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FORTALECIMIENTO DE REGIONALIZACIÓN


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, hace bastante tiempo que venimos discutiendo este proyecto, que, a mi juicio, es muy importante. Es un paso, no menor, es cierto, pero un paso.
Tuvimos oportunidad de expresarlo en la Sala a raíz de la reforma que implicó establecer la elección directa de los cores, con lo cual se ganó mucho en transparencia y en la legitimidad de quienes resulten elegidos para ocupar dichos cargos.
Pienso que ahora el paso que sigue es definir con mayor claridad el financiamiento de las nuevas funciones. No queremos que se repita lo que ha ocurrido con los municipios, que ha sido muy lamentable. En más de una oportunidad se les han aprobado nuevas atribuciones sin entregarles los fondos necesarios, lo cual ha agudizado su desfinanciamiento y ha profundizado los problemas que afectan a las municipalidades que no disponen de recursos suficientes. Es algo que no debe repetirse.
Por lo tanto, cualquier nueva función o atribución que se transfiera a los gobiernos regionales tiene que ir acompañada de su fuente de financiamiento, a fin de evitar que se les entreguen mayores responsabilidades sin dotarlos de los recursos asociados al ejercicio de aquellas.
En mi concepto, es un tema de la más alta importancia.
Ahora bien, entiendo que este proyecto es fundamental. Debemos regular el estatuto de los cores. Estos fueron elegidos por sufragio popular y ahora, evidentemente, corresponde definir las condiciones en las que van a desempeñar sus cargos, es decir, las facilidades para asistir a las sesiones del Consejo; la contratación de seguros contra accidentes; el aseguramiento de su dieta o asignación en caso de enfermedad u otras razones médicas; permisos para ausentarse por el fallecimiento de algún familiar. Todo eso no es menor.
Y quiero hacer una consideración al respecto. Lo mismo siento a propósito de nuestros concejales, pero en este caso con mayor razón lo siento por los cores. Creo que, como país, en algún momento deberemos dar un paso más.
A veces la gente no entiende y le cuesta concebir que la democracia implica, evidentemente, gastos e inversiones. La idea es tener consejeros regionales que se vayan especializando, que se dediquen full time al cargo, que reciban una dieta o asignación adecuada a la función que desempeñan.
Ojalá fuéramos capaces de aprender de otros países, donde los equivalentes a nuestros consejeros regionales y concejales tienen dedicación exclusiva y reciben una dieta que les permite cumplir bien con sus altísimas responsabilidades. Cada día las actividades de estos representantes son más complejas y deben tomar decisiones extraordinariamente importantes que generan consecuencias para las comunas y las regiones. Y, sin embargo, siempre se está pensando en ahorrar y en otorgar una dieta de 600 mil pesos. No somos capaces de entender que con gente que se forme y se convierta en profesional del área en cuestión resultarán beneficiadas nuestras comunas y nuestras regiones.
En ese sentido señalo mi disconformidad. Espero que alguna vez aprendamos y cambiemos derechamente el sistema. Por cierto, se habla de nuevas funciones para los gobiernos regionales y no podemos estar más de acuerdo.
Si hay algo que todos percibimos es cómo el centralismo ahoga las regiones. Así lo he manifestado como Senadora que representa a la Región de Atacama.
Estamos agotados de que todo se resuelva en Santiago. Eso cansa en la región septentrional. De ahí que incluso se ha constituido la Asociación de los Municipios del Norte, para reflejar el cansancio de zonas que entregan su riqueza -que significa muchísimos recursos-, al producto del país y a las arcas fiscales y se quedan con los pasivos ambientales.
En mi opinión, no podemos dejar de escuchar el actual clamor proveniente de las regiones y que constituye la razón por la cual surgen crecientemente este tipo de asociaciones, de argumentos o de acciones, que van en el sentido de reivindicar que las regiones cuenten con verdaderas competencias, con reales atribuciones y puedan desarrollarse como tales. Y en aquellas donde hay escasez de recurso humano, habrá que dar facilidades para incrementarlo poco a poco.
Evidentemente, como se ha señalado, faltan algunos detalles respecto a los mecanismos de transferencia de competencias. Los iremos perfeccionando. Desde ya anuncio mi voto positivo, porque creo que este es un paso importante.
No puedo dejar de mencionar el compromiso -tengo la certeza de que se va a cumplir- de la Presidenta electa, Michelle Bachelet, en cuanto a la futura elección de los intendentes. Considero que es un tremendo paso. Con él, por fin, vamos a terminar con cierta dualidad existente, la cual, como lo he expresado aquí en otras oportunidades, no está del todo despejada. Resulta extraño que las regiones tengan la figura de un intendente nombrado por el Jefe del Estado, y, a la vez, un gobierno y un consejo regionales elegidos por votación popular, que designa a su presidente de entre sus miembros.
Tal dualidad no queda muy clara y va a perturbar el buen funcionamiento de los órganos regionales. Estoy segura de que generará algún tipo de ruido. En el futuro deberemos hacernos cargo de esto, en la medida en que la ley en proyecto se empiece a aplicar. Pero siempre he pensado que es necesario elegir al intendente, a fin de resolver dicha dualidad, en cuanto a que no habrá dos personas encabezando el gobierno y el consejo regionales.
Por esas razones y con las aprensiones expuestas, voto a favor.