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ESTABLECIMIENTO DE RETIRO ÚNICO Y EXTRAORDINARIO DE FONDOS ACUMULADOS DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL


La señora RINCÓN.- Gracias, Presidenta.
No voy a insistir en el tema que estaba tratando antes, pero sí creo que es bueno recordar, a la luz de la insistencia del Gobierno respecto al tema de que deben pagar impuestos los más ricos, que la verdad es que hemos visto silencio de una parte importante de nuestro país en la colusión de los pollos, en que hubo una defraudación que le costó a las personas miles de millones de pesos; o la colusión en el papel Tissue, en que el daño a los consumidores fue de 510 millones; o de Penta, en que no pagaron impuestos por más de 2.400 millones y les rebajaron 1.400 por concepto de gasto; o de Soquimich, en que dejaron de pagar, entre 2010 y 2014, 750 millones.
Chile, sin lugar a dudas, se encuentra dentro de los países con más evasión en materia de impuestos. Un estudio conocido, que ha sido revisado por las Comisiones de Hacienda de ambas Cámaras, señalaba el 2017 que se evadían 5.5 del PIB en impuestos a la renta, y 2.1 punto del PIB en IVA. Vale decir, más de 7 puntos del PIB, algo así como 21.500 millones de dólares al año. 60 por ciento de esta evasión se concentra en el 1 por ciento más rico de nuestro país.
Si ese impuesto hubiese llegado, la verdad es que hubiésemos podido pagar miles, millones de pensiones básicas en nuestro país.
Este proyecto, Presidenta, no contempla lo referido a las pensiones de alimentos, no trae el que los enfermos terminales puedan retirar su dinero, no trae el que los pensionados en renta vitalicia o los del retiro del antiguo sistema tengan alguna ayuda.
Esta iniciativa, sin lugar a dudas, es un primo pobre y mezquino de la reforma constitucional que no logró el quorum.
¿Y saben cuál es mi preocupación? Mi preocupación es que se apruebe esto, porque habrá los votos suficientes, y el Gobierno trate de reponer cosas que las Comisiones unidas de Hacienda y de Trabajo dejaron fuera, y que si no logra reponerlas en la Cámara de Diputados, el Presidente haga algo que acostumbra hacer: vetar. Es decir, que vete el proyecto y reponga todo aquello que se ha eliminado en la discusión de Comisiones.
Presidenta, si hoy día estamos aquí es porque el Gobierno no ha sido capaz de tender una mano a la clase media de nuestro país. Si hoy día estamos aquí es porque el Gobierno ha sido incapaz de responder a miles, millones de hombres y mujeres que necesitan ayuda.
Qué mejor ejemplo que aquellas madres que, gracias a nuestras indicaciones en el primer retiro, pudieron cobrar sus pensiones de alimentos.
Creo que el desafío de entender que es posible un Chile distinto, pasa por que nosotros hagamos bien la tarea, pasa por que cuando hablemos de los impuestos y de que aquellos que tienen más los paguen, nos demos cuenta de lo que decimos. A un profesional, un técnico, un trabajador en nuestro país que gane ¡670 lucas! no le podemos pedir que hoy día pague impuestos por un retiro que necesita él o su familia.
Ese es el problema. Nos centramos en una discusión mezquina y no hacemos el punto cuando debemos hacerlo. Y permitimos a través de leyes que aquellos que tienen más evadan, no paguen, defrauden y guardamos silencio. Y aquí hablamos de la justicia social.
Presidenta, hoy día estamos enfrentados a un drama. Y esta discusión se va a alargar. Y yo le pido al Gobierno que entienda que antes de Navidad tenemos que dar respuestas a las familias, pero que pasará la Navidad y seguiremos con un drama. Y habrá ciento de miles de familias que ya no tendrán nada de ahorros a los que recurrir.
Es una mala política pública, sin lugar a dudas, pero no hay ninguna mejor que el Gobierno, teniendo las facultades, los recursos y los dineros, haya puesto encima.
Gracias, Presidenta.


La señora RINCÓN.- Señora Presidenta, voy a fundar mi voto.
Santa Fe, Licantén y muchas otras localidades en el Maule hacen hoy día un alto en el camino para ver cómo vamos a aprobar este proyecto. La verdad es que hay mucha pena por lo que pasó con el anterior. Y nos encontramos ante la encrucijada de qué hacer.
El Gobierno dijo tantas veces que esta era una mala iniciativa; el Gobierno no quiso patrocinar una iniciativa de ley como la que presentamos varios colegas, el Senador Pizarro, el Senador Rabindranath Quinteros, el Senador Insulza y yo, en marzo de este año. Y, ciertamente, termina haciendo lo mismo.
Entonces, esto no solo es incoherente, sino también inconsistente. Y la ciudadanía ahí se pregunta: "¿Qué les pasa?"; "¿Qué le pasa a la política que no es capaz de ponerse de acuerdo y hacer las cosas en tiempo y forma?". Y terminamos en este debate, que parece comedia del absurdo.
Cuando me llama Margarita Villarroel, de Curicó; cuando me llama Cristina Bravo, nuestra consejera regional, y me dicen "Por favor, apruébenlo; por favor, denle la esperanza a la ciudadanía de que van a poder enfrentar lo que viene con dignidad", a uno obviamente no le queda más espacio.
¿Pero sabe, señora Presidenta? A mí me duele el alma ver que llevamos dos años diciéndole al Gobierno, de manera transversal, que tiene que cambiar la forma de hacer las discusiones, por ejemplo, en materia de pensiones. Y ahora, además, se aprovecha, pues dice que esto debe ligarse a lo del sistema de pensiones. Son dos temas distintos: este tiene que ver con la urgencia, con la necesidad, con el drama que viven hombres y mujeres en su casa; el otro se relaciona con un problema que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo.
Cuando los colegas de enfrente dicen "Ustedes no hicieron nada", bueno, algunos tratamos, pero no pudimos. Yo le vengo señalando al Presidente de la República -¡sí, Presidente, a usted!- que es necesario que haga un cambio administrativo hoy día y trunque las tablas de mortalidad, que las termine; que cambie la forma de calcular la tasa de interés técnico del retiro programado; que elimine las comisiones de intermediación y el factor de ajuste.
Solo con esos cambios podríamos ahora mejorar las pensiones de hombres y mujeres entre 20 y 80 por ciento. Y, por cierto, hagamos la otra discusión.
Pero si queremos de verdad cambiar lo que tenemos y contar con un sistema de seguridad social que piense en el resultado, en que los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país tengan una pensión digna, hay que realizar el cambio ahora.
Ustedes saben que hoy día cuando alguien se muere y se ha pensionado con retiro programado no alcanza a gastar la mitad de lo que tenía ahorrado: ¡veinte años después! Y no hacemos nada; guardamos silencio, porque se protegen intereses que no son los de los trabajadores y las trabajadoras, que es a quienes nosotros representamos.
Entonces, no mezclemos el drama que hoy día viven las personas con esta medida, que no es la mejor política pública, pero es la única que hemos tenido ante la ausencia de política pública del Gobierno, de quien gobierna, y hagamos en su minuto, con urgencia, las reformas necesarias.
Señora Presidenta, creo que hay que ponerle acelerador a la demanda al Presidente de la República para que haga los cambios administrativos del actual sistema, que no es de seguridad social, pero es el que tenemos, y además nos aboquemos a una reforma que toque estos temas, porque si no, en veinte años más vamos a tener que dar explicaciones por lo que no hicimos.
Hoy día nos enfrentamos a una discusión ingrata, porque el Gobierno ocupó un vehículo distinto para hacer lo mismo, después de haber sostenido que no era bueno, y hombres y mujeres esperan en sus casas nuestra acción.
Voy a votar a favor, sabiendo que tenemos el peligro de que el Gobierno insista con indicaciones que se han echado abajo, y, además, esperando que se respalde que esto sea universal, para todas y todos, y ojalá en la Cámara de Diputados incluyamos a los enfermos y a las mujeres que tienen que cobrar su pensión de alimentos.
Gracias, Presidenta.