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ANÁLISIS DE LICITACIÓN GUBERNATIVA DE ESPECTRO ELECTROMAGNÉTICO 5G SIN EXIGENCIA DE CONTRAPRESTACIÓN


La señora RINCÓN.- Señora Presidenta, el Presidente de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones ha hecho una muy buena y completa intervención.
Cuando miramos lo que ocurre con la tecnología 5G, sin lugar a dudas vienen a nuestra mente reflexiones sobre varios temas. Hoy día nuestro país cuenta con telefonía móvil 4G, que nos permite mantenernos conectados, pero tiene ciertas limitaciones si pensamos en la tecnología de vanguardia.
Más allá de la mejora en velocidad que se espera con la tecnología 5G, que va a establecer y permitir un ecosistema de internet de las cosas masivo, en que las redes pueden satisfacer las necesidades de comunicación de miles de millones de dispositivos con compensaciones correctas entre velocidad, latencia, costo, hoy día en verdad la pregunta y los desafíos van por el lado de qué pasa con la brecha digital.
Ahí hay un punto, porque la Ministra hablaba de que había 99 por ciento de conexión, pero lo cierto es que solo el 55 por ciento de ese universo tiene conectividad estable o suficiente. No voy a remitirme a los ejemplos que dio el Senador Letelier, que han sido claros en la materia; no voy a recordar lo que le pasaba a esa pequeña que tenía que subir al techo de su hogar para alcanzar señal.
Digo aquello porque lamentablemente en nuestro país nos quedamos una y otra vez en las normas de competencia y no en las de cobertura, que es el tema central. Hoy día el asunto es cómo damos cobertura, cómo logramos que no exista brecha digital de internet fijo.
Ese internet es clave para dos ámbitos que han estado encima de la mesa producto de la pandemia: educación y trabajo. Si no tenemos conectividad, si no eliminamos la brecha digital, esos ámbitos, que han mostrado toda su potencialidad producto de la pandemia, van a seguir atrás para muchos, para cientos de miles de ciudadanos que no tienen conectividad real. Y no estamos hablando solo de la ruralidad, sino también de muchos y de muchas que están en ciudades, en regiones o en ciudades de la capital de nuestro país y que no cuentan con conectividad real. Porque puede que estén conectados, pero la velocidad y las condiciones en que lo están no son suficientes.
Entonces, lo relativo a la regulación; a cómo hacer que esto opere; a la forma de incentivar la cobertura son cuestiones que deben estar encima de la mesa.
Señora Presidenta, en esta licitación, que sin lugar a dudas es la más grande de la historia, se asignarán 1.800 megahertz, donde la mayoría de los polígonos pertenecen a lugares ya iluminados o conectados, como universidades privadas o aeropuertos, y no se hacen cargo, nuevamente, de los lugares que no tienen iluminación, sectores respecto de los cuales venimos peleando esto desde hace años. Y voy a nombrar solo uno: el sector de Nirivilo, en San Javier, hasta el día de hoy no tiene conectividad.
¿Sabe qué, Presidenta? Lo más grave -lo señaló el Presidente del Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, Senador Juan Pablo Letelier- es que se está regalando espectro: bien nacional de uso público, privatizado ciertamente por 30 años con renovación ilimitada. Volvemos a repetir lo que ocurrió con la famosa Ley de Pesca: ¡es impresentable!
No se está obligando para que los chilenos que hacen patria en lugares aislados tengan conectividad; no hay contraprestación a este regalo. Me parece que ello no es parte de lo que el país quiere, por lo que es un asunto que debemos abordar.
Otro punto en que también nuevamente en falta estamos es el relativo al sistema de emergencia. Este Gobierno, señora Presidenta, liberó la banda de frecuencias de 700 megahertz para licitarlas a los privados, obviando el compromiso que tenía con este Senado en cuanto a destinar el espectro necesario para contar con redes de emergencia.
¡Eso es tremendamente delicado! Chile es un país que se halla sometido constantemente a catástrofes y no puede carecer de redes de emergencia robustas para enfrentarlas.
Asimismo, tenemos un tema constitucional que en estos días debe ser puesto encima de la mesa. En la actualidad, la Constitución no regula adecuadamente los derechos de uso de los bienes nacionales de uso público: ¡agua, minería, recursos hidrobiológicos, espectro radioeléctrico están hiperprivatizados!
Eso a priori no debiera ser un problema. La dificultad estriba en que no se asegura el uso que estos bienes deben tener o la función social que han de cumplir, pues, a fin de cuentas, estos nos pertenecen a todos, pero nos cobran por usarlos sin tener contraprestación o garantía mínima por ello. Esto es parte de lo que debiera estar encima del debate hoy día.
Por último -y termino con esto-, un grupo de Senadores hemos planteado un plan de conectividad y una agenda digital: conectividad sanitaria y conectividad digital.
La conectividad -y usted lo sabe, Presidenta, porque lo hemos hablado- es una poderosa herramienta de democratización. Y por eso el Estado desde el año 2000 en adelante implementó distintas políticas para que cada uno de los chilenos pueda ir adquiriendo acceso a internet: el proyecto de enlace y bibliotecas; la agenda digital del 2014 sin duda eran tremendas iniciativas.
El problema fue que algo nos pasó en el camino. Y dejando de lado, por cierto, la época del COVID-19, el Gobierno no ha sido capaz de implementar políticas públicas serias y robustas para que hombres y mujeres en nuestro país cuenten con conexión de calidad en sus hogares.
Debemos retomar la senda de democratización de la tecnología y la conectividad. Por ello presentamos este plan de conectividad digital y sanitaria. Más de un millón de chilenos y chilenas no tienen agua potable en Chile. Son cientos de miles los que no ven garantizada la conectividad digital. Debemos lograr iluminar el territorio y debemos lograr que haya agua potable en nuestro país para todos y para todas.
Por eso estudiamos las normas de Estados Unidos y también las europeas. Consideramos fundamental empezar con planes pilotos en las zonas que no tienen conectividad.
¡La tecnología 5G no da solución a este problema!
Pensamos que es fundamental abordarlo desde otra mirada: el valor económico de la inversión; el número mínimo de hogares beneficiados con la cobertura si es fibra en una zona urbana y/o en un número mínimo de zonas actuales no conectadas. Siempre la tecnología elegida de ser un upgrade a la conexión vigente si la zona ya tiene conectividad, o conectividad si la zona no ha contado hasta hoy con esa posibilidad.
Señora Presidenta, creo que estamos al debe, y todos: el Gobierno por cierto, porque es quien lidera; y nosotros como Parlamento, por no ser capaces de exigir que aquello ocurra.
La pandemia -lo dijo el Senador Letelier, y yo lo he repetido muchas veces en los programas de radio y de televisión en que he participado- nos desnudó: en nuestra inequidad, en nuestra desigualdad. Si no aprovechamos la pandemia como una oportunidad, en especial en esta materia, creo que estaremos farreándonos lo que nuestros hijos y nietos nos van a demandar.
Gracias, Presidenta.