Click acá para ir directamente al contenido
DESPEDIDA DE SEÑORES SENADORES QUE TERMINAN SU MANDATO


El señor SABAG.- Señor Presidente, estimados colegas, quiero partir por exponer que llegué al Congreso por la voluntad de los ciudadanos electores.
Primero fue como Diputado por el distrito 42. Los recuerdo a todos, pero voy a nombrar solamente las comunas: San Carlos, Ñiquén, San Fabián de Alico, San Nicolás, Quirihue, Portezuelo, Trehuaco, Coelemu, Quillón, Bulnes, Ninhue, Ranquil, Cobquecura, Yumbel y Cabrero, de donde provengo.
Como Senador, he representado también los distritos 43, Talcahuano y Hualpén; 44, Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz, y 45, Tomé, Penco, Coronel, Hualqui, Florida y Santa Juana.
Por supuesto, a ellos es a los que primero agradezco, porque son la base a partir de la cual he podido trabajar por mi país y por cada una de esas comunas durante 24 años.
Deseo brindar un reconocimiento a los funcionarios del Senado, al Secretario, a los secretarios de Comisión, al personal en general, porque siempre han sido un gran apoyo para el éxito de nuestras gestiones. Les estamos muy agradecidos. Sé que van a cumplir una gran labor por levantar el prestigio de la Corporación.
Quiero agradecer, por supuesto, a mi Partido, que me ha respaldado para acceder a cada una de estas instancias.
Le agradezco a mi familia. El ejercicio de la política hace que todos abandonemos nuestros hogares. Andamos por acá y en nuestras regiones, en cada una de las comunas. La familia está casi al final. Y ella ha sufrido con frecuencia -no en mi caso, pero me parece que sí en el de muchos de los presentes- el abandono y la falta de atención, a veces en los momentos más importantes.
Quiero agradecerles a todos mis colegas, con quienes hemos puesto juntos lo mejor de nuestro ser para aprobar las leyes y dar nuestra opinión pensando siempre en los superiores intereses de la patria.
¡Cuando uno llega a desempeñarse en estos altos cargos no debe actuar más que con generosidad y grandeza! ¡Eso es lo que involucra un lugar en el Senado de la República, que ha sido un gran honor ocupar, al igual que para todos sus demás integrantes! ¡Por eso, aquí las pequeñeces no deben existir!
Deseo consignar que siempre que me ha tocado votar, decidir o representar he tenido por norte los superiores intereses del país, de la patria. En este ámbito no se puede andar con mezquindades. Podemos mantener diferencias -y es evidente que así es-, pero jamás voy a reprocharle a un colega, de cualquier lado, por votar en conciencia y conforme a lo que le dicta su mejor parecer. También he exigido que se respeten mi conciencia y libertad para actuar. Lo único que hago presente es que siempre hemos intentado proceder con grandeza, pensando en nuestra patria.
Los Gobiernos desde 1990 en adelante han de encontrarse muy orgullosos de lo realizado. Es un sentimiento que por mi parte también experimento -lo expongo a propósito de lo manifestado por el Honorable señor Novoa-, y lo he señalado siempre.
¡Chile está arriba hoy día! ¡Provoca la envidia de muchas otras naciones! ¡Siempre se dirá: "Pero nos falta mucho"! ¡Claro que nos falta mucho! Pero ¿estamos comparando peras con manzanas o países con países? ¡Comparemos países con países! ¿Cómo están los otros? Ello ya se consignó: ¡endeudados! El Senador señor Kuschel hacía presente que lo que producen no alcanza siquiera para pagar los intereses.
Nosotros nos encontramos ante una importante deuda externa y empezamos a pagarla. Recuerdo que el Ministro de Hacienda señor Alejandro Foxley desembolsó más de 5 mil millones de dólares en un solo giro. Hoy día, Chile aparece debiendo 5 mil 200 millones, correspondientes a créditos que se otorgaron sin intereses por muchos años, generalmente en épocas en que se registraron terremoto o dificultades. Pero tenemos más de 30 mil millones de dólares en reservas. Si restamos la deuda, somos acreedores del mundo.
¡Qué ejemplo para las otras naciones!
¡Y cuánto hemos progresado, gracias a Dios!
¡Nos falta! ¡Claro que nos falta! Y, por eso, los programas de los Gobiernos se postulan, la gente los vota y tienen que llevarse a cabo en adelante.
Nosotros hemos sido partícipes de ese Chile. ¡No lo hemos destruido! ¡Qué habría pasado si hubiéramos enfrentado miles de huelgas y la situación de gente muriendo de hambre o haciendo colas por no encontrar una cosa u otra! ¿De qué estaríamos hablando aquí?
Este es el país que construimos con los Presidentes Aylwin, Frei Ruiz-Tagle, Lagos, Bachelet y, sin duda alguna, también Piñera. Hemos realizado una labor buscando lo mejor para nuestra patria y sus habitantes.
Al retirarme, sé que aquí se deciden muchas cosas. Y no me cabe duda de que esta Corporación va a continuar actuando con ponderación, con grandeza. La Cámara de Diputados a veces procede y vota políticamente, pero el Senado tiene otra posición, otra estatura, conforme a la cual debe ver las cosas desde ese otro punto de vista -aquí se hallan la prudencia, la sabiduría-, para que nuestra nación siga progresando y enalteciendo a cada uno de sus integrantes.
Ya no podré servir desde un cargo público. ¡Pero a la patria se le sirve de muchas maneras! ¡Los trabajadores, los obreros, las mujeres, los empresarios, los agricultores, que pagan impuestos, que producen, son también la patria! A ella se le sirve desde donde uno esté.
Estimados colegas, voy a seguir trabajando por Chile, por mi patria, y quiero que ustedes sigan actuando tan noblemente como lo han hecho hasta el día de hoy.
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).