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DAÑO A BIOMASA POR DESCARTE DE SARDINAS Y ANCHOVETAS. OFICIOS


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, pido el envío de oficios a los señores Ministro de Economía y Subsecretario de Pesca para hacer presente una problemática que encierra una crisis, lo cual, lamentablemente, podría culminar en una doble falta.
En efecto, es factible que se genere una movilización social como respuesta al mal cumplimiento de la Ley de Pesca -¡una fallida Ley de Pesca!-, a modo de denuncia por un acto criminal, esto es, el descarte, que podría terminar con la biomasa de la sardina y, en especial, de la anchoveta.
En la Región del Biobío, más de 400 naves pesqueras de recursos pelágicos (sardinas y anchovetas) en este momento se encuentran en proceso de captura, tal como la ley lo ordena.
Dichas embarcaciones zarpan desde los puertos de Talcahuano y Coronel; encuentran el manchón de peces mediante radar; hacen un lance -esta faena puede durar hasta tres horas-; recogen la red, y consiguen 80 toneladas de pesca. Sin embargo, solo cuando es visible el pez, se puede precisar el porcentaje autorizado por ley (90 por ciento de sardinas y 10 por ciento de anchovetas). Tales proporciones no se cumplen, porque sale una cantidad mayor de anchoveta (30 a 40 por ciento), razón por la cual deben botar lo capturado al agua: ¡80 toneladas de peces muertos al mar!
Entonces, realizan un segundo lance, luego de buscar un manchón distinto. Hago presente que los instrumentos de que disponen no permiten distinguir si hay más presencia de sardinas o de anchovetas. Lo que se detecta es un cardumen, un volumen de recurso pelágico. En este segundo intento, suele obtenerse un resultado similar, por lo cual se vuelve a descartar.
En un tercer lance, señor Presidente, se decide llevar a puerto lo que se capture. La contabilidad que se realiza al momento de la descarga es la que sirve a los comités científicos, junto con la información que aporta el buque Abate Molina, que realiza dos cruceros al año por un segmento del territorio marítimo, entre las Regiones Quinta y Décima. Ello, para precisar qué porcentaje de sardina y anchoveta existe como recurso a extraer.
Este es un mecanismo criminal.
La ley falló a la primera. La Ley Longueira no sirve para la definición de la captura del recurso pelágico sardina y anchoveta, por cuanto las considera especies diferentes, en circunstancias de que, en la práctica, son especies unificadas: se desplazan juntas, comen juntas, se desarrollan juntas.
Por eso los pescadores pelágicos suspendieron, en forma voluntaria, sus faenas de pesca entre las Regiones Quinta a Décima, pero hasta ayer, cuando no hubo respuesta a sus inquietudes. Hoy miércoles más de 300 naves salieron a pescar. Y tal como sostuvieron los capitanes de embarcaciones que asistieron a la Comisión de Pesca, el descarte hoy debe haber cobrado 20 mil toneladas de sardinas y anchovetas si se consideran dos lances: ¡20 mil descargadas en puerto, 20 mil descartadas!
Señor Presidente, estamos provocando una mortandad, un atentado a la biodiversidad, producto de que la ley, tal como está, introduce este elemento negativo. En nuestra opinión, el artículo 100 de la Ley de Pesca permite al señor Subsecretario, mediante un informe fundado para proteger la biodiversidad y el patrimonio natural, implementar medidas extraordinarias con el objeto de enfrentar y evitar el daño a cualquier recurso pesquero. En este caso, se trata de la anchoveta.
El último informe del comité científico señala: "Cero pesca para esta especie". Sin embargo, como esta se encuentra unida a la de la sardina, cada vez que se realice un lance se capturará 10, 15, 20, 40 o 50 por ciento de anchoveta. Entonces tendrán que botar el recurso al mar o llevarlo a puerto, caso en el cual deberán pagar la multa respectiva y sufrir la retención de las redes, pues así lo establece la Ley de Pesca.
¿Cuáles son los principios traicionados en los hechos? El precautorio, el de la protección, el del fortalecimiento de la biomasa.
Escuché tantas veces al ex Senador Longueira, Ministro de Economía del anterior Gobierno, dar brillo a los atributos de la ley. Según él, esta normativa iba a proteger la biomasa: se resolvería el problema por la vía administrativa, sin necesidad de que los pescadores artesanales encendieran neumáticos en la calle.
Queda claro que la ley no ha funcionado. ¡Lo que tenemos es una atrocidad! Los pescadores seguirán descartando hasta "encontrar la proporción adecuada", que no existe, porque se exige cero por ciento de captura de anchoveta y esta, en realidad, convive con la sardina.
Hemos sugerido una ley fast track para establecer un artículo transitorio que permita la unificación del monitoreo, en marcha blanca, a fin de contar con un estudio más fiable, a lo menos con lo que resta de la cuota, es decir, 200 mil toneladas de sardinas y anchovetas (180 mil de sardinas y 20 mil de anchovetas). Se busca que la captura real -o sea, el primer lance- determine los elementos básicos para el cálculo de los comités científicos.
Hasta ahora se tiene un muestreo irreal, ya que lo real se descarta. Se lleva un muestreo que se acomoda a la exigencia de la ley. Por lo tanto, la captura es el mejor monitoreo para determinar qué pasa con ambas especies.
Los pescadores de la Región del Biobío, particularmente los de Talcahuano y Coronel, han actuado con extrema responsabilidad.
Me he comunicado con el jefe de gabinete del señor Ministro del Interior, con el señor Ministro de Economía y con el Subsecretario de Pesca -los dos últimos se encontraban en Iquique, enfrentando la catástrofe que dejó el terremoto 8,2 que nos sorprendió anoche¿
El señor TUMA (Vicepresidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
Puede continuar su intervención haciendo uso de los minutos que le cedió el Comité Partido Demócrata Cristiano e Independiente.
Dispone de 10 minutos más.
El señor NAVARRO.- Gracias, señor Presidente.
Agradezco al Comité de la Democracia Cristiana.
Quiero señalar que estamos frente a una gran encrucijada. Todos sabemos que la ley es imperfecta, que la ley ha fracasado y que, en definitiva, lo exigible a los capitanes de embarcación es imposible de cumplir. Y si se observara según indica la legislación, estaríamos cometiendo un atentado contra la biomasa, que es, precisamente, lo que se buscaba evitar a través del artículo 100, que otorga una facultad extraordinaria al Subsecretario para la protección de la biodiversidad.
Hemos señalado dos caminos: o se realiza una pesca de investigación acotada de acuerdo al artículo 100, o planteamos una alternativa legal fast track para incorporar una norma transitoria en la Ley de Pesca que disponga que la captura del resto de la cuota conforme la base del monitoreo para el establecimiento de la biomasa de ambas especies.
La autoridad no ha adoptado ninguna medida. Mañana se realizará una reunión crucial con el Ministerio de Economía. Los pescadores se han quedado, aun cuando más de la mitad de la flota ya embarcó.
Señor Presidente, he tenido acceso a los videos que los tripulantes han enviado: ¡en verdad, es un acto criminal!
En cada lance de captura se está sacando 60 por ciento de anchovetas. Y con ello, no se está cometiendo ninguna ilegalidad. En el mar todavía quedan 140 mil a 150 mil toneladas de sardinas, pero es imposible distinguirlas. En los lances siempre saldrá anchoveta.
Además, cuando la red aprieta, el recurso muere. Por tanto, no queda otra que arrojarlo así al agua. No obstante, los convenios internacionales firmados por Chile prohíben verter especies hidrobiológicas muertas o en estado moribundo al mar, porque ello genera contaminación.
Hoy día tenemos tres caminos.
El primero, como ya se indicó, es aprobar una ley fast track.
El Congreso ha aprobado cuerpos legales en diecisiete horas, en dos días o en dieciséis años, como ocurrió con la iniciativa de bosque nativo. Hemos despachado leyes por urgencias. La semana pasada lo hicimos con el proyecto relativo a los recolectores de basura, en el que se dispuso la asignación de 30 millones de dólares a la empresa privada, que fue incapaz de pagar sueldos dignos a sus trabajadores.
Asimismo, existe la opción administrativa de que el Subsecretario de Pesca use su facultad. Este ha actuado con cierto temor en esta materia, a pesar de que lo conozco y sé que no es un hombre temeroso a la hora de cumplir sus funciones. ¡Y dicha atribución está dada! Le hemos explicado con porotitos, no con huevitos de pescado, el inciso segundo del artículo 100, que otorga dicha facultad.
No se pide más exigencia de cuota. No queremos sumar la pesca de investigación a una mayor cuota, como se usó abusivamente durante 20 años. Recordemos que la pesca de investigación se transformó en un mecanismo de salida para que la autoridad del ramo calmara los ánimos. Cada vez que había una movilización del sector, los Subsecretarios daban más cuotas de pesca: 30 mil, 40 mil, 50 mil toneladas. Fue un factor de control social. Particularmente, recurrí a la Contraloría General de la República para anular esa aberración, porque no se requerían 40 mil toneladas para hacer pesca de investigación. No es eso lo que estamos proponiendo.
Se requiere no que aumente la cuota restante de captura, sino que ella sea considerada como pesca de investigación. Se busca que los lances de los sectores de pesca reflejen realmente el estado del recurso.
En mi opinión, va a haber movilización de los pescadores artesanales. Corremos el riesgo -lo digo con responsabilidad- de que esta sea la primera manifestación social en contra del Gobierno; en los hechos, en contra de la Administración de la Presidenta Bachelet. Podemos evitar tal situación. De lo contrario, se recurrirá al camino consabido de la protesta, que motivará después la adopción de las medidas administrativas pertinentes.
La tercera vía es más compleja: el recurso de protección, el cual puede tardar mucho tiempo.
Claramente, la autoridad está investida de facultades para hacer cumplir el espíritu de la ley. Aún suenan en mi cabeza las palabras de Longueira, repetidas hasta la saciedad: "Esta es la mejor ley; es precautoria, preventiva; va a proteger los recursos y permitirá su subsistencia".
Y, como es claro que la normativa no se está cumpliendo, la autoridad administrativa tiene la facultad y el deber de proteger el recurso.
Entonces, veo dos caminos: o cursa multas hasta la saciedad, provocando un conflicto de proporciones, o en definitiva busca el mecanismo que señala el artículo 100.
Esto, señor Presidente, me deja con sentimientos muy encontrados.
En este mismo lugar, durante la tramitación del proyecto modificatorio de la Ley de Pesca votamos en contra del artículo que estableció el descarte regulado. ¡En la Ley de Pesca anterior esta práctica estaba prohibida! ¡Y se reguló! Porque se la transformó en "fauna acompañante", de manera de evitar conflictos con la industria y, también, con el sector artesanal.
¡La ley no logró resolver el problema!
La pena que me da, señor Presidente, es haberle dedicado tantas horas al debate para despachar una normativa legal que a la primera crisis provoca un conflicto social y genera una antípoda: el actuar se transforma en lo contrario al espíritu de la ley.
Y nótese la paradoja: fueron los pescadores pelágicos de la Región del Biobío -también los de la Décima-, quienes el año pasado, cuando se dirigieron a la captura de la sardina y la anchoveta, encontraron especies de menos de ocho centímetros, con huevecillos, ante lo cual voluntariamente accedieron a una veda biológica y no pescaron. Ellos lo pasaron muy mal el 2013, porque no capturaron más de la mitad de la cuota. Y, como la ley dice que el que no captura la cuota no la acumula para el próximo año, perdieron la posibilidad de capturar.
Sin embargo, esos pescadores actuaron con la sabia conciencia de que extraer sardina y anchoveta con huevos y de tamaño ínfimo les iba a generar un déficit en 2014. No se capturó, y hoy día el recurso aparece recuperado: la sardina está saludable; la anchoveta, también, pero más escasa.
Por lo tanto, debemos tomar una opción política, administrativa y social.
Creo que la autoridad ha de medir su acción.
Yo ejemplificaba en la Comisión de Pesca que he visto a conductores que llevan niños en riesgo de muerte o mujeres embarazadas al hospital y pasan con luz roja, cometen otras infracciones del tránsito, incurren en acciones que podrían dar lugar a multas, violan la ley. ¡Pero salvan una vida!
Por lo tanto, hay atenuantes cuando no se busca violar la ley, sino salvar una vida.
A mi juicio, hoy día en la captura de sardina y anchoveta debe hacerse algo similar. Los propios pescadores dicen: "Lleguemos con el primer lance para no tener que hacer descarte". Porque si llegan con 80 toneladas habiendo descartado 160, la cuota de 600 mil, 800 mil -señor Presidente, escúcheme- ¡se transforma en 2 millones 400 mil toneladas! Y ese es un impacto que el recurso no va a soportar.
Por tanto, las próximas horas serán cruciales.
Señor Presidente, solicito que se oficie al señor Ministro de Economía, al señor Director Nacional del SERNAPESCA, al señor Subsecretario de Pesca, al Ministro del Interior, a la Presidenta de la República, haciéndoles llegar esta intervención. Porque cuando la ley es injusta, yo soy de los que creen que no existe el deber de respetarla, sino el de cambiarla.
¡Cuando la ley causa daño, no hay que aplicarla! Porque aplicar la normativa actual, en las condiciones en que está, provoca un grave daño al recurso hidrobiológico pelágico sardina y anchoveta, particularmente a esta última.
En tal sentido, señor Presidente, pido que se oficie también a los comités científicos y técnicos que hoy día están incorporados en la Subsecretaría de Pesca para la evaluación de la biomasa, con el objeto de que se les haga llegar mi intervención y se les solicite el estudio sobre la unificación de la pesquería.
Discutimos la normativa el año pasado. La idea es que la ley refleje la realidad y no la deforme. Porque en este caso la deformó. Por eso hay una disidencia absoluta, y la pesca en Chile -en particular los pescadores- está pagando los costos.
Hemos estado en la Comisión de Pesca con el Senador Bianchi y las Senadoras Goic y Van Rysselberghe. Esta situación concita una preocupación totalmente transversal y hay coincidencia plena en que lo peor es dejar las cosas tal como están, porque así acabarán mal.
Vamos a terminar con descarte masivo, vamos a terminar con movilización social, vamos a terminar con un claro cuestionamiento a la ley. Porque hay que cambiarla. Pero no habrá un desarrollo ni un paso adelante en la vía correcta de resolver el problema de fondo.
Yo, señor Presidente, lo lamento profundamente, pues no estoy viendo capacidad para enfrentar los problemas existentes.
Termino señalando que no estamos hablando por boca de ganso. Salimos a pescar en la madrugada de un día de la semana pasada -concurrieron la Senadora Van Rysselberghe, el Diputado Cristián Campos-, estuvimos en el mar durante ocho horas y pudimos observar la captura de toda la flota. Eso nos ratifica que la situación que hoy día narro -y que conocíamos- es la real.
Señor Presidente, pido que se oficie a las autoridades que he mencionado y, además, a los Intendentes de las Regiones Quinta a Décima, a fin de que podamos enfrentar este problema en las próximas horas.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
He dicho.