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CREACIÓN DE MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, como país, nuestra situación es desmedrada, sin duda, en el desarrollo de las ciencias y de la investigación aplicada al progreso tecnológico.
A pesar del trabajo duro, constante y silencioso de numerosos investigadores talentosos, su esfuerzo no es acompañado de los recursos y apoyos institucionales necesarios. Su labor, muchas veces, es como una prédica en el desierto.
La institucionalidad actual es débil e insuficiente. Directivos y funcionarios de CONICYT hacen todo lo posible, pero carecen del peso y de las facultades para lograr más.
Por eso, resulta imprescindible ponerse al día y elevar los estándares en el ámbito de las ciencias y la investigación. No podemos aspirar a alcanzar altos niveles de desarrollo con la estructura vigente. Ello motivó al Gobierno de la Presidenta Bachelet a presentar la iniciativa que estamos prontos a aprobar.
El proyecto en discusión hace tres cosas fundamentales, como ya se ha dicho de algún modo:
1° Ordena la institucionalidad actual en torno a fines coherentes, la dota de más eficacia y mejora la coordinación intersectorial.
2° Aumenta la capacidad de negociación política y presupuestaria del sector dentro del conjunto del Estado.
3° Encadena de mejor forma la promoción de la investigación básica con innovación y desarrollos tecnológicos.
Es decir, no se trata solo de crear un Ministerio, sino también de configurar una institución y unos fines de política pública que doten a nuestra ciencia básica y aplicada de mejores herramientas, propias del siglo XXI. Eso determina que el texto supere la institucionalidad existente, débil y atrasada, y dé paso a otra moderna y robusta.
Es cierto que se necesita hacer más. Es efectivo que el aporte de los privados es demasiado bajo y que con el del Estado no basta. Pero contamos con un comienzo, con una nueva organización pública para conducir a una política global en la materia.
En seguida, deseo consignar que Chile debe avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo. Nuestro crecimiento económico se ha basado en la explotación y exportación intensivas de materias primas. Debemos invertir más y de mejor forma en ciencia, tecnología e innovación, para garantizar un progreso sostenido, más allá del ciclo de los commodities y, particularmente, del cobre.
Creo que todo lo anterior proporcionará mejores frutos en la medida en que vaya acompañado, obviamente, del mejoramiento de los estándares de calidad de nuestro sistema educativo.
Por eso, lamento que no se le haya dado realce a la entrada en vigencia de la Ley sobre Educación Superior, instrumento fundamental para garantizar la educación como un derecho. Se trata de que el acceso de jóvenes talentosos y esforzados a ese nivel no dependa de la capacidad de pago de sus padres, pero, además, de generar incentivos para mejorar los estándares de calidad de todo el sistema.
En la medida que dispongamos de una institucionalidad fuerte en ciencia y tecnología, que el sector privado realice una mayor contribución y que invirtamos en ciencia, tecnología e innovación para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo de carácter inclusivo y no basado tan solo en la exportación de nuestros commodities, particularmente del cobre, acompañado todo lo anterior, por cierto, de un sistema educacional de calidad, creo que estaremos sentando las bases para un desarrollo sostenido e integral de la sociedad chilena.
He dicho.