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COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE ALIMENTOS Y PUBLICIDAD SOBRE LA MATERIA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


El señor GIRARDI (Presidente).- Informe de la Comisión Mixta formada en virtud de lo dispuesto en el artículo 71 de la Constitución Política de la República recaído en el proyecto de ley, iniciado en moción de los Honorables señores Girardi, Kuschel y Ruiz-Esquide y los entonces Senadores señora Matthei y señor Ominami, sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad.
--Los antecedentes sobre el proyecto (4921-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los Senadores señor Girardi y señora Matthei y señores Kuschel, Ominami y Ruiz-Esquide).
En primer trámite, sesión 5ª, en 21 de marzo de 2007.
En tercer trámite, sesión 56ª, en 29 de septiembre de 2010.
En trámite de Comisión Mixta, sesión 77ª, en 15 de diciembre de 2010.
Informes de Comisión:
Salud: sesión 80ª, en 9 de enero de 2008.
Salud (nuevo): sesión 30ª, en 18 de junio de 2008.
Salud (segundo): sesión 6ª, en 1 de abril de 2009.
Salud (tercer trámite): sesión 69ª, en 17 de noviembre de 2010.
Mixta: sesión 7ª, en 6 de abril de 2011.
Discusión:
Sesiones 2ª, en 12 de marzo de 2008 (vuelve a Comisión); 31ª, en 1 de julio de 2008 (se aprueba en general); 9ª, en 14 de abril de 2009 (se aprueba en particular); 73ª, en 7 de diciembre de 2010 (queda pendiente su discusión); 75ª, en 14 de diciembre de 2010 (se rechaza y pasa a Comisión Mixta).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Habiendo rechazado el Senado algunas de las enmiendas introducidas por la Cámara de Diputados, la Comisión Mixta, como forma de resolver las discrepancias entre ambas ramas del Congreso, consigna sus proposiciones en el informe que Sus Señorías tienen a la vista.
Las proposiciones fueron aprobadas por unanimidad, con excepción del artículo 5°, referido a las facultades del Ministerio de Salud para determinar los alimentos altos en calorías y sal, que contó con el voto en contra del Honorable señor Uriarte y del Diputado señor Lobos; del artículo 6°, que prohíbe la comercialización y publicidad de los alimentos altos en calorías y sal dentro de los establecimientos de cualquier nivel y modalidad, que contó con el voto en contra de los Senadores señores Chahuán y Uriarte y del Diputado señor Lobos, y del inciso tercero del artículo 8°, que dispone la prohibición absoluta de usar ganchos comerciales para la promoción de alimentos, tales como juguetes, accesorios, adhesivos, incentivos u otros similares, lo cual contó con la abstención del Honorable señor Chahuán.
Cabe tener presente que el artículo 4º requiere para su aprobación los votos conformes de 21 señores Senadores.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- En discusión el informe de Comisión Mixta.

El señor CHAHUÁN.- Pido la palabra.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- La había solicitado primero el Honorable señor Rossi.
¿Desea plantear un punto de Reglamento?
El señor CHAHUÁN.- Así es, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Entonces, tiene la palabra, Su Señoría.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, tal como habíamos conversado hace unos minutos, la Coalición por el Cambio está dispuesta a despachar el proyecto. Pero habría que efectuarle algunas correcciones, de común acuerdo con la Concertación, en la Comisión Mixta ya formada.
Además, el Presidente del Senado ha manifestado su plena disposición a apoyar un veto tendiente a modificar materias menores de la iniciativa y mantener los artículos más emblemáticos, como la prohibición de expendio de comida chatarra en los colegios y el término de los ganchos publicitarios que permitan, por ejemplo, la venta de "cajitas felices".
El señor ROSSI.- ¡Pero eso no es un punto reglamentario!
El señor PIZARRO.- ¡Para nada!
El señor CHAHUÁN.- En tal contexto, quiero pedir, como lo habíamos acordado, que se vea la posibilidad de volver el proyecto a la Comisión Mixta para ese fin.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- No se está refiriendo a un aspecto reglamentario, señor Senador.
El señor CHAHUÁN.- Pero déjeme terminar, señor Presidente.
La señora ALLENDE.- ¡Se está refiriendo a la iniciativa!
El señor CHAHUÁN.- Además, en virtud del artículo 129 del Reglamento, solicito segunda discusión para este proyecto a los efectos de acordar un texto por unanimidad.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Lo primero: su planteamiento no era un punto reglamentario; surge del debate.
En segundo término, la petición de segunda discusión corresponde después de agotada la primera.
Tiene la palabra el Senador señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, gracias por recordar el Reglamento.
En verdad, he notado mucho entusiasmo luego de que la SOFOFA dio a conocer su opinión crítica respecto del proyecto. Estoy sorprendido por tanto interesado de última hora. Aquel llevaba años en tramitación: hubo mucha discusión y participación de organizaciones sociales, del mundo académico y de especialistas de primer nivel en el campo de la salud pública en lucha contra la obesidad, en fin. ¡Y hoy todo el mundo se halla muy interesado...!
Resulta que la iniciativa, cuyos artículos fueron aprobados prácticamente por unanimidad -según señaló el señor Secretario-, ahora es mala. Mucha gente hoy día dice eso: "Es un mal proyecto".
El Ministro de Salud lo hizo, sorprendentemente, después de que la SOFOFA, los empresarios, los productores, los importadores, los fabricantes de alimentos señalaran que no les gustaba el proyecto porque los estigmatizaba.
¡Pobres empresarios que venden comida chatarra a los niños de Chile: esta normativa puede disminuirles sus ganancias...!
Lo que está en juego hoy, a mi juicio, es algo muy de fondo. Y agradezco profundamente a la Sociedad de Fomento Fabril que haya puesto el tema en discusión -¡se lo agradezco!-, porque permite hacer un debate de cara a la ciudadanía.
Este problema es de interés público. Y aquí ha quedado en evidencia que existen claros conflictos de interés. Hay quienes privilegian ciertas necesidades de grupos particulares (los fabricantes y productores de alimentos; la propia SOFOFA), versus los que priorizan el bien común y la salud pública de la población.
¡Qué falta de coherencia se ve cuando un Gobierno que habla de una campaña de vida saludable y de combatir la obesidad -incluso plantea incluir en el Plan AUGE la cirugía bariátrica para corregir alteraciones metabólicas producto de la obesidad- hoy día dice, con páginas completas de inserción en los diarios, que este proyecto no es bueno!
¿Y por qué no lo es? ¡Porque no les gusta a los empresarios, pues se verán afectados...!
Esta iniciativa, al informar a la población mediante el rotulado cuáles son los alimentos altos en grasa, en calorías y en sal, evidentemente provocará una baja en su consumo.
¡Ojalá así sea! Ese es el objetivo: reducir la ingesta de alimentos dañinos para los niños.
Hoy, organizaciones que dicen fomentar la vida sana -seguramente, financiadas por las mismas empresas- expresan que la iniciativa no es buena. ¡Ello, después de años de manifestar que se trata de un gran proyecto, que es avanzado en la materia y que ha generado grandes consensos!
Permítanme dudar del comportamiento ético de mucha gente.
Lo digo con bastante responsabilidad.
No puedo entender esa actitud respecto de una iniciativa que ha concitado tanto acuerdo, que ha sido tan transversal, que no ha tenido mayores problemas en su tramitación.
¡Habla la SOFOFA: crisis política en el Gobierno, crisis en el Gabinete!
Al señor Ministro de Salud ahora ya no le gusta el proyecto. Y al Presidente del Senado y a quien habla nos descalifica de manera inaceptable. ¡Inaceptable!
Deseo expresar, con todas sus letras, que esta es una buena propuesta, pues se centra en las materias a las que se debe apuntar para combatir la obesidad: el fomento de la actividad física, entre otras.
¡Quién va a votar en contra de triplicar las horas de educación física!
¡Quién va a votar en contra de que las mallas curriculares en todos los niveles de enseñanza, cualquiera que sea su modalidad, contemplen contenidos sobre las consecuencias de una alimentación poco saludable!
¡Quién va a votar en contra de que en el rotulado se indique la composición nutricional de los alimentos; de que se prohíba su publicidad engañosa; de que se etiqueten los productos ricos en sal, en grasa o en calorías, que son nocivos, dañinos, y provocan obesidad infantil y trastornos metabólicos en la población!
¡Quién va a estar en contra de que se prohíba que esos productos nocivos y dañinos se comercialicen en las escuelas!
Los padres y apoderados nos pidieron muchas veces en la Comisión -y también en las comunas y los barrios- que legisláramos en esta materia para evitar que tales alimentos se vendieran a los niños.
¡Es tan difícil de entender eso!
En tal sentido hubo un tremendo consenso, igual que en lo relativo a la restricción de la publicidad.
Sin embargo, en vez de hacer lo que las grandes empresas en todos los países del mundo -adecuar la composición nutricional de sus alimentos a los nuevos requerimientos bajando la sal oculta, las calorías-, acá amenazan: "No aportaremos a la Teletón"; "No financiaremos la Copa Milo"; "No vamos a apoyar más labores sociales".
¡Esa es una amenaza velada! ¡Es matonaje de la SOFOFA! ¡Resulta francamente inaceptable en una democracia y constituye una afrenta a esta Corporación!
Los representantes de la Concertación -y le respondo al Senador Chahuán, por su intermedio, señor Presidente- no iremos a ninguna Comisión Mixta; aprobaremos el informe, porque estamos privilegiando el bien común, la salud pública chilena, la salud infantil, y no intereses corporativos.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra...
El señor CHAHUÁN.- He sido aludido, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Señor Senador, puede pedir la palabra de acuerdo al Reglamento, pero no necesariamente se le dará de inmediato. Se la concederé luego del siguiente orador.
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, firmamos la moción en su momento sobre la base de antecedentes que, desde los puntos de vista médico y sanitario, se tienen en cuenta en el mundo entero.
Por esas cosas del destino, la discusión del proyecto, que había hecho un viaje tranquilo en el Senado -su tramitación incluso se postergó bastante tiempo por distintas razones-, adquiere en la actualidad una connotación en el debate nacional que -perdóneme que lo diga; no obstante, lo hago con mucho respeto y afecto- me avergüenza.
Primero, dejo constancia de que hemos seguido la norma internacional respecto al consumo de alimentos que provocan obesidad y que son causa inicial de diabetes, de hipertensión, de lesiones cerebrales y cardíacas. Es decir, no estamos planteando nada distinto de lo realizado en la materia por países más desarrollados.
Cabe tener presente que especialistas del más alto nivel internacional que estuvieron con nosotros le dieron la razón a la iniciativa que nos ocupa.
En ese sentido, estamos tremendamente preocupados: Chile busca acomodar sus normas a las de la OCDE, con los equipos más importantes en materias económicas, etcétera; pero, cuando se trata de legislar en favor de los niños y ello toca de alguna manera el interés económico de las grandes empresas, parece que se nos olvida todo nuestro afán de desarrollo y nos quedamos con una negativa absurda, en este caso al informe en debate.
Segundo, quiero reclamar con muchísimo respeto (y me hago responsable de mis palabras): jamás imaginé que en este país, después de 20 años de democracia, pudiera haber instituciones mercantiles o económicas que tuvieran el sans-façon de hablar en el tono en que lo han hecho las aludidas.
¡Eso es una insolencia! Y es una insolencia, además, para el Gobierno, porque lo han puesto en una situación tal que hace coincidir -lo digo en esos términos- la vuelta atrás de su posición con la voz de la SOFOFA.
Yo no le imputo al Gobierno que esté actuando en función de ella. Como en las viejas películas, siempre es posible que se trate de una simple coincidencia. Pero resulta curioso que ambos hechos ocurran el mismo día.
Tercero, el Ejecutivo trabajó esta materia con la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Y en el Senado estuvo con nosotros la señora Jadue, entonces Subsecretaria de Salud Pública. Después de eso, ningún representante del Gobierno vino a decirnos que estaban en desacuerdo con lo que ocurría.
Le pedí al Secretario de la Comisión Mixta que, como ministro de fe, entregue un documento donde se muestren las grandes diferencias entre lo que se aprobó en el Senado y lo que acordó la Cámara Baja. Visto ello, llegamos a la conclusión de que no es para nada cierto que en esta última se hayan tergiversado acuerdos o el sentido del articulado.
El Gobierno ha afirmado que el proyecto no corresponde a los acuerdos.
Nunca, señor Presidente, ni el Ministro de Salud, ni el del Interior, ni el de Economía, ni nadie que tenga que ver en algo con el asunto vino a nuestra Comisión de Salud a decir: "No nos parece". Si así hubiera sido, habríamos discutido el punto, como sucede siempre que se plantea una diferencia.
En su minuto fuimos capaces de arreglar con el titular de la Cartera de Salud lo de las licencias. De ese mismo modo podríamos haber arreglado esto otro.
Pero en definitiva, después de la insolencia de la SOFOFA, de la presión evidente que ello significa para un Gobierno que representa genuinamente a la Derecha chilena, este adopta la actitud de no decir una palabra. Luego -peor aún-, un caballero como el Ministro de Salud se permite hacer observaciones sobre los parlamentarios tal cual si fuéramos un colegio parvulario al que puede decirle lo que se le antoje.
Otro aspecto acerca del cual se ha discutido mucho -incluso dentro de la Concertación hubo quejas sobre el particular- es la eficiencia para resolver ciertos asuntos en la Comisión Mixta.
En tal sentido, cabe señalar que el artículo 4° se relaciona con el 6°. El primero se refiere a los programas de estudios y a cómo deben proceder los colegios en esta materia, y el segundo, a la prohibición de venta de determinados productos a los menores.
Se votó al final -ello generó molestia en algunos señores Senadores, por considerarse que fue un poco torpe haberlo colocado- un texto relativo a la venta de alimentos en establecimientos de enseñanza parvularia, básica y media. Y se dice ahora que estamos extendiendo la prohibición al nivel universitario, lo que es una estulticia.
Tengo en mis manos un certificado del Secretario de la Comisión Mixta que dice:
"Certifico que en la tramitación del proyecto de ley sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad (...) el Senado, en el primer trámite constitucional, aprobó un inciso primero del artículo 4° del siguiente tenor:
"Artículo 4°.- Los establecimientos educacionales del país deberán incluir en sus programas de estudios, en todos sus niveles de enseñanza, contenidos que desarrollen hábitos de una alimentación saludable y adviertan sobre los efectos nocivos de una dieta excesiva en grasas," etcétera.
"La Cámara de Diputados, en el segundo trámite constitucional, sustituyó la frase "en todos sus niveles de enseñanza" por "en todas sus modalidades".
"En la sesión de la Comisión Mixta encargada de proponer la forma y modo de resolver las discrepancias producidas entre ambas Cámaras respecto de dicho proyecto, celebrada el día 12 de enero de 2011, luego que la Secretaria accidental diera cuenta del alcance de la discrepancia," -esto motivó incluso la risión, como dicen en mi tierra, de muchos Senadores- "el Honorable Senador señor Francisco Chahuán propuso emplear ambos conceptos, o sea, en todos los niveles y modalidades de enseñanza. La cuestión quedó para ser resuelta en la sesión siguiente.".
En tal oportunidad, para poder llegar a acuerdos -porque queríamos sacar el proyecto luego y porque, en materia de currículum, sinceramente creo que a los universitarios también hay que enseñarles esos contenidos, pues nos los conocen-, aprobamos la fórmula que propuso el Senador Chahuán.
El Gobierno, a través de sus personeros, ha señalado que la propuesta es una barbaridad, ya que no se puede prohibir la venta a gente mayor de edad. Si es bárbaro eso, el señor Chahuán es el responsable; y nosotros, también, por haber hecho caso a su planteamiento al objeto de conseguir la aprobación del proyecto.
Por lo tanto, señor Presidente, me quedo con tres ideas centrales.
Primero, esta iniciativa debe aprobarse porque es buena.
Segundo, el debate me deja la sensación desagradable de que en este país sigue habiendo personas que se expresan como si fueran dueños de fundo del siglo antepasado, aunque ni siquiera estos señores hablaban de esa manera. Las instituciones a que me refiero terminan convirtiendo en buenos a los grandes latifundistas chilenos porque, a pesar de todos sus abusos, nunca usaron ese lenguaje.
Y tercero, me quedo con la triste impresión de que no es simple coincidencia que, frente a este proyecto, el Ejecutivo haya cambiado su posición y su votación justo cuando la SOFOFA levantó el punto de la manera como lo hizo.
Señor Presidente, votaré favorablemente la propuesta de la Comisión Mixta.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Honorable señor Chahuán, ¿pidió la palabra conforme al artículo 114 del Reglamento o para emitir su opinión sobre la iniciativa?
El señor CHAHUÁN.- Para intervenir, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, lamento la forma en que estamos desarrollando el debate.
Por su intermedio, debo señalar que el Senador señor Ruiz-Esquide, cuando alude al artículo 4°, pareciera no haber leído el resto del proyecto de ley.
Efectivamente, yo propuse que "en todos los niveles y modalidades de enseñanza" se incluyan en los currículos contenidos referidos a los hábitos saludables. Pero distinto es lo que se plantea en el artículo 6° -parece que Su Señoría no tiene conocimiento de ello o no leyó la norma-, el cual dispone la prohibición de vender determinados productos "en todos los niveles y modalidades de enseñanza". Así se aprobó el precepto, a propuesta del Diputado David Sandoval, con la anuencia, entre otros, del Senador Rossi y los votos en contra del Senador Uriarte, de quien habla y del Diputado Lobos.
Aclaro el punto porque creo que no se leyó correctamente el articulado.
Para hacer imputaciones hay que estar bien informado o pedir el certificado adecuado. Lo digo con todo respeto.
En segundo lugar, le hago presente al Senador señor Girardi -por su intermedio, señor Presidente- que nos hemos perdido una tremenda oportunidad. Porque en las conversaciones sostenidas con él le hicimos ver la disposición de la coalición de Gobierno de apoyar el proyecto -¡de apoyarlo!-, y le manifestamos que en lo sustantivo estamos absolutamente de acuerdo.
Nos preocupa que seamos uno de los cinco países del mundo con mayor cantidad de obesidad infantil. Hemos alertado -como lo hicieron los Senadores Rossi y Girardi, con quienes hemos trabajado estas materias- sobre la próxima crisis sanitaria como consecuencia del alto consumo de grasas, azúcares y grasas saturadas. Del mismo modo, creemos avanzar cuando comunicamos al señor Presidente del Senado que estamos disponibles para acudir a una Comisión Mixta con el objeto de resolver las desavenencias.
¿Cuáles es la controversia? Una evidente tiene que ver con la indicación del Diputado señor Sandoval al artículo 6° de la iniciativa, apoyada por el Senador señor Rossi, en orden a impedir la venta de tales productos en universidades e instituciones de educación superior.
¡Es evidente, señor Presidente! ¡Queremos mejorar el proyecto!
De otro lado, también hemos conversado con el Senador Girardi sobre la posibilidad de envío y apoyo del veto presidencial para dos normas del proyecto, que son completamente secundarias.
Lamento de verdad que no tengamos la posibilidad de contar con una iniciativa que tenga respaldo unánime en el Parlamento.
Los Senadores de la Coalición por el Cambio estamos dispuestos a avanzar. Sin embargo, no podemos pasar por alto las acusaciones de un Senador de la República, que realmente deberían avergonzar a esta Corporación. Él sostuvo: "Habrá que preguntarse si la SOFOFA está financiando campañas parlamentarias.".
El señor ROSSI.- ¡La vergüenza deberían tenerla ustedes!
El señor CHAHUÁN.- Es una vergüenza, porque además atenta contra la dignidad del Congreso, en especial del Senado.
Hemos expresado que vamos a votar en conciencia este proyecto de ley. Porque en el Hemiciclo no representamos más que los intereses de la gente: ¡Los intereses de la gente!
Me parecen profundamente injuriosas para esta Corporación las declaraciones del Senador Rossi. Y no las voy a aceptar.
Por otra parte, señor Presidente, tenemos una posibilidad histórica: que la Cámara Alta despache una iniciativa que reúna los consensos necesarios para terminar con los ganchos comerciales. Sí, para acabar con ellos y con la entrega de regalos y juguetes que inducen a que los niños consuman productos con elevados índices de sal y de grasas saturadas. Así lo dijimos en la Comisión; así lo subrayamos y así lo vamos a sostener con nuestra votación.
Con la misma fortaleza, hemos señalado que, para evitar que el proyecto se enrede en el Tribunal Constitucional -¡se enrede en el Tribunal Constitucional!-, pues cualquier norma que establezca currículos, como ocurre con los educacionales...
Por su intermedio, señor Presidente, pido al Senador Rossi que me permita continuar. La única manera de entender es escucharnos. Si no es así, no habrá debate.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Llamo al orden a Sus Señorías.
El señor NAVARRO.- ¿Cuánto dura la réplica, señor Presidente?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- El Senador Chahuán está haciendo uso de la palabra dentro del tiempo reglamentario. No ha utilizado el derecho a réplica.
El señor CHAHUÁN.- En el mismo sentido, debo señalar que -se lo propusimos al Senador Girardi, porque queremos sacar adelante el proyecto de ley- el inciso segundo del artículo 4° establece: "Además, dichos establecimientos deberán incluir en sus programas curriculares al menos tres bloques semanales fraccionados de actividad física práctica, que genere alto gasto energético.".
Nosotros, que queremos sacar la norma, y avanzar, creemos necesario establecer una vida saludable y abandonar la conducta de sedentarismo. Lo hacemos, sobre todo, pensando en los dramas que vendrán en los próximos 20 o 30 años, cuando tengamos una población predominantemente enferma de diabetes y afectada por infartos cardiovasculares. Para eso hay que avanzar.
Por lo mismo, dijimos al Senador Rossi que para aprobar el proyecto de ley y evitar que se enrede en el Tribunal Constitucional era preferible la redacción de la Cámara de Diputados, que proponía la posibilidad de promover la actividad física.
Entonces, acá hay un debate completamente artificial.
Y si la Concertación quiere adelantar de verdad el despacho de este proyecto, como lo deseamos nosotros, debemos terminar con los ganchos comerciales que llaman a los niños a consumir productos altos en grasas, en azúcares y en grasas saturadas, y promover la formación de una Comisión Mixta para que la iniciativa sea despachada como un gran logro del Senado. Y, por supuesto, en ese aspecto vamos a tener el apoyo del titular de la Cartera de Salud y del Ministro Larroulet.
Entonces, llamo a la Concertación a no sacar una ventaja pequeña, a no enredar el debate y a ser capaces de despachar una normativa legal que finalmente termine por establecer los estándares de una vida saludable, hábitos sanos y el abandono del sedentarismo. En definitiva, se trata de alertar a la población sobre los peligros de los productos altos en sal, en azúcares, en grasas saturadas.
Señor Presidente, llamo a no perdernos en el debate. Tenemos dos maneras de enfrentar esta materia: la primera, con altura frente a la necesidad clara de aprobar el proyecto; la segunda, con la cosa pequeña y con acusaciones al voleo. Si nos quedamos con esta última, al final del día la gente va a pasar la cuenta al Senado en su totalidad y nos evaluará según el modo en que actuemos.
Por el bien y la salud de los chilenos ahora y en los próximos 20 años, llamo a elevar el nivel del debate, a generar las instancias que nos permitan destrabar el proyecto, sin creer que actuamos en defensa de los intereses empresariales, que no representamos. Por lo menos yo no lo hago.
El señor ROSSI.- ¿Y quién lo hace?
El señor CHAHUÁN.- Acá yo no represento a nadie en especial; representamos a los chilenos. Y por eso pido que seamos capaces de sacar una norma que nos van a agradecer las futuras generaciones.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, en verdad, sorprende este debate, porque se produce después del trabajo de la Comisión Mixta que revisó las materias, en la cual la mayoría de los acuerdos adoptados fueron unánimes, como algunos de los que se han explicitado durante la discusión que hemos escuchado en la Sala, por ejemplo, el que dice relación a los currículos escolares; a las horas de clases, a la obligación de los establecimientos educacionales de promover una adecuada formación.
En la Comisión Mixta gran parte de los acuerdos se tomó por unanimidad.
Muchas de las cosas que hemos oído a quienes nos han antecedido en el uso de la palabra tienen que ver con que la Comisión Mixta se pronunció respecto de lo que sugirió o propuso la Cámara de Diputados. Pero la Comisión, por unanimidad, rechazó esa proposición, acordando el texto que hoy se somete a consideración de la Sala.
Señor Presidente, sorprende que no hayan tenido una reacción tan apasionada y con tanta convicción ante los medios de comunicación, los que hoy, luego del trabajo de la Comisión Mixta, señalan la conveniencia de revisar lo acordado por dicho órgano. Y lo que más sorprende es que su alocución, este llamado a la seriedad, se haga después de lo que vimos todos los chilenos en televisión ayer por la noche.
Hoy día, en la reunión de Comités, pedí que el proyecto se votara esta tarde, porque, de lo contrario, tendríamos que explicar a la ciudadanía por qué, de manera posterior a la arremetida comunicacional de algunos grupos económicos, estamos presentando reparos a algo acordado casi en su totalidad unánimemente en la Comisión Mixta, teniendo presente las sugerencias que algunos colegas efectuaron a ciertos artículos.
Señor Presidente, me preocupa la forma en que vamos deteriorando la imagen pública de la política y cómo los actos que realizamos ponen en tela de juicio ante los ciudadanos nuestro comportamiento.
Creo que esto debe ser votado hoy. Y, de haber un reparo, este puede ser subsanado a través de un veto en la Comisión pertinente, lo cual no se hizo, según declaró el Senador señor Ruiz-Esquide.

El señor CHADWICK.- Señor Presidente, una cuestión reglamentaria.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.- Señor Presidente, en virtud del Reglamento, pido el uso de la palabra, conforme al derecho que se puede ejercer cuando algún Senador se siente aludido por las declaraciones o expresiones de algún colega.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor CHADWICK.- Tuve la oportunidad de leer declaraciones a la prensa del Honorable señor Rossi.
Soy Senador, al igual que todos ustedes, y de Gobierno. Y al ver y oír expresiones en las cuales se afirma que los Senadores oficialistas podrían haber sido financiados en sus campañas o que no sería extraño que hubiese pagos a quienes sustentaran una posición "A" o "B", creo que se nos está ofendiendo a todos y, más que eso, generando una situación que nos impide desarrollar un debate con altura de miras, seriedad y responsabilidad, en que cada cual se sienta libre de ejercer su derecho como legislador, sin que se le imputen actos delictuales que dañen su honra.
Pido al Honorable colega eliminar de su discurso las expresiones que utilizó en esta sesión. Porque ninguno de nosotros merece las imputaciones que hizo.
Como no he participado en la Comisión Mixta, quiero tener la más plena y total libertad para pronunciarme sobre el informe que hoy se somete a nuestra consideración. Pero, así como a él le molesta que le puedan presionar desde organismos externos -en ello le encuentro toda la razón-, no podemos permitir que tales presiones se hagan desde el interior del Hemiciclo sobre la base de presumir que uno va a actuar, votar, hablar, defender o criticar algo en función de haber sido objeto de soborno.
Eso nunca lo he escuchado en el Senado.
Y, por lo tanto, con el mayor de los respetos, solicito a Su Señoría el retiro de sus palabras, a fin de respetarnos entre nosotros, que es lo primero, antes de pedir respeto hacia los demás, y de ejercer nuestras responsabilidades constitucionales en plenitud y con la libertad que nos merecemos.
Se lo solicito al colega Rossi por su intermedio, señor Presidente, con el objeto de que tengamos un buen debate sobre este proyecto de ley, sin suponernos intenciones incorrectas ni prejuzgarnos.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Señor Senador, solamente quiero saber a qué norma reglamentaria hizo alusión. Sería bueno precisar si se trata del artículo 114 o de otro, para ser considerado en su momento.
El señor CHADWICK.- Es el artículo 114, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente, ¿por qué no pregunta al Senador Rossi si está dispuesto a acceder a lo que le pidió el colega Chadwick?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Los llamo a todos al orden.
Se ha formulado una solicitud al señor Senador y él meditará sobre ella.
Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, el proyecto en debate tiene una larga historia. Quiero recordar su inicio, porque me parece importante para la historia fidedigna de la ley y para información de todos.
Durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet se había planteado como meta que se registrara un tope de 12 por ciento de niños obesos a los 6 años. Cuando se realizó la encuesta nacional de salud, nos dimos cuenta de que nos acercábamos al 23 por ciento, y que nos hallábamos entre los países con mayor obesidad en el planeta y con uno de los riesgos más altos de enfermedad cardiovascular en adultos.
Al evaluar el contexto, observamos que los chilenos presentaban una de las más elevadas prevalencia de obesidad: dos de cada tres adultos son obesos y tres de cada cuatro padecen de hipertensión arterial. Con ello nos dimos cuenta de que estábamos entrando en una espiral de aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles como primera causa de muerte.
En Chile, todos los días mueren 300 personas y 200 de ellas por infarto, accidente vascular, cáncer o complicaciones de hipertensión y diabetes. Pero lo más grave es que 100 personas de esa última cifra son jóvenes. Por lo tanto, se trata de decesos evitables.
Eso nos llevó a discutir con una eminencia mundial de nuestro país, el doctor Ricardo Uauy. Tomamos la decisión de convocar a un gran encuentro para formular este proyecto. Realizamos un seminario en el Congreso Nacional en que participaron 700 personas, al cual asistieron más de 500 nutricionistas del país, expertos de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud y otras dos celebridades de estatura mundial: el doctor Pekka Pushka -a lo mejor algunos de ustedes recuerdan que fue Ministro de Finlandia, donde existe la experiencia más exitosa del orbe en combatir la obesidad-, Presidente de la Sociedad Mundial de Cardiología; y Philippe James, principal asesor político en el Reino Unido -donde igualmente se registra éxito en la materia-, Presidente de la Sociedad Mundial de Obesidad.
Con las organizaciones ciudadanas, las sociedades científicas y las sociedades chilenas de Pediatría, entre todos, elaboramos la iniciativa que Sus Señorías conocen. Ella se presentó en el Senado y fue aprobada primero por la Comisión de Salud y después por la Sala, yo diría casi unánimemente. Además, fue respaldada de manera clara y taxativa por las anteriores autoridades de salud, la Ministra Barría y el Ministro Erazo. Y las respectivas Subsecretarias de Salud manifestaron, en reiteradas oportunidades, que se trataba de una legislación necesaria para Chile.
Vino el cambio de Gobierno, y el Senado volvió a discutirla, porque durante su trámite en la Cámara de Diputados fue modificada en aspectos que consideramos esenciales.
El proyecto se hace cargo de una realidad: los niños chilenos, nuestros hijos o nietos, ingieren comida chatarra influenciados por la publicidad y el marketing. Y la recomendación más taxativa de la Organización Mundial de la Salud, que se reunió en Ginebra en el año 2002 y que fue suscrita por Chile, establece un llamado a disminuir la propaganda, a impedir la venta de comida chatarra en los colegios, a bajar los niveles de sal, grasa y azúcar, a tener rotulados comprensibles y a practicar actividad física.
Sin salirnos ni un centímetro ni una coma de lo propuesto por esas recomendaciones de Ginebra, nosotros elaboramos el proyecto que nos ocupa con las personalidades que mencioné.
Y lo que busca esta iniciativa tan resistida es impedir la venta de comida chatarra en los colegios, lo cual ya se realiza en casi todos los países de la OECD. Por lo menos en Francia, Alemania, Italia, España, Estados Unidos. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien es republicano, recibió un premio equivalente al Nobel de la Salud, por ser uno de los más duros críticos de la comida chatarra y de su publicidad. Incluso, él colocó botellas de Coca-Cola en el Metro, donde se exhiben los terrones de azúcar que contiene cada unidad. Además, ha denunciado a empresas como Nestlé y Kellogg´s por registrar altos niveles de sal y azúcar en sus productos.
En definitiva, el problema es que en la Cámara de Diputados le cambiaron artículos fundamentales al proyecto. Yo no voy a adentrarme en ello, pero evidentemente su texto se perforó en aspectos centrales, como el impedir la publicidad.
Además, se prohíbe el uso de stickers o adhesivos en la comida chatarra.
De otra parte, la sal y el azúcar están escondidos en las galletas, en los flanes, en los yogures, en el pollo, en los cereales y en todos los alimentos. Y las personas no lo saben, porque los descriptores son incomprensibles. La gente no entiende el significado de "500 miligramos de NaCl" o "40 gramos de azúcares libres".
Los cereales que venden Nestlé y Kellogg´s los vamos a denunciar en instancias internacionales. Son comida chatarra. ¿Por qué tales empresas venden en Europa cereales con límites máximos de 20 por ciento de azúcar y 200 miligramos de sal y en Chile lo hacen con 40 por ciento de azúcar y 500 miligramos de sal?
¿Por qué debemos aceptar eso? ¿Por qué aceptamos que Kentucky Fried Chicken, que liberó a todos los países europeos de las grasas trans, durante años las siguiera vendiendo en Chile, a pesar de que se sabía que eran cancerígenas y que producían aumento del colesterol y de los infartos?
¿Por qué hemos debido aceptar todo ello? ¿Por qué tenemos que seguir aceptando estas presiones?
Entonces, planteamos que se repongan en el proyecto cuestiones centrales.
¿Por qué obligar a los niños a practicar actividad física tres veces a la semana? Porque durante años lo intentamos por las vías formales.
¡Sería el mejor negocio para Chile!
Señor Presidente, si se hiciera más actividad física, por ese solo hecho prevendríamos una cantidad inmensa de casos de obesidad, sobrepeso e hipertensión en niños. Sepan, Sus Señorías, que de los niños obesos, que corresponden al 23 por ciento, ya el 10 por ciento sufre hipertensión; un tercio, colesterol alto, y la mitad son prediabéticos. Por eso, la sola actividad física sería un instrumento de apoyo extraordinario. No logramos establecerla por otras vías y, después de discutirlo mucho, dijimos que, por último, en este proyecto diéramos una señal de lo que el país tiene que hacer.
Yo no digo que el problema sea culpa de este Gobierno. Es un asunto larvado que no hemos sido capaces de resolver. Pero hoy tenemos la posibilidad de solucionarlo.
Este proyecto establece una norma que permite a la gente el derecho a saber.
Se ha dicho que queremos impedir que las personas puedan comprar. ¡No! Nosotros queremos impedir -es cierto- que los niños de educación básica y media -lo disponía la iniciativa original- compren comida chatarra, porque no tienen cómo defenderse, sobre todo si ella viene presentada en un envoltorio con colores, con juegos y con advertencias que la hacen aparecer más bien como los productos más saludables del mundo, sin que nadie diga que contienen sal, azúcar. Y yo quiero que los niños, que son quienes deciden en estas materias, puedan entender.
Si hoy día la norma -y seamos claros en esto- se amplía a las universidades, no es por culpa del Senado ni por culpa de nuestro proyecto, sino porque en la Comisión Mixta un Diputado dijo que tenía un compromiso con el Gobierno y solicitó, para construir el acuerdo, cambiar la disposición que prohibía ese tipo de alimentos solo en establecimientos de educación básica y media, por otra que contemplara un criterio más amplio, en el sentido de que la prohibición se extendiera a todo establecimiento educacional, de cualquier nivel y modalidad.
No fuimos nosotros los que incorporamos aquello. Nuestro proyecto, que Sus Señorías aprobaron, era clarísimo.
Sin embargo, el Diputado nos señaló que el acuerdo de la Cámara con el Ejecutivo era respecto de la iniciativa de ellos. Nosotros intentamos modificar la situación, y lo sabe muy bien el Senador Chahuán, porque delante de mí y del Honorable señor Uriarte llamó al Ministro de Salud para preguntarle si estaba de acuerdo con el proyecto, porque yo le señalé que este me había dicho -lo cual es cierto, independientemente de lo que se diga- que lo aprobaría. El Senador Chahuán -repito- lo llamó por teléfono celular delante de nosotros, y Sus Señorías votaron en consecuencia en esta materia.
¿Qué planteamos, entonces?
Nos parece que las empresas no tienen derecho, de la manera como lo están haciendo, a oponerse a este proyecto. No lo tiene el Presidente de Chilealimentos, a quien invitamos a todas las instancias (a un seminario, por ejemplo) para que se incorporara y opinara y para decirle que innovar era bajar los niveles de sal, grasa y azúcar.
¡Chile tiene que exportar salud, no basura! Y si quiere ser un país exportador de basura, déjenme decirles que ese no es el mejor negocio que puede hacer.
Y defender esta postura no significa ser talibán. Nos acusaron de ecoterroristas, nos acusaron de talibanes cuando se vio la Ley de Tabaco. Hoy nos acusan de serlo porque deseamos que la gente tenga derecho a saber. Queremos que cuando un papá y una mamá compren un cereal sepan qué contiene dicho producto.
Nosotros habíamos propuesto el semáforo para lo de la sal, la grasa y el azúcar, pero el Ejecutivo nos pidió cambiarlo, porque la presión de las empresas era muy grande. En su lugar, solicitó allanarnos a un acuerdo para que al menos los productos indicaran "Alto en sal", "Alto en grasa" o "Alto en azúcar".
Accedimos a ello, por cuanto es lo mínimo que deben saber los papás y los niños respecto a un cereal que contiene mucho de alguno de esos elementos. ¡Lo mínimo! Ahora los chicos lo sabrán. La gracia que tenían los colores es que ni siquiera se necesitaba saber leer para entenderlos.
Lo que no podemos aceptar, señor Presidente, es que vengan empresarios a decirnos que si hacemos eso no habrá financiamiento para la Teletón, que no habrá recursos para el deporte.
¡Eso es inadmisible!
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor GIRARDI.- Le pido un minuto más, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Muy bien, señor Senador.
El señor GIRARDI.- A mi juicio, señor Presidente, aquí también hay contradicciones.
Primero, creo que existe un problema en la modalidad legislativa del Ejecutivo. ¿Por qué? Porque ustedes, señores Senadores, aprobaron el proyecto en conciencia y por unanimidad. Nadie del Ministerio de Salud ni del Gobierno vino a decirnos que tenía reparos. Y lo que ahora se ha repuesto es casi lo mismo que salió del Senado, salvo el punto que introdujo un Diputado de la UDI para ampliar el criterio de prohibición de venta de comida chatarra más allá del ámbito de la educación básica y media.
¡Nunca nadie vino a decirnos en la Sala o en Comisiones que tenía un reparo! ¡Nunca! Están las actas, señor Presidente.
Los representantes de Salud ni siquiera fueron a la Comisión Mixta.
¿Por qué ahora, entonces, se sale con un discurso en el que, además de talibanes, nos acusan de no querer que la gente pueda decidir?
Nosotros queremos que la gente decida, pero con información, no bajo engaños.
El Ministro, incluso -se lo reclamé al Secretario General de la Presidencia-, se ha dado el gusto de decir que este es un fetiche mío para volver a recuperar credibilidad.
Igualmente ha señalado, con respecto a la ley sobre donante universal -que el Senado apoyó y aprobó, de lo cual me siento realmente orgulloso, y cuya autoría también pertenece a otros Honorables colegas-, que nosotros somos los responsables de que no haya donantes, cuando en realidad esto se debe a un problema de procuramiento de órganos.
El punto es que no corresponde que nos descalifiquen de esa manera por tratar de sacar adelante el proyecto que ahora nos ocupa. Y si la autoridad de Salud no vino a decir lo que tenía que decir, no es culpa nuestra.
Señor Presidente, acá también hay incongruencia. Porque, claro, comparto lo que ha expresado el Senador Chahuán y el espíritu que lo anima. Sin embargo, tengo acá las declaraciones del Ministro de Economía, quien hoy día señaló que el proyecto de etiquetado puede afectar la competitividad y el empleo.
Eso no es así.
Chile debe vender comida sana; tiene que ganar en mayor empleabilidad produciendo productos naturales, productos sanos, productos orgánicos; sin sal, sin grasa.
¡Por favor! Cualquiera que entienda cómo operan los mercados europeos, el de Japón, los mercados emergentes, sabrá que allí no se aceptará la comida basura.
Por eso, pido centrarnos en el mérito del proyecto y no en otras discusiones, ni en opiniones -legítimas, por cierto- que tenga el mundo empresarial. Lo que el mundo empresarial debe hacer es bajar los niveles de sal, de grasa y de azúcar, tal como lo están haciendo en Europa las mismas transnacionales.
Quiero decirles a Sus Señorías que cada una de las transnacionales se comprometió con la Organización Mundial de la Salud y firmó un documento para bajar los niveles de sal, grasa y azúcar, cuestión que no están cumpliendo en Chile. Y más encima se están prestando para hacer lobbys que son inaceptables de la manera como se están llevando a cabo, intentando, en cierta forma, amedrentar o generar una campaña del terror sobre los efectos que tendría este proyecto de ley, que lo único que pretende es permitir que los chilenos puedan decidir, proteger sus vidas, y que los papás, las mamás y los niños sepan, cuando van a un supermercado, que un producto tiene mucha sal, mucha grasa o mucha azúcar.
Ese es el proyecto que pedimos apoyar, señor Presidente.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, en el año 2000 la meta planteada por el Ministerio de Salud para el Bicentenario era reducir la obesidad de los escolares de 6 años de 16 a 12 por ciento.
La pregunta es -y está presente el Ministro Mañalich- si este Gobierno va a cumplir las metas.
Escuché atentamente la intervención del Senador Girardi. Y la verdad es que, si hay alguien que debería pedir disculpas a este Hemiciclo, sería el Ministro. Porque este es un poder del Estado que no acepta que se descalifique a uno de sus miembros, menos aún al Presidente del Senado.
¡Este no es el fetiche del Senador Girardi! Y, si así fuera, sería el fetiche de muchos Senadores. Y es un deseo, por cierto, de muchos padres que ven con temor cómo se enferman sus hijos.
Señor Ministro, está en una situación histórica. Si usted acepta el lobby de los empresarios y revierte su opinión, en Chile ya no se va a hablar de la "vuelta de carnero", sino de la "vuelta Mañalich": aquel que antes defendía que las empresas bajaran los niveles de sal, de grasas, se da vuelta y cambia de posición.
Yo quiero escucharlo para saber en qué está el Ministerio. Porque si a usted lo eligieron fue para proteger la salud de los chilenos, de los niños.
Estamos frente a un proyecto clave.
Claramente, se está pidiendo derecho a la información.
La Derecha está llevando al fracaso a este Gobierno. Se lo dijimos en Biobío, cuando no querían sacar a la Intendenta. Se lo dijimos la semana pasada, cuando insistieron en el posicionador satelital -y ahí están los pescadores: movilizados-. Se lo decimos ahora, que están traicionando un acuerdo mayoritario del Senado y siendo objeto de lobby. Porque es extraño: de la noche a la mañana descubrieron que había problemas en el proyecto.
¡Aquí hay evidencia de un lobby directo, duro, brutal! Y eso debe ser aclarado, no por quienes apoyamos la iniciativa, sino por los que concordaban con ella y hoy cambiaron de posición.
Tengo mucho respeto por el Senador Chahuán. Pero la verdad es que no me satisface su explicación. ¿Por qué pedir Comisión Mixta cuando hay consenso?
El señor CHAHUÁN.- ¡Para sacar adelante el proyecto!
El señor NAVARRO.- ¡O estamos con los niños de Chile o estamos con los empresarios, Senador!
Porque aquí hay un lobby. ¡Habló la SOFOFA, se cuadró la Derecha!
Este es el Gobierno de los empresarios; este es un Gobierno que no responde al interés nacional.
Queremos responsabilidad en los fabricantes, queremos derecho a la información, queremos rotulación, queremos cosas buenas para Chile. Y hoy me dicen que hay que revisar el proyecto, que no se habían dado cuenta de algunas deficiencias.
En verdad, eso es insostenible.
He leído lo que ha expresado el gerente general de Nestlé, don Fernando del Solar, en el sentido de que la iniciativa inhibe el derecho de las personas a elegir lo que consumen. ¿Dónde está la inhibición? Lo que estamos solicitando es más información, ¡derecho a la información!, el cual se halla consagrado en todos los países desarrollados.
¿Qué dice la OCDE, a la que entramos con tanto gusto, con tanto aplauso? Nos dice que, efectivamente, debemos cambiar nuestras políticas nutricionales. Nos advierte sobre el gasto en salud -y de eso el Ministro nos podrá hablar, porque además dirigía una muy importante clínica privada del país-: sostiene que mientras más se enferman las personas, más plata se gasta en salud. Y Chile tiene que elegir si va a prevenir enfermedades o si va a gastar millones y millones en curarlas; si predispondrá a sus niños a que sean obesos, como ya está archiprobado, o si establecerá medidas preventivas.
Yo le solicito al señor Mañalich que precise la posición del Presidente Piñera. Porque aquí no está en condición de Ministro de Salud, sino en condición de Ministro del Presidente Piñera. Y yo quisiera saber cuál es la opinión del Primer Mandatario; no la de sus Senadores, porque hasta hace poco decían que la suya era independiente de la del Gobierno. Yo cuando escucho a Chahuán, es la opinión de Chahuán. Así nos lo dijeron durante la discusión de la iniciativa sobre posicionador satelital.
Yo quiero escuchar la voz oficial del Gobierno. ¿Está dispuesto a cambiar el presente proyecto? ¿Modificó su postura?
Por otra parte, el Ministro de Economía manifiesta que con la iniciativa se afecta la competitividad y el empleo.
¡Chantaje! Ese es el mecanismo, ese es el concepto que define claramente esa perspectiva.
Aquí se quiere ir contra la corriente, se quiere desvirtuar el tema de fondo.
Si hay financiamiento o no para la Derecha de parte de los empresarios -algo prohibido por la ley-, será materia de debate. Pero no es hoy el tema de fondo.
Lo que tiene que decir la Derecha es a qué está dispuesta y por qué no lo señaló antes; por qué es malo que no se vendan alimentos y por qué es malo que no se permitan stickers ni otro tipo de atracciones.
La publicidad infantil ha sido denunciada en el mundo como nefasta. Producto de ella, claramente los niños inciden cada vez más en las compras y adquisiciones que hacen sus padres.
El 7 de diciembre de 2005, el Instituto de Medicina de Estados Unidos reveló que la publicidad infantil fomenta los malos hábitos alimenticios. "El mercadeo de productos alimenticios y de bebidas probablemente conduzca a dietas poco saludables y puede contribuir a la aparición de enfermedades relacionadas con la mala alimentación entre niños y jóvenes". Once mil millones de dólares gasta la industria alimenticia norteamericana para promover entre los niños el consumo de ciertos alimentos.
Tenemos que tomar una decisión.
Yo estoy porque el proyecto que nos ocupa se vote y de que todo lo que se dijo en la Sala de ambas Corporaciones sea refrendado. Si hay Senadores que quieren cambiar su texto, que lo digan. La ciudadanía juzgará. Pero la verdad es que más del 60 por ciento de la población chilena presenta actualmente obesidad o sobrepeso. Y mientras más pobres, más obesos. ¿Por qué? Porque cuentan con menos información, porque se preocupan menos de conocer lo que consumen.
Por lo tanto, es un deber y un derecho informarles sobre lo que están comiendo. Existen múltiples ejemplos de productos de consumo masivo donde el contenido nutricional, o no existe, o ha sido alterado, o, definitivamente, viene en letras tan pequeñas que nadie logra entender.
Yo entonces, señor Presidente, no veo cuál es la diferencia que hoy día nos entraba. ¿Qué vamos a hacer en la Comisión que nos propone el Senador Chahuán? ¿Qué se va a cambiar? ¿De qué manera se mejorará este proyecto, que fue consensuado, como señaló el Senador Girardi, no por los parlamentarios, sino por una multiplicidad de organizaciones sociales, de especialistas mundiales, entre ellos finlandeses e ingleses? Aquellos que apelan permanentemente al desarrollo neoliberal, sepan que Finlandia está en la línea de lo que el proyecto quiere aprobar.
Aquí, señor Presidente, la Derecha ha vuelto a cometer un grave error. Y va a meter en líos al Gobierno, una vez más. Es decir, a la voz de los empresarios, se produce un cambio de política que, en definitiva, terminará complicando al Ejecutivo.
Yo insisto en que el señor Ministro aclare: ¿esta es la decisión del Presidente Piñera, o solo responde al interés abrupto de los señores Senadores de Derecha? Porque, al final, nos asiste todo el derecho a decirle al país que tenemos un Mandatario que inicia una campaña para una vida saludable, pero que sus parlamentarios terminan votando en contra de una iniciativa legal que va en esa dirección.
¡No tendremos los medios de prensa, pero nos cabe todo el derecho a decirlo!
Y espero, señor Presidente, que el Ministro no haga caso omiso a mi emplazamiento:
¡Emplazo al señor Mañalich a que se pronuncie sobre el fondo del problema! ¡Quiero conocer la opinión del Ejecutivo!
¡Este Ministro deberá responderles a muchas futuras generaciones! Porque el Senado ha hecho su pega, y la ha hecho bien.
Habló Andrés Concha y se alborotó el gallinero.
Habló la SOFOFA y cambiaron las posiciones.
¡Ya no más vueltas de carnero, no más "vueltas Mañalich"!
Yo quiero saber si el Gobierno persistirá en una política de vida saludable y, en definitiva, a qué se halla dispuesto. ¿Va a mediar a favor de la SOFOFA, va a mediar a favor de la Derecha, va a mantener el proyecto? ¡Que lo diga!
Este es un Gobierno que no puede callar en una política de salud pública tan importante como esta.
Señor Presidente, insistiremos en la aprobación de la iniciativa en los términos en que la despachó el Senado. Y anuncio que vamos a rechazar las indicaciones que pretendan alterarla.
Y, por su intermedio, deseo decirle al Senador Chahuán que no me quedó del todo clara su explicación de cuál sería el avance o modificación respecto a lo ya obrado. Lo que sí me quedó muy clara es la posición de la SOFOFA; también la del Ministro de Economía, que nos amenaza con el chantaje de la falta de competitividad, del desempleo.
¿Quién manda en Chile? Eso es lo que está en juego. ¿Manda el Presidente? ¿Tenemos un empresario Presidente o un Presidente empresario? Tal es el debate. Yo quiero creer que tenemos un Presidente empresario; que, efectivamente, primará su condición de Primer Mandatario. Legítimamente, fue un exitoso empresario, pero en estos momentos debe prevalecer su calidad de Jefe de Estado.
¡No queremos un empresario Presidente!
Y, para tener certeza de aquello, por supuesto espero la respuesta del señor Ministro de Salud.
¡Patagonia sin represas, señor Presidente!
He dicho.
El señor CHAHUÁN.- Pido la palabra, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Antes la había solicitado el señor Ministro, a quien se la concedo.
El señor CHAHUÁN.- Yo también la estoy pidiendo.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Pero, de acuerdo al Reglamento, el señor Ministro tiene preferencia.


El señor MAÑALICH (Ministro de Salud).- Muy buenas tardes, señor Presidente. Por su intermedio, saludo también a todos los señores Senadores y Ministros aquí presentes.
Respecto a lo que se me ha preguntado, quiero puntualizar (había pedido la palabra antes del emplazamiento que se me ha hecho) que efectivamente nos enfrentamos a una cuestión de extraordinaria importancia para la salud pública de los chilenos, de hoy y del futuro.
Nosotros asumimos el Ministerio de Salud en un momento bastante crucial para la epidemiología y la salud pública, en que, básicamente gracias a la ley AUGE, se han logrado enormes avances en el acceso a tratamiento una vez que las personas enferman.
Sin embargo, mantenemos una deuda muy compleja para lograr que nuestra población, que envejece muy rápidamente, preserve el mayor tiempo posible el capital de salud con que nace, sin adquirir enfermedades crónicas invalidantes o que conllevan graves consecuencias para la calidad de vida y la sobrevida.
En relación con la pregunta que se me ha formulado, debo señalar que no me corresponde hablar a nombre del Presidente de la República, sino como su Ministro de Salud, y decir que hay algunos aspectos que escapan a mi alcance, como los que se me han planteado, cuya trascendencia desconozco. Por ejemplo, se ha sostenido que este proyecto de alguna manera interferiría con la Ley General de Educación. En realidad, no tengo argumentos para pronunciarme sobre el punto. También se ha indicado que esta iniciativa legal sería contraria a determinados acuerdos internacionales suscritos por Chile en materia de comercio y que significaría establecer barreras que después podrían ser objetadas por nuestras contrapartes.
A pesar del ánimo caldeado de la discusión -y quiero contribuir a la paz pidiendo disculpas por si en cierto momento alguno de los Senadores aquí presentes se ha sentido ofendido por lo que yo, a lo mejor imprudentemente, he declarado-, nuestra posición formal como Ministerio de Salud es que estamos ante una gran iniciativa, en la cual se ha trabajado por mucho tiempo. Incluso en el Gobierno anterior, contrariamente a lo que se ha dicho aquí, no hubo la voluntad que sí hemos tenido nosotros para avanzar en ella.
En ese contexto, el proyecto contiene un sinnúmero de cosas positivas, extraordinariamente importantes, que a continuación mencionaré.
Nos parece de tremenda trascendencia evitar en la escuela que un niño resulte engañado por el ofrecimiento de un regalo, consistente en una calcomanía -si es que se usa esa denominación todavía-, un sticker o un monito, si compra cierto alimento cuando en realidad es dañino para la salud.
Estamos conteste en que el etiquetado debe ser mucho más informativo de lo que es en la actualidad.
Nos hallamos completamente de acuerdo -y así lo hemos trabajado con el Ministro señor Lavín- en que en todas nuestras escuelas tiene que haber quioscos saludables, autorizados para vender determinados alimentos y no otros absolutamente vedados.
Por lo mismo, concordamos con lo de la plaza saludable.
Estamos conteste en que, independiente de que no diga relación con el marco de esta normativa, debe haber financiamiento a través del mecanismo AUGE de acciones preventivas para el diagnóstico precoz y el cambio de conducta de la población.
También nos hallamos totalmente de acuerdo -y ya nos encontramos trabajando con el INTA en un reglamento al respecto, muy difícil a la hora de llevar a la práctica- en que, al menos en el corto plazo, haya contenidos máximos de sal y azúcar en los alimentos elaborados vendidos en nuestro país, que representan -como Sus Señorías saben- el 70 por ciento de la dieta de los chilenos, correspondiendo el 30 por ciento restante a los adquiridos para elaborar comida en la casa.
Nuestro país cuenta con una política de salud alimentaria bastante estricta y avanzada. El Código Sanitario ha establecido la existencia de un Reglamento Sanitario de los Alimentos, que es un instrumento bastante poderoso, a través del cual ya se han implementado -incluso en Gobiernos anteriores- muchas de las medidas sugeridas e impuestas como mandato en la ley en proyecto.
¿Cuáles son los problemas que nos provoca esta iniciativa y que nos llevaron en la mañana a hablar con el Presidente de la Corporación, Senador señor Girardi, con el objeto de proponerle un camino de solución?
En primer lugar, nos parece una dificultad que esta normativa no especifique con mayor claridad que su finalidad principal tiene que ver no solo con alimentos envasados, sino también con los que se venden en ferias libres, en locales de comida rápida, etcétera.
Resulta claro que su interpretación se halla demasiado circunscrita a los alimentos envasados, cuyo impacto es relativamente marginal en la salud de la población, lo cual significa que aquellos elementos que con mayor facilidad se pueden criticar desde el punto de vista de la mala nutrición no son objeto formal de esta iniciativa, como lo son una hamburguesa, las papas fritas, o lo que fuera.
En segundo término, estimamos que aquí se efectúa -la expresión puede no ser por completo correcta, así es que les pido disculparme- un esfuerzo hiperlegislativo, por cuanto muchas de las cosas estipuladas son factibles de realizar vía reglamentaria por el Ministerio de Salud. Sin embargo, la normativa nos impone obligaciones que muy difícilmente podremos cumplir o que implican para la Cartera distraer gran cantidad de recursos y contingente humano a fin de satisfacerlas, a menos que sea complementada con un financiamiento adicional, viabilidad que, por supuesto, dependerá de la discusión que se realice con Hacienda.
Resulta también paradójico que en este proyecto, considerando el ambiente más adecuado para nuestra cultura social y cívica en los tiempos que corren, cual es el de favorecer la mayor autonomía posible de las personas -y por eso se habla de la provisión de la píldora del día después, del uso de preservativos o de las opciones que legítimamente toma cada cual en materia sexual-, se obligue al Ministerio de Salud a fiscalizar incluso a universidades para estar seguros de que allí no se expenden -por usar una caricatura- "Super 8" u otra cosa parecida, lo que en ese mundo de adultos puede interpretarse como una intervención excesiva en su libre albedrío.
En la práctica, este proyecto impone a la referida Cartera la generación de una suerte de policía o de "Stasi nutricional" a fin de que se inmiscuya en todos los ámbitos de la vida de las personas, para lo cual nosotros no tenemos -insisto- absolutamente ninguna capacidad.
En ese sentido, creo que debemos utilizar un mecanismo como el que ha propuesto el Senador Chahuán, cual es llevar a una Comisión Mixta estos elementos accesorios pero esenciales para que la ley en proyecto no tenga trabas y pueda implementarse, aunque, por supuesto, siempre existe la posibilidad de recurrir a un veto aditivo de Su Excelencia el Presidente de la República.
El último punto que, en mi opinión como Ministro, resulta extraordinariamente complejo de implementar en la práctica es el relativo a los plazos.
Insisto en que ya estamos trabajando para validar, conocer si los componentes de un alimento se ajustan a lo etiquetado. Porque una cosa es lo que la etiqueta señala y otra lo que verdaderamente contiene un producto. Y así lo comprobamos a propósito de una fiscalización que el propio Ministerio efectuó hace un mes y medio aproximadamente cuando encontramos exceso de sal en helados.
Decía que la dificultad se encontraba en los plazos, señor Presidente.
En efecto, nosotros responsablemente podemos cumplir con una normativa tanto de alimentos envasados como de alimentos preparados dentro del plazo máximo de un año. Eso sería realista. Nos resulta tecnológicamente mucho más complejo -por no decir imposible- definir el contenido de grasas totales que debe haber en un producto.
Por último, quiero hacer presente que respecto a los azúcares totales ya hemos redactado el decreto correspondiente en el marco del Reglamento Sanitario de los Alimentos, para que el etiquetado contenga efectivamente las cantidades máximas de dicha sustancia, último elemento que nos quedaba por cumplir al objeto de contar con una preceptiva de acuerdo al Codex Alimentarius, que es la normativa internacional utilizada por la Organización Mundial de la Salud y la FAO y recomendada a todos sus miembros, a la cual por supuesto Chile adhirió hace muchos años.
Muchas gracias.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Ministro señor Larroulet, quien, conforme al Reglamento, tiene preferencia para intervenir en la Sala.


El señor LARROULET (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, deseo complementar lo expuesto por el Ministro de Salud, quien se refirió a las materias sanitarias involucradas en este proyecto.
Como Gobierno, no podemos dejar de mencionar dos aspectos sustanciales para la buena marcha del país y que afectan a la iniciativa en debate.
El primero se refiere a una norma relacionada con las horas de práctica de educación física en los establecimientos escolares. El texto final aprobado en la Comisión Mixta establece un número mínimo de ellas. Y, de acuerdo con los antecedentes que el Gobierno ha estudiado y planteado, tal circunstancia significa una complejidad muy grande en cuanto al manejo del currículo escolar.
Todos conocemos -de hecho, ha sido aprobada recientemente en el Senado- la preceptiva consagrada en la Ley General de Educación en lo concerniente al mecanismo para revisar el currículo escolar.
Con la norma aprobada finalmente en la Comisión Mixta se genera un delicado problema en el manejo de las jornadas escolares. Porque el currículo en Chile ha sido bastante estable. Él establece todo un procedimiento para distribuir las horas en cada una de las áreas temáticas de la educación. Y con esta disposición estamos alterando esa institucionalidad educativa para establecer las horas de enseñanza por materias. Así, por ejemplo, el resultado concreto es que esto va a significar eliminar otras asignaturas o reducir sus horas de una manera que no necesariamente corresponda a una definición del Consejo Nacional de Educación acerca de cuál debe ser el componente curricular que requiere el país.
En segundo lugar, la iniciativa también incorpora preceptos que, conforme a los antecedentes recogidos y a los convenios que Chile ha suscrito en materia de comercio internacional, serían susceptibles de afectar a nuestro país, por cuanto las normas de rotulación que se establecen podrían ser catalogadas por otras naciones como de naturaleza paraarancelaria. Y, en consecuencia, los productos de exportación, las actividades comerciales de Chile pueden ser objeto de acciones o prácticas de retaliación, de reclamo ante organismos con los cuales es muy importante mantener una situación de prestigio, en especial por el hecho de que somos una economía pequeña, abierta, donde el cumplimiento de la normativa internacional es muy relevante.
En resumen, a lo ya expresado por el Ministro Mañalich, yo agrego dos elementos también complejos incluidos en el texto de la Comisión Mixta que no resultan convenientes desde el punto de vista del interés nacional. Y nosotros queremos buscar los mecanismos para corregir tales preceptos.
Muchas gracias.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, en mi intervención trataré de responder varias afirmaciones que se han hecho y de efectuar algunas precisiones.
Estas son las sesiones que más lamento. Porque los niveles de descalificación a que llegan algunos Senadores de la Concertación impresionan.
Me sorprende su nivel de reclamo cuando uno les dice menos de la décima parte de lo que ustedes expresan.
Hay personas que sienten afectada su honra si les dicen que son mentirosas. Si a algunos de ustedes les dicen "mentirosos", les da lo mismo. Pero a otra gente le importa, porque tiene honra, prestigio.
Quiero ser honesto, señor Presidente. Porque estas ocasiones sirven para ver la calidad humana de los Senadores.
Ya votamos este proyecto. Y lo hicimos con independencia.
A nosotros no nos ha llamado nadie. A mí no me llama nadie.
Yo no sé, Navarro, si a ti te llamó alguien la semana pasada cuando defendiste aquí, en esta Sala, los GPS...
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Le pido que se dirija a la Mesa, Su Señoría.
El señor LONGUEIRA.- ¿A quién defendías? ¡A quién! ¡Tú sabes perfectamente a quien! ¡Y aquí vienes con un doble estándar a representar a los trabajadores!
¡No sé a quién representas!
Cuando votamos la semana pasada -y quedó registrado-...
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Le solicito al Senador señor Longueira que se dirija a la Mesa.
El señor LONGUEIRA.- Sí, señor Presidente: todo, a través de usted.
¡Y aquí hoy día nos vienes a sacar al pizarrón!
La vez pasada voté en conciencia. Y voy a volver a votar en conciencia, como lo hace la Derecha.
El señor NAVARRO.- La Izquierda, igual.
El señor LONGUEIRA.- ¡Porque tus campañas y las de Rossi no las financian los trabajadores de Chile!
¿Estamos claros?
Lo importante es cómo se vota. Y nosotros tenemos la tranquilidad de decirles que en todas las ocasiones hemos votado con absoluta libertad, por el bien de Chile. Al menos yo lo he hecho de ese modo.
Así que no te voy a aceptar ni a ti, ni a Rossi, ni a ninguno de ustedes que nos injurien en la forma como lo han hecho.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, que se dirija a la Mesa.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- ¡Por favor, señor Senador!
El señor LONGUEIRA.- Este es el daño que se le hace a la política chilena. Porque ustedes creen que se están dando un picnic hoy día con nosotros. No, señores: le están haciendo un daño sin precedentes a la política chilena.
Gracias a Dios, tenemos a este Ministro de Salud. Pero aquí ustedes lo basurean, y les da lo mismo, pues ya no se dan ni cuenta de la forma como injurian a la gente.
Hay gente con honra y prestigio. Y, a Dios gracias, el Ministro de Salud los tiene.
¿Cuál es el problema aquí, señor Presidente?
¿Alguno de nosotros ha hablado? ¿Hemos fijado posición?
Fíjense que en este proyecto estamos de acuerdo en 95 por ciento. Y en la Comisión Mixta se incorporaron dos o tres cosas con las que no concordamos.
Ahora, como debemos votar un paquete, muchos nos sentimos en un problema por tener que avalar cosas que no nos gustan.
¡Terminemos con la hipocresía!
Quienes han sido parte de esta iniciativa han tratado de corregirla en los pasillos.
Esa es la información de que uno dispone.
Entiendo que en un minuto todos estaban dispuestos a ir de nuevo a una Comisión Mixta.
¿Por qué no volvemos a prácticas que prestigien la política? ¿Para qué armamos este escándalo y este show gratuitos?
¡Ustedes no se dan un picnic con nosotros, señores! Ustedes creen que se lo dan, pero no es así.
¡Lo único que hacemos es denigrar la política, en especial al Senado!
Reitero: ¿por qué no volvemos a aquellas prácticas?
Señores, si nosotros, por este tipo de proyectos, hubiéramos instalado este clima el primer año que ustedes gobernaron, Chile no sería el de hoy.
¡Y ojalá emerja en la Concertación gente que se atreva a romper esto! ¡Porque no podemos seguir en este clima, señor Presidente!
¡En esta iniciativa estamos prácticamente todos de acuerdo!
Quienes estamos aquí queremos corregir aquellas cosas que no compartimos
Son muchos quienes no las comparten. Pero no porque haya gente de la Concertación que esté de acuerdo con nosotros va a representar a los empresarios de Chile. ¡No, señor Presidente!
Si algo ha logrado la clase política es ponerse de acuerdo en el bien común. Hemos avanzado una enormidad, señores. No lo destruyamos con discursos y con sesiones como esta que le hacen un daño profundo a la política de este país. Y vengo advirtiéndolo desde hace mucho rato.
Señores, enfrenten a los que expresan sus opiniones.
No he escuchado a ningún Senador de nuestro sector que haya dicho cómo va a votar.
Queremos corregir cosas que se incorporaron en otro trámite y sobre las cuales debemos pronunciarnos en paquete.
El Senador Navarro planteó ayer aquí, en una votación exactamente igual -no recuerdo el tema-,...
El señor CHADWICK.- Fue en un proyecto sobre educación.
El señor LONGUEIRA.- ...que no sabía cómo votar -ignoro cómo se pronunció en definitiva- porque compartía algunas cosas y otras no.
Ese es el problema en que estamos.
Compartimos 98 por ciento del proyecto. ¿O creen que ustedes son los que quieren que los niños en Chile no se envenenen y los malos de la película, nosotros, deseamos que se envenenen?
¡Terminemos!
Señor Presidente, lo único que hace esto es causar un daño enorme -¡enorme!- a esta Corporación.
Entonces, hay dos caminos para corregir aquellas materias -incluso me atrevería a decir que podría llegarse a ello por unanimidad; algunos estamos viendo el modo de alcanzarla-: o lo logramos en una Comisión Mixta o nos ponemos de acuerdo en un veto.
¡Por qué no hacemos las cosas bien! ¡Por qué no las hacemos con racionalidad!
¡Por qué instalar estos climas entre todos quienes hemos contribuido a tener el país que evidenciamos hoy!
¿O ustedes piensan que unos son buenos y otros malos? ¿Que algunos desean que los niños sean unos gordos jugando a la pelota y que otros quieren que sean flaquitos?
¡Por favor, señor Presidente! ¡Hasta cuándo!
Nos encontramos ante un proyecto simple, bueno para Chile, que lo desea todo el país. Estamos de acuerdo en 98 por ciento de su texto. Hay dos o tres cosas que el Ministro de Salud y todos queremos corregir. ¡Pero no!: "Démonos este picnic", con discursos en los cuales nos descalificamos, desprestigiando la política.
Ojalá emerjan personas que pongan un poquito de equilibrio. Porque no tengo ninguna duda de que la mayoría está conteste en las perfecciones que deben hacerse al proyecto.
Estamos todos de acuerdo, señor Presidente. ¡Pero no!: hay que dar un espectáculo frente a los medios.
¿Qué dice la gente cuando ve estas sesiones?
¡Olvídense de las encuestas!
¡Cuándo vamos a prestigiar al Parlamento, a la política, a la clase política! ¡Cuándo!
Este país lo hemos construido todos, desde nuestras diferencias. Y cuando no hay diferencias tenemos estos debates apasionados y acalorados, con ustedes descalificando a los Ministros, demandando que vengan aquí y digan esto o lo otro.
¡Por favor! ¡Terminemos con ese discurso!
No sé cuál será el camino que seguirá este proyecto. Pero quiero ser muy claro.
Espero que ustedes salgan señalando que la UDI impidió que se votara el informe porque ella representa a los empresarios de Chile.
¡Digan lo que quieran, señores!
He pedido, señor Presidente -y termino-, que el artículo 129 no se vote.
¡Vayan a decir afuera lo que deseen!
La única razón por la cual nosotros solicitamos segunda discusión es porque queremos perfeccionar esta iniciativa y ver, de aquí a la próxima sesión, si podemos hacerlo inteligentemente en el Congreso o, en último término, a través de un veto.
Nada más. Así de simple.
Todo lo otro que se ha expresado aquí son fantasmas que no sé en qué lugar se vieron, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Antes de concederle la palabra al Honorable señor Kuschel, quiero recordarles a todos los señores Senadores que, de acuerdo al artículo 114 del Reglamento -sobre la base de esta norma he llamado al orden a algunos oradores-, la referencia que se haga "a un Senador o a cualquier individuo deberá ser en tercera persona".
Por tanto, les pido respetar ese precepto durante sus intervenciones.
Le voy a dar la palabra al Honorable señor Kuschel. Y llamaré a una reunión de Comités.
El señor ESPINA.- Previamente, pido la palabra, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Primero quiero conversar con los Comités.
El señor LARRAÍN.- Si se llama a reunión de Comités, debe suspenderse la sesión, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- La Mesa es la que dirige el debate, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Kuschel.


El señor KUSCHEL.- Señor Presidente, cuando pertenecía a la Comisión de Salud, suscribí el proyecto sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad porque emanó de un acuerdo de todos sus miembros.
Me preocupan nuestros hábitos y estilos de alimentación y de vida, que no son saludables en todas las edades de nuestra población. Represento a una Región alejada, productora de alimentos de tierra y de agua, primarios y cada vez más elaborados (en conserva o procesados de distinta manera).
En mi zona se produce 70 por ciento de la leche del país; 65 por ciento de la carne; 50 por ciento de las papas; 80 por ciento de los salmones; 90 por ciento de los choritos y otros productos del mar. Se producen además huevos, frutas y verduras, alimentos a los que, según la moda, se descalifica sobre la base de que no son saludables.
Nosotros estamos promoviendo los nuevos emprendimientos de mujeres y hombres en producciones básica, primaria y elaborada para consumo, exportación y, también, turismo. Pero algunos pequeños empresarios artesanales no se encuentran en situación de rotularlos de la forma como el texto en debate exige para todos los casos.
A nuestro juicio, el rotulado tiene que ser factible.
Tal vez la ley en proyecto se apruebe y no superemos la obesidad. Tampoco vamos a cambiar los hábitos de vida.
En la campaña electoral gasté menos de la mitad -casi un tercio- de los recursos que destinó el candidato que ahora me acompaña aquí como Senador por mi circunscripción. ¡Claro que yo saqué hartos menos votos...!
Existe una Ley de Transparencia. Así que eso se puede revisar para ver de dónde provinieron los recursos en cada caso.
Señor Presidente, pido que se atienda la propuesta del Senador señor Chahuán. Pero, como hay que votar "todo o nada", en este momento, en las condiciones actuales, me inclino por pronunciarme en contra, a pesar de que, como dije, suscribí la iniciativa, por las razones que expuse.
Si no se puede mejorar el texto en las condiciones planteadas, desde ya le solicito al señor Ministro de Salud que, dentro de su ámbito, busque elementos adecuados para un reglamento de alimentación saludable.
He dicho.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Efectuadas las consultas pertinentes, voy a llamar a una reunión de Comités.
El Senador señor Espina, representante del Comité Renovación Nacional, me pidió hacer uso de la palabra antes.
El señor PIZARRO.- No. Vamos a hablar nosotros primero.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Es uno de los oradores inscritos.
El señor ESCALONA.- Hay otros Comités.
La señora ALLENDE.- Nosotros intervendremos igualmente.
El señor BIANCHI.- Y yo.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Se suspende la sesión por cinco minutos para efectuar una reunión de Comités.
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--Se suspendió a las 18:ll.
--Se reanudó a las 18:37.
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El señor GIRARDI (Presidente).- Continúa la sesión.
Señores Senadores, quiero explicar los alcances del acuerdo de Comités.
Los Comités resolvieron, en forma unánime, plantearle a la Cámara de Diputados la posibilidad de volver a convocar a la Comisión Mixta, con el compromiso de discutir dos aspectos en los que estamos de acuerdo y que seguramente serán los puntos focales: primero, radicar solo en la educación básica y media la prohibición de vender comida chatarra y suprimir la eventual ampliación de esa restricción a otras instancias; y segundo, eliminar lo concerniente a la leche materna y la promoción de los sucedáneos.
En eso tenemos acuerdo.
Además, debo expresar que el Partido Unión Demócrata Independiente señaló que, si no hay consenso, respaldará esos dos puntos.
Entonces, tenemos un acuerdo que me parece muy razonable.
Si la Cámara de Diputados concordara con esa posición, habría Comisión Mixta. De lo contrario, el informe sería votado favorablemente tal y como está por los Senadores de la UDI, junto con quienes hemos apoyado el proyecto, y le pediríamos al Ejecutivo el envío de un veto si quisiera modificar los aspectos que hemos indicado.
Pienso que se trata de un muy buen acuerdo, que nos ayuda a salir adelante y a sacar un muy buen proyecto para Chile.
Conforme a ese acuerdo, suspenderemos el debate del informe de la Comisión Mixta para seguir con las otras materias que figuran en la tabla.
Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, solo deseo hacer dos correcciones a lo que usted ha señalado.
En primer término, debo recordar que ese era el espíritu inicial de la discusión del proyecto en el Congreso Nacional. Tales fueron los temas que nosotros planteamos. Estábamos de acuerdo sustantivamente en que la iniciativa era buena.
Por lo mismo, vamos a renunciar a la solicitud de segunda discusión. Y decimos claramente que Renovación Nacional también ha contribuido, con la Unión Demócrata Independiente, a generar un acuerdo en esta materia, porque la Coalición por el Cambio cree en la alimentación saludable y en la necesidad de avanzar en este ámbito.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, yo por lo menos quiero salvar mi responsabilidad.
En la reunión de Comités planteé que el veto corresponde a una atribución del Ejecutivo.
Lamento que no exista expresión escrita de los acuerdos que se tomaron.
Yo no entiendo que la tarea del Parlamento sea hacerse corresponsable de una atribución constitucional exclusiva del Gobierno.
Quería puntualizar eso, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- Gracias, señor Senador.
--Queda suspendida la discusión del informe de la Comisión Mixta.