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ACUERDO ENTRE GOBIERNOS DE CHILE Y DE SUDÁFRICA SOBRE EXENCIÓN DE REQUISITO DE VISA PARA TITULARES DE PASAPORTES DIPLOMÁTICOS Y OFICIALES


El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Proyecto de acuerdo, en segundo trámite constitucional, que aprueba el "Acuerdo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de la República de Sudáfrica sobre exención del requisito de visa para los titulares de pasaportes diplomáticos u oficiales", suscrito en Pretoria el 1 de septiembre de 2016, con informe de la Comisión de Relaciones Exteriores.
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.348-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de acuerdo:
En segundo trámite: sesión 48ª, en 20 de septiembre de 2017 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Relaciones Exteriores: sesión 8ª, en 10 de abril de 2018.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo principal es permitir que los nacionales de una Parte, titulares de pasaportes diplomáticos y oficiales válidos, puedan entrar, permanecer y salir del país de la otra Parte, del cual no sean nacionales, sin necesidad de obtener visa.
La Comisión de Relaciones Exteriores discutió este proyecto de acuerdo en general y en particular por tratarse de aquellos de artículo único, y lo aprobó por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Insulza, Lagos, Moreira y Ossandón.
Nada más, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- En discusión general y particular el proyecto de acuerdo.
Antes de abrir la votación, le ofrezco la palabra al señor Ministro, por si quiere referirse a su texto.


El señor AMPUERO (Ministro de Relaciones Exteriores).- Señor Presidente, se trata de un caso muy similar al anterior. Respecto al proyecto de acuerdo relativo a Sudáfrica, tenemos el mismo planteamiento que frente al concerniente a Marruecos.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, el primer proyecto de ley que presenté cuando ingresé al Senado buscaba remplazar el tratamiento de "Honorable Senador" por el de "Ciudadano Senador". Voy a cumplir dos períodos y todavía no logro hacer ese debate.
La honorabilidad no se gana por una elección parlamentaria, ni por una cuenta corriente en el banco, ni tampoco por un título profesional. Se gana por una conducta de vida. Y ha sido mi conducta de vida luchar por la libertad no solo en Chile, sino donde quiera que se cometa una injusticia en contra de una persona.
Y en el Sahara, después de la dictadura de Franco, que -por su intermedio, señor Presidente- el Senador Insulza conoce muy bien pues fue Canciller y ha tenido una larga lista de cargos, todos memorables...
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Señor Senador, diríjase a la Mesa, por favor.
El señor NAVARRO.- Por su intermedio, señor Presidente.
Decía que ha tenido una larga lista de cargos, entre ellos la presidencia de la Juventud Democratacristiana, en sus tiempos de universidad.
El señor PIZARRO.- ¡No fue electo!
El señor NAVARRO.- ¡Fue candidato al menos...!
Señor Presidente, el Senador Insulza cuenta con una trayectoria impecable, que, por lo demás, todos respetamos,
Solo quiero señalar que en este caso cabe preguntarse cómo el Senado de la República, una institución que busca el contrapeso con el Ejecutivo, con otro Poder del Estado, no tiene nada que decir en materia de relaciones internacionales. Estas son de exclusiva responsabilidad del Ejecutivo.
A contrario sensu, en Estados Unidos -país muy admirado por algunos de los Senadores que están a mi derecha- los embajadores son nombrados con el consentimiento del Senado; y las relaciones internacionales y un conjunto de elementos, como la declaración de guerra y otros más, pasan por el Senado.
Lo he dicho anteriormente: ¡nosotros tenemos una monarquía presidencial! Y en esta monarquía presidencial -avalada por todos, porque ni un gobierno ha querido realizar un cambio hacia un régimen político más actualizado- no hay ninguna posibilidad de intercambiar opiniones en serio en la Sala con el Ministro de Relaciones Exteriores o con el Presidente de la República.
¡No hay posibilidad!
Entonces, cabe la pregunta: ¿por qué cuando Argelia -¡Argelia, el gigante del África!- pidió visa especial para sus diplomáticos le fue negada por la Cancillería?
Estos argumentos siempre son complejos, porque en la diplomacia, al igual que en la política, si tú dices la verdad pierdes el puesto.
Así le pasó a Claudio Huepe, en Venezuela.
¡Para los embajadores decir la verdad siempre equivale a perder el puesto!
Decir la verdad en la política y en la diplomacia acarrea siempre muchos problemas.
Entonces, yo digo: ¿Por qué no con Argelia?
Argelia ha apoyado a la República Árabe Saharaui Democrática siempre, desde su fundación, desde que Franco abandonó el Sahara Occidental en 1975. El dictador murió y solo así pudieron quedar liberados el Sahara Occidental y el Frente Polisario. Y se inició la Gran Marcha Verde de Hasán II para invadir el territorio, con más de 80 mil soldados y con una demagogia que arrastró a todo un pueblo.
Creo que vale la pena discutir este tema, señor Presidente.
En la Comisión de Defensa, que Su Señoría preside, hay un proyecto de ley de mi autoría para que el Senado revise la compra de armamento por parte de las Fuerzas Armadas. Pero ahí está durmiendo.
Yo espero -y así se lo he pedido a usted, como también al Senador Guillier cuando presidió dicho órgano técnico- que podamos discutir ese aspecto. Y no se trata de que nuestra Corporación tenga más poder, sino de establecer un mayor equilibrio entre los Poderes del Estado y aquellas instancias que, efectivamente, deben estar bajo sujeción civil, entre ellas las Fuerzas Armadas.
Digo lo anterior porque estas visas especiales constituyen una herramienta diplomática de facultad exclusiva del Ejecutivo.
Recuerdo el lamentable incidente que se dio con Bolivia, luego de la visita intempestiva del Canciller Choquehuanca a la ciudad de Arica, cuando se le impuso tener que contar con visa para ingresar a nuestro país. Como ya dije, es un instrumento que es facultad exclusiva del Ejecutivo.
Me habría gustado también que se nos explicara lo que anunció el Presidente de la República respecto de las visas especiales, en particular aquella que dice relación con los ciudadanos de Venezuela (han llegado de manera masiva a Chile) y que se denomina "visa de responsabilidad democrática".
Yo quisiera que el señor Canciller -hemos sostenido un debate a través de Twitter por sus opiniones, pero confío en discutir con él de manera verbal- nos dijera qué significa "responsabilidad democrática", cuando se trata de un país que ha realizado 25 elecciones en 19 años: ¡25 elecciones en 19 años! Un país que ha llevado a cabo elecciones en sus 23 gobernaciones y en que el Gobierno ha ganado 19 de ellas. Un país que ha hecho elecciones en sus municipios y que ha ganado 306 de un total de 316, con una votación que alcanza al 61,7 por ciento. En Chile vota solo un 30 por ciento en las elecciones municipales: ¡Solo vota 30 por ciento de los chilenos!
Y a pesar de las graves dificultades económicas que existen en Venezuela, a pesar del bloqueo económico, a pesar del intervencionismo, a pesar de la campaña mediática internacional a la cual se suma muchas veces este Senado, particularmente la Derecha, pero también la Nueva Mayoría, allí está el Gobierno de Venezuela intentando hacer lo que todos los gobiernos del mundo exigen: que lo dejen trazar su destino. ¡No interferencias, no injerencias, no intervención!
Por lo tanto, en esta ocasión estamos viendo un tema relativo a las visas, pero ¿qué se entiende por una visa especial de responsabilidad democrática?
La irresponsabilidad diplomática es que nuestro Senado haya apoyado innumerables veces las resoluciones de la OEA y de Luis Almagro, quien se ha vendido al imperialismo norteamericano.
Yo tenía reparos con la Secretaría General de la OEA cuando estaba al frente el actual Senador Insulza. Pero ahora lo echamos de menos, lo extrañamos, porque daba mucha mayor garantía que las que da hoy Luis Almagro, en un claro sesgo autoritario en torno a la situación de la OEA. Él ha instrumentalizado a la OEA. La ha instrumentalizado y la ha destruido en su credibilidad.
Por último, le quiero preguntar algo al señor Canciller.
Se va a realizar la Cumbre de las Américas. Donald Trump ha dicho que no va a asistir, porque tiene más interés en Siria. O sea, estamos notificados de que al Presidente de los Estados Unidos le interesa más Siria que América Latina, que la Cumbre de las Américas, aun cuando la doctrina de América para los americanos es una de las consignas de su Gobierno. Le interesa poco América, poco lo americano y ello queda claro una vez más.
Solo le quiero preguntar al Canciller si van a existir vetos de parte de Chile para que un país democrático como Venezuela pueda participar en la Cumbre, que es el lugar de encuentro para la resolución pacífica de los conflictos, el lugar del diálogo. Lo otro es negar el diálogo y dejar que ocurra el enfrentamiento.
Yo he sido siempre partidario de que se converse. Hemos llamado a hacerlo. Pero esta actitud de Chile, ratificada por el Presidente Piñera, que impone esta visa de responsabilidad democrática, es irresponsable, así como también lo ha sido apoyar todas las sanciones económicas, la persecución y el bloqueo que se aplican en contra de Venezuela.
¡No hay medicamentos en Venezuela! Es cierto. Pero no los dejan comprar, ni los dejan pagar.
¡Faltan alimentos en Venezuela! Es cierto. Pero no los dejan comprar, ni los dejan pagar.
Y luego hablan de una crisis humanitaria y de que debe existir un corredor humanitario.
Yo critiqué fuertemente a Heraldo Muñoz por sus declaraciones y por su proceder. ¡Chile actuó de manera irresponsable! ¡Me duele la actuación de Heraldo Muñoz!
Solo espero que esto no lo repita el Presidente Piñera, pero esta visa abre todo un debate.
¿Qué es una visa de responsabilidad democrática?
Venezuela y también el Sahara Occidental, Argelia, recibieron a cientos y cientos de chilenos en el exilio que huyeron y fueron expulsados de Chile por Pinochet.
Hay que ser solidarios. Aquí tuvimos una dictadura, la más terrible de América Latina.
De los gorilas de Brasil de 1964, ninguno se halla encarcelado ni procesado. Ninguno fue juzgado. En Chile los hemos juzgado.
Señor Presidente, con las limitaciones que tiene el Senado respecto de la política internacional, de la política exterior, y con tan escasas facultades, vale la pena realizar este debate aprovechando la presencia del señor Ministro.
Es de esperar, como lo exigía la Derecha cuando era Oposición, que los Ministros vengan.
Por tanto, agradezco la presencia del Ministro de Relaciones Exteriores en el Senado aun cuando se traten proyectos de acuerdo que tienen que ver con visas especiales, o sea, iniciativas menores, según ha manifestado el Senador Insulza, que dan pie a una discusión sin sentido, absurda.
A mi juicio, todo debate es bienvenido y necesario. Todos nos hemos ganado el derecho a estar aquí para decir lo que pensamos. Nos hemos ganado tal derecho y lo ejercitamos, aun cuando no podamos tener la razón, aun cuando efectivamente seamos minorías.
Ese derecho uno siempre lo reclama con respeto, señor Presidente, y hasta ahora lo hemos tenido.
No sé si el señor Canciller va a poder responder estas temáticas o va a ser invitado a la Comisión de Relaciones Exteriores para conversar bien estos asuntos.
Yo siento que si aquí no tenemos la posibilidad de conversar todas estas materias (sobre Venezuela, la OEA y, particularmente, ciertos aspectos internacionales) no tendremos dónde hacerlo.
Aprovecho esta oportunidad para expresarlo en esta Sala, y ante el Canciller, que tiene su propia historia -todos cargamos la nuestra-, porque fue un hombre de Izquierda -ahí están sus memorias, acabo de comprar su libro en el Congreso- y ahora lo tenemos aquí como Canciller de un Gobierno de Derecha. Todos tenemos derecho en la vida a cambiar -algunos perseveramos para no hacerlo- y los jóvenes revolucionarios a veces cambian, se vuelven conservadores. Esa lectura la he tenido con muchos amigos, aún me quedan algunos, que eran muy revolucionarios y hoy día son muy conservadores. En mi caso, espero no serlo.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-Al parecer, el Senador Navarro ha encendido el deseo de participación.
La señora MUÑOZ.- Abra la votación, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Me han propuesto, casi todos los Comités, abrir la votación.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Con los mismos tiempos.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Los vamos a conservar. No hay problema en ese sentido.
¿Les parece que procedamos a abrir la votación?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, el Senador Navarro es bueno para hablar en todos los temas -eso no ha cambiado nunca-, y se refiere a cualquier cosa, no necesariamente al asunto que nos convoca. Por tanto, no quiero que quede la sensación térmica en el sentido de que de repente el Congreso se da una voltereta y resulta que ahora el tema de Venezuela queda instalado como si la Cancillería hubiese cometido un grave error respecto de sus planteamientos.
El Senador Navarro -yo sé que usted, señor Presidente no tuvo otra opción- pudo plantear su punto de vista. Sin embargo, le quiero decir, en primer lugar, que lo que nos mencionó no tiene nada que ver con el tema de las visas. Y, en segundo término, está profundamente equivocado...
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Diríjase a la Mesa, señor Senador.
El señor COLOMA.-... si quiere emplazar para que Chile -por su intermedio, señor Presidente- cambie o reclame ante la postura de la Cancillería en orden a exigir visa, reconocimiento o compromiso democrático respecto de un país que está sufriendo.
Porque yo vi -por su intermedio, señor Presidente- a los mismos que el Senador Navarro plantea como modelos de democracia, como modelos de Izquierda, reclamar en toda circunstancia cuando las condiciones de aquella democracia o de esa libertad no se daban.
Entonces, cómo puede decirse ahora que Venezuela es un ejemplo de democracia, en circunstancias de que los principales líderes, por parte del Senador Navarro -no quiero que esto quede en silencio luego de una afirmación de tal naturaleza, como si alguien concediera que ahí existe un régimen democrático-, tienen encarcelados a sus opositores.
Qué libertad puede uno plantear cuando los medios de prensa están absolutamente asumidos por el propio Gobierno; cuando la misma OEA, con nula participación del señor Almagro, a quien yo revindico, contando con la mayoría inmensa de los países latinoamericanos, pide que se deje un tema electoral -estoy leyendo lo que se ha planteado-, porque no hay garantías de que haya democracia; y cuando, adicionalmente, según dicen los medios, en cuanto al promedio físico los venezolanos han perdido nueve kilos durante el último año (promedio desde el punto de vista calórico).
Y se nos viene a decir, en este Senado, a propósito del tema de las visas, que tenemos que reclamarle al Canciller o al Ejecutivo porque se plantea un concepto de visa en función de un deber democrático.
¡Me parece absurdo, señor Presidente!
Yo, por lo menos, no quiero que se instale en el Senado la idea de que estamos de acuerdo con el planteamiento del Senador Navarro, ni mucho menos con dar una señal contraria a lo que está haciendo el Gobierno.
En mi opinión, lo de Venezuela clama al cielo.
Me ha tocado, al igual que muchos señores Senadores, conversar con cientos de venezolanos que han llegado amparados a Chile. Hoy día están en los hospitales, en las fábricas, en el comercio, y describen el drama que está viviendo una nación que, en su momento, fue ejemplo de democracia, de libertad, de riqueza, pero que hoy día es exactamente lo inverso, por cuanto quienes han ejercido ahí el poder han ahogado la alternancia, han ahogado la libertad, han ahogado la democracia.
Defender eso me parece completamente impresentable.
Por eso, señor Presidente, no quiero que ese tema quede flotando en el aire.
Yo vi al Senador Navarro ayer o anteayer hablando muy sentidamente y transformando al señor Maduro en el ejemplo que los chilenos debíamos asumir. Lo vi por televisión o en YouTube.
Cabe señalar que el señor Senador -por su intermedio, señor Presidente- se representa solo a sí mismo. ¡Que no diga que lo que Chile debe hacer para avanzar en democracia es imitar lo obrado por el Presidente Maduro!
Sería el peor de los errores y significaría reivindicar exactamente eso en lo que nosotros no creemos. Lo que anhelamos es avanzar en conjunto hacia la libertad.
Por tales razones, señor Presidente, yo no me puedo quedar callado ante una afirmación de esa naturaleza. Decidí hacer uso de mi derecho a hablar, a raíz de la intervención del Senador Navarro.
He dicho.
La señora MUÑOZ.- Votemos, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Se ha pedido abrir la votación.
Antes de proceder a ello, ha solicitado hacer uso de la palabra el señor Ministro.
La señora MUÑOZ.- Pero abra la votación ahora, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- No es posible, mientras el Canciller haya pedido intervenir.
Tiene la palabra el señor Ministro.


El señor AMPUERO (Ministro de Relaciones Exteriores).- Gracias, señor Presidente.
Quiero puntualizar que el Canciller que habla, quien ha comenzado hace muy poco su gestión, ha manifestado desde un comienzo su disposición, que será permanente, a mantener un diálogo con la Comisión de Relaciones Exteriores tanto de la Cámara de Diputados como del Senado. Incluso, ya tenemos fechas: nos reuniremos el primer lunes de cada mes para mantener una relación de confianza, de información y de interacción.
Mi idea es referirme a ciertos temas no solo cuando se trate de reaccionar. La finalidad del diálogo con los parlamentarios es estar informados mutuamente de las materias y conocer sus sensibilidades y opiniones, pues está claro que la política exterior de Chile es una política de Estado.
Eso para mí es central.
Cada vez que llega algún asunto a mi escritorio trato de verlo, enfocarlo y focalizarlo en torno a los intereses de Chile. No hago otro tipo de cálculos.
Me gustaría subrayar ese aspecto.
Asimismo, quiero solicitar que, cuando sea necesario tocar materias de política exterior, como las que aquí han surgido -y desde ya agradezco la respectiva convocatoria-, se me dé a conocer la tabla, previamente diseñada, de manera que pueda venir con toda la información, la mejor preparación y los asesores del caso con el objeto de dar respuesta a los Senadores sobre los distintos temas.
Es lo primero que deseo decir. Mi disposición es clara.
De hecho, durante el primer mes he llevado a cabo ese tipo de actividades. He estado en contacto con varios parlamentarios tanto de Gobierno como de Oposición. La opinión de todos me interesa, pues es la única forma de diseñar una política de Estado.
Con relación al acuerdo con Marruecos sobre exención de visas para diplomáticos, cabe hacer presente que se trata de un elemento sumamente importante no solo en términos de la política y las relaciones de Chile con los demás países, con la comunidad internacional, sino también en lo que respecta al quehacer de -voy a decirlo así; disculpen la expresión- "mis" diplomáticos, "nuestros" diplomáticos.
Queremos que ellos puedan desplazarse con seguridad, que gocen de protección, que logren instalarse en los lugares donde son enviados -no todos son paradisíacos- con la tranquilidad de sentirse protegidos al saber que sus derechos están reconocidos en el país al cual han sido destinados.
Esa es una preocupación, para mí, central.
Pienso en mis diplomáticos -y disculpen que diga "mis"; lo expreso en términos muy chilenos- y sus familias.
Por eso es tan importante celebrar estos instrumentos con Sudáfrica y con Marruecos. Tenemos ya 61 acuerdos de esta naturaleza.
Por lo tanto, yo analizaría el asunto desde esa perspectiva.
Debemos asegurar el proceso de desplazamiento de los diplomáticos, señor Presidente. Si no existiera este tipo de tratados, probablemente no podrían llegar a un punto determinado, porque sencillamente deberán realizar un stopover o estadía obligada en otro país, por donde no pueden hacer la detención para continuar su vuelo.
La idea es facilitar, entonces, el trabajo de nuestros diplomáticos.
Y también -lo subrayo- se trata de un asunto de reciprocidad.
Otra cosa muy importante: cuando se otorgan estos privilegios -en el fondo eso son las exenciones a la ley-, cabe la posibilidad -y no renunciamos a ello- de decir: "A tal persona en particular no le vamos a conceder este reconocimiento".
En lo que respecta a Marruecos, quiero recordarles -no profundizaré en ello, pues daría para otra reunión- que es un país amigo de Chile. Y en los últimos meses hemos visto cuán necesarios son los amigos de nuestro país y cuánto debemos valorarlos y respetarlos.
Lo subrayo: ¡Marruecos es un amigo de Chile!
En lo relativo a las visas para los inmigrantes provenientes de Haití, voy a tratar de ser muy preciso.
Efectivamente las medidas anunciadas por el Gobierno exigen esfuerzos adicionales. Ello es muy importante y responde a una inquietud que existe en la población.
No entraré en la discusión interna que se ha suscitado en nuestro país -quiero actuar como Canciller-, pero cabe señalar que esas medidas van a exigir un esfuerzo mayor de la Cancillería, de los consulados.
En Haití en estos momentos tenemos cuatro funcionarios, que son haitianos, un cónsul y un embajador. Desde luego, podemos imaginar -ya lo estamos sintiendo- que aumentará la presión de quienes pretenden viajar a Chile y que no podrán seguir haciéndolo de la misma forma como ha sido hasta ahora.
Ese es un dato de la causa.
Con respecto a República Dominicana, allí también estamos fortaleciendo el trabajo del consulado y de la embajada, porque, considerando sus relaciones con Haití y su conformación geográfica, seguramente habrá desplazamiento de haitianos hacia aquella nación para requerir peticiones de visas.
En ese sentido, me gustaría reiterar algo que manifestó en su momento el Subsecretario del Interior, don Rodrigo Ubilla, en cuanto a que tenemos contemplada la incorporación de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) con el propósito de enfrentar lo que puede ser una avalancha de solicitudes de visas para llegar a nuestro país.
Estamos preparándonos para afrontar de la mejor forma esa situación.
Que las medidas anunciadas van a requerir esfuerzos adicionales, no hay duda.
Sin embargo, la pregunta es si preferimos que este asunto se resuelva fuera de nuestras fronteras -es decir, que el proceso se haga y se realice ordenadamente en el exterior- o si queremos que las personas lleguen a Chile y esperen en las calles si se les concede o no la residencia.
Esa materia dice relación con un pensamiento expresado por los chilenos, con un sentimiento nacional.
En definitiva, señor Presidente, se trata de ordenar las fronteras y de contar con la información sobre quién entra, quién sale y qué razones se aducen para ingresar a Chile. Es importante saber eso.
Pero no es solamente un asunto de orden, sino también de dignidad.
Si nos presentamos como un país que acoge a los extranjeros, hay que resguardar un elemento esencial: la dignidad con que esas personas llevan a cabo su vida en Chile. No podemos sencillamente abrirles la puerta a los inmigrantes y decirles: "Vengan acá y ustedes vean cómo sobreviven". Esto tiene que ver con la dignidad de las personas, la de los inmigrantes.
Otro elemento relevante se vincula a un aspecto de nuestra institucionalidad: la verdad.
Cuando alguien viene del exterior y le dice a la autoridad respectiva, que representa al Estado de Chile, que lo hace como turista, esperamos que su permanencia acá sea en esa calidad. Necesitamos que la información que se le entrega al oficial sea la verdad, para que las cosas se desarrollen de modo más transparente. De esa manera, será posible para el país, independiente del gobierno de turno, planificar.
El hecho de que ingresen 200 mil personas al año a un país de 17 millones de habitantes genera realidades sociales, económicas y demográficas distintas. No hay forma de planificar el desarrollo nacional si no tenemos un panorama claro al respecto, si carecemos de la información adecuada.
Señor Presidente, para terminar, hago presente que, cuando actúa Chile en el contexto latinoamericano, siempre lo hace en consonancia con las sensibilidades de los otros países de la región.
Por eso trabajamos en conjunto, por ejemplo, con la Alianza del Pacífico o con el Grupo de Lima en relación con Venezuela.
En esas instancias hay una sensibilidad clara que se expresa y apunta a algo que es esencial para el Gobierno dentro de nuestra política exterior: el respeto a los derechos humanos, a las libertades individuales, al Estado de Derecho, al pluralismo.
Compartimos esas convicciones.
Quienes han vivido dictaduras de Izquierda y de Derecha -yo viví las dos- saben que aquello es central para sus vidas y que se debe actuar en consonancia con tales principios.
El señor NAVARRO.- ¿Dijo que el Gobierno de Allende fue una dictadura?
El señor AMPUERO (Ministro de Relaciones Exteriores).- En este sentido, señor Presidente, quiero decir...
El señor NAVARRO.- El señor Ministro vivió la dictadura de Pinochet. ¿El Gobierno de Allende también fue una dictadura?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Por favor, señor Senador, guarde silencio.
La señora ALLENDE.- ¡No! ¡No quiso decir eso!
El señor NAVARRO.- Eso dio a entender.
El señor AMPUERO (Ministro de Relaciones Exteriores).- Señor Presidente, pienso que debemos ser cuidadosos cuando comparamos a nuestro país, una democracia vibrante, participativa, con Estados o países donde este tipo de expresión política no es posible.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Han solicitado abrir la votación.
¿Habría acuerdo?
La señora ALLENDE.- ¡Sí!
La señora VON BAER.- ¡Sí!
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- En votación el proyecto de acuerdo en general y en particular.
--(Durante la votación).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, es evidente que hay una necesidad imperiosa de debatir en profundidad sobre materias de relaciones internacionales, y me parece que el Senado las debiera abordar. En efecto, se discute un proyecto relativo a exención de visas para diplomáticos con Marruecos y se genera una explosión de contenidos muy relevantes.
¿Por qué? Porque se proyecta otro escenario hoy día. Estamos viviendo otro contexto mundial.
Creo que todos debiéramos pensar en la salud del planeta, en que nuestra verdadera patria es el planeta.
Vamos a enfrentar desafíos tan complejos como los que se originarán a raíz del cambio climático, que amenaza a la humanidad entera. ¡Esto va a generar problemas, pues millones de personas tendrán la necesidad de migrar por razones climáticas!
Estamos enfrentando nuevos desafíos.
Muchas veces hemos hablado de cómo la inteligencia artificial se puede apropiar del destino de los seres humanos, lo que también guarda relación con cómo abordar las relaciones internacionales.
Estamos ante un cambio, un giro copernical, en la historia con relación a este proceso de mundialización, que, más bien, ha sido una occidentalización: los líderes de occidente (fundamentalmente, Estados Unidos) se erigen como líderes del proteccionismo, de los muros, de un mundo casi incomprensible, y otros, como los chinos, paradojalmente, van a asumir la defensa de la globalización, del libre comercio.
Ello implica cambios que, a mi juicio, ameritan una discusión más de fondo.
Ahora bien, no es bueno que el mundo progresista tenga ambigüedades. Por lo mismo, no puedo dejar pasar las palabras del Senador Navarro.
Yo respeto mucho al colega por su coherencia, por sus luchas. Pero evidentemente somos parte de un mundo que no cree que el modelo venezolano sea propio del progresismo que nos identifica y nos representa. Yo veo totalmente distinto el modelo de Venezuela, el de Lula en Brasil. Me parece que tienen una vigencia y una connotación totalmente diferente.
Si bien nos hemos opuesto permanentemente al bloqueo contra Venezuela, al golpe de Estado que hubo en su momento contra el Presidente Chávez, pienso que su modelo político actual carece de libertades.
No sé si el exdirector de la OEA -y representante nuestro- hizo una mejor gestión que el actual. Pero no podemos desentendernos de esto.
Al mismo tiempo, el Senador Navarro -por su intermedio, señor Presidente- hizo cuestionamientos al tema de las visas con Marruecos. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que Argelia ha instrumentalizado el caso saharaui. Por tanto, me parece que hay que considerar los dos puntos de vista en esta materia.
Todo ello amerita -se lo pido al Canciller, pues es importante para Chile, para el nuevo contexto que se viene en relaciones económicas, científicas, diplomáticas, culturales- una revisión de la estrategia de inserción internacional de nuestro país.
Chile tomó una decisión, a mi juicio, exitosa: ser la nación con la mayor cantidad de tratados de libre comercio en el mundo.
Pero hoy día debe jugar un rol -yo diría- de liderazgo en materia de políticas públicas, de defensa del planeta, de consecución de la paz, de lucha contra "las coreas del norte" y todas esas visiones que atentan contra la humanidad, con la intención de construir un mundo más justo.
Además, vamos a vivir el monopolio del planeta.
Hemos visto lo que sucedió en el caso de Cambridge Analytica, de lo que son capaces esas consultoras: usando nuevas tecnologías, deciden el resultado de elecciones, como la de Trump o la del brexit.
Eso también debe ser considerado como un componente de las nuevas relaciones internacionales. ¿Cómo nos vamos a defender de ese tipo de intervenciones, de ese tipo de amenazas, que vulneran la soberanía de manera muy brutal?
Tenemos un desafío por delante, señor Presidente. Le propongo al Senado que hagamos un seminario, una reflexión colectiva, un debate más profundo en torno a estas materias. Creo que Chile lo merece.
No podemos seguir mirando las relaciones internacionales como en el pasado, como si nada hubiera cambiado.
Estamos ante un nuevo escenario, y la punta de lanza para enfrentarlo son nuestras relaciones exteriores. Debemos ser capaces de mirar la nueva realidad y desarrollar una política proactiva. Yo he dicho que la política de Chile ha sido inteligente, pero ahora debe ser mucho más activa, compleja e inteligente de lo que ha sido en el pasado.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general y en particular el proyecto de acuerdo (34 votos a favor).
Votaron las señoras Allende, Aravena, Ebensperger, Muñoz, Órdenes, Provoste, Rincón y Von Baer y los señores Allamand, Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Huenchumilla, Insulza, Lagos, Latorre, Letelier, Navarro, Ossandón, Pizarro, Prohens, Pugh, Quinteros, Sandoval y Soria.