Click acá para ir directamente al contenido
ENMIENDAS EN MATERIA DE DESIGNACIÓN DE VOCALES Y DE EXPENDIO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS EN PROCESOS ELECCIONARIOS


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, entiendo que estamos en la discusión general, vale decir, debatiendo si nos abrimos a la idea de legislar respecto de esta materia. No estamos analizando de manera particular los artículos que el proyecto contiene.
Por lo tanto, parto diciendo que esta me parece una tremenda iniciativa, y felicito a los Senadores que la han suscrito, porque creo que hay normas que tienen canas. Creo que la de la prohibición de venta de alcohol claramente tiene muchas canas y está muy añeja, pues hoy día los que quieren beber compran con tiempo o por internet y toman igual. En consecuencia, es una materia que debiéramos actualizar.
En cuanto a la designación de militantes de partidos como vocales, me parece que es algo a lo que tenemos que abrirnos a revisar.
Todos nosotros no solo participamos en las elecciones, sino que somos actores de ellas, y más de una vez hemos sido reprendidos, primero, porque los vocales que asumen este desafío llevan una, dos, tres, cuatro, cinco o más veces en esa función. A mí me ha tocado ver hasta en siete oportunidades a las mismas personas en las mesas de mi circunscripción. Por eso, es un tema que deberíamos aprovechar de revisar a propósito de este proyecto.
Lo segundo es que no podemos obligar a la gente a ser vocal o ministro de fe en elecciones que de verdad no le empecen, o de las que no se sienten parte, a menos que derechamente nos replanteamos la obligatoriedad de la participación en los procesos electorales, porque ahí, obviamente, entraríamos en otra discusión.
Por lo tanto, señor Presidente, felicito esta iniciativa, a pesar de no compartir todo su texto, pues creo que hay que revisar si eximimos o no a los militantes de algún partido político que no sea parte de la primaria, aunque sí coincido con otras de sus propuestas, pues me parece que hay normas que de verdad tenemos que actualizar.
Y aprovecho de plantear un tema que no figura en el proyecto de ley: por qué no volver a la vieja tradición republicana en que las elecciones se realizaban en una fecha determinada, sin importar si caía o no en día domingo. ¿Por qué? Porque concuerdo con el Senador Pérez Varela -y me sorprende concordar con él- en cuanto a que ojalá, al igual que en otros países, las elecciones transcurrieran en un día normal, para que todos entendiéramos que debemos ser parte de ellas y actores en las decisiones del destino de nuestra nación. Por tanto, si es día laboral, el empleador deberá darle facilidades al trabajador para que vaya a votar. Pero ese día no tiene por qué ser declarado feriado para que todos puedan participar, porque, como ahora además votar es voluntario, la gente no va y entonces el feriado no sirve de mucho a tal objetivo.
Entonces, creo que este proyecto de ley, que recoge aspectos que se relacionan con la modernidad y con el sentido común de la gente, nos abre un espacio privilegiado para que en la discusión particular revisemos estas y otras materias.
Por lo tanto, a pesar de no compartir todas y cada una de las disposiciones contenidas en la iniciativa, apruebo la idea de legislar.