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La señora RINCÓN (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.


, a quien homenajeamos desde esta institución de la república.
Escritor, poeta, traductor y "oralitor", como se autodenomina para recalcar que es la voz de los que no tienen voz.
Su nombre significa "piedra transparente", y su apellido, Chihuailaf, "neblina extendida sobre un lago". Como él mismo señalara, el sentido poético lo acompañó desde la infancia.
De profesión obstetra y dedicado desde 1977 a la labor literaria y cultural, es considerado el más importante escritor y poeta mapuche. Su labor ha sido reconocida tanto en Chile como en el extranjero, por tender puentes interculturales entre los pueblos, las lenguas y las culturas indígenas y no indígenas de todo el mundo.
Nació en la comuna de Cunco, en la comunidad de Quechurehue, provincia de Cautín.
Su trabajo, como el de los poetas Sebastián Queupul, Pedro Alonzo, Leonel Lienlaf, Lorenzo Aillapán, José Santos Lincomán, Anselmo Raguileo, Pedro Aguilera Milla, Eleuterio Cayulao, Florentino Coroso, Segundo Llamín, Armando Mena, Víctor Huisca, Graciela Huinao, Adriana Pinda, Jaime Huenún o Bernardo Colipán, se enmarca en lo que se ha denominado "poesía etnocultural".
Según los estudiosos, Elicura Chihuailaf pertenecía a la generación de los años setenta, junto a autores como Raúl Zurita, con quien ha estado vinculado en el quehacer poético a través de recitales y publicaciones. Se le asocia también con autores que comienzan su actividad poética luego del golpe de Estado de 1973, la generación denominada, alternativamente, "de la diáspora y el exilio interno" o, como la caracterizara la académica Soledad Bianchi, "la generación dispersa". Esta incorporaría a la poesía mapuche de fines del siglo XX, definida por la voluntad de reivindicar pautas culturales históricamente desplazadas en el panorama de la poesía chilena.
La aparición de la poesía mapuche produjo un cambio en la concepción de la historia literaria chilena, organizada siempre y solo en torno a las grandes figuras de Mistral, Huidobro, De Rokha, Neruda o Parra.
En este sentido, uno de los debates que acompañó la aparición de estos poetas problematizó su incorporación a dicha tradición, considerando a la poesía mapuche como una producción cultural autónoma, arraigada fundamentalmente en la oralidad y alejada de otras pautas
poéticas.
Parte importante de la poesía mapuche también se planteó críticamente frente al Estado chileno, a través de la expresión de su cosmovisión e idiosincrasia como bandera de lucha frente a la marginación cultural.
Aunque no de manera exclusiva, esta poesía se enlaza con los discursos públicos mapuches reivindicativos y los problemas de sus comunidades que siguen presentes en nuestra realidad nacional.
El panorama actual, desde la década del noventa en adelante, ha traído consigo el surgimiento de nuevos actores mapuches en el campo intelectual y en el contexto urbano.
Elicura es fiel representante de lo anterior. Por lo demás, su obra ha sido traducida a varios idiomas, como el alemán, croata, francés, holandés, húngaro, inglés, italiano y sueco.
Junto al grupo Illapu musicalizó Bío-Bío, sueño azul, uno de sus poemas más importantes, mientras el compositor chileno Eduardo Cáceres ha puesto música a varios de sus versos.
Ha desempeñado el papel de mediador cultural, al ser una de las voces más representativas en la apelación crítica al Estado chileno, reivindicando el diálogo intercultural por medio de su intensa labor como traductor español-mapudungun.
El invierno y su imagen (1977) fue su primer libro de poemas. Más tarde, en julio de 1983, apareció el primer número de la revista Poesía Diaria, que dirigió junto a Guido Eytel. Posteriormente, en 1988, En el país de la memoria.
En 1991 reeditó su primera publicación, incorporando nuevos poemas, con el título El invierno, su imagen y otros poemas azules.
En el año 1995 publicó De sueños azules y contrasueños, que ganó el Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura para la Mejor Obra Literaria.
En poesía publicó Sueños de luna azul (2008).
También ha incursionado en otros géneros: en el ámbito del género de testimonio publicó Marta Lefimil (1990) y un ensayo paradigmático en el establecimiento del diálogo intercultural entre la cultura chilena y la mapuche: Recado confidencial a los chilenos (1999), frase citada al comienzo de mi intervención.
Posteriormente, en 2008, colaboró en Historia y luchas del Pueblo Mapuche.
Su labor como traductor ha sido un valioso aporte en la aplicación de políticas educacionales bilingües español-mapudungun y en los esfuerzos por afianzar los puentes que den lugar a un diálogo equitativo con las culturas indígenas.
En 1996, Chihuailaf antologó y tradujo la poesía de Pablo Neruda en Todos los cantos. Además, estuvo a cargo de la versión al mapudungun de La Araucana, de Ercilla, publicada en 2006, y tradujo la obra de Víctor Jara Canto Libre (2007). En 2009 compiló la edición bilingüe de Poesía y prosa chilena del siglo XX.
Una de las propuestas centrales de Elicura Chihuailaf es la oralitura, como actividad propia de las culturas indígenas en América.
Su obra ha permitido instalar el tema de la otredad en nuestra cultura y promover la relectura y reescritura de la historia.
Paula Miranda, académica de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile señala que "Él representa la riqueza de la cultura mapuche que ha sido amenazada, sometida e invisibilizada. Nos enseña otras formas de relacionarnos entre nosotros, con la naturaleza, con el pasado, con la memoria. Además de ser una poesía muy bella, un objeto estético muy potente, nos hace crecer espiritualmente, que es algo que se necesita mucho siempre".
Finalmente, el año 2020 su trabajo literario fue reconocido con el Premio Nacional de Literatura, cuestión de la cual nos sentimos tremendamente orgullosos.
Solo quiero concluir este homenaje con un poema precioso de nuestro premio nacional de literatura, el cual atesoro para mí y lo comparto con ustedes, La llave que nadie ha perdido:
La poesía no sirve para nada
me dicen
Y en el bosque los árboles
se acarician
con sus raíces azules
y agitan sus ramas el aire
saludando con pájaros
la Cruz del Sur
La poesía es el hondo susurro
de los asesinados
el rumor de hojas en el otoño
la tristeza por el muchacho
que conserva la lengua
pero ha perdido el alma
La poesía, la poesía
es un gesto, un sueño, el paisaje
tus ojos y mis ojos muchacha
oídos corazón, la misma música
Y no digo más, porque nadie
encontrará
la llave que nadie ha perdido
Y poesía es el canto de mis
Antepasados
el día de invierno que arde
y apaga
esta melancolía tan personal.
(De Sueños azules y contrasueños, 1995).
Querido premio nacional, gracias por tu obra, por lo que nos enseñas y por lo que nos permites hoy día hacer.
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).