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NUEVA INSTITUCIONALIDAD PARA SISTEMA ESTADÍSTICO NACIONAL


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, como lo expresa el mensaje y lo ha dicho el Presidente de la Comisión, los procesos de recolección de datos y de estadísticas se han convertido en un requisito insustituible y esencial para la elaboración de políticas públicas, y forman parte importante de los antecedentes que deben manejar las autoridades para la toma de decisiones. En una época en que la confianza ha pasado a ser un factor determinante de la política, cobra mayor relevancia la necesidad de contar con estadísticas creíbles. No es posible diseñar medidas sin datos seguros, fuera de toda duda.
Ello no solo es válido en economía, en cuanto a los indicadores de inflación o de empleo, sino también en educación, salud, vivienda, seguridad y todos los ámbitos, en general. Por eso es tan grave lo ocurrido con motivo del censo de 2012 o de las controvertidas cifras de pobreza o de victimización que se dieron en el Gobierno pasado.
En todo caso, estos episodios sirvieron para darle al asunto la prioridad que merece, reflejada en el presente año en un exitoso proceso censal y en la misma iniciativa legal en examen, que persigue, en última instancia, resguardar la confiabilidad de los datos con los que trabaja no solo el sector público, sino también el privado.
En seguida, quiero referirme a la independencia del sistema estadístico. Sin duda, se trata de un principio relevante, que debe ser asegurado por la institucionalidad respectiva junto a los de imparcialidad, coordinación, confidencialidad y objetividad, entre otros. Pero no puede entenderse que la independencia y la objetividad solo puede proveerlas un organismo autónomo, desligado del resto del Ejecutivo.
A propósito del clima de desconfianza a que me he referido, se ha configurado una tendencia a hacer autónomas diversas funciones propias de la Administración. Ha ocurrido con el Servicio Electoral, con la Comisión de Valores, y ahora se acaba de difundir una propuesta en tal sentido con relación a la red de salud pública o se reclama lo mismo para Impuestos Internos y otros servicios. Puedo entender que existan ciertas áreas en que ello es indispensable, como el Banco Central o el Consejo para la Transparencia, pero, francamente, creo que también se ha exagerado.
Me preocupa el principio de la responsabilidad política en juego. Si todos los servicios terminaran siendo conducidos por órganos colectivos de carácter autónomo, me pregunto de qué responderían los ministros de Estado.
Ahora mismo, a propósito de las recientes elecciones primarias y del papel del SERVEL, podemos constatar que dicho factor no es una panacea y que se registran diversos resultados, algunos más exitosos que otros.
Por último, quiero hacer una prevención que siempre se halla presente en mis intervenciones sobre proyectos de este tipo. Me refiero a la dimensión territorial de la institucionalidad.
Todo lo dicho acerca de la importancia de las estadísticas en la formulación y evaluación de políticas nacionales es válido también para los niveles regional y local.
A veces, por razones de costo, en algunos ámbitos se privilegian las cifras generales, los promedios del país, en lo cual representan un peso mayor, obviamente, los grandes centros urbanos. De este modo, permanece invisible la realidad de las comunas rurales, de las localidades aisladas, lo que se refleja en políticas incompletas, sin la pertinencia que se requiere.
¿Cuándo contaremos, por ejemplo, con un IPC regional, que permita ajustar diferenciadamente el ingreso mínimo o las remuneraciones del sector público de acuerdo con el territorio?
Otro problema es la periodicidad de las actualizaciones. Los indicadores de pobreza, en algunos casos, sobre todo en comunas pequeñas, pueden presentar variaciones significativas, por ejemplo, a partir del cierre de una faena minera o industrial, lo que afecta a los ingresos municipales, dependientes de dichos parámetros, entre otros factores.
Estas observaciones solo persiguen llamar la atención sobre los desafíos de nuestro sistema estadístico, que se deben abordar progresivamente. Al votar a favor de la idea de legislar, espero que algunas de ellas puedan ser recogidas en la tramitación.
He dicho