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MODIFICACIONES A TRIBUTACIÓN ESPECÍFICA DE ACTIVIDAD MINERA


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, está claro que sin terremoto nunca habríamos tenido esta discusión, al menos no dentro de los próximos cuatro años. Y no es que me alegre el terremoto. Todo lo contrario. Pero creo que fue de tal magnitud que incluso logró lo que creíamos imposible: hablar y discutir en torno a esta materia.
Y lo digo responsablemente.
Junto con los Senadores Gómez, Girardi y Escalona, fuimos los primeros en pedir que parte de los dineros requeridos para la reconstrucción se sacaran de un aumento al royalty.
En ese minuto se nos criticó. Creo que el tiempo nos ha dado la razón.
Con la colega Isabel Allende fuimos de las pocas Senadoras que mediante indicaciones se opusieron a la fórmula que el Presidente Sebastián Piñera envió originalmente al Parlamento en materia de impuesto específico a la minería.
Mis indicaciones eran ambiciosas -lo reconozco-, pues pretendían reformular el sistema tributario de las grandes empresas para que aportaran con relación a sus ingresos. Fueron desestimadas. En verdad, ni siquiera se discutieron en la Comisión de Hacienda. Pero quedó constancia en la historia de la ley de la oposición fundamentada y de las alternativas propuestas.
Se nos dijo en el Senado que habíamos sido irresponsables y que, incluso, no habíamos planteado otras opciones.
Eso no es efectivo, señor Presidente. Y la historia de la ley así lo consigna.
Logramos, convencidos de aquello, que no se aprobara el proyecto primitivo del Gobierno.
Se nos fustigó públicamente. Se nos chantajeó públicamente. En mi Región se me dijo en mi cara que yo quería que las empresas mineras no pagaran más impuestos, que era cómplice de eso.
Me dolió, señor Presidente, como también me duele la acusación que los trabajadores formularon esta tarde en la Cámara Alta.
Las acusaciones de mis colegas Senadores de Gobierno me duelen menos que las de mis amigos trabajadores, pues estas últimas obedecen claramente a un problema de incomunicación.
No hicimos bien la tarea: ellos merecían que les explicáramos este acuerdo y sus virtudes.
Hago un mea culpa por lo que me toca.
Conozco a muchos de quienes nos insultaron hoy: a Raimundo Espinoza, a Guillermo Lemaitre, a Nolberto "Cachorro" Díaz, a Jorge Matute; me une a ellos una larga trayectoria de trabajo y de amistad.
Señor Presidente, las cifras ya se han explicitado: 600 millones de dólares en 3 años; 1.500 millones en total; 500 millones adicionales; de 37-38 por ciento a 41-42 por ciento.
Pienso que este proyecto es mejor que la ley vigente y mucho mejor que la iniciativa original del Presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, aún nos falta. Y, tal como lo dijimos al inicio, debemos abordar la discusión del decreto ley 600, que fija toda la normativa en materia de inversión extranjera.
Ya lo señalaron los colegas que me antecedieron en el uso de la palabra: no descansaremos hasta que ello sea una realidad, pues nuestro país cambió, y definitivamente.
Pero el acuerdo alcanzado hoy, en un día histórico, marca la agenda de nuestro país, no solo porque ahora empieza el término de una larga noche para 33 mineros y sus familias, sino también porque concluye una discusión en la que estuvimos enfrascados durante largo tiempo en el Senado y se inicia por fin -eso esperamos quienes representamos a zonas terremoteadas- la reconstrucción de las Regiones que sufrieron duramente el terremoto y el maremoto.
Señor Presidente, esta ha sido una larga jornada, que culmina de la mejor manera posible, aunque no como nos hubiese gustado a muchos en esta Sala, pues queríamos una reforma tributaria distinta, más ambiciosa, en serio. Empero, pienso que esta es cercana a lo que creíamos factible.
Muchas veces se nos impidió discutir algo que considerábamos necesario en un país minero. En todo caso, me parece que hemos dado un paso importante, histórico, que requería valentía. Porque podríamos no haber reformado nada, no haber tocado los ingresos de las grandes empresas mineras, o llevar adelante esto, que era posible, que constituía un paso más en lo que creíamos conveniente para que ellas aportaran a la reconstrucción y, asimismo, para sentar las bases de una discusión que el país demanda.
Esta tarde, nuestros trabajadores nos la reclamaron a gritos desde las tribunas de esta Corporación. Y creo que todos los Senadores de la Concertación vamos a impulsarla, porque es necesaria y sana para Chile.
Por lo expuesto, votaré favorablemente este proyecto de ley y el acuerdo político que se halla detrás de él.