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ASOCIACIONES Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN GESTIÓN PÚBLICA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, nací en 1967, en el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, durante el cual se promulgó la primera ley de juntas de vecinos. Ese era un tema que se trataba en la mesa de mi casa, pues mi padre fue creador de la Promoción Popular y uno de los redactares del proyecto respectivo. La materia se abordaba, en las conversaciones familiares, con mi madre y mis hermanos.
Al hacer memoria de la historia y los acontecimientos, se observa que, a la fecha, dicha normativa había sido modificada solo para disminuir derechos. Hoy, en cambio -y quiero felicitar a todos quienes han desempeñado un papel en la tramitación del proyecto, personificándolos en Francisco Estévez y Carlos Zanzi-, se apunta a fortalecer a las organizaciones.
Todos los que trabajamos en política podemos dar fe del rol de las entidades sociales en la vida de la comunidad y sabemos la diferencia que puede existir en una de estas cuando cuenta con una buena estructura en ese aspecto.
¡Y qué mejor que recordar lo que vivimos el pasado 27 de febrero, con un terremoto y un maremoto, y cómo a través de las organizaciones sociales fue posible llegar de manera más adecuada a las comunidades, con la ayuda entregada por el Gobierno, en el minuto mismo de desatada la emergencia y en fechas posteriores, hasta el día de hoy! ¡Cómo ellas han permitido que miles de familias se organicen y presenten sus papeles para postular a los beneficios del Estado! ¡Cómo, por su intermedio, se dan peleas por sacar adelante los consultorios de salud, las escuelas, los distintos programas que el Gobierno va implementando!
A mi juicio, es a través de las entidades sociales que se organiza la comunidad y se logran ir superando los distintos inconvenientes que se les presentan a las familias en la vida diaria.
Hoy cabe aprobar la iniciativa no obstante todos los reparos formulados en la Sala. Comparto lo manifestado por mi colega de circunscripción en orden a que quizás pudimos haber participado en mayor medida, como Senado, en la tramitación realizada; pero también creo que eso obedece a que no fuimos capaces, en su minuto, de estar todos en la discusión en el Hemiciclo. En esta oportunidad había nerviosismo en cuanto a si se contaría o no con los votos para aprobar el informe de la Comisión Mixta.
Me parece que materias tan importantes como esta no pueden ser reconocidas como tales solo en una campaña parlamentaria o presidencial. No hay nadie que, siendo candidato a concejal, a alcalde, a Diputado, a Senador, e incluso, a Presidente de la República, no le haya rendido homenaje a organizaciones sociales, a juntas de vecinos, a uniones comunales, a clubes deportivos; pero, a la hora de asignarles derechos, de tramitar un proyecto tan trascendental como este, demoramos años. Siendo Intendenta, me reuní con ese sector en la Región Metropolitana por allá por 2005, y en esa época la iniciativa ya llevaba años de análisis. Finalmente, ella ve ahora la luz.
También conversé con el Senador señor Sabag, uno de los que han impulsado el texto, acerca de los fondos que se les asignaban a esas entidades, porque no sacamos nada con dotarlas de un cuerpo jurídico, con establecer categorías, con relevar su importancia, si eso será letra muerta, si no existirá un poder real de organización y de materialización de proyectos en beneficio de la comunidad. En algunas comunas existen sectores que, si no es a través de sus organizaciones sociales, en verdad quedan absolutamente olvidados por las autoridades, cualesquiera que sean, pues la cuestión es transversal.
Si creemos en la participación, en la importancia de lo que piensan los vecinos, debemos darles una posibilidad de acción. Para ello, obviamente, se requiere un cuerpo legal como el que estamos aprobando, pero también recursos en dinero a fin de que su labor sea reconocida y, además, eficaz.
Me alegro de la discusión que hemos llevado a cabo.
Al igual que mi Honorable colega Lily Pérez, considero necesario debatir acerca de algo tan trascendental como la obligatoriedad o la voluntariedad del voto. Estoy por esto último, pero para todos, es decir, para los que habitan en Chile y para quienes viven en el extranjero, sin cortapisas ni limitaciones, porque es un derecho que se debe ejercer sin trabas.
Felicito, una vez más, a quienes han hecho posible la tramitación del proyecto. Espero que en el futuro no nos entrampemos en discusiones ni discursos cuando pretendamos abordar asuntos tan relevantes y que no pasen más de quince años para aprobar una normativa de esta importancia.
Por ello, voto a favor del informe de la Comisión Mixta.
--(Aplausos en tribunas).