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ESTABLECIMIENTO DE LEY MARCO DE CAMBIO CLIMÁTICO


La señora RINCÓN.- Gracias, Presidente.
Saludo a mis colegas y también al Ministro Naranjo, y, por cierto, a Ximena Órdenes, que ha estado a la cabeza de este proyecto en nuestro Senado.
Señor Presidente, analizamos hoy esta iniciativa, que busca crear un marco jurídico para hacer frente a los desafíos del cambio climático, disminuir nuestras emisiones de CO2, avanzar hacia la neutralidad de las emisiones y adoptar todas las medidas tendientes a reducir los efectos adversos y reales del cambio climático en nuestro país.
Quiero comenzar con una afirmación: el cambio climático es real y lo estamos viviendo.
Diversos estudios sitúan a Chile como uno de los países más vulnerables ante el aumento de la temperatura de los océanos y el cambio progresivo de los ecosistemas a consecuencia del cambio climático.
Ya no hablamos de cambios que van a verse en cincuenta o cien años, como lo discutíamos décadas atrás, sino que debemos enfrentar con urgencia las emergencias climáticas que ya se están viviendo hoy y que empeorarán de manera progresiva y acelerada en los próximos años.
En las décadas anteriores se ha abordado el cambio climático como un asunto internacional, en donde los países deben tomar acuerdos para reducir sus emisiones y adoptar las medidas tendientes a paliar los efectos climáticos.
En tal sentido, Chile ha sido coherente con su compromiso internacional y hemos intentado cumplir a cabalidad los acuerdos en materia climática.
Esto se ha traducido en Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional -o NDC, por sus siglas en inglés-, presentando la primera en 2015, en materia de mitigación, adaptación, fortalecimiento de capacidades, transferencia de tecnologías y financiamiento en materia de cambio climático.
Un gran avance es que se considere dentro de los planes de acción los criterios territoriales para adoptar medidas contra el cambio climático, ya que no se aborda de la misma manera el cambio climático en Biobío que en Maule, e incluso dentro de una misma zona geográfica existen riesgos que afectan de diversa manera a uno u otro sector.
En el Senado incorporamos que los gobernadores regionales sean parte de los Comités Regionales de Cambio Climático, lo que contribuye aún más a una efectiva descentralización en la toma de las decisiones climáticas.
Puedo hablar de lo que he visto en mi Región del Maule, en donde, a pesar de una disponibilidad hídrica mayor que en otras regiones del país, los agricultores maulinos no cuentan con niveles adecuados de agua para proveer a sus plantaciones.
En definitiva, si bien esta normativa se presenta como una ley marco de acciones principalmente encaminadas a la mitigación, es urgente que nos planteemos una ley marco de emergencia y seguridad climática, ya que los riesgos dejaron de ser tales, para transformarse en emergencias.
Pese a lo anterior, estimo necesario hacer algunas consideraciones respecto al texto final que se nos propone.
Respecto a la meta de carbononeutralidad al año 2050, creemos que es un plazo mayor al esperado y que no es suficientemente ambicioso y realista con los peligros de cambio climático que podrían afectar a nuestro país.
Hoy, producto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, países como Alemania, que habían avanzado a pasos agigantados en la reducción de sus emisiones, están planteando volver a su base de carbón para disminuir su dependencia energética de Rusia.
Es así como, lamentablemente, los objetivos climáticos se van recortando por la coyuntura política o económica.
Por esta misma razón, debiésemos habernos planteado un escenario más ambicioso -sé que se discutió así- y fijar como límite el año 2040 para la Estrategia Climática de Largo Plazo, considerando que, en los hechos, la mayoría de las veces no alcanzamos a cumplir las metas que nosotros mismos nos planteamos. Y, a pesar de que se establezcan mecanismos de flexibilidad para actualizar los objetivos, todos sabemos que en los hechos no es usual que las metas se adelanten.
Respecto de los instrumentos que considera el presente proyecto, esperaríamos que se estableciera un mayor poder vinculante para que la institucionalidad encargada de su desarrollo tenga herramientas reales y concretas para exigir su aplicación. De lo contrario, podríamos caer en el riesgo de contar con planes de acción climática que solamente queden bien escritos en el papel, pero que no lleguen a cumplir su objetivo.
Finalmente, el financiamiento es esencial para que la presente iniciativa, que busca plantearse como una ley marco de acción climática, tenga real aplicación y sustento.
El proyecto que se nos presenta cuenta con un presupuesto adicional de apenas 5.764 millones de pesos, a repartir entre once organismos públicos, lo que significa que cada uno de ellos contará con poco más de 500 millones anuales para su ejecución, lo que es, por decir lo menos, insuficiente.
Para dimensionar el grado de insuficiencia en el financiamiento de esta iniciativa ponemos de ejemplo el gasto de la municipalidad de Petorca, que fue de 4.680 millones; es decir, una municipalidad utilizaría el 80 por ciento del presupuesto que discute esta ley, quedando 3 millones para los 344 municipios restantes.
Hoy muchos tildan al Senado como una institución anacrónica.
Y pese a que algunos quieren hacernos desaparecer, las más de veinte mejoras que se hicieron a la iniciativa, con más de 800 indicaciones, durante su paso por esta Corporación, dan cuenta de que hemos sabido interpretar los desafíos que requiere el Chile de las próximas décadas, especialmente en materia medioambiental y territorial durante el paso de la iniciativa por la Comisión de Medio Ambiente. Y en la Comisión Hacienda incorporamos dos importantes indicaciones para que los planes sectoriales consideren un informe financiero detallado de las medidas adoptadas, en pos de la transparencia y eficiencia en el uso de los recursos.
Señor Presidente -y aquí termino-, si bien apoyaremos la aprobación de esta iniciativa, estaremos vigilantes a las eventuales mejoras que podamos introducirle a la ley, en pos de actualizar los objetivos medioambientales para hacer frente a la emergencia climática que se avecina.
Por ello, vamos a respaldarla.