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EXTENSIÓN DE POSNATAL


El señor GIRARDI (Presidente).- Esta sesión especial ha sido convocada para tratar el proyecto de ley, iniciado en mensaje, en primer trámite constitucional, en materia de duración del descanso de maternidad, con certificados de las Comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Salud, unidas, y de la Comisión de Hacienda, y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (7526-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En primer trámite, sesión 1ª, en 15 de marzo de 2011.
Certificados de Comisión:
Trabajo y Previsión Social y Salud, unidas: sesión 20ª, en 19 de mayo de 2011.
Hacienda: sesión 20ª, en 19 de mayo de 2011.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario General.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Las Comisiones unidas discutieron el proyecto en general y en particular, de conformidad con el acuerdo adoptado por la mayoría de los Comités el día 17 de mayo, y aprobaron la idea de legislar por la unanimidad de sus integrantes, Senadores señora Rincón y señores Bianchi, Chahuán, Girardi, Kuschel, Longueira, Muñoz Aburto, Ruiz-Esquide, Rossi y Uriarte.
En cuanto al debate en particular, las Comisiones unidas dejan constancia, en las páginas respectivas del certificado, de las votaciones producidas respecto del articulado.
Al respecto, cabe señalar que una serie de artículos e incisos fueron acogidos por mayoría de votos y otras disposiciones resultaron rechazadas de igual forma. El resto de la normativa fue aprobado por unanimidad.
La Comisión de Hacienda, por su parte, luego de analizar los artículos de su competencia, les dio su aprobación por la unanimidad de sus integrantes (Senadores señores Escalona, Kuschel, Lagos, Longueira y Andrés Zaldívar), en los mismos términos en que lo hicieron las Comisiones unidas.
Corresponde indicar que los artículos 1° y 2° permanentes y Primero a Tercero Transitorios tienen el carácter de normas de quórum calificado, por lo que requieren para su aprobación el voto favorable de 18 señores Senadores.
Sus Señorías tienen a la vista un boletín comparado que transcribe las normas pertinentes del Código del Trabajo y del decreto con fuerza de ley que establece normas comunes para los subsidios por incapacidad laboral; el texto del mensaje y las normas aprobadas por las Comisiones unidas, las cuales no fueron objeto de enmiendas por parte de la Comisión de Hacienda.
El señor GIRARDI (Presidente).- En discusión general el proyecto.
El señor GARCÍA.- Deseo hacer una consulta, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, dado que suscribí un pareo con el Honorable señor Eduardo Frei, me interesa saber cuáles artículos requieren quórum especial y cuáles no. Porque en los primeros emitiré pronunciamiento, mientras que en los segundos respetaré el pareo señalado.
Necesito conocer esa información previamente, ya que la votación de la iniciativa se abrirá a las 15:30.
El señor GIRARDI (Presidente).- El señor Secretario General contestará su inquietud, señor Senador.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Son normas de quórum calificado los artículos 1º y 2º permanentes, y Primero, Segundo y Tercero Transitorios.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la señora Ministra del SERNAM.


La señora SCHMIDT (Ministra Directora del Servicio Nacional de la Mujer).- Señor Presidente, hoy se votará la iniciativa que extiende el posnatal a seis meses. Se trata de un proyecto que significa un cambio histórico en la mirada de hacer políticas públicas en nuestro país; que ha sido ampliamente anhelado no por las madres de Chile, no por las mujeres de nuestra patria, sino por nuestros niños, por nuestras familias y por el mayor valor que tal medida representa en una nación donde efectivamente aquellos son el futuro para quienes vivimos en ella.
Por eso, quizás, esta iniciativa tan trascendente ha demorado muchos años en ver la luz, ya que implica un avance y una inversión para el porvenir de Chile.
Todos los estudios muestran cómo cambia un niño cuando se desarrolla no solamente en su ámbito educacional y cognitivo, sino también en algo que es más importante: en el terreno afectivo.
Sin embargo, vemos con tristeza cómo la tasa de natalidad va decreciendo en nuestro país con tanta fuerza. Hoy día ese fenómeno -que no se da únicamente en Chile, sino en el mundo entero- tiene una respuesta clara para poder revertirlo y salir adelante.
La extensión del posnatal a seis meses es uno de esos pasos fundamentales que se necesitan para modificar la forma en que se hacen las políticas públicas en nuestro país. Para ello invertimos en capital humano. No es la solución a todos los problemas, pero implica un salto radical en la calidad de vida de las madres trabajadoras de nuestro país, de la familia y, sin duda, de los niños.
Creo que la discusión parlamentaria debe apuntar más allá de los intereses políticos y partidistas que cada uno, legítimamente, puede perseguir.
Y debemos tener la grandeza de dar este tremendo salto como nación, el que ha de hacerse con justicia, pensando no solo en los niños y las madres que han contado con más oportunidades en la vida, sino particularmente en aquellos menores que hoy no poseen nada.
Dejo entregada al Parlamento la aprobación de este importante proyecto de ley, que -como dije- significa dar un salto fundamental hacia el futuro de Chile. Me asiste la confianza de que en el Senado será tramitado y acogido con altura de miras, para que los niños de nuestro país tengan un gran porvenir.
Muchas gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Senado, para mí es un privilegio dirigirme a esta Sala con motivo de una iniciativa legal a la que aspiramos durante largos años.
Cuando era miembro de la Cámara Baja, junto con los Diputados señor Accorsi, señora Rubilar y señor Rossi, y otros parlamentarios que nos acompañaron, presentamos al menos cuatro proyectos de acuerdo justamente en la idea de lograr un posnatal de seis meses.
Nos reunimos sin cesar con los Ministros de Salud; buscamos alternativas, y finalmente la Administración de la ex Presidenta Michelle Bachelet no mostró disposición para avanzar en esta materia.
Y también formulamos múltiples proyectos de acuerdo para terminar con lo que nos parecía un verdadero fraude: las licencias médicas falsas, aspecto que estimamos relevante.
Pero me concentraré en el tema que hoy día nos convoca.
Los efectos benignos del posnatal se manifiestan a través de diversas formas. Algunos podrán decir "el apego"; otros han señalado, incluso ciertos estudios, que convierte a los seres humanos en hombres más felices, que genera personas más responsables.
Sin lugar a dudas, el posnatal es una medida que ha impulsado el presente Gobierno y que fue parte de los compromisos presidenciales. Y en menos de un año, finalmente, el Presidente de la República está respondiendo con un proyecto de ley en el Parlamento.
Ahora bien, quiero reclamar del Senado ese punto de encuentro, aquel lugar en el cual surgían los grandes acuerdos nacionales. Porque la verdad es que hoy, a las 6 de la mañana, salí apesadumbrado de las Comisiones unidas de Trabajo y de Salud, por cuanto pensé que había un espacio para generar un acuerdo.
Buscamos incesantemente ese consenso con la Concertación; nos reunimos con los Senadores Ximena Rincón y Fulvio Rossi tratando de encontrar puentes a fin de lograr una mejor legislación para Chile, y al final, al inicio de la reunión de la Comisión, nos sorprendimos de que no fuera posible que él se concretara.
Y recurrimos, entonces, al acuerdo que ya se había materializado mediante contactos con el Senador Bianchi, con los Diputados independientes y con los del PRI y del PRO, al objeto de generar una legislación o un proyecto perfeccionado. Frente a ello, le pedimos al Gobierno que realizara un esfuerzo y extendiera la cobertura del posnatal, para que el 60 por ciento de las mujeres más vulnerables pudieran sentirse parte también y acceder a ese beneficio. ¡Se trata del 60 por ciento de las personas más vulnerables, el pilar solidario de las políticas sociales de la Presidenta Bachelet!
Por eso era tan importante ampliar la cobertura.
Hoy día 170 mil mujeres podrán acceder a un posnatal y, además, existirá la posibilidad de hacerlo extensivo a las trabajadoras con contrato de trabajo a plazo fijo, o por obra o faena, beneficiándose así a nuestras temporeras, a quienes hoy día no disponen de una formalidad en sus contratos.
Por otro lado, buscamos fórmulas para mantener el fuero de la mujer. Esta fue una petición que justamente se la hicimos al Gobierno.
En ese mismo contexto, señor Presidente, abordamos la situación de las mujeres que se desempeñan en el ámbito del sector público, para las cuales también se contempló el beneficio y se flexibilizaron las medidas.
Por lo tanto, hubo avances sustantivos.
Quisiera destacar -aprovechando la presencia en esta Sala de la Diputada Carolina Goic, quien luchó por sacar adelante este proyecto de ley en la Cámara Baja- la voluntad que ella tuvo en su oportunidad para avanzar en esta materia.
Y, finalmente, logramos los acuerdos. Los conseguimos con la Coalición por el Cambio, con los Diputados independientes, con el Senador Bianchi, con el PRO, con el PRI. Ahora esperamos poder destrabar la iniciativa en la Cámara Baja.
El día de ayer, en una sesión acalorada -yo diría, llena de eufemismos, de situaciones poco ejemplificadoras para la política chilena-, nos vimos enfrentados a un error por parte de la Concertación, la cual, en la búsqueda de corregir algunas normas, al momento de votar el artículo 197 bis, dejó sin financiamiento este proyecto de ley.
El señor ROSSI.- ¡Falso!
El señor CHAHUÁN.- ¡Y lo cierto es que hoy día quiero decirles que el Gobierno está dispuesto a poner los recursos, porque no quiere que el proyecto se transforme en letra muerta!
¡El Ejecutivo buscará las alternativas para hacerlo presentando las indicaciones correspondientes!
Pero también, señor Presidente, debo expresar responsablemente que aquí se ha actuado en términos de poder ampliar la cobertura del posnatal. Y le pedimos a la Oposición que sea capaz de apreciar el gran esfuerzo que ha hecho el Gobierno en orden a perfeccionar la iniciativa original.
Estamos enfrentados, sin lugar a dudas, a situaciones vinculadas con materias que es preciso relacionar. En la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados se halla en tramitación un proyecto de ley sobre fraude por licencias médicas.
Hoy día en nuestro país se pagan mil 100 millones de dólares por concepto de licencias médicas; 800 millones corresponden al sector público. E informes no controvertidos y transversales señalan que 250 millones de dólares tienen que ver justamente con fraudes y que, de esa cifra, 180 millones conciernen a licencias por enfermedad grave del hijo menor de un año.
Por lo tanto, hay que generar las condiciones que nos permitan liberar recursos. Estamos hablando de casi 100 millones de dólares que van a contribuir al financiamiento de este proyecto, que es emblemático y del cual me siento orgulloso.
Quiero felicitar a la Ministra del SERNAM y a los Ministros Secretario General de la Presidencia y de Salud, quienes se han empeñado justamente en perseguir la consecución de esta iniciativa.
Deseo expresar que estoy orgulloso además de que el Presidente Piñera, a poco más de un año de haber asumido el cargo, haya cumplido con una agenda social sólida. Ha cumplido con las promesas de campaña, como la relativa a la iniciativa sobre la eliminación del 7 por ciento de descuento de salud de los pensionados. Ha avanzado en términos de enviar a tramitación el proyecto "bodas de oro", el del ingreso mínimo ético familiar y uno tan importante como el del posnatal.
Sin lugar a dudas, se trata de una medida que va a beneficiar a cientos de miles de chilenos y que va a significar un cambio radical en la manera de entender el desarrollo. Porque hoy día en Chile tenemos dos países -lo conversábamos ayer con el Ministro Larroulet- que coexisten profundamente: uno, con cifras macroeconómicas que le permiten acceder a la OCDE, y otro, que constituye una verdadera vergüenza moral, con una pésima distribución del ingreso.
Por eso, lo que podamos invertir ahora en nuestros niños para generar jóvenes con más apego, con mayor responsabilidad y también más comprometidos con su entorno, sin lugar a dudas, va a significar una inversión fundamental en capital humano, como señaló la Ministra del SERNAM.
Ojalá que el clima que vivimos ayer en las Comisiones unidas de Salud y de Trabajo y Previsión Social no se vuelva a repetir, por el prestigio del Congreso Nacional y por la tradición republicana.
¿Es legítimo tener diferencias? Por supuesto que sí, así como también lo es el que ellas se diluciden en el Parlamento a través de las votaciones. No obstante, debo decir que las confianzas, cuando se entregan y no se cultivan o no se responde a los planteamientos en tiempo y oportunidad, se van deteriorando.
Por eso, llamo a que el Congreso Nacional restablezca ese punto de encuentro entre todos los chilenos y a que podamos destrabar una agenda social importante.
Estamos conscientes de que somos minoría en el Parlamento. Por ende, creemos que los acuerdos son relevantes para sacar adelante las 7 reformas estructurales planteadas por el Presidente Piñera. Y reformas sociales como la del posnatal resultan por completo necesarias.
En consecuencia, votaré a favor de este proyecto. Me siento orgulloso del Gobierno del Presidente Piñera, así como también de los Ministros de Estado que han impulsado una reforma que no tiene parangón...
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
Le ruego que redondee la idea.
El señor CHAHUÁN.-...una reforma que, de seguro, va a marcar un cambio radical en la construcción de un futuro con más equidad para las generaciones venideras.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina.
El señor ESPINA.- Señor Presidente, ¿por qué no alterna los oradores de las distintas bancadas?
El señor GIRARDI (Presidente).- Señor Senador, prefiero hacerlo en función del orden de prelación a medida que se pide la palabra.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, este uno de los proyectos más importantes que ha discutido el Parlamento en cuanto a la salud de los niños. Porque su enfoque apunta fundamentalmente a lograr que los niños y niñas, producto de la extensión del posnatal de 3 a 6 meses -todos los estudios y análisis realizados concluyen lo mismo-, mejoren de manera notable su condición no solo de salud física, sino además su preparación para enfrentar el futuro.
Por lo tanto, el Presidente Sebastián Piñera -y el Gobierno-, a través de esta iniciativa y de todas las reformas que ha impulsado en materia educacional, marca un hito en la preocupación de cómo avanzar en la protección de nuestros niños, respecto de los cuales se habla tanto y a veces se hace tan poco.
Este proyecto tiene 3 ejes centrales.
En primer término, aumenta el posnatal de 3 a 6 meses, con lo cual se incorporan 12 nuevas semanas para que las madres puedan estar con sus hijos y les permite trasladar 2 semanas del pre al posnatal. Y establece un límite para esa extensión, de 30 unidades de fomento (650 mil pesos aproximadamente), a fin de que las madres con un ingreso superior tengan la posibilidad de trabajar media jornada.
La iniciativa cubre al 83 por ciento de las mujeres que trabajan. Ello constituye un tremendo avance.
En segundo lugar, incrementa la cobertura para quienes hasta hoy no han gozado ni un día de posnatal. Y la extiende al 60 por ciento de las mujeres más pobres del país que no están trabajando. Por consiguiente, si ellas tienen un contrato a plazo fijo, o por faena u obra y no se hallan trabajando, por primera vez en la historia de Chile van a tener derecho al posnatal. Ello significa un universo potencial de 160 mil 883 mujeres.
Nada de eso se llevó a cabo en el pasado. Mucho se habló, pero no se hizo.
Este Gobierno, ante todo, se preocupa de las mujeres modestas, humildes, de nuestro país, respecto de las cuales nadie recordaba que carecían de posnatal; nadie recordaba que, si eran temporeras, si no estaban trabajando, no tenían posnatal. Y el Ejecutivo, en el ánimo de avanzar en la dirección correcta: la protección de los niños y de su salud, por primera vez en la historia nacional concede este beneficio en la propuesta del Presidente Piñera.
En tercer término, en relación con el fuero actual, luego de los análisis y debates producidos, finalmente no lo toca y lo mantiene en las condiciones en que se encuentra.
En los debates que sostuvo con la Concertación -donde hubo muchísimas reuniones y mostró toda la flexibilidad para perfeccionar un proyecto como se debe- el Gobierno finalmente concedió, de común acuerdo con todos, avances al proyecto que lo enriquecen y lo mejoran.
No obstante lo anterior, durante la discusión en particular ayer -ya se analizará en su momento- los parlamentarios de la Concertación decidieron rechazar una serie de disposiciones legales y no gestar un acuerdo de unidad, que era lo que el Senado hacía en momentos de mucha más confrontación y tensión, como en la década de los 90, cuando éramos capaces de llegar a acuerdo en materias extraordinariamente importantes y trascendentes para el país.
Considero que esta es una muy buena iniciativa; creo que constituye realmente uno de los avances más revolucionarios en materia de protección de la salud de los niños, y serán las futuras generaciones las que tomarán conciencia del enorme esfuerzo realizado.
Pero además quiero plantear ahora un asunto de constitucionalidad y pedir que se declare inadmisible una votación efectuada en las Comisiones unidas ayer porque, a mi juicio, se violó flagrantemente la Constitución.
Lo que se hizo en el caso del artículo 197 bis fue eliminar, por mayoría de la Concertación, el tope de hasta 30 unidades de fomento que contemplaba el proyecto para aquellas madres a las que se les extiende el posnatal de 3 a 6 meses. Y eso significa, sin duda, un gasto para el Estado que no se puede dejar de analizar en el procedimiento...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Les ruego a quienes se hallan en las tribunas mantener silencio.
Puede continuar, Su Señoría.
El señor ESPINA.- Este proyecto, señor Presidente, con lo que votó la Concertación ayer, se quedó sin financiamiento. Porque en el artículo 197 bis se eliminó la norma que establecía los recursos previstos para ello, con lo cual se aumentó de manera improcedente el gasto. Eso vulnera nuestra Constitución y la Ley Orgánica del Congreso Nacional, que en forma expresa le prohíben al Parlamento aumentar los gastos de una iniciativa.
Lo que me preocupa del debate habido es esencialmente que por primera vez -no recuerdo otra ocasión desde el año 90- se viola de manera flagrante la Carta Fundamental en una norma que hasta ahora, coincidentemente, tanto el Gobierno como la Oposición habían acatado y respetado.
Recuerdo las innumerables oportunidades en que, durante los debates habidos en el pasado, se presentaron propuestas de modificaciones legales que, en definitiva, eran inconstitucionales. Pero todas se rechazaban, pues existía consenso en cuanto a que nuestro primer deber era velar por el respeto a las normas dictadas por nosotros mismos para convivir democráticamente.
Por lo tanto, señor Presidente, hago reserva de constitucionalidad. Y reitero que lo que ha hecho la Concertación es, lamentablemente, dejar el proyecto sin financiamiento. En efecto,...
--(Manifestaciones en tribunas).
...eliminó normas que son cruciales para despacharlo.
Y quisiera tocar otro aspecto de fondo, señor Presidente.
No hay peor cosa, cuando se tramita una iniciativa de esta naturaleza, que intentar obtener más de lo que indica cualquier reflexión de sentido común.
Esta normativa tiene logros en materia de extensión del posnatal -y lo saben los parlamentarios de la Concertación- que representan un avance francamente gigantesco.
Pues bien, la Oposición está planteando quedarse sin la glosa que dice "Este subsidio se financiará con cargo al Fondo Único de Prestaciones Familiares del decreto con fuerza de ley N° 150, de 1981, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.".
Al suprimirse esa frase, el proyecto queda sin los recursos necesarios para su financiamiento.
La decisión en tal sentido, señor Presidente, no solo viola la Constitución, sino que además traspasa los límites del derecho a tener entre las partes un debate con miras a perfeccionar una proposición de ley.
Se discutieron en las Comisiones normas para el perfeccionamiento de los derechos laborales, y fueron aprobadas.
Se debatió también en torno a la cobertura. Y es aquello a lo que le doy más valor, porque represento a una Región donde muchas temporeras serán beneficiadas con esta iniciativa.
Creo sinceramente, pues, que paso a paso el Gobierno no solo va cumpliendo su Programa, sino que asimismo, en lo fundamental, va preocupándose del mayor capital que tiene un país: sus niños. Y ello, en la etapa más crucial de sus vidas: cuando nacen y, por ende, necesitan estar más cerca de su madre.
Por las razones expuestas, votaremos a favor de la idea de legislar, con la reserva de constitucionalidad que planteé.
El señor GIRARDI (Presidente).- Antes de continuar dando la palabra, solicito autorización para que ingresen a la Sala la señora Directora de Presupuestos, el señor Subsecretario General de la Presidencia y la señora Subdirectora del Servicio Nacional de la Mujer.
El señor GÓMEZ.- ¿Podrían entrar también los asesores, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Si hay autorización para ello, por supuesto.
El señor PIZARRO.- Nunca lo hemos aceptado. No corresponde, pues, hacerlo ahora.
El señor ORPIS.- Así es.
El señor GÓMEZ.- Entonces, no doy la unanimidad.
El señor GIRARDI (Presidente).- No hay acuerdo para el ingreso de las autoridades que mencioné.
Tiene la palabra el Senador señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, yo quisiera ir al fondo del proyecto. Sin embargo, no puedo sino señalar que me empieza a agotar este discurso repetido de "los acuerdos".
En el Congreso Nacional se llega a acuerdo entre Gobierno y Oposición cuando lo convenido, más que ser bueno para el conglomerado de uno u otra, es bueno para la gente, para los ciudadanos.
Ese es el sentido profundo de la construcción de un acuerdo.
Pues bien: la Concertación decidió no llegar a acuerdo en esta oportunidad, a pesar de los esfuerzos que se hicieron -reales, legítimos-, porque pensamos que ejerciendo nuestra mayoría, como corresponde en democracia, íbamos a obtener ventajas superiores, no para nuestra coalición, sino para las mujeres, los niños y sus familias.
Porque el acuerdo a que nos quería llevar el Ejecutivo significaba, entre otras cosas, discriminar contra un grupo importante de mujeres que no son ricas, contrariamente a lo que decía ayer un parlamentario de la Alianza: aquellas que ganan un sueldo de 520 mil pesos son mujeres de clase media, de esfuerzo, profesionales.
Por lo tanto, no nos convenía arribar a un acuerdo.
--(Aplausos en tribunas).
Hacerlo significaba sacrificar a esas mujeres y, también, renunciar a un importante instrumento de protección: la licencia por enfermedad grave del niño menor de un año.
El señor PROKURICA.- ¡Ustedes no lo hicieron en 20 años...!
El señor ROSSI.- ¿Por qué íbamos a llegar a un acuerdo que implicaba sacrificar el derecho de los niños y niñas, garantizado en tratados internacionales, a tener a su padre o a su madre acompañándolos en el hospital o en su hogar en caso de una enfermedad de aquella índole?
El señor PROKURICA.- ¿Por qué no lo hicieron en 20 años como Gobierno...?
El señor GIRARDI (Presidente).- Señores Senadores, la única manera de llevar adelante la sesión...
El señor ROSSI.- Que se descuente el tiempo de las interrupciones, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).-...sin dar un espectáculo es manteniendo la calma y escuchando y respetando a quien está haciendo uso de la palabra.
Le ruego al Honorable señor Hernán Larraín que vuelva a su asiento.
El señor LARRAÍN.- ¿Y el colega Muñoz Aburto puede estar de pie...?
El señor GIRARDI (Presidente).- Puede continuar el Senador señor Rossi.
El señor ROSSI.- Muchas gracias.
Sigo insistiendo, señor Presidente: llegar a un acuerdo implicaba que un economista tuviera más importancia que un pediatra a la hora de determinar qué enfermedades pueden ser objeto del derecho de la madre o del padre a estar con su hijo o hija en caso de enfermedad.
¡Eso significaba el acuerdo!
¿Saben lo que implicaba además? Que el traspaso de una parte de la extensión del posnatal de la madre al padre -todos lo compartíamos, porque el cuidado de los hijos debe ser de a dos: la corresponsabilidad es muy relevante- se hiciera sobre la base del salario de la mujer, el cual en Chile, lamentablemente -queremos cambiar esta situación-, es hoy 30 por ciento más bajo que el del hombre.
El señor PROKURICA.- ¡Estuvieron 20 años, y nada...!
El señor ROSSI.- Por tanto, el permiso parental -así se denomina la figura- era letra muerta.
¡Por eso no quisimos llegar a un acuerdo! ¡Porque nos ganamos el derecho a ejercer la mayoría! ¡Y esa mayoría es buena para Chile! ¡Y es buena para las mujeres y para los niños!
Entonces, no hay que seguir con la cantinela y el discurso reiterativo, que agota, que cansa, de señalar que la Concertación no quiso concurrir a un acuerdo.
No quisimos hacerlo porque nos dimos cuenta de que por esta vía, votando, deliberando democráticamente, de cara al país, ganaba la gente.
Y quiero decir, también de cara al país, que ayer propusimos transmitir la sesión por televisión, pues deseábamos que el debate de esta materia de interés público fuera seguido por todos los chilenos y chilenas.
Porque hoy día la gente se informa por una cuña televisiva.
Es refácil decir: "La Concertación no quiere una extensión del posnatal". Pero cuando la gente conoce la letra chica -y por ahí anda mi amigo Quintana con una lupa para tratar de leerla- cambia su percepción.
La letra chica es harta, señor Presidente. ¡Y tan chica es que llega a distorsionar y transformar la idea matriz de la iniciativa!
Porque -fíjense- este proyecto es un poquito mentiroso y engañoso.
Durante la campaña se dijo: "¡Vamos a extender el posnatal!".
El beneficio llega hoy día a 66 UF; este es el tope.
Y el Gobierno expresa: "posnatal parental". ¿Saben para qué? Para cambiar el nombre, porque con un subsidio menor no podía decir "posnatal" como se establece en la normativa pertinente.
Ahora, el permiso, según manifesté, de parental no tiene nada. El precepto pertinente es letra muerta. Lo que se plantea no va a ocurrir. No habrá ningún traspaso. Y ello, justamente porque existe una mirada economicista y no una visión que se centre en el niño, en su cuidado, en su apego a la madre, en la lactancia. Estos son los principios fundamentales que deben motivar una iniciativa como la que nos ocupa esta tarde.
Gracias a la Concertación, señor Presidente, hoy el proyecto es mejor.
Acá están los Ministros Ena von Baer y Larroulet. Faltan otros que nos acusaron de actuar como el perro del hortelano, de que hacíamos zancadillas, de que éramos obstruccionistas. Y nos pedían que aprobáramos el proyecto como estaba. Les respondimos: "¡No! Porque es malo, implica retrocesos en materia de derechos adquiridos de las mujeres. ¡No lo vamos a aprobar!".
¡Y nos dieron la razón!
--(Aplausos en tribunas).
¿Saben por qué? Porque se percataron de que la ciudadanía estaba abriendo los ojos y se daba cuenta de que no era un buen proyecto. El Gobierno, entonces, corrió a cambiarlo.
¡Cómo va a ser bueno un proyecto que "por el lado" plantea una reforma laboral que le quita a la mujer tres meses de fuero!
¡Cómo va a ser bueno que una funcionaria pública que trabaja a contrata pueda ser despedida estando embarazada o teniendo un hijo recién nacido!
¡Cómo va a ser justo que la mujer que cumple una jornada parcial deba dejar de amamantar o alimentar a su hijo porque el proyecto, mediante subterfugios, le quita el derecho a hacerlo!
La verdad, señor Presidente, es que estábamos frente a una iniciativa mezquina en cuanto a recursos. Y lo dijo ComunidadMujer, organización que no es de Izquierda precisamente: "Este es un proyecto mezquino".
¿Saben cuánto se gastaba inicialmente en aumentar la cobertura? 10 millones de dólares.
¿Saben cuál era el incremento de la cobertura, en términos de mujeres madres, en el período de un año? Solo 6.500. ¡Hoy es 85.000!
El señor LONGUEIRA.- ¡100 mil!
El señor ROSSI.- 100 mil es el universo completo.
Dije "mujeres madres". Y estas son 6.500.
La Concertación sostuvo que la cobertura debía ser universal. ¿Por qué? Porque nosotros pensamos -y aquí radica la diferencia profunda existente entre la Concertación y la Alianza por Chile- que se trata de una sustitución y no de un subsidio; porque pensamos que la mujer trabajadora que se embaraza no tiene que ser castigada con una merma en su salario, en su ingreso.
¡Esa es la cuestión de fondo!
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Discúlpeme, señor Senador.
Primero, les pido por segunda vez a los asistentes a las tribunas que no se manifiesten.
Segundo, a Sus Señorías les solicito no interrumpir a quien está usando de la palabra.
Puede continuar, señor Senador.
El señor ROSSI.- Señor Presidente, lo que ha hecho la Concertación hoy día es obligar al Presidente de la República a que tome una decisión y le explique a la ciudadanía si va a recurrir al Tribunal Constitucional para privar a todas las mujeres del derecho a un posnatal sin discriminación. Y puede resolver el punto a través de un veto o acudiendo al referido Tribunal.
¿Saben cuánto -es bueno que el país conozca esto- significa para el Fisco, para este país que no tiene recursos, que está pobre (¡parece que el precio del cobre está muy bajo...!) otorgarles aquel beneficio a todas las mujeres, como corresponde? ¡32 millones de dólares!
¿Saben cuánto estuvo dispuesto a pagarle el Ministerio de Vivienda a la empresa privada Kodama por concepto de sobreprecio? ¡32 a 35 millones de dólares!
¡La misma plata! ¡Eso es lo que cuesta un posnatal sin discriminación! ¡Y así está el proyecto hoy día! ¡Así lo aprobó la Concertación!
Gracias a la Concertación, Senador Longueira -lo digo por intermedio del señor Presidente-, esta iniciativa es ahora mucho mejor.
Si el Presidente de la República fuera sabio y si estuviera realmente interesado en el futuro de los niños de Chile, acogería nuestra propuesta y les pediría a ustedes que valoraran nuestras indicaciones. Finalmente, se luciría en su discurso del 21 de mayo, porque diría que se aumentó la cobertura del posnatal, que no se discriminó, que no se les quitaron derechos a las mujeres.
Señor Presidente, me siento orgulloso del trabajo que hemos hecho. Y basta de majaderías. En buena hora no concurrimos a un acuerdo, porque gracias a ello el proyecto es hoy mucho mejor que la pésima proposición de ley que presentaron ustedes hace algún tiempo.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Una vez más, les reitero a los asistentes a las tribunas que está prohibido manifestarse, sea a favor o en contra; y a los señores Senadores, que deben respetar a quien está interviniendo.
Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, la verdad es que yo entiendo la irritación, el histerismo que muestran algunos Senadores.
Porque ahora nos dicen cómo quieren que sea el posnatal.
¡Tuvieron 20 años, y nunca les vimos tanta pasión para sacar la extensión del posnatal en sus Gobiernos!
¡Qué fácil es hoy decirles a las chilenas: "Queremos posnatal para todas"!
¡Qué lindo show!
Hoy el Presidente Piñera pasa a la historia. Y pasa a la historia con una de las transformaciones más notables para los niños de nuestro país: al aprobar la idea de legislar vamos a extender -en 20 años nunca se hizo- en tres meses el descanso maternal.
Algunos dicen: "Es mezquina la cifra".
¿Y por qué, si es tan mezquina, no hicieron esa transformación?
¿Cuál es la cifra, señor Presidente?
Hay quienes sostienen: "Démosles también a las mujeres más ricas del país". ¡35 millones de dólares más!
"No es nada", afirman unos. "Es Kodama", agregan otros. Algunos dirán: "Fue el jarrón de la CORFO que perdimos en los 20 años...", y muchas otras cosas más.
El señor LAGOS.- ¡Y las cuentas del "Tata"...! Las del caso Riggs, por ejemplo.
El señor LONGUEIRA.- ¿Cuánto cuesta el proyecto que presentó el Presidente Piñera? 173 millones de dólares. Ese es el costo de extender el posnatal a todas las madres de Chile.
Después de enfrentar un terremoto, el Primer Mandatario entregó el bono de marzo y les cumplió a los chilenos. Ingresó al Parlamento el proyecto sobre 7 por ciento de salud de los jubilados, y también este, el del posnatal, que, según expresé, cuesta 173 millones de dólares.
Pero ComunidadMujer y otros aquí dicen: "No es nada".
Adicionalmente, el Gobierno extiende la cobertura del posnatal a 180 mil mujeres a las que ustedes, en 20 años, nunca les dieron tal derecho.
Y todo es poco, señores.
¡Qué bonito! ¡Si parece que vienen llegando recién a Chile...!
¡No, señores! ¡Ustedes estuvieron 20 años en el Gobierno!
Es muy fácil traer gente a la galería y hablar, señor Presidente.
--(Manifestaciones en tribunas).
¡20 años, y no extendieron el beneficio!
Este proyecto, señores, es una inversión en los menores de Chile.
La extensión del beneficio cuesta 173 millones de dólares; la cobertura, 16 millones. Por lo tanto, el gasto para el país asciende a poco más de 190 millones de dólares.
Ahora nos vienen a decir que es un proyecto histórico, que quedará registrado en la historia. Y esto, a pesar de sus pataletas.
Su situación es muy difícil, colegas. Sé que todos ustedes lo pidieron, trataron. ¡Pero no los escucharon...!
Ahora, con una puesta en escena fantástica, viene aquí un doctor a decirnos: "¡Hay en materia de licencias un criterio economicista!".
¿Saben cuál es el problema? Que el Gobierno constituyó una comisión -esto es lo que reclama el colega médico- para terminar con un fraude, y el Senador Rossi se enteró de que replicamos, con los mismos economistas, la que formó el Presidente Ricardo Lagos para el Plan AUGE. ¡Es la misma comisión! ¡Está repetida!
Queremos, señor Presidente, que una comisión igual a la que nos propusieron ellos termine con el fraude. ¿Cuál fraude?
El señor CHADWICK.- ¡El que hacen los doctores!
El señor LONGUEIRA.- Sucede que hoy, señores y señoras, la Concertación nos rechazó una indicación que busca poner fin al fraude.
Terminando con él podemos tener ¡100 millones de dólares más!
¡Pero mírenlos! ¡Ahora todos agachan la cabeza...!
El señor LAGOS.- ¡La cara de funeral la tienen ustedes...!
El señor LONGUEIRA.- ¡100 millones de dólares más! Pero no los vamos a tener, señor Presidente, porque rechazaron nuestra indicación.
El señor GIRARDI (Presidente).- Perdón, señor Senador.
Les ruego a Sus Señorías no interrumpir a quien está haciendo uso de la palabra.
Puede continuar, señor Senador.
El señor LONGUEIRA.- No estuvieron a la altura de una discusión seria, con la misma seriedad con que nosotros debatimos con ustedes muchos proyectos relevantes para el país.
Fue por eso que la Alianza por Chile, el PRI e independientes suscribimos un gran acuerdo. Y eso es lo que estamos votando hoy. ¡No lo que ustedes quisieron, señores Senadores! ¡Lo que nosotros acordamos! Y se presentaron indicaciones.
Por eso, me alegro infinitamente de que pasado mañana el Presidente de la República -porque se lo merece, porque les cumplió a los niños de Chile, a las mujeres de Chile- pueda afirmar: "Vamos a tener posnatal".
El señor LAGOS.- ¡Sin discriminación!
El señor LONGUEIRA.- ¡Porque es algo que nos ha costado! ¡Porque ustedes son mayoría aquí y la han ejercido en forma totalmente destructiva! ¡Nosotros jamás actuamos así en 20 años!
Aquí se dice: "Vamos a tener que recurrir al Tribunal Constitucional"...
La señora ALLENDE.- ¡Por favor...!
El señor LONGUEIRA.- ¡Así es! ¡Nunca procedimos en esa forma en 20 años!
El señor ROSSI.- ¿Y en el caso de la píldora?
El señor LONGUEIRA.- Nunca incurrimos, a diferencia de ustedes, en algo inadmisible. ¿Se da el hecho de que alguna vez sus Gobiernos tuvieran que recurrir por algo como lo que realizaron anoche? Jamás.
¿Y cuál es el problema que hoy se les genera, por el cual están desesperados? Desfinanciaron el proyecto. Entonces, el Gobierno va a tener que ver ahora cómo financiar los 200 millones de dólares que íbamos a invertir en los niños de Chile, y espero que los consiga en los trámites posteriores que puedan tener lugar en el Congreso.
Porque, tal como se ha dicho aquí, se les fue. A pesar de que en la Comisión de Hacienda intentaron la recuperación del financiamiento, no se pudo. La verdad es que fue un error. Ello significó quitar esa parte y no vamos a poder pasar recursos del Tesoro Público al Fondo con el cual íbamos a pagarles el pre y el posnatal a todas las mujeres chilenas.
¡Debe de ser supercomplejo haber estado 20 años en el poder y ver que un Gobierno de Derecha toma esta medida! Los entiendo. O sea, comprendo sus pataletas.
Si ustedes mismos lo han expresado: "No nos escucharon". Y ahora nos vienen a decir: "¡Todo es poco!"; "¡Nosotros conseguimos esto!"; "¡Queremos más!".
¡Esto es fantástico, señor Presidente! ¡Nos sentimos orgullosos! Considero que me pronunciaré en una votación histórica, en la cual el Senado extiende un beneficio a todas las mujeres, a todos los menores.
Y, por otra parte, incorporamos a las temporeras con el Pilar Solidario. Por lo tanto, ¡no lo vayan a pelar...! Además, lo hacemos en los mismos plazos. Se beneficiarán otras 180 mil mujeres que no tienen el derecho.
El señor PIZARRO.- Son 170 mil. ¡Pónganse de acuerdo en las cifras!
El señor LONGUEIRA.-¿Y qué hicieron ustedes en la votación? ¡Rechazaron que las chilenas tuvieran un espacio de libertad!
¿Qué decía el Gobierno? Aquí está la cantidad contemplada en el Informe Financiero, señor Presidente. La extensión del posnatal cuesta 173 millones de dólares; la cobertura, 16 millones de dólares.
Las cifras son las cifras.
"Es mezquino", afirma ComunidadMujer. Y aquí todos lo repiten.
¡Gastamos 200 millones de dólares; sumados a la eliminación del 7 por ciento de descuento a los jubilados para salud; sumados a lo que estamos presentando: una agenda social, la cual incluye, además, un Ministerio en ese ámbito!
Sé que algunos de ustedes plantean, con justa razón: "Este es el quinto Gobierno de la Concertación", porque no hicieron lo mismo cuando les correspondió.
Tengo claro que todos ustedes quieren que la medida que nos ocupa se lleve a cabo. A pesar de que anunciaron que se pronunciarían en contra de la idea de legislar, ello no es posible. ¿Porque cómo se va a votar en contra un proyecto que destina 200 millones de dólares a los niños de Chile, a quienes vamos a permitirles que estén con sus madres durante 6 meses después de nacer?
Creo representar a todos los Senadores al afirmar que me siento orgulloso.
Y desde aquí, señor Presidente, les decimos a todas las madres trabajadoras que al fin van a poder gozar de un posnatal, de un prenatal -muchas no lo tienen-, al lograr el financiamiento en los trámites siguientes.
Lamentablemente, la de la Concertación es una actitud permanente y sistemática de no alcanzar acuerdos. Lo único claro, en materia de acuerdos, es que desplegamos todos los esfuerzos posibles para proceder conjuntamente. ¡Eso sí que lo hicimos! Y lo realizamos durante los domingos, en la noche, en el curso de muchas actividades. ¡Y ustedes todo lo consideraban mezquino! ¡Todo era poco! ¡Y en 20 años dieron cero! Nosotros estamos en 200 millones de dólares.
Digan lo que digan, esta es la realidad. ¡Y todos, a votar a favor, para que las madres de Chile puedan gozar de pre y posnatal!
El señor LAGOS.- Al final, ¿es bueno o malo? ¡El discurso es tan negativo...! ¡A Su Señoría lo delata la expresión corporal...!
El señor CHADWICK.- ¿Estamos en votación?
El señor ESPINA.- ¿Se abre la votación?
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, quisiera rechazar primero la falacia relativa al gasto involucrado.
La reforma previsional de la Presidenta Bachelet, aprobada con el respaldo de todo el Congreso, representa, en régimen, una inversión anual de 2 mil 500 millones de dólares. El proyecto en debate, que la Concertación ha votado a favor, ascenderá, con los cambios que ha experimentado, a una cifra levemente superior a 100 millones de dólares anuales, es decir, la veinticincoava parte.
En consecuencia, creo que hemos de tener la objetividad de considerar las cosas como son. Ahora se ha realizado un esfuerzo, pero había aspectos por corregir, porque por una parte se daba y con la otra se quitaba.
Se alude a la inversión señalada en el informe financiero, pero ello se lee de manera bastante unilateral. Efectivamente, se expresa que el permiso posnatal importa 82 mil millones de pesos. Sin embargo, en la línea inmediatamente siguiente se consigna un menor gasto de 44 mil millones. ¿Esto último por qué razón? Por la enfermedad grave del hijo menor de un año.
El señor LONGUEIRA.- ¡Por el fraude...!
El señor ESCALONA.- Es decir, se quería financiar el proyecto arrebatando un derecho adquirido de las mujeres y los niños. Se otorgaban 82 mil millones y luego se quitaban 44 mil millones. Eso es lo que se corrigió gracias al esfuerzo de la Concertación.
No se diga aquí, entonces, que se está tratando de legitimar el fraude de las licencias médicas, porque eso es una mentira, un engaño, una falacia. Lo que ocurrió fue simplemente un rechazo a privar de un derecho. Es decir, se presentaba el financiamiento del proyecto de ley con el sacrificio de los niños. Y eso fue lo que no se aceptó, no otra cosa.
Al igual que ese aspecto, era indispensable desechar otros más, como la disminución del fuero, como la reducción del derecho a amamantar a los niños cuando la madre cumple una jornada parcial.
En fin, se avanzó en mejorar la iniciativa, y lo que nunca se acogió, sobre la base de que no era posible, al final resultó que se podía hacer. Ayer se demostró que los cambios eran factibles; que no solamente mejoraban el texto, sino que también resultaban indispensables.
Entonces, ahora se intenta trasladar la discusión al ámbito de la imagen pública. ¡Si no importa! La gente formará su opinión. No despreciemos a nuestros conciudadanos. Ellos sabrán llegar a un juicio. ¿Por qué intentamos cargar las culpas en el interlocutor? Que las personas adopten su parecer.
Pero me interesa entrar al tema de la constitucionalidad. Acá se insiste en que se registraría un vicio de inconstitucionalidad, y no es así. El artículo 65 de la Carta es sumamente claro, porque, de lo contrario, carecería de sentido la existencia del Congreso Nacional, que puede aceptar, disminuir o rechazar un gasto.
Y el constituyente también se puso en el caso de un Ejecutivo que, haciendo un mal uso de su iniciativa, presenta, en un mismo proyecto, una redacción que hace imposible una votación dividida. Extrañamente, nuestros Honorables colegas que incluso formaban parte de las Comisiones legislativas de la Junta Militar cuando la Carta se puso en práctica olvidan lo que dice esta última. Porque no solo se contempla lo dispuesto por el artículo 65, sino también el artículo 67, que determina claramente lo siguiente:
"Si la fuente de recursos otorgada por el Congreso fuere insuficiente para financiar cualquier nuevo gasto que se apruebe, el Presidente de la República, al promulgar la ley, previo informe favorable del servicio o institución a través del cual se recaude el nuevo ingreso, refrendado por la Contraloría General de la República, deberá reducir proporcionalmente todos los gastos, cualquiera que sea su naturaleza.".
Es decir, allí se encuentra la solución. La propia Carta se la da al Primer Mandatario.
El señor LAGOS.- ¡Reasignar...!
El señor ESCALONA.- No presentemos las cosas como no son.
El Presupuesto nacional, que contribuimos a aprobar, asciende a 55 mil millones de dólares. Y la diferencia eventual entre el proyecto enviado y el aprobado es de 35 millones de dólares. O sea, de acuerdo con el artículo 67, el Presidente de la República está autorizado para resolver el problema que represente ese último monto, en relación con el Presupuesto de 55 mil millones aprobado para el año en curso.
Entonces, estimados colegas, reitero que no presentemos las cosas como no son. Aquí no existe ningún problema de constitucionalidad.
Todo lo que se dijo hoy en la mañana en el sentido de que poco menos que se estaba quebrando el Estado de Derecho es profundamente falso; es, francamente, un engaño.
Y le exigimos que se excuse a quien les infirió a sus interlocutores de la Oposición la ofensa y humillación de compararlos con alguien encarcelado por graves delitos de carácter sexual, acusándolos de ser como esa persona -me refiero a la Ministra señora Matthei-, si efectivamente les dirigió sin pensar esa grave afrenta. Porque si no lo hace, significa que mantiene la mentira, y la mentira se cae de acuerdo con el propio texto constitucional. Sebastián Piñera, el Presidente que la nombró en el cargo, cuenta, conforme a la Constitución, con todas las facultades para resolver los problemas marginales de financiamiento del proyecto de ley.
Así que nosotros estamos siendo celosos, como siempre lo hemos sido durante los últimos 20 años, de la responsabilidad fiscal. Aquí no se registra ningún desequilibrio, desde el punto de vista del Presupuesto de la Nación: ¡55 mil millones de dólares con relación a 35 millones! ¡Ningún economista serio -ya que tanto les gusta hablar de ellos- podría afirmar que esa relación constituye un desequilibrio fiscal!
¡Es una completa mentira lo de que la Oposición de la Concertación haya actuado con irresponsabilidad! Por el contrario, ¡esta ha defendido los derechos que la mujer ha adquirido durante décadas! Porque el posnatal no surgió ahora, en este Gobierno: viene de hace ocho décadas, aproximadamente, desde la Administración de Arturo Alessandri, y se fue fortaleciendo y perfeccionando con el tiempo, llenándose de contenido y mayor valor.
Y lo que se ha impedido es una reducción drástica a través de las diferentes disposiciones del proyecto de ley, manteniéndose lo que sí reviste importancia, que es la extensión del posnatal. Es decir, que el avance sea real, pero no financiado por los niños de Chile; no a costa de limitar el financiamiento que el Estado se encuentra obligado a dar a la mamá y al niño menor de un año cuando se enferma; no a costa de esas personas indefensas.
El Estado cuenta con los recursos suficientes para hacerlo y el Presidente de la República tiene la obligación moral, de acuerdo con la propia Constitución, de promulgar el proyecto en las condiciones en que lo apruebe el Congreso Nacional.
¡No media ninguna amenaza al Estado de Derecho ni a las finanzas del país: solo la defensa de los derechos de la mujer chilena!
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick.


El señor CHADWICK.- Señor Presidente, me corresponde intervenir en un momento muy oportuno, porque voy a entregar una interpretación y una visión distintas de las expuestas por el Senador señor Escalona con respecto a los problemas de constitucionalidad de la iniciativa.
Previamente, me basta una idea, muy central, para el efecto de considerar el inmenso valor de la normativa que hoy día estamos debatiendo y a cuya aprobación en general concurriremos todos: durante los últimos 20 años, no se ha otorgado, con recursos públicos ni en forma de subsidio, ningún beneficio adicional a una mujer con derecho hoy día al pre y posnatal, ni se incorporó a su titularidad ninguna que actualmente no lo tiene.
Eso solo me resulta suficiente para afirmar que, no habiéndose hecho nada en la materia durante los últimos 20 años, el proyecto es extraordinariamente importante. Y si un señor Senador lo tildó de mezquino, ¡cómo tendríamos que calificar lo ocurrido en ese período de Gobiernos de la Concertación, en el que no se entregó -repito- ningún beneficio adicional en materia de pre y posnatal, y ninguna mujer pudo acceder a ser sujeto del derecho en forma adicional!
Lo anterior basta, a mi juicio. Y con una sola idea he despejado la relevancia de la iniciativa.
En segundo lugar, tengo que referirme al problema de la constitucionalidad del texto.
La cuestión no dice relación directa con el financiamiento. Así que la argumentación que hemos escuchado no es pertinente para el otro efecto. Se origina otra consecuencia, que es distinta.
¿Dónde radica lo referente a la constitucionalidad? En que los Senadores de la Concertación eliminaron, en las Comisiones unidas y en la de Hacienda, el tope de 30 unidades de fomento que el artículo 197 bis del proyecto del Ejecutivo había establecido al subsidio por la extensión del posnatal.
Ahí reside la dificultad.
Porque se plantea una de dos alternativas, señor Presidente. Si alguien piensa que no hay un gasto fiscal al eliminarse el límite planteado por el Ejecutivo, cabe precisar que lo resuelto implica que el posnatal, en su subsidio, se fue hoy día a cero.
El señor LONGUEIRA.- Así es.
El señor CHADWICK.- O sea, se transformó en un permiso sin goce de sueldo.
El señor PROKURICA.- Exactamente.
El señor CHADWICK.- Y como supongo que esa no habrá sido la intención de ninguno de los señores Senadores de la Concertación, pues el que habrían cometido es un error garrafal, entonces no queda más que otra alternativa: la medida sí significa un aumento del gasto.
En tal sentido, expondré algo básico: si la eliminación del tope de 30 unidades de fomento significa un aumento del gasto, se trata de una atribución exclusiva del Presidente de la República. Y es algo que hemos respetado durante todos los años de funcionamiento del Congreso Nacional.
¿Y por qué es una atribución exclusiva del Primer Mandatario? Porque dos normas específicas lo señalan así en la Constitución.
El inciso tercero del artículo 65 dispone especialmente que es materia de su iniciativa exclusiva todo lo que diga relación con la administración financiera del Estado.
Pregunto, señores Senadores: ¿alguien puede sostener que aumentar el gasto, de una forma no prevista, en un proyecto enviado por el Ejecutivo no es una alteración en la administración financiera del Estado? Quisiera escuchar el fundamento de quien pueda afirmarlo.
Además, el número 6° del artículo 65 establece que, en materia de seguridad social, el Congreso solo podrá -y ya no es un problema de indicación o no, sino de votación- aceptar, disminuir o rechazar beneficios y gastos. Repito: aceptar, disminuir o rechazar.
¿Qué no puede hacer? Aumentar beneficios y gastos. Eso le está prohibido porque es una atribución exclusiva del Presidente de la República.
El señor LAGOS.- ¡Es lo que deberían hacer...!
El señor CHADWICK.- Por lo tanto, cuando en las Comisiones unidas y en la de Hacienda modifican la iniciativa y eliminan el tope de 30 unidades de fomento para el subsidio establecido por el Ejecutivo, lo que hacen es arrogarse facultades que no tenemos e invadir las atribuciones exclusivas del Primer Mandatario.
Y lo anterior, señor Presidente, es un elemento fundamental, que ha sido respetado plenamente durante los últimos 20 años de ejercicio democrático y en donde nunca, ¡nunca!, hemos tenido discrepancias.
¿Y qué efecto produce transgredir la Constitución en la forma mencionada en este caso? Dejar sin financiamiento el proyecto, porque no se dieron cuenta de que además, en la norma modificada, se especificaba el modo de solventarlo a través del Fondo Único de Prestaciones Familiares.
Así, a la inconstitucionalidad de fondo se agrega un efecto práctico: el proyecto se halla sin financiamiento.
Por consiguiente, señor Presidente, hago reserva de constitucionalidad sobre la materia mencionada, señalando que, lamentablemente, en esta oportunidad -nunca había ocurrido antes-, algunos Senadores o Senadoras de la Concertación se han arrogado atribuciones exclusivas del Presidente de la República, vulnerando con ello las disposiciones constitucionales que he señalado.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, cuesta entender la lógica del Gobierno y de los señores Senadores de la Coalición por el Cambio. Porque vemos que el debate se ha centrado, como lo hizo presente el Senador Escalona, en un asunto menor.
No daré ejemplos que pueden resultar odiosos, pero, claramente, 35 millones de dólares no son una cifra sideral.
Cuando se repasan las intervenciones del Presidente de la República donde anuncia sus grandes reformas sociales y donde pone la extensión del posnatal a seis meses como una de las más importantes de su Administración, uno no logra entender que se haga cuestión por dicha cantidad de dinero y se le diga al país que nosotros evitaremos que las mujeres puedan disfrutar de esta, "la" reforma del Primer Mandatario.
Pero más me extraña aún que se ignore la historia. Porque este derecho de las mujeres trabajadoras se ganó, como bien indicó el Senador Escalona, en 1924, cuando se reconoció el Convenio N° 3 de la OIT y este pasó a formar parte de nuestra legislación. Luego se incluyó en el Código del Trabajo: seis semanas antes del parto, seis semanas después.
Su financiamiento era distinto. En sus orígenes, era de cargo del empleador. Con posterioridad se incorporó en las cotizaciones de salud, pero, ya que quienes administraban estas cuentas reclamaron que les salía muy caro, finalmente fue asumido como un costo del Estado.
Si uno piensa en la importancia que reviste para el país el que existan más niños, parece justo proteger a las mujeres trabajadoras y aportar al financiamiento de su posnatal.
Hoy, después de una reflexión de carácter económico, se llega a la conclusión de que es necesaria la extensión del posnatal a seis meses, tanto por la necesidad de que las madres pasen más tiempo con sus niños como para transparentar la fórmula con que los médicos y las madres logran dilatarlo a través de una suerte de disfraz de las enfermedades graves del hijo menor de un año.
Pues bien, el 15 de marzo, después de un gran anuncio, el Presidente presenta para su discusión en el Parlamento un proyecto que no se llama "extensión del posnatal", sino "creación de un permiso parental", asociado a la idea de que el padre comparta la responsabilidad por los niños, sustentado en tres principios inspiradores.
El primero, basado en el aumento del tiempo en que las madres permanecerán con sus hijos; el segundo, en la posibilidad de que los padres también sean partícipes del beneficio, y el tercero, en la ampliación de la cobertura.
Es cierto que ninguno de los dos últimos principios fue anunciado como promesa de campaña. Y cuando los leímos, los felicitamos y los compartimos. Después, luego de analizar el texto de la iniciativa, nos fuimos dando cuenta de que la extensión del posnatal, presentada como un tremendo triunfo y, además, como el cumplimiento de una promesa de campaña, traía aparejada la pérdida de derechos.
¿Cuáles? El fuero maternal: este se reducía.
¿Cuál otro? El derecho a amamantamiento durante jornadas parciales.
Nos pareció que eso no correspondía.
Y, adicionalmente, se sancionaba a las mujeres del sector público y se introducían modificaciones en los contratos por obra o faena y a plazo fijo.
Se trata de cosas que nunca estuvieron encima de la mesa, ni en una promesa de campaña, ni en ninguna conversación de café, al menos no en las nuestras.
¿Qué le dijimos al Presidente? Que no podíamos legislar en esas condiciones; que no estábamos dispuestos a engañar al país diciendo, por un lado, que otorgábamos un beneficio -que no era, por cierto, el mismo que hoy tienen las mujeres-, y por el otro, que quitábamos derechos.
Sostuvimos varias conversaciones, algunas por separado, hasta que entendimos que debíamos hablar solo algunos, porque, si no, empezábamos a enredarnos. ¿Y qué ocurrió? Logramos que el Gobierno nos dijera, a través de sus Ministros y parlamentarios, qué se hallaba dispuesto a ofrecer.
Señor Presidente, en esta hoja aparecen las notas que tomamos con el Senador Rossi ayer en la mañana. En ellas no figura lo mismo que se dijo que nos habían ofrecido en una conferencia de prensa realizada hoy, a las cuatro de la tarde, ofrecida por parlamentarios de la Coalición más algunos independientes, aunque aún no tenemos certeza de quiénes son los independientes que firmaron el acuerdo.
En concreto, lo que a nosotros se nos ofreció en la mañana no coincide con lo que se comunicó al país como un acuerdo con ciertos independientes.
Sin embargo, había un avance. La cobertura aumentaba del 40 por ciento -era lo que nos habían señalado como tope- al 60. Pero no se aceptaba algo que considerábamos importante: disminuir de ocho a seis la exigencia de cotizaciones. ¿Por qué? Porque todos sabemos que las mujeres y los hombres temporeros de nuestro país no alcanzan a registrar ocho cotizaciones en el período establecido y que, por tanto, quedan fuera de la posibilidad de acceder al beneficio.
Les pedimos rectificar aquello. Y no solo eso: además, cambiar la forma de calcular el subsidio, pues, tal como se halla dispuesta en el proyecto, si un trabajador gana el sueldo mínimo (172 mil pesos, aproximadamente), con 8 cotizaciones divididas en 24 meses no sacará un subsidio superior a 57 mil pesos.
De eso estamos hablando.
Nos parece, igual que a ComunidadMujer, un "poquitito modesto". Y creo que esta entidad ha sido suave en el calificativo usado. Nosotros hemos dicho "mezquino", y otras cosas también.
¿A qué voy, señor Presidente? A que se puede hacer más, y a que se puede hacer sin quitar derechos.
Aquí se ha sostenido que nosotros nunca hicimos nada al respecto. Pero quiero señalarles a mis colegas que realizamos muchas cosas en materia de protección social. La Presidenta Bachelet implementó un plan de salas cunas que permitió incrementar la tasa de participación femenina en el mercado laboral. Sacamos adelante una tremenda reforma previsional, que cambió la situación de las pensiones, que de asistenciales pasaron a ser básicas solidarias. A nuestros adultos mayores, que después de postular podían permanecer en listas de espera durante meses y años sin calificar, les modificamos su situación: de 47 mil pesos, en el mejor de los casos, a 75 mil pesos, monto entregado ya no por familia, sino por persona.
Pero no solamente eso. También en dicha reforma se incluyó, con todos los beneficios de la seguridad social, a los trabajadores independientes, quienes a partir del próximo año deberán cotizar un 40 por ciento de su renta; al siguiente, un 70 por ciento, y, al tercer año, un 100 por ciento.
Esas son cosas que realizamos nosotros, los miembros de la Concertación.
Sin embargo, este Gobierno insiste en decir que no hicimos nada.
¡No es verdad!
Y también insiste en señalar que ellos, cuando fueron Oposición, nunca chantajearon ni presionaron para sacar adelante iniciativas que les parecían mal planteadas.
Al respecto, solo quiero recordar dos casos.
Cuando el Presidente de la República era Senador, y la Ministra del Trabajo, Senadora, votaron en contra la idea de legislar sobre las reformas laborales del año 93, y lo hicieron aduciendo que no había ninguna garantía de que el acuerdo logrado en la Comisión de Trabajo fuera refrendado en la Cámara de Diputados.
Igualmente, cuando el Presidente Lagos presentó la reforma de la salud, el AUGE, que tanto ha cambiado la realidad de chilenos y chilenas, obra de la Concertación, esta Derecha, que hoy día es Gobierno, exigió, para aprobar en general la iniciativa, que se sacara lo relativo al Fondo Solidario. Y lo tuvimos que sacar. Pero, ¡por Dios que hace falta en la actualidad para enfrentar tantas situaciones injustas en nuestro país!
Señor Presidente, el proyecto ahora en discusión es distinto del que entró al Congreso el 15 de marzo. Fue mejorado. No es el que nos habría gustado votar hoy, pero, claramente, fue perfeccionado: no obliga a las mujeres a renunciar a sus derechos; aumenta la cobertura; reconoce los derechos de alimentación, que tanto nos ha costado mantener, y no cambia la situación jurídica de las mujeres sujetas a contratos a plazo fijo o por obra o faena.
Por eso, señor Presidente, y porque el Gobierno entendió y acogió muchas de las cosas que le propusimos formalmente en un documento público que le entregamos hace casi ya dos semanas, hemos decidido votar, tal como lo hicimos ayer, a favor de la idea de legislar.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Gómez.
El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, ¿por qué se me ha reducido el tiempo?
El señor GIRARDI (Presidente).- En realidad, señor Senador, ya estamos en hora de votación. La Honorable señora Rincón tuvo suerte porque alcanzó a intervenir antes.
El señor WALKER (don Ignacio).- Mantengamos los tiempos, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Yo no tengo ningún problema, si la Sala así lo estima.
El señor LARRAÍN.- ¿Cuántos inscritos quedan?
El señor GIRARDI (Presidente).- Catorce, más el Senador Gómez. De manera que, si se mantuvieran los 10 minutos, faltarían más de dos horas para completar todas las intervenciones.
Si hubiera acuerdo, se mantendrían los tiempos.
Acordado.
De todas formas, pido utilizarlos con criterio.
Tiene la palabra el Senador señor Gómez.


El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, si bien la proposición del Presidente de la República estaba incluida en su campaña presidencial de hace más de un año, el proyecto respectivo fue presentado al Congreso Nacional hace muy poco tiempo y, no obstante ello, se nos conminó a resolverlo con rapidez al fijarle "suma" urgencia.
Se trataba de una iniciativa pequeña, cuyo contenido no era suficiente como para aprobar una oferta de campaña que prometía mayor cobertura de posnatal a las mujeres trabajadoras.
Originalmente partió con 20 por ciento de cobertura; un costo mínimo; restricciones al amamantamiento por parte de las mujeres trabajadoras; disminución del fuero maternal a 3 meses; limitaciones a la entrega de licencias médicas al imponer ciertas restricciones en el caso de enfermedades graves y gravísimas, lo cual significaba facultar a la autoridad política para decidir qué niño padecía o no una enfermedad grave. Por ejemplo, el reflujo para un menor puede ser grave; para otro, muy grave, y para un tercero, no revestir, a lo mejor, amenaza alguna.
Además, establecía una diferencia entre la relación de la madre y del padre con sus hijos.
Por lo tanto, el proyecto presentaba muchas situaciones que a nosotros nos parecían incorrectas como para darle el carácter de histórico, como se ha dicho hoy día. Y todavía no es histórico, porque si bien logramos finalmente que se aumentara la cobertura del 20 al 60 por ciento, aún quedan fuera del beneficio muchas mujeres.
Nosotros planteamos la necesidad de una cobertura total, lo cual implicaba invertir única y exclusivamente 200 millones de dólares, cifra bastante inferior -porque aquí uno escucha que los Gobiernos anteriores nada hicieron- a los 2 mil 500 millones de dólares gastados por la Administración de la Presidenta Bachelet y la Concertación en la reforma previsional.
Es decir, si el Presidente de la República de verdad hubiese querido modificar el posnatal de manera que aportara realmente al desarrollo de los niños y de la familia, lo habría podido lograr. Pero tomó el camino pequeño, el de la letra chica, el de plantear las cosas de un modo distinto del contenido en el proyecto.
Por eso se produjeron discrepancias. Pero a partir de ellas creemos haber hecho un gran favor a la mujer trabajadora, pues logramos establecer criterios claros; eliminar artículos, y delimitar ciertas determinaciones del Gobierno que, a nuestro juicio, creaban diferencias odiosas, como obligar a una mujer trabajadora de clase media con ingresos superiores a 30 UF -alrededor de 650 mil pesos- a recibir menos sueldo si tomaba el posnatal de 3 meses.
Nos parece, señor Presidente, que esa forma de plantear el proyecto era imposible de aceptar.
¿Por qué dijimos que votaríamos contra la idea de legislar en algún minuto? Porque no había dialogo. En ningún momento se hubiese podido efectuar conversaciones previas si la Concertación no hubiera mostrado una posición firme. Afortunadamente, pudimos mantener una cohesión que sorprendió incluso al Gobierno y a la Derecha, porque fuimos totalmente coherentes y aprobamos en conjunto los cambios profundos que se le introdujeron al proyecto. Y nos alegramos de ello, ya que de una forma u otra obligamos al Gobierno a presentar un texto que, aunque no nos satisface en plenitud, mejora sustancialmente el articulado original.
Además, es necesario clarificar dos cosas que se han dicho aquí, que no es el lugar para debatirlas, por cuanto deberán llegar, finalmente, al Tribunal Constitucional.
En primer término, se expresó que se habría producido una inconstitucionalidad al inmiscuirnos en las facultades del Presidente de la República. Pues bien, me alegro de que de una vez por todas el Congreso Nacional haya tomado la decisión de impugnar esta Constitución, que contempla facultades que imponen un régimen casi monárquico en el país.
Porque la única facultad que el Parlamento tiene en esta materia se haya consagrada en el inciso final del artículo 65 de la Carta, que dispone que "El Congreso Nacional sólo podrá aceptar, disminuir o rechazar". ¿Y qué hemos hecho? Rechazar. No hemos aumentado el gasto. Únicamente rechazamos la postura del Gobierno de establecer determinada franja.
Eso fue lo que hicimos, y está dentro de nuestras atribuciones.
Por fin ha ocurrido algo así, dado que siempre que se planteó tal situación en el Gobierno anterior se logró conjugar la opinión de aquellos que consideraban que esta Constitución era intocable con la de quienes estimaban que no era posible modificarla en ese minuto.
A mí me parece que de una vez por todas el Congreso debe asumir una función distinta; que debe tener la capacidad de opinar, de decidir, y tomar conciencia de que no es un mero buzón.
Hace un tiempo planteé que el Primer Mandatario -en esa época Presidenta de la República- tuviera al menos la obligación de responder al Congreso cuando algún parlamentario presentase un proyecto con incidencia económica. Ello fue rechazado, y ni siquiera hubo respuesta.
Me alegro de que, de una vez por todas, el Tribunal Constitucional conozca el asunto, pues así tendrá que ser. Y ojalá se considere en dicha instancia que rechazar algo se encuentra dentro de las facultades constitucionales del Congreso.
Y luego se dice: "Han dejado el proyecto sin financiamiento". No es cierto. Si respecto de los recursos para todo lo que significa prenatal y posnatal en ningún artículo del Código del Trabajo hay norma que remita claramente al Fondo.
En ese cuerpo legal se encuentran explícitamente establecidos los derechos. ¿Y cómo se pagan? Con el Fondo indicado en el artículo que no aprobamos. Pero haber rechazado su mención no significa que no haya obligación de establecerlo.
Para que los señores Senadores sepan, la ley No 18.418, en su artículo 1o, dispone: "A contar del día 1o del mes siguiente a la fecha de publicación de esta ley, el pago de los subsidios otorgados desde esa misma fecha y que correspondan a reposos maternales y permisos por enfermedad del hijo menor de un año, de todas las trabajadoras... será de cargo del Fondo Único de Prestaciones...".
Por lo tanto, hay una remisión expresa.
Y no solo eso, señor Presidente.
En las disposiciones referidas a las licencias médicas y al pago del subsidio, no aparece esa mención. No dice absolutamente nada respecto de dicho Fondo.
¿Cómo se cancela esto? Remitiéndose a la ley que ya indiqué, o sea, como se paga en el marco del Código del Trabajo.
Entonces, no nos vengan a decir que el proyecto se encuentra desfinanciado.
En consecuencia, no son efectivas ninguna de las dos cosas señaladas. Ambas van a ser discutidas en el Tribunal Constitucional. Pues bien, que se debatan. Pero para nosotros era indispensable plantearlo.
Por último, hay algo que consideramos insólito: que se nos diga que nosotros aprobamos un proyecto para eliminar lo relativo a las licencias médicas y que con eso no se podrá evitar el fraude.
En la Cámara de Diputados, tuvo su inicio la ley que dispone sanciones a los médicos que otorguen licencias fraudulentas. Se establecen las formas. Finalmente, a través de la mencionada normativa se permitiría, de todas maneras, recaudar 250 millones de dólares si se hace bien el trabajo que corresponde al Estado. Y nuestra propuesta no implicaba una nómina de ingenieros o economistas, o que el Ministro de Hacienda, el del Trabajo y el de Salud determinen cuáles son las enfermedades por considerar, sino que el Estado realice la labor que le corresponde.
En esta nueva forma de gobernar, se debe ser eficiente para evitar que se produzcan los fraudes. Eso es lo que se espera. Y para eso es esta ley, siempre que se cumpla. Pero no que la autoridad imponga criterios en cuanto a qué puede ser bueno o no para los niños.
Señor Presidente, para nosotros este debate, a ratos violento, no ha sido de amistad cívica, como algunos parlamentarios han planteado.
Y hemos sido claros y categóricos al sostener que nuestro único y último norte es el bienestar de la mujer trabajadora y de los niños, a fin de evitar -es indispensable que así sea- que estos sigan alimentándose con leche de vaca o con derivados de ella. Porque, como se los nutre de esa forma, al final aquí y en muchos lados hay muchas vacas. Entonces, tenemos que evitar eso y permitir el apego y el desarrollo de nuestros hijos. Y para eso resulta imprescindible aprobar un proyecto de buena calidad.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, me extraña el tono del debate.
El proyecto en análisis, que se presentó hace escaso tiempo y con "suma" urgencia, tuvo una profunda discusión, que yo habría querido que fuese más extensa.
Y hoy escucho atenta y respetuosamente a la Derecha, y no veo caras de alegría...
El señor PROKURICA.- ¡Es muy amargo...!
El señor LAGOS.- Señor Presidente, pido que no se me interrumpa.
El señor GIRARDI (Presidente).- Ruego a los señores Senadores mantener la calma.
El señor LAGOS.- Este proyecto fue el cumplimiento de un compromiso de la última campaña no solo del Presidente Piñera, pues fue parte del programa de todos los candidatos el extender el posnatal a seis meses. Entonces mal podría alguno de nosotros estar triste, porque se está cumpliendo una promesa. Y fue así debido a que todos entendíamos que era en beneficio de la sociedad, de las madres y de los hijos de Chile.
Lo curioso del debate radica en que un sector del Senado hace reparos; habla de una Oposición destructiva; dice que la iniciativa no tiene financiamiento, pero, al mismo tiempo, plantea que ella pasará a la historia, que el Presidente Piñera el sábado 21 se va a lucir, porque cumplió un compromiso de campaña.
Entonces, en primer lugar, pongámonos de acuerdo. La expresión corporal de Sus Señorías, con todo respeto, los delata: no están satisfechos con el proyecto en análisis. Y me pregunto por qué no, en circunstancias de que la iniciativa garantiza seis meses de posnatal a las mujeres con contrato indefinido; elimina un tope, que constituía un cercenamiento de derechos; extiende la cobertura a 60 por ciento de mujeres que nunca habían tenido posnatal y solo sabían de él en un titular de las noticias o en la televisión. En síntesis, significa diversos derechos respecto de los cuales deberíamos estar contentos.
¿Y qué oye uno? Lamentos: que es inconstitucional; que no está financiado.
No obstante, si el Presidente Piñera va a pasar a la historia por este posnatal de seis meses, es porque, en efecto, la normativa constituye una gran política pública. Y yo aplaudiré de pie el sábado 21 de mayo, pues será un proyecto sin vicios ni resabios.
¿Alguien puede señalar que es destructiva una iniciativa como la que se aprobará como consecuencia de nuestra proposición, de nuestra voluntad? A pesar de ser sujetos de chantaje comunicacional, mantuvimos la línea.
¿Y qué logramos? Los siguientes notables avances:
1.- Evitar que se flexibilice el permiso prenatal, impidiendo su traslado al posnatal y no causar un daño a las mujeres chilenas.
2.- Impedir que las mujeres que gocen de la ampliación del posnatal vean mermados sus ingresos, al eliminarse el tope de 30 UF. Eso es bueno.
3.- Evitar que derechos irrenunciables perdieran esa calidad, como renunciar al fuero.
4.- Impedir que se redujera el fuero maternal en tres meses.
5.- Evitar que las mujeres que se desempeñen en jornadas parciales vieran eliminado su derecho a alimentar al hijo menor de dos años.
6.- Impedir que se desafuere de manera automática a las trabajadoras con contrato a plazo fijo o por obra o faena determinada.
7.- Evitar que se discrimine a los niños en caso de enfermedad, eliminando la diferenciación entre las graves y las gravísimas, suprimiendo el copago asociado a la obtención del subsidio devengado por estas licencias.
Por lo tanto, si de un proyecto que permitía dar un derecho, obtuvimos extenderlo a las que ya lo poseían en tres meses y darle cobertura a quienes tenían cero -a 20 por ciento inicial y ahora a 60 por ciento-, ¿por qué las caras largas?
La única explicación que encuentro es porque el cercenamiento de esos derechos fue impedido por la Concertación.
¿Alguien puede explicar por qué para extender el posnatal a una madre se le deba quitar el fuero? ¿Por qué para otorgarle el posnatal a una mujer que no lo posee hay que disminuirle las licencias médicas por enfermedad grave de su niño menor de un año? ¿Por qué?
Y cuando uno plantea esto ante la opinión pública, el Gobierno señala: "No quieren legislar. La Concertación se niega".
Contrariamente a otros, yo estoy contento con la iniciativa en análisis. Ayer me retiré a la una de la mañana. No me quedé hasta las seis como el resto de los Senadores de las Comisiones unidas. Pero me fui feliz. Y monitoreé por twitter qué estaba pasando. Advertí que quienes estaban a favor del proyecto estaban contentos.
¿Y por qué entonces la ofuscación? No logro explicármelo.
En cuanto al financiamiento, se dice que 35 millones de dólares es el costo adicional por eliminar el tope de 30 UF. ¿El país no puede financiar esa cantidad?
Por último, deseo referirme a algo que se repite muchas veces, como lo he comprobado, aunque soy un Senador nuevo.
Yo tenía clara una cosa en materia presupuestaria: que el Presidente de la República -y conozco a uno muy cercano- tiene muchas atribuciones y facultades, y que el Senado podía aprobar, disminuir o rechazar recursos presupuestarios. Sin embargo, acá la Derecha y el Ejecutivo cometen un error febril, porque nosotros no disminuimos el tope de 30 UF, sino que lo rechazamos. Y se asume que pretendemos subirlo a 66 UF, lo cual no es así. De modo que el Gobierno tiene ahora la obligación de decir qué tope quiere poner.
Entonces, no estamos aumentando el gasto, como sostuvo el Senador Chadwick, sino rechazándolo. Y corresponderá al Jefe del Estado fijar dicho tope. Y no nos parece que le corresponda al Parlamento determinarlo.
Como se dice: "¡Que se moje un poco la camiseta el Presidente de la República en esta materia!". ¡Y, si quiere presentar un veto, recurrir al Tribunal Constitucional o derechamente reponer la norma mediante una indicación en la Cámara de Diputados para cercenar ese derecho, que lo haga!
Por lo tanto, lo relativo al financiamiento está resuelto.
La cantinela de que "en 20 años no se hizo nada", solo tiene razón respecto de una cosa, en la cual, efectivamente, no se avanzó. Pero eso a mí no me hace fuerza, porque se realizaron tantas otras.
La pregunta que surge frente a lo que aspira la ciudadanía es si se va a realizar de la mejor o de la peor manera. Porque no termino de preguntarme por qué la Derecha chilena, cada vez que da un derecho con una mano, lo quita con la otra.
Fue ella la que, a principios del siglo XX, no quería la Educación Básica obligatoria para los niños en Chile, pues deseaba que siguieran trabajando en los fundos de los hacendados. ¡Es la misma Derecha!
Entonces, necesito que alguien me explique por qué razón discutimos durante dos meses lo relativo al fuero, a las licencias médicas, etcétera, si el día de ayer el Gobierno declara en una conferencia de prensa que ahora está dispuesto a ello.
¿Somos obtusos u obstruccionistas? ¿Hacemos zancadillas?
A mi juicio, el Presidente de la República va a estar agradecido porque el 21 de mayo podrá decir que el Senado aprobó un proyecto que extiende a 6 meses, no pone tope a las mujeres, amplía la cobertura al 60 por ciento, sin cercenar los derechos de ninguna de ellas, que es lo que se suponía que se debía efectuar con la iniciativa de ley en análisis.
¡Que el Gobierno explique por qué para dar tiene que quitar!
Lo único que me queda claro es que se trata de la misma Derecha que se negó a la idea de legislar -como sostuvo aquí la Senadora Rincón- en materia laboral. Porque al final del día había un prurito -¡un prurito!- respecto a qué hacer para sacar esa ventaja pequeña, menor, desde el punto de vista del capital y el trabajo. Pero, en ese sentido, en la Concertación nunca nos hemos perdido.
Y lo que ocurrió hoy en la discusión de este proyecto de ley va a ser señero para lo que sucederá en los próximos meses en cuanto a la forma en que nos vamos a entender con el Gobierno y con el oficialismo.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, este debate es muy importante, porque se discute sobre la principal e histórica reforma de este Gobierno.
Cada Administración ha tenido su reforma histórica. Y podemos comparar los Gobiernos por la calidad de sus reformas.
Como se ha señalado, la materia en discusión corresponde al anhelo que muchos de nosotros hemos tenido hace años, lo cual comparto. Pero durante el Gobierno del Presidente Aylwin la reforma al sistema judicial penal también era esperada, y no se pudo concretar. Y en el del Presidente Frei, había el deseo de modificar el sistema de pensiones, y tampoco se realizó.
Yo no tengo tejado de vidrio en esta materia. Porque muchas veces fui crítico y hasta me cuestionaron porque, cuando el Ministro Aninat quiso reducir el Presupuesto de la Atención Primaria de Salud, junto con varios parlamentarios -al final me sindicaron solo a mí- hicimos una protesta dura, incluso con un ataúd, reclamando para que no se disminuyeran los recursos.
El señor WALKER (don Ignacio).- ¡No lo recuerde, señor Senador!
El señor GIRARDI.- Lo hago para que esos asuntos puedan evaluarse desde una perspectiva histórica.
Algunos nunca mantuvimos silencio.
Yo voté en contra del AUGE cuando se tranzó. Por culpa de la Derecha, se obligó al Presidente Lagos a dejar fuera el financiamiento. Entonces, lo rechacé, pues iba a suceder lo mismo que pasa ahora.
Por tanto, cabe señalar que cada Gobierno se puede evaluar por el mérito de la calidad de sus políticas.
A mi juicio, la Concertación hizo importantes reformas y grandes políticas. Hubo significativos avances en materia de educación; exitosas políticas del sistema procesal penal; positivas políticas en pensiones; adecuadas políticas en infraestructura, e incluso en salud, pese a que la Derecha impidió que se pudiera financiar esa reforma.
Entonces, analicemos en su mérito la gran, principal y fundamental política de este Gobierno.
Dos veces se ha mencionado que ha habido dos grandes políticas históricas en esta Administración, una de las cuales fue la educacional, la que tuvo partida de caballo inglés y terminó como una nanorevolución, absolutamente limitada e, incluso, lastimera, desde las perspectiva y expectativa originales. ¡No fue una profunda y trascendente como las realizadas por la Concertación!
Y quiero ir al mérito de esta importante y profunda reforma, la que, al final, demuestra la calidad de las políticas que quiere tener el Gobierno del Presidente Piñera.
Primero, cabe hacer notar que ella comienza con una confrontación y con un error del Ejecutivo, que incluso ha sido señalado por los propios Senadores del oficialismo. Parte planteando la extensión del fuero maternal, pero incorporando otros asuntos que, al mismo tiempo, restringen y quitan a los niños y a las mujeres derechos vigentes.
Advierto esto porque he escuchado a parlamentarios oficialistas cuestionar el que se establezca acá el tema del fuero y decir que es inaceptable haber planteado lo de las licencias médicas por enfermedad de un hijo menor de un año. Esto demuestra que tenemos un Ejecutivo -yo diría- con poca pericia y profundidad política, dispuesto a ir en contra de derechos que en esta sociedad ha sido muy difícil y caro conseguir. Y lo quiero destacar porque es parte de este debate.
Por lo tanto, gracias a la Concertación, el Presidente Piñera va a poder mostrar, como punto de partida, una mejor política con esta denominada "reforma histórica", la cual tiene una cobertura de solo 100 mil mujeres y un beneficio directo adicional para 6 mil niños. Y para lograr eso, al mismo tiempo, quiso menoscabar derechos adquiridos.
Lamentablemente, ni siquiera se informó de manera adecuada a los Senadores de las bancas de enfrente, en cuanto a que se iban a restringir derechos inalienables y adquiridos, como el del fuero maternal.
De modo que se establece una reforma absolutamente parcial al dejar fuera a la gran mayoría de las temporeras.
Por lo tanto, desde el punto de vista de la equidad y del deseo de disminuir brechas, lo propuesto resulta bastante exiguo, porque, además, atenta contra derechos fundamentales, como el de la licencia médica por enfermedad del niño menor de un año. ¿Por qué lo digo? Porque se desconoce ese derecho desde una lógica economicista.
El Ministro Secretario General de la Presidencia me afirmó ayer que aquí no había una lógica economicista. Pero yo pienso que sí la hay, pues el objetivo fundamental de ir en contra de ese tipo de licencia es para buscar financiamiento para el proyecto. Entonces, ya no se utilizan recursos que expresen la voluntad social del Estado, sino que, por la vía de sacarlos de los derechos existentes y, luego, traspasarlos sin necesidad de que el Fisco realice nuevos aportes.
Cabe señalar que hay diferencias de fondo entre las políticas de la Concertación, en cualquiera de sus grandes reformas -con todas las críticas que podamos hacerles respecto a lo ambicioso de ellas, a la voluntad real expresada en la magnitud de recursos de que se disponía- y las políticas involucradas acá.
Me parece que aquí se propusieron reformas simbólicas destinadas más bien a la galería, y que gracias a las adecuaciones hechas en el Senado se han podido corregir.
Además, se trata de políticas absolutamente equívocas, desde el punto de vista de su planteamiento.
He sostenido que no se puede focalizar un derecho como el del posnatal, porque beneficia a todas las mujeres. También he intentado convencer al Ejecutivo de que esto no tiene que ver solamente con un problema social de pobreza, porque la lactancia materna no guarda relación con el beneficio nutricional. ¡Si todos nuestros niños son más bien obesos! ¡Y las embarazadas también! De hecho, registran 37 por ciento de obesidad en el momento del parto.
Hemos planteado que la cuestión de fondo en materia de lactancia es de carácter cualitativo: traspasar al niño nutrientes y defensas fundamentales.
Sin embargo, lo más importante -lo señaló el Senador Gómez- tiene que ver con el apego, con el neurodesarrollo, con la convivencia, con la necesidad de construir una sociedad de mejor calidad. ¡Ahí está el foco del asunto! Eso necesita toda nuestra sociedad.
A los sectores de altos ingresos, particularmente, les hace falta la capacidad de solidaridad, de afecto por el otro, de empatía, de ser menos individualistas. Tales sectores serían los más beneficiados con que las madres pudieran lactar a sus hijos hasta los seis meses. Ello permitiría construir una sociedad mucho más solidaria, mucho más generosa, mucho menos egoísta, mucho menos marcada por las lógicas brutales que se imponen en nuestro país.
La sociedad chilena es tal vez una de las más extremas desde el punto de vista de la aplicación de las visiones neoliberales. ¡Por eso me parece equivocado el modelo!
Además, para financiar lo propuesto se intenta menoscabar el derecho a licencia de la madre por enfermedad grave del hijo menor de un año. Al respecto, ayer sostuve una discusión con algunas autoridades de Gobierno, a quienes hice presente tal perjuicio, en atención a que la iniciativa vulnera derechos establecidos en tratados internacionales de la Organización Mundial de la Salud y otras entidades.
Tengo a la vista los textos que contemplan el derecho a la salud: el Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención sobre los Derechos del Niño; diversos instrumentos que se han suscrito a nivel mundial, como la Carta de los Derechos del Niño Hospitalizado, etcétera.
Todos esos documentos plantean la necesidad de fortalecer los derechos a la salud y de que los niños estén acompañados de sus padres. Y el proyecto en debate precisamente menoscaba tales derechos. ¿Por qué digo esto? Porque a cada enfermedad corresponde un tratamiento.
Si el problema en Chile es la existencia de fraude en el otorgamiento de licencias médicas, hagamos algo. ¡Pero ello no se combate quitándoles derechos a los niños! ¡Es un error! Y tampoco,...
--(Aplausos en tribunas).
... menoscabando o precarizando tales derechos, ni constituyendo comisiones que finalmente actúan con un criterio economicista, lo cual impide una relación médico-paciente en la que cada persona es distinta y lo importante son los pacientes más que las enfermedades. Tal principio se le enseña a cualquier estudiante de Medicina.
Ahora se pretende establecer un protocolo al respecto, con el que se busca, en definitiva, cercenar los derechos mencionados.
Expresamos lo anterior con autoridad moral para ello, porque elaboramos un instrumento eficaz contra el fraude que implica la concesión de licencias médicas falsas: un proyecto de ley, aprobado por el Senado, que sanciona penalmente tanto al profesional que emite una licencia fraudulenta como a la persona que la solicita.
¡Ese es el instrumento! Pero la autoridad parece que lo olvida. Aparentemente, quiere aprovechar la circunstancia de que se comete fraude en el otorgamiento de licencias para rebajar o garantizar de manera más precaria los derechos de niños enfermos menores de un año.
Con toda justicia, cabe señalar que, gracias a la Concertación, se amplió la cobertura de los beneficiarios del proyecto que nos ocupa: de 6 mil a 20 mil niños; es decir, de 100 mil a 300 mil mujeres.
Todavía es insuficiente, pero constituye un avance.
En definitiva, hemos impedido que se menoscaben derechos fundamentales (que a las madres se les quite parte del fuero y el permiso por enfermedad grave del hijo menor de un año); extendimos los beneficios a actores que antes no se hallaban incluidos, y garantizamos y mantuvimos derechos que se pretendía precarizar, respecto a mujeres que laboran en jornadas parciales y que no iban a tener derecho a amamantamiento.
En consecuencia, si yo evalúo al Gobierno del Presidente Piñera por la calidad de sus políticas, concluyo que efectivamente hay una inmensa diferencia entre las reformas sustantivas hechas en las Administraciones de la Concertación y las pequeñas, precarias, insuficientes y hasta egoístas reformas que plantea el actual Gobierno, las que, por lo demás, se anuncian con fanfarria y rimbombancia como si fueran grandes cambios, cuando en realidad son pequeños.
Pido al Ejecutivo que, cuando proponga reformas sociales, estas sean contundentes y de fondo, y que condigan con la magnitud de los recursos y los cambios involucrados.
Gracias a la Concertación, el Presidente Piñera podrá dar cuenta de un mejor proyecto de posnatal que el que inicialmente envió al Congreso.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, en verdad, me sorprende el tono del debate no solo de hoy, sino también de los últimos días, y al mismo tiempo, cierta actitud que desde que entré a la política nunca he podido entender.Se trata de un defecto común de todos los políticos, entre los cuales me incluyo: preocuparse de cacarear un avance más por el aporte que uno ha hecho que por el valor objetivo del proyecto. Ello evidencia una mezcla de soberbia y egoísmo muy grande, que, desgraciadamente, desprestigia nuestra imagen ante la ciudadanía.
Escuchando las distintas intervenciones, pareciera que la discusión estriba en quién tiene el mérito de lo que estamos haciendo. Tal actitud me parece pequeña y distorsiona la labor que todos debemos realizar. Aquí nadie es dueño del bien. No caigamos en un maniqueísmo barato.
Reconozcamos lo que primero debiéramos valorar.
Más allá de lo hecho en 20 años de Administraciones de la Concertación, nunca se planteó una iniciativa en esta materia. ¡La presentó el actual Gobierno! Me habría gustado oír, como primera expresión, el reconocimiento por lo que ello significa. Porque tiene un valor objetivo.
No obstante, salvo honrosas excepciones en comentarios muy de paso -para ser justo-, en general se ha dicho: "Este Gobierno es pequeño, mezquino" y "Gracias a lo que hicimos nosotros, ahora contamos con un proyecto decente. Si no, sería una mugre". Tales expresiones le quitan sentido a lo obrado por el Ejecutivo.
Este presentó un proyecto que extiende en doce semanas el descanso posnatal y le dio a tal derecho un carácter distinto: lo hizo parental al incluir al padre en el proceso, lo que reviste mucho valor. Adicionalmente, aumentó la cobertura del beneficio.
Las temporeras y las mujeres con contrato a plazo fijo o por obra o faena tendrán un derecho al que antes nunca accedieron. ¡Nunca! Y se los digo yo, que represento una Región donde hay muchas temporeras que trabajan y "pelan el ajo", pero por poco tiempo, ya que no cuentan con empleo en forma permanente. Ellas carecen de beneficios sociales y previsionales dignos.
Por lo tanto, la iniciativa constituye un paso gigantesco en una buena dirección.
¡Eso es lo primero! Antes de entrar al detalle de la norma, se debe aprobar la idea de legislar. Y el Gobierno envió una buena iniciativa. Lo reconocerían, si hubiera un poquito más de generosidad, si realmente estuvieran pensando en el país más que "en lo que yo represento" o "en lo que nosotros hemos hecho como Concertación" o lo que sea.
Sería conveniente terminar con esa jerga y abocarnos a trabajar como corresponde, lo que implica decir: "Esta es una buena propuesta, pues abre una discusión que se hallaba cerrada".
¿Puede haber sido el anhelo de muchos? Está bien, lo era. Pero aquí las cosas se acreditan con un proyecto de ley concreto. Y fue presentado por el Primer Mandatario actual, en virtud de que solo el Ejecutivo tiene facultad en la materia. ¡Ahora todos dicen que es fantástico "por lo que yo he hecho"...!
Pues bien, todo eso es posible porque un Gobierno tomó la iniciativa y dio un gigantesco paso adelante.
¡Por favor! Empecemos por ahí.
De otro lado, no olvidemos que la Concertación estuvo en el poder durante 20 años y que hoy día no están gobernando. La democracia chilena eligió para ello a Sebastián Piñera y a la Coalición por el Cambio.
¡Dejemos al Presidente conducir el país! ¡Dejémoslo!
Por cierto, la Oposición cumple un rol. Como tal, nosotros en su momento jugamos un papel muy importante en muchas de las grandes reformas sociales que se concretaron en esas dos décadas. ¡Pero están acreditadas como obras de la Concertación!
¿O acaso la reforma previsional que efectuó la Presidenta Bachelet no contó con una enorme colaboración de parte de nuestra gente en comisiones técnicas y en aportes para el trabajo legislativo en ambas Cámaras? Hicimos una gran contribución. ¡Y esa legislación se conoce como un logro de la Presidenta Bachelet!
Cuando yo evalúo el cometido de su Gobierno y enumero las cosas buenas que realizó, el ejemplo referido es el primero que menciono. ¡Porque es verdad! ¿Eso significa que la Oposición no tuvo nada que hacer? ¡Aportó mucho!
Pero -reitero- es preciso reconocer el valor de esas cosas. De lo contrario, pareciera que la Concertación no se ha dado cuenta de que dejó de gobernar y de que otros asumieron las responsabilidades que ello conlleva. Y no porque tengan mayoría en alguna de las Cámaras podrán cambiar lo que el pueblo dijo: "Que gobiernen ellos, no ustedes".
Me parece esencial comprender eso, porque, si no, se pierde la dimensión de las cosas.
Respecto de las materias propias del proyecto, admito que me gustaría corregir muchos aspectos del texto original. Por ejemplo, no soy partidario de la reducción del fuero maternal. Y no lo sostengo recién ahora; lo he dicho antes.
En su momento nos reunimos con los Ministros para analizar las normas de la iniciativa y, afortunadamente, acogieron la inquietud que presentamos de extender los beneficios a las temporeras. Luego se incorporó otra propuesta en el mismo sentido, que, a mi juicio, era insuficiente. Al final se logró ampliar más la cobertura gracias al debate producido. ¡Enhorabuena!
¡Eso es lo que tiene que hacer el Parlamento!
Aquí se ha discutido sobre un aspecto que me parece sofista: el de la letra chica. ¡No! Hay una letra grande primero: la idea de legislar, el sentido del proyecto, su esencia. Lo que algunos llaman "la letra chica" es el contenido de la iniciativa, el cual siempre es perfectible.
Introducir mejoras no obedece a una cuestión política, como si solo la Oposición pudiera hacerlo. ¡Todos queremos aportar! ¡Esa es nuestra tarea! ¡Nosotros no somos monos por ser Senadores de Gobierno! También tenemos capacidad creativa para incorporar perfeccionamientos.
Por lo tanto, actuemos correctamente: aprobemos la idea de legislar y luego corrijamos el articulado.
Esta es una obra en la que todos podemos contribuir, incluida la Concertación, por cierto; más aún, siendo mayoría en el Senado.
¡Siempre el Gobierno deberá negociar con la Oposición porque, de lo contrario, sus proyectos no resultarán aprobados! Por lo tanto, tendríamos que ser necios, torpes para no darnos cuenta de que, para sacar adelante las propuestas legislativas, hemos de trabajar en conjunto.
Pero partamos de la base de que quien conduce, quien tiene la iniciativa es el Gobierno.
Ello tiene un alcance muy preciso en el punto de constitucionalidad planteado -y en la Sala hay ex Presidentes del Senado que entenderán lo que digo-, por cuanto se está estableciendo un precedente muy grave.
Se habla del problema con mucha liviandad.
Por lo menos valoro la honestidad del Senador Gómez al asumir la situación. Dijo: "Nosotros tenemos que impugnar esto". De hecho, Su Señoría está buscando modificar aspectos que no le gustan de la Constitución. Sin embargo, ese no es el camino a seguir.
Quiero recordarle al señor Senador -no se halla presente en la Sala en este momento- que, a raíz del debate de la reforma constitucional aprobada en 2005 -después de cuatro años, trajo consigo una serie de cambios muy significativos-, se presentaron muchas indicaciones para reducir el poder presidencial y los principales opositores a estas fueron los parlamentarios de la Concertación. ¡Ellos no quisieron restringirlo!
¡No le echemos toda la culpa a la dictadura aberrante que dejó un régimen presidencialista! ¡No!
Lo que pasa es que, cuando alguien tiene la guitarra, le gusta cantar; pero cuando la toma otro, prefiere que se quede callado.
Tratemos de ser objetivos y busquemos qué le conviene al país, el cual, para bien o para mal, escogió un camino. En mi opinión, fue para bien.
La limitación que se impuso a los parlamentarios para presentar iniciativas en materia presupuestaria obedeció al abuso y a la irresponsabilidad de muchos de ellos -de todos los colores políticos- que durante años se repartieron la plata del Fisco para hacerse famosos en sus respectivas zonas y nunca para realizar obras de bien común.
¡Eso se cortó hace muchos años, y fue una buena idea!
Por esa razón, nos está prohibido formular indicaciones cuyo efecto sea aumentar el gasto público. Y cada vez que en esta Sala algún Senador presentó una indicación en tal sentido, fue declarada inadmisible.
Recuerdo haber sostenido muchas discusiones sobre la naturaleza de este asunto con el entonces Presidente de la Corporación Senador Andrés Zaldívar. Y él tenía razón. No son admisibles tales indicaciones.
Dividir la votación para estos efectos es un truco tan viejo como el hilo negro. ¡Y eso es lo que ustedes hicieron! Eliminaron el párrafo que decía: "La base de cálculo del subsidio que origine el permiso postnatal parental, no podrá exceder a la cantidad equivalente a 30 unidades de fomento". Al suprimir esta frase, se cae la base de cálculo; por tanto, aumenta el gasto público contemplado en la Ley de Presupuestos.
¡Podrá ser una muy buena idea, muy conveniente, muy justa, pero es inconstitucional!
El señor LAGOS.- No.
El señor LARRAÍN.- Entonces, aparte de los argumentos que con anterioridad dio el Senador señor Chadwick referidos al inciso tercero y al numeral 6º del artículo 65 de la Constitución, cabe recordar lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 67, que consagra lo siguiente: "El Congreso Nacional no podrá aumentar ni disminuir la estimación de los ingresos; sólo podrá reducir los gastos contenidos en el proyecto de Ley de Presupuestos". Repito: "sólo podrá reducir los gastos".
En consecuencia, al separar la votación del artículo 197 bis del proyecto y rechazar la expresión que leí con antelación, se aumenta el gasto de la Ley de Presupuestos.
El señor LAGOS.- ¡No es así! ¡Se rechaza el gasto!
El señor LARRAÍN.- ¡Por eso es inadmisible! ¡Por eso es inconstitucional!
Debe resolverse este punto.
El problema no es la fuente de financiamiento, sino quién tiene iniciativa en la materia. Un parlamentario -cualquiera que sea- está impedido de presentar indicaciones cuyo objetivo final sea o conlleve el aumento del gasto.
Eso es lo que ha pasado en este caso.
Por las razones expuestas, señor Presidente, la disposición a la que aludí adolece de vicios de constitucionalidad.
El señor GIRARDI (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.- Permítame terminar la idea.
El señor GIRARDI (Presidente).- Le concedo un minuto más.
Continúe.
El señor LARRAÍN.- Gracias, señor Presidente.
Creo que tenemos que ir a lo central.
Primero, con este proyecto se está dando un paso gigantesco anhelado por todos. Y lo ha hecho el actual Gobierno. Reconozcamos ese mérito.
Segundo, el proyecto en debate, al igual que toda iniciativa, es perfectible. Todos queremos mejorarlo. Ello no tiene patrimonio político. ¡Y, por favor, respetémonos! De lo contrario, la política se convertirá en una feria de vanidades.
Y tercero, no por darnos un gustito, cambiemos normas que pueden sentar un precedente nefasto para el país. Nosotros no hemos clavado la rueda de la fortuna. Desconocemos si tendremos uno, dos o tres Gobiernos. Algún día ustedes volverán al poder de nuevo. Por lo tanto, no creen un precedente del cual, el día de mañana, se puedan arrepentir.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Leeré la lista de los inscritos hasta este minuto para que cada cual sepa el orden en que le tocará intervenir: Senadores señores Zaldívar, Letelier, Uriarte, Quintana, Allende, Ignacio Walker, Ruiz-Esquide, Alvear, Tuma, Coloma, Patricio Walker, Prokurica, Bianchi y Pizarro.
Tiene la palabra el Honorable señor Andrés Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, coincido con las apreciaciones de algunos colegas respecto de cómo se ha efectuado el debate del proyecto, sobre todo considerando la imagen que proyectamos hacia la opinión pública. Esta discusión no ha sido lo que uno hubiera querido.
Sin embargo, debo decirle al Senador Longueira, con todo cariño, que la pataleta no ha estado en nuestro sector. Yo la he visto más bien en el otro lado, específicamente en su persona. Creo que eso es malo, porque cuando se actúa con pasión, se pierde la razón.
Volvamos al asunto que nos preocupa.
Primero, no voy a repetir todos los argumentos que se han dado.
Por supuesto que es una buena idea un proyecto que amplía el permiso posnatal en tres meses. Por lo demás, era una oferta que el propio Presidente de la República hizo en su campaña presidencial, promesa que también fue planteada por los otros candidatos.
Se ha dicho que la Concertación nunca presentó una iniciativa en esta materia. ¡Obvio! ¡Los Gobiernos no siempre pueden hacer todo! Nosotros llevamos a cabo otras reformas tanto o más importantes que esta: por ejemplo, la previsional -como se ha recordado-, que tuvo un costo superior a los 2 mil 500 millones de dólares.
Con todo, reconozco que este es un buen proyecto.
El problema -la coalición gobernante debe tomar nota de ello para el futuro- es que la iniciativa sobre aumento del descanso posnatal se rodeó de una serie de disposiciones que no tenían por qué venir en el articulado, como las que limitaban derechos laborales conquistados desde hace mucho tiempo en favor de las mujeres.
La Concertación observó tal situación y reclamó por ello. Incluso se dijo que nosotros votaríamos en contra de la idea de legislar. Y efectivamente lo íbamos a hacer, si se mantenían las normas que restringían y vulneraban los derechos laborales de las mujeres.
El Gobierno empezó a escuchar y a abrirse a la posibilidad de encontrar un entendimiento. Yo fui parte de esas conversaciones. Pero siempre fue poco. Nunca entregaron lo que nosotros pedíamos.
¿Y qué pasó?
Seamos claros: anteayer tomamos una decisión que trascendió. Le dijimos al Gobierno: "No tenemos para qué seguir negociando. Votemos. Nosotros vamos a aprobar el proyecto en general. Pero en la discusión particular rechazaremos -podemos hacerlo porque tenemos los votos necesarios- todas y cada una de las disposiciones que vulneran los derechos laborales de la mujer". Y nos era posible hacerlo. No se necesitaban indicaciones del Ejecutivo en esa materia.
Y el Gobierno apareció ayer en una conferencia de prensa -yo creí que iba a continuar la negociación, porque si hubiéramos conocido por esta vía lo que se planteó, a lo mejor podríamos haber seguido conversando-, junto con independientes, con algunos Diputados y con Senadores. Y dijo: "Miren, ahora vamos a hacer tal cosa y sacaremos todos los colgajos que trae el proyecto de ley".
¡Y qué pasó anoche! Que nosotros íbamos a votar como lo habíamos señalado.
¡Cuál es el punto que genera el problema! Que el Gobierno quiere limitar el derecho de posnatal a las mujeres que perciben más de 30 y menos de 66 UF de remuneración. Es decir, pretende dejar fuera de este beneficio, por razones económicas, a quienes se encuentran en ese tramo de ingresos.
¡Y qué hicimos nosotros! Aquí viene lo relativo a la constitucionalidad: pedimos dividir la votación.
La división de la votación no es una indicación, sino un derecho que se halla establecido en el artículo 164 del Reglamento, que señala: "Cualquier Senador podrá pedir que se divida una proposición antes de empezar su votación,". Y el asunto tiene que votarse de esa manera.
¿Qué podría declararse inconstitucional en esas condiciones?
La Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional expresa derechamente en su artículo 24 que solo podrán admitirse ciertas indicaciones, y otras, no. ¿Y cuáles son ellas? Las mencionadas en el artículo 131 del Reglamento. Ahí se enumeran las indicaciones de que trata dicho precepto; pero no se alude a la división de la votación.
Entonces, ¿qué es lo que pasa? Que estamos frente a un problema que conlleva a discusión.
Ahora, ¿qué sucede acá? Que se da el efecto indicado: se produce un mayor gasto. Por cierto, es posible que ello sea así.
¿Pero qué debe realizar el Gobierno? Incluso, un grupo de Senadores o de Diputados podría llevar a cabo la gestión. De acuerdo con el artículo 93, número 3° y siguientes, de la Constitución Política, podría recurrir -así se lo manifesté al Ministro Secretario General de la Presidencia- al Tribunal Constitucional y hacer valer su derecho conforme a toda la argumentación entregada aquí por los Senadores Chadwick, Hernán Larraín y otros Honorables colegas, o exponer otros fundamentos. Y será ese organismo el que resuelva. Se estableció ese mecanismo constitucional porque puede haber una interpretación diferente, existir un vacío en la ley o no ser clara la Carta Fundamental.
La Constitución -como bien se ha dicho acá-, en caso de aprobarse un proyecto sin los suficientes recursos para su financiamiento, dispone en su artículo 67 que el Presidente de la República deberá reducir el beneficio para ajustar el gasto.
Ahora bien, me alegré mucho cuando escuché al Senador Chahuán en su primera intervención -pensé: se acabó la discusión-, porque señaló que el Gobierno no dejaría que esta iniciativa quedara sin financiamiento como venía. Creí que ya había hablado con él y que traía esa buena noticia. Pero después, en el transcurso del debate, me he dado cuenta de que al parecer eso no existe, salvo que Su Señoría me lo aclarara. Y me complacería bastante que el Gobierno recogiera lo que se ha planteado, que evitara la discriminación al volver a poner un tope de 30 UF y no el de 66 UF que hoy día rige en favor de las mujeres.
Ese es todo el debate. Eso es lo que tenemos que solucionar y lo que debe votar el Senado. Ya nos pronunciamos en contra de todas las limitaciones a los derechos.
Me alegro mucho de que algunos Senadores hayan expresado -se lo escuché al Honorable señor Longueira en su momento y ahora al Senador Larraín- que son contrarios a la disminución del fuero y de otros derechos laborales. Eso me satisface, porque el proyecto está siendo colocado en la situación que todos queríamos.
Ahora, ¿la iniciativa es un mérito del Gobierno? En efecto, lo es el hecho de haberla enviado.
¿Y es mérito de la Oposición participar en ella? Por supuesto que lo es, porque si la hubiésemos aprobado en los términos propuestos por el Ejecutivo, sería un mal proyecto, dado que limitaba los derechos de las mujeres trabajadoras. También lo sería si se rebajaran las 66 UF -que es un beneficio ya logrado- a 30. Porque, como se ha dicho aquí, no se trata de un problema económico, sino de que la mujer, la madre pueda tener contacto con su hijo, cualquiera que sea el ingreso que perciba. Y eso no lo puede sustituir con más dinero.
Entonces, aquí el asunto es muy claro: aprobaremos en general el proyecto hoy día, con la votación favorable de todos, por cuanto todos estamos de acuerdo. Pero acogeremos una buena iniciativa en particular, porque la Oposición, con su mayoría y ejerciendo algo que es esencial en democracia y en un parlamento, votará en contra, como lo hizo en las Comisiones unidas, todas y cada una de las disposiciones que atenten contra los derechos laborales de las mujeres.
Vamos a mantener el beneficio y eliminaremos los perjuicios que se querían producir.
Ese será el efecto.
En cuanto al problema de constitucionalidad que se plantea, se va a recurrir al Tribunal Constitucional. Y ojalá resuelva el asunto para que tengamos una pauta clara en el próximo tiempo.
Y se lo he dicho al Ministro Secretario General de la Presidencia: el Gobierno tiene muchos trámites aún por cumplir para tratar y poner sus ideas.
Si el deseo del Gobierno y de la Alianza es que realmente el beneficio del posnatal se entregue nada más que a las mujeres que ganan hasta 30 UF y en forma parcial a las que perciben entre 30 y 66 UF, que lo digan derechamente, que lo indiquen en un veto. Con motivo del trámite de promulgación de la ley, el Presidente de la República puede presentar un veto sustitutivo en el que señale: "Mire, señor, yo no quiero el guarismo 66, sino el 30".
Y saben, señores Ministros: solo se requiere un tercio de los votos de una de las ramas del Congreso para imponer su idea. Pero díganlo con claridad: "Deseamos que el posnatal beneficie solo hasta quienes ganan 30 UF y parcialmente a las mujeres que perciben entre 30 y 66 UF". Que no se exprese otra cosa, ni se busque el trámite de reclamo de constitucionalidad, por mucho que ello sea posible, para tratar de esconder lo principal.
Este es un buen proyecto, y va resultar mejor, porque hemos participado corrigiendo lo que venía mal. Si el Gobierno quiere darle curso y financiarlo, como dijo el Senador Chahuán, está en sus manos hacerlo. Si no desea proporcionar los recursos ni dar el posnatal a la gente que gana más de 30 UF, que lo indique derechamente en la Cámara de Diputados o en el veto.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, quiero referirme solo a un punto del proyecto, el cual no ha sido debatido suficientemente.
No aludiré a cómo ha sido el proceso de construcción de lo que existe hasta hoy, sino que únicamente señalaré que las voces de alerta sobre la pérdida de derechos, las preocupaciones que se levantaron, permitieron que se generara conciencia, incluso en Senadores del oficialismo, de que la iniciativa original adolecía de serias deficiencias al quitar derechos adquiridos.
Lamento que la Ministra del SERNAM no se encuentre presente en la Sala en este momento en que plantearé el asunto en cuestión.
Yo creo -y lo digo no en un sentido negativo hacia ella- en la igualdad ante la ley. Y esta iniciativa establece una discriminación que, a mi juicio, es de dudosa constitucionalidad. En lo personal, haré reserva sobre ese punto, por cuanto a las mujeres y a los niños no se les trata a todos por igual.
En efecto, las mujeres que represento, que son trabajadoras agrícolas de temporada, a las cuales se les hace en forma abusiva contratos a plazo fijo, por obra o faena, a base de simulaciones de aquellos, en el mejor de los casos -¡en el mejor de los casos!-, tendrán tres meses de subsidio, un beneficio que, por regla general, ni siquiera corresponde al sueldo mínimo para muchas de ellas, sino que está por debajo de aquel. Es decir, es una situación bastante vergonzosa y, a mi juicio, mezquina.
En el proyecto original, al 20 por ciento de las temporeras más pobres les iba a tocar un bono de 50 mil pesos al mes durante tres meses. En la actual proposición eso sigue igual para las mujeres más pobres, las temporeras, las que apenas logran trabajar tres o cuatro meses en un huerto, raleando, amarrando parras o cosechando. Como laboran pocos meses y se prorratea el ingreso promedio sobre la totalidad del año, debido al mecanismo de cálculo van a recibir subsidios por debajo del sueldo mínimo.
Tal situación me parece muy inadecuada para una nación que se dice que alcanzará el desarrollo de aquí a fines de la década; un país donde se señala, como se lo he escuchado a los colegas del frente, que se quiere defender a los niños y niñas, que eso es lo principal.
Deseo manifestar que en este punto el proyecto que nos ocupa contiene insuficiencias.
Aunque se amplíe la cobertura al 60 por ciento de las mujeres con contrato a plazo fijo por obra o faena, se produce una situación discriminatoria.
¡Para ellas no hay posnatal de 6 meses, sino de 3!
¡Para ellas no hay un posnatal con un subsidio por la totalidad del sueldo que ganaron en los meses que trabajaron, sino que se les paga una cantidad menor!
He asistido a muchos encuentros con mujeres de mi Región y les he pedido que levanten la mano las que hayan tenido derecho al pre o al posnatal. Y, de un total de 200 a 250, nunca han sido más de 10 las que lo hacen, pues la abrumadora mayoría carece del beneficio.
Y si bien esta iniciativa incorporará a algunas, serán las parientes pobres del subsidio del pre y posnatal. Vamos a establecer una discriminación para los hijos e hijas de las trabajadoras de temporada, que no van a hallarse en la misma situación que otras.
Deseo señalar que, al menos a mí, eso me genera tremendas dudas. Porque se trata de forma distinta a esos niños y niñas por la cuna en que nacieron, por el oficio o actividad de la madre. El Estado, la sociedad, fija un subsidio en función no de los niños -¡mentira!-, sino de la naturaleza del contrato laboral. Por hacerlo así y por establecer una discriminación entre los contratos a plazo fijo, por obra o faena versus los contratos indefinidos, creamos dos tipos de ciudadanas, dos grupos de niños y niñas.
Y creo que en tal sentido se discrimina brutalmente.
Las mujeres no laboran más meses no porque no quieran, sino porque no hay trabajo en los otros meses. Las temporeras de la Sexta Región se emplearían todo el año de existir esa posibilidad. Pero, cuando son madres, asumen iguales obligaciones y sus niños y niñas tienen las mismas necesidades.
A mi juicio, al discutirse la asignación de recursos públicos, lo que no se puede hacer es mendigar para cubrir las necesidades de los niños y niñas que nacen. Si se quiere extender el pre y posnatal a más personas, que se ponga un piso respecto de la protección de ese niño o niña.
¡No debería fijarse nunca un subsidio por debajo del sueldo mínimo!
¡Nunca!
Espero que ese tema, que no ha sido posible agregar mediante indicaciones, pues carecemos de la facultad para ello, se pueda abordar.
Porque ¡eso es equidad al hablar de derechos de niños y niñas!
¡Eso es equidad si se desea tratar a todas las mujeres por igual y no discriminar a las que viven en las comunas intermedias de Chile: más de 400 mil temporeras con contratos por obra o faena muchas veces simulados y abusivos!
Señor Presidente, al menos para quien habla, aquí es donde existen diferencias de fondo en cuanto a cómo se afronta este proyecto: derechos universales con garantías mínimas o no.
A mi parecer, aquí no se establecen garantías mínimas acerca de lo que debe recibir toda madre para el hijo o hija que nace.
Al principio, el aumento de la cobertura era de 6 mil 500 cupos, los que hoy -entre comillas- se han incrementado. Y lo que importa son los cupos, no el universo potencialmente beneficiado.
Para quienes somos economistas o estudiamos economía -yo estudié matemáticas primero- el uso de los números da para todo. En este caso, lo relevante es saber cuántas guaguas -niños y niñas- van a tener protección, apego y cuidado infantil en el primer ciclo de la infancia, en particular, durante la primera fase de este.
Se dispone tal aumento en un país con una tasa de natalidad de 1,9 hijos que está decreciendo.
A mi entender, las señales que estamos dando como sociedad no buscan incentivar a la mujer para tener hijos ni generar un mínimo común denominador para todos los niños y niñas.
Por eso, quiero plantear mis dudas sobre la constitucionalidad de establecer esta discriminación odiosa -a mi juicio-, por la naturaleza del contrato laboral de las madres.
Por último, señor Presidente, deseo hacerme cargo de una reflexión.
Las bancas del oficialismo, e incluso algunos de los señores Ministros presentes, muchas veces dicen: "Nosotros hacemos hoy lo que no se realizó en 20 años". Es cierto, porque uno no puede realizar todo a la vez.
La Concertación impulsó un sistema de protección social que el país defiende, que reconoce; políticas habitacionales sin deuda; cobertura de la JUNAEB a través de más de 1,5 millones raciones de alimento por día; una reforma previsional; programas de apoyo al adulto mayor, y podría dar a conocer una lista muy larga.
Ahora hay consenso sobre la necesidad de avanzar en ese debate después de la política de salas cuna y de jardines infantiles que promovió la Presidenta Bachelet, y que, por desgracia, en este tiempo se ha ido frenando.
En lo personal, habría preferido que este proyecto de ley tuviera otra lógica; quizás soy minoría. No soy médico y sé que mi posición puede ser contraria a lo que ellos piensan, pero soy partidario de que, en vez de subir a 6 meses el posnatal, se concediera uno universal de 3 meses para todas las mujeres del país, para todos los niños, con una base mínima.
Eso deberíamos hacer primero como políticas universales, en lugar de crear esta situación en que algunas mujeres van a tener derecho a 6 meses y la gran mayoría solo 3. Y muchas -¡muchas!- madres, que son trabajadoras por cuenta propia y no tienen contrato -más del 12 por ciento son asalariadas sin contrato-, se quedarán sin nada. Y las que laboran en su casa, que no reciben sueldo, van a tener que -disculpen el concepto- ir a mendigar a los municipios un Subsidio Único Familiar de 7 u 8 mil pesos, que no alcanza ni para pagar los pañales del mes.
Me habría gustado primero una política universal: que todas tengan derecho a pre y posnatal, en vez del tipo de discusión que vamos a llevar a cabo. Y me duele que en este proyecto de ley a las temporeras, si bien existe más cobertura, se las siga discriminando y sus hijos e hijas no tengan las mismas oportunidades que los de las mujeres cuyo contrato es indefinido.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- El Honorable señor Gómez se puso "compasivo" y accedió a dar la venia para que entren a la Sala los señores Subsecretarios.
Por lo tanto, si no hay objeción, se autorizará su ingreso.
--Se accede.
El señor GIRARDI (Presidente).- Como varios de Sus Señorías me han preguntado sobre el particular, voy a nombrar a los oradores inscritos: los Senadores señores Uriarte, Quintana, señora Allende, Ignacio Walker, Ruiz-Esquide, señora Alvear, Tuma, García, Coloma, Patricio Walker, Prokurica, Bianchi y Pizarro.
Tiene la palabra el Honorable señor Uriarte.


El señor URIARTE.- Señor Presidente, como ya se dijo, debido al cumplimiento de un compromiso presidencial, el Senado se encuentra discutiendo un proyecto de ley que, sin duda, va a marcar un antes y un después en relación con la historia del Código del Trabajo, al menos en lo relativo a una institución tan importante como el posnatal.
En Chile nacen 240 mil niños al año. La tasa de natalidad es de 1,9 por mujer. Y, en verdad, más allá de los cálculos que se puedan realizar o de las palabras que se puedan lanzar al viento, en esta iniciativa están en juego el mejoramiento de la salud del niño; la preocupación por su amamantamiento; el perfeccionamiento de su desarrollo psicomotor y afectivo; la disminución de la obesidad, de las enfermedades respiratorias y, en general, la incorporación definitiva de las mujeres que hoy día no están beneficiadas por las instituciones que se crean mediante la iniciativa en debate.
Por eso, nos parece que este un gran proyecto de ley. Acá se juega verdaderamente una oportunidad concreta para avanzar en materias que hacía mucho tiempo no habían tenido prioridad legislativa.
Sin embargo, esto, que parece una cosa bastante obvia, no ha sido recogido por la unanimidad del Senado.
Después de 11 horas de discusión en las Comisiones unidas de Trabajo y de Salud y de 3 horas de debate en la Comisión de Hacienda, finalmente se aprobó la idea de legislar. Pero la Oposición rechazó materias fundamentales. Y ahora anuncia que volverá a votar contra todos los artículos e indicaciones referentes a aspectos esenciales.
Cae la cobertura. Hemos visto cómo, por el efecto de su rechazo, nos privamos de un mecanismo destinado a frenar los fraudes cometidos a través de licencias médicas y, con ello, la tremenda pérdida de más de 180 millones de dólares. Hemos escuchado todo lo que se ha dicho: que va a caer el fuero; que desaparecerá el beneficio que les permite a las madres proteger a los hijos menores de un año que padecen una enfermedad grave, etcétera.
Lo cierto es que la Concertación ha argumentado como si estuviéramos legislando por primera vez en materias tan importantes como el pre y el posnatal.
Por ello, no podemos sino concluir que hay un gran desconcierto en la Oposición.
Se dieron cuenta de que desde el año 24, cuando se discute en Chile la primera ley sobre contrato de trabajo, o desde el año 31, en que se dicta el primer Código Laboral, no se había hecho nada en este ámbito.
Se dieron cuenta, además, de que desde el año 90 a la fecha, al menos en esta área, tampoco se pudo hacer nada.
Entonces, me da la impresión de que por eso les cuesta aceptar que un Gobierno como el nuestro, un Gobierno de Derecha, se haya hecho cargo de una materia tan importante como esta; que, más aún, haya innovado; que se haya atrevido y haya avanzado en mejorar instituciones como la del fuero y la del pre y posnatal; que haya incorporado al padre en una tarea muy significativa, en la que antes no estaba, y que, asimismo, haya incluido a mujeres trabajadoras -temporeras, básicamente- en algo tan esencial como lo que discutimos acá.
Bueno, no puedo sino terminar haciendo un llamado a la Oposición y señalando que la madurez de los países no solo se mide por la calidad de los Gobiernos: también se mide por la calidad de la Oposición.
A nosotros, en democracia, nos tocó trabajar como una fuerza política importante que se sintió siempre llamada a contribuir a grandes acuerdos. Y es cierto: muchas de las reformas estructurales de nuestro país las impulsó la Concertación. Pero en la mayor parte de ellas la Oposición participó activamente: dando los votos, contribuyendo a perfeccionar las iniciativas.
Recuerdo haber visto cómo surgieron la reforma procesal penal, la reforma previsional, la reforma procesal laboral, la reforma al mercado de capitales, la reforma educacional, la reforma a la salud.
Muchas reformas estructurales, señor Presidente, surgieron gracias no solo al impulso del Gobierno de turno -efectivamente, lo hubo-, sino también al apoyo brindado por la Oposición.
Pues bien, en esta oportunidad quiero llamar a la Oposición a que se sume, en vez de tratar de sacar cuentas alegres. A que no use la calculadora para ver cómo votar en particular y de verdad entienda que esta es una de las principales reformas que van a contribuir a perfeccionar nuestro sistema de protección social. Porque, en definitiva, las mujeres y los niños lo van a agradecer profundamente.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.


El señor QUINTANA.- Señor Presidente, este es un proyecto importante, como se ha dicho desde todas las bancadas.
Yo no tengo ningún problema en responder a lo que señalaba el Senador Hernán Larraín, quien a ratos decía advertir pequeñez en la Oposición por no reconocer que aquí hay una idea al menos loable. Y lo es. Efectivamente, estamos ante una iniciativa que busca otorgar un beneficio. Eso la Concertación lo ha planteado desde el comienzo. Porque no nos gusta la forma como ha tenido lugar la extensión en los últimos años: en algunos casos, con uso de licencias y otros sistemas poco claros. Y eso hay que corregirlo.
De otra parte, se ha sostenido que durante 20 años la Concertación no hizo nada.
¡Por favor! ¡De qué estamos hablando!
Aquí todos han señalado que la reforma previsional tuvo un costo de 2 mil 500 millones de dólares. Y este proyecto, que es la gran reforma social del Presidente Piñera, costará, en el mejor de los casos, 190 millones de dólares.
¡Esa es la diferencia!
Por si eso fuera poco, voy a recordar que la Presidenta Bachelet no solo hizo la reforma previsional. Además impulsó el derecho a amamantamiento de los menores durante los dos primeros años de vida; el derecho a la maternidad, que se halla establecido también en la reforma previsional, en lo concerniente a los derechos del hijo nacido vivo; el programa Chile Crece Contigo; la construcción de salas cunas, que el Gobierno actual paralizó (de ello quedó constancia durante la discusión del Presupuesto el año pasado). Es decir, estamos hablando de un sinnúmero de derechos.
Ese es el punto central, señor Presidente: se trata de un proyecto que, si bien avanza un paso, da dos hacia atrás; porque retrocede en derechos.
Para usar términos ad hoc, hoy estamos pariendo como Congreso un proyecto con fórceps, con mucho ripio, con grandes dificultades. Porque aquí no ha habido diálogo, como se ha planteado. Más bien, ha existido un intento de imponer una mirada claramente economicista, según voy a señalar (muchos Senadores ya se han referido al punto).
Eso es lo que ha generado toda la preocupación de la Concertación. Porque, si se sigue entendiendo la maternidad como un subsidio y no como un derecho -esto es en definitiva-, ello implica mantener el actual sistema y, por tanto, exponer a las mujeres a un inmediato castigo patrimonial por ser madres, ya que sus ingresos disminuirán durante el descanso maternal.
Por ello, haber siquiera planteado que los ingresos deben bajar cuando la mujer tiene que cuidar a su hijo menor de un año por causa de una enfermedad grave es una tremenda equivocación del Gobierno.
De no mediar los cambios que se hicieron en las Comisiones unidas se intensificaría, en la dimensión individual a que nos quería arrastrar el Gobierno, el castigo patrimonial y, adicionalmente, se generaría un castigo social.
¿Y por qué hablo de "castigo social"? Porque se considera que, sobre todo en los quintiles más bajos, las trabajadoras que se convierten en madres son definitivamente marginadas del mundo laboral. Es muy difícil que una mujer del 40 por ciento más pobre vuelva a obtener un empleo formal después de tener un hijo.
Ese es, a mi juicio, un elemento esencial en esta discusión.
¿Y la extensión? Por supuesto que la valoramos. Lo han señalado siempre incluso Diputados que nos acompañan esta tarde, quienes han trabajado este tema: el doctor Enrique Accorsi, Carolina Goic, María Antonieta Saa.
Se ha afirmado, por ejemplo, que el amamantamiento, la lactancia, el estímulo ayudan a desarrollar toda la capacidad neuronal, todas las habilidades motrices de los niños. Y eso, porque ahí se juega una parte importante de su salud futura.
Sin embargo, aquello no significa que después no vaya a haber problemas. Porque entre los seis meses y el año de edad -lo decía muy bien el Senador Rossi- aparecen otras dificultades, otras patologías: las cardiopatías, las lesiones del tubo neural, por ejemplo, que son muy frecuentes.
En este proyecto, señor Presidente, se intenta echar abajo, por la posibilidad de fraude, todo el sistema de licencias. Es igual que si el Gobierno, en cualquier elección, ante la comisión de un fraude en determinada mesa, por no tener capacidad de fiscalizar, decidiera quitarles el derecho a votar a todas las personas que la conforman.
Esa es la forma como se encara esta materia en el proyecto, señor Presidente.
Entonces, una iniciativa bien planteada, donde se ha cuidado con mucho celo que el Presidente de la República cumpla su promesa de campaña -y nos parece bien que lo haga-, sin embargo, no solo tiene letra chica -y por eso uso la lupa-, sino también una gran tijera, la cual está cercenando muchos derechos y numerosas conquistas ya alcanzados por las mujeres.
Señor Presidente, creo que es importante respaldar las normas relacionadas con la licencia por enfermedad grave del niño menor de un año. Porque en la mayoría de los casos no hay invención. Además, es la forma que hasta hoy tienen muchas madres para estar cerca de sus hijos en caso de enfermedades con aquella connotación. El reflujo en los niños no es un engaño.
Entonces, señor Presidente, me alegro por los avances logrados en las últimas horas. El acuerdo que firmó el Gobierno con los independientes me parece bien. Pero es exactamente igual a lo que veníamos planteando nosotros.
Por cierto, en algunas cosas la letra chica -el colega Rossi me pasará de nuevo la lupa- todavía persiste.
Por ejemplo, se dice que existirá un aumento de cobertura y que vamos a subir de 20 a 60 por ciento. Pero habrá mucha dificultad para cumplir los requisitos exigidos, que son copulativos: registrar 12 o más meses de afiliación, 8 o más cotizaciones continuas o discontinuas, en fin (algunos Senadores han hablado aquí de las temporeras de sus zonas).
Entonces, a quienes están preocupados por los fondos les quiero señalar que por aquel concepto también existirá cierto ahorro para el Estado.
Ahora, si se insiste en lo concerniente al mayor gasto, en que el proyecto está desfinanciado, debo recordar que el artículo 67 de la Constitución -se han leído acá varios preceptos de esta- dispone: "Si la fuente de recursos otorgada por el Congreso fuere insuficiente para financiar cualquier nuevo gasto que se apruebe, el Presidente de la República, al promulgar la ley, previo informe favorable del servicio o institución a través del cual se recaude el nuevo ingreso, refrendado por la Contraloría General de la República, deberá reducir proporcionalmente todos los gastos, cualquiera que sea su naturaleza.". O sea, la situación está muy clara.
En todo caso, si el Ejecutivo quiere ir al Tribunal Constitucional, allá él. Pero se va a poner en tela de juicio también todo un debate en el aspecto constitucional. Y en buena hora.
Lo que quiero decir es que la actual institucionalidad le entrega herramientas al Presidente de la República para enfrentar el problema. No se trata, pues, de que el Gobierno se haya quedado sin plata para financiar el proyecto.
Tal vez lo que les preocupa es que en la norma individualizada se dice "previo informe". Imagino que del Ministro de Hacienda, a quien, dicho sea de paso, no hemos visto durante toda la tramitación del proyecto. La Presidenta de las Comisiones unidas, Senadora señora Rincón, señaló anoche que se lo convocó en diversas ocasiones y nunca llegó.
También hay que recordar, señor Presidente, que al Ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín, no le gustaba esta iniciativa. Y ni siquiera estuvo cuando el Presidente Piñera la firmó en La Moneda. Tampoco se halla en la Sala en este momento.
Entonces, algo pasa ahí.
Yo leí el fin de semana una entrevista a Hernán Büchi. No sé si serán las mismas razones, pero él planteaba que este era un mal proyecto, que, a su juicio, iba a perjudicar mucho a los pequeños empresarios. No sé si también a los no muy pequeños.
Entonces, algunos sectores de la Derecha ya están advirtiendo que esto va a generar en el futuro un problema laboral, de empleabilidad femenina.
A mayor abundamiento, respecto a la afirmación majadera de muchos en el sentido de que este proyecto no tiene financiamiento y, por tanto, habrá que recurrir a no sé donde para juntar la plata faltante, debo manifestar que el último informe financiero -el Senador Escalona fue muy claro en esta materia, pero no se refirió a ese documento que llegó de Hacienda y está firmado por la Directora de Presupuestos, doña Rosanna Costa- dice: "El mayor gasto fiscal que represente esta ley, durante el año 2011, se financiará con cargo a los recursos de la partida presupuestaria del Tesoro Público de la Ley de Presupuestos del Sector Público vigente.".
Entiendo que dicho informe ingresó esta mañana, después de la discusión donde, supuestamente, los parlamentarios de la Concertación habían hecho algo tan catastrófico.
En definitiva, pienso que el proyecto se halla financiado. Esto es muy superior a lo que teníamos al inicio. Es cosa de mirar las caras nomás. No veo en las bancadas de enfrente una expresión corporal acorde con lo que se dice en el discurso. Más bien veo caras largas, Senador Larraín.
Yo siento de verdad que la Concertación hizo su pega. Fue coherente en todo momento. Por eso hemos defendido aquí nuestras posiciones. Hemos usado la lupa para mirar la letra chica. Pero también hemos puesto mucha atención a la tijera que intentaba cortar derechos.
Termino diciendo, señor Presidente, que no podemos, ni en este proyecto ni en ninguno otro, seguir aceptando -se lo digo a usted, señor Larroulet, por intermedio de la Mesa- el tono con que algunos Ministros se refieren a los parlamentarios.
¡Eso nunca había ocurrido!
Nos hallamos en democracia, en el Congreso. Los señores Ministros no están en su casa.
El tono con que habló hoy la Ministra Matthei -no sé en qué radio- y el tono con que lo hizo anoche el Ministro de Salud son francamente inaceptables.
Por eso, parafraseando al gran poeta Vicente Huidobro, yo simplemente digo: "La palabra, cuando no da vida, mata".
Parece que aquí se quiere matar la capacidad de pensar distinto. Y eso no lo vamos a tolerar. Ni en este Congreso ni en ninguno otro del resto del mundo se puede permitir el lenguaje que algunos han usado.
Eso es lo que finalmente -el colega Chahuán llamó a la existencia de un mejor clima- genera distancia y provoca el alejamiento de situaciones que en su momento a lo mejor estuvieron muy próximas a ser concordadas.
Con todo, vamos a votar a favor de la idea de legislar, porque este proyecto nada tiene que ver con el enviado por el Gobierno.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, parto señalando que fui una de las que el 21 de mayo pasado aplaudieron cuando el Presidente Piñera anunció que mandaría un proyecto de ley que iba a establecer un posnatal de seis meses. Y lo hice con el sincero convencimiento de que se trataba de un derecho anhelado largamente por muchas mujeres. Pensé que por fin este país había llegado a un grado de madurez que lo hacía capaz de cambiar su mirada.
Hasta ahora, siempre la maternidad ha sido de responsabilidad, de costo y de cargo de la mujer. Y la verdad es que no existen corresponsabilidad ni conciliación maternidad-trabajo; en todo momento las mujeres han tenido que cargar con ese peso.
Tal es una de las tantas razones por las cuales nuestro país -y este indicador no nos enorgullece- tiene la tasa de empleabilidad femenina más baja en toda la región. Porque siempre les hemos cargado la maternidad a ellas.
Creí, pues, que era un paso positivo. Y si el Senador Larraín se queja porque eso no se reconoce, se equivoca: pensé así de verdad.
Pero ese paso positivo duró hasta el minuto en que empezamos a leer la letra chica (me pasan aquí una lupa).
Tardaron mucho: casi un año. Porque este proyecto llegó hace un par de meses.
Cuando comenzamos a leer la letra chica concluimos que era ¡inaceptable! lo que estaba ocurriendo: que el fuero maternal se redujera a tres meses; que a las mujeres que desempeñan jornadas parciales se les eliminara el derecho a alimentar al hijo menor de dos años; que se pudiera desaforar de manera automática a las trabajadoras que se desempeñen con contrato a plazo fijo, por obra o por faena determinada.
El proyecto del Ejecutivo discriminaba contra los niños y las mujeres. En el caso de los niños, tratándose de las enfermedades graves o gravísimas. A las mujeres se las discriminaba según el tipo de contrato, según la clase de relación laboral, según la cantidad de cotizaciones.
Por cierto, era inaceptable también que, lisa y llanamente, el tope de 60 UF se reemplazara por uno de 30 UF como subsidio -por lo demás (valga la repetición), no se trata de un subsidio, sino, en estricto sentido, de un derecho-, sustituyendo un ingreso de la mujer que trabaja y es madre.
Entonces, señor Presidente, estamos lejos de decir que esta es una revolución.
Es cierto: hay un avance. Pero es un avance logrado gracias a nuestro convencimiento, a nuestra voluntad, a nuestra capacidad para rechazar una y otra vez el proyecto original, pese a las amenazas y a las descalificaciones.
Se nos dijo que éramos obstruccionistas; que éramos destructivos; que hacíamos zancadillas; que negábamos la sal y el agua (lo sostuvo el intendente subrogante de mi Región); que éramos irresponsables.
Hoy día la Ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, ex Senadora, sigue reiterando que somos irresponsables.
El colega Larraín nos dijo que estábamos cacareando.
Por intermedio de la Mesa, debo aclararle al Senador Larraín que no estamos cacareando, sino estableciendo una verdad: este era un mal proyecto.
Una vez más, un gran titular. Una vez más hay que leer la letra chica.
Es cierto que la iniciativa concedía beneficios que no estaban consagrados. Sin embargo, restringía, quitaba y eliminaba otros que sí existían.
No obstante que la experiencia indica que no deben suprimirse derechos irrenunciables por naturaleza, se eliminaban algunos con estas características.
¡Es el colmo!
Y quiero decir algo más, señor Presidente.
Al comienzo solo se pensó en cubrir al 20 por ciento de las madres más vulnerables, que no tienen ningún derecho.
Hoy, producto de nuestra obstinación -la reconocemos- en rechazar una y otra vez la iniciativa e incluso en amenazar con no aprobar la idea de legislar y con ello impedir un anuncio como el del 21 de mayo del año recién pasado, nos encontramos ante lo que estamos presenciando, en que al menos podemos decir: "Todo esto es lo que hemos logrado y es un avance.".
Pero no podemos sentirnos totalmente satisfechos si, encima, se nos quiere impedir el ejercicio de un derecho. Porque la Constitución -la hemos considerado siempre espuria en su origen, y esperamos realmente tener alguna vez una Carta que sea democrática desde ese punto de vista, no solo en su contenido- nos permite aprobar o rechazar, no aumentar. Y lo que hicimos fue rechazar, porque no podemos aceptar la discriminación que se pretende.
¡Cómo podríamos hacerlo si aquí es preciso sacar la voz, no solo por las mujeres más vulnerables, sino también por aquellas que, con mucho esfuerzo, han logrado insertarse laboralmente y tener éxito, en forma relativa, en términos de ganar una remuneración de 640 mil pesos para arriba! Ellas, a las que les ha costado estudiar, insertarse laboralmente, conciliar su maternidad con el trabajo, no tienen por qué enfrentar, en la ampliación del posnatal, la disminución relacionada con las 30 unidades de fomento.
Además, no tienen por qué someterse a la jornada reducida que se ha inventado y que ni siquiera existe en el Código Laboral. Es algo absurdo, porque el gasto en locomoción para ir y volver, en el cumplimiento de un horario de tres horas, significará exactamente lo que aquí se ha dicho: dar con una mano lo que se quita con la otra.
Y resulta todavía más abusivo otro hecho. Porque todos sabemos que, por desgracia, las mujeres ganan 30 por ciento menos. Es una realidad que todavía se mantiene en el país. Por lo tanto, es el colmo que, encima, no se les reconozca su trayectoria, su carrera, su esfuerzo, su inserción y su posibilidad de prosperar.
Naturalmente, nos pronunciamos por el rechazo. Lo hicimos ayer, lo hacemos hoy y lo haremos mañana. Y, afortunadamente, conseguimos que ello prevaleciera en las Comisiones. Era lo único coherente y claro por hacer.
Y deseo consignar otra cosa, señor Presidente. Después del poco más de un año que llevo en esta Corporación, reconozco que el Honorable señor Chadwick expone sus argumentos en un tono muy respetuoso. Eso, para mí, es muy saludable, porque lo hace conforme a su convicción, en forma legítima, pero con deferencia. No puedo decir lo mismo de otros Senadores -me refiero a uno que se sienta muy cerca de Su Señoría y que no se encuentra presente- que han demostrado claramente lo destemplados que pueden llegar a ser.
No estoy de acuerdo con lo manifestado por Su Señoría, eso sí. Está muy equivocado al decir que no hicimos nada por la madre y el niño.
Nosotros sacamos la Ley de Amamantamiento, derecho que querían eliminar con el proyecto, entre otras cosas, en el caso de las mujeres que cumplieran jornadas parciales. ¡Se dan cuenta!
Por otra parte, el programa Chile Crece Contigo, de la Presidenta Bachelet, apuntó a acompañar a la mujer durante todo el embarazo, desde el primer momento, con visitas médicas, con control médico especializado, con orientación. ¡Qué mejor manera de preocuparse de la madre y del hijo!
Pero no se trata solo de eso, señor Presidente. Deseo preguntarle a mi Honorable colega -aunque se halla muy ocupado hablando- quién, si no la Presidenta Bachelet, se preocupó de que se dispusiera de más salas cunas y jardines infantiles. ¡Eso es lo que queremos y necesitamos las mujeres: la posibilidad de educación preescolar, para poder trabajar con la tranquilidad de que manos responsables, profesionales, estimularán tempranamente a los niños!
Ahora el Gobierno está parando esos establecimientos. Por lo menos, no los ha aumentado, y parece que no quiere reconocer lo que hicimos.
Entonces, el Senador señor Chadwick -lo digo con mucho respeto- está muy equivocado, porque realizamos muchas cosas.
Es cierto que no planteamos un proyecto de ley con miras a un posnatal de seis meses. Queremos que el beneficio se conceda y vamos a aprobarlo. Mas quiero agregar algo: me voy a sentir extraordinariamente orgullosa el día en que se trate de un derecho universal -es la única aspiración y lo único legítimo a lo cual el país debiera concurrir-, lo que va a significar, no solo una mayor identidad, apego, relación, interacción con el niño...
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminó su tiempo, señora Senadora.
La señora ALLENDE.- ¿Me concede un minuto más, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Puede continuar.
La señora ALLENDE.- Ello puede redundar en menos traslados, enfermedades y consultas médicas, y más rendimiento intelectual y todo lo que sabemos.
Si se requiere una reforma tributaria para tal efecto, estamos disponibles para estudiarla. Pero alguna vez el país tendrá que entender que necesitamos que sea un derecho universal.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.


El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, estos han sido días de bastante tensión. El ambiente, el aire, está bastante electrizante. Pero creo que nos hace bien este debate, esta conversación, este diálogo más tranquilo, en una sesión un poco larga. Es bueno que se discutan estos temas.
Celebro que nos hallemos cerca, al menos en apariencia, de un buen resultado. Formo parte de los contentos, más que de los descontentos. Pienso que estamos llegando al final del túnel y que se divisa la luz.
Sin embargo, señor Presidente, sigo sin entender -esta es mi reflexión- cuál ha sido la estrategia del Gobierno, qué objetivos ha perseguido. Aquí está el Ministro señor Larroulet. Se lo pregunté ayer o anteayer. Espero que podamos tomar un cafecito más adelante, cuando todo termine, para conversar con más calma. Francamente, me cuesta comprender qué se ha buscado.
¿El propósito es lograr un buen acuerdo, como uno tendería a pensar, idealmente? ¿O se trata, más bien, de hacerle pagar costos a la Oposición, acusándola de un supuesto obstruccionismo?
Pienso que son preguntas importantes, ya que explican mucho de lo que ha ocurrido y ocurre en torno de la iniciativa y del debate.
Porque, si fuera lo primero -quisiera creerlo así-, ¿cómo se entiende que la propuesta "Más y mejor postnatal", de cuatro puntos, haya sido entregada por la Coalición ayer, a las 16, en una conferencia de prensa con los medios de comunicación, dirigiéndose a la opinión pública, y no en las Comisiones de Salud y de Trabajo, unidas, en la mañana?
¡Cuántas discusiones nos habríamos evitado!
Sin embargo, encontré finalmente la respuesta en el presente debate.
Uno podrá considerar más o menos apasionado al Senador señor Longueira, pero siempre habla con franqueza. Y anoté lo que dijo sobre la verdadera razón de por qué dieron a conocer el documento en conferencia de prensa, a las 16, ante la opinión pública, y no en las Comisiones unidas. Nuestro Honorable colega expresó, textualmente: "Hicimos lo que nosotros quisimos y no lo que ustedes querían.".
O sea, mi interpretación de por qué el Gobierno decidió dar a conocer su planteamiento en esa forma y no en las Comisiones de Trabajo y de Salud, unidas, es que no deseaba aparecer cediendo u otorgándoles un triunfo a la Oposición o la Concertación.
¡Qué triste, señor Presidente! Esa era la verdadera razón.
Fíjense, Sus Señorías, que, más allá de que el texto haya sido dado a conocer en la tarde o la mañana, si sus cuatro puntos recogen los aspectos más importantes a favor de los cuales hemos abogado, durante un mes y medio, desde la Oposición, desde la Concertación, ello significa dos cosas: una, que no estábamos tan perdidos, y otra, que la iniciativa del Gobierno, siendo un avance, no era tan perfecta.
Y así funciona la democracia: Gobierno y Oposición, las bancadas de allá y las de acá, tratan de aprobar buenos proyectos.
Pero pareciera ser que esa no fue la intención -aprobar un buen proyecto-, sino que más bien medió la majadería de pretender que la Oposición es obstruccionista y de hacerle ver la situación, por lo tanto, a la opinión pública.
A ratos, señor Presidente -lo confieso, después de un año y tanto en el Senado-, tengo la impresión de que el Gobierno nos está diciendo: "Nosotros ganamos", lo que es cierto; "Ustedes perdieron", lo que también es cierto; "Entonces, apruébenme esto. Tómenlo o déjenlo". Y en estos días se añadía que lo anterior es vinculante para la Cámara de Diputados.
Pero así no funciona la democracia. Así no se gobierna. Así no se hace política. Así no se legisla, entre otras cosas, por existir un sistema bicameral. No pueden quedar las cosas atadas -y bien atadas- en un trámite, prescindiéndose del otro, en la Cámara de Diputados. ¡Cabe recordar lo que nos ocurrió en el royalty, en el Presupuesto!
Mas vuelvo a la cuestión de fondo, señor Presidente. Uno se pregunta a qué obedece una actitud como frenética, de hiperactividad legislativa, a ratos al borde de la histeria.
No lo entiendo.
¿Por qué el afán de sacar el proyecto antes del 21 de mayo a como dé lugar, a toda costa, apurados, tensos?
No lo entiendo.
¿Acaso no les importa al Gobierno y a los Ministros llegar a ese día con un ambiente crispado, polarizado, tirante? ¿Eso es bueno para el Primer Mandatario? ¿Es bueno para el país tensar estas cosas de manera tan artificial?
No lo entiendo.
Se afirma: "¡Afán obstruccionista!" ¡Pero si el Ministro señor Larroulet, a quien respeto, en una exposición magistral consignada en todos los medios de comunicación, argumentó hace tres semanas que, en dos décadas, este es el Gobierno que más proyectos de ley ha aprobado en su primer año! ¿Dónde está el obstruccionismo?
¿Cuántas iniciativas votamos en contra en ese período? Una: la del royalty. Porque era mala. Y, gracias a ello, despachamos una buena. ¿Cómo? Con diálogo entre Gobierno y Oposición.
Pido perdón por recordarlo, pero, con franqueza, no fuimos nosotros, la Oposición, la Concertación, los autores de la "teoría del desalojo". No es nuestro lenguaje. Nunca lo ha sido.
Los señores Senadores de Gobierno, a quienes respeto, plantean una pregunta legítima: ¿Por qué no lo hicieron antes? Casi todos la han formulado.
¿Saben Sus Señorías por qué? Porque llevamos a cabo muchas otras cosas. Y buenas. Y las realizamos juntos: Gobierno y Oposición; empresarios y trabajadores -recuerdo a los dos "Manueles": Bustos y Feliú-; civiles y militares. Recuerdo a Cheyre, con el "Nunca más"; al Ejército de todos los chilenos.
Afortunadamente, el país que tenemos lo hemos construido entre todos: antes, con el liderazgo de los Gobiernos de la Concertación, porque ganamos; y ahora, que perdimos, con el del Presidente Piñera.
Entonces, ¿por qué estamos abocados a esta materia? Porque le llegó la hora al posnatal y su extensión; a la eliminación del 7 por ciento del descuento para salud que recae en los jubilados; al ingreso ético familiar, esa gran idea del obispo Goic.
Porque así es la vida, pues. No podemos tener la pretensión y la arrogancia de sostener que lo hicimos todo.
Además, el Presidente Piñera fue elegido, con una diferencia de 220 mil votos, en parte por estas promesas, también incluidas en el programa de Frei, nuestro candidato.
En consecuencia, no es tan terrible lo que pedimos o exigimos.
¿Saben mis Honorables colegas qué pedimos -y también tenemos derecho a exigir- o exigimos? Que el Presidente Piñera y el Gobierno cumplan con su promesa. Nada más. Sin "letra chica".
Sé que esto último molesta, señor Presidente. Creo ser el autor del concepto. En mayo o junio del año pasado, al tercer o cuarto informe de CIEPLAN que recibí, me di cuenta de que el proyecto que llegaba no correspondía al anuncio que se había hecho. Y en una entrevista por ahí hice referencia a la "letra chica".
Pero, en verdad, tenemos derecho a pedir, a exigir, no solo que cumpla su programa: que lo haga bien.
Por supuesto, en el debate aparecen diferencias importantes entre el Gobierno de la Coalición y los anteriores de la Concertación en la forma de abordar la política social.
Es lo que llamo "el umbral del 60/20". ¿A quiénes iban dirigidos nuestros proyectos? Al 60 por ciento de la población con menores ingresos -reforma previsional, por ejemplo-, con miras a una universalización de garantías y derechos.
Los del Gobierno se focalizan más bien en el 20 por ciento -está bien: es una perspectiva-: la iniciativa sobre el posnatal, la relativa a la subvención escolar preferencial.
Estamos tratando de llegar al 40 por ciento, al 60 por ciento. ¡Qué bien! Y seguiremos abogando por una universalización de derechos y garantías.
Entonces, que nadie se ofenda. Porque el debate da cuenta de distintas formas de entender la vulnerabilidad, para algunos legítimamente.
La cuestión de la política social se centra en la focalización de la extrema pobreza. ¡Perfecto!
Eso viene de Miguel Kast en adelante. ¡Legítimo!
Para otros, ello va más bien en una perspectiva de universalización de derechos y garantías. Por algo, algunos son más de Derecha; otros, más de Centro Izquierda.
Así transcurre la vida y así es la democracia. Entonces, que nadie se ofenda...
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor WALKER (don Ignacio).- Finalizo en seguida, señor Presidente.
Decía que nadie tiene que ofenderse porque pedimos y exigimos que el Gobierno cumpla con su promesa.
Expongo un modesto testimonio personal, para terminar. ¿Obstruccionismo? Ahí está la reforma educacional. ¡Un año de trabajo para despachar el proyecto de ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación! ¿Por cuánto se aprobó en el Senado? Por 32 votos contra 2.
¿Dónde está el obstruccionismo?
La iniciativa sobre Calidad y Equidad en la Educación demandó dos o tres meses, pero trabajamos duro -pueden confirmarlo mis Honorables colegas Rossi y Lagos-: diciembre y enero enteros. ¿Y por cuánto se aprobó? Por 20 votos contra 4.
¡Dónde está el obstruccionismo!
¿Saben Sus Señorías por qué logramos eso? Porque un Ministro estuvo dispuesto a negociar y a ceder.
Entonces, que nadie se ofenda porque estamos pidiendo y exigiendo que se cumplan promesas y anuncios.
Termino expresando lo siguiente. Doy fe de que el ánimo de este lado ha sido siempre el de aprobar un buen proyecto. Ahora se ha progresado con fórceps, con tironeos,...
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
El señor WALKER (don Ignacio).- ¿Me concede un minuto más para finalizar, señor Presidente?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Puede hacerlo.
El señor WALKER (don Ignacio).- Decía que estamos llegando, sin embargo, exactamente a eso: a un buen proyecto de ley, por lo menos mejor que como partió. Porque así es la democracia; así funciona el Congreso.
Creíamos que el texto era insuficiente, no que no fuera un avance. Evidentemente, lo es.
Y para eso están el Congreso, el Gobierno y la Oposición: justamente para mejorarlo.
Felicito a mis Honorables colegas señora Rincón y señores Rossi y Ruiz-Esquide, y a los Diputados señora Goic y señor Saffirio, y a todos los que están haciendo posible este resultado.
Ojalá que todo termine en buena forma. ¡Qué importa quién se lleva el crédito! Si es más el de ustedes o el de nosotros resulta propio de un juego de niños. Debiera preocuparnos más cómo se hacen las cosas. ¡Hagámoslas bien, pensando siempre en Chile!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Muñoz Aburto.


El señor MUÑOZ ABURTO.- Señor Presidente, como dijeron varios Honorables colegas que me antecedieron, la discusión resulta extraña.
La que nos ocupa es una reforma trascendental, largamente esperada y que dice relación con una materia tan relevante como la maternidad y los derechos de los niños. Sin embargo, en lugar de generar una amplia adhesión, una unánime aceptación, una satisfacción de todos, observamos desazón y cierta desesperación en el Gobierno y sus parlamentarios.
No se ha hecho sino mejorar el proyecto, reducir obstáculos, ampliar opciones, evitar retrocesos, eliminar topes, y, no obstante, se ve desconsuelo y agresividad. Median caras largas, cuestionamientos y acusaciones.
Lo que ha ocurrido es que, gracias a la Concertación, la normativa mejoró sustantivamente. En algunos aspectos, ello se llevó a cabo en acuerdo con el Gobierno, como en evitar la reducción del fuero maternal; en la ampliación de la cobertura para las mujeres temporeras, desde el 20 al 60 por ciento de las más pobres, y en el perfeccionamiento del derecho del padre de ejercer alternativamente el permiso posnatal.
Esos avances son una constatación palpable, una demostración patente, de la solidez de los argumentos esgrimidos por la Concertación y de que el proyecto original era muy malo, porque contenía una serie de retrocesos que perjudicaban a las madres trabajadoras.
En otros aspectos, los votos de la Oposición han conseguido evitar retrocesos, como la reducción del tope para el subsidio maternal, que se fijaba en 30 unidades de fomento, y la introducción de cambios que restringían las licencias por enfermedad del niño menor de un año.
Bajar el actual tope de 60 a 30 UF significaba un grave retroceso, que perjudicaría a muchas mujeres profesionales, técnicos y administrativos de la Administración Pública, al tiempo que la restricción en las licencias por enfermedad de los menores era innecesaria, pues los fraudes ya se han cautelado en otros proyectos. Como aquí se ha dicho, la iniciativa que previene la comisión de ilícitos con las licencias médicas ha sido aprobada hoy en la Cámara de Diputados.
¿Por qué, entonces, un proyecto de mejoramiento ocasiona tanto reproche y escozor en el Gobierno?
Lo diré francamente. Porque el Gobierno y sus técnicos nunca estuvieron convencidos de extender el posnatal. Los informes de los institutos de la Derecha criticaban ácidamente tal medida. Hasta junio de 2010, Libertad y Desarrollo solo apoyaba un incremento de cuatro semanas.
Por eso, no plantearon originalmente la idea en la pasada campaña presidencial, sino que la recogieron cuando las elecciones se acercaban, para equiparar su programa al de los restantes candidatos.
Luego, no lo expresaron claramente en el programa, sino que, mediante letra chica, señalaron que se aumentaría el posnatal HASTA seis meses.
Posteriormente, ya en el Gobierno, demoraron su envío y quisieron primero cumplir con la letra chica y sondearon una propuesta para incrementarlo no en forma obligatoria, sino facultativa y en jornadas parciales.
El rechazo que suscitó ese anticipo de la Ministra Schmidt los llevó a retroceder y a llegar con un proyecto que era un caballo de Troya: la extensión del posnatal que todos esperaban, pero, tras ella, todo lo que sabemos: eliminación y disminución del fuero maternal, reducción del subsidio, eliminación del derecho a amamantar en el caso de las trabajadoras part time, entre otras materias.
¿Y qué ha ocurrido, señor Presidente?
Que se ha caído la totalidad de los aspectos que hacían que la Derecha, sus técnicos y el empresariado pudieran tragar una iniciativa que no les gusta. Así de simple.
Entonces, se argumenta con la Constitución, con el Estado de Derecho, con las facultades presidenciales, cuando lo que sucede es que se han caído las únicas partes que les gustaban del proyecto, que apuntaban, según lo ha dicho la propia Ministra, a mejorar la empleabilidad de la mujer y a reducir trabas al empresariado, como la necesidad de tramitar desafueros y otorgar permisos.
El otro argumento que se da es el del financiamiento. Sabemos que allí no radica el problema. Más que a nuevos costos, desde un principio se sostuvo que estos cambios legislativos buscaban sincerar una situación que ya ocurría en los hechos. Hoy buena parte de las madres se toman seis meses. Entonces, no existen costos adicionales.
Ahora, de estimarse que sí los hay, ¿por qué no se plantea que se está de acuerdo y buscamos la forma de financiarlos? Porque -insisto- no les gusta la idea y porque se han eliminado los aspectos que hacían que el posnatal de seis meses fuera digerible para la Derecha y sus técnicos.
Señor Presidente, considero que lo que tenemos ante nuestras manos es un gran proyecto, una reforma importante que, como han sostenido algunos Senadores, debimos impulsar nosotros. Pero comprendo que no se haya hecho antes pues -tiene razón el Honorable señor Zaldívar- no se puede hacer todo. En nuestros Gobiernos dimos un notable impulso a las salas cunas, a la creación del Chile Crece Contigo y a diversas reformas sobre maternidad en el Código del Trabajo, entre otros avances.
Estimo que la iniciativa ha sido perfeccionada. Es sustantivamente mejor que la del Gobierno: aumenta el número de mujeres trabajadoras favorecidas, contempla más beneficios, respeta las garantías vigentes. No hay retrocesos ni letra chica.
Si quieren ir al Tribunal Constitucional, háganlo, y explíquenles a las mujeres chilenas que para avanzar en un derecho necesitan recortar otros. Explíquenles que disponen de recursos para despilfarrarlos en Kodama y no para los niños. Explíquenles que se burla el Estado de Derecho cuando se legisla a favor de la gente y no cuando la Intendenta Van Rysselberghe miente descaradamente.
Nosotros tenemos la conciencia tranquila y la convicción de haber actuado en beneficio de las madres trabajadoras y de los niños.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide, por cinco minutos.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, estimados colegas, a pesar de todas las dificultades para su tramitación, me siento contento de que el Senado vaya a despachar en este momento la iniciativa sobre pre y posnatal.
Junto con otros parlamentarios que ya no están entre nosotros y a algunos Senadores y Diputados que empezaron a trabajar conmigo hará unos diez a doce años, trajimos un posible texto sobre la materia.
Y me alegro de que después de tanto tiempo lo tengamos a la vista.
Solo quiero formular dos o tres observaciones.
La primera, respondiendo a la afirmación del Ejecutivo de que en veinte años no fuimos capaces de presentar un proyecto de esta naturaleza. Lo asumo como parte de nuestras carencias. Pero también debemos reconocer que, cuando se avanza en diversos aspectos, los Gobiernos pueden y deben, finalmente, dejar algunas iniciativas atrás.
En segundo término, el progreso de un país se hace entre todos, para todos, por todos y con todos, como diría Maritain. Por lo tanto, cada Gobierno, en sus distintas etapas, enfrenta un cierto quehacer. Por eso me alegro de que el del Presidente Piñera haya enviado el presente proyecto para su discusión.
Pero hay un problema: cuando se anuncia el posnatal, no se dice lo que después se hace en el texto enviado, el cual termina teniendo tres características.
La primera es que mezcla lo que no puede ser mezclado por un Gobierno en una misma preceptiva. No se le puede pedir a un cuerpo legal sobre pre y posnatal que resuelva la cuestión de la empleabilidad de la mujer -lo manifestamos en su oportunidad- u otras.
Lo segundo es que plantea un financiamiento acotadísimo. Cuando se trata de la salud de los niños, factor que tiene una repercusión brutal con el correr de los años y que implica un ahorro para el país si se actúa bien ahí, no puede presentarse una iniciativa con una cuantía de recursos como la propuesta.
Al final, termina siendo lo que he denominado, con todo respeto, un "proyecto corcovita", porque da en unas áreas y quita en otras.
Cuando otorga la posibilidad de trabajar a mujeres con ingresos superiores a 600 mil o 700 mil pesos, lo hace a costa de la salud de los niños que se hallan en el útero materno.
Y cuando les concede a los niños alguna cosa, les quita a las mujeres el fuero maternal. Yo les he expresado a algunas personas inteligentes de Gobierno: "¡Cómo pueden ser tan increíblemente cacofónicos en su actuar! ¡Cómo es posible que disminuyan el fuero maternal en un proyecto que busca solucionar el problema del binomio madre-hijo!".
Y el tercer problema de la iniciativa es que no resuelve aquello para lo que fue creada.
Hoy nadie duda de que un pre y un posnatal de seis meses son esenciales para el desarrollo del niño. Su repercusión se aprecia en la diferencia de capacidades de aprendizaje y en la manifestación de conductas socialmente aceptables a partir de los 7 u 8 años.
En esas condiciones, hemos terminado con un proyecto castrado con respecto al que nosotros esperábamos.
Otro aspecto que deseo mencionar muy rápidamente se refiere a la insistencia del Gobierno en no reconocer lo que hemos hecho en estos días. Nosotros pretendíamos una sola cosa, que nos parecía elemental. Y nos alegramos de que el Ejecutivo haya recogido nuestros puntos de vista, no por gratuidad, sino porque ellos eran suficientemente fuertes para modificar varios aspectos de la iniciativa en debate. Y no voy a gastar tiempo en expresar lo que ya se dijo sobre lo ocurrido en la sesión de anoche.
Esa es una cuestión esencial en el estudio de la iniciativa.
Otra materia fundamental se relaciona con las modificaciones que se introducen en la normativa para terminar con las licencias fraudulentas, uno de los pilares que ha utilizado el Gobierno para decir que va a sanear el asunto.
Sin embargo, he dicho hasta el cansancio que tales propuestas son insuficientes, inconducentes, inútiles, absolutamente breves en cuanto a lo que puede realizarse al respecto.
Les hicimos presente a los señores Ministros anoche -y se los reitero aquí, con mucha confianza- que si querían resolver el problema de las licencias fraudulentas debían hacerlo como se ha hecho en otros países. Y así lo han planteado el Colegio Médico, otros colegios profesionales, etcétera.
Pero no se quiere abordar el punto porque -perdonen que lo diga con toda claridad- eso significaría tocar también el tema de los controladores de las isapres y enfrentar el problema con esas instituciones.
El señor CHAHUÁN.- ¡Estamos a favor de eso!
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Por favor, no me interrumpa, señor Senador, porque me voy a referir a esa materia más adelante.
En definitiva, señor Presidente, no se desea tocar el asunto.
Entonces, que el Gobierno no nos venga a decir, porque es una falsedad absoluta -excúsenme que lo exprese así-, que nosotros somos los que no queremos resolver la cuestión. Eso significa tergiversar la verdad. Digámoslo abierta y claramente.
Si el Ejecutivo estuviera dispuesto a formular un proyecto como el que le hemos señalado, la Concertación le daría su apoyo en menos de 24 horas.
Sin embargo, hay algo oculto detrás del biombo: la relación con las isapres, que no se desea abordar.
Perdónenme que se los diga, pero aquí la Oposición y el Gobierno han estado jugando a las escondidas. Todos sabemos que hay algo que no se ve, no se nota, no se muestra y a cuyo respecto no se sabe qué pasa.
Siempre tuvimos la duda -y la ratificó después el Gobierno- en cuanto a si la presentación de la iniciativa era para que el 21 de mayo el Presidente mostrara lo que ha logrado hasta ahora en esta materia.
Eso es absolutamente legítimo. Así lo han hecho todos los Presidentes de Chile, pues en su Mensaje a la Nación desean resaltar sus realizaciones.
Sin embargo, mis luces, que son pocas, no me alcanzan para entender algo de lo que me acabo de enterar: que no se quiere votar el proyecto hoy día para llevarlo a una segunda discusión.
Entonces, la contradicción intrínseca del Gobierno, entre lo que quiere un Ministro y otro, es algo que confunde. Y yo no deseo para mi país un Gobierno confundido. No quiero para mi país -lo digo con mucha responsabilidad- un Gobierno que fracase. No quiero que el Gobierno de Pino... de Piñera...
¡Excúsenme la confusión, pero hay cierto parecido en las letras y, lo que es peor, cierto parecido en las conductas...!
Lo que yo no quiero, en definitiva, es que el Gobierno del señor Piñera fracase. Sí quiero que enfrente las realidades del país. Y ello, sin perjuicio de que, al confrontar su programa con el nuestro, queramos derrotarlo.
Por eso, con mucho respeto pido a los señores Ministros aquí presentes que nos informen si eso es cierto o no, porque, si así fuera, estarían dándonos la razón.
Y lo último, señor Presidente.
Todos hemos reclamado por el lenguaje que estamos usando. Así lo hizo reiteradamente anoche el Senador Chahuán. Para quienes no estuvieron en esa sesión, les digo que habría sido bueno grabarla, pues así habrían apreciado el comportamiento y las conductas de nosotros mismos y de algunos Senadores de Gobierno. Fue imposible entenderse con uno de ellos, tal vez uno de los más brillantes de la Coalición.
Resulta absolutamente imposible continuar con ese lenguaje, como si nosotros fuéramos verdaderos peones del fundo que han instalado en esta nueva forma de ver la política.
No queremos ese trato.
Por eso les he pedido respetuosamente a los señores voceros de Gobierno que por favor terminen de actuar -yo reconozco mis errores y he obrado en consecuencia- como si tuvieran toda la razón, y que dejen de hablar en un tono confuso. Se nos ha dicho que somos parecidos a cierto "violador", etcétera, etcétera.
Yo, a diferencia de lo que quiere el Senador Escalona, mi amigo, no reclamaré por los dichos de esa Ministra. Porque, sinceramente -y con esto termino-, estoy absolutamente convencido de que no existe ninguna posibilidad de que esa señora -a quien aprecio, por haber sido Senadora; a quien quiero mucho, porque algunos nos hacemos amigos en esta Sala, y a quien reconozco su inteligencia y su capacidad para conducir la política-, modifique su actuar. Y ello porque, como no tiene compostura, resulta imposible que hagamos algo para que cambie.
Vamos a pronunciarnos a favor del proyecto. Y espero que la votación se realice hoy, porque, si no, habremos trabajado 11 horas inútilmente.
Gracias, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Ha pedido la palabra el Honorable señor Prokurica para plantear un punto reglamentario.
La señora ALLENDE.- ¡Estamos en votación, señor Presidente!
El señor PIZARRO.- ¡No se puede interrumpir una votación!
El señor PROKURICA.- Señor Presidente, entiendo que aún quedan nueve inscritos para intervenir.
Eso implica una hora y media más, si se mantienen los 10 minutos.
Por eso, le quiero plantear la posibilidad de reducir los tiempos, de tal manera de iniciar la discusión particular del proyecto a una hora prudente.
Es una solicitud, que no sé si usted la quiera someter a la consideración de la Sala.
Por lo menos yo voy a tratar de ser breve.
El señor GIRARDI (Presidente).- Conforme.
Pido a los oradores que en lo posible ajusten sus discursos a una duración de 5 minutos.
Tiene la palabra la Honorable señora Alvear.


La señora ALVEAR.- Señor Presidente, quiero partir expresando que me alegro de estar discutiendo este proyecto, pues valoro el hecho de que vayamos a tener -así lo espero- un posnatal extendido para las mujeres de nuestro país.
Cuando escuché el anuncio del Presidente de la República, me puse contenta, pero debo confesar, con mucha franqueza, que cuando leí el texto presentado me desilusioné. Y no solo yo, sino también miles de mujeres, así como diversas instituciones que realizaron informes destacando las falencias de la iniciativa.
Aquí se ha deslegitimado o se ha ironizado con respecto a "ComunidadMujer", entidad que emitió uno de los tantos documentos que recibimos. Dicha organización posee un pluralismo total, que representa a mujeres de distintos pensamientos y condiciones sociales.
Y emitieron un informe -naturalmente, no lo voy a leer- donde señalan que la ampliación de la cobertura es modesta -ellas son bastante respetuosas en su lenguaje-; que es preocupante que se distinga entre una enfermedad grave y una gravísima para otorgar las licencias a las madres; que la disminución del fuero es inquietante, como también lo es el paso simbólico del permiso de posnatal parental, más aún cuando se descuenta del ingreso de las propias mujeres.
Agrego a lo anterior que en el proyecto original del Ejecutivo hay accesos restringidos. El subsidio del padre será equivalente al de la madre, con un tope de 30 unidades de fomento. Así lo disponía la iniciativa.
En fin, había diversas falencias en el proyecto original del Gobierno.
Insisto en que me alegro de que estemos discutiendo la presente iniciativa, lo que es de la mayor importancia.
Muchos colegas han hecho referencia a los beneficios que significan para el niño o niña recién nacidos el apego, la alimentación que reciben de la madre.
Me habría gustado un permiso parental. Considero que la sociedad debe avanzar mucho más para lograr la incorporación de los hombres a las tareas domésticas. ¡Y qué más importante que la crianza y la educación de los hijos! Me parece que en esta materia hay un mínimo avance. Espero que sigamos construyendo camino en esa dirección.
Señor Presidente, como se ha mencionado, se nos acusó de obstruccionistas, de que éramos una Oposición que no quería dar al Presidente de la República la posibilidad de que el 21 de mayo hiciera referencia a esta propuesta. Lo mismo sucedió con otra iniciativa, que se aprobó ayer, sobre cambio de fecha de la elección presidencial. Reitero, se aprobó ayer, al igual que en la Cámara de Diputados. Pero esta última Corporación tenía el legítimo derecho de que le mereciera dudas un aspecto despachado por el Senado. Y se formó una Comisión Mixta. Resolvimos la controversia, pero se nos acusó de obstruccionistas.
Creo que en nuestro país debemos ser capaces de avanzar y que el Ejecutivo, los parlamentarios de Gobierno y los de Oposición cumplamos una tarea que nos es común: legislar. Y no podemos ser calificados en los términos escuchados por pensar que resulta necesario modificar un proyecto.
Me alegro de que se haya avanzado en aspectos que me parecen fundamentales: evitar que se flexibilice el permiso prenatal, impidiendo su traslado al posnatal; que derechos por naturaleza irrenunciables pasaran a ser renunciables, como se establecía en el proyecto; que a las mujeres que se desempeñan en jornadas parciales se les eliminara el derecho a alimentar al hijo; que se redujera el fuero maternal. En esto dimos un paso importante al lograr mayor cobertura de los descansos y subsidios asociados al prenatal y posnatal.
Francamente, estimo que ha habido un avance, lo que nos permite hoy en la Sala votar la idea de legislar. Espero que suceda lo mismo en la discusión particular.
Constituye también un progreso el que el Ejecutivo haya enviado esta iniciativa, lo cual es importante. Pero, gracias a las enmiendas que lo han modificado, como corresponde en un Parlamento, contamos hoy con un mejor proyecto.
Y me hago cargo en forma muy breve de la calificación que hemos escuchado de varios: "¿Y por qué no lo hicieron ustedes en veinte años?".
¡Porque hicimos muchas otras cosas! ¡Muchas, como lo han mencionado varios Senadores! Así sucedió con las mujeres y con los niños que cuentan con salas cunas; con Chile Crece Contigo; con el hecho de que en la reforma previsional se les haya dado a todas las mujeres, sin distinción, un bono por hijo nacido vivo; con la ley de filiación, que terminó con la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos. Respecto de esto último, invito a revisar las actas: varios Senadores y Diputados de la Derecha votaron en contra, y demoramos cuatro años en la tramitación de un proyecto que parecía tan obvio.
Igualmente menciono la Ley de Adopción; las normativas contra la violencia intrafamiliar y el maltrato infantil, entre tantas otras iniciativas, todo lo cual realmente grafica que hubo avances muy relevantes.
Felizmente, el día de hoy estamos discutiendo este proyecto. Y gracias al trabajo responsable de la Concertación hemos logrado mejores beneficios para las mujeres y para los niños.
Espero que, a futuro, todas las chilenas tengamos un derecho universal respecto de esta materia.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, comienzo reconociendo el mérito al Ejecutivo, al Presidente Piñera, por haber presentado la iniciativa en análisis. Si no hubiese sido por su decisión, no estaríamos debatiendo esta materia ahora.
Pero fue un mal proyecto el que ingresó al Congreso. Si la Oposición no fuese mayoría, quizás ya sería ley, pero inadecuada, por lo que nos habríamos tenido que quedar con el anuncio del Presidente Piñera, que ilusionó a la inmensa mayoría de las mujeres sobre un derecho que, más que para ellas, es para los niños.
Para mí es muy importante que este debate se plasme en el hecho de que las políticas públicas deben dar prioridad a la construcción de una sociedad donde haya más igualdad de oportunidades y que esta comience desde el momento del nacimiento.
Por eso este es uno de los proyectos más significativos que el Congreso puede aprobar. Pero tenemos que despachar una buena ley. Ello no se habría logrado si la Oposición no fuese mayoría. Porque el Gobierno, que es minoría, actúa como si lo fuese, con una posición hegemónica: no escucha a los parlamentarios ni menos a los ciudadanos; no dialoga; descalifica, y va creando un clima que crispa la política.
Quiero decir a los parlamentarios de Gobierno que la Concertación se encuentra disponible para establecer una muy buena relación política, para asumir de buena forma los roles de esta institución de la República, que debe colaborar naturalmente con el Ejecutivo. Pero este no ha de abusar de su condición, de su gran poder y de creer que es mayoría cuando no es así ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados. Y precisamente eso ha hecho posible que el proyecto mejorara. ¡De otra manera se habría pasado la aplanadora y esta iniciativa estaría aprobada!
Toda esta discusión y la urgencia del trámite se deben a la lógica de lo que va a ocurrir el 21 de mayo: el anuncio del Presidente de la República. El debate no ha sido sobre el mérito de la iniciativa: dar igualdad de oportunidades a los niños recién nacidos, ni sobre el derecho de la mujer trabajadora. En tal sentido, quiero expresar mi mayor solidaridad, especialmente con aquellas que no van a recibir el beneficio, aun con la iniciativa mejorada.
Soy representante de una zona donde la mayoría de las mujeres son campesinas, mapuches, agricultoras. Y muchas de ellas comercializan sus productos en la feria. No tienen iniciación de actividades, previsión ni contrato. De modo que el lenguaje que estamos utilizando y el proyecto que nos ocupa carecen de significado para ellas.
Por tanto, debe llamar la atención a este Congreso el hecho de que no estamos dando cobertura a la totalidad de las mujeres que trabajan, sino solo a las que lo hacen con contrato.
El proyecto tenía 20 por ciento de cobertura, lo cual, en verdad, constituía una vergüenza. Porque, primero, el Presidente Piñera anunció el posnatal como un derecho para todas las mujeres -y así lo entendieron- y después se sabe que cubre solo al 20 por ciento de ellas.
¡Ahí está la lupa que mostró el Senador señor Quintana, que hace tanta falta para leer lo que pasa!
No sé qué va a anunciar el Presidente Piñera el sábado. Ya dio a conocer esta semana 50 medidas de reactivación económica, sobre las cuales, seguramente, pondrá acento el 21 de mayo.
¿Pero cuáles son? A mi juicio, esas medidas no están a la altura de las que debería anunciar un Jefe de Estado un 21 de mayo y menos aún cuando entre ellas algunas son lugares comunes, como realizar un buen Gobierno, ser más eficiente, modernizar. Entre las "piñemedidas" se dice que se estudiará la probabilidad de revisar las tarifas de los faroles y balizas de la marina mercante.
Señor Presidente, yo he leído anuncios presidenciales y, al parecer, el que comento no se halla a la altura. Aun cuando no se trate del mensaje del 21 de mayo, los dichos del Presidente de la República deben ser serios y entregar a la comunidad nacional expresiones que rescaten la importancia de escuchar al Jefe del Estado.
Entonces, se trata de 50 medidas que no causan impacto alguno. Pueden ser necesarias, pero no hay compromiso del Gobierno de avanzar en ellas.
Creo entender que las políticas públicas anunciadas por un Presidente de la República deben ir acompañadas del anuncio de los respectivos proyectos de ley; de decisiones administrativas, y también de los cambios que habrá. Pero no pueden referirse a cuestiones que, de verdad, constituyen solo buenas intenciones, un resumen de encargos a los Ministros y dar a conocer las cosillas que faltan. En eso, entonces, se concentran las medidas del Gobierno.
Considero que el gran mérito del Primer Mandatario es haber mandado el presente mensaje, pero el mérito del país es que haya una Oposición y que esta tenga mayoría.
Por lo tanto, solicito al Gobierno que considere ese factor, en el sentido de que hay parlamentarios opositores y que tenga una mejor relación con ellos; que no sean ignorados. Parece que hay una preconcebida idea de que no existimos.
Hemos sabido que en pasillos anda el rumor de que ahora se pedirá segunda discusión para el proyecto. ¡Pero si mi amigo el Senador Chahuán sostuvo en la Comisión que cada día que pasaba sin aprobarse el proyecto 300 mujeres perdían sus derechos!
También se corre la voz de que el Gobierno va a quitar la urgencia a la iniciativa, de que algún Comité pedirá segunda discusión y de que el proyecto no sale hoy día del Senado. Eso, señor Presidente, es una burla no solo para los parlamentarios y el Congreso, sino también para la opinión pública.
Voy a votar a favor del proyecto, porque aunque constituye un gran avance es insuficiente, por no incluir a todos los niños y a todas las trabajadoras de Chile.
El señor GIRARDI (Presidente).- Solicito a los señores Senadores una autorregulación y ceñirse a los 5 minutos de tiempo.
Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, varios Senadores se han referido a la reforma previsional aprobada por el Congreso en tiempo y forma, según lo pidió la Presidenta Bachelet. Y se han recordado aquí los beneficios que aquella implicaba.
En verdad, dicha reforma significó mejoras para miles de adultos mayores y de pensionados; pero no para todos. Porque los con pensiones por sobre los 255 mil pesos quedaron excluidos, sin recibir absolutamente nada.
¿Letra chica y tijeras de la reforma previsional?
A ninguno de nosotros, señor Presidente, se nos ocurrió venir con una lupa para advertir al Gobierno y a los parlamentarios de entonces que esa reforma venía con letra chica o con tijeras, sino que, simple y generosamente, aportamos nuestros votos y participamos en las Comisiones. ¡Jamás se nos ocurrió amenazar con que íbamos a pronunciarnos en contra por los miles de pensionados marginados!
La Senadora señora Alvear sostuvo recién que se había otorgado el bono por hijo nacido a todas las mujeres. ¡Eso no fue así! El beneficio se entregó a las que se habían pensionado a partir del 1° de julio del 2009. Las que lo habían hecho antes quedaron fuera.
¿Letra chica? ¿Tijeras? ¡No! Simplemente la reforma previsional había que hacerla con responsabilidad fiscal.
Por otra parte, ¿qué ocurre con los miles de jubilados que actualmente reciben el aporte previsional solidario? ¿Han reclamado, porque no tuvieron el bono de invierno? Me dediqué a estudiar por qué a muchos no les alcanzó el beneficio. Y fue debido a que con el aporte previsional solidario su ingreso supera el umbral de los 155 mil pesos. Por lo tanto, perdieron ese bono.
De manera que yo también podría decir que lo otorgado con una mano se quitó con la otra.
Finalmente, debemos entender que los beneficios sociales que entrega el país tienen que ir acompañados de responsabilidad fiscal.
Tengo la convicción de que el Presidente Piñera envió un proyecto de ley con responsabilidad fiscal. Es decir, se prolonga el posnatal, pero tomando en cuenta la responsabilidad fiscal y dentro de los recursos que el Estado puede financiar.
Se ha sostenido que la iniciativa representa un mayor gasto público de 173 millones de dólares.
¿Saben cuánto significó el gasto público de la reforma previsional el primer año de aplicación el 2008? ¡Fueron 120 millones de dólares!
¿Y desde cuándo se produce el mayor gasto fiscal de esa reforma previsional? A partir de 2011.
Es decir, este y los futuros Gobiernos tendrán que destinar parte importante de sus ingresos para financiar la reforma de la Presidenta Bachelet y que aprobamos en el Congreso, y que habrá que seguir pagando durante los próximos años.
Solicito que seamos generosos; como lo fuimos nosotros como Oposición a los distintos Gobierno de la Concertación. Nunca pedimos más allá de lo que el Fisco podía financiar. Porque, al final, el país lo construimos entre todos. Y cuando digo "entre todos", es porque debemos hacerlo con responsabilidad. Y parte de esta es que los proyectos se encuentren financiados, lo que no ocurre con el que ahora nos ocupa.
Voto que sí.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, si un chileno residente en el extranjero por más de 5 años y sin vínculos con nuestro país estuviera viendo este debate, se hallaría perplejo, y no entendería la razón exacta por la cual unos defienden una cosa y otros, algo distinto. Probablemente creería que en las bancadas de los Senadores de la Concertación se originó la idea matriz y que solo les faltó el impulso final; o sea, que ellos son los verdaderos padres de esta iniciativa sobre descanso posnatal.
Al respecto, quiero leer parte de una declaración de prensa del Diputado Accorsi -lamentablemente, se acaba de ir de la Sala-, en la que manifiesta que lo que no hizo Bachelet lo hizo Piñera en esta materia.
Dice: "Quiero expresar mi profunda frustración por este proyecto emblemático que era nuestro, que lo empezamos a trabajar en el gobierno de Frei, después en el gobierno de Lagos y que no se pudo concretar en el gobierno de la Presidenta Bachelet"..."debido a que Hacienda nunca le dio luz verde".
Creo que el Diputado Accorsi tiene toda la razón.
Por eso destaco la iniciativa del Presidente Piñera, que, sin esperar tantos años ni a tantos Ministros de Hacienda, buscó resolver un problema fundamental para la familia chilena.
Cabe agregar que ello se inserta en una lógica de prioridades. La Concertación no impulsó esta propuesta, no por falta de ideas, sino por tener otras prioridades. Una de ellas fue la reforma previsional...
El señor LAGOS.- ¡Y el AUGE!
El señor COLOMA.-...y otra, muy importante, el Transantiago.
Si este no se hubiera implementado, podríamos haber dispuesto de financiamiento para unos 60 meses de posnatal, porque la gran cantidad de fondos utilizados en esa mala política pública obviamente escamoteó recursos para esta iniciativa.
Cuando era chico, recuerdo que veía en la salida de la empresa Fantuzzi una frase que decía: "El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano".
El señor LAGOS.- ¡Su autor debe haber sido el mismo Fantuzzi...!
El señor COLOMA.- Bueno, algo de eso estamos viendo ahora.
En las bancadas de enfrente nadie se acuerda del Transantiago; pero todos se pretenden apropiar de la paternidad del posnatal.
El señor LAGOS.- ¡Por eso estamos contentos...!
El señor COLOMA.- Señor Presidente, me parece importante establecer las verdades, porque estas nos hacen libres.
El señor PIZARRO.- ¡Por la boca muere el pez!
El señor COLOMA.- En seguida, deseo referirme a lo que planteó el Senador Escalona.
No sé si prefiero oír al Senador Escalona como vociferante parlamentario de Oposición o como sereno Presidente de la Comisión de Hacienda durante mucho tiempo.
Él nos acaba de dar una clase de orden constitucional, en cuanto a que sería admisible una indicación que permite dividir la votación, sin perjuicio de los efectos económicos que esto produce.
Le recuerdo a Su Señoría que hace poco, cuando fue Presidente de la Comisión de Hacienda, en forma preclara rechazó la solicitud del Senador Letelier de votar separadamente una frase, por el efecto económico que ello suponía para el resto de la iniciativa.
De hecho, como aquel es persistente, ya había procedido así con anterioridad, al estudiarse el proyecto sobre creación del Fondo de Estabilización Financiera del Sistema de Transporte Público de la ciudad de Santiago. Cuando los Senadores Novoa y García solicitaron, no presentar una indicación, sino dividir una votación -exactamente igual a la situación que ahora nos ocupa-, rechazó la petición en virtud del artículo 118 del Reglamento, por afectar una materia de iniciativa exclusiva del Presidente de la República.
Entonces, ¿con cuál Senador Escalona nos quedamos: con el que argumenta políticamente al margen, a mi juicio, de la adecuada interpretación legal o con el que actúa con serenidad cuando se trata de presidir una Comisión?
Esa es la actitud que ha manifestado la Concertación en forma persistente en los últimos días.
Señor Presidente, he notado que tres parlamentarios han señalado que los miembros de estas bancadas estamos tristes.
El señor LAGOS.- ¡Sí!
El señor COLOMA.- ¡Por favor, no se crean los dueños de la tristeza o de la alegría!
Si estuviera en el lugar de ustedes, yo estaría más bien frustrado después de 20 años de esperar una iniciativa como esta.
En nuestras bancadas hay legítimo orgullo porque, después de tanto tiempo, chilenas y chilenos vamos a tener la posibilidad de cuidar mucho mejor a los hijos de esta tierra.
En todo caso, señor Presidente, cabe agregar que el proyecto pudo haber sido mucho mejor. Pero la Concertación, lamentablemente, no aceptó elementos esenciales, como el derecho a trabajar en jornada reducida para las madres después de los tres meses de posnatal, el derecho a complementar su subsidio después de esos tres meses o el derecho a traspasar dos semanas del pre al posnatal. Negarse a ello es una forma de limitar la libertad, la autonomía y la capacidad de decisión de las personas.
Por lo expuesto, señor Presidente, miro al frente con entusiasmo y alegría. Estoy contento porque hemos hecho lo que Gobiernos anteriores no pudieron concretar.
Nos sentimos orgullosos de haber priorizado bien los recursos fiscales. No se trata, como expresó el Presidente del Senado, de una pequeña cantidad de dinero. Esto implica bastante plata, lo que se sumará a lo que significa la eliminación de la cotización del 7 por ciento en salud para los jubilados y a otros proyectos sociales.
Es cierto que pudo haber sido más. Quizás si el Transantiago no hubiera existido, sería muchísimo más. Pero ello no es responsabilidad de la Alianza, sino de la Concertación.
De ese hijo que no tiene padre es bueno acordarse en este momento, cuando todos reclaman la paternidad del posnatal.
He dicho.
El señor PIZARRO.- ¡Bien, colega...!
¡Pero usted va a ser chico siempre...!
El señor COLOMA.- ¡Pero coherente!
El señor PIZARRO.- ¡Confórmese...!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Patricio Walker.


El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, en primer término, deseo felicitar a los parlamentarios que se han dedicado a este asunto durante muchos años, especialmente al Senador señor Ruiz-Esquide y a la Diputada señora Goic; asimismo, a la Honorable señora Rincón y Senador señor Rossi, entre otros, quienes han trabajado con mucha dedicación estos días.
Me alegro de que hoy se esté cambiando el discurso. Porque al principio se decía que el proyecto era perfecto, la panacea, y se ha demostrado que no era así, que ameritaba correcciones. Y efectivamente se acogieron varias propuestas de la Concertación.
También se afirmaba que la Oposición era obstruccionista y que se negaba a votar a favor del proyecto. Pero vamos a aprobar la idea de legislar y, por supuesto, todas las normas que resulten positivas para los niños y las mujeres.
Por lo tanto, caen muchos mitos.
Le pregunté a la Senadora señora Rincón si las propuestas respaldadas finalmente por el Gobierno, en especial la que aumenta a 60 por ciento la cobertura del posnatal, se hallaban incluidas en la oferta formal que se hizo ayer en la mañana. Me mostró el documento -ella ya lo describió- y no figuraba dicho incremento.
Entonces, uno se pregunta por qué no se contemplaron las proposiciones que en definitiva fueron acogidas por el Ejecutivo. Y me queda la sensación de que acá simplemente se quiso hacer un punto político: no reconocerle a la Concertación que las indicaciones que formuló al proyecto eran buenas y positivas. Lamento ese hecho. En vez de privilegiar un acuerdo político grande, el Gobierno optó -de alguna manera- por darse un gustito.
A mi juicio, señor Presidente, la actitud firme demostrada por la Concertación permitió que el Gobierno finalmente accediera en varios puntos. Se logró resguardar derechos esenciales, como el de amamantamiento, incluso para las mujeres que trabajan en jornada parcial -¡si el protagonista, el beneficiario último de la iniciativa es el menor, el niño!-; no reducir el fuero; no cambiar la situación laboral de las mujeres con contrato a plazo fijo o por obra o faena, y proteger a las funcionarias del sector público, sobre quienes se cernían varias amenazas.
Entonces, la pregunta es: ¿existió voluntad real de llegar a un acuerdo? Me quedan dudas.
Además, se nos ha descalificado permanentemente.
Ocurrió con motivo del royalty. La Derecha decía: "Quieren negarle los recursos a la reconstrucción". Nosotros argüimos: "Les están vendiendo muy barata la invariabilidad tributaria a las empresas mineras". Nos contestaron: "Ninguna empresa se va a acoger al royalty". El Ejecutivo por último nos dio la razón y aceptó nuestro planteamiento. Resultado: todas las empresas de la gran minería se quedaron con el royalty, y aportando recursos para financiar los programas sociales.
Durante la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos, presentamos indicaciones para obtener mayor transparencia. Se nos acusó: "La Oposición es obstruccionista, no cumple los acuerdos". Y finalmente se aprobaron todos los recursos que se requerían.
¡Para qué seguir dando más ejemplos!
Hoy día incluso nos compararon con una persona a la que se acusa de violación: con el ex Director del Fondo Monetario Internacional.
El nivel de descalificaciones es realmente deplorable.
Volvamos a lo esencial.
El posnatal es un asunto de Estado. Acá estamos promoviendo una política para proteger a los niños; permitir su desarrollo cognitivo, emocional, y otorgarles igualdad de oportunidades.
Para algunos, ser constructivo significa cuadrarse. Y eso no puede ser.
En el Gobierno del Presidente Aylwin se hizo una reforma tributaria y laboral. Se acogieron las propuestas de la Oposición.
En la Administración del Presidente Frei Ruiz-Tagle, a raíz de la reforma procesal penal, lo mismo.
En la del Presidente Ricardo Lagos, respecto del plan AUGE, igual cosa.
En el Gobierno de la Presidenta Bachelet, a propósito de la pensión básica solidaria, se adoptó la misma conducta: aceptar los planteamientos de la Oposición.
En definitiva, se debe aplicar tolerancia activa: buscar la verdad en el otro y no avasallar al que piensa distinto.
Por eso, señor Presidente, hago un llamado al Ejecutivo para que procure lograr acuerdos de verdad.
Un Gobierno no pasa a la historia por las peleas -eso se olvida-, sino por las conquistas, por las políticas que se implementan.
A quienes nos enrostran no haber presentado esta reforma antes, les digo: "¡Por supuesto! ¡Si el edificio se construye piso a piso!". Gracias a los cambios que hicimos -en vivienda, en mayor cobertura en educación, en reformas a la justicia, en el plan AUGE, en la pensión básica solidaria, en materia de salas cunas, en el programa Chile Crece Contigo-, hoy día podemos aprobar el proyecto que nos ocupa.
Me alegro de que el Gobierno promueva esta reforma, pero con los agregados y modificaciones que nosotros propusimos.
Si las cosas no se hacen gradualmente, se cae en el populismo, lo cual culmina en déficit fiscal. Con ello terminan pagando la cuenta las personas, especialmente los más pobres.
Nosotros no fuimos populistas. Por eso realizamos transformaciones de manera paulatina.
Nos alegramos de que el actual Gobierno -o cualquier otro- impulse reformas sociales, pero que, en esta oportunidad, lo haga acogiendo las propuestas que formulamos para defender los derechos de las mujeres y los niños. Y no retroceder.
Resulta positivo aumentar el posnatal a seis meses y la cobertura a un 60 por ciento, pero sin menoscabar derechos fundamentales.
El problema central es nuestra baja tasa de natalidad: 1,9 por ciento. ¡Bajísima! Por eso votaremos a favor del proyecto en general, pensando especialmente en los niños chilenos y en las mujeres.
Con ello, naturalmente estamos demostrando, una vez más, que somos una Oposición constructiva, propositiva. Y esperamos que el Gobierno saque lecciones de los errores que ha cometido, para no volver a caer en ellos en el futuro.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.


El señor PROKURICA.- Señor Presidente, el Senador señor Coloma en su intervención anticipó varios de los juicios que quiero plantear. Él tiene toda la razón: a quienes ven este debate por televisión les debe costar entender por qué se discute tanto.
Yo mismo pensé en un principio que esta iniciativa sería aprobada rápidamente. Nunca imaginé tanta descalificación ni discusión.
Un señor Senador dijo que ve caras tristes. No sé si estará mirándose en un espejo. Pero yo estoy feliz con la aprobación del proyecto. Y creo que las mujeres y los niños de Chile también lo están.
Otro colega sostuvo que esta iniciativa era una reforma para la galería, de papel, que no valía nada antes de la intervención "maravillosa" de los parlamentarios de la Concertación.
Nadie puede creer eso, señor Presidente. ¡Nadie puede creerlo!
Los discursos catastróficos han corrido más por cuenta de las bancadas de enfrente que por las de la Alianza.
Hace unos minutos un señor Senador expresó que el Gobierno en realidad no quería este proyecto y que lo envió motivado por no sé qué tipo de arte de magia que habría hecho la Oposición.
¡Es difícil comprender esa situación!
Frente a una iniciativa que entrega tantos beneficios para las madres y los niños de Chile, cabe preguntarse por qué se originan esos discursos y anuncios tan catastróficos de importantes dirigentes de la Concertación. Algunos, incluso, amenazaban con votar en contra de la idea de legislar.
Varias pueden ser las razones y todas son muy difíciles de entender.
La primera es que a la Oposición pareciera molestarle que el Presidente Piñera cumpla con los compromisos que asumió en su campaña. Es más, hace unos minutos un señor Senador de la Concertación -y le agradezco su franqueza- me dijo: "Mira, te lo expreso en privado. Si nosotros hubiésemos presentado este proyecto de ley en su minuto, no habría ganado la elección Piñera, sino nosotros".
¡Y esa es la verdad!
La Concertación hizo cosas buenas. Por supuesto. Pero nunca planteó esta iniciativa.
La segunda causa es que a muchos parlamentarios de la Oposición les duele no haber logrado estos beneficios durante los veinte años en que fueron Gobierno -no solo en calidad de parlamentarios, sino también como ministros y candidatos presidenciales-, y ver que otra Administración los está materializando.
Y la tercera, señor Presidente, es que la Oposición adoptó una forma muy negativa de ejercer su papel, más parecida a la del "perro del hortelano" que a la democracia de los acuerdos, que fue lo que nosotros hicimos cuando ellos eran Gobierno.
Leí hace pocos minutos los mensajes electrónicos publicados por distintos ciudadanos. Por ejemplo, uno llamado Maximiliano dice: "Es lamentable para la Concertación seguir desprestigiándose ante el pueblo chileno. Parece que no revisan el nivel de rechazo que tienen como políticos.".
--(Manifestaciones en tribunas).
"Como mayoría en el Parlamento, la Concertación hace y deshace con respecto a proyectos que son tan importantes para Chile y para las mujeres".
¡Eso es lo que dice la gente en la calle!
--(Manifestaciones en tribunas).
Por último, señor Presidente -creo que esta es la opinión de muchas madres chilenas-, no resulta admisible ser tan poco consecuente. No sé cuál será la enfermedad siquiátrica que ellos padecen -emulando al Senador Escalona que siempre hace mención a la siquiatría-: quienes nunca otorgaron el beneficio ahora son los únicos que no pueden reclamar que el Gobierno ofrece pocas garantías o que el proyecto es débil o feble.
La Concertación -vuelvo a decirlo- hizo otras cosas buenas. Pero nunca envió ni aprobó una iniciativa como esta, por alguna razón. ¡Esa es la realidad!
La única verdad es que hoy el Presidente Piñera está cumpliendo su compromiso al generar un beneficio histórico para las mujeres y los niños de Chile.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, el Primer Mandatario entregó ayer los bonos "bodas de oro" en el Palacio de La Moneda. Y nos alegramos mucho por ello, ya que hartas familias se verán beneficiadas con esa ley, que fue iniciada en mensaje del Ejecutivo, naturalmente, y aprobada por el Parlamento.
Sin embargo, debo recordar que el número de personas que abarcaba el proyecto original era muy reducido y su costo total bordeaba los 9 mil millones de pesos. Después de muchas conversaciones y del análisis correspondiente en las Comisiones del Congreso Nacional, el texto fue mejorado, con una cobertura mucho más amplia y un costo fiscal de 50 mil millones de pesos.
¡Eso es dialogar en el Parlamento!
Respecto del proyecto que nos ocupa -sin lugar a dudas, es muy importante-, se dijo inicialmente que íbamos a rechazar la idea de legislar, y ahora todos estamos votándolo a favor. Ello, porque se conversó.
¡Eso es el Parlamento: "parlamentar", llegar a acuerdos!
Naturalmente, defendimos los derechos de las mujeres ganados desde hace muchos años. Estimamos que no era admisible reducirlos. Por el contrario, se deben aumentar. ¡Seis meses de posnatal! ¡Eso es lo que se está aprobando!
Nosotros actuamos con responsabilidad pues queremos a nuestro país.
Hoy día somos Oposición; antes fuimos Gobierno por varios años. Entonces ejercimos el poder también con una Oposición. ¡Y llegamos a muchos acuerdos! Yo diría que el 95 por ciento de los proyectos salieron aprobados por unanimidad. Cuando nosotros decíamos: "Queremos 100", empezaban largas conversaciones. Luego ellos respondían: "60". ¡Bueno! Y concordábamos una cifra. De esa forma sacábamos las leyes adelante. Hicimos muchas reformas a la Constitución y grandes transformaciones en nuestro país.
Reitero que en este caso hemos actuado con responsabilidad.
¡No queremos que nos pase lo de España o lo de otras naciones de Europa, donde se observa demasiada politiquería! Ese país tiene hoy día 21,3 por ciento de cesantía. ¡Allá baja el consumo; aquí aumenta fuertemente! Los españoles se amotinan y miles de miles protestan en la Puerta del Sol en Madrid.
No queremos ser irresponsables en el manejo de la cosa pública. Pero el costo del proyecto es soportable. No involucra un gran gasto para el país. Su situación económica es sólida. Y tiene una deuda mínima -prácticamente cero- si consideramos las reservas que mantenemos depositadas en el extranjero.
Por lo tanto, darles un beneficio a las madres trabajadoras me parece muy razonable.
¡Qué estamos alegando hoy día! Todos los países crecen y nosotros nos vamos quedando atrás; es decir, nuestra producción no está aumentando.
¡Y cómo vamos a estimular a nuestras mujeres para que tengan niños, pero que los cuiden, los amamanten, les den cariño para que el día de mañana no sean personas desprovistas de lo más elemental: tener un hogar y el afecto de los padres!
Este proyecto ha sido mejorado aquí, en el Senado. Y por eso estamos votando favorablemente la idea de legislar.
Al respecto, quiero reconocer la labor que han llevado a cabo todos mis colegas. Entre ellos, la realizada por la Presidenta de la Comisión de Trabajo, Senadora Ximena Rincón, y el titular de la de Salud, Senador Rossi. También destaco el trabajo de los demás colegas, que se extendió hasta las 6 de la mañana de hoy, y la tarea permanente efectuada durante muchos otros días, cumpliendo evidentemente con su deber. Y hoy lo hacemos con bastante agrado aprobando este proyecto de ley.
No me cabe duda de que la iniciativa en análisis es mérito del actual Gobierno, que fue el que la envió al Parlamento. Sin embargo, nosotros queremos que sea lo más justa y ecuánime posible y que brinde la más amplia cobertura.
Por eso, señor Presidente, voto con gusto a favor de la idea de legislar.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, en efecto, el Ejecutivo posee la facultad de hacernos llegar acá proyectos de ley, y nosotros, el Poder Legislativo, tenemos en las manos la oportunidad de intentar buscar acuerdos y de perfeccionar o mejorar las iniciativas que nos envía.
Y a mí no me parece que eso sea algo malo. Así debe ser. Forma parte del trabajo que requerimos llevar adelante. Es así como hoy día nos fuimos a eso de las 6 y tanto de la mañana y volvimos a las 9, como lo hicieron muchas personas: usted, señor Presidente, los funcionarios del Congreso, los parlamentarios.
Hemos estado largas horas debatiendo este proyecto, el que, ciertamente, cambió, y lo hizo para mejor, no para peor.
Nos preocupaba la cobertura del posnatal, pero hubo una ampliación de ella.
En lo personal, me inquietaba muchísimo el sector público, porque el Estado de Chile es el peor empleador: las mujeres a contrata y a honorarios se hallan en una precaria condición, la que hoy día se pone a prueba, porque esa gente, de la noche a la mañana, por el solo hecho de tener un hijo, queda sin trabajo.
¡Y eso me parece de absoluta injusticia!
También considero injusto el que en las zonas extremas, como la que me honro en representar, se produzca un perjuicio -se lo hice ver a los Ministros y a la Ministra-, ya que, por la sola circunstancia de entregarse allí un bono por zona extrema, obviamente las 30 UF nos perjudican.
Por otra parte, a diferencia de lo señalado por otros colegas, no es admisible estimar que ciertas trabajadoras, por percibir un sueldo de 500, 600, 700 mil pesos o más -muchas de ellas son jefas de hogar y cuentan con ese único ingreso- son mujeres ricas. Efectivamente, algunas lo son, pero ricas de espíritu, no en dinero...
¡Bueno, estoy hablando de la riqueza del espíritu, señor Presidente, no de otra riqueza...!
No es dable pensar que una mujer jefa de hogar, con un ingreso de 600 mil pesos, deba volver al trabajo y soportar la situación precaria en que queda su hijo.
Yo estoy por defender al niño.
Ese fue un tema que generó un tremendo debate. A las 6 de la mañana tratamos de llegar a una conclusión, y hoy día estamos intentando alcanzar un entendimiento.
Y me quedo con una reflexión que hacen muchos médicos -y usted mismo la explicaba, señor Presidente-: hay enfermos y no enfermedades.
Lo anterior me hizo mucho sentido para apoyar algunas indicaciones. Además, no comparto el hecho de que se haga un listado con carácter absolutamente economicista.
Pero hay cosas que son buenas, y uno no puede ocultar lo bueno ni dejar de reconocerlo.
Por otro lado, más allá de la discusión de si el Gobierno anterior fue mejor, o si este o el que vendrá serán mejores -asunto que en lo particular me importa menos que lo que puede preocupar a otros, legítimamente-, me interesa cómo nosotros podemos valernos de esta oportunidad para ser parlamentarios proactivos y sacar adelante proyectos que terminan siendo de enorme beneficio para la gente.
¡Ese es nuestro norte!
¡Esa es nuestra oportunidad!
¡Es así como se privilegia y cómo la gente legitima a la clase política!
Y hoy tenemos la posibilidad de seguir avanzando con una iniciativa que a algunos puede no gustarle y a otros, sí. También hay quienes, como yo, tratan de buscar lo bueno para intentar continuar progresando.
Señor Presidente, voy a concurrir en esta ocasión con mi voto favorable a la aprobación del proyecto.
Espero que sigamos en el camino de los consensos. El espectáculo que dimos ayer, sinceramente, da pena, tristeza, amargura.
¡Y vuelvo a valerme de esta instancia para pedirle perdón a Chile por el pésimo espectáculo que en algún momento hemos dado y que hoy día, afortunadamente, hemos ido corrigiendo!
Estamos avanzando, por lo menos, en la línea de los acuerdos.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, Honorable Senado, he tratado de caracterizarme en mis actuaciones públicas por ser prudente. Creo que esta es una virtud que ojalá deberíamos enarbolar quienes ejercemos cargos parlamentarios.
Desde esa perspectiva, considero que ha existido una tónica histórica en nuestro país: independiente de los Gobiernos que asumen el poder en un momento determinado, la cuestión social siempre ha estado presente. Y esta Administración no será la excepción. De hecho, el eje de las políticas sociales durante el presente año estará centrado precisamente en el ámbito social -el proyecto de ley en estudio es una expresión de eso-, como lo hicieron también los Gobiernos de la Concertación.
En eso no se puede ser mezquino: existieron grandes avances.
La actual Administración logrará asimismo importantes progresos en el aspecto social, porque esa ha sido la tónica de los distintos Gobiernos a través de la historia del país.
Dicho lo anterior, señor Presidente, uno debería preguntarse por qué se ha producido esta tensión en el Congreso en estos días, la que me parece que ha sido innecesaria. Porque, a la larga, todos han reconocido en el curso del debate que el proyecto se ha perfeccionado y que con el aporte parlamentario saldrá inmensamente mejor que como ingresó.
En eso consiste el debate parlamentario.
He llegado a la convicción de que la situación se ha tensionado por un elemento esencial: porque se pretendía rechazar la idea de legislar respecto de una iniciativa que recién estaba iniciando su trámite legislativo.
A mi juicio, ahí estuvo el punto central.
Rechazar la idea de legislar significaba en la práctica no tener ninguna posibilidad de discutir el proyecto durante un año. Y que lo sepan todos quienes están en las tribunas.
En la discusión particular existía la posibilidad de que, si no se aceptaban muchos de los planteamientos que hizo la propia Concertación, se rechazaran todos y cada uno de los artículos, ¡todos y cada uno de los artículos!
Ese mismo proceso pudo aplicarse en la Cámara de Diputados, donde, no habiéndose acogido materias que resultaban fundamentales para la Oposición, se podría haber rechazado la idea de legislar.
A mi juicio, señor Presidente, lo que al final ha terminado contaminando este tema -que no ha sido, en general, la tradición que ha tenido el Parlamento- es que, al inicio de un trámite legislativo, se pretendiera rechazar la idea de legislar, en circunstancias de que existían todas las instancias futuras o posteriores para haber hecho reivindicaciones y propuestas tendientes a perfeccionar el proyecto. Pero esa opción estaba siendo vedada.
Ese es el punto en el que yo no concuerdo. Porque históricamente en las grandes reformas, a pesar de existir diferencias como Oposición, casi siempre la idea de legislar fue despachada de manera muy expedita. Después, en la discusión particular, se planteaban los distintos puntos de vista y se hacían los aportes.
Considero que lo ocurrido debe servir de lección, para evitar muchas veces estas tensiones innecesarias. Porque al final se va a llegar a un acuerdo y vamos a sacar un proyecto mucho mejor que el original, como ha sido la tónica en las grandes reformas efectuadas en distintos Gobiernos.
Por lo tanto, quiero llamar a la mesura, a que estemos a la altura de las grandes reformas sociales que está llevando a cabo el país.
Y ello no es patrimonio del Gobierno o de la Oposición. Considero que constituye el gran aporte que puede hacer la clase política, independiente de las distintas Administraciones.
Dicho lo anterior, al menos en estas grandes reformas, tratemos de aprobar la idea de legislar y realicemos los aportes en la discusión particular, que es cuando se ven los proyectos en detalle.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, sin duda, este ha sido un debate largo que ha consumido un importante tiempo tanto en las Comisiones unidas como en la Sala. Y la razón principal de esta discusión es que alguien remitió al Congreso Nacional, al Senado y a la Cámara de Diputados, un proyecto sobre el pre y posnatal.
Es decir, estamos analizando una normativa legal de esta naturaleza por una iniciativa del Presidente Sebastián Piñera. De lo contrario, no habría sido posible que en las Comisiones unidas o en la Sala estuviéramos entregando opiniones sobre sus diversos aspectos.
La iniciativa del Gobierno del Presidente Piñera ha sido clave para mostrar la voluntad política de beneficiar a las mujeres y los niños de nuestro país.
Ha existido por parte del Ejecutivo, al poner en debate un proyecto de este tipo, la intención de dar al conjunto de la sociedad chilena el mensaje claro e inequívoco de que se quiere un posnatal de 6 meses.
Por lo tanto, esto solo ha sido factible gracias a esa voluntad política.
Durante mucho tiempo se podía discutir este tema en pasillos, a través de los medios de comunicación o en seminarios académicos, pero no en la Sala del Senado.
Recuerdo que muchas veces -durante las décadas de los 90 y del 2000- en los días anteriores al 21 de mayo distintos Diputados y Senadores de la Concertación le pedían, por ejemplo, al Presidente Lagos o a la Presidenta Bachelet que, con motivo de dar cuenta de la marcha del país, anunciara un proyecto de ley que permitiera incrementar a 6 meses el posnatal.
Pero nunca se dio.
Por lo tanto, solo en pasillos, en los medios de comunicación y en la academia se hablaba de este asunto. Hoy día, en cambio, lo estamos discutiendo en el Congreso Nacional e intentamos avanzar en una legislación que verdadera y efectivamente eleve la calidad de vida del conjunto de las mujeres trabajadoras y de sus niños, quienes, sin duda, necesitan de manera prioritaria un proyecto de esta naturaleza.
Por eso, resulta contradictorio que las bancadas de la Concertación expresen que se quiere mejorar una iniciativa como esta, en circunstancias de que -ha salido de la propia boca de muchos señores Senadores, particularmente, el Honorable señor Lagos- se ha rechazado el mecanismo de financiamiento.
De aprobarse hoy el proyecto, no tendrá financiamiento. Y eso va a obligar -como también lo han manifestado aquí parlamentarios de la Oposición- a que el Presidente envíe un veto o formule una indicación en la Cámara de Diputados. O sea, una iniciativa sobre un asunto respecto del cual el conjunto de la sociedad chilena requiere un avance fundamental, por la mayoría de la Concertación, hoy carece del instrumento que la financia.
¿El país tiene recursos para seguir adelante? Por cierto que sí. Pero el mecanismo de financiamiento contenido en este proyecto de ley fue eliminado y no lo recuperaremos si no interviene en trámites posteriores el Presidente de la República, ya sea a través de una indicación en la Cámara de Diputados o mediante un veto.
Esa es la realidad.
Esta tarde podemos estar discutiendo sobre la materia gracias a la voluntad política manifestada por el Gobierno del Presidente Piñera. Eso nos llena de satisfacción, porque fue lo que planteamos al país, lo que planteamos a las mujeres, lo que planteamos a las familias y ahora lo estamos cumpliendo.
Vamos a realizar todos los esfuerzos necesarios y a recurrir a todas las instancias que se requieran para posibilitar que el financiamiento de este proyecto permita entregar el posnatal que merecen las mujeres de nuestro país.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Carlos Larraín.


El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, como es natural, quiero referirme a la iniciativa que se halla en examen y, de paso, hacer alguna referencia a la miscelánea que se ha trajinado con tan poca pertinencia.
Se han señalado cuestiones perfectamente innecesarias.
He oído decir, por ejemplo, que el objetivo de este proyecto era hacer pagar costos a la Oposición, como si aquí hubiera alguien interesado en anotarse puntos verbales o escritos; no sé.
En realidad, la finalidad de esta pieza legislativa es pura y simplemente cumplir un propósito expresado durante la campaña no solo por el hoy día Presidente Piñera, sino también por otros candidatos.
Nos correspondió a nosotros llevarlo a cabo y abrir la puerta para que este beneficio fuera posible, como han reconocido algunos Senadores de la Concertación -no muchos, por desgracia- con generosidad.
También se ha hecho mucha referencia a la actitud corporal.
Bueno, eso se ve mucho en las revistas; hay bastante cansancio en el ambiente. Entonces, claro, si observamos a algún señor Senador más demacrado que otro es solo porque le tocó trabajar en las Comisiones...
El señor LAGOS.- ¡En el Gobierno, el Presidente y el Ministro Golborne se tomaron vacaciones...!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Bueno, el Presidente ha trabajado muy intensamente, Su Señoría, y también tiene derecho a ellas, sobre todo, si se las paga él.
El señor LAGOS.- ¡Lo único que faltaba era que nosotros lo hiciéramos!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Ahora, que el 21 de mayo es gravitante, claro que sí. ¿Por qué? Porque en esa fecha se rinde cuenta de lo realizado. Y los Gobiernos serios intentan cumplir sus promesas. Es una consideración normal.
Quizás se habría podido proceder con más reposo, con menos trasnoche y tironeos de no haberse suspendido la tramitación del proyecto a solicitud de la Oposición hará cosa de un mes.
Se interrumpió por unos días el debate porque había un viaje en perspectiva. Y el Gobierno, con el mayor candor, accedió al pedido de retirar una de las urgencias.
El señor LAGOS.- ¡El viaje fue de la Ministra Matthei!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- También se ha aludido al obstruccionismo.
Se invocó mucho que no habría obstruccionismo por parte de la Oposición de Izquierda.
Bueno, aquel se ha convertido en una especie de actitud corporal permanente, como la mujer de Lot, que se transformó en estatua de sal. Porque se votó en contra del aumento al impuesto de primera categoría; del royalty; de la ley de reajuste (si no se hubiera ausentado el Presidente del Partido Socialista no contaríamos con esta normativa legal); de la Ley de Presupuestos, lo cual no ocurría desde tiempos del Presidente Balmaceda.
O sea ha habido un obstruccionismo sólido...
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- ¡Está soñando, señor Senador...!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Pero si así fue.
El señor LAGOS.- ¡Despiértenlo...!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- En realidad, vale la pena que este proyecto concite apoyo. Y el Gobierno ha trabajado muy seriamente para que ello ocurra.
En efecto, se han hecho aportes. Pero la normativa que se va a aprobar fue elaborada por el Gobierno. Hay que reconocerlo.
De repente, también noto cierta confusión, por cuanto no se comprende que estas iniciativas sí producen consecuencias económicas.
Se ha sostenido que el proyecto no tendría efecto en la empleabilidad.
Claro que lo tiene; eso es innegable.
Ahora, que en lo relativo al posnatal se haya puesto todo este empeño por la Coalición que integramos no es raro, porque para nosotros la situación de la mujer, la situación de los niños, el apalancamiento de la familia son de los temas centrales.
¿Por qué no se va más allá de las 30 UF? Porque hacerlo perjudica a las personas que carecen de protección hoy día. Hay vasos comunicantes, existen factores económicos subyacentes. Eso es innegable.
Como muy bien decía el Senador Tuma, aquí estamos discutiendo intensamente sobre las 30 o las 60 unidades de fomento, pero los muchos miles de mujeres que no disponen de contrato alguno quedan fuera de todo.
Entonces, con un poco de cabeza, lo que debemos hacer es guardar recursos para llegar quizás a extendernos a la situación de esas mujeres campesinas que tienen un pequeño terreno y venden en la feria local lo que producen.
Por tanto, es preciso considerar que sí existen factores económicos.
Eso lo hacía ver aquí con mucha propiedad el Senador José García -Su Señoría es como la memoria de la Comisión de Hacienda- cuando señalaba que en el caso de la reforma previsional no fueron favorecidos quienes estaban por encima de un ingreso de 255 mil pesos.
Lo mismo puede decirse del bono por hijo nacido vivo: se puso un corte en el tiempo.
Igualmente, el bono de invierno -recién se comprobó- no fue distribuido entre quienes tenían un ingreso superior a aquella cifra, en función de la percepción del bono anterior por el Aporte Previsional Solidario.
En conclusión, creo que esta propuesta es realista. A nosotros nos llena de satisfacción poder sacarla adelante. Nos habría gustado, sí, ver más alegría en las filas del frente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra en último término el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Señor Presidente, me alegro mucho de que en este momento se encuentre en la Sala el Ministro señor Larroulet. Lamento que para un debate tan importante como este no se hallen los otros Ministros pertinentes, partiendo por el de Hacienda. ¡Supongo que está viendo el partido de la Universidad Católica...! Y lo digo con envidia.
Quiero, dentro del poco tiempo de que dispongo, manifestar de la forma más sencilla por qué voy a votar a favor de la idea de legislar.
Primero, porque, efectivamente, este proyecto es una propuesta de campaña hecha por al menos dos candidatos: el actual Presidente Piñera y el Senador Eduardo Frei.
Segundo -hay que decirlo con toda claridad-, porque esta iniciativa es una promesa de campaña.
Ahora, para contestar inmediatamente por qué durante 20 años no se presentó -ya lo han señalado varios colegas-, lo único que quiero expresarles es que, hasta la última campaña, ninguno de los otros candidatos serios había planteado la posibilidad del posnatal: ni los de la Derecha ni los de la Concertación. ¿Por qué? Porque no era posible hacerlo en ese momento, pues el país tenía otras prioridades. Y, sobre todo en el ámbito de la mujer, la herencia era demasiado pesada, demasiado mala, demasiado discriminatoria. No olviden que el año 90, para recuperar mínimamente su dignidad, tuvimos que abrir la posibilidad, por ejemplo -es solo una muestra, una idea (como dijo el Senador Chadwick), pero lo define todo-, de que las mujeres solteras embarazadas postularan a una vivienda social. En el Gobierno de la dictadura carecían de ese derecho.
De ahí se parte.
¡Por Dios que hay que comenzar de abajo para empezar a terminar con las discriminaciones!
¿Cuál es el problema del Gobierno hoy, señor Presidente? Lo señalaron los últimos Senadores que intervinieron: el 21 de mayo. No es el posnatal, no es la discusión técnica: el problema de este Gobierno es el 21 de mayo. ¿Y por qué? Lo dijo bien el Senador Carlos Larraín -me alegra que lo haya reconocido-: el 21 de mayo el Presidente de la República debe darle cuenta al país de lo que ha hecho; y, como su cuenta va a ser muy reducida, porque ha hecho poco, le bajó el apuro por tratar de aprobar a matacaballo proyectos tremendamente significativos para las mujeres, para los pensionados, para los sectores sociales de nuestro país.
¡Ese es el problema de este Gobierno: promete mucho y hace poco! ¡Y ese es el problema del Presidente Piñera! Y, cuando aquí tratan de contestar a los reparos sobre la letra chica, es porque les duele. Porque la gente ya entiende lo que es la letra chica: una suerte de engaño en que por un lado le ofrecen la panacea, el Cielo y la Tierra, y por otro se los quitan.
¡Esa es la verdad!
Ahora bien, este proyecto lo íbamos a votar en contra justamente porque tenía demasiadas fallas y, además, les cercenaba a las mujeres y a los niños de nuestro país derechos que ha costado mucho conseguir.
Entonces, nos encontramos con un Gobierno que pretende que el Senado le apruebe todo lo que propone por el solo hecho de que a ellos se les ocurrió o porque algún genio comunicacional les dijo que esa era la forma de mejorar en las encuestas.
A propósito de eso, me dirigiré al Ministro Larroulet, por intermedio de la Mesa.
Usted es en esta Sala el representante del Presidente de la República. En la medida que sus Ministros, partiendo por la señora vocera de Gobierno, quien andaba recién por acá -no sé dónde está-, no respetan a los Senadores, equivocan completamente el camino.
¿Cree la señora vocera que porque alguien le sopla algo o porque le sale una frase ingeniosa puede hacernos callar a los Senadores, impedirnos expresar nuestra opinión?
Señor Ministro, si quiere que este Gobierno ande bien, como les interesa a todos los chilenos, debe venir acá a buscar acuerdos con tiempo, con respeto, con capacidad de diálogo, y entendiendo que la Oposición también tiene aportes que hacerle al país.
La verdad nunca está de un solo lado. La verdad puede ser mucho más potente y fuerte si es compartida, si es acordada, si es dialogada.
Aquí no ha habido -y eso es lo que ha cruzado el debate; digámoslo con franqueza- voluntad para dialogar. En lugar de ello, se agrede y se amedrenta a Senadores a lo largo de todo el país, con inserciones pagadas o dándoles instrucciones a funcionarios, incluso de poca monta, que nos insultan o descalifican por expresar en determinado momento tal o cual opinión.
¡Esa no es la forma de gobernar! ¡No es eso lo que se les prometió a los chilenos! ¡Y no estamos dispuestos a aceptarlo!
Así que, de aquí en adelante, o el Ejecutivo asume que debe entenderse con toda la Concertación y con respeto, con diálogo y buscando acuerdos, o, lisa y llanamente, tendrá en forma permanente problemas como el habido en esta oportunidad. Y ello va a implicar, estimado Ministro, que su Gobierno no va a ser capaz de sacar ni siquiera los proyectos malos que presenta, porque nosotros no vamos a tener voluntad para seguir arreglando o mejorando estas propuestas engañosas, que tienen mucho fuego de artificio pero poco contenido.
¡El problema de este Gobierno es que no se le cree!
¡El problema de este Gobierno es que no dialoga!
¡El problema de este Gobierno es que no escucha!
¡El problema de este Gobierno es que no se atreve a enfrentar una opinión distinta y muchas veces opera con arrogancia, tratando de silenciarnos a quienes pensamos de otra manera!
A pesar de eso, porque ha habido correcciones, voto a favor la idea de legislar.
El señor GIRARDI (Presidente).- Antes de cerrar la votación, le ofrezco la palabra al Ministro señor Larroulet, conforme al artículo 37 de la Constitución, solo para rectificar conceptos emitidos por algún señor Senador al fundamentar su voto.


El señor LARROULET (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, señores Senadores, señoras Senadoras, efectivamente, como lo señala el artículo 37 de la Carta -he tenido en esta materia la asesoría de un distinguido Diputado y de un distinguido miembro de esta Corporación-, los Ministros pueden intervenir durante una votación cuando se ven en la necesidad de rectificar expresiones de algún parlamentario.
Otro distinguido Senador, de gran experiencia, me dijo "siempre y cuando el Ministro haya sido referido personalmente".
Afortunadamente, el Senador Pizarro se ha referido a mí tres veces. En consecuencia, voy a desvirtuar las afirmaciones incorrectas que se han hecho hoy en la tarde a propósito de este proyecto.
En primer lugar, se ha cuestionado la voluntad de diálogo del Ejecutivo.
Más aún, un distinguido Senador manifestó al comienzo de esta sesión, textualmente: "Me comienza a agotar el discurso de los acuerdos".
Yo usaría un sinónimo de la palabra "acuerdos": "Me comienza a agotar el discurso del diálogo".
¿Qué demuestra eso? La indudable contradicción con el hecho de que, efectivamente, somos un Gobierno que ha evidenciado una enorme voluntad de diálogo para construir acuerdos mediante leyes que beneficien a la mayoría del país.
Segundo punto a rectificar.
Se ha sostenido que todo lo que hemos hecho está pensado en función del 21 de mayo. ¿Por qué? El argumento es que no tenemos mucho para mostrar ese día.
La verdad es que una mirada objetiva, seria, rigurosa, propia de lo que yo creo que es y debe ser siempre el Senado pone de manifiesto que tal afirmación no tiene ningún fundamento.
Pensemos en las prioridades de Chile o en los compromisos más importantes que el Presidente de la República contrajo el pasado 21 de mayo.
Y los voy a enumerar.
Primero, oportunidades para todos los chilenos, fundamentalmente por la vía de recuperar el crecimiento de la economía.
La economía chilena -acuérdense- se vio afectada hace dos años por una crisis internacional, con caída del producto, con aumento del desempleo.
Posteriormente, un terremoto devastador afectó a todo Chile, a la gran mayoría de los ciudadanos, con un gigantesco costo económico y en vidas.
¿Cuál es la situación hoy día? El país nuevamente está en marcha.
Yo siempre menciono a aquella revista internacional que sostenía que nos hallábamos en una situación de mediocridad: "la siesta de Chile".
Bueno: el país está recuperado, y vamos a tener avances en el combate contra la delincuencia, en cuestiones sociales, en educación. Hemos hecho dos reformas educacionales históricas, gracias, entre otras cosas, al concurso de los parlamentarios de todos los sectores.
Segundo: no estamos obsesionados con el 21 de mayo. Al revés, estamos muy, muy tranquilos. Y Chile y cada uno de ustedes podrán ver cifras objetivas que hablan de nuestro progreso gigantesco.
Tercero: se afirma que este proyecto es malo; se ha dicho aquí fuertemente.
Se trata, señor Presidente, de un gran proyecto, que será histórico. Pone a Chile en una situación de vanguardia respecto de la protección a la familia, al niño, y del proceso de desarrollo de la mujer.
Estamos orgullosos de que, después de largas conversaciones, hoy se apruebe en general esta iniciativa histórica, que consagra el posnatal de seis meses. Y esperamos que a continuación también sea aprobada en particular.
Desgraciadamente, las observaciones hechas en las Comisiones unidas de Salud y de Trabajo le produjeron dos grandes problemas: primero, este proyecto adolece de vicios de constitucionalidad, y segundo, se halla desfinanciado.
El señor GIRARDI (Presidente).- Perdón, señor Ministro: se acabó su tiempo.
Le daré un minuto más, tal como lo hicimos con los Senadores durante la votación.
El señor LARROULET (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Muchas gracias, señor Presidente. Voy a tomar menos de un minuto.
Como expresaba, este proyecto histórico, que beneficia a cientos de miles de madres y niños, adolece desgraciadamente, producto de indicaciones presentadas por la Oposición, de un problema de constitucionalidad y de un problema de financiamiento.
El Gobierno del Presidente Sebastián Piñera está comprometido, y va a sacarlo adelante. Como se ha dicho, será un proyecto de letra grande, supergrande. Avanzaremos en él. Vamos a corregir los problemas de financiamiento; lo haremos en la Cámara de Diputados, y de esa manera las madres y los niños de Chile tendrán el tan anhelado posnatal de seis meses.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (33 votos a favor), dejándose constancia de que se cumplió el quórum constitucional exigido.
Votaron las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Bianchi, Chadwick, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, García, Girardi, Gómez, Horvath, Kuschel, Lagos, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Letelier, Longueira, Muñoz Aburto, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Chahuán para una cuestión reglamentaria.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, le pido a la Mesa que suspenda la sesión al objeto de realizar una reunión de Comités para ponernos de acuerdo sobre la votación particular.
El señor GIRARDI (Presidente).- Les solicito a las distintas bancadas...
El señor LAGOS.- ¡Votemos ahora mismo! ¡Aprovechemos el entusiasmo...!
El señor GIRARDI (Presidente).- Se suspende la sesión por cinco minutos.
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--Se suspendió a las 19:22.
--Se reanudó a las 19:27.
)----------(
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Continúa la sesión.
Les pido guardar silencio a las personas de la FENPRUSS que se encuentran en las tribunas. ¡Es la última vez!
A continuación corresponde discutir el proyecto en particular.
Algunas disposiciones han sido acordadas por unanimidad en las Comisiones, y los artículos que no hayan sido objeto de indicación deben darse por aprobados, sin perjuicio de someter al pronunciamiento de la Sala aquellos que requieren un quórum especial.
El señor LONGUEIRA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Puede intervenir, Su Señoría, para un aspecto reglamentario.
El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, es necesario que la Mesa ponga a nuestra disposición las indicaciones formuladas. Desconozco si se han planteado algunas que no sean del Ejecutivo. No dispongo aquí del antecedente.
Creo que tenemos el legítimo derecho a que se nos entregue el texto respectivo, sin que se inicie todavía la votación, salvo que no se hayan presentado.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Se están sacando copias, señor Senador. Las materias que han sido...
El señor PIZARRO.- ¿Puedo hacer una consulta?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Sí, Su Señoría, para una cuestión reglamentaria.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente, entiendo que la suspensión de la sesión, solicitada por el Senador señor Chahuán, fue para celebrar una reunión de Comités. Deseo saber si esta se realizó o se trataba, simplemente, de salir a dar una conferencia de prensa.
El señor CHAHUÁN.- ¡Fue la Concertación la que la dio!
El señor PIZARRO.- Quisiera conocer cuál es el sentido que le dio la Mesa a la suspensión. Es solo una cuestion técnica.
El señor CHAHUÁN.- ¡Se trataba de la presentación de indicaciones!
El señor PIZARRO.- No es para que se ponga nervioso, Honorable colega. Estoy consultando a la Mesa.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Llamo a los señores Senadores a mantener la calma, para explicar la situación.
Habiéndose suspendido la sesión por cinco minutos, como lo anunció el señor Presidente, se reanudó después. Han llegado algunas indicaciones que se encuentran en proceso de reproducción y se someterán a votación aquellas materias que han sido...
El señor LONGUEIRA.- ¡Que se entreguen las indicaciones, señor Presidente!
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Les insisto a los señores Senadores que mantengan la calma.
El señor Secretario...
El señor ORPIS.- ¡Esperemos!


El señor LETELIER (Vicepresidente).- En realidad, ha sido un día largo.
La Mesa se haya impuesta de cuáles son las materias sobre las cuales recayeron indicaciones. El señor Secretario va a dar a conocer las disposiciones que se aprobaron por unanimidad. En seguida se precisarán aquellas que fueron objeto de una votación dividida. Y después se plantearán, progresivamente, las que merecieron indicaciones.
Los textos respectivos se están fotocopiando.
A fin de facilitar las cosas, se suspendió la sesión para que el Ejecutivo pudiera formular indicaciones. Sus Señorías las tendrán en sus pupitres dentro de un minuto.
El señor Secretario va a explicar ahora qué disposiciones no han sido objeto de indicaciones.
El señor ESPINA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina para un punto reglamentario.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, como sucede con alguna frecuencia cuando se inicia la discusión particular, se pidió y autorizó una reunión de Comités con el objeto de analizar cómo vamos a votar.
En cuanto a lo expresado por el Senador señor Pizarro, es preciso ser supertransparentes. Todos sabemos que cuando termina la votación de una idea de legislar los periodistas quieren tomar notas. Los parlamentarios de la Concertación salieron, legítimamente, para ese efecto. Por su parte, los de la Coalición deseaban formular declaraciones, y algunos lo hicieron.
Solo pido que celebremos -civilizadamente, como lo hemos hecho siempre- una reunión de Comités para analizar los procedimientos que vamos a seguir. No estoy formulando ninguna crítica. Para nada. Lo solicito porque ni un sector ni el otro pudimos llegar a la que se convocó, ya que estábamos haciendo declaraciones a la prensa. Destinar cinco minutos a ordenarnos no cuesta absolutamente nada.
Quisiera insistir en que se acoja la petición de los Comités Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Deseo recordar que el procedimiento es bastante obvio. Las indicaciones presentadas se podrán discutir en la Sala. Algunas materias no fueron objeto de ellas y se aprobaron por unanimidad. Las que demandan un quórum especial se votarán en primer término.
Es lo primero que se tiene que resolver.
El señor ESPINA.- Celebremos antes una reunión de Comités para los efectos del procedimiento. Nunca ha sucedido que se niegue su realización.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Estamos avanzando de acuerdo con el Reglamento.
Tiene la palabra el Honorable señor Gómez.


El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, ya celebramos una reunión de Comités. En ella...
El señor ESPINA.- ¡Cuándo!
El señor GÓMEZ.- ¡Por favor! Asistió el Honorable señor Chadwick.
En ella determinamos cómo íbamos a continuar. Se va a votar en general, y luego, en particular. El señor Secretario tiene que anunciar que los artículos que no han sido objeto de indicaciones o han sido acordados por unanimidad deben darse por aprobados. Cualquier señor Senador puede pedir que una disposición se vote. Luego corresponde pronunciarse sobre el resto del articulado.
Eso fue lo que acordamos. No sé para qué vamos a celebrar otra reunión de Comités. Sigamos adelante. ¿Cuál es el problema?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Deseo recordar, para el efecto de la consulta del Honorable señor Espina, que, tal como lo explicó el Senador señor Gómez, se celebró una reunión de Comités y se definió un procedimiento.
Tiene la palabra el Honorable señor Chahuán para una cuestión de Reglamento.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, pedí una suspensión de cinco minutos para poder hacer llegar indicaciones a la Mesa -lo hice- y, también, con el fin de que se considerara la factibilidad de votar en forma económica, para no tener que quedarnos hasta altas horas de la noche. Las indicaciones son de tres tipos.
El señor WALKER (don Patricio).- De acuerdo.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- A los señores Senadores que pidieron una reunión de Comités hace un momento deseo puntualizarles que cuando se les buscó para llevarla a cabo se hallaban en otra situación.
El señor CHAHUÁN.- ¡No, señor Presidente!
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Me refiero a algunos, Su Señoría.
Ya se encuentran disponibles las copias de las indicaciones, de modo que solicito tenerlas a la vista.
El señor Secretario dará la información a que hice referencia.
Tiene la palabra.


El señor LABBÉ (Secretario General).- Corresponde dar por aprobadas, pero tomándose la respectiva votación por requerirse quórum especial, todas las disposiciones acordadas en forma unánime en las Comisiones unidas y las que no han sido objeto de indicaciones.
Si Sus Señorías lo desean, las nombraré una por una.
El señor ESPINA.- De acuerdo.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Las normas acogidas por unanimidad son las siguientes.
Como es lógico, el encabezamiento del artículo 1°, con el cual comienza el proyecto y que introduce modificaciones al Código del Trabajo.
En su número 1), los incisos segundo a sexto del artículo 195.
Me refiero a las aprobaciones por 10 votos, vale decir, a las acordadas por todos los miembros de las Comisiones unidas, lo que también comprende a las registradas en la Comisión de Hacienda.
El señor LONGUEIRA.- ¿Se puede precisar cómo parte el inciso segundo?
El señor LABBÉ (Secretario General).- Expresa, inicialmente: "El padre tendrá derecho".
En el número 2), que agrega el artículo 197 bis, nuevo, la primera parte del inciso primero, esto es, hasta las palabras "ubicarse en el período final del permiso".
Los incisos segundo,...
El señor LARRAÍN.- ¿El inciso primero entero?
El señor LABBÉ (Secretario General).- No, señor Senador. Lo restante no fue aprobado en las Comisiones unidas. Y, desde ya, puedo informar que fue objeto de indicaciones.
El señor LARRAÍN.- Se expresó que estaba aprobado.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Sí, pero solo en la primera parte del artículo 197 bis, que empieza con los vocablos "Durante las doce semanas". Se aprobó por unanimidad la indicación del Ejecutivo que sustituyó el término "sexta" por "séptima" y agregó, remplazando el punto seguido por una coma, la frase "por el número de semanas que acuerden, las que deberán ubicarse en el período final del permiso.".
A continuación, los incisos segundo, cuarto, quinto y sexto del artículo 197 bis.
En el número 3), los artículos 198 y 200.
En el número 4), la oración inicial del inciso primero del artículo 201, hasta el primer punto seguido, que sigue a las palabras "en el artículo 174" -la segunda parte fue objeto de indicación- y los incisos segundo, tercero, cuarto y quinto.
En seguida, el encabezamiento del artículo 2°, que introduce modificaciones al decreto con fuerza de ley Nº 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social; las letras a) y c), que pasó a ser b), del número 1), y el número 2), que agrega un artículo 8 bis, nuevo.
En el número 3) del texto del mensaje, que pasó a ser número 2) en el aprobado por las Comisiones unidas, registró unanimidad el inciso primero del artículo 9º, nuevo, con excepción de la letra b), que comienza con las palabras "registren ocho o más cotizaciones", rechazada en votación dividida.
El señor LONGUEIRA.- ¡Está aprobada, señor Presidente!
El señor LABBÉ (Secretario General).- Excúsenme, señores Senadores. Me equivoqué. La letra b) se aprobó en votación dividida. Si media una indicación, corresponderá votarla.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Ruego tomar nota del informe del señor Secretario. Una vez terminado, ofreceré la palabra.
Se está dando cuenta de las normas que registraron unanimidad, lo cual será objeto del primer pronunciamiento. Después vendrán las aprobadas en votación dividida y que no han recibido indicación. Finalmente se plantearán las que fueron objeto de indicación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Se formuló una de ellas respecto del inciso segundo del artículo 9º.
Se aprobaron por unanimidad los incisos tercero, que comienza con las palabras "Para efectos del cálculo", a séptimo, que finaliza con los vocablos "mencionado subsidio".
Pasamos ahora a los artículos transitorios.
Las modificaciones acordadas allí por unanimidad son las siguientes:
-En el Artículo Primero Transitorio, solo su primera oración.
-El Artículo Cuarto Transitorio, que pasa a ser Segundo.
-El Artículo Quinto Transitorio, que pasa a ser Tercero.
-Y el Artículo Sexto Transitorio, que pasa a ser Cuarto.
Todas estas disposiciones, con excepción del Artículo Cuarto Transitorio, que es de ley común, son de quórum calificado y necesitan para su aprobación 18 votos favorables.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Si les parece, podemos hacer una sola votación para todas las normas aprobadas por unanimidad o que no hayan sido objeto de indicaciones.
El señor LONGUEIRA.- Punto de Reglamento, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, lo que usted está sugiriendo es imposible.
Yo he pesquisado una votación unánime respecto de una norma que aquí se ha dicho que no fue aprobada en esa forma. Y no sé si en otras se da la misma situación.
En la letra b) del numeral 2) del artículo 2° hubo una votación, de las miles que realizamos, cuyo resultado fue 5 votos a favor y 5 abstenciones. Se repitió la votación y el resultado fue 10 por 0. En todos los empates las abstenciones se sumaron a la mayoría. Así se fueron resolviendo muchos casos donde hubo que repetir la votación.
Yo recuerdo el de la norma indicada, respecto de la cual se realizaron dos votaciones. En la primera hubo 5 votos a favor y 5 abstenciones. Se repitió la votación y el señor Secretario precisó que las abstenciones, como en todas estas situaciones, se sumaban a la mayoría. Y el resultado quedó 10 por 0.
¿Eso es unánime o no?

El señor LABBÉ (Secretario General).- Su Señoría tiene toda la razón y le doy mis disculpas. Pero le voy a dar una explicación.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Por favor, pido calma en la Sala para escuchar al señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- En cuanto a la letra b) que ha indicado el Honorable señor Longueira, hubo un señor Senador o una señora Senadora que anunció que concurriría a aprobar todas las disposiciones, salvo, precisamente, la referida letra, en la que se abstendría por considerar que se debía exigir un menor número de cotizaciones.
Pedida la segunda votación en conformidad al artículo 178 del Reglamento y producido el mismo resultado, las abstenciones se sumaron a la mayoría y, efectivamente, la letra b) quedó aprobada por unanimidad.
El señor LONGUEIRA.- Así es.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Por ende, también será considerada entre las normas acogidas en esa forma.

El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, es posible que haya otros casos.
Y es difícil seguir desde aquí la enumeración.
Espero que no nos encontremos con otra situación como aquella.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Señor Senador, se está actuando de buena fe.
Si después y por cualquier motivo alguien estima que hay algo que se deba reconsiderar, no habrá problema.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Lo analizamos de nuevo.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- La Secretaría está revisando las indicaciones del Ejecutivo y otras que se han presentado.
Por lo tanto, sugiero votar las normas aprobadas por unanimidad en las Comisiones y que no hayan sido objeto de indicación.
Acordado.
En votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueban las normas acogidas por unanimidad en Comisiones y que no hayan sido objeto de indicación (31 votos favorables), dejándose constancia de que se reúne el quórum constitucional requerido.
Votaron las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Bianchi, Chadwick, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, García, Girardi, Gómez, Horvath, Lagos, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Letelier, Longueira, Muñoz Aburto, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
El señor GIRARDI (Presidente).- Corresponde votar ahora las indicaciones.
El señor CHAHUÁN.- Pido la palabra, señor Presidente, para una cuestión de Reglamento.
El señor GIRARDI (Presidente).- Puede hacer uso de ella, señor Senador.
El señor CHAHUÁN.- Hace un rato pedí efectuar una reunión de Comités de cinco minutos a los efectos de resolver cómo votar rápidamente las indicaciones para no tener que ir de una en una.
Lo sugiero por economía procesal.
El señor GIRARDI (Presidente).- Señor Senador, tuvimos una reunión de Comités a las dos y media. Hace poco usted pidió una suspensión para el mismo efecto y los parlamentarios salieron a hablar con la prensa, a lo que tienen legítimo derecho.
El señor CHAHUÁN.- Yo no salí a dar declaraciones, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, ¿por qué no accedemos a la petición de efectuar una reunión de Comités?
Los señores Senadores deben leer las indicaciones, algunas de las cuales son bastante largas. Y, mientras hacen eso, las Comités se pueden reunir cinco o diez minutos para concordar un procedimiento.
El señor GIRARDI (Presidente).- Se suspende la sesión para realizar una reunión de Comités.
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--Se suspendió a las 19:54.
--Se reanudó a las 20:18.
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El señor GIRARDI (Presidente).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el señor Secretario General, para dar a conocer lo acordado por los Comités.


El señor LABBÉ (Secretario General).- Los Comités han resuelto agrupar las indicaciones presentadas por el Ejecutivo de acuerdo a su vinculación, sin perjuicio de que hay otra indicación formulada por varios señores Senadores, la cual se dará a conocer en su minuto.
Respecto de aquellas, se propone efectuar tres votaciones distintas.
La primera corresponde al número 1), numeral i, letra a), del documento respectivo, referido al traspaso de semanas del prenatal al posnatal.
La segunda recae en la letra b) del mismo numeral i del número 1), relativo a las modificaciones al artículo 197 bis, sobre permiso posnatal parental, que incide en los subsidios y su cálculo.
En conjunto con esta norma, se votarán aquellas relacionadas con la situación que aborda el mismo artículo 197 bis, atinente al subsidio, y que son las siguientes: la letra b) del número 1), nuevo, del artículo 2°, que se propone (correspondiente al inciso tercero, nuevo, del artículo 8°) y el numeral ii del mismo artículo, que introduce un número 4), nuevo.
Esto también forma parte del segundo grupo de indicaciones, el cual se halla vinculado -repito- al artículo 197 bis. En idéntica condición se encuentra el número 3), que recae en el inciso primero del Artículo Primero Transitorio.
La vinculación de todo el grupo es el límite de las 30 UF.
Y la tercera votación abarcaría todas las demás indicaciones que no he nombrado, esto es, la letra b), literal b (sin paréntesis), y las letras c) y d), todas del numeral i del número 1) del documento de indicaciones presentadas por el Ejecutivo.
A su vez, debo informar que se han retirado las indicaciones correspondientes a las letras a) y c) del número 1) contenido en el numeral i del artículo 2°, por cuanto ya se encuentran consideradas en las modificaciones introducidas por las Comisiones.
Por consiguiente, se debe proceder a efectuar la primera votación.
Si Sus Señorías lo desean, pasaré a dar lectura a la propuesta respectiva.
El señor LONGUEIRA.- Démosla por leída, señor Presidente.
El señor GÓMEZ.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Sí, señor Senador.
El señor GÓMEZ.- Deseo formular una pregunta de Reglamento para efectos de la votación.
¿Se votarán primero las indicaciones y luego los artículos pertinentes?
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Así es.
El señor GÓMEZ.- Y segundo, me gustaría saber si entre dichos artículos hay algunos de quórum especial.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Debo hacer presente que todas las normas contenidas en los artículos 1º y 2º permanentes y en los Artículos Primero a Tercero transitorios del proyecto son de quórum calificado, por regular materias de seguridad social.
En cuanto a la primera consulta del señor Senador, habría que analizar la situación en su minuto, porque algunas indicaciones modifican artículos y otras agregan preceptos nuevos.
Naturalmente, la aprobación o el rechazo de una indicación que agrega un artículo significa la aprobación o el rechazo de la disposición que se pretende incorporar en el proyecto.
Hay situaciones en que no es así.
Pero estas indicaciones fueron rechazadas en las Comisiones unidas, y no se encuentran en el proyecto incluido en el comparado.
El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, mi pregunta es la siguiente: si vamos a votar las indicaciones y son rechazadas, ¿se entiende que queda aprobada la iniciativa despachada por las Comisiones o tenemos que votarla?
El señor LARRAÍN.- Las de quórum especial hay que someterlas a votación.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Debemos hacerlo, porque se ha de verificar el quórum.
El señor GÓMEZ.- Esa era mi consulta.
El señor GIRARDI (Presidente).- En cuanto a las indicaciones, se concederá el uso de la palabra a un Senador que represente una posición y a otro que no la acepte. Ese fue el acuerdo.
¿Quién pidió la palabra?
El señor COLOMA.- Nadie.
El señor LAGOS.- ¿Qué se vota?
El señor GIRARDI (Presidente).- El señor Secretario precisará la votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Es el primer paquete de indicaciones. Se trata del número 1), numeral i., letra a), relativo al artículo 195, que regula el traspaso de parte de las semanas del prenatal al posnatal.
El señor GIRARDI (Presidente).- En votación.
--(Durante la votación).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, consulto si ya la Mesa se pronunció formalmente acerca de la inadmisibilidad de alguna indicación.
Por otra parte, debo señalar que esta primera votación se refiere a algo que para muchas mujeres constituye una aspiración: si con la autorización del médico o del profesional tratante -porque es factible que sea una matrona- una madre puede pasar dos semanas del prenatal al posnatal, cuando ello no comprometa la salud del menor.
--(Manifestaciones en tribunas).
Reitero: si no se afecta la salud del menor, se abre un espacio a la madre trabajadora para efectuar ese traspaso, si así ella lo desea, con la autorización del médico tratante. No se considera la posibilidad de que decida sin la opinión de ese profesional algo muy simple: traspasar dos semanas del prenatal.
Nos pronunciaremos a favor, por considerar que es un espacio de libertad para la madre trabajadora el que un profesional autorice ese traslado o la encargada de sus licencias estime que eso no daña la salud del niño. Muchas madres consideran que es mejor tener dos semanas después que ha nacido el bebé, a fin de amamantarlo más tiempo.
En consecuencia, pensamos que es una posibilidad que contribuirá a cuidar al niño.
Por lo tanto, votaremos a favor.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, en verdad, respecto de este tema, muchos teníamos una opinión similar a la expresada por el Senador señor Longueira.
Sin embargo, después de haber realizado algunos encuentros: escuchado a diferentes personeros en las Comisiones unidas; celebrado un seminario y de habernos reunido con especialistas en la materia, hemos cambiado nuestra posición.
¿Qué sostienen ellos? Que no puede dejarse, como establece el artículo del Ejecutivo, la expresión "médico tratante" o "profesional tratante". Porque muchas mujeres en nuestro país son atendidas por matronas y no por médicos.
El señor LONGUEIRA.- Son profesionales también.
La señora RINCÓN.- Exactamente, y no solo los médicos.
Ante la posibilidad de que sean las matronas las que autoricen, ellas nos han expresado en forma clara y categórica que no se encuentran en condiciones de autorizar nunca un traspaso del prenatal al posnatal, porque...
El señor ESPINA.- Es solo para mujeres.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, si el Senador señor Espina me dejara hablar, sería un agrado.
Este es un tema superdifícil y complejo.
El señor GIRARDI (Presidente).- Ruego respetar el derecho de la señora Senadora.
La señora RINCÓN.- Como se trata de una materia no fácil, se nos ha manifestado que las matronas no están en condiciones de dar autorización para el traspaso.
En Chile una inmensa mayoría de mujeres son atendidas por matronas en el período de gestación, y su situación socioeconómica es distinta a la de quienes probablemente estarían en condiciones de acceder a este beneficio. Tienen trabajos de esfuerzo; caminan; se trasladan en el transporte público, y obviamente los riesgos son mayores. Y se nos ha expresado que no es posible certificar de manera cierta y segura el traspaso de esas dos semanas del prenatal al posnatal.
En virtud de los argumentos que se nos han entregado con cifras y datos que respaldan esa afirmación, nosotros creemos que no es recomendable el traspaso.
Y por eso hemos acordado -advierto a los Senadores de la Coalición que no es un asunto que vaya a dividirnos- votar en contra de la indicación del Ejecutivo.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza el paquete 1 de indicaciones, referentes al artículo 195 (17 votos por la negativa, 12 a favor y una abstención).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Escalona, Girardi, Gómez, Lagos, Letelier, Muñoz Aburto, Pizarro, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio) y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la afirmativa los señores Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, García, Horvath, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Longueira, Orpis, Pérez Varela y Prokurica.
Se abstuvo el señor Walker (don Patricio).
El señor LABBÉ (Secretario General).- A continuación, corresponde pronunciarse acerca del segundo grupo de indicaciones, que involucran el artículo 197 bis, a las cuales ya me referí.
Todas estas indicaciones se vinculan al límite de 30 unidades de fomento para el cálculo del subsidio.
El señor GIRARDI (Presidente).- En votación el segundo grupo de indicaciones del Ejecutivo, relativas al artículo 197 bis.
--(Durante la votación).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, el artículo 197 bis, consigna argumentos de fondo que justifican en el aumento del posnatal de 3 a 6 meses un límite de 30 UF, lo cual fue explicado ampliamente en las Comisiones respectivas y en la discusión en general, en especial por los Honorables señores Longueira y Chahuán.
Por otra parte, se presenta una cuestión de constitucionalidad, a la cual me voy a referir.
Una cosa es que nosotros tengamos legítimas diferencias respecto de si conviene o no el límite de 30 UF para el permiso posnatal parental, y otra distinta, a nuestro juicio, violar flagrantemente la Carta Fundamental -soy así de categórico-, porque, al eliminar ese tope por medio de la división de la votación en la Comisión, se aumentan los gastos.
Y cualquier otra interpretación, en nuestro concepto, es una tinterillada.
El inciso tercero del artículo 65 de la Constitución, establece claramente que corresponde al Presidente de la República la iniciativa exclusiva de los proyectos de ley que tengan relación, entre otras cosas, con la administración financiera o presupuestaria del Estado.
El Senador señor Hernán Larraín, al fundamentar su voto en general, agregó un antecedente adicional, que es lapidario en este aspecto. Su Señoría se refirió al artículo 67, inciso segundo, de la misma Carta, que señala: "El Congreso Nacional no podrá aumentar ni disminuir la estimación de los ingresos; sólo podrá reducir los gastos contenidos en el proyecto de Ley de Presupuestos, salvo los que estén establecidos por ley permanente.".
A eso debemos añadir lo dispuesto en el artículo 24 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional: "No podrán admitirse indicaciones contrarias a la Constitución ni que importen nuevos gastos con cargo a los fondos del Estado..."; y solo se permite disminuirlos o rechazarlos en presencia de un proyecto de ley.
Señor Presidente, todos estos antecedentes son concluyentes. Al dividir la votación y eliminar el tope de las 30 UF, evidentemente, se aumentan los gastos del Estado, porque se incrementan los recursos con que el Gobierno debe subsidiar a las mujeres.
La iniciativa consideraba hasta 66 UF los tres primeros meses, y 30 UF para los otros tres. Sin embargo, si se elimina este último tope, es evidente que debería pagarse el tope máximo. Ello significa que el Estado ya no considerará las 30 UF, sino que, derechamente tiene que entregar hasta 66 UF. Y eso, aquí y en la quebrada del ají, representa un mayor gasto fiscal.
Además, señor Presidente, me preocupa un asunto de fondo, que tiene que ver con un tema clave: los precedentes en la tramitación de los proyectos de ley a futuro.
Recuerdo que muchas veces Senadores de la Concertación no aceptaron que se dividieran las votaciones, cuando ello implicaba más gastos para el Estado.
Me parece que el propio Senador señor Coloma invocó en dos oportunidades esa situación. Y según me han contado -no lo escuché hoy día-, el Honorable señor Escalona declaró inadmisibles indicaciones presentadas, una por el ex Senador señor Ominami y otra -al parecer, no recuerdo bien-, por el Senador señor García, mediante las cuales se pretendió dividir una votación que, al final, implicaba el desembolso de más recursos para el Fisco.
Esta no es una cuestión del posnatal, sino de cómo se administra el Estado en Chile. Y la decisión de administrar esos recursos, para bien o para mal, en el régimen actual, la tiene el Presidente de la República. Y este fija los gastos y egresos en la Ley de Presupuestos, porque al Primer Mandatario le corresponde la administración financiera del Estado.
Y ese criterio no se ha cambiado nunca en el Senado, desde el año 1990.
Recuerdo que el Senador señor Andrés Zaldívar, cuando fue Presidente de la Corporación -y lo menciono no para provocar algún tipo de controversia con Su Señoría-, argumentaba con rigurosidad sobre estos temas, lo cual nos daba garantías. Y ya fuera Su Señoría o alguien de nuestro sector en la Presidencia del Senado, no violaba esos principios. Porque hoy nosotros somos Gobierno, y perfectamente ustedes pueden serlo en el futuro.
El señor ESCALONA.- ¡Y lo vamos a ser!
El señor ESPINA.- Por lo tanto, lo que hoy día, a esta hora y con cansancio, se analiza, sienta un precedente que quiebra un principio de legalidad, de lo cual no somos responsables.
Muchas veces, al presidir una Comisión, nosotros mismos hemos declarado inconstitucionales indicaciones que parlamentarios de nuestro propio sector han presentado.
Por eso, hago reserva de constitucionalidad, señor Presidente, porque nos parece que más allá del debate del posnatal, aquí hay una flagrante violación al texto constitucional y a las facultades privativas del Presidente de la República.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Andrés Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, al parecer, vamos a repetir el debate que ya tuvimos sobre esta materia, en el cual se dieron todos los argumentos necesarios en un sentido y en otro.
Respeto mucho las tesis planteadas por los parlamentarios de Gobierno. Pero, realmente, considero que son innecesarias. ¿Por qué? Porque el señor Ministro Secretario General de la Presidencia sostuvo, al final de su intervención, que iba a plantear el financiamiento en la Cámara de Diputados, pues no quería que se dejara sin aplicación la norma pertinente, que defendía los derechos de las mujeres en Chile.
Y me pareció muy bien.
A mi juicio, ese anuncio, por sí mismo, hace desaparecer el debate.
El señor ROSSI.- ¡Pero ese fue el Ministro!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- ¿Cuál es el objeto de debatir si ese Secretario de Estado dijo lo que recordé? Y yo creo en su palabra.
Además, en su primera intervención escuché el mismo comentario al Senador señor Chahuán -parece que estaba dateado- en el sentido de que el Gobierno iba a financiar el proyecto.
Voy a pasar a otro tema.
Reconozco que hay fundamentos en un sentido o en otro, y que todos son respetables. Pero la Constitución establece un mecanismo para definir este tipo de diferencias: el Tribunal Constitucional.
Aún más, para que el sistema sea realmente eficiente, el artículo 93 de la Carta Fundamental dispone que el Presidente de la República puede recurrir a ese Tribunal en cualquier momento de la tramitación de un proyecto.
Es decir, mañana mismo el Jefe de Estado, a través de sus representantes, puede recurrir a esa instancia. Y si gana su tesis, bienvenida sea, porque, entonces, habrá claridad al respecto.
Voy a insistir sobre algo que, según me han dicho, puede ser la manera formal de defender cierta posición, porque tampoco está bien resuelto en la legislación. Ojalá pudiéramos hacerlo en un tiempo próximo. Me refiero a la separación de una proposición.
El artículo 164 del Reglamento del Senado lo establece como un derecho, y dice: "Cualquier Senador podrá pedir que se divida una proposición...". Y el artículo 131 se refiere a las indicaciones que se pueden hacer, enumerándolas una por una. Además, determina cómo proceder, qué mayorías se requieren y de qué manera el Presidente del Senado debe plantear la votación. Es decir, se habla de indicaciones.
Pero no se puede declarar inconstitucional una solicitud de división de votación.
Lo que se puede declarar inconstitucional es la propuesta de una indicación. Y me parece bien.
Si en una indicación a cierto artículo yo propusiera algo que implique gasto, por supuesto que el Presidente la declararía inadmisible. Y seguramente así lo hará respecto de la indicación, formulada por diversos señores Senadores, que establece un sistema distinto de contabilidad para los efectos de determinar un beneficio.
Tal punto ya está zanjado.
Insisto: felicito al Ministro Secretario General de la Presidencia por su anuncio de que se va a financiar la parte pertinente del proyecto.
El señor TUMA.- ¡Excelente!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Y me parece muy bien que así se acuerde en la Cámara de Diputados.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor TUMA.- ¡Bien, Ministro!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Por lo tanto, no entraremos a esa discusión.
Y la otra opción, señor Ministro, en la eventualidad de que no se proceda como dijo, es que se vaya al Tribunal Constitucional. ¡Cuál es el temor! ¡Para eso existe tal institucionalidad! Para aclarar estas cuestiones y resolverlas.
Así evitamos el debate sobre la materia en el próximo tiempo.
El señor PIZARRO.- ¡Va a subir en las encuestas, Ministro...!
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza el segundo grupo de indicaciones del Ejecutivo, relativas allímite de las 30 unidades de fomento para el cálculo del subsidio (18 votos en contra y 12 a favor).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Escalona, Girardi, Gómez, Lagos, Letelier, Muñoz Aburto, Pizarro, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la afirmativa los señores Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, García, Horvath, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Longueira, Orpis, Pérez Varela y Prokurica.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LABBÉ (Secretario General).- A continuación, corresponde votar el tercer grupo de indicaciones del Ejecutivo, que busca reponer normas del proyecto original. Las indicaciones recaen en el artículo 199, en dos incisos del artículo 201 y en los artículos Segundo y Tercero Transitorios.
El señor GIRARDI (Presidente).- Si le pareciera a la Sala, se rechazarían con la misma votación anterior.
El señor WALKER (don Patricio).- Votemos, señor Presidente.
La señora RINCÓN.- Que se vote.
El señor ESPINA.- Sí, votemos.
El señor GIRARDI (Presidente).- En votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza el tercer grupo de indicaciones del Ejecutivo, tocantes al artículo 199, a dos incisos del artículo 201 y a los artículos Segundo y Tercero Transitorios (18 votos en contra y 12 a favor).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Escalona, Girardi, Gómez, Lagos, Letelier, Muñoz Aburto, Pizarro, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la afirmativa los señores Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, García, Horvath, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Longueira, Orpis, Pérez Varela y Prokurica.
El señor GIRARDI (Presidente).- Queda una sola indicación.


El señor LABBÉ (Secretario General).- Los Senadores señores Muñoz Aburto, Gómez, Escalona y Letelier presentaron una indicación para sustituir, en el inciso segundo del artículo 9° que se propone agregar al DFL N° 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, el vocablo "veinticuatro" (la segunda vez mencionado) por la siguiente expresión: "por el número de meses efectivamente cotizados. Con todo, si dicho monto fuera inferior al ingreso mínimo mensual, regirá este último.".
El señor GIRARDI (Presidente).- En discusión.
Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, el alcance de esta indicación dice relación...
El señor LONGUEIRA.- Quiero plantear un punto reglamentario, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- El Senador señor Longueira desea exponer un asunto de Reglamento.
El señor LETELIER.- Cuando termine mi intervención, podrá referirse a ello.
El señor LONGUEIRA.- ¡Usted no dirige la Sala!
El señor LETELIER.- ¡Quiero ejercer mi derecho a usar de la palabra!
El señor ESPINA.- ¡Quién es el Presidente del Senado!
El señor GIRARDI (Presidente).- Una vez que concluya el Senador señor Letelier le concederé la palabra al Honorable señor Longueira.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, quiero explicar la indicación que presentamos. Pido al Senador Longueira, con todo respeto, que me permita hacerlo.
El señor LONGUEIRA.- ¡Hable todo lo que quiera!
El señor LETELIER.- Cuando intervine al comienzo de la sesión sobre esta materia, por desgracia no se encontraba presente la señora Ministra Directora del SERNAM.
El objeto de la indicación es establecer un piso para los subsidios -en especial para trabajadoras con contrato a plazo fijo o por obra o faena-, equiparándolo con el ingreso mínimo mensual.
Según la base de cálculo propuesta, la suma de las remuneraciones de esas mujeres -algunas trabajan 5 o 6 meses- se divide por 12 o 24, lo que da un subsidio muy por debajo del ingreso mínimo.
Se estima que quienes tuvieran un cupo de los 6.500 contemplados originalmente -a esta altura de la discusión, la cobertura se ha ampliado- recibirían en promedio 47 mil pesos mensuales, y solo por tres meses.
Esas mujeres son las únicas que no tienen derecho a un pre y posnatal de 6 meses. Por eso presentamos la indicación.
Señor Presidente, estamos conscientes de que esta no puede ser votada. Pero quisimos formularla como un aporte. Porque nos asiste la convicción de que debe existir un piso para dichas personas, a fin de que reciban como subsidio por lo menos el equivalente a un ingreso mínimo mensual, o que se dividan sus remuneraciones en función de los meses que efectivamente han cotizado. Ello, para no generar una situación que algunos de nosotros consideramos del todo discriminatoria.
Hecha la constancia, retiramos la indicación.
--Queda retirada la indicación.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Es muy difícil retirar la demagogia.
Lo que usted hizo, señor Presidente, es lo que genera conflictos y molestias.
En este punto había un acuerdo: declarar inadmisible la indicación. Porque todos sabemos que lo es. Pero ello no se respeta.
Además, se permite exponer, hablar. Y algunos disfrutan esto.
Pero el problema es que todo ello rompe las confianzas.
Lo ocurrido hoy día lo considero grave. Algunos dirán: "No importa".
Señor Presidente, duele que en privado se nos diga que tenemos la razón, sobre todo en lo relativo a las dudas de constitucionalidad. Nos hiere porque, por primera vez, tendremos que recurrir al Tribunal Constitucional por una conducta, por una norma.
Señores de la Concertación que han hablado hoy han rechazado en otras oportunidades divisiones de votación como la que solicitaron en la Comisión.
¡Está en la historia!
Así no podemos tener legítimas discusiones y respetar la Constitución que juramos cumplir.
Y usted, señor Presidente, ha permitido que aquello ocurra.
Perdóneme, pero al final genera irritación el mal uso del Reglamento, el abuso de los miembros de la Mesa, a sabiendas de que había un acuerdo para reconocer que tal indicación es claramente inadmisible. Pese a ello, se presenta; se hace un discurso, y luego se retira por inadmisible.
¡Este es el espectáculo que da el Senado, por el cual hace mucho rato venimos reclamando!
Vamos a recurrir al Tribunal Constitucional por el bien del país.
El señor ESCALONA.- ¡Terminemos con el cinismo, Senador!
El señor LONGUEIRA.- Y agrego otra cosa.
El proyecto que creó el pilar solidario contenía artículos que establecían los plazos para su financiamiento. Si en tales disposiciones hubiésemos solicitado dividir la votación y rechazado las normas, habríamos obligado a gastar en ese mismo año el costo total del beneficio. Eso ocurre al utilizar inadecuadamente la facultad de pedir votación separada.
Entonces, señor Presidente, lo que han hecho aquí los Senadores de Oposición y la actitud que han tenido nos han molestado en gran parte de la discusión. Porque creemos que se debe respetar a la minoría y no abusar de ella, como lo hace la mayoría.
El señor ESCALONA.- ¡No sea cínico, Senador!
El señor LAGOS.- ¡La Mesa no abusa!
El señor GIRARDI (Presidente).- Senador Longueira, la Mesa no abusa de las minorías.
Habíamos convenido en que esta indicación sería declarada inadmisible. Y yo doy la palabra, como siempre se ha hecho, a todos los Senadores que la piden.
Creo que eso ha quedado suficientemente claro.
En consecuencia, se rechaza la indicación por ser inadmisible y...
El señor LETELIER.- ¡La retiramos!
El señor LONGUEIRA.- ¡Pero si es inadmisible, señor Presidente!
El señor COLOMA.- ¡Hay que retirarla!
El señor GIRARDI (Presidente).- Ya fue retirada, por inadmisible.
El señor GÓMEZ.- Se debe votar el articulado.
El señor ESCALONA.- ¿Y el resto de los artículos, señor Presidente?
La señora ALLENDE.- Sí, falta aprobar los artículos.
El señor GIRARDI (Presidente).- Los artículos están aprobados. Queda despachado el proyecto en particular.