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DECLARACIÓN DE 19 y 20 DE SEPTIEMBRE DE 2010 COMO FERIADOS OBLIGATORIOS E IRRENUNCIABLES PARA TRABAJADORES DEL COMERCIO


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, la cuestión en debate debimos haberla resuelto hace ya un buen tiempo, cuando tratamos los feriados del Bicentenario. En ese momento se presentó la ocasión de establecer no solo el 18 de septiembre como irrenunciable, sino también de agregar derechamente el 19, sobre la base de una actitud generosa y comprensiva de parte del Ejecutivo. No hubo espacio para ello. Y finalmente hemos llegado a la presente discusión, que muestra lo mejor y lo peor de nosotros.
Primero, señor Presidente, deseo que me permita saludar, por su intermedio, a los trabajadores y dirigentes sindicales que nos acompañan en las tribunas, los que han venido a escuchar en el Senado las opiniones de los representantes de la ciudadanía respecto de la iniciativa que declara feriados irrenunciables, por una sola vez, los días 19 y 20 de septiembre próximos.
Hace unas semanas, como decía, se aprobó el proyecto de ley que declara feriados el 17 y el 20 de septiembre, con motivo del Bicentenario de la República. Fui, desde el principio, una de las promotoras de la idea, por creer que era una buena opción para celebrar con unidad y en familia una fecha tan importante para los chilenos y en consideración de ser este el año de la tragedia vivida con ocasión del terremoto y del tsunami del 27 de febrero. Afortunadamente, contamos con el apoyo de la gran mayoría de los Senadores y pudo despacharse, para convertirse en ley, una propuesta que me parecía coherente y beneficiosa para todos.
Con posterioridad a esa decisión, Diputados de la Concertación presentaron dos mociones, que declaraban irrenunciables el feriado del 19 de septiembre y los del 19 y del 20 del mismo mes, respectivamente, buscando que la celebración de las Fiestas Patrias se extendiera, como había sido el ánimo del legislador, a miles de trabajadores, especialmente los del comercio, que debían laborar en esos días.
Cuando discutimos en la primera oportunidad, el gran argumento que esgrimimos las Senadoras y Senadores fue la posibilidad de que todos los trabajadores pudieran descansar en esos días, estar con sus familias y celebrar el Bicentenario de nuestra patria. Posteriormente reparamos en que los del comercio no podrían hacerlo, porque se encuentran obligados a desempeñarse conforme a los sistemas de turnos y descansos que los rigen de acuerdo a la legislación laboral.
Quisiera centrar mi análisis, no en la discusión económica acerca de la declaración de ambos días como irrenunciables, sino más bien en la dimensión humana que involucran los intereses de los más pobres, de los trabajadores del comercio, del agro y de subcontratistas en el Maule Sur y en todo el país, quienes no son dueños del capital, sino cuyo único bien, por el contrario, es el producto de sus manos. A ellos me interesa representar en la discusión en el Congreso.
Uno de los pilares fundamentales de la Constitución y del Derecho del Trabajo es el principio de igualdad, el cual reviste trascendencia en la protección y equidad al interior de las relaciones laborales y concreta en este ámbito la justicia distributiva, es decir, el dar un trato igual a aquellos que se encuentren en una posición similar. En el Congreso se ha avanzado decididamente en materias vinculadas a ese aspecto. Hace unos años se aprobó la ley que prohíbe la discriminación en las remuneraciones de hombres y mujeres, avanzándose decididamente en reconocer la figura de la "ciudadanía en la empresa", lo que es posible percibir hoy con claridad en el Código del Trabajo y la normativa constitucional.
El principio mencionado, que cruza nuestro ordenamiento de manera transversal, es lo que estamos poniendo en entredicho hoy. ¿Podemos decir, en pleno siglo XXI, que existen trabajadores de primera y de segunda categoría, como hace cien años, para el Centenario? Al parecer, la respuesta es que sí. Se registran claras deficiencias en nuestra legislación laboral, determinantes de que, muchas veces, en una misma empresa haya personal de planta y otro, subcontratado, que gana 50 por ciento menos. En algunas de ellas, mientras un sector negocia colectivamente y puede acceder a buenas remuneraciones, otro ni siquiera tiene la posibilidad de almorzar en condiciones dignas. ¡Para qué referirse a los subterfugios legales que utilizan grandes empresas ante la posibilidad de la constitución de un sindicato que dinamice la organización de los trabajadores y logre, por tanto, mejoras en sus relaciones laborales y sus ingresos!
Hoy, en el editorial de un influyente diario de Santiago se mencionan -no sé a cuántos les pasó inadvertido- "los graves daños" que provocaría el proyecto que modifica el concepto legal de empresa y que aprobamos después de llegar a un acuerdo con los Senadores de Gobierno. Se expresa que "La iniciativa, que pretende defender a los trabajadores de supuestos abusos, afecta la libertad de emprendimiento y la capacidad del empresario para organizarse de la manera más eficiente".
Lo anterior dice relación a la idea de terminar con los RUT múltiples.
En la Comisión de Trabajo recibimos a los representantes del sector laboral -por cierto, también a los empresarios- y conocimos de primera mano los evidentes abusos que cometen las empresas al dividir a su personal entre diversos RUT, desconocer los descansos dominicales y buscar la atomización de la agrupación sindical para impedir que aquel se organice.
El gerente de una de las más grandes empresas de retail del país, la cual aparece todos los semestres en los listados que la Dirección del Trabajo prepara de aquellas que incurren en prácticas antisindicales, señaló que aprobar los feriados que nos ocupan "es la mejor manera de arruinarle la fiesta del Bicentenario a los chilenos", recurriendo a los típicos cantos de sirenas que emplean algunos cuando se acogen proyectos de ley favorables a los trabajadores.
Quisiera consignar que la mejor manera de arruinarles a los chilenos el feriado del Bicentenario es obligar a laborar a más de un tercio de los trabajadores cuando el resto descansa. Eso genera tristeza, rabia, pero, sobre todo, desigualdad, frustración e impotencia.
La iniciativa en debate viene a ratificar un principio básico del derecho internacional, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de nuestra Constitución y del Código del Trabajo: el de igualdad, que debemos propender a cautelar en el Senado. En estas Fiestas Patrias, tan importantes para Chile, se requiere que el derecho a descansar sea ejercido no solo por un cierto número de trabajadores, sino también por todos. La idea que tuvimos, como legisladores, cuando aprobamos el proyecto de ley que declaraba feriados los días 17 y 20 de septiembre, además del 18 y del 19, ya establecidos, era otorgar un descanso a las familias, generar un espacio para reflexionar acerca del momento que estamos viviendo como país y celebrar de buena manera una fecha tan relevante.
En mi calidad de Senadora de una de las zonas afectadas por el terremoto, mucha gente me ha señalado la imposibilidad de juntarse que han enfrentado numerosas familias que viven en ellas. Ocurrido el sismo, una gran cantidad de personas viajaron desde todos los rincones del territorio nacional para ver a sus parientes. Una vez que conocieron las condiciones en que estos se encontraban, volvieron a sus respectivas Regiones, y hasta el día de hoy no han tenido un fin de semana lo suficientemente largo para poder reencontrarse con sus seres queridos.
Estoy convencida de que hoy haremos un acto de justicia. El proyecto que aprobamos para disponer los dos feriados apuntaba a que TODOS los trabajadores disfrutaran de días libres para compartir con sus familias luego de la tragedia registrada en nuestra patria. ¡Aprobar el 19 de septiembre como feriado irrenunciable es bueno! ¡Aprobar el 19 y 20 de septiembre como feriados irrenunciables es digno de la celebración de un bicentenario de la República!
Como Concertación -y me sumo a la petición formulada por el señor Presidente de la Comisión de Trabajo-, nos encantaría conocer la opinión del Gobierno en esta materia. Hasta ahora no hemos escuchado, curiosamente, al Primer Mandatario, en circunstancias de que siempre emiten un juicio este y su vocera.
Ignoro cuántos de mis Honorables colegas, cuando van a comprar tarde, en las noches, a los supermercados, se detienen a conversar con quienes atienden en las cajas, donde las mujeres son más numerosas que los varones. ¡Cuánto dolor se observa en sus miradas por no tener el tiempo suficiente para compartir con sus familias!
El proyecto es un merecido reconocimiento a la labor que chilenas y chilenos realizan día tras día. Constituye, también, la forma en que podemos reivindicarnos los Senadores que intentamos mejorar el ingreso mínimo, por cuanto creemos que aún no es posible afirmar que el nuestro es un país con igualdad, con oportunidades, que celebra su bicentenario con grandeza.
Por ello, como una mínima consideración al esfuerzo de estos compatriotas, especialmente de aquellos que se desempeñan en sectores donde las condiciones laborales no son las mejores, votaré a favor de que los días 19 y 20 de septiembre sean declarados feriados irrenunciables.