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MODIFICACIÓN DE PLANTA DE PERSONAL DE JUNTA NACIONAL DE JARDINES INFANTILES


El señor PROKURICA.- Señora Presidenta, según datos del Ministerio de Educación, el 50 por ciento de los niños que no asiste a kínder pertenece a los hogares más vulnerables de nuestro país. Por lo mismo, existe gran preocupación por reparar ese problema.
El 80 por ciento del desarrollo intelectual, social y emocional se alcanza en la primera infancia. En la actualidad, más de 70 mil niños a lo largo de todo Chile no asisten a kínder o prekínder. Y un niño que pasa por la etapa parvularia alcanza un mejor SIMCE (hasta 14 puntos más).
Esto quiere decir, señora Presidenta, que la principal falencia de la educación chilena se halla justamente en este nivel. Lo que ocurre es que se trata de un grupo que no marcha, que no se toma colegios y que no tiene poder de presión.
Sin lugar a dudas, los primeros años de vida son claves en el desarrollo de los niños y los más determinantes para su desempeño futuro. La intervención temprana de la educación resulta fundamental para potenciar dicho desarrollo y para corregir las grandes desigualdades que se originan desde la cuna. Está demostrado que los efectos de la educación no solo dependen de su calidad y cobertura, sino también, y de manera esencial, de cuán temprana sea la intervención.
Señora Presidenta, si queremos corregir las grandes desigualdades que tenemos en nuestro país -como dicen todos nuestros discursos-, resulta esencial poner el foco en la educación preescolar. Sin embargo, nuestro país aún tiene un largo camino por recorrer en esta materia.
Según datos del Ministerio, "la cobertura en educación parvularia en el rango etario de tres a cuatro años solo alcanza el 51 por ciento, 15 puntos bajo el promedio de la OECD, en contraste con la educación superior, de la cual tanto hablamos, donde Chile, en los jóvenes, supera en cobertura incluso al promedio de este exclusivo grupo de países desarrollados" con el que nos gusta compararnos.
El objetivo de este proyecto es eliminar las rigideces de la actual planta de personal de la JUNJI, de manera que ella sea representativa de las nuevas exigencias funcionarias, permitiendo que los cargos directivos sean un reflejo permanente de la gestión que están desarrollando los funcionarios y que las denominaciones de los mismos no se encuentren establecidas por ley.
En ese contexto, se faculta a Su Excelencia la Presidenta de la República para que, a través de uno o más decretos con fuerza de ley, efectúe las adecuaciones necesarias a la planta de la referida institución. Esta es la fórmula que históricamente se ha utilizado en Chile: facultar al Primer Mandatario a fin de que, mediante una normativa con rango legal (un DFL), regule las plantas.
Señora Presidenta, esta iniciativa permitirá que los profesionales que se desempeñan en los jardines infantiles de la JUNJI accedan a los mejores grados y, por ende, a mejores remuneraciones. Muchos de quienes se desempeñan en este nivel de la educación chilena ganan sueldos muy bajos y ponen todo su corazón para salir adelante. Sin embargo, como señaló ante la Comisión de Educación la propia Vicepresidenta Ejecutiva de la institución, Desirée López de Maturana, la presente iniciativa favorecerá al 91 por ciento de los funcionarios.
Además, estamos frente a un proyecto que es fruto de un acuerdo entre la asociación gremial de los trabajadores de la JUNJI y el Gobierno del Presidente Piñera. Y me alegro mucho que ahora sea apoyado también por la Administración de la Presidenta Bachelet.