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MALTRATO A TRABAJADORES CHILENOS Y CHINOS POR EMPRESA A CARGO DE AMPLIACIÓN DE MUELLE EN PUERTO DE SAN VICENTE DE TALCAHUANO. OFICIOS


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, en la Región del Biobío se ha suscitado una situación compleja con la presencia de la empresa CHEC Chile SPA, contratada para ampliar el muelle del puerto San Vicente. Allí los trabajadores iniciaron una huelga luego de que la empresa se negara a acceder a las demandas en las instancias de negociaciones anteriores.
Los delegados sindicales Francisco Cisternas y Víctor Ovalle explicaron telefónicamente al informativo Resumen que desde hace bastante meses solicitan a la empresa un alza de salarios y el fin de la polifuncionalidad en las faenas.
"La empresa los contrata como jornales cuando su desempeño es en especialidades, las cuales se pagan a menos que en la construcción del muelle ENAP el 2010. De hecho, allí un maestro primero ganaba 500 mil pesos y en esta faena gana 370 mil pesos".
Los delegados han planteado, por cierto, una demanda dentro del marco de la relación trabajadores-empresarios.
Este proyecto contempla una inversión de 152 millones de dólares, monto que no dice relación con los salarios que se pagan.
Por otra parte -en esto quiero poner énfasis; es un tema que tendrá que resolverse entre empresarios y trabajadores-, existen graves problemas de higiene y seguridad en las faenas. Los obreros se han visto obligados a denunciarlos a la Capitanía de Puerto, provocando reacciones agresivas de los supervisores de origen chino. Los dirigentes relatan el caso de un trabajador que pidió el cambio de su esmeril angular -conocido popularmente como "galletera"-, pues estaba fallando, lo cual tuvo como respuesta que el supervisor lanzara a los trabajadores la herramienta en funcionamiento.
Hay gravísimas denuncias acerca de que estas supervisiones no cuentan con los elementos esenciales de respeto hacia los trabajadores chilenos.
Existe allí un hecho preocupante, ya planteado al Seremi del Trabajo, don Iván Quintana Miranda, y a la Dirección del Trabajo de la Región del Biobío, pero llama la atención profundamente que en esta obra, anunciada como una de las más modernas, exista un trabajo con características de esclavitud.
Algunos dirán que mis palabras son excesivas. ¡No! Sucede tal cual: junto con un barco sumergible y con sofisticadas máquinas que pondrán los pilotes del nuevo sitio de atraque del puerto, llegaron también obreros chinos. Según denuncian los delegados sindicales, tienen un contrato de once meses de trabajo continuo, de lunes a domingo, de 8 a 22 horas. Duermen en verdaderas barracas en el sector de Monte Redondo del cerro La Gloria, de Talcahuano. Y si requieren atención médica, deben costearla personalmente, por lo que se resisten a pedirla y trabajan enfermos.
Los chilenos que laboran en esa obra creen necesario que se apliquen nuestras leyes. No es posible el trato cercano a la esclavitud que se da a esos trabajadores chinos. A los que reclaman, los amenazan con devolverlos a China. Llevan más de un año en nuestro territorio sin vacaciones, feriados ni festivos. Se les prometieron once meses en Chile y uno en su país, lo que tampoco se ha cumplido. Es un abuso total. Incluso, hay trabajadores que se encuentran en una barcaza sin bajar a puerto. ¡No pueden tocar tierra! ¡No pueden desembarcar en el puerto de Talcahuano!
Hemos pedido un informe a la Dirección del Trabajo, y ahora deseo solicitar a la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante y a la Gobernación Marítima de Talcahuano que nos informen si la condición de estos trabajadores, quienes permanecen, en los hechos, embarcados, sin tocar tierra, se enmarca dentro de la legislación nacional y si la empresa aludida está cumpliendo con las medidas de seguridad para realizar la obra en el muelle que he señalado. Ojala pudiéramos tener esta información a la brevedad antes de lamentar algún tipo de accidente laboral.
He dicho.