Click acá para ir directamente al contenido
EJERCICIO DE VIOLENCIA CONTRA PERSONAS MAYORES COMO CAUSAL DE INDIGNIDAD PARA SUCEDER AL DIFUNTO


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, hay un dicho muy popular que reza: "Un padre puede criar a diez hijos, pero diez hijos no pueden cuidar a un padre".
Menciono aquello porque durante nuestra vida hemos conocido muchos casos de adultos mayores que no solo son maltratados, sino que además se ven absolutamente abandonados.
El proyecto de ley que estamos votando -nos sentimos orgullosos de estar participando en su discusión y votación; y felicitamos a su autor, al Senador Sandoval- hace sentido particularmente en el momento en que nos encontramos como país, cuando estamos discutiendo una reforma de pensiones no solo necesaria sino que urgente.
Hoy día en nuestra Región del Maule, el titular de uno de los medios de circulación física decía que más de 32 mil adultos mayores de la zona se hallaban en morosidad respecto de créditos que no estaban sirviendo por falta de recursos. La noticia salió en virtud de un estudio que, entre otras instituciones, había realizado la Universidad San Sebastián.
Cuando uno leía la información se daba cuenta de que las razones por las que ellos pedían esos préstamos (estamos hablando de un promedio de 1 millón 800 mil pesos; lo conversamos en la Comisión de Economía, que preside el Senador Durana) tenían que ver con la compra de medicamentos, con la obtención de recursos para vivir, no con la adquisición de cosas lujosas o innecesarias.
¿Por qué señalo esto? Porque considero pertinente que nos hagamos cargo de la realidad que vive Chile.
De hecho, el titular de la referida Comisión pidió más informes a los organismos responsables sobre lo que pasa en nuestro país en ese ámbito.
Señor Presidente, imagínese a un adulto mayor que no recibe una pensión suficiente para sobrevivir, que debe endeudarse y que no cuenta con los medios para responder por un crédito que le otorgan muchas veces cajas de compensación o instituciones de crédito, o derechamente prestamistas, y luego pregúntese cómo esa persona enfrenta tal situación cuando además es abandonada.
Entonces, la violencia no solo es física, sino también psicológica.
Creo que no solo hay que felicitar esta iniciativa, pues los datos que arroja la discusión en la Comisión respectiva son de verdad relevantes, sino que además debemos enriquecerla. Y ello, desde la responsabilidad para la cual fuimos mandatados como legisladores, como Senadores de la República.
Yo concurro con mi voto a favor de este proyecto. Y, obviamente, haremos los aportes pertinentes en la discusión particular.