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MEDIDAS EN APOYO DE FAMILIAS Y DE MICRO, PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS POR IMPACTO DE COVID-19


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, voy a ser muy breve, porque escuché con atención al Senador Felipe Harboe y creo que va en la línea de lo que debiera movernos hoy día.
Es cierto que nos gustaría ver ahora otras medidas de parte del Ejecutivo. Y creo que nos gustaría a todos: a los de Gobierno y a los de Oposición.
Me parece que la situación de muchas personas en nuestro país, desde hace ya algunos meses y con mayor razón producto de esta crisis, se verá afectada y estará compleja y complicada respecto de los créditos que tienen: de consumo e hipotecarios. De hecho, en la Comisión de Economía estamos tramitando -y espero que lo resolvamos de aquí a mañana- el proyecto de ley sobre portabilidad financiera, pero, si no hay posibilidad de trasladar los cobros de estos meses, vamos a tener una situación aún más crítica.
Creo -y lo digo con convicción, señor Presidente- que, cuando se hacen discursos o intervenciones y se señala que la ayuda solo debe ser para las empresas pequeñas, nos olvidamos muchas veces de que en las grandes empresas hay miles de trabajadores contratados y, si no tienen un espacio de negociación con el Gobierno, probablemente van a enfrentar un contexto de quiebra o de reorganización que deje a muchos trabajadores y trabajadoras de nuestro país sin ingresos para sus familias.
Opino que en el momento que enfrentamos hoy día tenemos que ver lo que han hecho otros países y, si sus decisiones han sido buenas, tenemos que, sin complejos, copiarlas, y copiarlas con todo lo que ello significa. Pero no podemos limitar las ayudas al tamaño de la empresa, porque, cuando lo hacemos, afectamos a las y los trabajadores de nuestro país. Cuando una situación crítica afecta a una gran empresa, son miles los trabajadores que pierden su ingreso, señor Presidente. Y eso es algo que tenemos que poner encima de la mesa. Probablemente, los dueños de esas grandes empresas no van a ver afectada su vida en el día a día, pero sí quienes trabajan en esas empresas.
Por lo tanto, ahora debemos hacer una reflexión en torno a cuál es la decisión que vamos a tomar, pensando en los trabajadores, pensando en el desarrollo del país, pensando políticamente. Y creo que la buena política nos obliga a tener una mirada más amplia.
En ese mismo orden de consideraciones, señor Presidente -ya lo decía alguien antes que yo-, esta crisis va a cambiar la forma de producir y desarrollar a nuestro país.
Lo que veíamos como desarrollo tecnológico, como inteligencia artificial, que venía en uno, dos, tres años más, ya llegó, y después de este virus, después de esta pandemia, las cosas van a ser distintas. Habrá cientos y miles de trabajadores y trabajadoras que deberán ser reeducados, que van a tener que aprender otros oficios.
Y, en esta materia -aprovechando la presencia del Ministro de Hacienda, porque este era un debate profundo entre esa Cartera y el Ministerio del Trabajo cuando yo estaba en este último-, tenemos que hacer esfuerzos para capacitar a nuestros trabajadores, dado que habrá muchos que no van a ser necesarios con las competencias que hoy día tienen. Necesitamos que se reeduquen, que tengan otras preparaciones, que puedan realizar otras labores, que son las que va a demandar esta transformación que se le ha venido encima al país. Si no lo hacemos, las consecuencias para numerosas familias chilenas van a ser graves.
El desafío es enorme y requiere toda nuestra voluntad, mucha premura y también nuestro coraje.
Gracias, señor Presidente.