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OTORGAMIENTO DE BONO SOLIDARIO A FAMILIAS DE MENORES INGRESOS Y DE CLASE MEDIA VULNERABLES


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, antes de iniciar mi intervención, en nombre del Comité Demócrata Cristiano, solicito que se recabe el asentimiento de la Sala para iniciar la votación.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Si no hay objeción, así se acordará.
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, hoy día discutimos en la Comisión de Hacienda, tal como lo expresó el Senador señor Zaldívar, sobre este proyecto de ley de iniciativa presidencial.
Quiero recoger lo mencionado por quien me antecedió en el uso de la palabra. Porque, a pesar de que esta normativa es de iniciativa exclusiva del Presidente de la República, el Honorable señor Novoa "marcó" la votación de los miembros de la referida Comisión. Y digo "marcó" porque -tal como lo señaló el Presidente del órgano técnico- nadie podría negarse a aprobar o conceder un bono de esta naturaleza a las familias más vulnerables del país.
El punto es que existen otras consideraciones encima de la mesa, que ha explicitado el Senador Novoa, a las que agregamos las dadas a conocer por el Honorable señor Zaldívar.
El porcentaje de familias beneficiadas con este bono es significativo y considerable. El número de personas también lo es: 7 millones. Y el grupo que se incluye por primera vez en un bono de esta índole, la clase media vulnerable, resulta atractivo a la hora de analizar la entrega del beneficio.
Señor Presidente, fui superintendenta de seguridad social, cargo durante el cual me tocó ver el pago del bono de invierno; cómo se administraban distintos sistemas y subsistemas de la seguridad social, y la importancia que revestía para innumerables familias este tipo de beneficio.
Muchos hombres y mujeres del país escucharon hace algunos días al Presidente de la República formular dos importantes anuncios: el ingreso mínimo y el bono de marzo. En varios hogares se sembró y se cobijó la esperanza de obtener mayores ingresos.
Las familias efectúan los cálculos de lo que ello puede significar en sus vidas. Y, obviamente, resulta trascendente.
El Honorable señor Zaldívar manifestaba: "Hay familias con ingresos de un millón 370 mil pesos" -me parece que esa cifra dio- "que van a recibir este bono".
Sin embargo, los pensionados que perciben una jubilación de 135 mil pesos no van a tener derecho al beneficio. Por consiguiente, se instala de inmediato una diferencia odiosa que no hay forma de ser explicada por ninguno de nosotros en las reuniones con juntas de vecinos o cuando recorremos las comunas en nuestras circunscripciones.
Yo les señalaba a los Ministros de Hacienda y de Desarrollo Social que ellos debían explicar al país por qué los pensionados no obtendrían este beneficio. Y nosotros sabíamos que nos responderían que dichas personas recibirían el bono de invierno.
El problema es que el bono de invierno está destinado solo a un grupo de pensionados: los que obtienen una jubilación de hasta 132 mil pesos mensuales. O sea, aquel que recibe una cifra mayor no tiene derecho a percibirlo. En cambio, quien se encuentra en el grupo de la "clase media vulnerable" y que gana un sueldo menor a un millón 370 mil pesos sí es merecedor del beneficio.
¿Cómo explicamos tal iniquidad? ¿Cómo le explicamos a las personas que estuvimos dispuestos a avalarla?
Y esta tarde le pedimos al Ministro -por su intermedio, señor Presidente- que explique esta situación a la ciudadanía.
Porque, aunque tramitamos las leyes en el Parlamento, materias como esta son de iniciativa exclusiva del Presidente o Presidenta de la República.
Cuando se entregue el bono de invierno alrededor de 600 mil pensionados tendrán derecho a él. Sin embargo, más de un millón de ellos (un millón 200 mil) no van a recibirlo, así como tampoco el de marzo que ahora se propone. O sea, los vamos a dejar afuera.
Antes de que empezáramos la sesión, el señor Ministro me señalaba: "Pero, Ximena, ustedes tampoco los incorporaron en los bonos extraordinarios que dieron". Le respondí: "Es cierto, señor Ministro, no obstante, la diferencia estriba en que ustedes han incluido una categoría diferente y especial: la clase media vulnerable". Se trata de casi 300 mil personas que antes no tenían derecho al bono; que ahora se hallan consideradas, y que perciben ingresos mayores a los de los referidos pensionados.
Es decir, hoy día estamos estableciendo una diferencia que es odiosa, arbitraria y que carece de explicación. Eso, obviamente, no es bueno ni sano.
Y digo que no tiene explicación, porque en los discursos del Gobierno se sostiene que estamos en el escenario de una economía sana, con crecimiento y pleno empleo; es decir, en una situación que, según los análisis pertinentes, no ameritaría la concesión de un bono en esta época. ¿Por qué? Porque uno entiende que, en esta época o en cualquier otra, el bono tiene por objeto resolver problemas de los pensionados, de las familias cuando hay crisis económica, cuando sube el precio de los alimentos, en fin. Pero -repito-, de acuerdo a lo que señala el propio Ejecutivo, eso no existe hoy en Chile.
En nuestro país sí hay inequidad. Al menos en la provincia y en la comuna urbana de Linares -en la Región que represento-, que en los rankings figuran como las más pobres a nivel nacional, ese es un problema.
Aquí se requieren respuestas. Y por eso con el Senador Lagos nos abstuvimos cuando se votó esta iniciativa en la Comisión. Y no la aprobamos porque hay respuestas que no se han dado, especialmente a los pensionados de nuestro país.
He dicho.