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  Ambientes libres de humo

  Por Fulvio Rossi, senador por la Región de Arica y Parinacota

15 de diciembre de 2011

ImagenSé que mucha gente se preguntará por qué estamos legislando de nuevo sobre el control de la adicción tabáquica pocos años después de que este mismo Congreso discutió, tramitó y aprobó una ley.

 

Y lo estamos haciendo, primero, porque creo que cometimos un error la vez anterior. Hoy día lo que estamos haciendo con este proyecto de ley es avanzar en aquellos temas.

 

Todos los países del mundo están adecuando sus legislaciones a las convenciones internacionales y a la evidencia científica. Sé que muchos dirán que se les hizo hacer una inversión importante a muchos pequeños empresarios para realizar las separaciones ambientales y yo, en su minuto planteé, que no servía de nada la separación hermética, aislada, estableciendo zonas para fumadores y zonas para no fumadores en un restaurant, en un bar o en cualquier otro recinto, porque la evidencia científica mostraba que si se tomaba una muestra y se medía la contaminación o la presencia de agentes cancerígenos o nicotina en el espacio para no fumadores, era lo mismo que ocurre en el espacio para fumadores.

 

Lo mismo pasa con ciertas disposiciones como, por ejemplo, el pensar que se puede fumar al aire libre sin contaminar el ambiente que respira otra persona. Cuando hay menores en un parque o en un estadio, es evidente que si la persona está fumando, ese menor respira un aire con humo de tabaco con todos los agentes cancerígenos y con toda la nicotina. Eso es evidente y esto también se pretende resolver.

 

También un error de la legislación anterior fue decir que los que tienen oficina individual, con salida al exterior, pueden fumar. Primero, lo encontraba discriminatorio porque, efectivamente, todo el resto de la gente que trabaja en ese lugar no puede fumar o tiene que salir a la calle. Sin embargo, el gerente o el parlamentario, quien sea, que tiene una oficina individual puede fumar.

 

Al final, esa medida contribuía a contaminar el espacio del resto, porque también pasa el humo por los pequeños orificios o rendijas. Por lo tanto, tampoco se resolvía el problema y finalmente no era una buena medida, no era acertada, no iba en la dirección de lo que queremos lograr.

 

Hoy día, lo que está haciendo este proyecto, es promover ambientes libres de humo de tabaco.

Ojalá los partidos políticos también lo acojan. En mi propio partido creo que 10 a 15 veces he hecho presente que es un espacio no privado y evidentemente que los derechos de uno finalmente terminan con los del otro.

 

Este proyecto busca que cada vez más haya una cultura de respeto a los derechos del otro desde la perspectiva sanitaria, entendiendo que el fumador pasivo tiene varias veces más riesgo de infarto u otra enfermedad cardiovascular, comparado con un no fumador que no ha estado expuesto a un ambiente intenso en humo de tabaco.

 

Ese es el objetivo central, pero también hay otras cosas que tienen que ver con la publicidad.

 

Está demostrado que la publicidad, y especialmente la dirigida a menores, penetra fuertemente. Las tabacaleras no pueden mentirnos y decirnos que respetan a los niños y que la publicidad va al adulto, como siempre dicen en el discurso, porque está demostrado que si no se empieza a fumar antes de los 18 es muy improbable que se empiece a fumar después de esa edad.

 

Entonces, toda la batería de publicidad está dirigida al menor y si bien prohibimos algo en el proyecto anterior, queda la publicidad en los puntos de venta, que es el tema a que hace alusión esta iniciativa.

 

Por otra parte, hay un aspecto importante vinculado a la fiscalización. Porque, de qué sirven tantas normas si no se cumplen. ¿Cómo se fiscaliza más? El proyecto busca establecer lo que se denomina acción pública y un tercio de la multa iría en beneficio del denunciante, lo que se convierte en un incentivo a denunciar.

 

El único objetivo que tiene esta iniciativa es adecuar nuestra legislación. Todos los países están haciendo lo mismo. En general, cuando uno va a algún país en América o en Europa, el que fuma en un bar está afuera; el que quiere fumar en un restaurant está afuera y también hay restricciones en espacios al aire libre donde hay menores.

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