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SANCIÓN A TRANSPORTE DE DESECHOS HACIA VERTEDEROS CLANDESTINOS


El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, valoro el trabajo realizado por el Senador Ossandón como Presidente de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, porque pienso que es importante, serio y que, de verdad, mejora de manera muy sustantiva el proyecto.
¿Cuál es el problema existente? Que Chile se está transformando en un verdadero basural. No hay camino rural ni sitio eriazo que no se encuentre lleno de basura, particularmente en las comunas periféricas de Santiago o de las grandes ciudades.
Cuando uno transita por la Costanera Norte, basta ver la ribera del río Mapocho en Cerro Navia, Renca, Pudahuel, para darse cuenta de que en ella se depositan toneladas y toneladas de escombros.
El Senador Ossandón nos comentaba que cuando él era alcalde de Puente Alto se destinaban cientos de camiones -con un costo altísimo: miles de millones de pesos- a retirar la basura depositada por inescrupulosos vecinos o por personas dedicadas a esta actividad totalmente ilícita. Y a la semana de sacar esos escombros aparecían otros.
Entonces, hay toda una red de personas e instituciones que participan en esta acción.
Diversas constructoras, cuando deben sacar escombros, en vez de llevarlos a un vertedero autorizado, pagan a un tercero para que los traslade al primer sitio eriazo o camino rural que encuentre.
Me ha tocado, por ejemplo, recorrer la zona que va de Quilicura a Lampa, ¡y da pena verla!, pues este sitio maravilloso lleno de humedales se ha convertido en un verdadero basural, con animales muertos y escombros. Y, cada vez que le he solicitado al alcalde que los retire, me dice: "Sí, lo hacemos, pero a la semana siguiente está igual".
Todas las multas que hoy día se aplican no sirven, porque quienes se dedican a estas actividades tan lucrativas las pagan, y ello ya está incorporado al negocio. Incluso, hemos visto que recolectores formales retiran escombros y los botan en el sitio eriazo más cercano.
Por ello, me parece dramático que ciertas áreas -por ejemplo, la Cuarta Región o determinadas zonas aledañas a Rancagua, a Linares y a San Fernando- estén llenas de caminos rurales saturados de basura.
¡Esa realidad afecta a todo Chile!
Debo recalcar que este problema no solamente acarrea consecuencias sanitarias, sino que también afecta la calidad de vida de las personas.
No es lo mismo vivir en un país con barrios transformados en verdaderos botaderos de basura, que hacerlo en uno con lugares destinados al esparcimiento donde los niños puedan salir a pasear y jugar.
Por ejemplo, todas las zonas que bordean el río Mapocho están llenas de canchas de fútbol que no se pueden utilizar, pues se han transformado en depósitos de basura.
La ley en proyecto me parece interesante, puesto que establece sanciones adecuadas, ajustadas, que apuntan directamente a donde les duele a aquellos que efectúan estas acciones, ya que no solamente los castiga con una multa, sino también con el retiro de la licencia de conductor por determinado tiempo y con el envío al aparcadero municipal del vehículo con que se comete el ilícito.
Esas dos medidas son bastante más potentes que las multas.
Ahora bien, el tráfico de residuos peligrosos constituye una situación especial pues, a diferencia de lo que puedan pensar algunos acá, esos elementos generan gravísimos daños a la salud no solo en forma directa, sino también porque los líquidos escurridos se infiltran en las napas freáticas y contaminan con arsénico y plomo las aguas que luego son usadas para riego o consumo humano.
Por lo tanto, se trata de situaciones muy dramáticas.
En casi todas las regiones del país nuestras aguas se hallan contaminadas con metales pesados, que muchas veces provienen del transporte ilícito de basura tóxica que realizan personas que no quieren cumplir con la legislación sobre residuos peligrosos, porque hacerlo les resulta caro y, evidentemente, prefieren que la ciudadanía subsidie ese costo mediante el envío de desechos y de basura tóxica y peligrosa a verdaderos botaderos clandestinos.
Señora Presidenta, este proyecto ya ha sido revisado suficientemente y durante su discusión recibimos a todas las autoridades municipales interesadas y a expertos en la materia.
Por las razones expuestas, le pido a la Sala que, de una vez por todas, apruebe esta tan importante iniciativa para el país.