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FINANCIAMIENTO DE RECONSTRUCCIÓN


El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Corresponde continuar la discusión particular del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica diversos cuerpos legales para obtener recursos destinados al financiamiento de la reconstrucción del país, con certificado sobre la discusión particular de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (6927-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 21ª, en 19 de mayo de 2010.
Informes de Comisión:
Hacienda, sesión 24ª, en 8 de junio de 2010.
Certificado de la discusión en particular de la Comisión de Hacienda, sesión 27ª, en 15 de junio de 2010.
Discusión:
Sesiones 24ª, en 8 de junio de 2010 (queda pendiente su discusión general); 25ª, en 9 de junio de 2010 (se aprueba en general); 27ª, en 15 de junio de 2010 (queda pendiente su discusión particular); 28ª, en 16 de junio de 2010 (queda pendiente su discusión particular).
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- En la discusión particular, tiene la palabra la Senadora señora Matthei.


La señora MATTHEI.- Señor Presidente, quizás podríamos precisar en qué estamos de acuerdo y en qué no para ver cómo proceder, porque no podemos gastar toda la tarde en este artículo.
Me parece que todos concordamos en que los que hoy poseen viviendas, es decir, quienes las adquirieron con anterioridad a la promulgación de esta futura ley, tienen los derechos de los que se habla en el artículo 18 del DFL2.
Además, porque está muy clara la redacción de ese artículo, todos sus herederos poseen exactamente los mismos derechos, que no les podemos quitar, aunque quisiéramos.
En eso, a mi juicio, hay consenso.
Adicionalmente, considero que todos estamos de acuerdo en que es perfectamente factible establecer la restricción de un máximo de dos en el caso de las viviendas nuevas que se construyan a partir de la promulgación de esta normativa.
Donde hay discrepancia es en cuanto a la venta de las casas ya construidas conforme a las franquicias del DFL2. Algunos sostienen que en realidad los beneficios están radicados en la vivienda y que, por lo tanto, no se pueden limitar; otros, en cambio, creemos que, de acuerdo con la redacción del artículo 18, la franquicia se halla más bien ligada a la persona que firmó la reducción a escritura y a sus herederos. Porque en la citada norma se expresa con claridad que el permiso de edificación "será reducido a escritura pública que firmarán el Tesorero Comunal respectivo, en representación del Estado, y el interesado.". Y queda despejado que el interesado y sus herederos poseen ese derecho.
No me queda claro, contrariamente a lo sostenido por el Senador señor Novoa -que me antecedió en la palabra-, que el beneficio se encuentra radicado en la casa.
Como hay dos opiniones, me parece que ambas deben ser sometidas a votación. Quienes crean que el beneficio está radicado en la casa votarán en contra; los que estimamos que se halla ligado más bien a la persona nos pronunciaremos a favor.
Ahora, en el caso de quienes consideramos que se halla radicado en la persona, sobre la base de la redacción que acaba de proponer el Senador señor Espina -que es un tremendo avance respecto de ayer- y de acuerdo con lo que decía el Honorable señor Gómez, ciertamente es posible efectuar algunos perfeccionamientos.
Entonces, señor Presidente, sugiero que tratemos otro artículo; que veamos si es factible mejorar un poco la redacción del precepto en debate, de acuerdo con lo que usted señalaba; que nos demos entre 60 y 90 minutos, y que aquellos que creemos que el derecho está radicado en la persona que firmó y en sus herederos votemos a favor, con los perfeccionamientos de redacción propuestos por el Senador señor Espina. Y quienes estimen que se halla ligado a la vivienda, sencillamente que voten que no.
Pero no podemos seguir así porque ya son las 16:13 y quedan muchas otras normas que analizar. Si no deseamos sesionar hasta mañana a las 8, propongo abordar ahora el tratamiento de otro artículo del proyecto; darnos 1 hora y media para incluir las mejoras de redacción sugeridas por el Senador señor Espina, y sencillamente después votar.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Andrés Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, estoy muy de acuerdo con avanzar rápidamente. No obstante, me parece que hay algunas materias que, desde el punto de vista jurídico, por lo menos a mí me gustaría dejar claras.
Determinar si el beneficio al cual se acogió la vivienda ya construida se encuentra radicado en la propiedad o en la persona no puede ser sujeto de una votación en el Parlamento. Eso corresponde a una interpretación que deberán realizar los tribunales en su momento.
Sin embargo, voy a insistir en la misma tesis de ayer: el beneficio tributario está ligado a la vivienda.
Tan así es, que basta con que el dueño de una propiedad DFL2 le agregue 10 metros cuadrados más de construcción para que automáticamente pierda el beneficio.
Es algo de una claridad absoluta, mínima; ni siquiera se necesita haber estudiado leyes; es de la esencia misma de que este es un beneficio tributario que se halla radicado en la vivienda.
Y lo decía ayer: "Si soy dueño de una vivienda DFL2 y la vendo,...
La señora MATTHEI.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor LETELIER.- ¡Respetémonos!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).-...de manera automática la persona que compra sigue gozando el beneficio, aunque quien la vendió se deshizo de ella.
No se trata de un beneficio ligado a la persona, sino a la vivienda.
Por lo tanto, debemos tener presente esta consideración para lo que viene después y para el incentivo que tuvo en vista el Ejecutivo al presentar la indicación, con la cual estoy de acuerdo. En el futuro se podrá producir ese hecho.
La pretensión de forzar la interpretación en los términos señalados, incluso mediante una petición de realizar una votación que no nos corresponde, no tiene sentido.
Ahora, quizás otras personas piensen distinto y expongan algún argumento tan fuerte como el mío o el de los Senadores señores Longueira y Novoa.
Además, hay otro asunto cierto, que comentábamos ayer.
Es un hecho real que, sobre la base de la modificación que estamos discutiendo, en el país habrá un stock de viviendas acogidas a este beneficio hasta la fecha que tendrá un plus en su precio, porque serán muy bien cotizadas el día de mañana para evitar el pago de impuestos, especialmente el de herencia.
Si soy alguien con recursos importantes y tengo que transferirlos vía herencia, puedo comprar un stock de viviendas de este tipo para que mis hijos no paguen el impuesto de herencia, ya que esos bienes inmuebles están exentos de ese gravamen, cualquiera sea el titular del dominio.
Dejo constancia de esa situación, a pesar de que me gustaría que fuera diferente. Pero la realidad es esa.
He dicho.

El señor PIZARRO (Presidente).- Hay varios Senadores inscritos; incluso, algunos están levantando la mano.
Se ha hecho una sugerencia a fin de cumplir el acuerdo adoptado ayer. Porque no se olviden de que tenemos una votación pendiente.
Entonces, les propongo, con la intención de ir rápidamente al fondo, aceptar la propuesta de la Honorable señora Matthei de suspender la discusión de este artículo y darnos un tiempo...
La señora MATTHEI.- Y seguir con el análisis de otra norma.
El señor PIZARRO (Presidente).- Así es. Y veamos si existe algún criterio común.
Es una alternativa, pues quedan muchas votaciones pendientes.
Si no surgen posibilidades de acuerdo en 1 hora y media más en torno de las redacciones que sugieren algunos, volveremos a tratar el artículo.
¿Les parece que procedamos de esa manera?
El señor LETELIER.- Pido la palabra.
El señor PIZARRO (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, a algunos nos gustaría entregar una opinión.
Hasta ahora, he escuchado frondosos discursos de los Senadores del frente, quienes han discutido entre ellos, y me gustaría por lo menos dar a conocer mi parecer sobre esta materia antes de que se suspenda su análisis para construir un acuerdo.
Se han hecho algunas afirmaciones respecto de las cuales me gustaría, al menos, dejar constancia de mi opinión acá antes de la suspensión del debate.
Por ello, solicito hacer uso de la palabra para tal efecto.
¿Por qué, señor Presidente? Porque aquí...
El señor PIZARRO (Presidente).- Si no hubiere inconveniente, después de la intervención del Senador señor Letelier suspenderíamos la discusión por un tiempo razonable a fin de encontrar un posible acuerdo.
El señor LONGUEIRA.- ¡Depende de lo que diga el Senador Letelier...!
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, el Honorable señor Novoa expresó con cierta claridad que en este caso hay un contrato entre la persona y el Estado, no entre la vivienda y este.
Las cosas, por su naturaleza, tienen características. Pero no son ellas las que gozan de ciertos derechos o beneficios tributarios, sino la gente; quienes firman el contrato, de acuerdo al artículo 18 del decreto con fuerza de ley Nº 2, son personas a las cuales se les transfiere un derecho por ciertas cualidades de la cosa.
Si esta última se modifica, no cambia el contrato, sino su condición.
La señora MATTHEI.- Exacto.
El señor LETELIER.- Por eso, esta norma no es motivo de interpretación.
Sobre ello hay que ser muy claro.
Yo no soy abogado. Pero de los elementos jurídicos básicos se desprende la existencia de cosas que tienen ciertas características y determinada naturaleza. Y los contratos tienen sus características y naturaleza.
Aquí se regula un contrato de personas que compran determinada cosa de ciertas características.
Entiendo que el Senador Espina colocó bien la discusión, en tanto quienes poseen un contrato previo a la promulgación de la ley en proyecto gozan de todo lo establecido en él, incluido, por ahora, el derecho de transmisión, de herencia.
Si cambiáramos esa norma hoy, podríamos debatir si se trata de una modificación del contrato.
Yo creo que lo sería, señor Presidente.
Por eso, respecto a todas las viviendas que fueron construidas bajo ciertas características y son objeto de un contrato, las personas que lo suscriben, quienes tienen un derecho real, pueden transmitir y transferir; ambas cosas.
La diferencia reside en que cuando transfieren se produce un cambio, porque hay un nuevo contrato. Y ese nuevo contrato es el objeto del contenido de la indicación del colega Espina.
Allí se plantea que, mediando transferencia, la persona solo puede gozar de los beneficios cuando tiene dos viviendas. Punto.
La discusión es la siguiente.
En cuanto a las viviendas compradas o construidas antes de la promulgación de la ley en proyecto, los herederos del propietario mantienen el beneficio. Pero al venderse una propiedad que goza de la franquicia -la situación es (disculpen el símil) como la del stock de los taxis colectivos: estos se hallan en un parque limitado de patentes; se puede vender el cupo, pero él se extingue si no se usa el vehículo durante cierto tiempo- el beneficio se pierde, a menos que quien la adquiera sea poseedor de una o dos viviendas.
Entiendo que ese es el sentido jurídico correcto de la norma. Habrá motivos para otras interpretaciones. Pero, a mi juicio, la indicación del Senador Espina resulta clara en ese punto.
No comprendo, señor Presidente, el alcance de la propuesta del colega Gómez de establecer lo pertinente en otros artículos. Entiendo que la idea es que no quede duda de que aquí hay una derogación tácita, clara, de las normas anteriores.
Me parece que tal es el motivo de la discusión. Y entiendo que estamos de acuerdo en que no se abuse de la franquicia en comento.
Sí, quiero decir lo siguiente.
No sé si le entendí bien al colega Sabag cuando dio el ejemplo de personas que destinan muchos recursos a la adquisición de ese tipo de viviendas como stock de inversión.
El problema estriba en que en tal caso se desnaturaliza el origen del beneficio. Porque la franquicia no se estableció para que las viviendas pertinentes fueran objeto de inversión (entiendo que el Senador Escalona planteó el punto durante la sesión de ayer).
Cuando se cambia la naturaleza del contrato...
El señor PIZARRO (Presidente).- Concluyó su tiempo, señor Senador. Pero dispone de algunos segundos adicionales para que cierre la idea.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, yo estoy por que se trate de buscar una buena redacción, entendiendo que el pensar que es la cosa la que tiene el beneficio, que la casa muere con este, independiente de que sea heredada o vendida, constituye un error de interpretación profundo.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- De acuerdo a lo que determinó la Sala, seguiremos con el tratamiento normal del proyecto.
La señora MATTHEI.- ¿Cuánto tiempo habrá para zanjar el punto?
El señor PIZARRO (Presidente).- Acordamos un par de horas.
La señora MATTHEI.- Una hora y media.
El señor PIZARRO (Presidente).- La señora Senadora propone una hora y media.
El señor CHADWICK.- El problema no tiene arreglo, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Si Sus Señorías llegan a la conclusión de que no tiene arreglo, deberemos votar.
El señor TUMA.- Votemos nomás.
El señor ESPINA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor CHADWICK.- Pido la palabra.
El señor PIZARRO (Presidente).- Ya llegamos a un acuerdo, señores Senadores. Si se sigue hablando volveremos a lo mismo.
Lo otro es, lisa y llanamente, poner el punto en votación.
El señor ESPINA.- Una cuestión reglamentaria, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick; luego, el Senador señor Espina. A ver si nos iluminan.


El señor CHADWICK.- Señor Presidente, solo quiero hacer un planteamiento jurídico que aborda el problema desde otro ángulo.
Saquemos de la discusión si el beneficio está radicado en la vivienda o en las personas -yo comparto que se radica en la vivienda, por la explicación que dio el Senador Novoa- y fijémonos en algo que todos hemos dicho aquí: que se trata de un contrato ley.
La celebración de un contrato ley significa que el Estado se hace parte del contrato. Y los contratos se modifican por acuerdo de ambas partes.
Por lo tanto, una ley no puede modificar un contrato ley con posterioridad. Lo único que puede hacer es regular situaciones futuras.
Esto es lo mismo que estamos viendo en el caso del royalty. Allí existe un contrato ley en el aspecto impositivo. ¿Cómo se solucionó el problema para poder formular la proposición pertinente? Estableciendo la voluntariedad. Porque la ley no puede modificar un contrato ley; para enmendarlo se requiere el acuerdo de la otra parte. Por eso en la norma sobre el royalty se incluyó la voluntariedad.
En este caso también entra en juego la voluntariedad, salvo que legislemos sobre las viviendas que se construyan a partir de la promulgación de la ley en proyecto.
No está incorporada en el contrato ley ninguna limitación a la enajenación de la propiedad con relación a los beneficios tributarios. Entonces, no podemos hacer modificación a ese respecto en la ley.
Ese es un problema absolutamente jurídico, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Espina. Luego resolveremos bien qué hacer.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, toda la diferencia está en lo siguiente.
Algunos creemos que en el futuro una persona solo podrá adquirir dos propiedades con el beneficio de que se trata.
Otros sostienen que una persona puede adquirir más de dos propiedades si estas vienen de antes con la franquicia. Y aquí hay un error jurídico de fondo, en mi opinión.
Nadie discute -yo fui el primero en señalarlo, porque leí la disposición, que ayer no se leyó- que en el artículo 18 del DFL 2 hay un contrato entre el Estado de Chile y una persona respecto a un permiso de edificación, que dice que la propiedad construida va a tener un beneficio tributario.
Ese inmueble puede ser vendido por su propietario con la franquicia tributaria pertinente. Sus herederos lo recibirán con ella. Porque existe un derecho adquirido frente al Estado.
Lo que la norma dice es quiénes van ser titulares del beneficio hacia el futuro. Y al respecto existe discusión.
Yo sostengo que ese precepto no tendrá ningún sentido si se expresa algo distinto de que "hacia el futuro una persona solo podrá tener dos propiedades con el beneficio".
Ese es el punto que está resolviendo la disposición en debate.
Y nada tiene que ver con que se esté afectando un contrato con el Estado. Porque nadie pretende afectarlo. Si tengo hoy 20 viviendas DFL 2, son de mi propiedad con el beneficio en cuestión. ¿Mis herederos gozarán de este? También.
Señor Presidente, lamento que mi distinguido colega Novoa no haya leído la parte final del inciso. Porque lo que yo propuse -de cantor nomás, para ayudar a resolver el problema- soluciona lo mismo que él dice.
O sea, si una persona es propietaria de viviendas DFL 2 en virtud de la ley antigua, tiene un contrato con el Estado. Entonces, puede heredarlas. ¿Y puede venderlas con el beneficio? Sí. ¿Todas? Todas.
La pregunta es quién se puede comprárselas. Porque la ley sí puede disponer: "Señor, de aquí en adelante, para optar a la franquicia, solo podrá hacerlo respecto de dos".
Eso es absolutamente legítimo. No afecta para nada al derecho de propiedad. Porque el titular del inmueble puede vender a quien quiera, salvo que desee recibir de aquí en adelante la franquicia. En ese caso el Estado de Chile le dirá: "Solo puede tener dos propiedades con el beneficio tributario".
De lo contrario -reitero- esta disposición no tendría ningún sentido. Habría que votarla entera en contra.
Porque ese es el objetivo que se persigue, señor Presidente. La disposición en comento no se dictó para que la gente hiciera negocios con ella.
Con eso no estoy diciendo que quienes lo hicieron y tuvieron 40, 50 propiedades no se atuvieron al marco legal. Pero se excedió el espíritu de la ley.
El espíritu de la ley era que las personas con una vivienda de hasta 140 metros cuadrados recibieran ciertos beneficios tributarios. Ello, como una manera de ayudar a que la clase media tuviera propiedades. Pero que alguien fuera dueño de 500 viviendas acogidas al DFL 2 no estuvo en el espíritu del legislador. No tengo duda de que ese no fue el objetivo. Aunque es posible que una persona las posea, porque ello es legal.
Entonces -como dijo la Senadora señora Matthei-, aquí hay una diferencia de fondo.
Algunos creemos que hacia el futuro solo se podrá adquirir con franquicias dos viviendas. Y las antiguas que gozan del beneficio pueden venderse en su totalidad.
Allí radica toda la diferencia, señor Presidente.
Ahora, si eso se puede mejorar en la redacción, ¡encantado!
Pero debo connotar que se trata de una discrepancia conceptual. Porque algunos piensan que una persona puede comprar, por ejemplo, 50 inmuebles acogidos al DFL 2 (se ha hablado de dueños de 300).
Ese argumento es absurdo, señor Presidente; es ridículo. Por cierto, alguien puede, de aquí en adelante, comprar aquel u otro número de propiedades. Pero, según la norma, solo tendrá franquicias por dos.
Es una cuestión conceptual, señor Presidente.
Aquí no se afecta al derecho de propiedad, ni se queman naves. Se está estableciendo una limitación a la franquicia hacia el futuro, que no afecta al actual dueño del inmueble, quien puede venderlo. Pero el beneficio rige únicamente para dos propiedades.
El Derecho Tributario contempla algo similar en un montón de disposiciones legales. De manera que no estamos innovando en lo que aquel hace con respecto a muchas otras franquicias.
Por lo tanto, señor Presidente, sugiero que se llegue a un acuerdo o que se vote el concepto en referencia.

El señor PIZARRO (Presidente).- Señores Senadores, tengo la sensación de que lo que señalamos en cuanto a suspender el debate para buscar un acuerdo no es viable. Porque las posiciones están tan encontradas, que será difícil llegar a un entendimiento.
Ahora bien, como la única manera de resolver el problema es votando, debemos cumplir el Reglamento pronunciándonos sobre la norma pendiente.
Entonces, la Sala tendrá que votar el artículo 8° tal como está.
El señor TUMA.- La proposición del colega Espina.
El señor PIZARRO (Presidente).- No: el artículo, señor Senador. Porque sobre lo que planteó el Senador señor Espina no hay acuerdo; tampoco existe posibilidad de arreglar el texto.
Así que procederemos a la votación.
El señor WALKER (don Patricio).- De acuerdo.
La señora RINCÓN.- Sí.

El señor HOFFMANN (Secretario General).- Señores Senadores, el texto final del artículo 9°, que pasó a ser 8°, quedaría de la siguiente manera:
"Introdúcense, en el decreto con fuerza de ley N° 2, del año 1959, del Ministerio de Hacienda, sobre Plan Habitacional, las siguientes modificaciones:
"1. Agréganse, en el artículo 1°, los siguientes incisos segundo, tercero y cuarto, pasando los actuales incisos segundo, tercero y cuarto a ser quinto, sexto y séptimo, respectivamente:
"A los beneficios para las "viviendas económicas" que contempla el presente decreto con fuerza de ley, solamente podrán acogerse las personas naturales, respecto de un máximo de dos viviendas que adquieran, nuevas o usadas. En caso que posean más de dos "viviendas económicas", los beneficios solamente procederán respecto de las dos de dichas viviendas que tengan una data de adquisición anterior. Esta limitante se aplicará para las personas naturales que adquieran la totalidad del derecho real de dominio sobre el inmueble o una cuota del dominio en conjunto con otros comuneros.
"Los beneficios establecidos en el presente decreto con fuerza de ley no podrán ser utilizados por las personas jurídicas, cualquiera fuere su naturaleza. No obstante, las corporaciones y fundaciones de carácter benéfico gozarán de la exención establecida en el artículo 16.
"Para hacer uso de los beneficios, franquicias y exenciones que contempla el presente decreto con fuerza de ley, los Notarios y Conservadores de Bienes Raíces deberán remitir al Servicio de Impuestos Internos, en la forma y plazo que éste determine, la información de todos los actos y contratos otorgados ante ellos o que les sean presentados para su inscripción, referidos a transferencias y transmisiones de dominio de "viviendas económicas". Igual obligación tendrán los propietarios de las "viviendas económicas" en defecto de lo anterior.".
"2. Deróganse los artículos 8°, 9° y 22.
"3. En el artículo 12, elimínase la frase "la letra g) del artículo 8° y en".
"4. Suprímese, en el inciso primero del artículo 18, la expresión "o jurídica".
"5. Intercálase, también en el inciso primero del artículo 18, entre la coma (,) que sigue a la palabra "título" y la expresión "gozarán", la frase "con las limitaciones establecidas en el artículo 1°", seguida de una coma (,).
"6. Intercálase, en el artículo 18, el siguiente inciso segundo, nuevo:
"Las "viviendas económicas" o las cuotas de dominio sobre ellas que se adquieran por personas naturales por sucesión por causa de muerte, no se considerarán para el límite máximo establecido en el artículo 1° de esta ley.".
"7. Sustitúyese, en el inciso primero del artículo 20, la frase "Los beneficios establecidos" por "La posibilidad de acogerse a los beneficios establecidos", y reemplázase, la primera vez que aparece en el texto, la palabra "regirán" por "regirá".
"8. Agrégase, también en el artículo 20, el siguiente inciso final:
"Lo señalado en esta disposición es sin perjuicio de que, para hacer uso de los beneficios indicados en el inciso primero, deberá darse cumplimiento al deber de información establecido en el inciso cuarto del artículo 1°.".
".
El señor LETELIER.- ¿Qué se vota?


El señor PIZARRO (Presidente).- El artículo 8°. Se supone que del debate quedó bastante claro cuál es la diferencia.
El señor LETELIER.- ¿Con la modificación propuesta por el Senador Espina?
El señor PIZARRO (Presidente).- No. Porque no hubo acuerdo sobre ella.
En votación el artículo 8°.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor PIZARRO (Presidente).- Terminada la votación.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Resultado de la votación: 14 votos a favor, 13 en contra y 9 abstenciones.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Matthei y Pérez (doña Lily) y los señores Escalona, García, Girardi, Lagos, Letelier, Muñoz Aburto, Navarro, Rossi, Sabag, Tuma y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la negativa los señores Allamand, Chadwick, Chahuán, Coloma, Gómez, Horvath, Kuschel, Longueira, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Pizarro y Prokurica.
Se abstuvieron las señoras Alvear y Rincón y los señores Bianchi, Cantero, Espina, Quintana, Ruiz-Esquide, Walker (don Ignacio) y Walker (don Patricio).
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Habría que repetir la votación.


El señor PIZARRO (Presidente).- No, porque es la segunda. Ya se realizó una ayer, y hubo abstenciones que influyeron en el resultado.
Debe aplicarse el Reglamento. Por lo tanto, hay que sumar las abstenciones a los votos de mayoría.
El señor NAVARRO.- ¡Todo el progresismo apoyando al Gobierno...!
El señor LAGOS.- ¡Y la Derecha, abandonándolo...!
El señor PIZARRO (Presidente).- Silencio, por favor. --Se aprueba el artículo 8° (23 votos a favor y 13 en contra).
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente...
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Senador, entiendo que en la Comisión ustedes discutieron este punto. Pero seguimos aplicando el Reglamento.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, cuando se realiza una votación y se advierte que hay abstenciones, como ocurrió en la sesión de ayer, corresponde instar a los Senadores a votar a favor o en contra y hacer presente que las abstenciones se sumarán a la mayoría.
El señor PIZARRO (Presidente).- Efectivamente, Su Señoría. Eso fue lo que hicimos ayer. Y por esa razón...
El señor WALKER (don Patricio).- Pero hay que hacerlo antes de la votación.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Senador, ya votamos en la sesión de ayer, y hubo más abstenciones que votos a favor o en contra.
En consecuencia, continuaremos la discusión particular del proyecto en su orden normal.
Tiene la palabra el señor Secretario.


El señor HOFFMANN (Secretario General).- Corresponde ocuparse en el artículo 2°, que dice:
"Introdúcense las siguientes modificaciones en la Ley sobre Impuesto a la Renta, contenida en el artículo 1° del decreto ley N° 824, de 1974:", etcétera.
Aquí hay un problema práctico, señores Senadores.
La Comisión de Hacienda propone suprimir el número 1), por mayoría: tres votos a favor (Honorables señores Escalona, Frei y Lagos) y dos en contra (Senadores señora Matthei y señor García).
No obstante, el Ejecutivo presentó una indicación, signada con el N° 14, que formalmente parece renovada, pero que no lo es. Porque el Ejecutivo debería haber propuesto reponer el artículo suprimido. Pero, en lugar de eso, sugiere efectuar las siguientes modificaciones:
"1) Agrégase, en el párrafo segundo de la letra a), a continuación del guarismo "100", la frase ", letras a), b) y d)".
"2) Intercálase el siguiente inciso segundo, nuevo:
"Los contribuyentes deberán manifestar su voluntad de acogerse al régimen contemplado en el presente artículo, al momento de iniciar actividades o al momento de efectuar la declaración anual de impuestos a la renta. En este último caso la exención se aplicará a partir del año calendario en que se efectúe la declaración.".
La señora MATTHEI.- No tenemos la indicación.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Se encuentra en el boletín de indicaciones.
La señora RINCÓN.- No se repartieron las indicaciones.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.


El señor NOVOA.- Entiendo que no se trata del boletín que las contiene, sino de algunas que presentó ahora el Ejecutivo.
El señor PIZARRO (Presidente).- Son indicaciones renovadas de este último.
El señor NOVOA.- Sí, señor Presidente. Pero ¿por qué el señor Secretario explica que no se trata de una renovada, sino de una distinta?
El señor PIZARRO (Presidente).- Por lo que entendí, el señor Secretario no expresó que se había renovado una misma indicación. Ella no es igual, al parecer, a la original.
El señor NOVOA.- Pero ¿dónde se encuentra?


El señor HOFFMANN (Secretario General).- El texto del Ejecutivo señala:
"Las indicaciones que por este acto se renuevan son las números 14," y otras.
La número 14 dice, textualmente:
"1) Agrégase, en el párrafo segundo de la letra a), a continuación del guarismo "100", la frase ", letras a), b) y d)".
"2) Intercálase el siguiente inciso segundo, nuevo:
"Los contribuyentes deberán manifestar su voluntad de acogerse al régimen contemplado en el presente artículo, al momento de iniciar actividades o al momento de efectuar la declaración anual de impuestos a la renta. En este último caso la exención se aplicará a partir del año calendario en que se efectúe la declaración.".
En consecuencia, lo que habría cabido como indicación renovada...

El señor NOVOA.- Señor Presidente, deseo exponer una moción de orden una vez que termine el señor Secretario.
El señor PIZARRO (Presidente).- Prosiga, señor Senador.
El señor NOVOA.- Ocurre que el Ejecutivo no repuso el artículo 14 quáter.
El señor PIZARRO (Presidente).- No, Su Señoría. Es uno nuevo.
El señor NOVOA.- Lo que hizo fue renovar las indicaciones a esa norma. Pero, dado que la proposición del informe de la Comisión registró un pronunciamiento dividido, es preciso votarla.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Exactamente.
El señor NOVOA.- Si media un rechazo, renace el artículo 14 quáter, que se halla aprobado en general. El Ejecutivo renueva las indicaciones respecto de este último.
Por lo tanto, lo que se tiene que votar primero no son las indicaciones renovadas, sino lo propuesto en el informe.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- La supresión o no.
El señor NOVOA.- Si ello se aprueba, no hablaremos más y pasaremos a la proposición siguiente.
En caso contrario, entraremos en las indicaciones.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Ahí sí.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Subsecretario.


El señor ÁLVAREZ (Subsecretario de Hacienda).- Señor Presidente, iba a agregar lo mismo que expresó el Honorable señor Novoa, que es lo que nos dio a conocer la Secretaría en su momento: que se iba a votar, en primer lugar, lo que el informe de la Comisión plantea en relación con el artículo de fondo y que después se considerarían las indicaciones.
Gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Entonces, se votaría lo que el informe expone respecto de la disposición.
El señor WALKER (don Patricio).- Es preciso rechazar.


El señor PIZARRO (Presidente).- La votación se refiere a si se aprueba o no lo propuesto por el informe, que recomienda suprimir el artículo 14 quáter.
Si se vota a favor, se desecha la disposición. Si es en contra, se rechaza lo planteado por el informe y se votará si se acoge o no el artículo tal cual está.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, nuestros Senadores formularon una indicación en la Comisión de Hacienda, efectivamente, para la supresión, lo que se aprobó.
Aquí, en la Sala, vamos a rectificar nuestro voto y nos pronunciaremos a favor de la mantención del artículo. Y quiero dar las razones de ello, para que no se diga que estamos cambiando de posición sin ningún fundamento.
El motivo por el cual queríamos que se modificara la disposición -y así lo hablamos con el Gobierno- era la idea de precisarla en relación con un universo ya definido como pequeña empresa por el mismo Congreso en la ley N° 20.416, en la cual se determina que la constituye aquella con un monto de ventas equivalente a más o menos 25 mil unidades de fomento.
Ahora, ¿por qué estimamos necesario hacerlo? Pensamos que es preciso ver cuáles pueden ser los efectos de una enmienda de esta naturaleza en el sistema tributario
Y quiero recordar algo de historia. Cuando en 1992 el Congreso despachó la modificación llevada a cabo en dicho ámbito, las sociedades o empresas pagaban todo de acuerdo con las utilidades retiradas y no las devengadas. Ese año se efectuó el cambio, para que se tributara por la renta devengada. Y una de las grandes argumentaciones expuestas en la época -ello tiene fundamento, a mi juicio, hasta el día de hoy- es que este último mecanismo se presta para una serie de manejos que permiten la elusión, porque resulta muy difícil, muchas veces, determinar lo que constituye reinversión y solo se paga por lo que físicamente puede retirarse.
En lo que propuso el Gobierno en el cuerpo legal citado se iba más allá. De acuerdo con la definición de la misma ley N° 20.416, se aplicaría también el mismo beneficio a lo que se llama "mediana y pequeña empresa". O sea, se trata de ventas de hasta 50 mil unidades de fomento y retiros del orden, más o menos, de 50 millones de pesos al año. Lo reciben, entonces, empresas medianas que podrían registrar un ingreso mensual de entre 4 millones y 5 millones de pesos.
Realmente, ello es importante. Ojalá que todos los que realizamos una tributación personal contáramos con la misma garantía. Pero creo que no estamos en condiciones de poder resolver en esa forma.
Mas si en este momento, después de reflexionar sobre el asunto, votamos en contra -es algo que han hecho presentes también incluso los propios dirigentes de la CONUPIA- y dejamos sin aplicación el impuesto, los pequeños empresarios efectivamente van a quedar sin poder obtener el mismo beneficio de declarar por renta retirada y no devengada.
Lo que sí deseo consignar, manteniendo la decisión de votar a favor, es que se generará una discriminación entre las medianas empresas. Estas, definidas en la ley N° 20.416, son aquellas con ventas de hasta 100 mil unidades de fomento.
No pudimos lograr, en las conversaciones que sostuvimos, la modificación del artículo. Incluso, fui partidario de llevarlo, por la vía de un voto negativo, a la Comisión Mixta, para resolver ahí la cuestión de común acuerdo. Pero después del análisis que hemos hecho en común declaro que vamos a votar a favor el artículo 14 quáter.
El señor PIZARRO (Presidente).- Recuerdo que votar "sí" es aprobar el rechazo planteado por la Comisión y que votar "no" significa desechar lo propuesto, por lo cual el artículo se votaría después.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor PIZARRO (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza la proposición de la Comisión (34 votos en contra y una abstención).
Votaron por la negativa las señoras Alvear, Allende, Matthei, Pérez y Rincón y los señores Allamand, Bianchi, Cantero, Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, Frei, García, Girardi, Gómez, Horvath, Kuschel, Letelier, Longueira, Muñoz Aburto, Navarro, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvo el señor Lagos.
El señor PIZARRO (Presidente).- Si le parece a la Sala, con la misma votación se dará por aprobado el artículo 14 quáter.
--Se aprueba.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Acogido el artículo 14 quáter, corresponde pronunciarse sobre la indicación renovada del Ejecutivo que incide precisamente en esa norma y que ya leí denantes.
El párrafo segundo de la letra a) de dicho artículo expresa:
"Para calcular estos montos, los ingresos de cada mes se expresarán en unidades tributarias mensuales según el valor de ésta en el respectivo mes y el contribuyente deberá sumar a sus ingresos, los obtenidos por sus relacionados en los términos establecidos por los artículos 20, Nº 1, letra b), de la presente ley; y 100 de la ley Nº 18.045, que en el ejercicio respectivo se encuentren acogidos a este artículo.".
El Ejecutivo propone agregar, a continuación del guarismo "100", la frase ", letras a), b) y d)".
Ese es el número 1) de la indicación.
El señor LETELIER.- ¿Cuál es su alcance?
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Subsecretario, ¿podría explicar su sentido?
El señor ÁLVAREZ (Subsecretario de Hacienda).- Señor Presidente, el artículo 14 quáter contiene normas sobre relación. Al igual que las anteriormente aprobadas por el Congreso en el 14 bis y el 14 ter, busca establecer cómo se calcularán los límites tanto en total de utilidades como en ventas.
Y, para ello, también existe una ligazón con algunas situaciones de vínculo. Este último se halla establecido en el artículo 100 de la Ley de Mercado de Valores, a cuyas disposiciones se aludía en su totalidad, lo que nos parecía demasiado extensivo.
El precepto se encuentra concebido para otros criterios y para una relación en aspectos de valores.
Lo que estamos haciendo, sencillamente, es limitar las normas mencionadas en primer término a tres de las letras del artículo 100: la letra a), referente a que serán relacionadas las entidades del mismo grupo empresarial; la letra b), relativa a las personas jurídicas que tengan la calidad de matriz, coligante, filial, etcétera, y la letra d), concerniente a "Toda persona que, por sí sola o con otras con que tenga acuerdo de actuación conjunta," registre un porcentaje en la administración en la propiedad.
En esos casos, al configurarse una relación, van a sumarse todos esos valores, todos los eventuales ingresos, para efectos de determinar si se llega a los topes tanto en ventas como en utilidades.
Gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Si le parece a la Sala, se aprobará la indicación renovada del Ejecutivo.
--Por unanimidad, se aprueba.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- La indicación renovada del Ejecutivo propone, en el número 2), intercalar el siguiente inciso segundo, nuevo:
"Los contribuyentes deberán manifestar su voluntad de acogerse al régimen contemplado en el presente artículo, al momento de iniciar actividades o al momento de efectuar la declaración anual de impuestos a la renta. En éste último caso la exención se aplicará a partir del año calendario en que se efectúe la declaración.".
Me parece que ello va después de la letra c).
El señor PIZARRO (Presidente).- Vamos a solicitarle al señor Subsecretario que aclare la disposición.
Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, ¿dónde se encuentran las indicaciones renovadas? Porque no figuran en el comparado.
El señor PIZARRO (Presidente).- Son las mismas consideradas en la discusión de ayer y que vio la Comisión.
Tiene la palabra el señor Subsecretario.
El señor ÁLVAREZ (Subsecretario de Hacienda).- Señor Presidente, como todos los Senadores saben, el régimen tributario central de la Ley de la Renta se encuentra establecido en más de 40 disposiciones y se refiere tanto a las rentas devengadas como a las percibidas en un momento dado, en lo cual se aplica, como regla general, la contabilidad efectiva.
En dicha normativa se contempla una serie de regímenes especiales, algunos de los cuales se encuentran precisamente en el 14 bis, el 14 ter, ya legislado por el Congreso, y ahora el 14 quáter.
Lo que se necesita, para efectos del adecuado control tributario, es que las personas manifiesten a cuál de estos últimos se van a acoger. Porque el régimen general -repito- es distinto, considerándose la contabilidad completa.
Quisimos evitar al máximo los trámites y que la gestión fuera lo más sencilla posible para el contribuyente. Por eso, hemos dicho que cuando este tenga que realizar otro tipo de actuaciones ante el Servicio sea el momento en el que declare la intención de acogerse al sistema. Si está iniciando actividades, juntamente con todos los requisitos que debe reunir, como la obtención del RUT, se le pide declarar si se va a acoger al 14 quáter. Si ya está en actividades, puede hacerlo en su declaración de impuesto a la renta, trámite que se cumple todos los años, incluso en forma computacional.
Y, además, señor Presidente, lo anterior se complementará con una norma transitoria en virtud de la cual se da un plazo a las empresas en operación, si quieren empezar a acogerse al mecanismo a fin de determinar sus pagos provisionales mensuales, para que lo hagan en los siguientes 60 días. En ese caso, ello redundará en su beneficio y, por tanto, despertará todo su interés.
Entonces, lo que estamos buscando es un sistema lo más sencillo y automático posible y que evite trámites al contribuyente, quien podrá manifestar su voluntad ya sea al momento de la iniciación de actividades, ya sea al de la declaración de impuestos.
Gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, entiendo que ello ya se encuentra aprobado. Usted puso en votación la indicación número 14, repuesta por el Ejecutivo,...
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene dos partes.
El señor GARCÍA.- Sí, comprende dos números. Pero, al ser votada y acogida, cabía concluir que se incluían ambos.
El señor PIZARRO (Presidente).- Lo que pasa es que se leyó solo la primera parte, que fue lo que se sometió al pronunciamiento de la Sala.
Si no hay objeciones, se aprobará el número 2) de la indicación del Ejecutivo.
--Por unanimidad, se aprueba.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Seguidamente, la Comisión recomienda suprimir el número 2) del artículo 2º.
Según consigna el informe, la norma fue rechazada por tres votos (Honorables señores Escalona, Frei y Lagos) contra dos (Honorables señora Matthei y señor García).
El señor PIZARRO (Presidente).- En discusión.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Sala, se rechazará la proposición de la Comisión de Hacienda consistente en suprimir el número 2) del artículo 2º, con la misma votación con que se rechazó igual planteamiento respecto del número 1), porque ambas disposiciones están relacionadas.
El señor GARCÍA.- De acuerdo.
--Con la misma votación referida, se rechaza la supresión del número 2) del artículo 2° del proyecto.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Corresponde, en consecuencia, votar en particular el número 2) que la Comisión proponía eliminar.
El señor PIZARRO (Presidente).- ¿Habría acuerdo para aprobarlo con la misma votación, pero en sentido inverso?
--Así se acuerda.
El señor PIZARRO (Presidente).- ¿Hay alguna indicación sobre esta norma?
El señor HOFFMANN (Secretario General).- No, señor Presidente.
A continuación, la Comisión de Hacienda propone agregar los números 1) y 2), nuevos.
El numeral 1) sustituye, en el inciso primero del artículo 42 ter, la oración final por la siguiente: "Aquella parte del excedente de libre disposición que corresponda a recursos originados en depósitos convenidos, tributará de acuerdo al siguiente artículo.".
La señora MATTHEI.- "Si le parece".
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Esta indicación también contiene un número 2). Pero este ya fue aprobado como parte del acuerdo adoptado en la sesión de ayer. Por ende, solo cabe discutir y votar el número 1).
El señor PIZARRO (Presidente).- En discusión.
Tiene la palabra el Senador señor García.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, este numeral dice relación a la forma en que tributará la parte de los excedentes de libre disposición correspondientes a recursos originados en depósitos convenidos al haberse fijado un límite.
Por lo tanto, sugiero que aprobemos el número 1), que fue acogido unánimemente en la Comisión de Hacienda. Lo mismo solicito para el numeral 2).
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Ese último numeral ya está aprobado, señor Senador.
El señor PIZARRO (Presidente).- Exactamente. Ayer acogimos la norma referida al artículo 42 quáter.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Sala, se aprobará el número 1) propuesto por la Comisión de Hacienda, con la misma votación anterior.
--Así se acuerda.


El señor HOFFMANN (Secretario General).- En seguida, en el número 3) del artículo 2°, referido al artículo 64 bis de la Ley sobre Impuesto a la Renta, la Comisión de Hacienda sugiere modificar la letra c.
El texto aprobado en general señala:
"c. A aquellos explotadores mineros cuyas ventas anuales determinadas de acuerdo con la letra d., excedan al valor equivalente a 50.000 toneladas métricas de cobre fino, se les aplicará la tasa correspondiente al margen operacional minero del respectivo ejercicio, de acuerdo a la siguiente tabla:
"-Si el margen operacional minero es igual o inferior a 35, la tasa aplicable ascenderá a un 3,5%;", en fin. Ahí vienen múltiples cifras.
La Comisión propone sustituir los guarismos "12,0", "15,0", "18,0" y "9,0" por "12", "15", "18" y "9", respectivamente.
El señor ROSSI.- Quedaría igual como está.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Exactamente.
El señor PIZARRO (Presidente).- En discusión la modificación.
Tiene la palabra el señor Ministro de Minería.


El señor GOLBORNE (Ministro de Minería).- Señor Presidente, con su venia, me gustaría dar una breve explicación del proyecto en este punto y de la intención que hay detrás de esta norma, para la plena comprensión de todos los señores Senadores.
La iniciativa plantea una modificación permanente al sistema tributario de la minería en Chile.
Estimo importante separar los conceptos "permanente" y "transitorio", que a veces se confunden.
El Ejecutivo, con esta propuesta, busca reformar el actual sistema para todo operador minero a partir de la vigencia de la ley en proyecto. Y la base de ello es bastante simple: en lugar de pagar una tasa de impuesto específico a la minería de 4 por ciento, como establece la legislación actual, se plantea una tasa variable en función del margen operacional de cada mina específica, o, dicho en términos más simples, en función del precio del cobre o del commodity de que se trate.
De esa manera, en el régimen general que proponemos, la tasa de impuesto de 4 por ciento, que ahora es pareja, se movería desde ese piso -el Ejecutivo introdujo esta enmienda para aunar voluntades en la materia- hasta un máximo de 9 por ciento en escenarios muy positivos en cuanto a precios de commodities.
Ello haría que la tributación para el año 2010, por ejemplo, pasase de una tasa de 4 por ciento a una estimada entre 7,5 y 8 por ciento, dependiendo del precio promedio del cobre con que terminemos el año. En la práctica, se estaría casi duplicando la tasa de impuesto específico para el año en curso.
Obviamente, el sistema general propuesto, permanente para todas las mineras, variaría en situaciones de menores precios. Ello constituye un elemento muy positivo, porque, en definitiva, no aplica una tasa alta en ciclos económicos bajos a una industria muy importante para la generación de actividad, trabajo y bienestar en el país. En esas circunstancias, operaría una tasa tributaria menor, manteniéndose un nivel adecuado de actividad.
Dicho régimen -insisto- se aplicará sobre todas las empresas mineras, de acuerdo a lo que la ley establezca.
Adicionalmente, considerando la realidad muy particular de esta industria, donde el impuesto específico a la minería en la práctica lo pagan 102 empresas y el 90 por ciento de la recaudación se concentra en 10 contribuyentes, se da la situación de que estos en su totalidad son extranjeros que han efectuado sus inversiones en virtud de contratos con el Estado de Chile. Además, por una historia de todos conocida, se les establecieron ciertos períodos de invariabilidad tributaria.
En consecuencia, la norma permanente que sugerimos, respecto de esos contribuyentes, no tendrá efecto práctico en la recaudación. Nuestra propuesta, que consideramos muy positiva para el país, no producirá resultados recaudatorios sino hasta que expire el período de estabilidad tributaria, que en la mayoría de los casos será hasta fines de 2017.
Enfrentados a ese escenario y pensando que la industria minera está pasando por un buen ciclo y que debemos afrontar necesidades puntuales con motivo del terremoto, nos preguntamos cómo lograr que esas empresas se adhieran al sistema de manera anticipada, anterior al vencimiento de su invariabilidad.
La fórmula que proponemos, obviamente, precisa la voluntariedad de las empresas. Modificar un contrato bilateral entre el Estado de Chile y ellas requiere el compromiso de ambas partes.
Y para eso dijimos: "Señores de la minería, si acceden a aplicar la tabla planteada por un período de dos años, nosotros extenderemos la invariabilidad tributaria, pero basados en el sistema permanente que se define hoy, no en el original. Les aseguramos que esa tabla, que es beneficiosa y conveniente para el país, no se modificará durante los ocho años siguientes al vencimiento del período originalmente establecido de invariabilidad tributaria.".
Por ello, señor Presidente, el Ejecutivo sugiere aprobar el sistema permanente -es bueno para Chile- que se halla contenido en los artículos 64 ter y 64 bis, y, adicionalmente, las normas transitorias, donde establecemos una posición distinta, que afecta de manera específica a algunos contribuyentes, que en este caso puntual son la totalidad de los del sector minero.
Lo señalo para dejar claro que acá se está planteando un sistema permanente, que considero tremendamente positivo para el país, independiente de lo relativo a la invariabilidad tributaria.
Se trata de dos cosas diferentes. A uno le podrá gustar o no que las empresas gocen de tal invariabilidad. Sobre ello existen razones históricas, de hecho. Y muchos países suscriben contratos bilaterales al respecto. Pero ese es un problema puntual, coyuntural, distinto del que estamos viviendo.
Sin embargo, la discusión de fondo consiste en qué sistema tributario queremos implementar. El que sugerimos implica un alza significativa de la tasa, la cual quedaría entre las más altas del mundo en materia de royalty o de impuesto específico a la minería, pero en ciclos económicos altos. En los ciclos bajos se mantendría prácticamente la situación actual.
Por lo tanto, se trata de un aumento en el que va incluida una opción.
Una es la situación permanente, y otra, la de la invariabilidad.
El alza del impuesto por dos años obedece a una coyuntura, y se aplicará solo a algunos contribuyentes.
Señor Presidente, con lo expuesto espero haber dejado claro el espíritu, el sentido y el fondo de nuestra propuesta tributaria.
El señor PIZARRO (Presidente).- Gracias, señor Ministro.
Como esta es una de las materias más complejas de la discusión, se podría vincular con el artículo transitorio que establece la invariabilidad tributaria, pues el debate será el mismo.
De esa manera, independiente de la opinión de cada cual, una vez terminado el análisis de las normas relacionadas podremos pronunciarnos sobre el paquete completo.
El señor WALKER (don Ignacio).- ¿Efectuar una sola discusión?
El señor PIZARRO (Presidente).- Sí. Y también una votación conjunta.
¿Habría acuerdo?
Tiene la palabra el Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, lo que pasa es que muchas de esas disposiciones fueron aprobadas unánimemente en la Comisión de Hacienda.
El señor PIZARRO (Presidente).- Efectivamente, Su Señoría. Pero tenemos el acuerdo de discutirlas y votarlas una a una.
Así hemos procedido.
El señor GARCÍA.- Conforme.
Aprovecho de aclarar que la modificación de la citada letra c. en el artículo 64 bis corresponde a una adecuación efectuada por la Secretaría de la Comisión para que los guarismos allí contenidos queden expresados de la misma forma: sin ceros decimales.
El señor PIZARRO (Presidente).- Lo tendremos en consideración.
Si le parece a la Sala, efectuaremos la discusión sobre todas las normas referidas a la invariabilidad tributaria y al impuesto específico a la minería, y luego haremos una sola votación.
--Así se acuerda.
El señor PIZARRO (Presidente).- Ofrezco la palabra.
El señor CANTERO.- ¿Está abierta la votación?
El señor PIZARRO (Presidente).- No, señor Senador.
El señor ORPIS.- Nadie la ha pedido.
El señor PIZARRO (Presidente).- Si se solicita, podemos iniciarla.
El señor LETELIER.- ¡No!
La señora ALLENDE.- ¡Discutamos primero!
El señor PIZARRO (Presidente).- Entonces, vamos a debatir sobre todos los artículos relativos al royalty, incluido el transitorio.
Tiene la palabra el señor Ministro de Hacienda.


El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, reitero que el Gobierno, hasta el último minuto, ha estado dispuesto a flexibilizar su postura. De hecho, propuso destinar a las Regiones el 25 por ciento de los recursos que se recauden por el incremento del royalty según la aplicación de la nueva tabla. De acuerdo a nuestros cálculos, ello implica un aumento en torno al 20 por ciento en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
Se trata de una cantidad muy significativa de recursos para las Regiones. Considero importante tomar en consideración ese antecedente.
En segundo lugar, también planteamos acelerar la discusión del proyecto acerca del Fondo de Innovación para la Competitividad en caso de aprobarse nuestra propuesta sobre el impuesto específico a la minería.
Asimismo, sugerimos aumentar de 3,5 a 4 por ciento la tasa base para aplicar el royalty, a fin de asegurar que con la nueva tabla nunca se recaudará menos que con el tributo existente.
Todo lo anterior se ha conversado con los parlamentarios de la Oposición de manera clara y abierta, al objeto de llegar a un acuerdo.
Esa ha sido nuestra disposición, señor Presidente.
Deseaba dejarlo explícitamente establecido.
Gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, como sostuvo el Senador señor Longueira respecto de la norma referida al DFL Nº 2, esta es una cuestión no menor en términos de vivienda, de derechos, en fin. Lamento que ella se encuentre incorporada en el proyecto, pues no podemos ir más lejos en su análisis.
Parto señalando que en nuestro país tenemos hoy día un impuesto específico a la minería. Claramente, es un tributo y no un royalty, porque se trata de una carga que impone el Estado a empresas que desarrollan una actividad lucrativa. Por eso se denomina "impuesto". No es un royalty.
Me gustaría que estuviésemos bien claros en que el royalty constituye un derecho que debe percibir el Estado por ser dueño de un recurso -no renovable en este caso; o sea, que se extingue- cuya explotación va deteriorando el patrimonio ambiental nacional.
Ahí radica su importancia. Por eso muchas naciones lo han establecido.
En nuestro país -hago un breve recuerdo histórico-, por desgracia, el proyecto sobre el royalty fue rechazado en su oportunidad por los Senadores de la Oposición -con excepción de dos-, hoy pertenecientes al oficialismo.
Tal circunstancia llevó a plantear una segunda iniciativa, conocida como "Royalty II". A mi juicio, fue un mal nombre, porque en definitiva se fijó un impuesto específico a la minería.
Como han señalado los Ministros de Hacienda y de Minería, dado que se estableció un estatuto que beneficiaba a las empresas extranjeras con acuerdo del Estado, la adhesión al sistema debía ser voluntaria. En definitiva, a las mineras que decidieron acogerse a él se les aplicó una tasa de 4 por ciento, y a las que no se sometieron voluntariamente, una de 5 por ciento. Y se les entregó invariabilidad tributaria hasta 2017.
Hoy día el Gobierno nos dice que sería interesante asociar el pago de la tasa al ciclo del precio del mineral y al margen operacional de la empresa. Eso es correcto.
Escuchen bien: comparto, señores Ministros, ese criterio.
Pero me cuesta entender -por eso estoy en desacuerdo- que se nos presente aquello como un tremendo logro, en circunstancias de que la propuesta es por dos años y contempla una tasa que, supuestamente, oscilaría entre 3,5 y 9 por ciento, según informó en su momento el Ministro de Minería. Hoy se nos señala que el piso sería de 4 por ciento. ¡Menos mal! Porque no podría ser menor que el que actualmente se aplica a las empresas que se sometieron voluntariamente a la invariabilidad tributaria.
En definitiva, se ha propuesto una tasa que va del 4 al 9 por ciento.
Sin embargo, como expresó dicho Secretario de Estado en la Comisión de Minería, donde se realizó una sesión especial para abordar lo relativo al royalty, la aplicación del 9 por ciento es absolutamente excepcional, porque, además, implica contar con un margen de utilidad operacional del 75 por ciento.
Pero eso no es todo, señor Presidente.
La tabla que nos entregó el propio Ministro indica que el impuesto en los dos primeros años, 2010 y 2011 será de 7,5 a 7,6 por ciento, respectivamente, con lo cual -dicen- se recaudarían 700 millones de dólares. Pero luego comienza el período de invariabilidad, y la tasa disminuye a 4 por ciento hasta 2017. Y después baja a 3,5 por ciento. Y así va variando -no quiero cansar a Sus Señorías con cifras- hasta que el 2023 llega al 3,8 por ciento.
O sea, estamos realmente frente a una tasa igual a la que teníamos, con la agravante de que ahora estamos entregando, nada menos -¡nada menos!- que la invariabilidad hasta el 2025. Ello imposibilita que el país legítimamente piense en su futuro, en no abdicar de su soberanía, en las futuras generaciones, en un recurso que no es renovable.
Yo quisiera que otra vez en Chile tuviéramos las condiciones necesarias -como alguna vez ocurrió en el pasado, ¡menos mal!- para una reforma constitucional como la que, aprobada por unanimidad, significó la nacionalización del cobre.
Espero que alguna vez el país tenga la capacidad de plantear y discutir seriamente un royalty. Hoy día solo estamos frente a un impuesto específico a la minería. Y quiero decir que las cifras que nos entregan significan, definitivamente, pan para hoy y hambre para mañana.
No puedo estar de acuerdo con lo que nos presentan. Es más, como ha reconocido el señor Ministro, esta cuestión no estaba en el proyecto ni venía en las indicaciones: es producto de las conversaciones que ha habido.
Debo reconocer que, efectivamente, los señores Ministros de Hacienda y de Minería algo se han abierto al diálogo. Pero lo que ha surgido a última hora, en cuanto a entregar 25 por ciento a las quince Regiones, es casi irrisorio. Nunca a las Regiones mineras -que lo único que han hecho es entregar riquezas y recibir pasivos ambientales- se les ha dado lo suficiente. Por eso, no puedo aceptar que 5 millones de dólares sean considerados como una tremenda cantidad de dinero, máxime cuando se les han rebajado los recursos del Fondo de Desarrollo Regional.
Actualmente, ni los gobiernos regionales ni los consejeros regionales saben el monto de la reducción de dineros que se ha efectuado, porque la información no es pública.
Hoy me he comunicado con el encargado de las inversiones en mi Región, quien ignora de dónde viene el recorte, porque no han sido capaces de informarle al respecto.
Por lo tanto, reitero que esa cifra es irrisoria.
Quiero insistir en que estamos abdicando de nuestra soberanía y de tener la posibilidad de hacer una discusión de fondo sobre la materia.
En realidad, considero extremadamente injusto y grave lo propuesto. Por algo a los chilenos no les gusta el Gobierno actual, porque lo que está haciendo no se condice con las necesidades del país.
Por lo tanto, no puedo estar de acuerdo con lo sugerido.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Gómez.


El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, hemos hablado mucho acerca de esta materia y lo hemos planteado en diversas discusiones. Por eso creo innecesario reiterar lo dicho por la Senadora señora Allende, porque comparto plenamente lo que ella ha sostenido.
No obstante, quiero insistir en que el impuesto minero o el aplicado a la minería en general es algo que no puede analizarse ni votarse en un proyecto de estas características.
Se planteó que la iniciativa tiene por objeto recaudar recursos para la reconstrucción y, adicionalmente, para el Programa de Gobierno del Presidente Piñera. Y según esas circunstancias, siendo la minería lo más importante que hay en Chile desde el punto de vista de la recaudación tributaria, lo relativo a ella requiere una discusión más amplia y a más largo plazo, donde los actores involucrados podamos tener una decisión. No solo el Parlamento y el Gobierno, sino también esa parte de Chile que está preocupada y que necesita tener claridad acerca de cómo se producen y se aplican estos diversos impuestos.
Nos parece que no es correcta la forma en que el Gobierno lo propone hoy día, desde la perspectiva de un debate de esta naturaleza. Sí, no solo porque hay una recaudación mínima y un período amplio de ventajas que pueden recibir las empresas mineras, sino también porque no se considera como corresponde a las Regiones, particularmente a las mineras.
El Ministro de Hacienda -no voy a involucrar en esto al de Minería, quien tiene una posición distinta, por lo cual lo felicito- sostuvo que el 25 por ciento de lo recaudado es para todas las Regiones. Y en verdad, lo que uno debiera tratar de discutir en un proyecto de esta naturaleza es que un porcentaje importante de estos recursos vaya a dar a las Regiones mineras, que tienen un pasivo ambiental y donde se producen graves inconvenientes en su desarrollo. Así sucedió -todos conocemos la historia- con el salitre, con el guano, con la plata: las ciudades terminaron siendo campamentos, cuando no fueron destruidas, sin recibir parte de la riqueza que han entregado al país.
Por eso, el debate de esta materia es muy de fondo. Y nosotros vamos a votar en contra de lo propuesto, porque amerita un análisis mayor. No se trata de si se recauda un poco más o un poco menos, sino de saber cuánto se va a recibir en total. Según mi criterio, tampoco se refiere al FIC o al impuesto minero, pues tiene que ver con la tributación de la gran minería, incorporado al 35 o al 38 por ciento.
En fin, es menester realizar una discusión de fondo, porque los recursos entregados al país por las Regiones mineras son enormes y con ellos se han resuelto problemas gigantescos.
La gente que vive y transita por el norte dice que Chile llega hasta La Serena o Coquimbo, pues hasta ahí la carretera es de doble vía, y no más allá.
Otra manera de conectarse con los países vecinos ayudaría mucho a las zonas septentrionales; pero tampoco tenemos los recursos necesarios para establecer nuevas formas de conexión.
Entonces, para nosotros este es un tema de fondo. No se trata de discutir políticamente ni de si ganamos o perdemos, sino de tener un debate que nos permita defender y representar situaciones que son determinantes y relevantes.
Por eso, cierta postura obedece a que hay un porcentaje -lo dije y lo repetiré- que es mínimo para las Regiones; pero, en el fondo, lo más relevante es que hemos propuesto al Gobierno firmar un protocolo de acuerdo -ojalá pudiéramos lograrlo-, en el sentido de que, en 60 ó 90 días se proponga un proyecto de ley referido exclusivamente a esta materia, sin incluir en él otras motivaciones y condiciones ajenas a las que estoy señalando.
Voy a votar en contra de estas normas, pues insisto en que respecto de ellas se requiere un debate más allá de una recaudación de 600 a 900 millones de dólares: en función de lo que es el país y de cómo se distribuyen los recursos, respecto de lo cual es indispensable un acuerdo político-nacional, en donde participen todas las instancias, y no en función de un proyecto que, además de la reconstrucción, considera fondos para el Programa del Presidente Piñera.
Mi voto será negativo, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, la Senadora señora Allende recordó que el impuesto especifico a la minería obedece a que la Derecha no quiso que hubiera royalty. Y aunque les moleste a algunos, el dato es que en el país no tenemos una ley del royalty.
La señora MATTHEI.- ¿Importa eso?
El señor LETELIER.- A mí sí. Conceptualmente a algunos no, pero a otros nos importa.
Pero más importante que eso es lo siguiente: cuando se discutió la ley respectiva y se fijó el concepto de invariabilidad, se hizo sobre la base de un criterio que quizás a algunos no les guste, al igual que lo existente en el orden constitucional del país en materia minera. No es parte de un consenso social.
Algunas concesiones fueron entregadas conforme a un sistema del que no somos partícipes. No nos sentimos interpretados por él. Y ese es un dato conocido.
Cuando se discutió la materia, como no había fuerza para establecer el royalty, se discutió en dos planos.
El primero dice relación a que, en tanto los empresarios que ingresaron sus inversiones en virtud del decreto ley Nº 600 gozaban de derechos adquiridos, había que respetar ciertas reglas del juego y fijar una invariabilidad inicial, por lo cual el royalty no funcionó.
Y, en el fondo, el proyecto impone un criterio, a mi juicio, muy peligroso: la invariabilidad se compra, tiene precio. Y ese precedente me parece pésimo.
Al inicio de mi intervención, señor Presidente, debo manifestar que asumo mi cuota de responsabilidad cuando, después del terremoto, se nos planteó utilizar este instrumento para recaudar fondos.
Hoy no tengo esa convicción.
Es más, después de ver no solamente los datos de la coyuntura, sino también los históricos, creo que el debate sobre la minería requiere ser analizado en un contexto diferente, más aún cuando el señor Ministro de Minería sostiene que como política de Estado debemos abrir esta actividad a otros ámbitos, pues la Constitución la mantiene cerrada para determinados actores privados. Y cuando habla de abrir el negocio a ciertos minerales o metales -como el litio- que más bien tienen un destino diferente, uno se preocupa y se pregunta cuál es la visión minera que rige en nuestro país y si existe consenso acerca de ella.
Yo estimo que, en torno del cobre y de la minería, en Chile debe haber grandes consensos, por cuanto soy de aquellos que piensan que el metal rojo es el sueldo de Chile y lo seguirá siendo durante mucho tiempo.
En virtud de los recursos que se recaudarán por este medio, no vale la pena vender la invariabilidad. Lo referente a esta es una discusión de fondo. Algunos querrán hacer una caricatura de este tema; quizás no tienen el mismo apego o cercanía a las cuestiones mineras como el de otros que consideramos inconveniente para el país cambiar las reglas del juego en cada oportunidad.
Nos gustaría llevar a cabo un debate más profundo respecto del tema de la gran minería en el país y no solamente de la cuprífera, sino también de la vinculada a otros metales y minerales, a fin de definir cuál será nuestra visión estratégica.
No creo que con las actitudes alarmistas de algunos que nos dicen: "Miren, si no nos aprueban esta iniciativa, sobre la que ya abrimos el debate" -así nos trataron de convencer la semana pasada- "se van a congelar las inversiones en el cobre". ¡Mentira! ¡Eso no es cierto! Las inversiones voluminosas en tal sector demoran años en madurar. Tampoco se toman decisiones respecto de ellas en plazos breves, más aún cuando en el país los niveles de utilidad en la minería del cobre son bastante altos. Se trata de una actividad muy rentable, porque Chile no solamente cuenta con grandes reservas de dicho mineral, sino también porque las reglas del juego son, por lo general, estables.
Me parece que dar ocho años más a la actual invariabilidad sin un debate de fondo, es inconveniente.
Esa es la razón fundamental por la cual soy contrario a innovar sobre en la materia. Algunos podrán tener un juicio acerca de cuál es el mejor nivel de las tablas. Es posible discutir al respecto, pero no creo que el debate deba hacerse con la premura que ahora se nos impone.
En cuanto a la distribución de recursos a las Regiones, con la ley en proyecto o sin ella, el Senado va a legislar sobre la asignación de los dineros del FIC, porque una ley lo determina. O sea, es un imperativo.
Yo fui muy crítico de los Gobiernos de la Concertación cuando no lograron construir un consenso en esta materia. El impuesto específico a la minería es para la innovación y el desarrollo, no para la reconstrucción. El objeto del royalty es invertir en las zonas mineras por sobre todo. Los efectos de la innovación deben destinarse a ellas.
El que nos ofrezcan como premio prebendas o -como creen algunos- que nos quieran comprar -entre comillas- para que una parte de esas platas vayan a las Regiones mineras, me parece ridículo.
Corresponde que la totalidad de esas platas estén en las Regiones mineras y no solo el 25 por ciento...
El señor PÉREZ VARELA.- ¿Y por qué no lo hicieron ustedes?
La señora MATTHEI.- ¡No realizaron nada!
El señor LETELIER.- Otros hemos planteado eso hace tiempo.
El señor PROKURICA.- ¡Ustedes no nos dieron nada como premio!
El señor LETELIER.-...y, como he dicho, a pesar de los gritos de algunos colegas...
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Honorable señor Letelier, le ruego evitar los diálogos. Hay ocho Senadores inscritos.
El señor PROKURICA.- ¡Una mentira está bien, señor Presidente, pero no más!
La señora ALLENDE.- ¡Cálmese, colega!
El señor LETELIER.- Señor Presidente, el Senador Prokurica se pone nervioso con estos temas.
Debo recalcar que algunos de los que ocupamos estas bancas discrepamos de nuestros Gobiernos en esta materia.
El señor PROKURICA.- ¡Sí, pero poco!
El señor LETELIER.- Espero ver a Su Señoría mantenerse leal...
El señor PROKURICA.- ¡Siempre voté a favor del impuesto!
El señor NAVARRO.- ¡Qué inconsecuente!
El señor LETELIER.-...hacia las platas para la minería. Entenderá, al igual que yo...
El señor PROKURICA.- ¡Pero no sacamos nada con aprobar esa ley!
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Senador señor Prokurica, le ruego dirigirse a la Mesa. No sacamos nada con un debate de mala forma. Tratemos de escucharnos.
El señor PROKURICA.- ¡Pero que digan la verdad, señor Presidente!
La señora ALLENDE.- Espere su turno, Senador.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Puede proseguir, Senador señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, lo que quiero dejar en claro es que esta oferta de recursos para las Regiones constituye una materia sobre la cual debemos legislar.
El Senador señor Orpis ayudó a construir un acuerdo. Valoro tremendamente el esfuerzo que hizo en su momento. Y no creo que ello diga relación con la reconstrucción. Tiene que ver con el compromiso original de la legislación sobre royalty.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.


El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, resulta bastante evidente que la tabla que se ha entregado -como muy bien explicó el señor Ministro-, y al margen de la invariabilidad (tema este último respecto del cual debe hacerse una discusión en conjunto y al que me referiré brevemente), es mejor que la situación actual.
El señor PROKURICA.- ¡Obvio!
El señor ORPIS.- ¡Por supuesto!
El señor WALKER (don Ignacio).- Entonces, uno tendría que admitir que la norma es un avance, por lo que no podríamos votarla en contra. Aún más, significa disponer de entre 600 y 700 millones de dólares para la reconstrucción. El señor Ministro añadió el compromiso del Gobierno de destinar 25 por ciento de esos fondos a las Regiones. Y, por supuesto, para los Senadores que representamos a las que son distintas de la Metropolitana, la propuesta es atractiva. Incluso añado un dato: la norma podría aumentar en 20 por ciento el Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
Por lo tanto, aparentemente la proposición es muy atractiva y contiene un incentivo que implica un avance desde el punto de vista de la recaudación para la reconstrucción, del aumento de los fondos para las Regiones, etcétera.
Sin embargo -y esta es mi postura después de haber escuchado con mucha atención las diferentes posiciones- sinceramente estimo que es una mala política pública proponer una modificación legal como la que nos ocupa en el actual contexto del terremoto y de la reconstrucción. Es decir, el evidente beneficio que se nos ofrece no alcanza a compensar las implicancias que tiene.
Ya se ha dicho: esta propuesta no es un royalty, sino un impuesto específico a la gran minería. Por lo tanto, creo que, por su importancia y complejidad, debe atenderse, estudiarse, explicarse y legislarse en su propio mérito.
En síntesis, después de haber escuchado los pros y los contras, y sin perjuicio de valorar que aparentemente esto implica un avance, yo siento, pienso y afirmo, con mucha tranquilidad, que es un error del Gobierno plantear una modificación importante, necesaria y compleja en el marco de una coyuntura como el terremoto y de un proyecto de ley para la reconstrucción.
¿Por qué? Porque no tiene que ver con el régimen tributario de la gran minería del cobre, que es un tema de desarrollo nacional. ¡Esa es la larga discusión que debemos impulsar!
Quiero recordar que no nació de la Oposición o de la Concertación la idea de legislar a propósito de esta coyuntura, gravando, de la manera en que se sugiere, a la gran minería del cobre.
Sinceramente estimo que el Gobierno ha abierto una caja de Pandora en que se vuelve a discutir todo, pero a propósito -insisto- de una coyuntura y de un proyecto que nada tienen que ver con el desarrollo nacional, sino más bien con los efectos derivados del terremoto.
La gran minería del cobre es un tema de larga data en nuestro país. El desarrollo económico nacional se encuentra en la médula del crecimiento de los últimos 60 años. Partió bajo el Gobierno de Gabriel González Videla durante los años 1951 y 1952, con el nuevo trato, cuando el Estado de Chile procura obtener una tajada mayor, en beneficio del desarrollo nacional, con relación a lo que tributaban en ese entonces las grandes empresas transnacionales en la gran minería del cobre. Ello concluyó veinte años después, en lo que conocemos como la chilenización, en la época del Presidente Frei Montalva, y en la nacionalización -aprobada por unanimidad en el Parlamento-, en tiempos del Presidente Allende.
Se trata de realidades que permanecen firmes como una roca, es decir, que gozan de una tremenda legitimidad hasta el día de hoy, al punto que nunca se ha intentado revertir por Gobiernos de distinto signo político.
Esta materia se vincula con un tema -y perdón por el paréntesis, por esta digresión- que también es complejo, que no es académico y que tiene implicancias políticas: el concepto mismo de invariabilidad. Lo dije en la Comisión de Hacienda el otro día y lo reitero acá -esto es para otra discusión, mucho más compleja-: la esencia de la democracia, la esencia de los parlamentos en la historia moderna, es "tributar", es fijar tributos, para subirlos o para bajarlos. En eso consiste el desarrollo democrático moderno y el desarrollo del tema de la tributación.
No hay tributación sin representación. Así nacen los parlamentos.
Es cierto que la inmensa mayoría de los países en desarrollo -lo recordaba la Senadora señora Matthei el otro día- hemos tenido regímenes de invariabilidad. El decreto ley Nº 600, de 1974, durante el Régimen militar -bastante aislado internacionalmente y necesitado de atraer inversión extranjera-, crea un concepto de invariabilidad. En democracia, en 2005, bajo el Gobierno del Presidente Lagos, para los efectos del royalty -entre comillas-, se establecen doce años de invariabilidad.
Pero esto es una anomalía, un asunto sospechoso. Hay una soberanía democrática, parlamentaria, que entra en tensión con el concepto de invariabilidad.
En síntesis, viendo y apreciando los avances que ello podría implicar desde el punto de vista de una recaudación de corto plazo (600, 700 millones de dólares), los progresos que significaría para las Regiones, yo creo que es harina de otro costal, que se ha de discutir en su propio mérito, con miras al desarrollo del país, y no en la coyuntura del terremoto y de la reconstrucción nacional.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Andrés Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, aun cuando signifique repetir algunos conceptos, pienso que es bueno establecer posiciones en esta materia.
En primer lugar, como se ha señalado -y adhiero totalmente a ello-, este tema no debiera haberse discutido en la coyuntura del proyecto de financiamiento para la reconstrucción. Me parece que un asunto tan delicado, que en el fondo implica consagrar un sistema tributario para los recursos provenientes del cobre, requiere debatirse a propósito de una ley separada. A lo mejor hubiera sido más conveniente para el país realizar un estudio profundo sobre el particular.
El otro día leía en los diarios que en Australia se estaba iniciando la discusión para establecer en el sistema tributario de esa nación el tipo de impuestos que debía aplicarse a la explotación de recursos naturales no renovables concesionados por el Estado a los particulares. Y se consideraba un tema de gran trascendencia, pues había que equilibrar la posibilidad de atraer y mantener inversiones con el resguardo del interés del país y un desarrollo sustentable. En definitiva, se le entregaba al Primer Ministro la facultad de llevar adelante este trabajo, con un año y medio de plazo para implementar una política que luego pudiera ser analizada por el Parlamento.
Yo creo que en nuestro país también se necesita esa discusión. Porque, cada vez que debatamos este asunto, todos y cada uno, con muy buenos argumentos, volveremos a plantear las mismas reflexiones.
Por eso creo que este tema no debió haberse incluido en el presente proyecto. Pero está.
Con todo, debemos reconocer lo siguiente.
En esta parte del proyecto existen dos elementos: uno relacionado con la modificación del actual sistema de tributación, y otro relativo a la invariabilidad.
En cuanto a la escala de tasas, creo que se propone un buen mecanismo -hay que reconocerlo- en orden a que haya una tasa relacionada con el precio del cobre y con la rentabilidad del negocio de su explotación: a buenos tiempos, mejor participación del Estado; a malos tiempos, seguramente una participación garantizada para el Estado.
Ahora bien, ¿es buena esa escala? El sistema, sí. ¿Es lo que corresponde? Es en lo que todavía no hemos podido llegar a alguna conclusión. Se dice que implicará un mayor rendimiento. Yo no tengo por qué no creerle al Ministro cuando sostiene que así será, a pesar de que constituye algo voluntario. Espero que también se haya negociado para llegar a ese rendimiento.
Pero, en verdad, se trata de un tema que requiere mayor discusión, mayor profundidad de conocimiento de datos y antecedentes, para ver si es realmente la modificación legislativa que se debe realizar.
La invariabilidad es otro tema. Efectivamente, en 2005 se establecieron doce años de invariabilidad. Ahora se están proponiendo ocho años adicionales. ¿Es conveniente hacerlo?
Todo ello lo debiéramos haber analizado, no en el ámbito de este debate, sino en otra discusión.
Se lo dijimos al Ministro en la Comisión de Hacienda y se lo repetimos ahora en la Sala: valoramos los planteamientos que nos ha hecho para intentar acercar posiciones y ojalá lograr un acuerdo. No ha sido posible.
Por lo tanto, creo que la manera de mantener abierta alguna posibilidad de lograr un entendimiento es votar en contra de todas estas disposiciones, de modo que vayan a Comisión Mixta. Tal vez en el intertanto se alcance algún arreglo. Yo hubiera preferido que no fuera en dicha instancia, sino en el marco de un proyecto de ley específico que nos permitiera discutir en el país cuál es el sistema tributario que aplicaremos respecto de recursos naturales no renovables pertenecientes al Estado y concesionados a particulares, entre los cuales se encuentra, por supuesto, el cobre.
Por las razones expuestas, señor Presidente, votaremos en contra, esperando, como digo, que en la Comisión Mixta podamos lograr un acuerdo.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, precisamente por el curso del debate y por todos los motivos que se han dado, considero que hay que cerrar este capítulo hoy día. Porque lo único que genera esta discusión es mayor incertidumbre en un sector que representa el 20 por ciento del PIB, el 60 por ciento de las exportaciones chilenas, en el cual se van a invertir en la próxima década alrededor de 40 mil millones de dólares, y donde -y esto es lo más importante- las inversiones, además de ser cuantiosas, son a largo plazo.
Ahora, ante una petición hecha por la propia Oposición para financiar parte de la reconstrucción, el Ejecutivo nos propone no solo un mecanismo recaudatorio, sino zanjar el tema de manera permanente, pero con cambios conceptuales profundos.
Por eso creo que hay que cerrar el capítulo ahora. Lo contrario genera incertidumbre y justifica más que nunca la existencia de una invariabilidad, porque lo único que hacen los ruidos en este tipo de materias es entorpecer las inversiones.
Aquí, señor Presidente, se le está pidiendo al Gobierno y a la Alianza algo que la Concertación no fue capaz de hacer. A la Oposición se le está proponiendo el doble en lo relativo al impuesto específico. Y no logro entender que a un planteamiento que duplica lo establecido en la ley Nº 20.026 se le nieguen los votos. Me cuesta comprenderlo. Y además con un concepto distinto, porque el que tenía la Concertación en materia de impuesto específico era fijo: un 4 ó 5 por ciento, dependiendo de si se trataba de proyectos nuevos o de si se incorporaban voluntariamente. Es decir, una propuesta llevada al doble hoy está siendo rechazada.
Pero no solo eso. Aquí también hay un cambio profundo. ¿En qué sentido? El mecanismo se asocia a ciclos. En la actualidad, considerando los precios del 2008 o los de este año y con la tabla propuesta, estaríamos en torno al 8,5, 8,7 u 8,8 por ciento; o sea, el doble de la tasa que existe en estos momentos.
De ahí que me cuesta entender que, estando involucrado este nivel de inversiones, habiendo un cambio sustancial en los conceptos que significa llevar al doble el impuesto específico, ahora se termine negando los votos.
Además, señor Presidente, quisiera abordar el tema de las Regiones.
Esto es lo que distribuía el Gobierno anterior. Pero, al margen de tal distribución, deseo colocar especial hincapié en lo siguiente.
En las Regiones se repartía una miseria, porque era mínimo. Y las más perjudicadas eran precisamente las mineras, donde se originan los recursos.
¡Eso es lo que se estaba entregando hasta ahora!
¡Eso es lo que se entregó, señor Presidente, en el Gobierno anterior!
¡Y eso es lo que el Ministro de Hacienda propone cambiar a partir de ahora, para pasar a distribuir el 25 por ciento de lo recaudado!
Porque las cifras que aparecen en el cuadro son las que asignaba la Ley de Presupuestos, muy inferiores a dicho porcentaje.
Yo me alegro, señor Presidente, de que se le haya colocado urgencia al proyecto. ¡Esto no se puede seguir legislando vía Ley de Presupuestos, que es discrecional!
Eso fue lo que hicieron los Gobiernos anteriores. Nunca se quiso legislar verdaderamente a través de una normativa permanente, que es la que obligaría de manera efectiva a tal distribución.
Creo que cometeríamos un error político de gran envergadura si no cerráramos este asunto ahora, cuando se lleva al doble lo que existe hoy día y se permite una recaudación sustantiva y permanente.
En cuanto a la invariabilidad, que tanto se cuestiona, cabe destacar que será voluntaria y que solo se podrá incorporar a ella a contar del 2018, a partir de la nueva tabla; no de la del 4 ó 5 por ciento, sino de aquella que ahora se plantea, que reconoce ciclos.
Por lo tanto, yo advierto una tremenda incoherencia en la postura que ha adoptado la Concertación. Porque se propicia una mejoría sustancial en un sector que necesita seguridad y certeza para que se inviertan 40 mil millones de dólares, cifra que representa el 20 por ciento del PIB chileno y el 60 por ciento de nuestras exportaciones.
Dada esa sensibilidad, señor Presidente, creo que los capítulos hay que cerrarlos responsablemente y de manera definitiva.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.


El señor PROKURICA.- Señor Presidente, no quiero repetir lo expresado por el Senador señor Orpis.
Claramente, las cifras dejan en evidencia que hay una tremenda incoherencia en esta materia.
Quiero recordarles a Sus Señorías que la historia de las Regiones mineras y de las Regiones en general es muy dura. Le hemos entregado todo a Chile y hemos recibido poco o nada del Gobierno central.
Primero fue la plata de Chañarcillo y Agua Amarga; después, el salitre; ahora, el cobre y el hierro.
¡Sesenta por ciento de nuestras exportaciones!
El año 2005 aprobamos, con el voto del Honorable señor Cantero y el mío -lo he repetido y lo seguiré repitiendo hasta el cansancio, Senador Letelier-, un royalty...
El señor LETELIER.- ¡Impuesto específico!
El señor PROKURICA.- ... de 4 por ciento, como se ha explicado aquí, conforme a lo acordado con las autoridades del momento.
Recuerdo que el Ministro de Hacienda se sentó a mi lado y me dijo: "Parte importante de los recursos irán a las Regiones mineras." Le pregunté si ese era el compromiso y me contesto que sí.
¡Nunca llegó un peso!
El señor LETELIER.- Estoy de acuerdo.
El señor PROKURICA.- ¡Eso es lo que ocurrió!
Lo curioso, señor Presidente, es que ahora que el Gobierno propone un alza del royalty,...
El señor ORPIS.- ¡Al doble!
El señor PROKURICA.- ... al doble, y especialmente la destinación de un 25 por ciento de lo recaudado a las Regiones, los Senadores de Regiones y de las zonas mineras han señalado que votarán en contra.
El señor LETELIER.- ¡Queremos más!
El señor PROKURICA.- ¡No entiendo nada, señor Presidente!
Dicen que es poco. ¡Pero si el royalty que mandaron ustedes y que el Senador Cantero y yo votamos a favor era menos! ¡Y no llegó nada a las Regiones, ni siquiera a las mineras!
Francamente, no entiendo nada.
Algunos Honorables colegas afirman que la culpa no es de la Concertación, pues se rechazó un proyecto de royalty, y que los recursos de este, que es un impuesto a la renta, entonces no se podían entregar.
¡No, señor Presidente! ¿Sabe qué? Seamos justos. Digamos la verdad. ¡En la Concertación no hubo ningún interés en entregar a las Regiones recurso alguno de lo recaudado por concepto del royalty!
Y voy a poner un ejemplo que grafica de cuerpo entero lo que fueron los 20 años de la Concertación con las Regiones mineras.
Aprobamos también la denominada "Ley de patentes mineras", en beneficio de las Regiones con ese carácter.
¿Qué hicieron durante 15 años?
Yo espero, señor Ministro, que esto se corrija.
La recaudación iba a ir: 70 por ciento, en beneficio de las Regiones mineras, y 30 por ciento, en favor de las comunas donde se hallan ubicados los yacimientos.
¿Sabe qué hacían los Ministros de Hacienda de la época, señor Presidente? Cuando había que mandar los recursos del FNDR, les descontaban tales recursos a las Regiones mineras.
¿Esa es la actitud que se tiene con ellas?
No puedo entender que, frente a lo planteado por el actual Gobierno, que viene recién asumiendo y que se ha comprometido a entregar el 25 por ciento de lo recaudado, a aumentar el royalty, a establecer una invariabilidad tributaria por un tiempo menor del fijado anteriormente, ahora se diga que no, que esto es poco dinero.
¡Pero si no nos han entregado nada, señor Presidente!
Es más, el último argumento esgrimido -ya francamente "digno de Ripley"- es que este no es el momento para discutir el tema.
¿Cuándo es el momento, señor Presidente?
Yo me alegro de que el actual Gobierno, recién asumido, esté cumpliendo con sus compromisos. ¡Si este fue un compromiso del Presidente Piñera en el sentido de que parte de los recursos recaudados por el royalty se distribuirían a las Regiones mineras!
Yo no entiendo lo que está ocurriendo, señor Presidente, porque votar en contra de la norma significa rechazar el aumento del 20 por ciento de los recursos que hoy día están recibiendo las Regiones y rechazar también 600 millones de dólares de recaudación, de los cuales al menos el 25 por ciento iría a las Regiones mineras, que tanto lo necesitan.
La señora ALLENDE.- ¡A todas las Regiones, señor Senador, no solo a las mineras! ¡Pregúntele a sus Ministros!
El señor PROKURICA.- ¡Francamente, señor Presidente, no los entiendo!
Yo creo que alguna razón debe haber para que tengan una actitud contraria a lo propuesto, que no puedo entender, y que la gente de las Regiones, especialmente de las mineras, tampoco entenderán.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, valoro y comprendo el entusiasmo de los parlamentarios de la Derecha frente a la propuesta de su Gobierno. Me parece bien y habla de un espíritu oficialista que es lógico que exista. Pero sería bueno mirar las cosas con un poco más de cuidado, ya que la cifra de 600 millones de dólares, que al menos el Senador Prokurica considera tan impactante, es la única recaudación desde el 2010 hasta el 2025 por tal concepto. Es la recaudación de dos años, porque la invariabilidad empieza a regir a partir de la dictación de la ley y hasta el 2025.
Por cierto, los otros impuestos ya están aprobados.
La señora MATTHEI.- ¡No ha entendido nada!
El señor ESCALONA.- Estoy hablando de los méritos que se le atribuyen a este cuerpo legal, no del impuesto a la renta, que ya existe, ni del tributo por retiro de utilidades, que también ya existe.
Estoy hablando de lo que se agrega ahora.
La señora MATTHEI.- ¡Está equivocado! ¡No ha entendido nada!
El señor ESCALONA.- Lo que se agrega ahora son 600 millones de dólares. Si los dividiéramos por dos años, serían 300 millones. Y si estos los dividiéramos por 15, serían 20 millones. O sea, al final, esta suerte de euforia que se ha apoderado de los parlamentarios del oficialismo es por una cantidad bastante irrisoria,...
La señora MATTHEI.- ¡Pero si son 5 mil 500 millones!
El señor ESCALONA.- ...que no guarda ninguna relación, por ejemplo, con el recorte de 730 millones de dólares que ya tuvo el Presupuesto del país hace algunos meses.
El señor ROSSI.- En las mismas Regiones.
El señor ESCALONA.- Por lo tanto, en rigor, hablemos de lo que estamos tratando.
Por esa razón los Senadores de la Concertación no hemos concurrido al respaldo de la invariabilidad, ya que establece una inmutabilidad hasta el año 2025.
En consecuencia, quiero manifestar a los parlamentarios de Gobierno que acepten que en esta materia tenemos una diferencia.
Los Senadores de la Oposición entendemos que no estamos en condiciones, no nos sentimos autorizados, de comprometer, en virtud de esta modificación y recaudación, una decisión legal e institucional que se prolongará hasta el año 2025.
Eso es.
En múltiples ocasiones, por un motivo económicamente similar -a veces, inferior; otras, superior-, ha surgido una discrepancia al legislar.
Siento que no hay argumento alguno de fondo para cuestionar de la manera en que se hace una decisión de esta naturaleza. Porque, efectivamente, de aquí al 2025 habrá transcurrido un tiempo demasiado largo en que no se va a legislar al respecto.
En consecuencia, los parlamentarios de la Concertación entendemos que el país deberá ponerse de acuerdo en un pacto tributario que permita abordar estos asuntos de fondo en un clima apropiado y sin solicitar, como en el caso del aumento que propone esta disposición, un margen de tiempo de 15 años, que va mucho más allá de la duración de la actual Administración y que compromete los destinos de cuatro gobiernos sucesivos, es decir, al menos hasta el que asumiría la conducción de la nación el año 2026.
Considero enteramente comprensible nuestro argumento.
Sin embargo, felicito a los parlamentarios de la Alianza, quienes sí se sienten en condiciones de hacerlo.
La señora MATTHEI.- ¡Es que comprendemos el proyecto!
El señor ESCALONA.- En verdad, los felicito.
Se sienten con una autoridad, con una prestancia, con una mirada de futuro, con un control de sí mismos y con una euforia tal...
La señora MATTHEI.- ¡Porque entendemos la iniciativa!
El señor ESCALONA.-..., que los habilitan para legislar hasta el año 2026.
¡Está muy bien! ¡Felicitaciones!
Pero creo que eso significa arrogarse una facultad que va mucho más allá del período parlamentario para el cual se fue elegido, aun cuando uno haya sido electo en los últimos comicios.
No obstante, de todas maneras, hay que tener harta personalidad para legislar de esa forma: comprometiendo los destinos de generaciones futuras con decisiones que legítimamente -por lo menos, los parlamentarios de la Concertación así lo entendemos- deberían adoptarse por el Parlamento que corresponda en el momento adecuado.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de Minería.


El señor GOLBORNE (Ministro de Minería).- Señor Presidente, con toda humildad y sin ninguna soberbia, trataré de explicar nuevamente el fondo en materia tributaria.
Producto del proyecto de ley que presentamos, el país va a recibir recursos al menos iguales a los que recauda hoy a partir de 2018. Y, dependiendo del precio del cobre, probablemente esos dineros podrían aumentar al doble en escenarios futuros.
Pero desde 2018, incluida la invariabilidad establecida hasta 2017, esta nueva ley en proyecto debiera entregar recursos adicionales al Fisco. El monto dependerá de los precios que veamos en ese minuto, ya que la esencia de esta normativa -como expliqué- es que exista una tasa variable en función de los ingresos. Con los precios actuales, a partir de 2018 se recaudaría prácticamente el doble de recursos.
Para el período 2010-2017, independiente de los debates que se produzcan y de los proyectos de ley que se formulen -a menos que estos últimos violen los contratos suscritos por el Estado de Chile, lo cual probablemente implicaría demandas en tribunales internacionales y situaciones por el estilo-, no existe forma alguna de establecer un impuesto que recaude más de lo que estamos recibiendo hoy.
Quiero dejar claro eso.
Lo que estamos diciendo es que, dado que no existe una forma legal -sin expropiar ni violar contratos firmados- para que las empresas que mantienen contratos con el Estado de Chile contribuyan a la reconstrucción y paguen más impuestos en este ciclo positivo que están viviendo, proponemos una alternativa en los artículos transitorios, en orden a que haya una voluntariedad a cambio de un período de tranquilidad basado en el nuevo esquema, lo cual va a significar más recaudación para el Fisco.
Deseo dejar despejada esa situación, y nuevamente explicar que rechazar esta materia significaría dejar de recibir, al menos, 700 millones de dólares netos -la cifra bruta es bastante mayor- durante los años 2010 y 2011, que resultan necesarios para financiar la reconstrucción del país.
Por eso implementamos esta idea de la voluntariedad a cambio de una extensión de tranquilidad, a fin de que la industria minera pueda invertir adecuadamente.
Gracias, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de Hacienda.


El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, solo quiero aclarar un par de conceptos, que se unen a lo señalado por el Ministro de Minería y que, de alguna manera, responden otras inquietudes manifestadas.
En primer término, para ser muy precisos, hemos planteado que el 25 por ciento de los dineros extras que se recauden con la aprobación de este aumento del royalty vayan a las Regiones del país.
Junto con eso, hemos expresado nuestra voluntad de acelerar la discusión sobre el Fondo de Innovación para la Competitividad, que otorga un beneficio especial a las Regiones mineras.
El señor PROKURICA.- Así es.
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Ahora, hemos formulado esa proposición -y quiero ser muy preciso al respecto-, porque no ha sido nuestro interés, como se ha sugerido, comprar a nadie.
Planteamos la posibilidad de lograr un acuerdo en beneficio de Chile y de sus Regiones. Tal es el sentido de cualquier discusión que persigue acercar posiciones. Eso es lo que hemos buscado.
Me alegro de que nuestra disposición a alcanzar un acuerdo y nuestros planteamientos fueran bien recibidos por la gran mayoría de los parlamentarios con que hemos interactuado, tanto de la Coalición por el Cambio como de la Oposición. Y eso lo valoro.
Por eso, el que de alguna manera fuéramos aludidos en cuanto a que nuestro planteamiento molestó a algunos de los parlamentarios presentes no nos parece que corresponda a lo que escuchamos de parte de la Oposición.
En relación con la invariabilidad, concuerdo con lo planteado por el Senador Escalona en el sentido de que no hay duda de que resulta una materia opinable lo referente a si es el momento de discutir el problema; a si la invariabilidad es conveniente o no, o el plazo de esta.
Incluso se ha llegado a aludir a la invariabilidad como un problema que pone en juego nuestra autonomía, nuestra autodeterminación y la posibilidad de fijar impuestos, opiniones todas muy respetables.
Pero lo que yo no logro entender -quiero ser bien franco- es por qué esta situación no se planteó en la discusión del 2005 cuando se establecieron 12 años de invariabilidad. Esa parte, simplemente, no la he podido comprender. Entiendo todo el resto. Es un tema nada más que de consistencia entre un planteamiento y otro.
Básicamente quería aclarar ese punto.
Por último, se habló de un cambio en las reglas del juego, aspecto que también ha sido tocado durante el debate.
Debo dejar en claro que aquí no hay ningún cambio en las reglas del juego. ¿Por qué? Porque nosotros estamos respetando plenamente los contratos existentes y proponiendo un régimen alternativo al cual se accede en forma estrictamente voluntaria. Y eso no constituye ningún cambio en las reglas del juego.
Gracias, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, el impuesto específico a la minería, como varios señores Senadores han señalado aquí, fue aprobado el 2005, bajo el mandato del Presidente Lagos.
Lo concreto es que su aprobación fue difícil. Prueba de ello es que, si no hubiera sido por los votos de los Senadores señores Cantero y Prokurica, no sería ley.
De hecho, ninguno de los parlamentarios que votaron en ese entonces, que están sentados en las bancas de enfrente, lo aprobaron en esa oportunidad. Eso demostró que era una iniciativa que generaba ciertas resistencias. Y, además de la Oposición, hubo resistencia por parte de la gran minería del cobre, de las grandes empresas, que se opusieron a este tributo. Y ese fue el resultado.
Entonces, cuando alguien pregunta: ¿por qué no se pudo ser más ambicioso? ¿Por qué no me explico? ¿Por qué solamente 12 años y una tasa de 4 ó 5 por ciento para el que no se sometiera a aquella? Es muy sencillo: porque no había más espacio político que ese. Así de simple. Lo mismo ocurre, por ejemplo, cuando no se cuenta con los votos para aprobar determinada materia. ¿Por qué no se puede aprobar? Porque no están los votos.
Entonces, quiero hacer presente al señor Ministro de Hacienda que es preciso remitirse a lo que ocurría en este Hemiciclo el 2005, en que ninguna de las personas que se hallan aquí al frente apoyaron el proyecto, como tampoco lo hicieron las grandes empresas mineras, las que hoy, cuando se va a establecer un nuevo impuesto específico, están calladitas. Parece que no les molesta el tributo que viene. Me imagino que será porque es voluntario. ¡Claro: si no me gusta, no me sumo! ¡Ah! ¡Pero si es bonito y atractivo, lo compro altiro!
Tengo la impresión de que el año 2005 también era voluntario. ¡Y harto que reclamaron! ¿Saben por qué? Porque el aspecto de fondo que se debate aquí es el precio de la invariabilidad. Y ese precio, por 600 millones de dólares, es poco o nada.
¡Esa es "la firme"! ¡Eso es lo que está en discusión!
Digamos las cosas como son: vamos a recaudar 600 millones por dos años, pero hasta el 2017 no va a entrar ni un dólar adicional.
Señor Presidente -y pido que me corrija el Ministro de Minería o el de Hacienda-, al margen de lo que se recaude en los años 2011 y 2012, no ingresará un solo dólar adicional hasta esa fecha.
Se ha dicho mucho aquí que este debate genera daño y preocupación en la industria minera. Efectivamente, no cabe duda de que puede haber algún minero preocupado, pero esta discusión la puso la actual Administración. Y la responsabilidad completa de colocar este tema en la agenda 7 años antes la tiene un solo autor: el Gobierno de Chile.
El señor CHADWICK.- El terremoto.
El señor LAGOS.- ¡No, señor Senador! El Gobierno de Chile.
Luego entraré a tratar lo relativo al terremoto, Honorable señor Chadwick.
En consecuencia, sí, es un sector importante de la minería. Pero si el Gobierno procura debatir e introducir una modificación en una materia muy sensible a través de la puerta trasera, por la puerta de la cocina, no nos parece aceptable. Y yo no voy dar mi voto.
Además, si lo que se pretende es recaudar 600 millones de dólares y, al mismo tiempo, darles 150 millones de dólares -quiero que me ayude el señor Ministro de Hacienda-, ¿no sería posible recaudar lo mismo manteniendo el impuesto de primera categoría en 18,5 por ciento por dos años más? De ese modo, recaudaríamos una cifra exactamente igual: 600 millones de dólares más lo que se requiere para las Regiones.
Por consiguiente, no es un asunto de platas. Porque para rescatar 600 millones de dólares está el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES). ¡Endéudese afuera! En vez de emitir un bono soberano por 1.500 millones de dólares se puede colocar uno por 2.000 millones de dólares. Y, además, la Ley de Presupuestos permite endeudarse hasta por 4.000 millones de dólares.
Entonces, nuevamente el tema de fondo no son los 600 millones de dólares, sino que aquí, a partir de la excusa del terremoto, se quiere legislar sobre una materia mucho más delicada.
Como soy optimista, creo que esta propuesta se va a rechazar. Y, en consecuencia, vamos a tener la oportunidad de discutirla en una Comisión Mixta, si el Gobierno lo estima pertinente.
No obstante, mi deseo es que este punto se debata en su mérito, sin pasiones. Si ahora están convencidos quienes votaron en contra, si hoy el Gobierno considera que es una buena herramienta, ¿cuál es la necesidad de empujarla a todo evento para recaudar 600 millones de dólares?De aquí al 2017 solo ingresará lo que se recaude a través de la "tablita" durante los dos primeros años, estimación que el Gobierno cifra en 600 millones de dólares. El señor Ministro de Minería, que es optimista -me gusta eso-, me señala que son 700 millones. Entonces, por 700 millones de dólares, ¿para qué adelantar una discusión que nadie ha querido?
Es decir, el tema de fondo es que me convenzan de que hoy es el minuto para debatir sobre la invariabilidad, no obstante que nadie lo ha pedido ni es necesario, porque contamos con los recursos para la reconstrucción.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.


La señora MATTHEI.- Señor Presidente, me dio mucha risa escuchar al Senador Escalona decir que había que tener mucha "pachorra" de parte nuestra para defender al Gobierno. Pero yo creo que mayor "pachorra" se requiere para hablar con tanta firmeza y en forma tan equivocada.
Porque, al parecer, después de casi cinco exposiciones que han efectuado los señores Ministros de Hacienda y de Minería, el Senador Escalona todavía no entiende que la tabla se aplica a partir del 2018 y no del 2025.
En consecuencia, de aquí al 2025, no son 700 millones de dólares los que se recaudan, sino que desde el 2018 al 2025, con una producción y con precios como los que hoy se observan, son 3.200 millones de dólares adicionales. Y si la producción aumenta, serían prácticamente 5.000 millones de dólares, además de los 700 millones de ahora.
Entonces, la verdad es que no estamos hablando de 700 de millones de dólares, sino más bien de 5.700 millones de dólares de aquí al año 2025.
Eso es lo primero que quiero señalar.
En segundo término, debo precisar que yo voté en contra del impuesto específico a la minería. Y lo hice porque en mi Región sufre mucho la economía cada vez que el precio del cobre se derrumba. Se desploma el comercio, el transporte, etcétera. Y lo hemos vivido varias veces.
Por eso, yo siempre he pensado que lo que importa en un tributo a la minería -me da lo mismo que se llame royalty oimpuesto- es que recaude. Esto es como decía Deng Xiao Ping: "no importa el color del gato, lo importante es que cace ratones".
Entonces, toda esta discusión sobre si es un royalty o si es un impuesto específico, me da un poquito lo mismo.
No obstante, debo señalar que voté en contra en esa oportunidad, porque al entonces Ministro de Hacienda nunca -¡nunca!- le creímos, dado que jamás quedó por escrito que esa plata iba a ser para las regiones mineras.
Las regiones mineras necesitan diversificar su producción. Porque no es admisible que cada vez que disminuye el precio del cobre, se derrumbe toda la economía de aquellas.
Por eso, nosotros pedíamos la construcción de más embalses, de más caminos, de más infraestructura pública, para poder diversificar la producción.
Tuve razón en no creerle, porque efectivamente nunca llegó un peso a las regiones mineras, en circunstancias de que ese impuesto se había establecido para ir en ayuda de ellas, dado que en ese momento se encontraban sufriendo justamente la debacle económica después de tantos períodos de precios bajos.
En tercer lugar, señor Presidente, quiero señalar que el Senador Lagos dijo: "Aprobaremos todos los recursos para la reconstrucción." ¡Falso, pues! ¡Están negando esto!
El señor LAGOS.- Esto no es para la reconstrucción: ¡es para comprar la invariabilidad!
La señora MATTHEI.- ¡Los 700 millones de dólares se hallan dentro de lo que necesitamos, y con urgencia, para la reconstrucción! ¡Y ustedes los están negando!
Requerimos con urgencia esos 700 millones de dólares. Y, desgraciadamente, la única forma de obtenerlos es ofreciendo algo a cambio. Además, ya hay invariabilidad tributaria.
Por otra parte, señor Presidente, estoy perpleja. Porque todo el mundo dice que la tabla se encuentra bien pensada; que el concepto es razonable; que mientras más alto sea el precio del cobre Chile ganará más. Y todo el mundo entiende que para tener inversión de largo plazo en un país no desarrollado como el nuestro debe existir invariabilidad. Ninguna nación no desarrollada del orbe deja de dar garantías de invariabilidad a las empresas mineras, justamente por el largo tiempo de sus inversiones.
La verdad, señor Presidente, es que no se han referido a ningún problema del proyecto presentado por el Gobierno.
El señor LAGOS.- ¡Cómo que no! ¿Y la invariabilidad?
La señora MATTHEI.- Solo han dicho: "¡No es el momento!".
Lo cierto es que requerimos ofrecer la invariabilidad, de la misma manera como la ofreció el padre del Senador Lagos el año 2005.
El señor LAGOS.- El Presidente.
La señora MATTHEI.- Sí: el Presidente Lagos, ¡su papá...!
El Senador Escalona dice que debemos de tener "pachorra" para estar otorgando invariabilidad.
¡Perdón!
¿Y qué dieron ellos el año 2005, señor Presidente? ¿No fue lo mismo, ¡por doce años!?
Nosotros queremos extenderla por ocho. Ustedes la otorgaron por doce.
Señor Presidente, no hay ningún argumento de fondo para votar en contra.
En segundo lugar, le están negando los recursos a gente afectada por el terremoto y que no tiene cómo sobrevivir. Necesitamos con urgencia 700, 800 ó 900 millones de dólares -de acuerdo a cuáles sean los márgenes- para los próximos dos años.
Y ustedes solo pueden decir: "¡No es el momento!".
El señor NAVARRO.- Mal argumento.
El señor COLOMA.- ¡Muy bueno!
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, por cierto, lo acalorado, lo complejo, lo rudo del debate, en particular cuando se enfrenta una materia tan sensible como la referida al cobre y las grandes inversiones mineras, tiene, según manifesté al inicio, el punto de tope en la invariabilidad.
Desde el primer día expresé: "Voy a votar a favor de todas las iniciativas del Gobierno, con excepción de la concerniente a la invariabilidad". Y espero mantener esa posición.
Porque, en definitiva, aquello no estaba en el Programa de Gobierno de Piñera ni en el de Frei. En otros, sí.
Por tanto, claramente, este punto tiene un triple cerrojo.
Primero, un Gobierno de Derecha como el actual no volverá a reponer lo relativo al aumento de impuestos a las empresas mineras.
Segundo, claramente, la Concertación no lo incluyó dentro de su Programa.
Y, tercero, creo que fijar la invariabilidad hasta el 2025 es abusivo, un poquito obsceno, tremendo.
Por cierto, la tabla que se nos plantea, que es voluntaria, constituye un avance: posibilita aumentar los impuestos sin incrementar la invariabilidad; por tanto, es más de lo que tenemos.
La clave está en que, si es voluntaria pero no existe el incentivo de la invariabilidad, las empresas mineras se van a quedar con el sistema actual. Y eso significa cero aporte.
Señor Presidente, deseo preguntarle al Ministro Larraín si es factible continuar con este asunto en Comisión Mixta, más allá de lo planteado en el proyecto de ley. Porque esa instancia constituiría una segunda alternativa, de rechazarse el paquete del royalty o impuesto específico. De modo que ella es una oportunidad para avanzar.
Yo siento que aquello es posible.
Votaré, pues, en contra de la invariabilidad. Me parece que duplicar el impuesto específico es notable. Se ha terminado con un dogma. Es un golpe a la cátedra que un Gobierno de Derecha establezca impuestos. Y ello es valorable.
Sin embargo, aquí se ha hecho un planteamiento respecto al cual desde el inicio señalé la imposibilidad de aceptación. Porque "amarrar" a cuatro Gobiernos es un exceso.
En consecuencia, si aún existe capacidad de negociación, analicémoslo.
Señor Ministro, ¿es factible o no avanzar en Comisión Mixta?
Reitero: me pronunciaré en contra de la invariabilidad. Estimo que, a pesar del rechazo, es factible llegar a acuerdo. Porque el país necesita recursos. Y no creo que, de perderse la proposición pertinente, no tengamos de dónde sacar los 700 millones de dólares. Los vamos a conseguir. Será más difícil. Sin embargo, ello significará un traspié que nos llevará a un enfrentamiento.
Conversé con el Senador Sabag -ambos somos de la Región del Biobío, fuertemente afectada-, y nos hemos esforzado por hacer que lo que se ha planteado sea coherente con la posibilidad de que el Gobierno avance.
Los Senadores Prokurica y Cantero han mostrado coherencia; es efectivo: votaron en contra de la Derecha en el proyecto del royalty. Pero los Gobiernos de la Concertación no entregaron ni un peso a las Regiones. Tuvimos largas conversaciones sobre el particular en el Ministerio de Minería, pero eso no se corrigió.
Ahora se ha planteado un protocolo de acuerdo respecto al 25 por ciento para las Regiones.
Yo no creo en los protocolos, señor Presidente, pues no se cumplen. No los respetaron los Gobiernos de la Concertación. Y ahora nos asiste el legítimo derecho a dudar de que la actual Administración pueda honrarlos.
El señor PROKURICA.- ¡Va a quedar por escrito en la ley!
El señor NAVARRO.- Por lo tanto, es indudable que se requiere plata para las Regiones.
Reitero: voy a votar en contra de la invariabilidad.
Señor Ministro, de caerse estas tres normas, ¿hay posibilidades de llegar a un acuerdo en Comisión Mixta?
Estoy dispuesto a cambiar mi criterio si existe acuerdo para avanzar en esa instancia.
He dicho.
¡Patagonia sin represas!
El señor PIZARRO (Presidente).- ¿El señor Ministro desea referirse a las preguntas que se le han formulado?
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Sí, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Entonces, tiene la palabra.


El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, quiero recordar que el Gobierno, en aras de conseguir un acuerdo, ha flexibilizado su posición aumentando el piso de la tabla a 4 por ciento, en forma de garantizar que jamás se recaude menos que hoy.
Se han comprometido recursos para las Regiones; se ha hablado de ello en el marco de la ley en proyecto.
Ahora, debo manifestar que estamos abiertos a conversar. Pero aquí hay un principio muy importante.
Supongamos -voy a decirlo hipotéticamente- que se alcance un acuerdo según el cual se elimine la invariabilidad y se deje la tasa. En tal situación no habría nadie que optara, porque este régimen es voluntario. Podemos poner lo que queramos en el papel. Pero, al final, necesitamos que las empresas, voluntariamente, elijan el nuevo sistema.
¡Eso hay que entenderlo!
No tenemos ningún elemento para implantar el régimen en comento de manera coercitiva. Debe ser voluntario. Y, como es voluntario, debemos considerar un esquema que resulte atractivo para las empresas.
Cuando propusimos ante el país el esquema del royalty, que ha sido largamente debatido -aquí se dijo que se actuó con mucha premura; pero llevamos harto tiempo discutiendo esta materia, que se planteó hace aproximadamente dos meses-, nos acercamos a hablar con las empresas mineras, que en las conversaciones -estas fueron guiadas por el Ministro de Minería, aquí presente- expresaron buena disposición a participar voluntariamente en el esquema sugerido.
No tenemos claro si las referidas empresas -porque no hemos vuelto a conversar con ellas-, frente a un cambio en las condiciones, seguirán dispuestas a participar.
Es muy importante tener presente esto en el momento de la discusión: no solo es preciso que nos pongamos de acuerdo nosotros; al final, necesitamos que las empresas participen en el sistema para que podamos conseguir los efectos que estamos buscando.
Gracias, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, he escuchado atentamente todo el debate, y en algún momento pensé que me había equivocado de Orden del Día.
Porque en el primer lugar de la tabla de esta sesión figura el proyecto de financiamiento para la reconstrucción de nuestro país. Y después no hay ninguna iniciativa que diga relación a la invariabilidad. Solo se habla de la reconstrucción.
Esa es la urgencia; ese es el llamado que nos hace hoy el país; esa es la premura con que debemos abordar la materia, pero no con una mirada que a ratos hace pensar en un gallito político destinado a ver si se gana por uno, dos o tres votos.
Porque mañana los titulares de todos los medios de comunicación dirán que aquí hubo un gallito político sobre una situación puntual: la invariabilidad tributaria para las mineras, que se plantea dentro de la iniciativa sobre reconstrucción.
En la Comisión de Hacienda le pregunté al Ministro: "¿Hay alguna posibilidad de retirar del proyecto la invariabilidad?". ¡No! "¿Hay posibilidad de hacer algún cambio?". ¡No!
Por lo tanto, estamos frente a una realidad: hablar de la reconstrucción de nuestro país.
Con mucha franqueza, señor Presidente, quiero volver a señalar algo que dije en algún momento, en otra oportunidad: me siento con la más absoluta libertad para volver a votar en conciencia.
La misma libertad les pido a los Senadores Navarro y Sabag, quienes han manifestado insistentemente que se hallan dispuestos a respaldar el proyecto de reconstrucción, para que respondan esta interrogante: ¿están dispuestos a respaldarlo en su integridad o solo en un porcentaje?
¿Qué ocurre -es la pregunta que cualquier ciudadano se hace hoy- si votamos en contra de este artículo? Simplemente, las empresas mineras no dan un centavo. Se deja de percibir 600 ó 700 millones de dólares.
¡Y es así!
Más allá de que la iniciativa vaya a un tercer trámite; más allá de la Comisión Mixta, este va a ser un gallito político que el país seguirá presenciando y que en nada contribuirá a solucionar el problema de la reconstrucción.
¡Esa es la única verdad!
Señores Senadores: ¡Voten con libertad! ¡Voten por una cuestión regional! ¡Voten por una cuestión de consecuencia! ¡No voten por presión política! ¡No voten porque hoy día lleguen aquí más o menos señores a presionar el voto!
Yo lo viví personalmente. Sé lo que significa; sé lo que se siente.
Con esa misma libertad, señor Presidente, quiero hacer un llamado a zanjar esta materia.
Coincido en que hay un problema que enfrentar: los impuestos de las mineras. ¡Claro que tenemos que discutirlo!
¿Pero desde cuándo se aplica la famosa invariabilidad? Desde el año 2005.
¡El agua tibia no se inventó hoy día...!
Reitero: la invariabilidad se creó el año 2005. ¿Y qué se ha hecho hoy? Procurar que exista una flexibilización para que podamos, no solo aportar a la reconstrucción 600 ó 700 millones de dólares, sino además destinar a todas las Regiones, como país unitario, 25 por ciento de los excedentes que generen las utilidades.
Estamos hablando de tener, según la proyección efectuada, más del doble de ingresos por concepto de impuestos a la gran minería.
Entonces, votar en contra simplemente significa que hay una instrucción para ver cuáles son las fuerzas políticas de Chile, pero no una preocupación por lo que en este momento vive el país.
Hoy día llueve, y la gente -más allá de la alegría que nos dio el triunfo de Chile en el Mundial de Fútbol, la cual dura algunas horas o un día- choca con la realidad: casas anegadas, mediaguas de veintitantos metros cuadrados, necesidad urgente de reconstruir la vida.
He dicho.
La señora MATTHEI.- ¡Muy bien!
El señor COLOMA.- ¡Bravo!
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, ha sido lenguaje común de todos los sectores políticos el de que quienes tienen más aporten más para la reconstrucción del país tras el terremoto y el maremoto del 27 de febrero último.
¿Alguien abriga alguna duda en cuanto a que entre quienes tienen más se encuentran las grandes empresas mineras de Chile? Obviamente, están entre ellos.
Señor Presidente, estoy seguro de que, si no se hubiesen incluido estas disposiciones en el proyecto de ley, se habría dicho: ¡Cómo es posible que a las empresas mineras, que son las que más ganan, las que tienen los mayores capitales, no se les haya pedido ningún esfuerzo adicional de aporte a la reconstrucción!
¡Ese habría sido el discurso!
"Palos porque bogas, palos porque no bogas".
Aquello me parece francamente incoherente.
En mi concepto, las mineras deben aportar más precisamente porque se hallan entre quienes más tienen.
Eso, en primer lugar.
En segundo término, aquí se habla de que la invariabilidad es una pérdida de soberanía.
Claro que lo es: primero lo fue desde el 2005 al 2017 y ahora lo sería del 2017 al 2025.
Sin embargo, Honorables colegas, cada vez que hemos aprobado un tratado de libre comercio, ¿no ha significado acaso una pérdida de la soberanía? ¿No hemos tenido que, a raíz del MERCOSUR, derogar ni más ni menos que nuestra ley sobre bandas de precios? ¿No nos hemos visto imposibilitados de poner salvaguardias ante una manifiesta competencia desleal que tiene arruinada a la agricultura del sur?
Entonces, hablemos con coherencia. No será esta la primera oportunidad -y estoy seguro de que no será la última- en que renunciaremos a la soberanía que el pueblo nos entrega cuando nos elige. Porque -insisto- cada vez que aprobamos un tratado de libre comercio lo que hacemos esencialmente es renunciar a parte de esa soberanía.
Finalmente -ya lo han dicho otros Senadores-, ¿quién inventó la invariabilidad?
¡Por favor!
¡Si la invariabilidad la inventó Nicolás Eyzaguirre, Ministro de Hacienda del Presidente Ricardo Lagos, porque había que poner un incentivo para que las compañías mineras pagaran el royalty que se estaba estableciendo!
Por consiguiente, aquí no se está inventando nada para favorecer a las empresas mineras. Lo que se les pide es que, al igual como lo van a hacer todas las otras empresas chilenas a las que les hemos subido el impuesto de primera categoría por los años 2011 y 2012, aporten pagando una tasa mayor por concepto de impuesto específico a la minería.
Señor Presidente, porque tenemos en el mundo prestigio de ser un país serio, no podemos andar cambiando las reglas del juego todos los días.
Cerremos este capítulo y hagamos honra a la seriedad que Chile ha conquistado a lo largo de tantos años.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.


El señor QUINTANA.- Señor Presidente, hace un rato la discusión era respecto al DFL 2: si la franquicia se aplicaba a las viviendas o a las personas.
Sobre el particular, estoy de acuerdo con el punto planteado por el Senador Espina.
Sin embargo, en el debate -para quienes lo vienen siguiendo desde ayer- el concepto era uno solo: beneficio.
Luego de eso, hace un momento discutimos el artículo 14 quáter. Uno podrá sostener que es un incentivo para el crecimiento, para la inversión: beneficio.
Señor Presidente, se nos ha convoca a los efectos de tratar un proyecto que busca obtener recursos para la reconstrucción.
Lo dijimos ayer, lo manifestamos durante la discusión general: aquí no se está recaudando lo que el país necesita para la reconstrucción a partir del 2011, del 2012; porque está claro que para el 2010 aquella se encuentra financiada.
Yo quisiera ser muy claro en este aspecto, señor Presidente.
Se dice que los Senadores de la Concertación hemos cambiado de opinión. Pero no es así. Nuestros puntos de vista, nuestros planteamientos, son hoy los mismos de hace seis años. Son otros quienes se encuentran en una posición distinta. Porque ha sido muy difícil consensuar esta materia en la Alianza. Entonces, no traten de imponernos ese consenso, pues siempre hemos tenido una postura única frente a ella y a los recursos naturales no renovables.
Por lo tanto, siento que, en materia estrictamente de recaudación, el gran esfuerzo lo hicimos ayer. Y todos los Senadores de la Concertación, y también el colega Navarro, votamos a favor de la proposición que da 650 mil millones de pesos, que es lo único que va a permitir asegurar financiamiento -repito- para la reconstrucción.
La Senadora Isabel Allende señaló recién que esto es pan para hoy y hambre para mañana.
¡Claro! ¡Exactamente!
Alguien, usando un concepto conocido, podría decir: estamos comprando la suerte. Porque se depende de hechos futuros e inciertos. ¿Cuáles? ¡Pero si los han indicado los señores Ministros de Economía y de Hacienda! Por más que "enchulemos" el proyecto -porque se modifica la tabla y valoro 4 por ciento como piso-, no cambia lo esencial, no se toca la invariabilidad.
Por eso, estamos dependiendo de los gastos operacionales, de que la economía se halle en tal o cual pie. O sea, podemos recaudar los 600 millones de dólares en dos años como podemos no hacerlo.
Lo afirmé aquí -mi Honorable colega Lagos también-: estamos vendiendo la invariabilidad, dicho de otra forma. Si no les gusta la "compra", hablemos de la "venta". Y lo peor de todo, estimados colegas, es que lo estamos haciendo a vil precio. Ello equivale a abrir las puertas para que las grandes compañías internacionales, que son las que realizan su actividad en esta industria, se lleven todo.
En definitiva, señor Presidente, no estoy dispuesto a cargar con la responsabilidad histórica de tener que decirle a un niño que nace hoy: "En 15 años más todavía existirá la invariabilidad para la minería". El Senador que habla, quien está iniciando su período, que dura ocho años -el del Gobierno es solo de cuatro-, no se siente con la suficiente autoridad para tomar una decisión que finalmente va a hipotecar el futuro de nuestros hijos.
Por eso, la consigna ya no es hoy día la de un Estado que construye hospitales. Ahora se habla de un Estado que los concesiona, porque no vamos a tener recursos. Esa es la razón de que el Presidente anunciara el 21 de mayo recién pasado que la subvención de los niños va a subir al doble recién en ocho años más. ¡Al cabo de ese período -lo hizo presente el Senador señor Bianchi ayer y estoy completamente de acuerdo en ese punto- recién aumentarán los 38 mil pesos!
Todos los candidatos presidenciales hablaron del 7 por ciento en la campaña. Felicito al Ministro de Hacienda por haberse tomado una decisión en ese sentido. Sin embargo, ¿qué lee uno en la prensa? Que la medida va a ser ahora para los más vulnerables, para los adultos mayores que perciben menos de 150 mil pesos, para los que tienen más de 70 años. Ello, porque no hemos puesto el acento, el énfasis, en el proyecto que nos ocupa, que debería recaudar justamente para esos aspectos, que son los que permiten dar el salto como país.
Por todas esas razones, señor Presidente, mi voto no está disponible para estas normas.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, exactamente hace cinco años se publicó la ley que creó el impuesto específico a la minería. Nadie ha hecho referencia a eso. Quiere decir que nadie la ha leído. Y prefiero no abocarme a hacerlo en este momento para no reproducirles a mis Honorables colegas los fundamentos del proyecto que presentó el Presidente Lagos al Congreso.
Pero el 16 de junio del 2005 se publicó la "hipoteca de la soberanía" más grande que ha conocido la República, al entregarse 12 años de invariabilidad. Uso los mismos términos que hoy utiliza la Oposición cuando el Gobierno ha hecho una propuesta inteligente -la única posible, porque no hay otra- para que las grandes empresas mineras contribuyan a resolver los daños derivados del terremoto. El impuesto específico aprobado por el Congreso dio invariabilidad hasta 2017.
Si los señores Senadores de enfrente leen el proyecto de ley respectivo, van a ver que también ofrecieron, en el artículo 5º transitorio, bajar la tasa de 5 por ciento a 4 a las empresas que se acogieran en forma voluntaria al sistema.
O sea, el Gobierno está copiando exactamente lo que hicieron ustedes, con la sola diferencia de que está duplicando la tasa.
El señor PROKURICA.- Así es.
El señor LONGUEIRA.- Y nosotros, que no somos partidarios de los impuestos -por eso los hemos votado en contra antes-, entendemos que el país y la gente que está sufriendo hoy necesitan los recursos.
Me impresiona que Senadores regionalistas que se llenan la boca con el centralismo -a la Región Metropolitana, con dos circunscripciones, solo le corresponden cuatro representantes- se pronuncien negativamente, con prescindencia del hecho de que los recursos se van a entregar en las Regiones, en los lugares afectados por el terremoto, en las zonas mineras.
¡Esta es una Oposición que le niega la sal y el agua al Gobierno! Eso es lo que está en discusión aquí.
¡Porque se dieron una vuelta de carnero en relación con el 14 quáter sin saber por qué, pues, obviamente, no resistían votar en contra! En verdad, no sé qué dijo el Gobierno para que se aprobara. ¡Se aprobó!
Y corresponderá pronunciarse sobre el impuesto de timbres y estampillas. ¡Voten como quieran!
¡Este es el punto relevante! Entonces, "salimos al pizarrón" en esta votación. Y es aquí donde estamos viendo la Oposición que vamos a tener.
Lo único que deseo consignar es que no sé de qué manera podemos formular una petición en esta materia a las empresas mineras que gozan de invariabilidad hasta 2017 con 4 por ciento. El Gobierno ofrece una tabla que todo el mundo dice que es fantástica y que tiene como piso 4 por ciento, y queremos pedir dos años para que contribuyan a la reconstrucción. ¡Y prorrogamos la invariabilidad con la tabla, no con 4 por ciento! A partir de 2017, vuelven a pagar el doble.
Sé que en ese momento no voy a estar aquí, pero no abrigo ninguna duda de que, al sostenerse la discusión respectiva, si no se aprueba ahora el sistema que nos ocupa, la tabla será muy parecida. Porque el Gobierno de ustedes puso 5 por ciento y en el artículo que cité les dio 4 por ciento a aquellos que se acogieran voluntariamente al mecanismo. ¿Por qué no leen lo que presentó?
Habría sido distinto si hubiéramos escuchado de una Oposición constructiva, con ganas de llegar a acuerdo, como se dice aquí, preguntas como: "¿Por qué no intentamos darles dos años menos a las empresas mineras, en lugar de siete?" o "En vez de que aporten dos años al terremoto, ¿por qué no fijamos tres?".
¡Nada de eso ocurrió, señor Presidente! ¡Jamás medió una intervención constructiva, positiva, acerca de la forma de hacer algo voluntario para sortear la invariabilidad respecto de la cual todos legislamos aquí!
¿O hay alguna manera de subirles a las empresas el impuesto específico sin aumentar el plazo de invariabilidad? ¿Cuál es? ¡No existe!
El Gobierno ha hecho la propuesta ahora porque necesita recursos para la gente damnificada. No sé cómo los Senadores de las Regiones afectadas expondrán en estas la situación. Por mi parte, espero que el Gobierno se desplace proporcionando una explicación en la zona del terremoto. ¡Si ustedes tienen la ventaja de que no sale a defender lo que está planteando! ¡Es algo increíble, señor Presidente!
Las empresas mineras pueden aportar 800 millones de dólares. Podríamos haber realizado un gran debate en cuanto a por qué no poner un tercer año más. Se trata de la forma en que ellas se pueden acoger voluntariamente al sistema, como lo hicieron ustedes, en el proyecto del Presidente Lagos, en uno de los artículos transitorios, donde dijeron, luego de que se había fijado -repito- 5 por ciento: "Las que se cambien voluntariamente tendrán, durante doce años, una tasa de 4 por ciento". Eso se encuentra en la ley, que lleva cinco años de publicada.
Sin embargo, no hemos escuchado nada atendible.
Se dice que no es el momento, que no es la oportunidad. ¡Puros cuentos! ¡Si la verdad es que no se ha señalado nada serio en la discusión! La única forma -y lo sabemos todos- de subirle el impuesto a la gran minería radica en la voluntariedad del cambio, lo cual lleva a que tengamos que dar un mayor plazo.
¡Nunca escuché proponer: "Subamos la tabla"! El Gobierno actuó por iniciativa propia en la materia. Y garantiza que hasta 2017 va a ser lo mismo que se aplica hoy día.
¡Nunca escuché preguntar: "¿Por qué no agregamos un año? Recaudaríamos 350 millones de dólares más"! Y, a lo mejor, las empresas accederían.
O bien, "En vez de darles siete años, ¿por qué no les fijamos cinco, con la tabla a partir de 2017, de modo que se llegue a 2023, en lugar de 2025"?
Ello no ocurrió, señor Presidente. En consecuencia, esta discusión demuestra que, lamentablemente, el Senado dejó de ser el lugar -porque ustedes lo destruyeron- donde se lograban los acuerdos. Porque, si se hubiera formulado un planteamiento razonable, inteligente, podríamos haberlo resuelto aquí. Pero faltó coraje, generosidad, ser positivo. Eso es lo que estamos perdiendo, como vengo reclamando desde hace tiempo, desde que ustedes tienen la mayoría.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, tengo a la vista el resumen de un seminario que la Senadora señora Allende realizó en Atacama. Ella, gentilmente, me entregó una copia, lo cual me facilita bastante focalizar mi intervención respecto del asunto.
En primer lugar, deseo llamar la atención respecto de que un tributo o un impuesto específico como el que estamos debatiendo es la carga que cobra el Estado a las empresas o personas que desarrollan una actividad lucrativa.
"Royalty" o "regalía" es el derecho que tiene el Estado dueño por un recurso no renovable cuya explotación lo extingue o deteriora el patrimonio nacional, ambiental. Por tanto, es una contraprestación.
El Presidente Lagos, en su momento, intentó establecer un royalty de acuerdo a la contribución que las mineras deberían realizar.
Sobre la base del mismo informe de la señora Senadora, puedo consignar que CODELCO es hoy día responsable de un tercio de la producción nacional de cobre y, sin embargo, de los dos tercios de la contribución que se hace al Estado. En cambio, las empresas privadas pagan solo el tercio restante.
Cuando el Presidente Lagos quiso que el Congreso aprobara un royalty, no contaba con los votos suficientes en el Senado. Tenía la iniciativa y no los votos. Por eso, tuvimos que pagar el precio de obtener un impuesto a cambio de vender la invariabilidad.
El señor ORPIS.- Eso fue en la Cámara.
El señor TUMA.- Hoy día no disponemos de la iniciativa y, sin embargo, tenemos los votos necesarios, para ponerlos a disposición de quien cuenta con ella y discutir en serio lo que significa un royalty, y no solo en el marco de la normativa sobre la reconstrucción. Esta última es importante, pero, al lado de lo que significa la "Viga Maestra" de Chile, constituye un "proyectito".
Aquí deberíamos construir un gran debate nacional para ver qué hacemos con nuestra "Viga Maestra", con "el sueldo de Chile", no únicamente con el objetivo de financiar la reconstrucción, sino también permanentemente al país. Por lo tanto, estoy de acuerdo con aquellos que expresan que estamos comprando la invariabilidad por 15 años más, sin que sea factible modificarla nunca ni debatir en serio respecto de lo que merece el país, de lo que merecen los chilenos: un intercambio de pareceres con respecto al royalty.
Estamos en una disyuntiva: o Chile o las mineras.
Hoy día existe un proyecto específico para aumentar el impuesto a cambio de otorgarles invariabilidad a estas últimas, que compran barata la inmovilización tributaria.
Cuando el Presidente Lagos presentó el impuesto con la invariabilidad, la Oposición no quiso aceptarlo. Esta se puso del lado de las mineras, del mismo modo que ahora. Solo gracias a los votos de dos Senadores que tuvieron una visión de país logramos que se votara en esta Corporación un proyecto de esa naturaleza.
El señor PROKURICA.- ¡Haga usted lo mismo ahora, Honorable colega!
El señor TUMA.- Pero le dimos al Gobierno la posibilidad de introducir un elemento con el que nunca se había contado.
Ojalá tuviéramos la madurez y dispusiésemos de los votos para realizar un debate sobre la nacionalización del cobre, un debate distinto. Sin embargo, nos encontramos empequeñecidos en el Congreso tratando un "proyectito" que tiene que ver, nuevamente, con un tributo y una invariabilidad.
La señora MATTHEI.- ¡Su Señoría no lo ha leído!
El señor TUMA.- Hoy día, el Ejecutivo tiene la iniciativa y los votos suficientes para llevar a cabo esa discusión y elevar el impuesto o instalar el royalty.
Con respecto a las Regiones, deseo observarle al señor Ministro que 25 por ciento para ellas resulta absolutamente insuficiente. Los Senadores de la Región Metropolitana son 4, de un total de 38, representando el resto a las demás. Y se ofrece -repito- solo 25 por ciento. ¡Es absolutamente nada!
El señor LONGUEIRA.- ¡Es un poco más de lo que dieron ustedes...!
El señor TUMA.- Invito al señor Ministro y a los señores Senadores de Gobierno a debatir en la Comisión Mixta y buscar otro camino. Existen otras formas de financiar los recursos para la reparación de los daños del terremoto, que es lo que importa, sin hipotecarnos por tantos años más con la invariabilidad, en circunstancias de que tenemos la ocasión de efectuar un gran debate nacional para lograr que la "Viga Maestra" de Chile les sirva a todos sus habitantes y por muchas generaciones.
Por eso, voy a votar en contra.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, lamento profundamente la manera como se ha abordado el tema. El Gobierno tenía los recursos, pero nos ha puesto la espada al pecho y ha señalado a la opinión pública que los estamos negando. Se ha desinformado y mentido reiteradamente.
Y lo lamento porque el terremoto y el maremoto, así como el dolor de miles de hombres, mujeres, niños y niñas, debían haber sido el fundamento suficiente para buscar el acuerdo y la unidad y para que la generosidad de los que tienen más quedara en evidencia, sin necesidad de una recompensa a cambio.
A nadie puede parecerle bien tener que asumir el Gobierno en esas circunstancias. No era lo deseable ni para el peor de los enemigos.
Nuestros presidentes de Partido se pusieron a disposición del Primer Mandatario, el líder de ustedes, señores Senadores de la Alianza. Sin embargo, esa actitud y voluntad nunca obtuvieron resultados. No hubo comisiones transversales, amplias y generosas, que convocaran a los espíritus de todos.
Al mirar atrás, creo que esto pudo haberse hecho mejor. Pero no es tarde.
Hace unos minutos aprobamos una normativa sobre el DFL Nº 2 a lo menos deficitaria, en algo que es bastante más sencillo que lo que ahora nos convoca.
Nunca había participado en el Congreso, señor Presidente, y en estos tres meses de trabajo legislativo he escuchado muchas cosas, entre ellas variadas críticas del Gobierno a nuestra labor. Y creo que varias encierran verdades. Una se refiere al royalty. Las conocí en la Comisión de Minería y también en la Sala. Entonces, no logro comprender el riesgo que corre el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, que sostuvo y convenció a 51 por ciento de los chilenos que iba a ser el de los mejores. Con esto, nos alejamos, en realidad, de ese "Gobierno de los mejores", y lo lamento sinceramente.
Nuestro país dispone de los recursos para enfrentar 2010, sin que hubiera necesidad de forzar esta discusión en forma rápida y poco rigurosa. Y vuelvo al ejemplo de la materia comprendida en el DFL Nº 2. Podríamos y aún podemos hacer de este un tema de país, en el cual todos opinen. Pero se nos obliga a votar algo sin contar con todos los antecedentes expuestos, sin considerarse el asunto en forma integral.
Lo dije y lo reitero -y no participé en la discusión registrada al votarse la ley que hoy rige-: los cambios al mal llamado "royalty" constituyen una medida altamente negativa, por varias causas.
Los gravámenes no son voluntarios para un país soberano, sino obligatorios. Por lo tanto, resulta cuestionable, en su esencia, que se establezcan de esta manera.
En la propuesta del Presidente Piñera se incrementan los impuestos por un período muy breve, con relación al prolongado beneficio de invariabilidad tributaria que se ofrece. En definitiva, son las empresas las que determinan cuándo tributan.
La invariabilidad dispuesta debiera discutirse en detalle y el Gobierno no ha entregado los antecedentes para un análisis serio. Puede resultar un elemento procíclico e introducir elementos de inestabilidad en las entradas fiscales.
Creo que en este punto se podría discutir derechamente, como alternativa -insisto en ello, pues ya lo señalé hace unos días-, el alza de la tasa de impuesto a la renta de las grandes empresas, de manera de establecer un tributo que grave obligatoriamente a mineras y empresas de gran tamaño y que probablemente obtengan ganancias oligopólicas en sectores no mineros. De esta forma se evita la selectividad tributaria que ha sido cuestionada por motivos constitucionales.
Y quiero detenerme en esta parte, señor Presidente.
Escuché con atención a mi Honorable colega Longueira, quien lamentó que no se hubiera planteado antes ni discutido la posibilidad de un período más largo, de más impuestos, de proceder de otra manera. Le recomiendo leer todas y cada una de las indicaciones presentadas por distintos señores Senadores en la discusión particular en la Comisión de Hacienda.
Señor Presidente, ¡cómo lamento el chantaje, la presión indebida y las malas palabras que he escuchado en la Sala y fuera de ella! He visto soberbia en demasía y también actitudes que pretenden amedrentarnos.
Pero hay cosas que no podemos transar -al menos, la Senadora que habla-, pues estamos haciendo referencia a un sector clave para todo el país. Tal como dijo el Presidente de la República en su discurso del pasado 21 de mayo, son los que tienen más los que deben financiar el costo del terremoto, al igual que surge la necesidad de que la explotación de los recursos naturales no renovables tribute para devolver a todos los chilenos parte del beneficio obtenido. Y el proyecto no da, en este ámbito, satisfacción a tales deseos.
No es justo que pensemos -y cito a mi Honorable colega de circunscripción- que son otros los objetivos detrás del debate, como tampoco que el Gobierno pretenda usar el terremoto a fin de lograr beneficios permanentes -o casi permanentes- para las grandes compañías mineras, en contra de quienes han sufrido la tragedia del 27 de febrero, al incluir en el costo no solo a esas familias, sino a todo el país, hipotecando su futuro.
Por ello, señor Presidente, votaré en contra, esperando que en la Comisión Mixta logremos acuerdos en la materia.
He dicho.
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El señor PIZARRO (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para que el Honorable señor Ruiz-Esquide asuma como Presidente accidental.
Acordado.
--Pasa a dirigir la sesión el Senador señor Ruiz-Esquide, en calidad de Presidente accidental.
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El señor RUIZ-ESQUIDE (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, insisto en lo lesiva que resulta la actual política tributaria que se aplica a la gran minería.
Coincido con lo señalado acá en el sentido de que durante los Gobiernos de la Concertación no hubo voluntad suficiente para establecer impuestos de verdad a la utilización de recursos naturales mineros.
Recuerdo muy bien las reuniones del Consejo Minero: grandes comidas, grandes festejos, muchos invitados y un lobby intenso del cualtodos fuimos objeto. Todo ello finalmente redundó en que nuestro país continúe siendo una especie de paraíso termal para la gran minería, con privilegios que no existen en ningún otro lugar del planeta.
En Chile, la renta generada a partir de la explotación de los recursos naturales no se invierte en mejorar la calidad de nuestra sociedad, de la salud, de la educación. No hablo solo de levantar lo destruido por el terremoto, sino también de enfrentar las verdaderas catástrofes que se observan en ámbitos sociales estratégicos para el desarrollo del país.
Además, considero importante dejar establecido que la gran minería no solo no paga impuestos -el Senador señor Tuma dijo que CODELCO, con un 30 por ciento de la producción, aporta dos tercios de la recaudación tributaria minera-, sino que, además, recibe subsidios absolutamente vergonzosos.
Como en este país las leyes ambientales parecieran no existir, o son de mentira, y funcionan prácticamente para blanquear la situación, todas las empresas mineras son autorizadas a operar con estudios ambientales negativos de los organismos de salud y del SAG. Por lo tanto, ellas no cumplen con estándares internacionales.
Por otro lado, tales empresas hacen un uso intensivo del agua. Son el principal consumidor del recurso más relevante del futuro. The Economist, del 22 de mayo de este año, señala en diez páginas que el agua es el elemento más valioso, más estratégico del mundo, y que las guerras venideras se producirán por su causa.
En Chile, el que está consumiendo el agua; el que se la quita a las comunidades indígenas; el que deja vastas zonas -cuencas enteras- sin el recurso para la agricultura o la bebida; el que contamina dicho elemento vital -porque lo utiliza curso arriba- con altos niveles de concentración de materiales pesados absolutamente tóxicos para la vida es el sector de la gran minería.
¡Y de eso nada se habla!
Los principales consumidores de agua son las grandes empresas mineras, que reciben un verdadero subsidio ambiental en materia energética.
Gran parte de las termoeléctricas en proceso de instalación usarán fuentes de energía a base de carbón o petcoke. Este combustible es basura tóxica que contiene importantísimos niveles de níquel.
En las cercanías de la Central Guacolda, ubicada en la comuna de Huasco, los niños presentan, sin dosis umbral, en la sangre y en la orina níquel, uno de los más potentes cancerígenos.
¿Para qué se autorizan esas prácticas? Para subsidiar a las grandes empresas mineras, las principales consumidoras de los referidos productos energéticos empleados en las centrales termoeléctricas, que están poblando todo el país y destruyendo todas las cuencas.
¿Por qué se permite esto? Porque así ellas obtienen utilidades millonarias sin pagar impuestos.
¡Y para qué hablar del cáncer a causa del arsénico en la Segunda Región! Los Senadores que representan esa zona saben que el riesgo que corre una persona común y corriente de padecer cáncer por vivir allí es 1.200 por ciento superior al de otra que habita en un lugar distinto del territorio y que, por tanto, no se encuentra expuesta a niveles brutales de arsénico.
Todos sabemos que los masivos residuos mineros que quedaron en las Regiones Segunda y Tercera constituyen un pasivo ambiental para toda la vida, cuyo tratamiento costará miles de millones de dólares.
Por ello, señor Presidente, con algunos Senadores (señores Navarro, Tuma, Ruiz-Esquide y señora Allende), presentaremos en los próximos días un nuevo proyecto de reforma constitucional -dado que aquí no se desea regular a las empresas-, con el objeto de volver a nacionalizar el cobre y nacionalizar el litio, por tratarse de recursos estratégicos para el país. ¿Para qué? Para que estos les renten a todos los chilenos.
En el año 2006, CODELCO aportó más de 8 mil millones de dólares en impuestos -acá algunos descalifican porque son absolutamente complacientes con esta situación-; en cambio, la gran minería aportó 2 mil millones de dólares, pese a registrar mayor producción.
He dicho.
El señor RUIZ-ESQUIDE (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.


El señor SABAG.- Señor Presidente, el proyecto en debate contiene 9 artículos permanentes -donde hay muchos numerales- y 15 disposiciones transitorias. Además, se aprobó una norma que no fue acogida en la Cámara de Diputados relacionada con las contribuciones de bienes raíces.
En definitiva, se rechazará una sola enmienda: la referida al royalty. Todo lo demás ya se aprobó. Tal negativa obedece a que muchos colegas, con razón, quieren que se produzca una mayor discusión sobre el asunto en la Comisión Mixta que deberá formarse. Por eso el rechazo es claro.
Por lo mismo, para que lo sepan los señores Diputados, aclaro que nuestro ánimo no es que ellos ratifiquen lo obrado aquí en este punto, sino que lo voten en contra, a fin de resolverlo en la Comisión Mixta.
Espero que el próximo miércoles, o el día que sea, despachemos la única disposición pendiente. Todo lo demás ya está aprobado.
En consecuencia, no corresponde señalar que le estamos negando la sal y el agua al Gobierno. Entiendo que las enmiendas que nos ocupan implican recaudar 630 millones de dólares, que se necesitan para la reconstrucción.
Nosotros conversamos con el Ministro de Hacienda y le planteamos algunas ideas, como también lo hizo el Senador señor Longueira, quien propuso extender el plazo de mayor tributación en un año. A lo mejor cabe sugerir otras cosas. ¡Eso es evidente!
En vez de 600 millones de dólares, podríamos obtener mil o mil 100 millones, u otra cantidad a la que podamos llegar a acuerdo. Todo ello, por supuesto, considerando destinar a las Regiones el 25 por ciento de lo recaudado, lo que será muy importante.
Seguramente lograremos un consenso satisfactorio tanto para el Ejecutivo como para nosotros.
A todos nos interesa que el Gobierno consiga los recursos para enfrentar la emergencia. Lo estamos demostrando ahora.
Pero no nos pongamos nerviosos. No corresponde que por dejar pendiente un solo artículo, cuya aprobación demorará una semana o diez días más, se diga que con ello se acaba el mundo; que les negamos la sal y el agua. ¡No! Solo queremos estudiar un asunto tan delicado con un poco más de calma.
Por otro lado, hago presente que reiteradamente se ataca a las grandes empresas como si ellas fueran el punto negativo de todo. ¡Cuidado! Muchas veces los grandes capitales que llegan y que existen también en el país son fondos previsionales de los trabajadores.
¡En Chile las AFP tienen 120 mil millones de dólares! ¿Qué empresa grande cuenta con esa cantidad de dinero: CODELCO, las papeleras, COPEC?
Y los trabajadores son los dueños de esos grandes capitales.
De igual modo, los fondos que llegan del extranjero y que participan de la propiedad, por ejemplo, de ESSBIO, de ESVAL y de otras empresas sanitarias, están constituidos por dineros previsionales de los profesores de Canadá. Son platas de trabajadores.
Resulta evidente, entonces, que esas empresas necesitan percibir una rentabilidad razonable: a esos afiliados se les deben pagar no solo los intereses, sino también las utilidades obtenidas.
Estoy esperanzado en que alcanzaremos un acuerdo conveniente. Reconozco la buena voluntad del señor Ministro para buscarlo. ¡Hemos logrado varios; solo falta uno!
Por ello, desde un principio, con el Senador señor Navarro fuimos partidarios de proporcionarle recursos al Gobierno para enfrentar la catástrofe, y realizamos todos los esfuerzos posibles en ese sentido. Hemos avanzado mucho. Nos queda una sola "patita", y esperamos sacarla adelante, ¡si Dios quiere!, dentro de este mes o en los primeros días de julio.
El señor RUIZ-ESQUIDE (Presidente accidental).-Tiene la palabra el Honorable señor Cantero.


El señor CANTERO.- Señor Presidente, la verdad es que no tenía interés en intervenir sobre este asunto al observar el clima tan violento y beligerante que primó al comienzo de la discusión.
En mi opinión, indudablemente lo que anima a la Concertación no es debatir sobre la materia con una perspectiva positiva, sino, más bien, moverse en torno a temas políticos e ideológicos. Su intención o deseo es obtener algún dividendo político.
Y así lo demuestran sus discursos. Eso de estigmatizar a las grandes empresas mineras y demonizar la principal fuente de riqueza del país -de hecho, en el norte ha sido un factor de progreso y desarrollo, entregando buenas remuneraciones a su gente, estabilidad, innumerables beneficios, en fin- lo encuentro muy negativo.
Los argumentos que se han dado para rechazar esta propuesta me resultan incomprensibles, porque ella busca modificar una situación que lo requiere y sobre la cual yo puedo hablar con mucha autoridad moral.
Siempre estuve dispuesto a apoyar el royalty y también el impuesto específico a la minería. En consecuencia, desde el primer momento, la Concertación sabía que contaba con los votos necesarios para aprobar esa iniciativa. No es verdad cuando se dice que los votos no estaban. ¡Estuvieron!, y a tal punto, que esa norma se aprobó, con compromisos que, por cierto, nunca se cumplieron.
Yo pagué por ello un alto costo político. Obviamente, algunos sectores quedaron molestos, mientras otros se beneficiaron de la situación. Enfrenté campañas tremendamente adversas. De hecho, la última elección parlamentaria la realicé prácticamente sin recursos. ¡Pero igual estoy acá!
Lo que más me fastidia es que ninguna de las promesas de los Ministros y del Gobierno de la Concertación se cumplió. Hasta hoy día las zonas mineras no han recibido los fondos que se ofrecieron.
Siento que se está haciendo un daño enorme a las Regiones, particularmente a las que se vieron afectadas por el terremoto.
Las normas propuestas buscan aumentar el impuesto específico a la minería por dos años (2010 y 2011); volver luego a la tasa actual, y ofrecer un período de invariabilidad tributaria como estímulo para adherir al sistema.
¿Qué necesita una empresa minera? Certidumbre, certeza, confianza y estabilidad en las normas que se le aplican. Esa es la esencia para invertir en la minería, porque dicha actividad es de alta incertidumbre.
Por eso me parece tan extraño que no se aprovechen las ofertas del Gobierno, como la de mantener la invariabilidad tributaria por 8 años más (de 2018 a 2025), con una tabla variable que va del 4 al 9 por ciento.
Cuando algunos dicen: "Estamos dispuestos a aprobar la tabla", se está reconociendo que no se quiere acoger nada, pues la tabla sin la invariabilidad no tiene ningún sentido.
Me sorprende que Senadores de Regiones no estén dispuestos a apoyar el beneficio de destinar a esas zonas el 25 por ciento de lo recaudado por concepto de royalty, lo que equivaldría, como se ha dicho, a un cuarto de los montos que componen el FNDR.
Pero eso no es todo.
El Ejecutivo también ha señalado su disposición a acelerar el debate sobre el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) y a incrementar los recursos, en especial, a las zonas mineras, en la lógica de alcanzar un desarrollo sustentable.
Señor Presidente, sinceramente, no logro comprender la actitud de la Concertación.
Con ello se daña, fundamentalmente, a las familias que esperan con ansias la aprobación de los fondos.
Cuando se dice: "Esos recursos no son necesarios", no es cierto. Lo son en un 75 por ciento para atender a las familias que lo requieren.
Yo me siento con autoridad para decirles a quienes conforman la Concertación que, a diferencia de mi actitud cuando estuve dispuesto a cruzar la frontera para darles mi respaldo en un proyecto que entonces estimé que era bueno para el país, ustedes se han negado en forma egoísta a dar ese paso hoy.
Diversos parlamentarios han reiterado, incansablemente, que la propuesta que nos ocupa es positiva.
Por eso, considero que en este punto ha habido un doble estándar; ha habido oportunismo político; ha habido un síndrome de duelo por la pérdida del poder. Viven planteando alternativas. ¡Si el Gobierno es el que está llamado a gobernar y a hacer las propuestas! Podremos conversarlas, discutirlas, pero tratar de imponer posiciones me parece francamente inadecuado.
Lamento esa situación.
Y ojalá exista coherencia y coraje en los parlamentarios que han insistido en que estas medidas son positivas y que la tabla resulta adecuada, y voten a favor.
Si no es así, confío en que tengan dicha disposición en la Comisión Mixta. De lo contrario, la gran mayoría de los ciudadanos terminará por convencerse de que han actuado en forma egoísta, con oportunismo político y con un doble estándar.
Señalo lo anterior con plena conciencia y sintiendo que poseo autoridad moral para expresarlo. Porque cuando ustedes requirieron mi apoyo en su momento, yo lo entregué por estimar que aquel proyecto era positivo.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, deseo hacer tres reflexiones a esta altura del debate, el cual ha sido largo y prolífero y ha servido al menos para oír los argumentos.
Tales reflexiones se relacionan con tres faltas de coherencia que, a mi juicio, se han manifestado en la discusión, y que considero adecuado explicitar públicamente.
La primera es de carácter general.
Entiendo que uno pueda tener opiniones distintas sobre diversas materias, pero resulta incomprensible tener opiniones distintas sobre la misma materia. Porque eso guarda relación con una cosa de sustancia.
Cuando el señor Ministro de Hacienda planteó la propuesta para la reconstrucción del país y la generación de una política de empleo y de crecimiento potente, dentro de la lógica del financiamiento mencionó el tema del royalty. Yo pensé en esa oportunidad que este sería el punto más complejo de todos para nuestras bancadas, pero fue exactamente al revés.
Siendo coherente, en tiempos normales me genera dudas la aprobación de ese tipo de resoluciones, porque creo que el aumento infinito de impuestos al final no produce crecimiento. Pero entendí que hay momentos importantes en la vida de los pueblos en que uno debe ser generoso y aceptar tales medidas como excepcionales.
Sin embargo, no estaba preparado mentalmente para el rechazo por parte de quienes son "los padres de la criatura". Ello implica desconocer algo que, en teoría, formaba parte de la herencia que pensaban dejar a sus hijos políticos. ¿Cómo se explica que los mismos que en su momento propusieron el royalty ahora voten en contra?
Desde mi perspectiva, señor Presidente, ello constituye una falta de coherencia mínima, que solo se explica por la pasión política y la intención de hacer zancadillas, de crear dificultades, de complejizar una discusión que se halla absolutamente al margen de las necesidades de los chilenos.
Un segundo elemento de incoherencia dice relación a la verdadera actitud respecto del terremoto.
¿Existió o no terremoto? ¡Por supuesto que sí! Por algo hemos debatido -se han realizado tres sesiones especiales al efecto- acerca del esfuerzo máximo que harán todas las bancadas para conseguir los 3 mil 200 millones de dólares que se requieren para la reconstrucción. Incluso, desde las bancas de enfrente se alega que tal monto es insuficiente.
En efecto, se critica que es poca plata. Y con esa lógica se termina diciendo: "No es suficiente el argumento del terremoto. Existen otros temas conceptuales involucrados". ¡Y resulta que ahora se debe nacionalizar el litio, el cobre, el agua, el pensamiento y no sé que más...!
Señor Presidente, la segunda reflexión se refiere a algo que me parece sustancial: si existió el terremoto y se requieren recursos, ¿por qué se niegan?
Y la mala noticia es que esa decisión tiene un efecto. Ignoro exactamente qué significa, pero el señor Ministro de Hacienda lo evaluará al día siguiente: seiscientos millones de dólares, ¿implican cincuenta mil viviendas menos? ¿Hospitales retrasados? ¿Escuelas que deberán postergar sus clases? Porque esto no es gratis ni se trata simplemente de decir: "Me opuse por una razón del momento o por una motivación política".
Lamentablemente, la postura de la Oposición tiene efectos en los chilenos.
Por eso, tenemos claro que la visión cortoplacista y, a mi juicio, miope -siempre podrá pensarse distinto- respecto de lo que la gente piensa, va a generar una severa dificultad en cuanto a la forma en que el país enfrentará el terremoto. Y cada vez que me pregunten por qué se atrasa la construcción de las casas, tendré que responder que algunos parlamentarios negaron los 600 millones de dólares. No tendré otra alternativa, a la luz de lo que he percibido. Espero que, en una reflexión futura, esa posición cambie.
En tercer lugar, cabe destacar la coherencia con que se actúa en relación con las Regiones, cosa que también me sorprende.
Durante muchos años y en todas las campañas electorales, las bancadas de enfrente pedían que aquellas tuvieran mayor autonomía y más recursos económicos, pues se encontraban ahogadas por la asfixia centralista, juicio que yo comparto.
Sin embargo, no resulta muy coherente que, cuando el Ministro de Hacienda -en un acto no muy común en los titulares de esa Cartera- se compromete a que una parte importante de los recursos (el 25 por ciento de lo recaudado) irá a las Regiones, algunos dicen que eso no corresponde ahora.
Entonces, pienso que este debate es muy ilustrativo para nosotros, pero sobre todo para la opinión pública, porque, desde mi perspectiva, aquí ha faltado coherencia ideológica, coherencia respecto del sentido del terremoto y coherencia sobre la oportunidad regional.
Eso es lo que está en juego acá.
Espero que durante los próximos días -entiendo que los Senadores de la Oposición rechazarán estas normas- surja algo distinto, pues Chile exige una doble reflexión de la Concertación.
Desde mi punto de vista, la coherencia es la esencia de la credibilidad en el ámbito público. Cuando se pierde, se podrán zafar algunos temas y sortear ciertos obstáculos por uno, dos o tres años. Pero lo delicado ocurre cuando no existe respecto de los temas de fondo.
Por tanto, uno tiene derecho a pensar, entonces, cuál es la verdadera reflexión de la Concertación tocante a los impuestos; cuál es la real intención de cooperar con el Gobierno para enfrentar el terremoto y cuál es su genuino compromiso con el mundo regional, porque, a veces, reclamar elementos dentro del debate parece ser muy rentable políticamente, pero a la hora de los quiubos resulta minoritario para el aporte de otras reflexiones.
Por eso, señor Presidente, entendiendo que este tema no es fácil, pienso que Chile nos pide un esfuerzo mayor cuya respuesta me gustaría que fuese unánime para aprovechar las disposiciones en análisis.
El señor PIZARRO (Presidente).- Entiendo que las palabras del Senador señor Coloma motivaron al Ministro a intervenir.
Tiene la palabra el señor Larroulet.


El señor LARROULET (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, hemos completado dos días de sesiones bastante intensas sobre uno de los proyectos más trascendentes, quizás, del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
El Senado siempre ha sido un lugar de acuerdos. Eso es lo que hemos visto durante los últimos veinte años. Las iniciativas de ley más importantes se han consensuado en esta Corporación.
El Ejecutivo presentó un plan de financiamiento para enfrentar la peor catástrofe que ha impactado al país desde el punto de vista del daño físico. El proyecto en análisis puede ser discutible: pero, a la luz del debate que ha provocado en el Senado y en la Cámara de Diputados, me parece sólido. Por ello, en la otra rama legislativa, fue aprobado, con perfeccionamientos, en su esencia.
El Poder Ejecutivo esperaba un respaldo a la integridad de su proposición, especialmente en lo que respecta a la materia que nos convoca en este momento, el royalty; al aumento de los recursos en el corto plazo y, además, al perfeccionamiento institucional de largo plazo mediante la introducción de una tabla variable para que los productores de minerales sean más socios del país en todas las circunstancias.
Por eso, originalmente no dudábamos de que el proyecto iba a ser apoyado y aprobado.
Sin embargo, no puedo dejar de manifestar la frustración que me embarga por la negativa que, hasta el momento, observamos. Se trata de cuantiosos recursos. Un señor Senador habló de 600 millones de dólares. Las necesidades de los habitantes de las Regiones afectadas por la catástrofe justifican hasta un dólar. Y eso lo sabemos por el sufrimiento de la gente que está pasando momentos difíciles.
Por eso, debo dejar constancia de mi posición, pues considero lamentable que, en el lugar donde se han producido grandes acuerdos y en que debería reinar ese espíritu, se nieguen los recursos para ayudar a la reconstrucción, según una fórmula que, además, de acuerdo a lo sostenido por el Ministro de Hacienda, viene acompañada por un ofrecimiento que también alcanza al resto de las Regiones del país.
Señor Presidente, nos encontramos a escasos momentos de la votación.
Por eso, hago un llamado a la Concertación -y me sumo al ya realizado por el Senador señor Cantero- para que reflexione y apoye en su integridad el proyecto que el Ejecutivo ha presentado sobre alzas de impuestos y nueva composición del royalty.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ruiz-Esquide.


El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, me parece importante precisar algunos aspectos.
En primer término, debo aclarar que no podré votar, porque las bancas de Renovación Nacional me solicitaron un pareo, que concedí, conforme a las normas tradicionales del Senado de respeto habitual y cordial entre nosotros. Hago presente el punto a propósito de algunos problemas que hemos tenido al respecto.
En segundo lugar, quiero reiterar, con toda franqueza, los mismos argumentos que vertí hace tres o cuatro días.
El señor Ministro Larroulet acaba de manifestar su amargura. Yo también tengo el mismo sentimiento, porque reitero que todas las intervenciones de los Senadores de las bancas de Gobierno son siempre lo mismo: no son serias, nada aportan; están llenas de elementos que no vale la pena considerar, y poseen un sentido de ironía muy fuerte. Pero con eso no ganamos nada.
En mi concepto, ese rasgo nace de algo muy conceptual. La diferencia radica en que nosotros entendemos el diálogo como un intercambio de opiniones, en que cada sector cede en algo. Pero algunos señores Senadores de la Derecha -excúsenme la paz con que lo expreso, pero lamentablemente es así- consideran que el diálogo es una suerte de monólogo con interrupciones. Ellos hablan, ellos dicen, ellos aplican. Y si uno de nosotros sostiene un argumento diferente, entonces, o no está de acuerdo con ellos o carece de toda responsabilidad.
Y creo que nos va a costar mucho cambiar esa disposición.
Por otro lado, señor Presidente, en la Sala se ha expresado que nosotros no queremos entregar recursos al Gobierno. Propusimos ene soluciones; el Ejecutivo, por su parte, sugirió diversas fórmulas, pero no se ha alcanzado acuerdo.
¡Bueno, esa es la realidad objetiva!
El país nos dijo: "Ustedes, en adelante, a la Oposición", entre otras cosas, porque lo hicimos mal en algunos aspectos, que es igual a lo que repite el Ejecutivo. Por lo tanto, uno se pregunta para qué querían el Gobierno si a la larga van a hacer lo mismo por lo que nos derrotaron. Esa es la eterna discusión entre Oposición y Gobierno.
Señor Presidente, esta materia no se relaciona con el terremoto. No nos parece adecuada la invariabilidad a esa altura del tiempo. La aprobamos en el 2005, porque era la primera vez que se planteaba una discusión sobre el royalty y sobre la participación de las empresas mineras después de diecisiete años desde que se les había devuelto a ellas y al capital extranjero lo que siempre fue del país. Por eso se habló de esa manera. Pero de ahí a argumentar que también por el terremoto vamos a prorrogar esta invariabilidad hasta el 2025, no lo considero adecuado. Un señor Senador señaló: "Parece que hubo terremoto", en una suerte de ironía pobre. Pero yo también pienso que a lo mejor en ese año, ya no habrá terremoto. Entonces, Dios mediante, ¿para qué evitar que se grave a las empresas?
Señor Presidente, durante mi vida política he luchado por la naturaleza lógica de los bienes que son de Chile. En su tiempo voté por la chilenización; después, por la nacionalización. Y no tengo escrúpulo en manifestar que el debate sobre la materia no está agotado. Es cierto que hoy las naciones se encuentran en otra línea de pensamiento, como aquí se ha sostenido. Pero, con toda franqueza, algún día llegará el momento en que, como país, podamos ser dueños de lo que es de nuestro subsuelo.
No se trata de que estemos ayudando o perjudicando a las mineras. Los Senadores de Derecha otorgan estas facilidades a esas empresas, asumiendo que de otra forma ellas no vendrán. ¡Lo harán igual, por Dios, pues el dinero no tiene patria! Y por lo tanto, van a invertir, porque es un buen negocio.
Nos parece excesivo que contra 700 millones de dólares puedan ganar 7 mil o 14 mil millones de dólares, según las cifras entregadas. Eso es, desde mi perspectiva -y no emito ningún juicio de valor sobre lo que ustedes digan-, inadmisible.
No quiero cargar la mano en este punto. Pero el país estaba en una relación directa para hacerse dueño de la propiedad. En Chile ha habido guerras civiles, golpes de Estado, como para, en definitiva, terminar entregando todo al capital extranjero. Y lo que hicimos en esos años -no teníamos otra posibilidad- fue imponer lo que se podía. Pero nos parece excesivo y absolutamente fuera de toda norma ética no hacer gesto alguno para recuperar la propiedad, dando, por el contrario ocho años más de invariabilidad para las empresas; o sea, cuando ya no sea recurrente la figura del terremoto. Y, además -como se ha dicho hasta el cansancio-, entregándoles 14 mil o 7 mil millones de dólares contra 700 millones.
Eso es francamente inadmisible.
Aunque estoy pareado, he querido expresar mi opinión y dar a conocer las razones por las cuales nos pronunciamos a favor en el 2005 y ahora lo haremos en contra.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Alvear, última inscrita.


La señora ALVEAR.- Señor Presidente, quiero pedir especial atención a mis palabras por parte de mis Honorables colegas y de los Ministros y Subsecretarios que nos acompañan.
Antes de ser Senadora, tuve el privilegio de trabajar en tres Gobiernos de la Concertación. Por ello, prácticamente todas las semanas me tocó venir al Congreso Nacional por diferentes iniciativas legales. Y casi siempre fue necesario conversar con los Senadores y Diputados de la Alianza por Chile, en ese entonces Oposición al Gobierno de la Concertación.
Siempre estuvimos de acuerdo en que es en el Parlamento donde, en definitiva, se deben negociar y trabajar los proyectos que el Ejecutivo legítimamente considera importante patrocinar.
Los parlamentarios han dicho permanentemente -es algo que se me expresó de forma constante cuando fui Ministra- que el Congreso no es un buzón y que las iniciativas legales llegaban al Parlamento para discutirse. Y nunca entendí que cuando los representantes de la Oposición de entonces me planteaban puntos de divergencia le estuvieran negando la sal y el agua al Gobierno. Nunca lo comprendí así. Muy por el contrario. Cuando la barrera se ponía difícil, buscaba otros mecanismos -así lo hacían también mis colegas del Gabinete- para lograr el consenso. Y los actuales parlamentarios de Gobierno -antes de Oposición- están plenamente concientes de que así fue en muchos casos y de que el Gobierno tuvo que sentarse a negociar respecto de muchos proyectos. Pero jamás entendí que eso implicaba negar la sal y el agua. Lo consideraba parte del trabajo del Ejecutivo para conseguir en el Parlamento -que representa la soberanía popular- el espacio necesario para encontrar las mejores propuestas para el país.
Y en una negociación naturalmente ambas partes ceden en aras de lograr un acuerdo. Y eso se producía -lo mencionaba uno de los Ministros aquí presentes- sobre todo en el Senado, lo que era extraordinariamente importante. Porque, en efecto, la Cámara Alta ha sido y es un lugar en donde se construyen acuerdos, como sucedió en asuntos trascendentes como las reformas previsional, la judicial, la de los planes de salud, entre tantos otros asuntos.
Pero eso requirió paciencia, perseverancia y dedicación. Por consiguiente, les pido a los Ministros que no se frustren cuando tengan que trabajar con la actual Oposición. Eso es parte de la labor que deberán realizar permanentemente durante estos cuatro años. Y lo digo para bien. Les solicito que miren la posición de otros como un aporte y no como una actitud de intentar negar la sal y el agua.
Quiero agregar algo, señor Presidente.
Por una parte, la propia Ministra vocera de Gobierno ha agradecido al Parlamento por todas las iniciativas legales aprobadas; algunas, con una rapidez enorme. Y en ese acto ha incluido a los parlamentarios de Gobierno y de Oposición.
Hoy nos encontramos en medio de una materia compleja y difícil. ¿Cómo pueden venir a decirnos que estamos negando la sal y el agua, en circunstancias de que estamos aprobando todo el proyecto, con excepción de un tema, el cual, a mi juicio, jamás debió ser incluido en esta iniciativa por tratarse de algo que tiene una lógica diferente y que requiere una reflexión profunda, como es el royalty?
Señor Presidente, respecto de la afirmación de que no deseamos otorgar recursos, nosotros queremos entregar todos los que sean necesarios. Más aún, no fuimos los Senadores de Oposición quienes dijimos, como sí lo han señalado Senadores de Gobierno, que no había ninguna necesidad de enviar esta iniciativa legal porque el país tenía recursos para financiar tres terremotos.
¡Ninguno de nosotros lo dijo, sino Senadores de la Alianza por Chile, de Gobierno!
Por lo tanto, cuando se argumenta que no hay recursos, bueno, al parecer existe ahí una situación contradictoria.
Señores Ministros, estimados colegas, lo único que queremos pedir es que se realice un trabajo con mayor detención en torno a un tema de bastante envergadura. Porque el resto de la iniciativa legal está siendo aprobado.
Se me acabó el tiempo, señor Presidente. Pido un minuto más, para terminar.
El señor PIZARRO (Presidente).- Puede continuar, Su Señoría.
La señora ALVEAR.- Como decía, solicito -y lo manifestaron muy bien ayer algunos Senadores- que tengamos tranquilidad al momento de debatir estas materias, que haya mucho respeto al considerar las opiniones de otros, y que no nos frustremos cuando, de todos los artículos que contiene una iniciativa legal, hay uno que se pide analizar en la Comisión Mixta a fin de intentar lograr un acuerdo.
Respecto de una mayor cantidad de recursos, los Senadores de la Concertación presentaron en la Comisión de Hacienda diferentes alternativas para esos efectos. Así que no hay de parte de nosotros ninguna intención de negarlos. No se puede afirmar, por tanto, que si no es posible construir una mediagua será porque nosotros no aprobamos el royalty.
Señor Presidente, algunos Senadores manifestaron que ni siquiera se requería este proyecto y no pertenecían a la Concertación.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, seré breve, por las alturas del debate y por todo lo que se ha señalado.
Quisiera puntualizar algunas cosas.
Aquí se está negando, con el voto contrario, un 25 por ciento adicional a las Regiones, como también una cifra prácticamente igual a la del ajuste presupuestario: 700 millones de dólares.
Además, con algún grado de sorpresa, hemos escuchado en el Senado, que es el lugar de los acuerdos, que se pretende derivar este asunto a una Comisión Mixta. Es decir, dejarlo en manos de representantes de la Cámara de Diputados, con fuerzas políticas que no están acá, para que ellos resuelvan un tema que nosotros no fuimos capaces de resolver.
Definitivamente, aquí estamos en presencia de un alza de impuestos a la minería. Y pareciera que estuviéramos dejando de lado al 80 por ciento de los pobladores, de la gente de nuestro país que está damnificada.
Gracias, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, el Papa, en un recordado discurso en la CEPAL, habló de las causas de la prosperidad. Y, entre ellas, citó la bondad del trabajo bien hecho y el respeto a la palabra empeñada. Y el respeto a la palabra empeñada también involucra el respeto a las reglas del juego.
Claramente, cuando se alteran las normas que en definitiva han permitido una considerable inversión extranjera en la gran minería del cobre de nuestro país, uno podría apostar que la alteración de tales condiciones afectará la inversión y la mantención de esta.
No obstante lo anterior, el Ministro Larroulet ha sostenido -y también el Presidente-, sin ningún reparo ni complejo, que una de las maneras de financiar el Fondo de Reconstrucción es justamente estableciendo un impuesto adicional, aumentando el royalty. Incluso el día de hoy él hizo una propuesta a la Oposición para que realizara un esfuerzo sumándose a ello.
Se ha planteado una oferta en términos de incrementar en 25 por ciento el Fondo Nacional de Desarrollo Regional. Y claramente, ¡claramente!, algunos Senadores de Gobierno hemos impulsado ese esfuerzo. Y lo hemos hecho porque queremos pedirles a ustedes que, en este proyecto tan importante, tengamos la empatía de ponernos en los zapatos de los damnificados.
Cuando ya han pasado más de tres meses de ocurridos el terremoto y el posterior maremoto, hay personas que todavía siguen viviendo en precarias condiciones.
Por eso, los llamo a hacer un gesto de unidad nacional, ¡un gesto de unidad nacional!, y contribuir a aprobar esta iniciativa, que tan bien le hará al país.
Quiero expresarles que yo estoy de acuerdo con lo que señalaba el Senador Letelier. Por supuesto, durante mucho tiempo las Regiones mineras han querido ver los efectos del royalty en sus territorios. Pero no hemos sido nosotros, no ha sido un Gobierno nuestro el que ha impedido que tales recursos involucren innovación y desarrollo para aquellas.
Por lo mismo, señor Presidente, porque estoy convencido de que este proyecto requiere un gesto de unidad nacional, nosotros hemos insistido en que los Ministros hagan un esfuerzo. Y en el día de hoy ellos le han pedido a la Oposición que se sumen a ese esfuerzo. El Gobierno ya está haciendo el suyo al aumentar los recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
Por eso, les solicito que no les neguemos a las Regiones la posibilidad de incrementar sus medios.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Patricio Walker.


El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, sin complejo alguno, quiero señalar que la dictación del decreto ley N° 600 fue un gran acierto. En Chile había poca inversión, escaso trabajo y se requería dar seguridad. Por eso se aprobó dicho cuerpo normativo, y creo que esa aprobación fue legítima y necesaria.
Con ese mismo argumento, considero que el Presidente Lagos tomó igualmente una decisión adecuada y también legítima en orden a establecer un impuesto específico a la gran minería del cobre, con invariabilidad tributaria.
La gran pregunta no es si esto es legítimo o no, sino si es conveniente o no.
Yo soy de aquellos que piensan, sin complejo alguno, que la minería hace un gran aporte al país. La semana pasada estuve en Arica e Iquique. En la primera ciudad había tres edificios, y en la otra, cientos de ellos. En Arica observé mucho desempleo; en Iquique, bastante progreso. Sin duda alguna, la minería ha hecho un tremendo aporte.
Por lo tanto, ¡bienvenida la inversión minera a nuestro país!
Legítimamente, hay quienes sostienen que, como se trata de recursos no renovables, debiera aplicarse un royalty, a fin de que cuando se acaben esos recursos exista una alternativa para la gente que no va a disponer de ellos.
Esa es una discusión legítima.
Y se plantea un royalty no porque los empresarios mineros sean delincuentes, sino por el tema de fondo.
El punto radica en si es suficiente o no el monto que se está considerando y si es conveniente o no el plazo de la invariabilidad que se está sugiriendo.
Eso es lo que tenemos que resolver.
Hay una discusión respecto del momento. Algunos plantean que este tema debería analizarse con motivo de un proyecto de ley específico. Pero ellos han sido objeto de descalificaciones, porque se argumenta que esa es una excusa para no discutir el asunto. Uno podría decir lo mismo cuando sugiere llevar a cabo ahora una reforma tributaria para bajarles los impuestos a las personas, que son muy altos, y para subir el de primera categoría y el Gobierno responde: "No mezclemos eso con la coyuntura". Otros, entonces, también pueden expresar, con relación al impuesto específico a la minería: "No lo mezclemos con la coyuntura, porque es un tema más grueso".
Nosotros hemos dicho -lo señaló el jefe de la bancada democratacristiana- que estamos dispuestos a llegar a un acuerdo en la Comisión Mixta, trámite que existe...
El señor LONGUEIRA.- ¡No mezclemos el asunto con la coyuntura...!
¡En todo caso, ahí vamos a seguir en la misma coyuntura! ¡La situación es idéntica!
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- ¡No interrumpa, señor Senador!
El señor WALKER (don Patricio).- Lo fundamental, para nosotros -así lo hemos sostenido- es no analizar dicha materia en este proyecto. Como no tenemos iniciativa en ella y sí la tiene el Gobierno, que la quiere tratar a propósito del texto en análisis, hemos dicho que, en subsidio -no es lo ideal-, la estudiemos en la Comisión Mixta.
El señor LONGUEIRA.- ¡Pero cómo! ¿Y la coyuntura?
El señor WALKER (don Patricio).- Yo he sido claro, señor Senador.
¿Saben lo que pasa? Que nosotros estamos disponibles, pero mediante el diálogo, la persuasión, y no a través de la imposición ni la amenaza, para llegar a un acuerdo.
Algunos han planteado que una fórmula para obtener mayor financiamiento sería ampliar en 1,5 por ciento, por dos años más, el impuesto de primera categoría.
¿Constituye una alternativa legítima? ¿Hay que descalificarla? Para mí, es legítima, como también lo es la proposición del Gobierno para financiar la reconstrucción.
Entonces, es todo o nada. Dicen que no le cambiarán ni una coma al proyecto; que no contarán con nuestros votos si no se le modifica algo, y que ya se está viendo cómo viene la mano de la Oposición al actual Gobierno.
¡Así no se construye la democracia de los acuerdos!
La Concertación presentó 72 indicaciones, pero no se acogió ninguna.
Hemos votado a favor en todo -¡en todo!-, salvo en un aspecto al que queremos darle una vuelta más; idealmente, en otro proyecto, si el Gobierno no se abre a aumentar un punto y medio, por dos años, en el trámite de Comisión Mixta.
Lo que está en juego acá, señor Presidente, es cómo desean gobernar: si quieren pasar la aplanadora; si quieren "el todo o nada"; si quieren que el Senado sea un buzón, que nadie opine nada y que todos aplaudamos lo que se propone, o si quieren que entre todos construyamos acuerdos.
Eso es lo que ustedes deben definir.
La democracia de los acuerdos fue buena para Chile. Y ustedes contribuyeron mucho a ella en reformas a la Constitución, a la salud, a la educación, a la previsión, a la normativa medioambiental. Yo, sin complejo alguno, les reconozco ese aporte. En ese entonces ustedes decían: "Que el Gobierno no imponga; construyamos acuerdos entre todos". Por ejemplo, en materia de educación.
¿Por qué nosotros no tenemos derecho a pedir lo mismo?
Ni siquiera quiero mencionar que somos mayoría en el Senado. Constituimos una parte importante de él, tan importante como ustedes.
Por eso, los invito nuevamente a renovar nuestro compromiso con la política de los acuerdos. Por ahí pasa la gobernabilidad. No hay progreso económico, ni paz social, ni estabilidad política, sin unidad, sin democracia de los acuerdos.
Por lo tanto, espero que en otro proyecto de ley o en la Comisión Mixta seamos capaces de alcanzar un consenso.
Hemos aprobado todo lo que el Gobierno nos ha pedido, pero en este tema queremos un segundo debate.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señores Senadores, la discusión ha sido larga, con argumentaciones bastante claras. Y les quiero sugerir, a petición de varios colegas...
El señor ORPIS.- Pido la palabra, señor Presidente, para una cuestión de Reglamento.
El señor PIZARRO (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor ORPIS.- Como Comité, le solicito suspender la sesión por diez minutos.
El señor PIZARRO (Presidente).- Muy bien.
Accediendo a su petición, se suspende la sesión por diez minutos.
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--Se suspendió a las 19:53.
--Se reanudó a las 20:4.
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El señor PIZARRO (Presidente).- Continúa la sesión.
Existe el acuerdo de votar artículo por artículo. En cuanto al royalty ya se efectuó la discusión completa. Y en la Comisión de Hacienda algunos preceptos se votaron a favor y otros se rechazaron. Pero como todos tenemos claro que el debate dio lugar a que se vote a favor o en contra de todas las disposiciones relacionadas con el royalty, podríamos hacer una sola votación donde eso quede expresado y se facultaría a la Secretaría para acomodar los resultados correspondientes, dependiendo de los artículos.
Si le parece a la Sala, se procederá a votar de esa manera.
Quienes aprueben todos los artículos concernientes al royalty votan a favor y los que estén por rechazarlos, para posibilitar la formación de una Comisión Mixta -como lo han expresado varios señores Senadores-, votan en contra.
¿Estamos claros?
En votación.
Votar "sí" significa aprobar la propuesta del Gobierno; y "no", rechazarla. De manera que el Senador Navarro tiene que votar que no.
Mi intención era efectuar la votación de una sola vez, pero un señor Senador desea hacer uso de la palabra.
Los pareos registrados hasta el momento en Secretaría para los efectos de la votación son los siguientes. El Senador señor Zaldívar (don Andrés) con el Senador señor Larraín, el Senador señor Ruiz-Esquide con la Senadora señora Pérez (doña Lily) y el Senador señor Rossi con el Senador Pérez Varela.
El Honorable señor Navarro ha solicitado fundamentar el voto. Lo que podemos hacer es que Su Señoría lo fundamente, mientras tanto estamos a la espera del Senador señor Prokurica, y después, votamos.
El señor WALKER (don Ignacio).- No.
El señor PIZARRO (Presidente).- Yo no puedo negar el derecho de fundamentar el voto a Sus Señorías. Si lo desean, cada señor Senador puede solicitar hacer uso de él.
--(Durante la votación).
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Navarro para fundamentar el voto.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, durante casi tres semanas se ha debatido acerca del proyecto de ley sobre financiamiento de la reconstrucción respecto de sus 9 artículos permanentes y 15 transitorios.
La verdad es que debo reiterar lo que dije desde un inicio: voy a apoyar todos y cada uno de los preceptos. Creo que la Oposición y la Concertación debieron haberlo hecho así e ir al meollo donde había diferencias: el royalty y, particularmente, la invariabilidad tributaria.
Se perdieron tres semanas -¡un mes!- en debatir para luego votar a favor. Hoy, después de esta larga vuelta, se va a aprobar todo lo que el Gobierno propuso, lo cual me parece bien. Eso niega el discurso de querer quitar la sal y el agua.
Siento que la salida hoy para posibilitar un acuerdo es la Comisión Mixta. Hubiera preferido suspender el debate, ganar la semana distrital y haber intentado resolver el asunto en el Senado para no ir a una Comisión Mixta. El Gobierno ha elegido que se vote, lo cual significa dar lugar a la formación de aquella.
Voy a rechazar lo relativo al royalty, porque creo que en la Comisión Mixta tenemos la posibilidad de llegar a acuerdo, como se ha venido insistiendo. Porque lo cierto es que el Gobierno y la Oposición dispusimos de dos días para discutir sobre el royalty y de un mes para el resto del proyecto, que se aprobó en forma unánime.
En mi opinión, hay una descompensación absoluta en cuanto al tiempo dedicado a la búsqueda de acuerdos, cuando desde el inicio había un punto de quiebre, que era lo concerniente al royalty, la invariabilidad tributaria, y no al resto de las materias.
He mantenido una sola posición. He apoyado al Gobierno en todos los artículos, menos en la invariabilidad tributaria. Y hoy mi voto negativo tiene por objeto propiciar una Comisión Mixta para procurar un acuerdo.
Les he sugerido a los señores Ministros Larroulet y Larraín la posibilidad de contar con la semana regional y no votar ahora, para facilitar la extensión de la negociación. Sin embargo, se ha preferido votar. Mi voto negativo es para que se busque un acuerdo en la Comisión Mixta.
Entiendo y comparto la necesidad de contar con los 600 ó 700 millones de dólares. Y, por cierto, lo vamos a seguir planteando, junto con el Senador señor Sabag.
Voto que no.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Longueira, para fundamentar su voto.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, creo que gran parte de la pasión que ha suscitado esta discusión se debe a la información que leímos en la prensa, respecto a que la Junta Nacional de la Democracia Cristiana dio instrucción y orden a los Senadores de su bancada para rechazar el alza al impuesto de primera categoría, si no era permanente.
¡No cumplieron!
Después, votaron en la Comisión de Hacienda en contra del incremento de tres tributos.
¡No cumplieron!
Entonces, la verdad es que el clima de esta sesión lo ha generado una actitud inentendible.
Aquí se ha sostenido que un proyecto relativo a la situación originada por el terremoto no es la ocasión para analizar el royalty. Pero nos dicen: "Veámoslo en la Mixta".
¡Inentendible!
Y probablemente yo los voy a ver votando en unos días más, en plena coyuntura, acerca de qué forma contribuye la gran minería.
No concibo, nadie lo ha escuchado, no sé cómo puede contribuir ese sector, si no extendemos la invariabilidad por un plazo determinado.
Pero tomaron una decisión, y creen que ir a Comisión Mixta significa una derrota para el Gobierno. Eso es lo que consiguieron. Están convencidos de ello. ¡Perfecto! Se ríen solos...
Y, en verdad, ustedes mismos están planteando dar lugar a una Comisión Mixta para ver de qué forma arreglamos el royalty, no obstante que han dicho que no es la ocasión para hacerlo. Cómo van a votar, si en el debate habido hoy han señalado que ahora, con el proyecto de financiamiento de la reconstrucción, no es la oportunidad para analizar el royalty, el impuesto específico a la actividad minera. Sin embargo, lo quieren ver en esa instancia.
¡No he visto nada más incoherente! Eso forma parte de lo que hemos observado durante toda la discusión de esta iniciativa.
Señor Presidente, a pesar de que no soy partidario del aumento de tributos, votaré a favor, porque creo que los chilenos necesitan estos recursos, y hoy la Concertación les ha negado 800 millones de dólares a los que han sido víctimas del terremoto.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier, para fundamentar el voto.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, solo deseo manifestar que, a mi juicio, corresponde reconocer los gestos realizados por los Senadores en aras del diálogo.
Quiero valorar la propuesta del Honorable señor Orpis, en cuanto a abrir un espacio en tal sentido.
Los parlamentarios de la Concertación hemos manifestado nuestra plena disposición al diálogo. Quizá el Senador Longueira no escuchó esa parte: nosotros estábamos dispuestos a construir un acuerdo.
El señor Ministro de Hacienda nos hizo una propuesta en el transcurso del día de hoy, en cuanto a analizar dos materias, y se nos fijó un plazo fatal para el debate. De esa manera, es bien difícil negociar, conversar o construir acuerdos.
Tal vez tenemos metodologías distintas para la elaboración de un acuerdo. Nosotros habríamos preferido que se alcanzara acá. Lamentamos que eso no haya sido posible. El Ejecutivo nos ha expresado que ahora solo quieren votar, e ir a la Mixta. Ellos son los que han establecido la urgencia.
Repito que habíamos expresado nuestro pleno acuerdo a la idea de abrir un espacio para construir un consenso, y esperamos que de aquí a que sesione la Comisión Mixta exista la posibilidad de lograrlo. Porque eso quiere el país.
En tal sentido, deseo mencionar al Honorable señor Longueira que nosotros preferíamos llegar a un acuerdo acá. Quienes no quisieron hacerlo ahora -lo señalo como Comité Socialista- fueron los Senadores de Gobierno. Ello corresponde más a "un gallito" de la política, para ver a quién acorralo, a quién descalifico, a quién le hago pagar costos políticos, que a un debate de calidad.
Estamos abiertos a la discusión y, por sobre todo, a alcanzar consensos, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- El Senador señor Orpis retiró su petición para hacer uso de la palabra.
¿La Honorable señora Rincón también lo va a hacer?
La señora RINCÓN.- Sí, señor Presidente.
La señora MATTHEI.- ¡Por favor! Quedan por lo menos cuatro horas de debate, y todos desean fundamentar el voto.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, solo quiero hacer presente que en la sesión de Comités de ayer pedimos un pareo para el Honorable señor Muñoz Aburto, quien se encontraba en Ginebra, asistiendo a la OIT, pero se nos negó. Y el Comité de Renovación Nacional nos manifestó que no iban a solicitar ni a otorgar pareos.
La Senadora señora Lily Pérez lo pidió, y nosotros se lo hemos dado.
Muchas gracias.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor PIZARRO (Presidente).- Terminada la votación.
--Se rechazan todas las normas relativas al royalty (17 votos en contra y 15 a favor).
Votaron por la negativa las señoras Allende, Alvear y Rincón y los señores Escalona, Frei (don Eduardo), Girardi, Gómez, Lagos, Letelier, Muñoz Aburto, Navarro, Pizarro, Quintana, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio) y Walker (don Patricio).
Votaron por la afirmativa la señora Matthei y los señores Allamand, Bianchi, Cantero, Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, García, Horvath, Kuschel, Longueira, Novoa, Orpis y Prokurica.
No votó, por estar pareado, el señor Zaldívar (don Andrés).

El señor HOFFMANN (Secretario General).- Señores Senadores, para los efectos del oficio correspondiente, la Secretaría entiende que las disposiciones atinentes al llamado "royalty" son los números 3), 4) y 5) del artículo 2°; el artículo 3°, y los artículos segundo, tercero y cuarto transitorios.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, disculpe, pero debo hacer una aclaración importante.
Recién el señor Secretario ha indicado que el número 5) del artículo 2° fue rechazado. Y, efectivamente, es una norma que se encuentra entre las relativas al royalty, pero que no tiene nada que ver con él.
Por lo tanto, solicito que lo votemos, porque establece un pago provisional para quienes se acojan al régimen del artículo 14 quáter. Esto no tenía importancia mientras ese artículo estaba caído. Pero ahora que ha sido repuesto por la Sala, resulta absolutamente necesario que quede con una tasa de 0,25 por ciento, tal como se propone.
Repito: se trata del numeral 5). Como bien dijo el señor Secretario, se entendió dentro de las disposiciones concernientes al royalty, porque se halla entremedio, no sé por qué. Pero no tiene nada que ver con ellas.

El señor PIZARRO (Presidente).- Gracias por la aclaración, Su Señoría.
Los Senadores de la Comisión de Hacienda me indican que eso es efectivo, y, en consecuencia, daremos por aprobado ese número.
La señora MATTHEI.- ¡Un minuto!
El señor PIZARRO (Presidente).- Honorables señor García y miembros de la Comisión, lo que se está aprobando es el texto acordado en general por la Sala. Lo señalo para los efectos de que exista claridad.
Si no hay inconveniente, se aprobará el número 5) del artículo 2º.
--Se aprueba.

El señor PIZARRO (Presidente).- Muy bien, todavía resta una larga lista de materias por analizar. El día de ayer habíamos acordado tratar algunas en bloque.
Varios señores Senadores han sugerido que, como la mayoría está a favor de los artículos que quedan, se haga una discusión y una votación de todos ellos. Me refiero al impuesto de timbres y estampillas, al impuesto al tabaco, etcétera.
Si hay acuerdo, podremos hacer el debate y la votación de una sola vez, y en bloque, fijándose un tiempo de tres minutos para intervenir.
El señor CANTERO.- Muy bien.
El señor PROKURICA.- Abra la votación.
El señor CHADWICK.- Sí.
El señor PIZARRO (Presidente).- Si le parece a la Sala, pondremos en discusión todos los artículos restantes, y abriremos la votación.
Entiendo que hay uno que la Comisión de Hacienda, por mayoría de 3 votos contra 2, acordó eliminar.
Al respecto, ha habido un cambio -le pido al Senador señor Zaldívar que me corrija si estoy equivocado-, pues se acordó votar todo a favor.
La señora MATTHEI.- ¿Qué artículo es?
El señor PIZARRO (Presidente).- El 5°.
El señor COLOMA.- El que se refiere al impuesto de timbres y estampillas.
El señor BIANCHI.- Así es.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, voy a referirme a la propuesta general del Ejecutivo sobre el impuesto de timbres y estampillas (materia que, por lo demás, todos conocemos), pero solo para dejar algunas constancias en cuanto al porqué de nuestra posición. Porque aquí se plantea una y otra vez por qué cambiamos, por qué no cambiamos, en fin.
Muchos han estudiado para Dios, y han sido rajados. ¡Nosotros todavía no alcanzamos a serlo...!
En efecto, hemos estudiado el asunto, y le formulamos un planteamiento al Gobierno, pues queremos de verdad que lo relacionado con el impuesto de timbres y estampillas signifique un beneficio para los pequeños empresarios y para las personas naturales que solicitan préstamos por cantidades reducidas.
Le hicimos ver eso al Ministro de Hacienda, quien nos dio varias razones por las cuales estimaba que no se podía aceptar nuestra proposición.
¿Qué sugerimos?
Le dijimos que se mantuviera el 0,6 por ciento, incluso por los cuatro años en forma transitoria.
Recogiendo una indicación del Senador señor Bianchi, le planteamos algunos tipos de exenciones: impuesto cero para todos los créditos inferiores a 1.000 UF y para los préstamos de consumo de hasta 250 UF (es decir, 5 millones de pesos); y para los créditos hipotecarios de hasta 2 mil 500 UF, que son normalmente los que utiliza la gente de sectores medios emergentes, aplicar la mitad de la tasa (50 por ciento del impuesto), o sea, 0,3 por ciento.
Formulamos las indicaciones pertinentes en la Comisión de Hacienda. Y el objeto era lograr un acuerdo. Pero no pudimos conseguirlo.
Señor Presidente, nosotros deseamos que exista una diferenciación. El Ministro dijo que no es factible, porque al dividir los tramos de los créditos se podría producir evasión y no habría control.
Pienso que no es tan así. Siempre es viable buscar por la vía de la ley el modo de controlar los abusos que una persona pretenda cometer. Además, hay que partir del principio de la buena fe del contribuyente y no del de su mala fe.
No tuvimos éxito. No hemos podido lograr nuestro objetivo. Pero, ante esa circunstancia y sin otro camino que seguir -porque no tenemos facultad constitucional para materializarlo-, decidimos aprobar la propuesta del Ejecutivo, de tal manera que la tasa se mantenga en 0,6 por ciento.
Ojalá en el próximo tiempo nos sea factible abrir un espacio de discusión, sobre todo para las personas naturales. Porque los pequeños empresarios, de acuerdo a la ley N° 20.416, hoy día tienen la posibilidad de descontar el impuesto de timbres y estampillas al declarar el impuesto al valor agregado.
En mi opinión, el Parlamento debe preocuparse del asunto. Porque todos hemos sostenido que queremos apoyar a los pequeños empresarios. Pero de este proyecto no emerge el respaldo consiguiente.
Tengo una carta mediante la cual representantes de la CONUPIA expresan su desacuerdo con la forma como se ha tratado lo relativo a la Ley de Timbres y Estampillas.
Esas son, señor Presidente, las razones por las cuales vamos a votar a favor de la proposición del Ejecutivo.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señores Senadores, a los efectos de clarificar el procedimiento, nos hemos puesto de acuerdo con la Secretaría.
Vamos a abrir la votación. Se votará una sola vez. Y entendemos que es favorable el acuerdo sobre todos los artículos que restan (impuesto al tabaco, en fin), según plantearon los Comités.
Posteriormente, nuestro Secretario General y la Oficial Mayor de Secretaría adecuarán el resultado de la votación única, en el entendido de la aprobación total.
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Muy bien, señor Presidente: economía procesal.
El señor PIZARRO (Presidente).- En votación.
--(Durante la votación).
El señor PIZARRO (Presidente).- Para fundar su voto, tiene la palabra el Honorable señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, el impuesto de timbres y estampillas tiene su origen en una contribución que hace muchos años efectuaban aquellos que usaban el crédito: los sectores más pudientes de la población, que podían firmar pagarés, tenían acceso a los bancos, en fin. Por tanto, para el Estado era una buena forma de recaudar, pues quienes más tenían podían contribuir al financiamiento fiscal.
Sin embargo, con el paso de los años el crédito se ha ido democratizando. Así, hoy día acceden a él los sectores más vulnerables. Un trabajador, por ejemplo, tiene la posibilidad de endeudarse por el equivalente a siete veces su remuneración.
Los pequeños comerciantes que han tomado un préstamo para financiar su actividad -antes no podían hacerlo- también deben pagar el impuesto en cuestión.
El 80 por ciento de la recaudación fiscal por concepto de impuesto de timbres y estampillas lo paga el 5 por ciento de las empresas.
En este momento tenemos una tasa de 0,6 por ciento, que la próxima semana subirá, para todos, a 1,2 por ciento.
El proyecto del Gobierno dice: "Lo mantenemos en 0,6 para todos, pero vamos a bajar la recaudación fiscal". Claro: esta disminuye, pero a costa de que las cinco mil empresas más grandes también pagarán 0,6, en vez de 1,2.
Señor Presidente, consideramos necesario que el referido tributo caiga a cero para la pequeña empresa y para las personas naturales, y que se mantenga el 1,2 por ciento para las empresas grandes.
Sin embargo, en el Gobierno no ha habido disposición a ese respecto.
Aún más: el Ejecutivo nos propuso mantener un 0,8 por ciento para todos.
La Concertación no está dispuesta a que, a costa de los pequeños empresarios y de las personas naturales, haya que pagar un impuesto mayor en 0,2 por ciento para que las grandes empresas rebajen el suyo.
En tales circunstancias, estamos obligados a votar lo que hay, para evitar que la pequeña y mediana empresas tributen por una tasa mayor.
Por eso, señor Presidente, votamos a favor. Y esperamos que este impuesto regresivo en algún momento llegue a cero.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.


La señora MATTHEI.- Señor Presidente, el año 2009 el Ministro de Hacienda llevó este impuesto a cero para todos. Y creo que nadie -¡salvo, probablemente, Francisco Vidal...!- podría acusar a Andrés Velasco de querer favorecer a las grandes empresas.
Si el Ministro Velasco llevó la tasa a cero para todos, incluidas las grandes empresas, fue porque es un lío mayúsculo tener tasas diferenciadas.
Por eso la Concertación se negó durante sus veinte años en el Gobierno, por ejemplo, a tener un IVA diferenciado para los libros. Muchas veces se pidió acá, pero nunca estuvo dispuesta a aceptarlo. Y pienso que hizo bien al negarse a un IVA menor para los libros, porque con una tasa más reducida se termina vendiendo hasta plátanos en las librerías.
Las tasas diferenciadas se prestan para abusos y fraudes, señor Presidente.
Por lo tanto, cuando en 2009 el Gobierno decidió bajar el impuesto en cuestión porque realmente había un problema económico grave, lo disminuyó para todos a cero. Y no hizo rebajas diferenciadas como las que pide ahora la Concertación.
Pregúntenle a sus ex Ministros de Hacienda: a Velasco, a Nicolás Eyzaguirre. Ellos les dirán que es correcto lo que se está haciendo ahora: tener una sola tasa para todos. Porque las tasas diferenciadas siempre se prestan para fraudes.
Señor Presidente, me encantaría tener a los pequeños empresarios exentos del referido impuesto. Pero yo jamás votaría a favor de eso, por la estela de fraudes que generaría y por el tremendo esfuerzo que el Servicio de Impuestos Internos debería realizar para controlar la evasión tributaria.
En consecuencia, creo que se está haciendo lo correcto. A nuestro juicio, en algún minuto el impuesto en cuestión tendría que llegar a cero. No se puede hacer ahora, porque recauda. Pero la verdad es que introduce muy graves distorsiones en la competencia en el sector financiero. Y por eso no debiera existir.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, no puedo sino coincidir absolutamente con lo que señaló el Senador Zaldívar -tuvimos la misma discusión en la Comisión de Hacienda- y pedir perdón, pedir disculpas a la clase media, a las mipymes, a los medianos y pequeños emprendedores de nuestro país, porque no hubo cómo llegar a algún acuerdo con el Ejecutivo en esta materia a los efectos de flexibilizar.
Tengo claro que el 0,6 es harto mejor que el 1,2. Pero queríamos una diferenciación.
Si el Gobierno aspira a crecer al 6 por ciento, una de las maneras de lograrlo pasa también por tener acceso a préstamos más baratos. Y, para ello, las personas de clase media que toman un crédito de 5, 10, 15 ó 20 millones para comprar una vivienda o con otra finalidad no debieran verse obligadas a pagar el odioso impuesto de timbres y estampillas.
Yo al menos hubiese querido que las grandes empresas pagaran el 1,2, porque pueden hacerlo, y que los más pequeños hubiesen tenido acceso a la gran oportunidad que planteábamos. Pero, por desgracia, eso no fue factible.
Coincido totalmente con lo manifestado por los Senadores Zaldívar y Lagos en esta materia, sobre la cual tuvimos un interesante debate en la Comisión de Hacienda.
En definitiva, señor Presidente, me veo obligado a votar a favor, porque, como es obvio, se concede un beneficio; y pequeños y medianos emprendedores que asistieron al Congreso a una sesión expresaban que esto era mejor que lo otro. Sin embargo, para ser sincero, me habría gustado haberle brindado al país, a la sufrida clase media, la gran oportunidad de acceder a créditos mucho más económicos.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, en todo este debate, considero necesario valorar también instrumentos o políticas muy progresistas y que en el pasado fue muy difícil incorporar.
Al respecto, hay un punto del que quiero hacer especial mención -y le agradezco al Ministro de Hacienda por haberlo incorporado-: el impuesto al tabaco.
Más allá de la recaudación, esta es una medida que se halla absolutamente en línea con el propósito de construir una sociedad más moderna, de mejor calidad.
El impuesto en cuestión no solo recauda, sino que, además, es uno de los principales instrumentos para desincentivar el consumo de tabaco en los niños.
Chile vive el drama de tener una de las prevalencias más altas en esta materia: 35 por ciento de los escolares fuman. No existen en ninguna parte del planeta situaciones como esta. Y el costo social del tabaquismo es inmenso: más de 10 mil personas mueren por causas atribuibles a él.
En igual línea, me gustaría hacerle dos planteamientos al Ministro.
Por una parte, le pido la utilización del mismo mecanismo para los alcoholes; tal vez no para el vino, pero sí para los alcoholes duros.
Y por otra, le solicito valorar un instrumento que hoy día se usa en otros países del orbe: el impuesto a las grasas, al azúcar y a la sal, los elementos que más gente están matando en el mundo desarrollado, y también en Chile (las primeras causas de muerte son los infartos, los accidentes vasculares, los cánceres, que se hallan directamente relacionados con la ingesta de ellos). Los mayores fondos que se obtendrían por este concepto se podrían destinar a darles a todas las personas de escasos recursos (niños, adultos mayores, en fin) la oportunidad de realizar actividad física. Ello, por la vía de entregarles a los municipios o a las escuelas recursos para materializar ese propósito. Porque está demostrado que la regulación del consumo de comida chatarra y la gimnasia disminuyen a la mitad los infartos y los accidentes vasculares, y los cánceres, en un tercio.
¡Ese sería el mejor negocio para Chile!
Señor Presidente, yo no quería dejar de valorar, en medio de todo este debate, los referidos aspectos, que son muy sensibles.
Creo de verdad que aquí ha habido una mirada absolutamente progresista en la referida materia, que en el pasado fue muy difícil discutir.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, era absolutamente necesaria la rebaja del impuesto de timbres y estampillas, que tendrá entre sus beneficiarios a un millón 50 mil personas naturales, cerca de 250 mil mipymes o pymes y solo 50 mil grandes empresas.
Nosotros sostuvimos que había que ser consistentes con la medida impulsada por la Presidenta Bachelet, donde no se hacían diferenciaciones de ninguna índole, precisamente porque podrían producir fraudes.
Esta norma beneficia a las personas de la clase media, en particular a las que se hallan en condiciones de solicitar un crédito hipotecario, quienes ahora podrán concurrir a distintos bancos para tratar de obtener un descuento en la tasa de interés.
En ese mismo contexto, nosotros apoyamos esta medida justamente porque creemos en la clase media, en el pequeño emprendimiento.
Por último, quiero pedirle al señor Presidente autorización para poder incorporar mi argumentación a favor del impuesto al tabaco.
El señor PIZARRO (Presidente).- No es posible, señor Senador.
El señor CHAHUÁN.- La tengo por escrito.
El señor PIZARRO (Presidente).- Además, estamos votando otra materia.
El señor CHAHUÁN.- En ese caso...
El señor PIZARRO (Presidente).- Puede hacerla circular entre los Senadores, si quiere, o entregársela a la prensa. Creo que la van a leer con mucho entusiasmo. No le quepa duda.
El señor CHAHUÁN.- Me la reservo para la hora de Incidentes, señor Presidente.
Muchas gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, en esta materia voy a votar que sí porque no hay opción.
Yo habría preferido que el Gobierno hubiera efectuado un distingo -como han dicho otros colegas- entre la mediana y pequeña empresas -por las que muchos están genuinamente preocupados- y las grandes empresas, de manera que estas últimas no pasaran coladas en el esfuerzo de que se trata.
No fue factible. El Ejecutivo sostiene que no se puede hacer esa diferenciación. Yo creo que sí. Por cierto, es difícil.
Como con elocuencia dijo la Senadora Matthei, no es fácil, y a veces se generan intersticios o fraudes. Pero ello no exime de la posibilidad de buscar esa diferenciación, que se hace a diario.
Sin ir más lejos, la Ficha de Protección Social establece cortes. Y los modestos tienen que comérselos. ¡Pero los grandes empresarios, no...!
Entonces, si es factible diferenciar para ver qué puntaje tiene una familia modesta y saber a qué beneficios accede, me parece que lo propio podría hacerse para distinguir entre empresas pequeñas y medianas y empresas grandes.
Voy a una cuestión más de fondo, señor Presidente.
Se ha dicho repetidamente que la Presidenta Bachelet, en su Administración, sí tuvo impuestos de cero y de 0,6 por ciento.
Al respecto, debo puntualizar que nuevamente el Gobierno y el oficialismo, cuando quieren recaudar, confunden terremoto y emergencia con políticas de otra índole.
La Presidenta Bachelet estableció primero el cero y después el 0,6 con un solo fin: reactivar la economía.
Acá se nos ha dicho que, como hubo un terremoto, es necesario recaudar recursos adicionales porque existe una situación excepcional que debe enfrentarse. El propósito no es reactivar la economía. De lo contrario, el Ejecutivo no debería dejar el impuesto de timbres y estampillas en 0,6 por ciento, sino llevarlo directamente a cero, para beneficiar de verdad a aquellas personas de las que se ha hablado acá.
El Senador Chahuán, quien me antecedió en el uso de la palabra, habló de un millón 50 mil personas naturales. Debo manifestarle a Su Señoría, por intermedio de la Mesa, que nosotros hicimos una indicación para que pagaran la mitad del tributo en caso de comprar una vivienda de hasta 50 millones de pesos y cero si ella costara hasta 20 millones. Asimismo, planteamos que quien se endeudara en un crédito de consumo por hasta 5 millones de pesos -por ejemplo, para comprar un "plasma" que le permitiera ver el Mundial de Fútbol- también pagara cero.
El Gobierno dijo que no. ¿Y por qué? ¿Se persiguen fines recaudatorios o reconstruir y reactivar?
Entonces, pónganse de acuerdo.
Voto que sí por no existir alternativa. Porque mi corazón progresista y de centroizquierda me dice lo siguiente: ante la disyuntiva de negarles la rebaja a la pequeña y la mediana empresas para que los grandes no se beneficien de una medida que no merecen, voy a estar con el más débil, así el más grande pase colado, como es la actitud y decisión que tomó el Gobierno.
La señor MATTHEI.- ¡En 20 años de progresismo nunca hubo una tasa diferenciada!
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Longueira.


El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, puede que sea la última vez que intervenimos sobre el proyecto, porque si la Cámara de Diputados ratifica lo despachado por el Senado y no se forma una Comisión Mixta, no tendremos ocasión de volver a hacerlo. Así que quisiera referirme al último punto planteado, relativo al impuesto de timbres y estampillas.
Solo deseo señalar que esta es la coronación de las volteretas que hemos visto durante la discusión de la iniciativa.
Me alegro de que el punto se apruebe, porque era parte de nuestro programa de Gobierno.
Y los porcentajes son transitorios.
A diferencia de lo expuesto el año pasado, la Concertación aumentará el impuesto de timbres y estampillas y lo establecerá en su programa de Gobierno. Y los chilenos, en tres años más, se pronunciarán acerca de si son o no partidarios del alza.
Me agrada la sensibilidad social del Gobierno al no bajar a cero el impuesto para las empresas más grandes. ¡Porque hubo otro que lo hizo! De tal manera que deja la tasa en 0,6 por ciento para ellas, a diferencia de lo hecho por el de ustedes, que la bajó a cero para los más ricos, los más grandes y todas esas cosas que les encanta decir. Y por un año.
Y aquí se arma un escándalo, se presentan indicaciones,...
El señor LAGOS.- ¡Porque es permanente!
El señor LONGUEIRA.- La verdad es que el espectáculo de las argumentaciones y dadas de vuelta es digno casi de un circo, porque impresiona que, no obstante ser algo que no se planteó en 20 años, se sostenga ahora, cuando el Gobierno presenta lo de 0,6 por ciento, que se está beneficiando a los ricos.
Lo único claro, señor Presidente, es que las empresas que hoy generan más recursos -afortunadamente para el país- son las de la gran minería, y que está terminando el tratamiento del proyecto y la Concertación les ha impedido colaborar. Deben de sentirse muy felices. Pero, por desgracia, las personas afectadas por el terremoto se enfrentarán a cerca de 800 millones de dólares menos. Es lo único lamentable de la discusión.
Pero me alegro enormemente -repito- de la solución a que se llegó, porque, a mi juicio, ningún impuesto es más injusto para la clase media que el de timbres y estampillas. Me complace que se reduzca.
Por cierto, en tres años más, a lo mejor, la modificación dejará de ser transitoria, porque la Concertación ya anunció ser partidaria de un aumento, lo cual será parte de la discusión legítima en democracia.
Siento satisfacción por Chile, por la clase media y porque, una vez más, hemos cumplido una parte de nuestro programa de Gobierno. Ello también ocurrió en el caso del artículo 14 quáter, por cuanto era muy importante para nosotros beneficiar a la pequeña y la mediana empresas, ya que creemos en el crecimiento. Y bajar la tasa del impuesto de timbres y estampillas también contribuye a un mayor crecimiento del país, lo que significa que habrá más recursos para la gente que los precisa.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estamos contentos con el impuesto al tabaco. Lo estimamos importante, no por su recaudación, sino por su impacto en el hábito.
Sin duda, se debería considerar en algún momento la posibilidad de establecer un impuesto al alcohol fuerte -no me refiero al de baja graduación-, porque es ahí donde se registra un problema de consumo grave, en particular en la juventud.
Juzgamos relevante la reposición de la sobretasa del impuesto territorial, que la Alianza por Chile rechazó en la Cámara de Diputados. Es algo que le pedimos varias veces al señor Ministro. Agradecemos la inclusión de tal aporte.
En cuanto al impuesto de timbres y estampillas, quiero dejar una constancia, señor Presidente. El señor Ministro nos dice que no se puede diferenciar. Eso no es cierto: sí es posible. Se encuentran distintas formas de hacerlo cuando media voluntad.
El mecanismo para los chicos, según nos expresó aquí el mismo titular de la Cartera, no funciona mucho para efectuar el descuento o recuperar el pago de timbres y estampillas. Pero existe un mecanismo: derechos diferenciados. Y lo que hemos planteado es que se busque un sistema diferenciado.
Hoy a mediodía el Gobierno nos propuso algo que, en el fondo, es más complejo que lo que ahora se contempla. Porque aquí el impuesto de timbres y estampillas quedará en 0,6 por ciento. Lo que se nos señaló para construir un pacto fue mantenerlo en ese porcentaje y después subirlo, pero para todos, incluidos los chicos y las personas naturales.
Por tal razón, en parte, no estuvimos dispuestos a concurrir al acuerdo, pues queremos que las personas naturales y las pequeñas y microempresas no tengan que pagarlo. Sí estimamos que los grandes pueden y deben hacerlo y que existen mecanismos legales para asegurarlo.
Aquí se ha tratado de insinuar -y con esto termino- que la coyuntura actual es la misma que en el momento de la crisis. Cuando se aprobó, conforme a la proposición de la Presidenta Bachelet, la rebaja del impuesto de timbres y estampillas -no me queda claro si las fuerzas de Derecha creen hoy que fue una mala medida y parece que la critican-, ello se expuso como un mecanismo de reactivación económica frente a una de las más grandes crisis financieras internacionales que ha conocido la humanidad. Y ese fue el sentido, no otro. Se apuntó a contar con medidas reactivadoras tendientes a no dificultar la situación del sector financiero.
Entiendo que la Senadora señora Matthei -lo expreso por su intermedio, señor Presidente- ha manifestado sobre este tipo de norma un punto de vista que no tiene que ver con la recaudación, sino más bien con incentivos. Podemos discutir sobre el particular, tal como se hizo cuando la Presidenta Bachelet envió tiempo atrás su proyecto en medio de una crisis. Pero no me parece que sea bueno, en estos aspectos, buscar la descalificación, como creo que ha sucedido por momentos.
A nosotros no nos queda otra que votar a favor de la propuesta, pero nos hubiese gustado más diálogo y la consideración de otros mecanismos. La simple aseveración de que no se puede discriminar entre unos y otros porque los grandes van a eludir, porque harán fraude, porque no pueden ser controlados, no me parece el mejor argumento. Pienso que se puede buscar, tal como la ley lo permite, que los chicos obtengan el beneficio.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.


El señor NOVOA.- Señor Presidente, mi intervención tiene por objeto precisar un poco el sentido de mi pronunciamiento.
Se explicó que se votan todas las normas en conjunto. Revisé el comparado y la realidad es que las disposiciones en esa situación son muy pocas. Porque, o no se introdujeron modificaciones en el texto, o estas fueron aprobadas por unanimidad, por lo que ya se encuentran aprobadas.
Lo digo porque puede ser que algunos preceptos no los comparta, pero me pronunciaré a favor en el entendido de que, fundamentalmente, la votación implica aprobar lo que dice relación a la rebaja del impuesto de timbres y estampillas, que me parece muy conveniente.
A mi juicio, se ha registrado siempre unanimidad en el sentido de que ese tributo es bastante contrario al desarrollo, a la inversión y al crecimiento económico.
Y lo apruebo tal como está, porque tampoco considero razonables o aceptables los argumentos en cuanto a que deben pagar los más grandes, a que a ellos es preciso cargarles la mano, y empezar a hacer divisiones que con frecuencia han terminado en problemas que van mucho más allá de la recaudación.
Creo que todo el sesgo negativo respecto de las grandes empresas es realmente un asunto que deberíamos considerar con bastante mayor detención, porque los países se construyen sobre la base de pequeñas, medianas y grandes empresas. Y si queremos establecer el criterio de que estas últimas constituyen un hecho indeseado, terminaremos perjudicando las posibilidades de desarrollo de Chile.
En cuanto al impuesto al tabaco, entiendo que fue aprobado y no modificado en la Comisión, por lo que probablemente no tendríamos que votarlo.
En todo caso, hago presente que lo apruebo, y estimo un avance muy importante considerar una parte como impuesto específico. De seguir aumentando la tasa ad valórem, podríamos haber llegado al absurdo de que el tributo implicara mucho más que el costo y, en definitiva, la capacidad de pago, con lo cual hubiéramos cercenado un ingreso significativo para el país.
El señor PIZARRO (Presidente).- Debo aclarar a Su Señoría que los Comités acordaron ayer votar artículo por artículo, aunque mediara la unanimidad de la Comisión.
El señor NOVOA.- Me pronuncio, entonces, respecto de todas las normas, según lo resuelto, pero manifiesto mi disposición más favorable a las dos a que he hecho referencia.
¡Reservaré mi opinión acerca del resto...!
El señor PIZARRO (Presidente).- Dejaremos constancia de ello, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro para fundamentar su voto.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, aun cuando 0,6 por ciento es positivo para las mipymes, no es la única alternativa. Si el Gobierno lo planteó así, lo he apoyado desde el inicio, de todas maneras. Respecto de las tasas diferenciadas, cabe tener presentes las dificultades señaladas aquí. Pero subsisten problemas como el de la falta de acceso al crédito, la incorporación a DICOM y el endeudamiento con la Tesorería.
A mi juicio, nos queda trabajo. Y es preciso seguir avanzando en el estatuto de las mipymes. No diría que esto es todo lo que cabe hacer. Por el contrario, es algo que forma parte de la ley de reconstrucción. Ya lo he expresado. No se trata de una reforma tributaria ni de una ley en proyecto para dichas entidades.
En consecuencia, las tareas pendientes son lo relativo a DICOM, la deuda con la Tesorería y el acceso al crédito, que no es posible por el propio endeudamiento.
Solo agregaría que el trato a los chicos por parte del Servicio de Impuestos Internos debiera variar, porque es duro. Como la fiscalización es secreta, me responden siempre que es reservado lo que resulta de la que se lleva a cabo con los grandes. Pero sí me impongo de cuando fiscalizan a los chicos, porque estos tienen que pagar las multas, que se conocen.
Pienso que era posible incorporar el caso del alcohol, señor Presidente. Hubo quienes me expresaron que no prosperaría lo relativo a ese impuesto, porque en el Senado y el Gobierno existen muchos apellidos medio vinosos y se observa una similitud en el nombre de varias viñas, de modo que nunca se tocará el producto.
El señor LAGOS.- ¡"Navarro tres estrellas"...!
El señor NAVARRO.- Me parece necesario abordar la situación, porque se registran cerca de 500 millones de dólares en pérdidas anuales para el país, 2 mil 800 fallecidos, 49 mil lesionados. Y lo señalo no solo por los costos involucrados, sino también por una cuestión de salud pública.
Estimo que lo obrado es positivo. Podríamos habernos ahorrado un gran periplo con un apoyo desde el inicio. De ese modo, hubiéramos evitado todo el debate que ha tenido lugar y nos habríamos centrado en lo que nos distanciaba: el royalty.
Sin embargo, me parece que el Gobierno ha hecho lo correcto.
Voto a favor.
¡Patagonia sin represas, señor Presidente!
El señor HOFFMANN (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor PIZARRO (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueban las proposiciones de la Comisión de Hacienda pendientes (29 votos a favor, uno en contra y una abstención), y el proyecto queda despachado en particular.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Alvear, Matthei y Rincón, y los señores Allamand, Bianchi, Cantero, Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, García, Girardi, Horvath, Kuschel, Lagos, Longueira, Muñoz Aburto, Navarro, Novoa, Orpis, Pizarro, Prokurica, Quintana, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Votó por la negativa el señor Frei (don Eduardo).
Se abstuvo el señor Letelier.