Click acá para ir directamente al contenido
BONO EXTRAORDINARIO POR 50 AÑOS DE MATRIMONIO


El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Corresponde ocuparse del proyecto de ley, iniciado en mensaje, en segundo trámite constitucional, que otorga un bono a los cónyuges que cumplan 50 años de matrimonio, con informe de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (7074-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 59ª, en 12 de octubre de 2010.
Informe de Comisión:
Hacienda, sesión 63ª, en 2 de noviembre de 2010.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- El objetivo principal de la iniciativa es conceder, por una sola vez, un bono extraordinario a todos los cónyuges que cumplan 50 años de matrimonio y que integren un hogar perteneciente al 80 por ciento más vulnerable de la población.
El bono ascenderá a 250 mil pesos por matrimonio y se pagará por mitades a cada uno de los cónyuges.
La Comisión de Hacienda discutió este proyecto solamente en general y aprobó la idea de legislar por tres votos a favor (Honorables señores Escalona, García y Zaldívar) y una abstención (Senador señor Lagos).
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en el primer informe, que se halla en los pupitres de Sus Señorías.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Me pidieron abrir la votación.
¿Le parece a la Sala?
--Así se acuerda.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora Rincón, ¡a quien le asiste derecho al bono...!
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, solo quiero decir que ¡se deben inhabilitar todos los que hayan cumplido 50 años de matrimonio...!
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Me voy de la Sala, señora Senadora...?
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Cerrado el debate.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Para fundamentar su voto, tiene la palabra la Honorable señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, independiente de que votaré a favor y más allá de parecerme que el bono en comento puede servirles como premio o compensación a quienes han tenido capacidad para "soportarse" durante 50 años -eso es bastante notable a estas alturas de la vida-, me gustaría, reconociendo la importancia que reviste el cumplimiento de las promesas hechas -esta medida se había anunciado-, que tuviéramos una mirada más plural hacia la sociedad actual y entendiéramos la situación de numerosas parejas que han convivido durante 50 años sin estar necesariamente bajo el vínculo matrimonial.
Al respecto, debo señalar una vez más que esta sociedad es diversa, plural. Y tuvimos capacidad para decir que había distintos tipos de familia y no -idea que en algún momento se trató de imponer- uno solo. Porque, en mi concepto, son familia las madres solteras que cuidan de sus hijos; son familia los abuelos que se hacen cargo de sus nietos, aunque no vivan con los hijos, etcétera.
No podría, entonces, dejar de señalar que me gustaría que conserváramos esa mirada más plural de la sociedad. Y esa mirada más plural significa que, así como no existe un solo tipo de familia, no ha de reconocerse únicamente a quienes se hallan unidos bajo el lazo matrimonial, pues hay convivientes por muchísimos años que también merecen nuestra consideración, nuestro respeto, como imagen real de la sociedad.
Dicho eso de manera muy breve, señor Presidente, voy a votar a favor, pero enfatizando que, a mi entender, estamos ante una visión que resta reconocimiento a integrantes de nuestra comunidad que también merecen nuestro respeto.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Estamos en votación general. Por tanto, es factible pedirle al Ejecutivo que en el debate particular agregue alguna indicación sobre el punto.
Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, en la misma línea que siguió la Honorable señora Allende, expreso mi coincidencia con la apreciación hecha por algunos Senadores en la Comisión de Hacienda en cuanto a que este proyecto, no obstante buscar un fin noble, cual es fortalecer a la familia, en el fondo discrimina a los distintos tipos de familia existentes en nuestra sociedad.
En Chile un alto porcentaje de la población, por razones diversas -convicciones ideológicas, religiosas, etcétera-, no se ha constituido como familia matrimonial.
Entonces, esta iniciativa, según uno observa, merece un cambio importante. Y ojalá tal apreciación sea recogida por el Ejecutivo.
En esta materia, señor Presidente, hace ya tres años elaboré un proyecto en la misma línea de lo obrado por otros Senadores, justamente para intentar ver la nueva estructura de nuestra sociedad, donde observamos la unión de parejas que, desafortunadamente para quienes creemos en el matrimonio, presentan una realidad del todo distinta, pero que también hay que respetar, valorar e incluir dentro de la actual comunidad.
Tengo, sí, algunos reparos a la iniciativa que nos ocupa, inclusive con respecto a lo que propuso la Cámara de Diputados.
También tengo críticas en el sentido de que aquí no hay rectores morales. Porque se ha dicho que este proyecto es populista (siempre, en todo gobierno, hay proyectos populistas). Pero, asimismo, en alguna medida es popular (tal como lo expresó el Ministro de Hacienda), porque, más allá de que se tenga o no, por el lado que sea, una mirada populista, en parte al menos se apunta a premiar -esa es la situación- a quienes después de 50 años aún mantienen el hermoso vínculo del matrimonio.
El problema estriba en que, además, las propuestas señalan que debiera también darse el bono en comento a los matrimonios que cumplen 60 años (es la proposición que se hizo en la Cámara de Diputados).
La verdad que a los 60 años de matrimonio llegarán los menos; con mucha suerte, quienes tengan cerca de 90 años. Por lo tanto, habría que abrir el beneficio y pedirle al Ejecutivo que, no habiendo retroactividad, al menos para el futuro quienes cumplan en 2011 los 50 años de matrimonio y lleguen hasta los 60 o más reciban del Estado el premio de 250 mil pesos.
Como se dijo, recién estamos votando en general. Faltan, pues, muchísimas indicaciones que apunten a perfeccionar este proyecto de ley, que, a mi entender, no consigue lo que se dice perseguir con él: el fortalecimiento de la familia.
Pero hay medidas que sí fortalecen a la familia. Por ejemplo, eliminar el doble cobro del 7 por ciento para salud; tener jubilados con pensiones mucho más dignas.
Hace un par de días elevé al Ministerio pertinente una presentación para suprimir el cobro de 7 por ciento a las montepiadas, carga que, a no dudarlo, veda toda posibilidad de potenciar a la familia del cónyuge fallecido.
También es factible, en el caso del jubilado que tiene la posibilidad de trabajar, eliminar la doble cotización para salud, máxime si no se recibe la consiguiente doble prestación.
¡Eso sí que fortalece a la familia! ¡Eso sí que fortalece el vínculo del matrimonio, porque permite acceder a mayor cantidad de dinero cada mes!
Lo otro es, tratándose de los pensionados, comprometer en definitiva al Ejecutivo para la eliminación total del 7 por ciento, que provoca el reclamo y el clamor de muchos de nuestros adultos mayores, estrato al que pertenecen quienes cumplen 50 años de matrimonio.
Termino, señor Presidente, reiterando la necesidad de indicaciones conducentes a perfeccionar este proyecto de ley.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ruiz-Esquide.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, comparto absolutamente cuanto se ha dicho en la Sala en pro del mejoramiento de la iniciativa que nos ocupa esta tarde.
He visto nuevas decisiones y nuevas manifestaciones a favor y en contra del término del 7 por ciento para los efectos al menos de las licencias médicas. Se trata de un proyecto que, con Senadores que ya no están entre nosotros, presentamos hace siete años para corregir varias de las debilidades existentes en la materia.
Ahora bien, en la iniciativa que estamos votando en general hay solo un punto que me llama la atención. Y lo menciono porque vamos a ver si podemos presentar una indicación sobre el particular.
El inciso primero del artículo 2° expresa que "El bono establecido en esta ley ascenderá a $250.000, por matrimonio, y se pagará en iguales partes a cada uno de los cónyuges.". Tal vez estoy entendiendo mal, pero creo que lo lógico es que el beneficio no se reparta. Es decir, si queremos que se mantenga la unidad a los 50 ó 60 años...
La señora RINCÓN.- ¡Que quede para la mujer...!
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Sabía que se iba a decir eso, pues los pobres hombres estamos muy menoscabados en el último tiempo...
Quiero manifestar mi deseo de que ojalá el punto que destaco se vea después. Parece lógico que el bono se asigne al matrimonio, si queremos fortalecerlo. A lo mejor, si después de 50 años de buena convivencia se entrega mitad y mitad, la pareja se puede poner a pelear.
Nada más.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, la existencia del beneficio no va a fortalecer la familia, ni a asegurar que alguien permanezca casado, ni a estimular en lo más mínimo algunos principios que incluso se hallan en el mensaje. Sin duda, resulta algo medio pintoresco -por así decirlo- el que se otorgue un bono de reconocimiento al matrimonio.
El Senador que habla es muy partidario de este vínculo. A mi juicio, es una tremenda institución. Y, siendo de aquellos que consideran necesario legislar sobre asuntos que el Congreso deberá debatir en algún momento, como las uniones de hecho o los regímenes patrimoniales de parejas de un mismo sexo, entiendo que constituye una forma de vida en común entre un hombre y una mujer, que tiene múltiples finalidades y que representa la esencia de un modo de convivencia, a lo menos en la mayor parte de la humanidad.
En ese sentido, sin perjuicio de haber empleado el calificativo de "pintoresco", creo que, para las familias pobres -condición que se acentúa aún más en la vejez, porque enfrentan mayores gastos-, el otorgamiento de un bono de 250 mil pesos constituye un aporte significativo, una gran ayuda, una colaboración valiosa. Por eso, voy a votar a favor.
Me pronuncio, sí, complementariamente, en dos vías.
Estimo que el beneficio debería ser universal. ¿En qué sentido? Convendría que comprendiera a todas las personas que cumplan o hayan cumplido 50 años de casadas. Por mi parte, evitaría toda la complicación que se observa en el texto. En términos de cantidad de beneficiarios, no me parece que sea algo tan significativo. Puede darse esa situación al principio, pero el asunto se resuelve posteriormente, porque son pocos los que viven más allá de 60 años casados, por una razón biológica. Probablemente, el universo es bastante reducido y es algo que deberíamos contemplar y mejorar en la tramitación de la iniciativa.
Existen otras cuestiones -lo digo en mi calidad de Presidente de la Comisión Especial de Discapacidad y el Adulto Mayor del Senado- que debemos abordar respecto a los adultos mayores. El que nos ocupa es un bono, el cual exhibe una dimensión y es útil, pero también hay aspectos que algunos colegas han planteado aquí.
Prefiero detenerme en algo que la sociedad debe reparar. En lo personal, no conocía la profundidad del tema hasta comenzar a estudiar el descuento del 7 por ciento. Y, a diferencia del Senador señor Bianchi, sé que no todos los adultos mayores quieren que ese porcentaje se elimine en su totalidad, a menos que se garantice a los que quieran el acceso a bonos para atenderse con especialistas en forma particular. Es algo un poco más complejo para algunas personas.
Pero lo que no debe estar en discusión es la necesidad de poner término de inmediato al robo que la sociedad comete respecto de los adultos mayores, al hacer que financien las licencias médicas de los trabajadores activos. Algunos hemos presentado requerimientos en los tribunales de justicia, tanto en Rancagua como en Santiago, y hemos formalizado una presentación al Tribunal Constitucional para declarar inaplicable el descuento.
Solicito que la iniciativa que nos ocupa sea enviada a la Comisión Especial a la que hice referencia, que es donde se debería discutir, y no tratarla solo en la de Hacienda, para que las organizaciones también puedan manifestar su parecer. Espero que, junto con eliminarse ciertas dificultades que la normativa plantea para que a las personas con 50 años de matrimonio se les reconozca el derecho a bono, que debe ser para todos, también podamos discutir otras materias que les preocupan a los adultos mayores, entre ellas la eliminación de descuentos que no corresponde en lo más mínimo que financien las licencias médicas de los trabajadores activos.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo en enviar el proyecto, para los efectos del segundo informe, a la Comisión de Hacienda y a la de Adulto Mayor, en su caso?
El señor LARRAÍN.- ¿Hay necesidad de segundo informe?
El señor LETELIER.- Sí.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Este es el debate en general.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Así es. La Comisión discutió la iniciativa solamente en general.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, se procederá en la forma indicada.
--Así se acuerda.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Muñoz Aburto.


El señor MUÑOZ ABURTO.- Señor Presidente, el mensaje expresa que el proyecto tiene por finalidad "apoyar y fortalecer la familia, institución básica, donde primordialmente se transmiten los valores de nuestra sociedad.".
Y, más adelante, agrega que "Una de las formas de apoyar a esta vital unidad, es reconociendo el ejemplo que le han dado a la nación aquellas miles de personas que han construido una familia basada en el matrimonio y han permanecido unidas, superando las adversidades con fuerza y tesón durante largos, y a veces difíciles, años de vida en común.".
La iniciativa, a la que voy a respaldar, indudablemente es discriminatoria contra las miles de parejas que, sin contraer el vínculo matrimonial, también transmiten los valores de nuestra sociedad. Ellas han mantenido una vida en común y se dan con mayor frecuencia en los sectores populares, en los más carenciados. Y han sido un ejemplo de convivencia, de entrega de valores y de formación de los hijos, al igual que aquellos que han seguido la vía formal.
Juzgo que, así como lo han expuesto algunos señores Senadores que me han precedido, es fundamental legislar sobre las uniones de hecho. Porque es indudable que, siendo el que nos ocupa un buen proyecto, discrimina, como he dicho, a quienes han formado familia en las condiciones que expongo.
Más aún, cuántos de nosotros hemos sabido de personas separadas durante un montón de años que acceden a todos los beneficios que deja un cónyuge, sin haber hecho vida en común y perjudicando a otra familia que se había constituido al margen del matrimonio.
Por eso, siendo positivo el texto, creo que es necesario no hacer discriminaciones e incorporar en sus términos, con los requisitos que habrá que determinar, a aquellas parejas que, sin haber contraído dicho vínculo, registran una convivencia durante los años que se señalan.
Sin embargo, insisto en que, sobre la base de lo anunciado en su campaña por el Presidente de la República, conviene regular y legislar en todo lo que dice relación con las uniones de hecho. De haberlo abordado antes, a lo mejor nos habríamos ahorrado el tipo de discriminación que señalo que se da en el articulado en examen.
Como lo anuncié en un principio, voy a votar a favor, porque creo que es un buen proyecto.
Gracias.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.


El señor PROKURICA.- Señor Presidente, la mayoría de los discursos que hemos escuchado son críticos.
En lo personal, estoy muy satisfecho de que el Presidente de la República, Sebastián Piñera, cumpla un compromiso de campaña en el sentido de entregar un bono de 250 mil pesos a quienes enteren 50 años de matrimonio.
Por mi parte, todavía no tengo la posibilidad de recibirlo: llevo 27 años felizmente casado.
Me parece que nuestro país está lleno de desincentivos para que la gente contraiga el vínculo. Voy a poner solo un ejemplo: el subsidio habitacional. Si una pareja se casa, puede postular a uno solo. Por el contrario, si no lo hace, le es posible acceder a dos. Conozco a muchos que proceden en esa forma, uno de los cuales arrienda una de las propiedades.
Así ocurre, sucesivamente, con los beneficios del Estado.
Me pasa al revés de lo que algunos han planteado aquí: me gustaría que en Chile existieran muchos más incentivos para el matrimonio. Resulta deseable una mayor estabilidad y menos familias monoparentales, cuya existencia es preciso reconocer.
Digamos las cosas como son: muchas mujeres crían solas a sus hijos, porque sus parejas las han dejado irresponsablemente. Y eso tiene un costo, no solo para ellas, sino también para la sociedad y para los niños.
Otras naciones evalúan sus costos humanos y de otro tipo. Si se analiza en qué familias se registra más reincidencia en delitos, en drogadicción, y se considera una serie de elementos funcionales a una que sea estable, formada por personas casadas o que vivan en pareja, se concluye que esta última origina muchos elementos positivos más.
Por supuesto, uno podría pronunciar aquí discursos en el sentido de que el bono se diera en forma general, que es lo que quisiéramos todos.
El señor LETELIER.- Serían muy pocos los favorecidos.
El señor PROKURICA.- Pero no debe olvidarse que se trata de un beneficio que no existía y que el Presidente de la República generó durante su campaña, que comprometió y que hoy está cumpliendo. Si revisamos la historia reciente de esos procesos, veremos que están llenos de promesas no materializadas. El Primer Mandatario ofreció entregarlo y aquí está el proyecto. Ojalá pudiéramos extenderlo a todos. Es lo que me gustaría.
Un Gobierno que enfrenta los efectos de un terremoto, que se halla ante un montón de dificultades, que se encuentra con los presupuestos sobreejecutados, pero pone en práctica sus compromisos, origina condiciones que es preciso reconocer.
Me siento orgulloso de que esta Administración haya realizado lo que anunció y que esté otorgando el bono.
Desde luego, me voy a jugar para que la cobertura sea mayor. Ojalá sea así. Pero pienso que este es un elemento fundamental para las familias chilenas.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, al leer el debate sobre el proyecto en la Comisión, varias cosas quedan dando vueltas, entre ellas la forma de determinar el 80 por ciento más vulnerable de la población al cual se apunta a favorecer.
En ello tengo un reparo, obviamente. Y, como nos encontramos en la discusión general, por este y varios otros motivos me voy a abstener en la votación, hasta que podamos discutir la iniciativa en particular y presentar las indicaciones respectivas.
Algunos señores Senadores que participaron en el órgano técnico estimaron que este es un proyecto populista. Y se dijo que, más que populista, es popular. Pienso que efectivamente lo es, como muchos otros.
Se hizo una comparación con un beneficio otorgado por el Gobierno de la Presidenta Bachelet, consistente en la entrega de ajuares, con la diferencia de que en este último caso se reconocía el nacimiento de un niño en un hospital público, en tanto que ahora no estamos protegiendo a la familia ni incentivándola, sino reconociendo el vínculo conyugal.
Un asunto no menor, que también formó parte del debate, es el de las parejas que permanecen unidas en matrimonio durante cincuenta o más años y registran violencia intrafamiliar. Nada de eso ha quedado consignado en el texto como una cuestión que deba ser considerada. Creo que es algo que debemos tener presente para los efectos de excluir a esas personas del beneficio.
Existen distintos aspectos que me parece que debemos recoger en la discusión particular.
No me voy a oponer -por eso no voto en contra- a lo que fue una promesa de campaña del Presidente Sebastián Piñera, ni menos a una que es altamente popular. Pero sí quiero confirmarle a mi Honorable colega Prokurica, compañero de Comisión, que quedamos llenos de compromisos de los distintos candidatos en campaña.
El señor PROKURICA.- Incumplidos.
La señora RINCÓN.- Exactamente. Por ejemplo, en materia agrícola, donde se están presentando serios problemas, y también en el sector exportador.
Entonces, me parece que el proyecto -popular, tal como lo expresó el Ministro señor Larraín, y no populista- requiere algunos perfeccionamientos que conviene introducir en la discusión particular mediante las indicaciones que ya hemos anunciado.
Por eso, me abstengo de votar, hasta que podamos aclarar nuestras interrogantes.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, seré muy breve.
Participé en la aprobación de la iniciativa en la Comisión de Hacienda, donde discutimos sobre su contenido.
Indiscutiblemente, se trata de una oferta formulada en una campaña electoral, a lo mejor sin siquiera sopesarse el objetivo que se perseguía, porque se afirmó que se quería fortalecer a la familia.
En lo personal, pienso que con 125 mil pesos por cónyuge no se fortalece a ninguna. Es algo por completo inconsecuente con lo que realmente se pretende.
Si se quiere reconocer a alguien por una determinada acción -en este caso, un matrimonio que se ha proyectado más allá de 50 años-, existen muchas otras maneras de hacerlo. En el sector público y en organismos o empresas se reconoce a los funcionarios que cumplen 30 ó 40 años de servicios con la entrega de una medalla o un diploma.
Afirmar que con la medida en estudio vamos a fortalecer la familia constituye, a mi juicio, una equivocación importante.
En cuanto a brindar una consideración al matrimonio, ese es un elemento significativo, en efecto, para algunos de nosotros, que creemos y nos proyectamos en dicho vínculo por muchos años, pero es algo que no recibe una compensación con un premio de este tipo.
Mucha gente, en la sociedad moderna, tiene otra concepción de la unión conyugal y de la relación de pareja.
Estimo que, además, se ha provocado una discusión innecesaria. ¿Para qué? ¿Con qué objeto?
A mi juicio, esta fue nada más que una oferta en el fragor de una campaña -repito- y que seguramente no sopesó en su momento quien la hizo. Y desde el instante en que ello es sometido al pronunciamiento del Congreso -tal como se observó-, resulta muy difícil rechazarlo.
Sin embargo, dejemos las cosas en su lugar: lo que se está haciendo aquí es entregar un recurso económico a la gente que cumpla los requisitos necesarios. Pero si se trata de realizar acciones para fortalecer la familia, creo que sería preciso buscar otro tipo de legislación y cambiar el sentido de lo que señala el proyecto.
El propio Ministro de Hacienda, cuando planteó esta materia en la Comisión, reconoció que el objeto no era fortalecer la familia.
Por mi parte, repito que con 250 mil pesos ello no se consigue.
En consecuencia, voy a votar que sí, pero dejando la constancia que he hecho.
Podría haber sido mejor presentar la iniciativa en otro sentido y de manera de brindar realmente un reconocimiento a la gente que cumpla 50 años de matrimonio.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- ¡Su Señoría va a donar su...!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Me encuentro en el quinto quintil, señor Presidente, y el beneficio es para los cuatro primeros. En la Comisión traté de que este último se extendiera al mío, pero el Ministro de Hacienda explicó que aumentaba mucho el gasto. Por lo tanto, no me siento inhabilitado.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, en primer lugar, esta iniciativa busca concretamente premiar a los cónyuges que cumplen 50 años de matrimonio.
Me asiste la convicción de que los países tienen culturas, tradiciones y costumbres comunes, y ninguno de nosotros puede negar que la celebración de los 50 años de matrimonio de los padres o de los abuelos constituye uno de los acontecimientos más importantes en la vida de todos los integrantes de una familia.
Y reconocerlo así es tremendamente favorable. No le veo nada malo.
Por lo demás, estamos llenos de discriminaciones positivas.
Hace dos o tres años el Congreso despachó el proyecto de ley que estableció el 31 de octubre como Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, y le otorgó carácter de feriado nacional.
Alguien podría decir: ¿Y por qué no se determina otro feriado igual para la Iglesia Católica? ¿Por qué solo para los evangélicos y los protestantes?
También sería factible agregar que, por acuerdo del Senado y de la Cámara de Diputados, se fijó el 16 de julio como el Día de la Virgen del Carmen, el cual, obviamente, es honrado por los católicos.
¿Y podríamos sostener que con ello se ofende o discrimina a las iglesias evangélicas?
Creo que extremar los argumentos finalmente termina dañando nuestras discusiones.
Me parece muy bien que el Presidente Sebastián Piñera haya resuelto premiar a una pareja de personas mayores que cumple 50 años de matrimonio. Porque, además, eso resulta posible de probar. Basta con el certificado de matrimonio extendido por un órgano público: el Registro Civil.
Asimismo, considero que el Honorable señor Prokurica tiene mucha razón cuando manifiesta que hay pocos incentivos para el matrimonio y pone como ejemplo el subsidio habitacional.
Si una pareja no se casa, existen muchas probabilidades de que ambos integrantes obtengan un subsidio para vivienda: dos beneficios para una misma familia.
El señor LETELIER.- ¡Solo si mienten!
El señor GARCÍA.- Y, aun a riesgo de que pueda resultar un poco odioso, voy a citar otro ejemplo: el vínculo de subordinación en un servicio público.
Si en este hay un matrimonio, uno de sus integrantes no puede ser subordinado del otro. Pero, de no existir el vínculo matrimonial, ello es posible. Y, sin embargo, ambos poseen una vida en común, familia en común.
De otra parte, nuestro sistema tributario castiga a las familias grandes.
Estas perciben mayores ingresos, por lo que pagan más impuesto a la renta; tienen viviendas más grandes, por lo cual sus contribuciones de bienes raíces son mayores. En cambio, las familias más pequeñas viven en casas chicas, y es probable que se hallen exentas de contribuciones.
En definitiva, señor Presidente, hay que ser supercuidadosos, porque finalmente estamos hablando de la vida en familia, de personas adultas que resuelven hacer su vida como mejor les parece.
En este caso, la normativa busca premiar a quienes optaron por el matrimonio y cumplen ni más ni menos que 50 años desde que contrajeron el vínculo.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- El último orador inscrito es el Honorable señor Sabag, pero no se encuentra en la Sala.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (23 votos a favor y 2 abstenciones).
Votaron por la afirmativa las señoras Alvear, Matthei y Pérez (doña Lily) y los señores Bianchi, Cantero, Chadwick, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, García, Girardi, Horvath, Larraín, Letelier, Muñoz Aburto, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica, Ruiz-Esquide, Sabag y Zaldívar (don Andrés)
Se abstuvieron la señora Rincón y el señor Gómez.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Corresponde fijar plazo para presentar indicaciones.
El señor GARCÍA.- Una semana.
El señor LETELIER.- Quince días.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- ¿Les parece bien el lunes 29?
Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, entiendo que la semana subsiguiente discutiremos el proyecto de Ley de Presupuestos, y desconozco si estaremos ocupados en Comisiones.
Mi pregunta, para efectos de organizar el calendario, es si el 29 corresponde al día lunes siguiente a la semana regional.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Sí, señor Senador.
El señor LETELIER.- Entonces, no he dicho nada, señor Presidente.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Por lo tanto, ¿fijamos como plazo para presentar indicaciones el lunes 29 de noviembre, a las 12?
--Así se acuerda.