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PORCENTAJE MÍNIMO PARA EMISIÓN RADIAL DE MÚSICA NACIONAL Y DE RAÍZ FOLCLÓRICA Y TRADICIONAL ORAL


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, este proyecto de ley pone en discusión varios aspectos que me parecen sustantivos.
Desde luego, nos permite debatir sobre la necesidad de brindar mayor apoyo a la música nacional. Pero también cabe preguntarse por el respaldo a las otras expresiones artísticas, como el teatro, el cine, la literatura, entre otras.
En efecto, si vemos más allá, notaremos que la cultura del país y de sus regiones se halla constituida no solo por sus expresiones artísticas, sino también por el conjunto de manifestaciones y modos de vida y de costumbres; por la forma como se relacionan las personas entre sí y con su entorno, y por los valores que sustentan la cultura.
Todo eso requiere apoyo.
El periodismo, por ejemplo, a través de noticieros que están en la memoria histórica de los chilenos, también merece apoyo, así como los programas de conversación y de difusión, incluso de tipo cultural. Sin embargo, ellos no se encontrarían afectos al porcentaje mínimo de emisión que se propone, porque este apunta solo a la música nacional.
Tiene sentido la obligación que pesa sobre la televisión de transmitir programas de producción nacional. Y de la misma manera debería operar respecto de la radiodifusión, pero abarcando el conjunto de dicha producción nacional y no únicamente la música.
Desde luego, son legítimas las dudas en materia de libertades cívicas, por cuanto -según algunos- esas cuotas afectarían la libertad de expresión. Pero en ello prefiero un Estado que promueva la identidad y la cultura nacional y regional antes que uno pasivo que entregue la decisión de lo que vemos y escuchamos a los concesionarios, incluso extranjeros, como ocurre hoy día.
Son válidas también, señora Presidenta, las aprensiones acerca de la efectividad de estas medidas, máxime si no hay formas claras de control o de fiscalización.
Por lo demás, en un mundo globalizado, con un desarrollo acelerado de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, muchas personas se preguntarán: ¿Tiene sentido un proyecto de ley que fija cuotas de música nacional a las radioemisoras chilenas?
Los jóvenes y bastante gente mayor bajan música, preferentemente, desde Internet, quienes, obviamente, no se verán afectados por esta normativa.
Además, resulta difícil fijar reglas para la actividad radial, cuando hoy podemos escuchar emisoras por Internet que transmiten desde cualquier parte del mundo.
En definitiva, de manera general, respaldo la idea de fomentar la producción nacional, no solo de música y no solo en la radio, sino también en la televisión y en todos los medios de que se disponga.
Comparto también la idea de que debe regularse la emisión de producción nacional y regional. Pero, para ello, podría utilizarse la institucionalidad que se ha dado el país (el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Consejo Nacional de Televisión y otros organismos), la que ha de generar los espacios para que, con la participación de los distintos actores que intervienen en esta actividad (autores, artistas, productores, medios de comunicación), se regulen estas materias.
En cuanto al proyecto de ley en discusión, pienso que debiera reformularse, en lo posible con la participación de las mismas organizaciones representativas de autores y de radiodifusores. No veo intereses diametralmente opuestos. Y el Senado, a través de la Comisión respectiva, puede ser el espacio para alcanzar los acuerdos que tendrían que haberse logrado en otras instancias.
Apoyo la petición de que la iniciativa vuelva a su órgano técnico.
He dicho.