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POSIBILIDAD DE PRINCIPALES ACTORES DE MERCADO FINANCIERO DE DESCONTAR DE REMUNERACIONES CUOTAS DE CRÉDITOS


El señor LETELIER (Vicepresidente).- Corresponde tratar, en primer trámite constitucional, el proyecto de ley, iniciado en moción de los Senadores señor Tuma, señora Alvear y señores Escalona y García, sobre descuentos en las remuneraciones, con informe de la Comisión de Economía.
--Los antecedentes sobre el proyecto (7092-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción de los Senadores señor Tuma, señora Alvear y señores Escalona y García):
En primer trámite, sesión 38ª, en 3 de agosto de 2010.
Informe de Comisión:
Economía: sesión 63ª, en 18 de octubre de 2011.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo principal de esta iniciativa es igualar la situación de los oferentes de crédito haciendo extensiva a los principales actores del mercado financiero (bancos, cooperativas de ahorro y préstamo, cajas de compensación y mutualidades) la posibilidad de descontar directamente de las remuneraciones a los trabajadores en servicio activo, sean del sector público o privado, o a las personas pensionadas cuotas de créditos, previa petición por escrito.
La Comisión de Economía aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores García, Tuma y Zaldívar.
Con la misma votación, acordó proponer a la Sala que, una vez despachado en general, el proyecto se refunda con el iniciado en moción del Senador señor Chahuán, radicado en la Comisión de Trabajo y Previsión Social, que hace extensivo el incremento de hasta 25 por ciento aplicable a los descuentos voluntarios en las remuneraciones destinadas a cooperativas de consumo o de ahorro y crédito.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, efectivamente, la unanimidad de los Senadores presentes aprobó en la Comisión este proyecto, que permite descontar por planilla cuotas de créditos, lo que hoy día se aplica en el caso de las cajas de compensación.
Otra iniciativa hace extensivo aquello a préstamos de índole distinta, como los otorgados por cooperativas, etcétera.
En mi concepto, esta es también una manera de abaratar el crédito, principalmente porque, cuando alguna de las instituciones en comento otorga un préstamo a un pensionado o a un trabajador activo, el descuento por planilla torna mucho menor el riesgo y ello, por lo tanto, puede reducir significativamente la tasa de interés. O sea, el proyecto va en beneficio directo de los deudores.
Por lo demás, hay un límite al descuento por planilla.
Entonces, nos gustaría volver a ver esta materia en la Comisión una vez aprobada la idea de legislar, a fin de incorporar a las otras entidades que otorgan aquel tipo de préstamos, para que haya entre todos los entes una situación de competencia leal que favorezca precisamente a quienes hoy día recurren al crédito.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente -seré muy breve-, por las razones que adujo quien me antecedió en el uso de la palabra, me parece que se trata de una buena iniciativa. Por ende, voy a apoyarla.
Empero, quiero hacer presente una inquietud que me surge: el riesgo del sobreendeudamiento de los empleados, de las personas que tienen contrato de trabajo, porque, por la vía del descuento de remuneraciones, es muy fácil caer en deudas mayores.
Durante muchos años trabajé en la Universidad Católica, donde, por distintas vías -acuerdos sindicales o beneficios que daban distintas instituciones-, en cierto minuto un porcentaje muy alto de los empleados estaba con deudas superiores a su sueldo. Hubo que hacer un trabajo especial, porque la situación no tenía límite.
Por lo tanto, con todos los beneficios que el proyecto envuelve, y tratando de pensar en la importancia que reviste facilitar el acceso al crédito, sobre todo en los niveles de clase media y de sectores más vulnerables, hay que tener claro que la suma de los descuentos no puede cubrir un porcentaje muy significativo del sueldo. De lo contrario, se corre el riesgo de que las personas queden sin recursos para enfrentar su vida cotidiana.
Así que, estando de acuerdo con el fondo de la iniciativa, pienso que en su momento será necesario discutir, entre otras cosas, el tope que conviene descontar de las remuneraciones. Y habrá que proceder con mucha prudencia y criterio, pues, si bien los trabajadores deben hacerse cargo de los créditos que toman en distintas instituciones, el porcentaje determinado no puede dejarlos sin sueldo.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, leía el informe, y en especial los considerandos de la moción, y advierto que se procura beneficiar, entre otros, a los personales de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública, incluida Gendarmería; a los pensionados; a los funcionarios del Poder Judicial -es decir, del Estado-, del Banco Central, de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, a quienes se aumenta el porcentaje de descuento por planilla. Pero no sé si podemos tener informes de las instituciones para ver cuál es el nivel de la deuda.
Dije la vez anterior que en Correos de Chile (5 mil funcionarios) el endeudamiento, excediendo todo margen legal, superaba los 22 mil millones de pesos y que los descuentos estaban sobre el 80 por ciento de las remuneraciones. Ello, porque en algún proceso de negociación, como no hubo reajuste salarial, los sindicatos consiguieron incluso créditos.
No sé si al hacer la modificación que se plantea ahora estamos teniendo como referencia los niveles de endeudamiento reales. Porque, según expresé, hay que considerar también los préstamos que van por fuera (de consumo u otros), cuyas cuotas son descontadas de manera anexa a las cláusulas del contrato laboral.
Quisiera tener a la vista sobre todo la información pública emanada de los órganos del Estado, pero asimismo la referencial del mundo privado. Porque está claro que la familia chilena se encuentra sobreendeudada y que la facilidad que por aquella vía se otorga para pagar los créditos en comento no significa siempre mejorar la calidad de vida del trabajador, sino, a veces, aumentar las expectativas de endeudamiento.
Los informes que en mi concepto debemos tener a la vista determinarán si los porcentajes son los adecuados y si el proyecto de ley está bien orientado.
Entiendo que para vivir y mantener cierto estatus se requieren ingresos permanentes y no transitorios como los préstamos.
Por lo tanto, sin la opinión oficial de las instituciones que más firmemente van a asumir el compromiso de pago, no me parece prudente votar el proyecto y aprobarlo.
Entiendo que el Senador Zaldívar planteó devolver la iniciativa a la Comisión para revisarla. Me gustaría que pudiera reformular su...
El señor BIANCHI.- Su Señoría propuso aprobarla en general y remitirla a Comisión.
El señor NAVARRO.- Correcto.
Señor Presidente, todos decimos: "Este es un tema que hay que abordar".
Yo tengo indicaciones que van en el sentido restrictivo. Porque en algunos ámbitos podemos generar flexibilidad y en otros restricción.
Por lo tanto, el votar la iniciativa y luego volverla a Comisión me parece lo más adecuado, señor Presidente.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, este proyecto va, a mi entender, en el sentido correcto. Los trabajadores activos y, sobre todo, los pensionados son hoy día una garantía casi plena para las cajas de compensación, fundamentalmente, ya que involucran muy poco riesgo debido al descuento automático por planilla. De consiguiente, los créditos no son objeto de gastos por concepto de cobranza y, así, tienen una seguridad absoluta.
Pero es interesante señalar en esta Sala lo que cobran las cajas de compensación.
Por ejemplo, a un pensionado, por un crédito a 60 meses, se le está cobrando 27.12 por ciento promedio anual; a los trabajadores activos, 28.32 por ciento a 36 meses, y a 24 meses, 22.44 por ciento.
Entonces, ¿cuál es el objetivo que se persigue con este proyecto? Que haya mayor competencia, que se bajen las tasas y que los pensionados, quienes en cierto modo son esclavos porque no tienen otra manera de constituir garantía, puedan acceder a préstamos a tasas menores.
Ese es, a mi juicio, el espíritu del articulado.
En consecuencia, votaré a favor de este proyecto.
Sin duda, es preciso perfeccionarlo. Tenemos que preocuparnos de hasta cuánto puede endeudarse un pensionado, por ejemplo. Pero también sucede que la única forma en que estos sectores pueden acceder al crédito es a través de una caja de compensación. Y es necesario valorar el trabajo que dichas entidades desarrollan con respecto al esparcimiento, a las becas. Tampoco cabe satanizarlo todo, en este sentido, hay que considerar también los beneficios que les entregan a millones de trabajadores y pensionados.
Mas se requiere discutir el asunto. Estimo que se debe contemplar una apertura al sistema financiero, para que se pueda competir. Sin duda, se plantea lo relativo a las tasas. Sobre todo, podría acceder otro tipo de entidades en cuanto a los créditos mejor garantizados.
En consecuencia, señor Presidente, votaré a favor de la idea de legislar, en el entendido de que se debe tener mucho cuidado, porque se han abierto forados. Les aseguro a mis Honorables colegas que si las cajas de compensación no hubieran contado con la garantía a que se ha hecho referencia no estarían en el esquema crediticio.
Lo importante es avanzar y dar la posibilidad de que bajen las tasas y de que las personas más vulnerables, que carecen de acceso al crédito, recurran a otras entidades financieras.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, qué duda cabe de que la sociedad ha cambiado, en los últimos veinte años, en términos de cómo los trabajadores satisfacen tantas necesidades crecientes.
Una de ellas es la del endeudamiento y del crédito, cuya democratización ha determinado que distintos sectores de la sociedad busquen, por una parte, algunas alternativas de financiamiento, y otros, como oferentes, formas de segmentar o de establecer nichos de mercado que, en definitiva, logren masificarlo. Pero no siempre los consumidores tienen a su alcance una tasa de interés justa.
El motivo para que los autores del proyecto lo sometiéramos a discusión en el Senado es la distorsión en el rol de las cajas de compensación, que nacieron, en 1953, con el fin de administrar la asignación familiar. Eran institutos de previsión y, como tales, se les autorizó el descuento por planilla; pero, con el paso del tiempo y en los últimos años, han derivado también en la prestación de servicios financieros. Ello no es malo, mas lo realizan con la ventaja esencial que acabo de mencionar.
Y a la anterior se suma otra: como han presentado un carácter previsional, se les da la misma facultad de poder recurrir a los apremios existentes para el cobro de deudas de esa índole.
Entonces, las otras instituciones crediticias se encuentran en desventaja. Y es la situación que enfrentan cooperativas, bancos o financieras para atender con mejores condiciones a un afiliado a una caja de compensación o a un pensionado.
Lo curioso, señor Presidente, es que la tasa de riesgo establecida para estos pensionados es aparentemente muy alta, ya que, por lo general, el interés de los créditos es bastante más elevado que el promedio en los bancos y en algunos casos se halla en el tope. Sin embargo, vemos que las cajas de compensación otorgan el crédito como coadyuvantes del Estado. Entonces, ¿cuál es el riesgo? Y si no lo hay, ¿por qué no bajan el porcentaje que cobran?
Lo que pasa es que se aprovechan por ser las únicas que disponen del instrumento del descuento por planilla. En consecuencia, lo que estamos planteando en la iniciativa es extenderlo a otras entidades crediticias, para que a los pensionados, a los demás afiliados y a los trabajadores, en general, se les ofrezcan tasas más competitivas. Lo que queremos es que se abra el mercado y exista más competencia, así como también que cuenten con más oportunidades los trabajadores y los pensionados, quienes reciben las remuneraciones más bajas del país, no obstante lo cual una de sus pocas fuentes de financiamiento es el crédito que conlleva el mecanismo mencionado y que se aplica solo en el caso de las cajas de compensación.
Existe una asimetría en la relación de los pensionados o afiliados con esas entidades precisamente porque estos no pueden regodearse, no pueden buscar otra institución, pues no les dan crédito. Es mucho más fácil que lo consigan donde media el descuento por planilla.
Pero me parecen interesantes las observaciones planteadas en el debate.
He pedido que el proyecto -ha sido un acuerdo de la Comisión de Economía- pase a las Comisiones de Economía y de Trabajo, unidas, porque en esta última se aprobó una iniciativa de mi Honorable colega Chahuán, entre otros, que contempla el mismo principio, abriendo solo para las cooperativas la oportunidad de otorgar créditos con descuentos por planilla tanto a sus afiliados como a quienes no lo son. Entonces, demos la posibilidad a todos y realicemos el debate, en un solo acto, en Comisiones unidas y resolvamos el asunto.
El segundo aspecto que aborda el articulado que nos ocupa, señor Presidente, tiene que ver con el monto de los descuentos.
Es cierto lo dicho por el Senador señor Navarro: no puede haber un descuento por planilla ilimitado, porque el trabajador tiene que recibir un ingreso en efectivo al término del mes. Pero hago presente también que el tope existente para las remuneraciones más bajas es de 15 por ciento. Si el afiliado o pensionado quiere un crédito de 300 mil o 400 mil pesos, se lo conceden a cinco o siete años, y, en definitiva, paga cuatro o cinco veces el capital en puros intereses. No puede tomar un crédito de consumo a un plazo más corto, ya que sobrepasaría el límite del descuento.
Respecto del ejemplo que dio Su Señoría en el sentido de que el 80 por ciento de algunos trabajadores están copados con deducciones, eso es ilegal. Tiene que hacerse la denuncia correspondiente. El empleador no puede exceder lo que autoriza la ley.
En mi opinión, es preciso modificar el porcentaje en función del monto del crédito, de la cuantía del patrimonio o del ingreso del deudor y del plazo.
Se requiere hacer una distinción cuando se trate de créditos hipotecarios, caso en el cual se tiene que abrir la posibilidad de un descuento mayor. Y ello, a petición también de los funcionarios del Estado, sujetos a un tope en el descuento por planilla. Lo que planteamos es subir la deducción a un 30 por ciento, como máximo, y a un 40 por ciento en dichos créditos.
El Senador señor Navarro me sugirió la introducción de las variables del ingreso y del plazo.
Creo que las Comisiones unidas pueden hacer un buen trabajo, abrir el mercado y darles oportunidades a los pensionados y los trabajadores de obtener créditos más justos, a una tasa de interés más competitiva.
Gracias.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, como uno de los autores de la iniciativa, solo quisiera expresar, en relación con las preocupaciones manifestadas, que su propósito es evitar los abusos que se cometen con las tasas de interés.
Y, por cierto, no se desconoce un riesgo evidente en nuestro país: el sobreendeudamiento. Lamentablemente, es una realidad que escapa al sentido y a las posibilidades del proyecto de ley. De hecho, tiene lugar una discusión amplísima sobre el particular.
Pero uno de los aspectos que conducen precisamente a ese efecto son los excesos en el costo del crédito.
En consecuencia, pienso que la normativa en estudio contribuye, aunque sea en parte -e incluso si ello fuera levemente-, a evitar los abusos y a que estos repercutan en el sobreendeudamiento cuando las personas no cuentan con otras alternativas. Y, desde ese punto de vista, creo que contiene, en sí misma, elementos favorables para resolver las inquietudes expresadas en el curso del debate.
Gracias.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, solo quisiera reiterar lo planteado por el Honorable señor Tuma: que si la iniciativa es aprobada en general por la Sala, pase a las Comisiones de Economía y de Trabajo, unidas, para que se analicen en conjunto los proyectos a que se ha hecho referencia.
El señor NAVARRO.- ¿No se abrirá la votación, señor Presidente?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, en primer lugar, me sumo a la petición de que el proyecto sea visto por las Comisiones de Economía y de Trabajo, unidas, porque me parece que se registra una suerte de desorden en materia del descuento por planilla. Y si a eso se agregan aquellos otros con fuerza legal, como el de pensiones alimenticias, cabe concluir que algunos trabajadores y, en ciertos casos, pensionados prácticamente no perciben una remuneración líquida: todo se lo llevan las deducciones.
Ahora, deseo hacer hincapié en lo que está ocurriendo con los descuentos por planilla en el caso de los créditos que las cajas de compensación les otorgan a pensionados.
Hace pocos días conocí la situación de un señor de poco más de 80 años a quien le dieron un crédito a siete años. Lo más probable es que va a vivir para pagar y va a morir pagando. Me sorprendió que le estuvieran descontando más del 25 por ciento de su pensión. Para concederle el préstamo se recurrió a una artimaña: le pidieron presentar una receta que le prescribiera el uso de audífonos. Si bien no necesita estos aparatos, la consiguió porque quería obtenerlo. Entonces, gracias a ese documento, en lugar de descontarle el 25 por ciento de sus ingresos le deducen el 30, pues, según parece, la ley faculta de alguna manera para que el porcentaje sea mayor cuando se trate de elementos médicos. Lo hicieron acompañar la receta y una cotización de los audífonos. Nunca los compró y no los necesita.
Ese tipo de abusos, que vemos a diario, desgraciadamente, en relación con el sector de la tercera edad, con gente mayor que, muchas veces, intenta ayudar a sus hijos o a un nieto, tenemos que erradicarlos de alguna manera.
Tampoco es cuestión de quitar el acceso al crédito. No somos quiénes para declararlos interdictos a todos ellos y decirles: "Ustedes no podrán ser sujetos de crédito". No es la idea.
Pero se trata de que las cosas se hagan con criterio, el cual no es el caso, evidentemente, cuando se piden una receta médica o una cotización innecesarias, cuando se hace que alguien mienta al presentar un precio de audífonos. ¿Para qué? ¿Para darle un crédito mayor? ¿Para hacerle un descuento mayor? Es para tener siete años pagando a personas de más de 80 años.
Entonces, la idea del proyecto es permitir que otras instituciones, además de las cajas de compensación, sean oferentes de crédito.
Cuando se efectúa un descuento por planilla, en el caso concreto de las pensiones, el riesgo es bastante cercano a cero. Por lo mismo, debiera disminuir la tasa de interés. En lugar de prestar al 2,7 por ciento, a lo mejor ello se podría hacer perfectamente al costo de fondo, más el costo administrativo, o sea, a un 1,5 o un 1,7 por ciento. Multiplicado por los 84 meses a que se están entregando los créditos, ese uno por ciento menos mensual hace una tremenda diferencia.
Eso es lo que buscamos con la iniciativa: disminuir -no prohibir- las altas tasas de interés que hoy día les cobran por créditos a los pensionados, monto que descuentan a través de las planillas, directamente, los encargados de pagarles las pensiones.
Ojalá podamos ordenar tales deducciones y obtener una reducción de las tasas, particularmente en relación con los préstamos a personas de la tercera edad.
Gracias.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, lo primero es consignar que nos pronunciaremos sobre la aprobación del proyecto en general y que este va a pasar luego a las Comisiones de Economía y de Trabajo, unidas. En esa línea, voy a votarlo a favor, obviamente.
Pero, siguiendo un poco los lineamientos que acaba de explicitar el Senador señor García, quiero contar algo que me preocupa muchísimo y que dice relación con créditos que entregan las cajas de compensación a personas que reciben la pensión básica solidaria. Esa situación debiera ser abordada por el Ejecutivo y por nosotros, ojalá en las Comisiones unidas, porque se está registrando un hecho bastante lamentable. Y quiero graficarlo en un episodio que me aconteció hace poco tiempo, cuando me impuse del caso de captadores de préstamos que cometen un verdadero abuso con numerosos mayores de 80 años ignorantes por completo de la forma de proceder. A estos los hacen pedir una suma bastante superior a la que realmente necesitan, generalmente destinada a ayudar a un hijo, un pariente cercano, o a enfrentar un problema de salud, como la compra de lentes, etcétera, y se quedan con el resto de la plata. Así ocurrió, por lo menos, en el ejemplo que me tocó conocer. Y realicé un seguimiento del captador para que devolviera el dinero que había logrado de manera ilegal, ya que el adulto mayor afectado no tenía cómo defenderse.
Entonces, nos hallamos frente a un asunto especial. Por eso, tiene mucho sentido, a mi juicio, que el proyecto vuelva a Comisión y que veamos de qué manera podemos ayudar a corregir el abuso en que se incurre contra adultos mayores, fundamentalmente, en cuanto a la obtención de créditos, los porcentajes que debieran descontarse y la situación de endeudamiento que hoy día se presenta en el país, pero, además, la sanción que debiera aplicarse a inescrupulosos que cometen excesos enormes con personas que enfrentan una necesidad económica y se ven obligadas a entregarle parte del préstamo a quien se lo consigue.
Se trata de un hecho impresentable, el cual, desgraciadamente, ocurre en el contexto expuesto por el señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra.
Así que concurro con mi voto favorable, sobre la base de que contemos con un plazo para efectuar las modificaciones que hemos planteado en esta oportunidad.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, quisiera felicitar a los autores de la iniciativa, porque una de las reclamaciones más frecuentes -y varios señores Senadores han expresado también algo similar- que recibo en mis oficinas parlamentarias, tanto en la Región de Arica y Parinacota como en la de Tarapacá, dice relación con denuncias por abusos, como bien lo manifestó el Honorable señor García, en cajas de compensación.
El Senador señor Tuma mencionó un tope de 15 por ciento del ingreso para el efecto del descuento. Sin embargo, los subterfugios expuestos por el Honorable señor García se utilizan, al parecer, mucho más de la cuenta, porque me ha tocado ver casos de personas que reciben un líquido de un 50 o un 60 por ciento de su pensión, con un descuento de más de un 30 por ciento.
Tratándose de pensiones muy bajas, con un aporte previsional solidario, o de la misma pensión básica solidaria, sus titulares -aquí se dijo una frase que me gustó mucho y que repito- van a vivir para pagar y van a morir pagando. Porque, efectivamente, eso es lo que ocurre.
Este es un buen momento para abordar diversos aspectos relacionados con las cajas de compensación, que disfrutan de varias ventajas. Cabe señalar los descuentos por planilla y todas las facultades y mecanismos para realizar los cobros. Pero, además, hay otro tema, que tiene que ver con su función de administrar ciertos recursos, para lo cual el Estado les entrega fondos. El mismo día del pago -cosa que, entiendo, no es legalmente aceptable-, a los adultos mayores, a los pensionados les ofrecen préstamos en las condiciones que aquí se han señalado. Efectivamente, como existe un tope, se dan créditos a seis, siete, ocho años, con tasas de interés realmente altísimas, que pueden llegar a 50 por ciento anual, según me decían. Estamos hablando de 5 por ciento mensual, en circunstancias de que hoy la banca privada ofrece 0,78, en algunos casos.
Por lo demás, estos créditos tienen un riesgo muy bajo, como aquí se ha expresado: descuentos por planilla, mecanismos de apremio, de cobro, por todos conocidos.
Según conversábamos con el Senador Tuma, sería mucho más pertinente que a dichas instituciones las fiscalizara la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras en vez de la Subsecretaría de Previsión Social, como sucede hoy día.
Simplemente, deseaba mencionar que apoyo este proyecto.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón. Luego, procederemos a votar.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, creo que esta iniciativa parlamentaria es muy interesante y la voy a aprobar. Pero me parece que tenemos que revisar el contexto de su normativa.
Los créditos sociales, que son los que originan el descuento por planilla en las remuneraciones de los trabajadores del sistema de cajas de compensación, se establecieron dentro de un contexto histórico, cual era el de que los afiliados de aquellas pudieran cubrir sus necesidades en el ámbito de la seguridad social.
Cuando uno compara los créditos otorgados por dichas instituciones con los de la banca, se da cuenta -y lo digo como ex Superintendenta de Seguridad Social- de que los primeros no son más caros, sino más baratos. ¿Por qué? Porque tienen el beneficio del descuento por planilla y están asociados a la idea de una prestación determinada.
Eso, probablemente, no se ha cumplido rigurosamente con el tiempo. Y existen situaciones, ya descritas por mis colegas, que obviamente son anómalas y suponen situaciones de abuso respecto de los imponentes: que los esperen a la salida del pago de sus pensiones, que les ofrezcan ciertos beneficios asociados a la contratación de un crédito, en fin, numerosas denuncias que a todos nos ha tocado escuchar en nuestras distintas oficinas parlamentarias.
Pienso que este elemento no puede quedar al margen de la discusión legislativa, pues la garantía de que una entidad -llámese caja de compensación, banco, institución financiera, casa comercial, etcétera- pueda descontar por planilla, de la remuneración de un trabajador o un pensionado, la cuota de un crédito debe ir asociada a la idea de que tal crédito cumple un fin. ¿Por qué? Porque aquella tendrá la certeza de que este le será pagado, dado el descuento automático de la remuneración o pensión.
Por lo tanto, no puede tratarse de cualquier crédito. Desde luego, no puede ser un préstamo para la compra de un bien suntuoso, sino de uno que cumpla una finalidad social. Tal fue el fundamento del legislador para establecerlo en el caso de las cajas de compensación. Deben ser créditos asociados a estudios, a viviendas, a situaciones médicas, en fin, que tengan cierta prevalencia sobre cualquier otro que dé una institución financiera e incluso las propias cajas de compensación.
Tal como lo dijeron el Senador Bianchi y otros colegas, esta es una discusión que deberemos efectuar detenidamente en el debate en particular, para tomar los resguardos del caso.
Además, señor Presidente, debemos limitar el monto del endeudamiento. Como ya se indicó aquí, el nivel de endeudamiento de las personas en nuestro país es altísimo, y, si nosotros les entregamos más facilidades a las instituciones para que coloquen créditos y los descuenten de las remuneraciones o de las pensiones, va a seguir subiendo.
Asimismo, tenemos que ser tremendamente rigurosos en las exigencias que les fijemos a las instituciones que participarán en este sistema, porque todos nosotros sabemos que las personas desconocen finalmente las condiciones en que se les otorgan los créditos y cómo estos se repactan y aumentan en sus montos.
Es un tema relevante que nosotros, como legisladores, deberemos analizar bien a la hora de discutir en particular esta iniciativa.
Gracias, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Muñoz Aburto.


El señor MUÑOZ ABURTO.- Señor Presidente, este es un buen proyecto, inspirado, a mi juicio -no lo he conversado con su autor-, en la idea de regular los créditos, especialmente los que otorgan las cajas de compensación de asignación familiar.
Lo señalo de esa manera, porque, indudablemente, las cajas están beneficiadas, en comparación con otras instituciones financieras, en el otorgamiento de los créditos, que en este caso tienen el carácter de sociales.
Y quiero citar un ejemplo que grafica el abuso con que actúan tales entidades, ya denunciado por otros colegas.
Conozco el caso de una señora a quien se le concedió un préstamo por 300 mil pesos y cuyo pago fue fijado arbitrariamente por una caja de compensación en 80 cuotas. Esto significa un monto final, al momento de extinguirse la obligación, de 1 millón 400 mil pesos. Indudablemente, aquí estamos frente a una entidad que tiene más de financiera que de social y que perjudicó ostensiblemente a la persona que solicitó el crédito.
Por desgracia, no hay normas que fiscalicen o regulen el funcionamiento de tales instituciones. El Senador Tuma, autor de la iniciativa, me decía que tal responsabilidad recae en la Superintendencia de Seguridad Social, pero esta, sin duda, no fiscaliza ni norma la operación de las cajas de compensación. Por eso se producen estos abusos: porque no existe un organismo superior que pueda sancionar, por ejemplo, el excesivo cobro de intereses o la excesiva fijación de cuotas que realizan las cajas de compensación.
Tal como lo han hecho otros Senadores, sugiero que en la discusión particular se analice la posibilidad de establecer una fórmula para que la Superintendencia de Seguridad Social realice un efectivo control sobre las cajas de compensación, con el objeto de terminar con los abusos que se cometen contra el sector activo y, fundamentalmente, el sector pasivo, cuando solicitan créditos en esas instituciones.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- En votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (25 votos a favor).
Votaron las señoras Alvear, Pérez (doña Lily) y Rincón y los señores Bianchi, Coloma, Escalona, Espina, García, García-Huidobro, Horvath, Kuschel, Lagos, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Letelier, Muñoz Aburto, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Rossi, Sabag, Tuma, Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, solicito que se considere mi voto afirmativo.
El señor NAVARRO.- Y también el mío.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Se dejará constancia de las intenciones de voto favorable de los Senadores señores Chahuán y Navarro.
La iniciativa pasaría, para su segundo informe, a las Comisiones de Economía y de Trabajo y Previsión Social, unidas.
Se ha pedido, si le parece a la Sala, que se refunda con la que autoriza descuentos de remuneraciones destinados a cooperativas (boletín N° 6991-13), radicado en la segunda de ellas, que aborda la misma materia.
Además, se tiene que fijar plazo para indicaciones.
La señora RINCÓN.- Perdón. ¿A qué Comisión pasaría el proyecto?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Se ha solicitado que vaya a Comisiones unidas de Economía y de Trabajo.
La señora RINCÓN.- Entonces, no tengo ningún inconveniente en que se refundan ambas iniciativas.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- ¿Alguna sugerencia como plazo para indicaciones?
La señora RINCÓN.- El lunes 12 de marzo.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo?
--Se accede a refundir el proyecto con la iniciativa que autoriza descuento de remuneraciones destinadas a cooperativas y se fija plazo para formular indicaciones hasta el lunes 12 de marzo.