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CONVENIO INTERNACIONAL PARA PROTECCIÓN DE OBTENCIONES VEGETALES


El señor GIRARDI (Presidente).- Proyecto de acuerdo, en segundo trámite constitucional, aprobatorio del Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, con informe de la Comisión de Relaciones Exteriores y urgencia calificada de "simple".
--Los antecedentes sobre el proyecto (6426-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de acuerdo:
En segundo trámite, sesión 16a, en 12 de mayo de 2009.
Informe de Comisión:
Relaciones Exteriores: sesión 1a, en 15 de marzo de 2011.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo principal del Convenio es establecer un marco jurídico que permita garantizar al obtentor de una nueva variedad vegetal un adecuado reconocimiento al derecho sobre la variedad de su creación.
La Comisión de Relaciones Exteriores aprobó la iniciativa en general y en particular por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Hernán Larraín, Kuschel, Letelier y Tuma, en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.
El señor GIRARDI (Presidente).- En discusión general y particular.
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, pido a la Sala que el proyecto sea remitido a la Comisión de Agricultura, porque ahí se está analizando todo lo relativo a los transgénicos. Ignoro si lo que se someterá a aprobación guarda algún tipo de relación con ello.
El señor PIZARRO.- Ninguna.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- No obstante, sería bueno que ambas materias se estudiaran en su conjunto.
Por esa razón, solicito que la iniciativa sea enviada también a dicha Comisión.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, me sumo a la petición para que el proyecto en discusión, que aprueba el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, sea analizado además por la Comisión de Agricultura antes de que se vote en la Sala.
Sé que Chile se encuentra obligado a muchos acuerdos internacionales. Y en particular a este, que es, a mi juicio, uno de los compromisos que asumimos cuando aprobamos el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Este Convenio guarda mucha relación también con el cobro de derechos industriales o de propiedad intelectual. Pero es preciso ver la otra cara de la moneda: puede significar para los agricultores un costo que me gustaría dimensionar.
Por eso -creo interpretar a los integrantes de la Comisión de Agricultura-, sería pertinente estudiar el proyecto en una sesión de esta última y emitir un informe.
Entiendo que Chile posee compromisos internacionales insoslayables. Sin embargo, es bueno saber cuál será finalmente el costo que habrá que pagar por esos acuerdos.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero aclarar que la iniciativa en debate no guarda relación con los transgénicos. El proyecto apunta a patentar semillas y otros productos vegetales que se vayan desarrollando en laboratorios. De manera que no está vinculada con los transgénicos, sino más bien con lo planteado por el Senador señor García. Y eso podría justificar, si la Sala así lo estima, enviarlo a la Comisión de Agricultura.
El presente Convenio pertenece a una serie de proyectos a nivel internacional que buscan proteger los derechos de los autores. Y no solo debemos pensar en los productos que se están desarrollando en el extranjero, sino también en los que se trabajan en Chile. Por ejemplo, en nuestro país el INIA ha desarrollado una serie de variedades de trigo, de arroz, en fin, de varios productos que no tienen cómo defenderse si no encontramos registros de esta naturaleza expeditos, fáciles e internacionales.
De lo que se trata es de avanzar en esa dirección. Ese es el sentido del proyecto. Además, como ya señaló el Honorable señor García, corresponde a compromisos que nuestro país adquirió cuando aprobó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Tanto en ese Acuerdo como en el suscrito con la Unión Europea, nosotros fijamos un calendario de aprobación de instrumentos en materia de patentes. Recuerdo que esta fue una de las discusiones más grandes que sostuvimos durante la tramitación de ambos tratados.
Si uno quiere entrar a la OCDE, a las ligas mayores, debe sumarse a ciertos controles y compromisos, entre los cuales se encuentra precisamente el del respeto a la propiedad intelectual.
Nosotros estamos atrasados en el cumplimiento del calendario de tratados sobre la materia. En particular este debió haber estado ratificado por Chile el 1o de enero de 2009. Nos encontramos atrasados en dos años y fracción.
Si se desea remitir la iniciativa a la Comisión de Agricultura, siempre es posible hacerlo.
Solo quiero manifestar que en la Comisión de Relaciones Exteriores escuchamos tanto a especialistas del área agrícola (del Ministerio, del Servicio Agrícola y Ganadero) como a expertos en propiedad intelectual. Y, en verdad, este Convenio puede ser aprobado por Chile sin mayores riesgos. Es más, existe una iniciativa legal que se está tramitando en paralelo, la cual procura implementar el instrumento en análisis. El Tratado es el marco y el proyecto de ley le sigue.
En consecuencia, nuestro país está trabajando en la línea de cumplir sus acuerdos internacionales conforme a los estándares existentes en materia de propiedad intelectual.
Por lo tanto, yo por lo menos soy partidario -como ya lo hice y planteé en la Comisión- de aprobar el Convenio. Pero deseaba entregar estos antecedentes para que, si la Sala toma la decisión de remitir la iniciativa a la Comisión de Agricultura, se entienda por qué aprobamos el proyecto en análisis y por qué hemos señalado la conveniencia de que la Sala haga lo propio.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, desde luego yo me leí todo el informe y conozco las opiniones de mis colegas. Sin embargo, me asisten muchas dudas, a pesar de que el proyecto de acuerdo fue aprobado por unanimidad.
El Honorable señor Tuma preguntó en la Comisión por qué Estados Unidos tiene tanto interés en esta materia y la impulsa.
¿No será que a ese país le interesa que a los agricultores se les siga aplicando el pago relativo a las patentes industriales?
Según el informe, no se consultó al respecto a los agricultores, a los productores, que son los que pagan.
Entonces, como en la Comisión de Agricultura se está estudiando una iniciativa sobre productos transgénicos, concuerdo con la petición de los Senadores Andrés Zaldívar y García de que el proyecto en debate se envíe a dicho órgano técnico.
El Honorable señor Larraín aludió a lo expresado por el colega García en dos o tres oportunidades. ¡Pero si este también solicitó que el Convenio sea visto por la Comisión de Agricultura!
En consecuencia, si algunos de quienes han intervenido esta tarde son miembros de dicha instancia especializada, ¡por qué no estudiamos allí la materia! Es terrible cuando a un productor le incautan todo por no pagar la patente. Y solo le cabe preguntar cómo se hace, porque no lo sabe.
Por eso, sugiero que analicemos un poco más la situación a fin de contar con informes más completos sobre el particular.
Sé que en la Comisión de Relaciones Exteriores se escuchó la opinión de diversos personeros; pero no se oyó la de ningún agricultor, ni tampoco la de los productores, que son muchos en nuestro país.
He dicho.
El señor PIZARRO.- ¡Se nota que Su Señoría leyó el informe!
El señor GIRARDI (Presidente).- Yo me inscribí para hacer uso de la palabra, pero necesito que un señor Senador me reemplace en la testera.
Si no hubiere inconveniente, podría sustituirme el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Muy bien.
El señor LARRAÍN.- ¡A cambio de que no hable en la hora de Incidentes!
El señor SABAG.- ¡Girardi la va a ocupar toda!
El señor PROKURICA.- ¡Mándele una foto a Chávez para que vea cómo ha crecido el Partido...!
--Pasa a dirigir la sesión el Senador señor Navarro, en calidad de Presidente accidental.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, me parece que el que nos ocupa es un tema muy importante a discutir.
Yo tengo muchas aprensiones respecto al patentamiento.
La Humanidad cometió un gran error cuando aceptó que los genes eran patentables. El debate se inició en 1980, en la Oficina de Patentes de Estados Unidos, cuando un hindú solicitó la primera patentación de genes, la cual fue denegada. Dicho organismo fundamentó su rechazo en que los genes no eran patentables por cuanto el acervo genético pertenecía al patrimonio de la Humanidad. Incluso, agregó que eso equivalía a patentar el Sol o la Luna, lo que no se podía hacer.
Por razones comerciales, se reclamó contra esa resolución de la Oficina de Patentes y ello derivó en una discusión que terminó en la Corte Suprema de dicho país, tribunal que, por motivos económicos y presiones de mercado y de las empresas, por 5 votos contra 4 decidió que los genes eran patentables.
Eso generó un debate a nivel mundial.
La economía del siglo XXI se orientará hacia la biotecnología. El acervo genético será trascendental. Quienes lo controlen harán lo mismo respecto a la economía, a la vida.
Como Sus Señorías saben muy bien, ya se han patentado bacterias que producen hidrógeno. Se han desarrollado bacterias artificiales, que no responden a la evolución: son seres vivos creados artificialmente. Y esta tecnología va en rápido progreso.
En el diario "La Tercera", de hoy, se informa sobre la creación del primer corazón a partir de células madre. O sea, una suerte de clonación parcial, que posibilita producir partes y piezas.
Es decir, la Humanidad avanza muy rápidamente y, por lo tanto, quien controle el acervo genético va a ser dueño de la vida. Y será el gran controlador de los mercados y de la economía en el futuro.
Eso involucra algo que la Humanidad y la comunidad mundial debieran plantearse en algún momento: devolverle el patrimonio del acervo genético a la ciudadanía e impedir el patentamiento que implica el proyecto de acuerdo.
El asunto es muy importante y central. Sé que no está en discusión hoy día. Pero sin duda lo estará y debemos prepararnos para ello.
Volviendo a la iniciativa que nos ocupa, en el mismo sentido, la obtención de patentes tiene que ver con semillas y productos transgénicos. Además, muchas de esas semillas, seleccionadas por una pequeña agricultura familiar, campesina o indígena, corren el riesgo de ser patentadas por otros, por instancias internacionales o nacionales, quitándoles la propiedad de su domesticación o aprendizaje a las comunidades agrícolas o indígenas.
Recuerdo que, hace años, una institución nacional estaba muy contenta porque había recibido una generosa colaboración de Japón para fundar un banco de semillas. Pero a cambio, ese país -que se mostraba tan magnánimo- le pidió una copia de tal banco. Y, evidentemente, eso fue en desmedro de nosotros.
Considero que este proyecto, por la importancia que reviste, debería ser discutido también por la Comisión de Agricultura. Pero, sobre todo, por la de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, la que no puede restarse de este tipo de debates, pues son esenciales para el mundo que viene y que irán adquiriendo mayor trascendencia en el futuro.
He dicho.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, quiero reafirmar la necesidad de que esta iniciativa pase a la Comisión de Agricultura y -como se ha señalado- a la de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, con el propósito de que emitan sus informes en la línea de poder cumplir con los plazos comprometidos por el país y haciendo partícipes a los posibles afectados, por así decirlo.
En Chile existe mucho endemismo respecto de gran cantidad de especies. Y, en verdad, si uno mira el futuro de la agricultura e incluso de la ganadería, y los elementos vinculados con ellas, observa que tenemos más posibilidades de competir por calidad, por sello de origen, por tipo de producción que por cantidad.
Me parece increíble que pensemos siquiera en competir con naciones vecinas en producción de trigo, soja o maíz, dada la superficie agrícola de que disponemos. Desde luego, si enfocáramos el punto en el sello natural, tendríamos mayores oportunidades desde la perspectiva no solo de la calidad sino también de los precios y de los mercados por abrir.
Asimismo, es preciso despejar toda duda con relación a los productos transgénicos, materia de un proyecto que lleva bastante tiempo en las Comisiones unidas de Agricultura, de Salud y de Medio Ambiente, y sobre la cual recaen algunas iniciativas parlamentarias que también se hallan rezagadas.
En cuanto al texto en análisis, en el propio informe de la Comisión de Relaciones Exteriores se aprecia que hubo ciertas organizaciones que, si bien fueron invitadas, no alcanzaron a participar (probablemente algo pasó con el tiempo): la Fundación Terram y otras entidades cuya participación sería conveniente; sociedades sustentables y los propios agricultores.
De ese modo tendríamos una visión más completa para evaluar y votar la iniciativa.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, ya habíamos tenido oportunidad de pronunciarnos anteriormente sobre la materia que aborda este proyecto.
Cabe señalar que nuestra economía nacional abierta posibilitó la firma de un significativo número de tratados de libre comercio multilaterales o bilaterales, y, por cierto, en ambos tipos claramente los derechos de propiedad intelectual pasaron a ser parte importante del texto. Así ocurrió con el suscrito entre Chile y Estados Unidos el 6 de junio de 2003, que entró en vigencia el 1° de enero de 2004. Y recuerdo que en este tales derechos constituyeron un aspecto crucial, y que sobre ello no hubo de parte de Estados Unidos ninguna clase de renunciación, sino más bien de imposición. Este Parlamento debía votar a favor o en contra. No podía hacer ninguna enmienda.
Así son los tratados de libre comercio: no hay posibilidad de que el Congreso los modifique. Tiene que rechazarlos o aprobarlos.
En el caso del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, las Partes se comprometieron a ratificar o adherir al Acta 1991 del Convenio de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, conocido como "Convenio UPOV", antes del 1° de enero del 2009.
Es decir, en dicho Tratado había una exigencia explícita para el cumplimiento de la ratificación del Acta 1991 del Convenio UPOV en una fecha específica.
Si bien ninguna disposición del capítulo relativo a los derechos de propiedad intelectual iría en detrimento de obligaciones y derechos de una Parte respecto de la otra, en virtud del acuerdo tocante a los Aspectos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual, claramente hay observaciones que vale la pena reafirmar hoy día.
Señor Presidente, la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) fue establecida en 1991 por el Convenio UPOV, principalmente por Gobiernos industrializados que deseaban proteger a los obtentores, tanto en sus mercados locales como externos. Con posterioridad, fue modificado en tres oportunidades, en las Actas de 1972, 1978 y 1991.
La versión 1991 del Convenio de la UPOV entró en vigor en abril de 1998. Desde entonces, particularmente el texto de 1998, ha quedado cerrado, de manera oficial, a nuevas adhesiones.
Estos acuerdos bilaterales a menudo exigen que el Estado en desarrollo adhiera al Tratado, al UPOV, en determinado plazo y haga efectivos sus estándares, manteniendo siempre la exigencia del cumplimiento férreo de lo concerniente a la propiedad intelectual.
Ejemplo de aquello son los acuerdos bilaterales celebrados por Estados Unidos con Nicaragua (enero de 1998) y con Jordania (octubre del 2000), y el Tratado de Libre Comercio suscrito entre el país del Norte y Chile.
Si bien nuestra nación firmó el tratado UPOV de 1978, a partir del cual promulgó la ley Nº 19.342, el TLC con Estados Unidos exige -y esto es importante, estimados Senadores- la adhesión al Acta de 1991.
El Acta o Convenio de 1991 tiene alcances distintos a los de la versión anterior, de 1978, debido a cambios habidos en el contexto mundial. En 1978 no existía el desarrollo actual de la biotecnología, ni tampoco la transgenia, y el nivel comercial e industrial de intercambio era mucho menor. Por tanto, el desarrollo de nuevas variedades se limitaba a cultivadores, más que a grandes empresas trasnacionales, y el patentamiento de otras variedades resultaba más acotado.
En ese contexto, a mi juicio, debiera enmarcarse la discusión del proyecto en debate, que pretende ratificar el Convenio UPOV de 1991. Y me parece imprescindible que la Sala considere los aspectos que reseñaré en seguida.
Al 15 de enero de 2011, el Convenio UPOV, en cualquiera de sus versiones (1972, 1978, 1991), había sido suscrito por 68 países. Sin embargo, naciones como Argentina -nuestro vecino-, Bolivia, Brasil -el gigante-, Bulgaria, Canadá, China, Colombia, Ecuador, Francia, Irlanda, Italia, México, Nicaragua, Noruega, Panamá, Paraguay, Portugal, Uruguay, entre otros, solo han adherido al Convenio UPOV del 78, no al del 91.
Se nos recomienda aprobar el proyecto en discusión, señor Presidente.
Pues bien, yo debo puntualizar que nuestros vecinos gigantes, Argentina y Brasil, no han adherido al Convenio de 1991, pero se encuentran desarrollando un trabajo masivo a nivel de cultivos y, también, de obtentores. Entonces, su falta de adhesión no significa que no estén trabajando en una política sobre obtentores.
Es importante destacar que muchos países de América Latina no han adherido al Convenio de 1991 porque les merece serias y profundas observaciones.
La diferencia entre los Tratados de 1978 y 1991 radica fundamentalmente en que este último estipula que se requiere la autorización del obtentor para la producción o reproducción de semillas con cualquier otro fin. O sea, el obtentor establece una preferencia respecto de sí por sobre el llamado "privilegio del agricultor". En buenas cuentas, quien obtiene la innovación de la creación de la semilla pasa a tener el control.
Existe, pues, una clara diferencia acerca de si hay un derecho del obtentor al igual que del agricultor.
En consecuencia, cabe preguntarse si un campesino pequeño puede lograr igualdad de condiciones cuando él mismo desarrolla, en función de su experiencia en cultivo selectivo, una semilla cuya variación no emana del obtentor.
El artículo 10 pone desigualdad de condiciones. Protege a pequeños campesinos y comunidades indígenas que han desarrollado variedades para su uso. Pero la verdad es que ellas también pueden ser inscritas por personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, sin respetar al verdadero obtentor. No hay resguardo para las variedades obtenidas mediante la experiencia de los pequeños productores.
Por eso, señor Presidente, si no tenemos previamente un análisis comparativo real entre ambos Convenios, estoy por votar en contra.
Estimo, por tanto, que el proyecto debe ser examinado por la Comisión de Agricultura, porque necesitamos tener claridad acerca de lo que vamos a votar y determinar si avanzaremos o retrocederemos en la protección a nuestros agricultores.
Chile solo debería adscribir al Convenio pertinente una vez disipada la duda de por qué los "grandes", Argentina y Brasil, no lo han firmado. Y no lo han suscrito -reitero- por razones fundadas.
Señor Presidente, debemos proteger a los pequeños y a los grandes productores agrícolas por sobre los obtentores no chilenos, quienes conformarán grandes empresas, dispondrán de mucha tecnología, pero no se radicarán en nuestro territorio.
Si bien nuestra adhesión pudiera estar enmarcada dentro del cumplimiento del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, creo que en torno del proyecto que nos ocupa se justifica una segunda lectura.
Ante el tratado de libre comercio pertinente había dos posibilidades: o se votaba a favor o se votaba en contra. El Parlamento no lo debatió. Solo lo hicieron las Comisiones de Relaciones Exteriores. Pero, hasta donde yo sé, sus integrantes únicamente son expertos en relaciones internacionales, no en agricultura, no en obtentores, no en el desarrollo o tratamiento de semillas.
Ese TLC puso de rodillas al Congreso. Estamos en una monarquía presidencial. El poder radica en el Ejecutivo. Existe un presidencialismo extremo. No hubo posibilidad de conocer ese instrumento en detalle.
A la sazón, yo integraba la Cámara Baja. Y -lo recuerdo perfectamente- el único voto de rechazo fue el del Diputado Sergio Aguiló. Pero la verdad es que no podíamos modificar nada. Ante el Tratado, se nos pedía votar "sí" o "no".
Por las razones expuestas, señor Presidente, me parece oportuno, antes de aprobar o rechazar el proyecto de acuerdo, realizar un debate durante el cual se analicen más tranquilamente las observaciones hechas por los países de América Latina y del resto del mundo que señalé.
Si nos obligan a votar en esta sesión, yo me pronunciaré en contra, porque todavía hay muchas incógnitas. Y pienso que Chile aún puede darle una segunda visión a la propuesta que se nos hace hoy.
¡Patagonia sin represas!
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, nuestro jefe de bancada ha aducido aquí, entre varios argumentos, el de que este Acuerdo tiene relación con los transgénicos. Y, en respuesta, se ha dicho que no es así.
Por mi parte, debo subrayar que hace algunas semanas el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera decidió dar urgencia a diversas materias vinculadas con la propiedad intelectual de nuevas creaciones de semillas mediante modificaciones genéticas.
Así, se otorgó urgencia tanto al proyecto de acuerdo que nos ocupa en este instante, sobre aprobación del "Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales", como a la iniciativa atinente a obtenciones vegetales que deroga la ley Nº 19.342, radicada en la Comisión de Agricultura.
En este momento nos hallamos analizando una normativa específica sobre el particular, tal como lo señaló el Presidente de dicho órgano técnico.
Ambas materias van unidas con el proyecto de ley sobre vegetales genéticamente modificados, cuyo plazo para presentar indicaciones venció ayer.
Señor Presidente, ese día concurrimos, con el Senador Navarro y varias organizaciones sociales y ambientalistas, al Palacio de Gobierno, a La Moneda, para entregarle una carta al Presidente de la República con el propósito de transparentar y dar tiempo para informar adecuadamente a la opinión pública sobre los efectos de la introducción y distribución interna de cultivos y productos transgénicos. Y le pedimos retirar la urgencia al proyecto sobre obtentores vegetales que estamos discutiendo en nuestra Comisión. Ello, por considerar que resulta imposible que en apenas treinta días la ciudadanía y los parlamentarios se informen apropiadamente acerca de todas las implicancias de la iniciativa legal pertinente y de la correspondiente indicación sustitutiva recién presentada por el Gobierno al proyecto de vegetales genéticamente modificados.
De acuerdo a lo señalado en el propio mensaje del proyecto de acuerdo que nos ocupa -aprobatorio del "Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales"-, la ley Nº 19.342, que regula el derecho a obtentores vegetales, fue precursora en incorporar varios de los estándares del Acta de 1991 del Convenio UPOV.
Nos parece que en esta materia se está avanzando demasiado rápido, sin el tiempo necesario para discutir cuestiones de gran importancia para la agricultura campesina.
Creemos fundamental que en esta materia haya una segunda discusión o que definitivamente se suspenda la tramitación de la iniciativa que nos ocupa esta tarde, hasta que tengamos claridad sobre cómo abordaremos el debate del proyecto que regula los obtentores vegetales y elimina la ley Nº 19.342, el cual ya fue discutido por primera vez en la Comisión de Agricultura del Senado.
Por eso, señor Presidente, considero de toda pertinencia lo solicitado en la Sala y que incorporemos al debate a otros parlamentarios y a otras Comisiones.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Kuschel.


El señor KUSCHEL.- Señor Presidente, no obstante que los señores parlamentarios leyeron el informe, debo puntualizar que este Acuerdo conviene realmente a los intereses de nuestros pequeños productores y a los institutos encargados de la investigación en materia agrícola, especialmente en el rubro de las semillas.
El trámite del proyecto que nos ocupa esta tarde, para mi gusto, ha sido particularmente lento. Porque los acuerdos pertinentes partieron en 1961 -hace 50 años- y nosotros somos parte de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales desde 1996.
Quiero indicar, asimismo, que este proyecto fue aprobado unánimemente en la Cámara de Diputados -y en su oportunidad recorrió todas las instancias de esa Corporación-, por 75 votos.
Ahora bien, nosotros adherimos al Acta de 1978 para permitir nuestra integración al organismo en comento.
Hasta la fecha contamos con aproximadamente 670 variedades inscritas en el sistema a nombre de titulares tanto chilenos como extranjeros.
Por otro lado, cabe connotar que el Acuerdo en análisis facilita el trabajo de nuestros productores e investigadores porque extiende los plazos mínimos de protección de las nuevas obtenciones vegetales: de 18 a 25 años para árboles y vides, y de 15 a 20 años para las demás especies.
En su momento nos explicaron en la Sala que, de 150 registros, 90 correspondían a nacionales, principalmente al INIA, a cuyo Director escuchamos en la Comisión.
El Fiscal del Ministerio de Agricultura nos aclaró que no se pueden patentar los patrimonios biológicos naturales, sino las nuevas variedades emanadas de un desarrollo.
El INIA es la institución nacional con la mayor cantidad de registros. Ello se informó ante una consulta expresa que formulamos respecto a las papas de Chiloé, que siempre nos han preocupado, pues variedades descendientes de ellas se encuentran inscritas en países a los cuales el producto llegó muy tarde.
Si otras Comisiones analizan el proyecto, llegarán, en mi concepto, a la misma conclusión a que arribamos en la de Relaciones Exteriores.
Por eso, soy partidario de aprobarlo de inmediato. En todo caso, me someto, por supuesto, a lo que decida la mayoría de esta Sala.
Sin embargo, debo subrayar que el trámite de este asunto no ha sido lento. Al contrario, lleva cincuenta años desde que se creó el concepto pertinente.
Es del caso destacar que el Acuerdo en análisis permite la acreditación de laboratorios en Chile. Hoy día, como no formamos parte de dicho instrumento internacional, para patentar y acreditar la diferencia o la originalidad de una variedad se debe acudir a laboratorios extranjeros. Y habría -así se nos dijo- alrededor de cinco o seis laboratorios en condiciones de acreditarse inmediatamente.
En mi concepto, el Convenio que nos ocupa solo presenta ventajas para nuestra producción.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Requeriremos la opinión de la Sala sobre el trámite del proyecto.
Se ha planteado enviarlo a las Comisiones de Agricultura y de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.
¿Habría acuerdo?
El señor PIZARRO.- ¿También a la de Medio Ambiente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Eso fue solicitado formalmente por los Senadores señores Horvath y Navarro.
El señor ORPIS.- Que se vote, señor Presidente.
El señor GIRARDI (Presidente).- La Mesa someterá al pronunciamiento de la Sala si el proyecto se vota hoy día o va a las Comisiones individualizadas.
El señor PIZARRO.- ¿Se va a poner plazo?
El señor GIRARDI (Presidente).- Es posible fijarlo.
El señor HORVATH.- ¿Son dos Comisiones, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Sí, señor Senador. Y ambas pueden funcionar unidas.
Se someterá al pronunciamiento de la Sala el procedimiento.
Quienes voten "sí" lo harán para que el proyecto se resuelva en esta sesión, y los que voten "no", para su tramitación a las Comisiones señaladas.
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, la idea no es remitir el proyecto también a la Comisión de Medio Ambiente, sino solo a la de Agricultura, pues está relacionado con producción agrícola.
Cuando pedí enviarlo a la Comisión de Agricultura, lo hice sobre la base de que este órgano técnico está tratando una iniciativa vinculada con los productos transgénicos.
Por lo tanto, señor Presidente, sugiero que vayamos por parte y veamos primero a qué Comisión queremos mandar el proyecto.
En tal sentido, pienso que no debemos alargar la tramitación más allá de lo necesario. La Comisión de Medio Ambiente no tiene injerencia -al menos en mi criterio- en lo que estamos discutiendo.
En todo caso, votemos primero si se desea enviar la iniciativa a la Comisión de Agricultura, y después, si se quiere remitirla también a la de Medio Ambiente.
El señor LARRAÍN.- Debe realizarse una sola votación.
El señor GIRARDI (Presidente).- A lo mejor existe acuerdo para que pase solo a la de Agricultura.
La señora RINCÓN.- Sí, señor Presidente.
El señor PIZARRO.- No hay acuerdo.
El señor ORPIS.- Yo quiero votar hoy.
El señor GIRARDI (Presidente).- La Sala deberá decidir primero si la iniciativa se vota ahora o pasa a la Comisión de Agricultura, y luego, si va además a la de Medio Ambiente.
La señora ALLENDE.- Que vaya solo a Agricultura.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, debe votarse si la iniciativa va o no a la Comisión de Agricultura, porque eso fue lo que se pidió.
El señor GIRARDI (Presidente).- Ello, en primer lugar, señor Senador. Porque hay otra solicitud, sobre la cual nos pronunciaremos después.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, se pidió remitir el proyecto a la Comisión de Agricultura: eso debemos votar.
El señor GIRARDI (Presidente).- En este momento Sus Señorías votarán "sí" para que el proyecto se resuelva hoy o "no" para que se remita a la Comisión de Agricultura.
El señor LARRAÍN.- Pero lo primero que se pidió fue enviarlo a la Comisión de Agricultura.
El señor GIRARDI (Presidente).- Primero se votará si la iniciativa va a la Comisión de Agricultura.
El señor LARRAÍN.- Esa es la solicitud.
La señora ALLENDE.- Que vaya.
El señor GIRARDI (Presidente).- Se acaba de retirar la proposición de remitir el proyecto también a la de Medio Ambiente. Por lo tanto, solo se votará si pasa o no a la Comisión de Agricultura.
Quienes deseen que la iniciativa se resuelva en esta sesión deben votar "sí", y aquellos que han planteado enviarla a dicho órgano técnico, "no".
En votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).-¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza la proposición de resolver en la presente sesión el proyecto, el cual, consecuencialmente, pasa a la Comisión de Agricultura (15 votos contra 4 y una abstención).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Coloma, Escalona, García, Girardi, Horvath, Letelier, Muñoz Aburto, Navarro, Prokurica, Quintana, Sabag y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la afirmativa los señores Cantero, Kuschel, Orpis y Pizarro.
Se abstuvo el señor Larraín (don Hernán).