con el fin de hablar de la energía renovable no convencional. Por lo tanto, estaban ahí Televisión Nacional, Canal 13, medios escritos, radios; en suma, todos. Y nos cedieron amablemente -lo agradezco- la posibilidad de exponer antes que ellos.
Pues bien, con todos los medios ahí, no tuvimos ni un segundo en televisión, ni una letra en un diario escrito. Lo cierto es que solo nos dieron espacio en las radios y en los medios electrónicos.
De este tema no se habla, lo cual me parece grave, porque tiene que ver con lo que pasa con los trabajadores y sus familias.
Las personas contratadas de manera directa por la empresa donde trabajan disminuyeron a 62 mil, lo que nuevamente nos da la señal de precarización e inestabilidad en el mundo laboral.
La tendencia en materia de empleo, entonces, muestra un deterioro en las condiciones laborales, con un alto índice de personas subempleadas -es decir, que trabajan menos tiempo del que disponen y desearían- y un aumento en los empleos de cristal, caracterizados por su inestabilidad, más aún en tiempos de crisis.
En el fondo, estamos creando empleos, pero precarios y de baja calidad.
Y las medidas que el Gobierno exhibe para enfrentar una crisis que está instalada -más de 22 por ciento de cesantía en España (el paro, como lo llaman)- no dan cuenta de hacerse cargo de una situación que es real y que nos puede azotar.
Eso me preocupa, más aún cuando en la Región que represento la provincia de Linares muestra una tasa de desempleo que llega a casi 12 por ciento. A pesar de que hemos conversado el asunto con la Ministra del Trabajo, de que se lo hemos planteado por escrito a los Ministros de Hacienda y de Economía, no existe una respuesta para ver cómo levantamos un plan que genere oportunidades y rompa una tendencia que se arrastra desde hace mucho, pero que se ha agravado en este Gobierno.
Más allá de resaltar que hemos llegado a un nivel de pleno empleo, lo que debiera preocuparnos es la falta de capacidad de la matriz productiva.
En tal sentido, el norte no es cómo incluir más personas en la Encuesta Nacional de Empleo -aunque hayan trabajado una hora a la semana, como se hace hoy-, sino cómo hacemos para tener un aparato capaz de albergar buenos trabajos, es decir, productivos.
Nuestros esfuerzos deben encaminarse a avanzar en la calidad de los puestos de trabajo que generamos y en la estabilidad de los empleos que tenemos.
Desde ese punto de vista, señor Presidente, tenemos una deuda como país, como Gobierno y como Parlamento, porque no estamos dando cuenta de la realidad que viven nuestros trabajadores.
Más de 75 por ciento de los empleados en Chile gana 300 mil pesos o menos. Esa es la realidad; no el promedio, que no nos sirve.
Debemos hacernos cargo de ello y abordar esta situación como un tema país, pues nos empece y nos compete a todos.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, en primer término, valoro tanto la presentación del Presidente del Banco Central como las de los Ministros subrogantes de Hacienda y del Trabajo.
Me parece que la información que nos están entregando es bastante relevante, sobre todo por los escenarios de incertidumbre que estamos viviendo frente a la crisis internacional.
En tal sentido, lo que ellos han planteado es muy importante respecto de la transparencia y las medidas que se deben tomar.
En seguida, quiero resaltar la situación distinta que vive Chile en relación a Europa -hacia allá estamos exportando-, donde existen naciones que tienen prácticamente un 24 por ciento de cesantía y que han implementado políticas que van, no en el sentido correcto de crear riqueza, sino en el de crear muchas veces más comodidad. En definitiva, eso se está pagando. Y no solamente lo están pagando esos países, sino también el mundo entero.
Es por esa razón que debemos preocuparnos de los escenarios venideros y también de qué manera proteger las actividades que estamos desarrollando desde hace tanto tiempo.
Desde esa perspectiva, el Senador Zaldívar ha planteado algo preocupante: el precio del cobre. Porque, en definitiva, cada día más nuestras exportaciones de ese mineral están afectando fuertemente el tipo de cambio hacia actividades que no han tenido la posibilidad de vender mejor; por el contrario, están vendiendo sus productos con más dificultad y a menor precio. Eso influye justamente en las exportaciones de pequeños y medianos productores de muchas Regiones.
Por tal motivo, valoro la intervención que realizó el Banco Central en enero del año pasado -prácticamente, fueron 50 millones de dólares diarios-, pues le dio estabilidad, proyección y apoyo al sector exportador.
Hoy día echo de menos esa política. Porque, cuando el dólar fue intervenido con esa venta en enero de 2011, inmediatamente el precio subió a 494 pesos. Ahora, en cambio, esa moneda se encuentra bajo dicho nivel y afecta de manera seria a otras actividades que están obteniendo menores precios, precisamente por la crisis mundial y las mayores dificultades para el ingreso a los mercados.
A medida que los precios y la economía en el mundo entero están con problemas, se ponen más restricciones para el ingreso de nuestros productos -muchas veces paraarancelarias, fitosanitarias, etcétera- con el fin de proteger justamente los mercados locales.
Por consiguiente, le pido al Banco Central estar muy alerta con el tipo de cambio -herramienta fundamental de Chile para desarrollar sus exportaciones, para ser un país globalizado, para conquistar el mundo-, a fin de no tener una nueva crisis de este instrumento, como lo han advertido distintas personas vinculadas a actividades económicas.
Valoro, señor Presidente, el trabajo que está realizando nuestro Gobierno para aumentar la participación de las mujeres en el mundo del trabajo. Es cosa de ver las cifras: en enero de 2010, el 44,5 por ciento de ellas realizaba una actividad laboral; hoy día estamos cerca del 48 por ciento.
Además, en diciembre de 2011 la tasa de empleo en el Gran Santiago llegó a 6 por ciento, mientras en julio de 2009 alcanzó el 11 por ciento. Es decir, hay más trabajo en Chile.
Sí tenemos que mejorar la calidad de los empleos. Pero también debemos protegerlos, para que haya más estabilidad y confianza, sobre todo en nuestros pequeños y medianos exportadores.
Señor Presidente, quiero valorar nuevamente el trabajo que está realizando el Gobierno, el que está llevando a cabo el Banco Central, y advertir las situaciones a que me referí, que históricamente han sido planteadas en el Senado y, también, en la Cámara de Diputados, con el fin de resguardar la estabilidad y el desarrollo de nuestras exportaciones.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ignacio Walker.


El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, sin duda alguna nuestro país está -podríamos decirlo- en buen pie para enfrentar una eventual crisis económica o una recesión el 2012, tal como lo estuvimos en el año 2009.
Sin embargo, el éxito de la manera en que hicimos frente a la crisis económica del 2009 estribó en una opción, en ciertas políticas públicas, en determinadas medidas bastante radicales que finalmente resultaron muy positivas en tal coyuntura.
Por lo tanto, lo que yo me pregunto, en relación con las propuestas, con las declaraciones que hemos escuchado del Gobierno, es qué ocurre respecto de ciertas materias.
En primer lugar, menciono la necesidad de clarificar por parte del Ejecutivo el tema de la política fiscal contracíclica ante la crisis del 2012.
Sabemos que el Ministerio de Hacienda ha suscrito la regla del balance estructural, que justamente facilita implementar una política contracíclica. Pero también ha señalado que quiere que el gasto público crezca menos que el PIB este año. Y esta es una aparente contradicción que hay que dilucidar, si es que efectivamente vamos a enfrentar una crisis económica o una recesión en los próximos meses y la política contracíclica va a ser la manera de afrontarla.
Yo creo que Hacienda tiene que ratificar su disposición real a practicar una política fiscal contracíclica en esta materia, pues ello incide en las expectativas de los agentes económicos.
En segundo lugar, considero relevante, además, una referencia al plan de contingencia para el 2012 tomando la experiencia del 2009, en que realizamos una política fiscal fuertemente contracíclica, que llevó a anunciar, en enero de ese año, un plan de estímulo fiscal que alcanzó a 4 mil millones de dólares, más o menos un 2,8 por ciento del PIB.
Es importante, pues, ser acumulativos, y tomar en cuenta la experiencia del 2009 frente a la eventualidad de la crisis del 2012.
En tercer lugar, hay que revisar ciertos supuestos macroeconómicos. Por ejemplo, la posibilidad de que el PIB vaya a crecer 5 por ciento este año.
El Presidente ha hablado de 4 por ciento; el Banco Central ha hecho una estimación de entre el 3,75 y el 4,75 por ciento. Por lo tanto, resulta relevante, desde el punto de vista del Ministerio de Hacienda, actualizar las proyecciones y también los supuestos macroeconómicos para el 2012.
En cuarto lugar, ojalá que esta coyuntura específica de crisis no se convierta en una excusa para echar pie atrás respecto de lo que muchos estimamos una necesidad en una perspectiva de mediano y largo plazo: hacer frente al debate sobre una reforma tributaria en su propio mérito; que este escenario no se transforme en una suerte de excusa para no llevar a cabo una discusión más de fondo en torno a esta materia.
En la Oposición hemos planteado la propuesta de tratar de recolectar entre 2 a 3 por ciento adicional del producto; es decir, 6 mil a 8 mil millones de dólares de aquí al 2020, partiendo, por supuesto, por mantener el impuesto a las utilidades de las empresas en 20 por ciento, evitando la rebaja a 18,5 este año (que ya está en marcha) y a 17 por ciento, el próximo, ya que esto último significaría no contar con aproximadamente mil millones de dólares para hacer frente a necesidades sociales que el propio Gobierno se ha comprometido a resolver.
Sin embargo, insistimos en la necesidad de financiar los gastos permanentes con ingresos permanentes.
Por ejemplo, si uno suma la eliminación de la cotización para salud de los jubilados, 216 millones de dólares; la extensión del posnatal, 220 millones de dólares; el ingreso ético familiar, que se proyecta en 200 millones de dólares para este año, y beneficios en educación superior, cuyo monto se estima en otros 200 millones de dólares, tenemos 836 millones de dólares adicionales en gasto comprometido o proyectado para 2012.
Por lo tanto, el riesgo es que esos y otros beneficios se financien con ingresos transitorios, aprovechando el alto precio del cobre, un alza transitoria de impuestos. Y ello nos desvía de la idea de financiar gasto permanente con ingreso permanente.
En consecuencia, hay aquí -entre otros que podríamos mencionar- cuatro desafíos que a mi juicio conviene que el Gobierno clarifique.
Todos estaremos de acuerdo en que nuestro país tiene pilares sólidos para hacer frente a esta crisis, pero, como digo, convendría revisar estos cuatro aspectos.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, creo que primero debo agradecer al Banco Central y a los Ministerios que nos acompañan hoy día -Hacienda y Trabajo- por las exposiciones que han efectuado.
En condiciones normales, nosotros diríamos que las medidas que están planteando apuntan en la dirección correcta. No obstante, ellas son, en mi opinión, insuficientes, porque tenemos que tomar en cuenta el tipo de modelo económico que estamos enfrentando. Y la mayor parte de los ciudadanos se percatan de que las propuestas del Banco Central y el Ministerio de Hacienda no van a resolver el problema de competitividad que enfrentan los que generan empleo.
Siempre se dice que el 80 por ciento de la fuerza de trabajo del país lo generan las pymes. Y vemos que no hay ninguna acción direccionada a garantizar la libre competencia. Hoy somos cautivos de un modelo económico de altísima concentración: tres empresas controlan el 99 por ciento de la telefonía; tres supermercados concentran el 85 por ciento de las ventas; tres farmacias se reparten el 90 por ciento del mercado. Recientemente, estas últimas fueron condenadas por colusión por el Tribunal de la Libre Competencia y sancionadas con millonarias multas, lo cual no resuelve el tema de la falta de competencia que pudiera haber en el sector.
Entonces, no solo tenemos que establecer regulaciones para sancionar a quienes abusen de una posición dominante en el mercado y desincentivar las malas prácticas; además debemos legislar, creando normativas que impidan la concentración y propicien la desconcentración. Y no únicamente una desconcentración de la economía, señor Presidente, sino también del aparato público. El centralismo nos tiene ahogados. ¡Qué sentido tiene! El Estado contaría con muchas más maneras de enfrentar una crisis internacional si hubiera mayor descentralización, si los territorios gozaran de mayor autonomía, de mayor poder de decisión. Conforme al sistema portaliano del Estado que hemos heredado, todo se decide en Santiago, los Ministerios determinan qué se hace, la ejecución presupuestaria responde a lo que se resuelva en la Capital, con la lentitud que eso significa.
Vemos que, al final, el Gobierno hace correcciones del Presupuesto aprobado en el Congreso. De un monto de 100, por la vía del decreto determina: "Presupuesto vigente: 80". Y de ese presupuesto señala que ha ejecutado el 99 por ciento.
Eso es engañarnos solos. En verdad, no estamos siendo eficientes en la ejecución del Presupuesto. De acuerdo a lo ocurrido en los últimos dos años, el del Presidente Piñera ha sido, históricamente, el Gobierno que ha ejecutado los recursos disponibles de manera más deficiente. Las Regiones han perdido; la mía -la Novena-, del orden de los 16 mil millones de pesos, solo en obras públicas, en el último tiempo.
El Gobierno no tiene competencia para ejecutar adecuadamente el Presupuesto. Y en gran parte eso se debe al centralismo, a la forma en que la economía contribuye a mejorar las expectativas de remuneraciones y condiciones laborales, lo cual, en definitiva, se vincula con la situación de las pymes.
En el Congreso aprobamos la Ley Pymes, que le da un plazo de seis meses al Ministerio de Economía para modificar todos los reglamentos, con una mirada desde la pequeña y la mediana empresas. Pero esos reglamentos no se han mirado, ni modificado ni reestudiado. Y en muchas oportunidades, son los que impiden el desarrollo y la competencia en igualdad de condiciones a dichas empresas.
De manera que quisiera, aparte de las medidas macros, que también miremos qué está ocurriendo con la actual falta de competencia en un mercado prácticamente cautivo de los oligopolios que están en pocas manos.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ruiz-Esquide.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, agradezco la información entregada por los señores Ministros y representantes del Ejecutivo. Sin embargo, por lo menos por mi visión regional, nacional y, asimismo, por los puntos de vista con que discutimos en materia de ideología, de crecimiento y de cómo llevar adelante la economía, nosotros los democratacristianos sustentamos una perspectiva absolutamente crítica de lo sucedido en el último tiempo.
Y con el ánimo de aprovechar el tiempo, más que argumentar, deseo plantear algunas preguntas al Ejecutivo, de manera que nos pueda contestar, no ahora sino después, por oficio o como le parezca.
Señor Presidente, en Chile no hay satisfacción con la actual política económica. De otro modo, no habríamos tenido las multitudinarias marchas del último tiempo ni habría habido la representación tan activamente contraria al Gobierno en Chillán, donde se encuentran los sectores más reaccionarios en materia agrícola. Fueron ellos quienes elaboraron de manera permanente las críticas a la Concertación. Y, no obstante haber votado todos por el señor Piñera, aparecieron primero que otros tomándose los caminos y las calles de San Carlos.
Quiero hacer notar lo siguiente: una de las causas fundamentales del desagrado existente estriba en la diferencia de ingresos. Hoy en día, en Chile algunas personas poseen un patrimonio de tres o cuatro mil millones de dólares, el que, si se compara con el salario mínimo, resulta una diferencia tan brutal, que aquellos en un año ganan lo que otros obtendrían en tres o cuatro mil años; o sea, desde los tiempos de Jerjes hasta ahora.
Quiero saber cómo piensa el Gobierno enfrentar dicha situación; además, en qué forma va a levantar los sueldos y salarios, ya que resulta en extremo insuficiente el 3,1 por ciento de reajuste; de qué manera solucionará el problema de los despidos del último tiempo. A este respecto, la señora Ministra del Trabajo no nos ha contestado los reclamos que formulamos en una sesión anterior.
Por otro lado, ¿va a haber reforma tributaria -uno de los mecanismos para resolver los problemas- o no?
¿Está dispuesto el Gobierno a llevar adelante los proyectos que hemos aprobado sobre tasa máxima convencional y a acometer las reformas en el sistema bancario, a fin de que el negocio del dinero no sea superior en sus utilidades al trabajo formal de quien se juega la vida en el campo o en las minas? ¿De qué manera va a terminar con el anatocismo?
Señor Presidente, estamos aquí para escuchar, pero igualmente para plantear, con todo respeto, preguntas al Ejecutivo a través de las distinguidas personas que nos acompañan. Mientras no obtengamos respuestas, no nos podemos dar por satisfechos con los planteamientos hechos por el sector financiero del Gobierno.
El señor GIRARDI (Presidente).- Solicito el acuerdo de la Sala para que me reemplace en la testera el Senador señor Navarro para poder intervenir.
--Pasa a dirigir la sesión el Honorable señor Navarro, en calidad de Presidente accidental.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, junto con agradecer, evidentemente, a quienes han venido a exponer acá, quiero hacer presente que me parece que, tal vez, no hemos abordado el tema dentro del contexto debido.
Una parte de la crisis financiera que vivimos obedece a factores relacionados con la desregulación de los mercados, con capitales especulativos y con los fenómenos burbuja, que fueron particularmente incidentes en la crisis de 2008.
Pienso que eso no se halla en discusión ahora.
Volví de España ayer, y hay la sensación en dicho país de que la crisis es mucho más profunda y de que para Europa será más importante de lo que parece.
Pero existe un aspecto que, a mi juicio, no está siendo considerado. Estamos viviendo una crisis energética. Y muchas personas en el mundo piensan que el conflicto que nos afecta no se va a resolver, pues se vincula con que el modelo de desarrollo de Occidente -en general, del planeta y de la globalización- se encuentra sostenido sobre los hidrocarburos, que ya alcanzaron un peak el año 2006 que no se va a modificar: queda petróleo para 30 años más.
Y de aquí en adelante, por cada tres barriles y medio que se consuman se va a producir uno.
Por ello, una parte de la actual situación se vincula, precisamente, con el aumento del precio, que va a bordear los 150 dólares el barril como sucedió en 2008.
Cuando los países entran en crisis, evidentemente, por razones obligadas, disminuye la demanda. El petróleo tiende a bajar un poco. Pero a medida que las economías se reactiven tal combustible, de nuevo, se torna un factor limitante. Y cuando llegue a 150 dólares el barril, otra vez habrá economías en problemas.
Es un círculo vicioso. A no ser que, desde ya, las sociedades empiecen a entender que han de hacer modificaciones más estructurales en sus economías, pasando de la que se llama la "Segunda Revolución Industrial" (basada en el petróleo, fundamentalmente) a la "Tercera Revolución Industrial", correspondiente a la de la Internet y de las energías renovables
Todavía se puede armar un chasis hoy día, pero después va a ser tarde.
Por eso, señor Presidente, quiero saber cómo prevén los representantes del Gobierno la situación futura. ¿Creen que lo que estoy planteando es un hecho absolutamente anecdótico o algo estructural que va a configurar un nuevo escenario? ¿Qué se está realizando y qué debe hacerse para anticiparse a ello?
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Solicito el acuerdo de la Sala para prorrogar la hora de término de la sesión.
Están inscritos los Senadores señores Chahuán, Hernán Larraín y quien habla.
El señor LARRAÍN.- Por 10 minutos, con el compromiso de que intervengamos por menos tiempo.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- ¿Por 12 minutos?
El señor LARRAÍN.- Un poco más. Hay que dar oportunidad para que las autoridades contesten las preguntas formuladas, si lo consideran necesario.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- ¿20 minutos sería más adecuado?
El señor LARRAÍN.- Sí.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Entonces, se prorrogará por 20 minutos la sesión.
--Así se acuerda.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero agradecer la presencia de las autoridades -de los Ministerios, del Banco Central, del BancoEstado, de la CORFO- que hoy día nos acompañan en la Sala.
En realidad, hay más presencia de autoridades que de los Senadores que solicitaron esta reunión. Y eso me parece que vale la pena hacerlo presente, porque se habla y se reclama mucho, pero pareciera que es solo para la prensa. Algunos Senadores de la Oposición no están interesados en el debate, sino en hacer denuncias. Y creo que eso no habla bien del Parlamento.
Deseo manifestar mi inquietud respecto de ciertos efectos que quizás no capté en plenitud de las exposiciones hechas, en particular en lo que dice relación a los aspectos previsionales. Porque no cabe la menor duda de que la dificultad que genera la incertidumbre, como ya ocurrió en crisis anteriores, tiene que ver con el efecto masivo en la gente. Y uno de los más dolorosos en la última fue, precisamente, la caída en los fondos previsionales.
Y en tal sentido, resulta difícil anticiparse y prever.
Sin embargo, creemos que hay algo que se puede hacer para dar tranquilidad. Porque, al final, si no se toman medidas, pareciera que el sistema previsional es el que no está funcionando y no que ello obedeciese al impacto de una crisis económica.
Sé que no todo se puede prever, pero lo planteo por tratarse de una sesión para abordar los efectos y el impacto en la economía del país de una recesión internacional.
Dicho sea de paso, he escuchado aquí intervenciones muy interesantes y lúcidas en relación con otros problemas, como la situación del empleo y las remuneraciones, la reforma tributaria, pero que son ajenos a las consecuencias de una recesión en la economía chilena durante el curso del año y a la posibilidad de que ella se desarrolle.
Aparte de la inquietud que eso tendría en los fondos previsionales, también quisiera saber si hay algún antecedente sobre el efecto dominó que provocaría la recesión europea en el resto de la economía. Porque a nosotros nos afecta de alguna manera. Pero, obviamente, la interconexión de la economía mundial al final del día no deja a ningún sector económico internacional al margen de lo que puede causar una crisis prolongada en las economías europeas.
Finalmente, dos consideraciones más.
En primer lugar, en lo que dice relación a políticas de seguros, no sé si a nivel internacional hay mecanismos tipo aseguramiento que permitan mitigar los eventuales efectos. Por lo tanto, sugiero imponerse si por esa vía es posible hacer algo. Por ejemplo, si hubiera seguros para cautelar los fondos previsionales. Quizás no existe en el área de las aseguradoras. Por eso, la idea es ver cómo tomar precauciones, dentro del ámbito internacional, para evitar daños en aquellos sectores que pueden resultar más perjudicados por una crisis internacional.
Por último, pregunto si el Gobierno, en caso de que se produzca una recesión, tendrá la disponibilidad de estudiar la entrega directa de bonos a las personas -como lo hicieron en otras oportunidades el actual Gobierno al inicio de su gestión con el bono marzo de 2010 o la Administración de la Presidenta Bachelet (muchos de tales beneficios fueron solicitados por el propio Congreso)-, para evitar eventuales daños, en caso de que la recesión tenga un efecto económico muy duro en nuestras finanzas.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, esta sesión fue convocada para "analizar y evaluar las medidas de política económica que se hacen indispensables para enfrentar los serios indicios de recesión internacional y con la finalidad de conocer el Plan de Contingencia anunciado por el Supremo Gobierno".
Está claro, a partir de lo manifestado por el Presidente del Banco Central, que esos indicios son serios. Tanto es así, que en su informe nos señala que "en esta coyuntura, que se ve relativamente favorable para la economía chilena y la situación financiera de los chilenos, se hace necesario advertir que hay elevados riesgos que persisten".
Y en eso me quiero quedar.
O sea, aquí hay una señal de advertencia del Banco Central. La cuestión radica en cómo la van a asumir los actores económicos. Porque, si existe dicha señal y los bancos siguen prestando plata y las casas comerciales continúan endeudando a la gente, nos encontramos ante una situación que no da cuenta de la realidad y que no apunta a la protección de los consumidores y de los ciudadanos.
Señor Presidente, las advertencias del Instituto Emisor debieran contar con adecuada difusión. No sé cuántas personas se están imponiendo de esta sesión del Senado. Estimo que no muchas. Pero, si el Banco Central está advirtiendo el riesgo, una recomendación o consejo del Gobierno debería ser: "No hay que endeudarse, sino ahorrar". Y espero que eso sea consecuencia de la presente sesión, y que quede muy claro. Porque los chilenos van a salir de vacaciones y se endeudarán a largo plazo, pese a la crisis advertida por el Instituto Emisor.
Por otro lado, me quiero referir a las AFP, materia que planteó el Senador señor Hernán Larraín.
Conversé con José de Gregorio en su oportunidad, días después de producida la crisis en que los fondos previsionales perdieron el 50 por ciento, acerca de cuál es el rol del Banco Central. En Chile se dice que es la estabilidad y el control de la inflación. Pero no tiene una función en materia de empleo. Ella no se encuentra en sus estatutos. El empleo, ¡plop!, no es su tarea. Y el Presidente de dicha institución me dijo que tampoco era labor de la entidad cuidar los fondos previsionales.
Espero que la Superintendencia advierta claramente que los Fondos A, B, C, D y E vienen con problemas. Porque la recesión repercute sobre los fondos previsionales. Y debiera haber una advertencia. Los chilenos tendrían que imponerse del riesgo que corren si permanecen en el Fondo A -que es altamente volátil- o irse al E. Se trata de medidas prácticas para precaver a la población acerca de la crisis sobre la cual advierte el Banco Central.
A la vez, en las áreas pesquera y forestal existen elementos adicionales. Independientemente de lo que pase en la economía internacional, hay una situación crítica con la Ley de Pesca. Habrá despidos masivos, que ya se están produciendo. Por ejemplo, en la Región del Biobío las pesqueras ya están echando a mucha gente. Y los incendios forestales y otros hechos también tendrán incidencia. Solo en la sección de paneles después del incendio en la Planta de Celulosa Nueva Aldea, en Itata, se perdieron mil 200 empleos directos, más los indirectos.
¿Cómo absorberá el Gobierno las coyunturas propias, internas de Chile, que pueden verse agravadas por la crisis internacional?
Efectivamente, el lenguaje del Banco Central es de economistas, a veces un tanto críptico. Cómo hacer que su informe, bien elaborado, pueda tener una función mucho más ciudadana respecto de la decisión de las familias.
Eso es lo que pido al Banco Central y a las autoridades de Hacienda. No basta con las recomendaciones a los economistas y a las empresas. Los bancos seguirán prestando plata. Ahí está el crédito con aval del Estado para los estudiantes, cuyo proyecto espero que fracase y que no vea la luz.
En definitiva, cómo resolver en la práctica el problema y traducirlo en recomendaciones a las familias ante la crisis inminente que se nos viene.
¡Nueva Constitución, ahora!
¡Patagonia sin represas, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, mi intervención se centra básicamente en destacar el manejo responsable de la economía llevado adelante por el Gobierno del Presidente Piñera y también la participación del Banco Central.
No solo las noticias de los últimos días nos dan cuenta de que se está realizando un buen trabajo.
El desempleo ha alcanzado niveles históricos y también ha habido una baja sustantiva de la desocupación en la Región Metropolitana. Pero, más importante aún es la cifra del desempleo femenino y la participación laboral de las mujeres. De acuerdo con uno de los últimos informes de la OCDE, uno de los escollos de Chile para ingresar al mundo de los países desarrollados era precisamente la baja participación de la mujer en el mundo del trabajo. Fue uno de los obstáculos más importantes de nuestro país para imitar la situación de naciones afines que dieron el salto al desarrollo en forma cualitativa y cuantitativa.
En tal sentido, las medidas anunciadas por el Ministro del Trabajo subrogante, señor Bruno Baranda, para retener a los trabajadores, agregar valor a través de la capacitación y los permisos para hacerla, los precontratos, las becas MYPE, efectivamente van en la vía de permitir que los asalariados, en una situación de crisis, puedan contar con mejores herramientas para conservar su empleo y desempeñar labores mejor remuneradas y más dignas.
Sin lugar a dudas, uno de los temas más importantes radica en que tenemos una tarea pendiente. Y esta dice relación a la necesidad de generar un gran diálogo social. Nosotros venimos sosteniendo desde hace más de tres años que es necesario generar un nuevo pacto social en nuestro país, donde seamos capaces de congregar a los trabajadores, a los empresarios y a las autoridades de Gobierno, a fin de generar cada una de las condiciones para mejorar la calidad y la dignidad del trabajo.
Nos encontramos en una situación de crisis internacional, donde Chile, de alguna manera, está navegando o surfeando en debida forma, básicamente por la responsabilidad de las autoridades gubernamentales, no solo de la actual Administración, sino también -hay que decirlo- de las anteriores, y además por una política consistente y permanente del Banco Central en tal sentido. Y, por tanto, esta es una razón importante.
Las economías en la zona del euro hoy se encuentran en problemas. Y no se trata solo de las marginales, como Grecia e Irlanda, sino del centro de Europa y de países que están entrando francamente en recesión. Nos estamos refiriendo a Francia y Alemania, que representan un porcentaje importante del PIB mundial.
Por lo tanto, se trata de situaciones y fenómenos sobre los que se debe tener especial cuidado, pues producen una desaceleración en el resto del mundo y, por supuesto, también en nuestro país.
Sin embargo, es necesario hacer notar los cambios introducidos por Chile no solo en términos de diversificar los destinos de sus exportaciones, si uno compara, por ejemplo -tal como se señaló acá-, lo que han crecido con China, entre 1990 y 2010: de 0,4 a 24 por ciento, y lo que han bajado con la Unión Europea: de 39,1 a 18,9 por ciento.
Esta política consistente ha llevado, justamente, a que hoy día nuestro país se encuentre en mejor pie: sigue creciendo el consumo; se crean puestos de trabajo, como lo indican las últimas encuestas sobre el desempleo. Chile ha sido capaz de encontrar nuevos destinos a sus exportaciones -como ya manifesté-. Y, adicionalmente, los fondos soberanos y las reservas internacionales van en aumento.
Ello dice relación con un manejo responsable de la economía nacional. De hecho, la colocación del bono soberano en el año 2011 fue, históricamente, una de las mejores que ha tenido nuestro país.
Entonces, las medidas anunciadas por el Ministro de Hacienda por supuesto que apuntan en la vía correcta: la emisión de bonos externos; la inyección de recursos al Fondo de Estabilización Económica y Social; el Consejo de Estabilidad Financiera; las medidas pro empleo, pro inversión; el aumento en la inversión pública; el estímulo a la inversión privada. Todo esto revela un manejo responsable de nuestra economía.
Y les quiero decir a Sus Señorías que, a pesar del contexto internacional, la Administración del Presidente Piñera va a cumplir con su programa de Gobierno. Más aún, abrirá brechas en materias que ni siquiera estaban en el programa, como la reforma educacional, donde hubo un aporte importante de recursos en el Presupuesto de la nación; la reforma tributaria, ya anunciada por el Presidente de la República para el mes de marzo o abril, que si bien estará enfocada en la redistribución de la carga tributaria, tal como lo ha sostenido Renovación Nacional desde el comienzo del Gobierno del Presidente Piñera, también consultará -como ya manifestó el Primer Mandatario- la posibilidad de una mayor recaudación, del orden de los 500 o mil millones de dólares, para poder enfrentar adecuadamente la situación educacional. Y, por otra parte, se está haciendo cargo de las reformas sociales.
En definitiva, el Presidente de la República, a pesar del contexto internacional, de que los augurios no sean los mejores y de que nuestra economía haya debido moderar su tasa de crecimiento a 3,7 por ciento, o a 4,7 por ciento, según una visión más o menos conservadora, va a cumplir la palabra empeñada.
Solo me resta, a modo de pregunta, un punto relativo a los fondos previsionales, que es una materia crítica, porque los efectos de ampliar las cuotas de inversión de las AFP en el extranjero...
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
En todo caso, valoramos su perseverancia.
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El señor GIRARDI (Presidente).- El Honorable señor Horvath me pidió recabar el asentimiento de la Sala para fijar un nuevo plazo, hasta las 15 de hoy, a fin de presentar indicaciones al proyecto sobre fomento de la pesca artesanal.
Si le parece a la Sala, se accederá a lo solicitado.
--Así se acuerda.
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El señor GIRARDI (Presidente).- Como ya expiró el tiempo fijado para el término de esta sesión, propongo darle la palabra al Presidente del Banco Central o a algún personero que desee hacer uso de ella para cerrar el debate.
Tengo claro que quedarán muchas preguntas sin responder, pero la discusión sostenida ha sido interesante de todas maneras.
Tiene la palabra al señor Ministro de Hacienda subrogante.


El señor DITTBORN (Ministro de Hacienda subrogante).- Señor Presidente, se han planteado muchos asuntos de gran interés, prácticamente imposibles de responder aquí: la distribución del ingreso; cómo aumentar los salarios; la reforma tributaria; la tasa máxima convencional; la crisis energética, en relación con los hidrocarburos; los seguros contra disminuciones en los fondos de pensiones, en fin.
Todos ellos son, sin duda, atrayentes, pero sobrepasan con mucho la posibilidad de abordarlos ahora.
Lo único que quiero decirle a este Senado es que en el Poder Ejecutivo estamos comprometidos con una política fiscal contracíclica, como se ha llevado a cabo en Chile desde hace muchos años. En tal sentido, si se estima que vamos a enfrentar una recesión, una baja importante del empleo, de la producción, no dudaremos en usar todos los instrumentos con que contamos para hacer que ese ciclo económico sea menor al esperado de no ocuparlos.
Por ende, en ello no tenemos complejos. Conocemos los mecanismos y los recursos de que disponemos, y -reitero- los vamos a utilizar para tranquilidad del Senado y de todos los chilenos.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide, en consideración a su edad.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, agradezco sus últimas palabras, porque dan fe de lo que es la democracia: ¡tolerancia, hasta con usted...!
Como se formularon muchas preguntas y nos interesa conocer sus respuestas, pero lógicamente -como dijo el Ministro- no hay tiempo para eso, sugiero que se tome el acuerdo de que los representantes del Ejecutivo nos hagan llegar por lo menos las contestaciones que a cada uno les corresponda, o que el Ministro, si lo prefiere, le envíe una comunicación al Senado informando qué piensa sobre algunas de las materias más relevantes que planteamos.
Gracias, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Antes de terminar la sesión, agradezco a nuestros invitados por su presencia en la Sala.
El señor LARRAÍN.- El Presidente del Banco Central desea intervenir, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Perdón, tiene la palabra.


El señor VERGARA (Presidente del Banco Central).- Señor Presidente, en aras del tiempo seré muy breve.
Quiero reiterar que la situación externa es evidentemente compleja. Sin embargo, tal como se mencionó aquí, hasta ahora se encuentra circunscrita a la Eurozona. Hay efectos claros sobre el resto de las economías, pero mientras siga radicada ahí, podemos decir que ellos serán relativamente acotados.
Ya señalé en nuestra presentación los escenarios de riesgo de expandirse esta situación al resto de las economías, primero, respecto de las naciones desarrolladas, me refiero principalmente a Estados Unidos y Japón, que evidencian un crecimiento moderado, pero positivo, y, en particular -muy relevante para el caso chileno-, respecto de China, cuyas últimas cifras de crecimiento son auspiciosas en el sentido de que mantienen un nivel bastante sólido.
Ante ese escenario, reitero que nosotros mantenemos una actitud vigilante. Hemos tomado -como ya mencioné- algunas medidas, y tenemos las herramientas y la disposición para adoptar otras que sean necesarias en caso de agravarse la situación.
Muchas gracias.