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NUEVA LEY DE COPROPIEDAD INMOBILIARIA


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, este proyecto tiene por objetivo modernizar las normas aplicables a la copropiedad inmobiliaria, pero su principal efecto se produce en las grandes ciudades. Porque algunas ciudades intermedias que se han desarrollado como centros turísticos tienen un gran número de unidades edificadas que se han acogido a las normas de copropiedad inmobiliaria, pero en otras ciudades, y especialmente en las pequeñas, el impacto es muy parcial.
Por lo tanto, es un proyecto que beneficia principalmente a Santiago, Concepción, Viña del Mar, Coquimbo, Iquique y otras ciudades del país.
Pero recojo de este proyecto, señor Presidente, un aspecto que parece fundamental en estos días y al que de alguna manera se le había restado importancia en las últimas décadas, que es la organización de la comunidad y las facultades de los residentes para resolver sus conflictos, sus problemas y sus proyectos. Sin organización ciudadana el país se desmorona. Los acontecimientos de los últimos meses así lo señalan. En este sentido, el proyecto que nos ocupa entrega nuevas capacidades a las asambleas de arrendatarios y residentes sobre el particular.
En las ciudades de la Región de Los Lagos y en otras las familias tienden a priorizar la vivienda unifamiliar, y los desarrolladores de proyectos -empresas inmobiliarias, empresas constructoras- han preferido los proyectos de vivienda construidos en extensiones en lugar de proyectos de construcción en altura. Es por ello que la densificación de las áreas centrales ha tenido un impacto moderado en ciudades como Puerto Montt.
Fuera de los límites urbanos, los proyectos de predios de media hectárea, que han proliferado en la última década como una nueva forma de habitar el espacio rural, quedan fuera de esta iniciativa, considerándose solo aquellos que han sido aprobados por el Ministerio de Vivienda a través del artículo 55 bis.
Dejo establecido este punto para indicar que el país tiene diversas maneras de habitar el espacio urbano y rural. La amplia geografía de su territorio así lo indica.
Hoy discutimos normas para las grandes ciudades, pero en lo que respecta a las ciudades intermedias y chicas del sur de Chile que tradicionalmente han ocupado el borde costero las disposiciones no se condicen con la tradición y con la historia de las comunidades costeras y dejan siempre a nuestros ciudadanos con un sabor amargo por el abandono en que se encuentran y por no poder acceder a los beneficios que el Gobierno otorga en la actualidad en materia de subsidios y otros a los pobladores del sur del país.
La apuesta por espacios urbanos que puedan ser administrados para construir ciudades más amables es todavía una tarea pendiente en muchas de nuestras ciudades. El desarrollo de Chile lo estamos mirando siempre desde la perspectiva de las grandes ciudades y particularmente de Santiago, que es el ejemplo permanente.
La nueva Ley sobre Copropiedad Inmobiliaria entrega nuevas normas para la convivencia en el complejo mundo de los departamentos, edificios y condominios. En este sentido, el proyecto es un avance respecto de las normas establecidas hace casi veinte años. Pero el impacto que las normas urbanas tienen sobre las pequeñas ciudades es a veces muy complejo de implementar en nuestro territorio.
Voto a favor.