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NUEVO GOBIERNO CORPORATIVO DE EMPRESA NACIONAL DEL PETRÓLEO


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, comprendo que el objetivo de reformar el gobierno corporativo de ENAP es para mejorar su gestión, su administración y sus resultados. Por eso, me parece evidente que no puede formar parte del directorio de esta empresa del Estado un representante de la SOFOFA, en la cual participan empresas del rubro, como COPEC.
Es conveniente también que los ministros de Estado no se involucren directamente en la gestión de las empresas públicas.
Un directorio que combine adecuadamente la representación de los intereses del dueño -el Fisco, en este caso- con la experiencia profesional y la competencia en el rubro, es fundamental para modernizar los procesos de toma de decisiones dentro de la empresa.
Estos cambios van en línea con el nuevo papel que ha ido asumiendo ENAP, en el marco de la agenda energética de nuestro país, que se vio reforzado con la ampliación del giro que aprobamos hace poco tiempo para que pudiera participar en el mercado de generación eléctrica.
No obstante, tengo mis reservas con algunos excesos que a veces cometemos en nombre de la modernización.
Por ejemplo, estoy de acuerdo en que el Gobierno no intervenga en la gestión cotidiana de la empresa, pero no puedo entender que se erija, como principio inviolable, su independencia respecto del Ministerio de Energía.
Hay que recordar que a mediados de la década pasada el país enfrentó una grave crisis energética después de la interrupción del suministro de gas natural por parte de Argentina.
En ese marco, el Gobierno del Presidente Ricardo Lagos tomó la decisión estratégica de construir el Terminal de Gas Natural Licuado (GNL) de Quintero, el cual fue encargado a la Empresa Nacional del Petróleo, la que, en asociación con privados, logró concretar esa gran obra de infraestructura, que desde entonces ha cumplido un rol muy importante en el suministro energético del país.
Entonces me pregunto: si hubiera total independencia de un directorio respecto del gobierno de turno, ¿cómo podría asegurarse la ejecución de ciertas decisiones estratégicas que pueden ser de interés general?
Yo creo que, más que impedir la influencia del Estado, del Gobierno en este caso, en algunas decisiones de la empresa, lo que debe hacerse es regular adecuadamente los mecanismos para que ello ocurra en forma transparente, con preeminencia del interés general, pero también con el debido cuidado del interés de la empresa.
Por otro lado, ha sido un objetivo de la Presidenta Bachelet -con el que estoy de acuerdo- que los directorios de empresas públicas reflejen de mejor modo las diferentes sensibilidades que existen en la sociedad, lo que debe expresarse, especialmente, en una mayor presencia femenina en los cuerpos directivos.
Apoyo esa idea, pero creo que no es solo una cuestión de género.
Me parece un gran avance que el proyecto permita institucionalizar la participación de un representante de los trabajadores en el directorio, lo que hasta ahora ocurría solo de manera informal, nombrándoselo dentro de los cupos de la CORFO.
Pero poco hemos avanzado en las empresas del Estado en la representación de la visión de los territorios donde actúan estas empresas.
CODELCO desarrolla su actividad en el centro y el norte del país. Es ahí donde tienen influencia directa sus proyectos de inversión; es ahí donde viven, mayoritariamente, sus trabajadores y sus familias; es ahí donde tienen sus instalaciones sus colaboradores.
Alguien en el directorio debe tener una especial sensibilidad con estas comunidades.
En el caso de ENAP, esta ha desarrollado históricamente sus actividades en las Regiones de Magallanes, Biobío y Valparaíso, cuyas miradas, me parece, deben tomarse en cuenta en la dirección de la empresa.
Naturalmente, todo miembro del directorio, en el ejercicio de su cargo, se debe al interés general y al de la empresa y no al interés de un grupo en particular.
Pero es importante recoger las diferentes sensibilidades que existen en la sociedad. Como se ha dicho por diferentes actores, en los tiempos que corren cada vez más las empresas basan su éxito en la visión que de ellas se tiene por parte de la comunidad, y esta es, por tanto, una variable clave en su gestión.
Por último, creo muy importante el aporte de hasta 400 millones de dólares que el proyecto contempla para la capitalización de ENAP. Y por eso no estoy de acuerdo con algunas expresiones escuchadas en este Hemiciclo.
¡Cómo podemos pedir eficiencia y productividad a una empresa y, al mismo tiempo, negarle recursos e impedir el avance de sus proyectos de inversión!
Es hora de dejar atrás temores infundados y resabios ideológicos extremos.
Hay que apoyar sin reservas a nuestras empresas. ¡Como se hace en todas partes del mundo!
La disponibilidad segura y a bajo costo de energía es un factor estratégico para todo el país. Y Chile, en particular, pobre en hidrocarburos, debe seguir contando con una empresa sana, robusta y moderna que, garantizando el suministro de energía, contribuya al desarrollo de todas las actividades de nuestro territorio.
He dicho.