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SITUACIÓN QUE AFECTA A ALUMNOS DE UNIVERSIDAD DEL MAR


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, primero que nada quiero saludar a los alumnos, académicos y comunidad educativa de la Universidad del Mar que asisten a esta sesión.
Hace algún tiempo, nos juntamos con el Senador señor Quintana y con dirigentes estudiantiles de la sede de Viña del Mar. Frente a la angustia de sus familias, el Presidente de la Comisión de Educación convocó a una sesión para conversar con el Ministro. En esa oportunidad, frente a las preguntas del Senador señor Cantero, el Ministro de Educación dijo -lo recuerdo bien- que el 70 por ciento de los alumnos serían reubicados. Obviamente, la duda que surgió fue qué pasaría con el 30 por ciento restante al llevarse a cabo ese proceso.
Al poco tiempo, escuchamos las declaraciones del Consejo de Rectores, el cual declaró que no recibiría a los estudiantes. Todo eso provocó en sus familias una angustia incalculable.
Se trata de 18 mil alumnos, mil 500 docentes y 3 mil administrativos, diseminados en más de diez sedes a lo largo de país. Se han realizado esfuerzos para que los alumnos estudiaran en muchos casos fuera de sus ciudades, y en otros, inmersos en un sistema diurno -como explicaron los Senadores señor Zaldívar y señora Lily Pérez-, el cual obviamente no permite que sean reubicados en lugares distintos. Entonces, se optó por el plantel que estaba cercano a su entorno de vida y de trabajo.
Por primera vez hoy escuchamos al señor Ministro de Educación -lo cual me alegra- señalar que la Cartera a su cargo asumirá la administración de las casas de estudio cuando los estudiantes no puedan ser reubicados.
Eso abre el corazón y la mente para pensar que habrá una solución para esas familias.
Por su intermedio, señor Presidente, quiero pedir al Gobierno -como lo hizo mi colega Senador por la Sexta Región- que se comprometa a una solución clara y definitiva para los estudiantes.
Actualmente algunos alumnos en la sede de Viña del Mar carecen de luz y de Internet. Se nos dio a conocer que mañana se cortará la electricidad en la sede de Santiago.
Esa es la situación que está viviendo esta casa de estudios. Y no tiene que ver con lo que han entregado los profesores ni los estudiantes en su trayectoria académica.
Necesitamos respuestas sobre qué va a pasar con las reubicaciones que se logren, con el Crédito con Aval del Estado para los estudiantes; cuál será la situación de las sedes y de los alumnos en aquellas ciudades en que la Universidad del Mar es la única casa de estudios; qué va a ocurrir con los alumnos de cuarto, quinto y hasta sexto año de su carrera y con quienes están ad portas de egresar; cuándo pretende el Gobierno que se haga pública la resolución del Consejo, y que ello dé certeza a los alumnos, quienes, a más tardar en enero próximo, deberían tener respuesta, en febrero suscribir convenios y en marzo estar estudiando normalmente.
Igualmente, necesitamos saber qué va a pasar con los saldos de la deuda de los alumnos con la Universidad del Mar y que sean reubicados.
Todo eso debe ser abordado desde el Gobierno. Es el Estado el que acreditó a esta universidad.
Señor Presidente, no puedo dejar de hacer una última reflexión.
No parece sano -como señaló el Senador señor Zaldívar- que el Presidente de la República insinúe al país que algunas universidades pueden presentar problemas y que las familias deben tener cuidado al elegirlas. Y no lo parece porque tal insinuación puede convertirse en una verdadera bola de nieve, donde ya no tengamos a 18 mil alumnos con problemas -que el Estado debe enfrentar y resolver, por la garantía que les dio a ellos y a sus familias-, sino a 20 mil, 30 mil o más en situación de riesgo. Porque lo que hace una afirmación de ese tipo es sembrar un manto de dudas respecto de universidades, que por lo mismo no recibirán matrícula y se verán enfrentadas a una situación crítica desde el punto de vista financiero.
Estamos, pues, frente a un hecho complejo y difícil.
Cuando hace más de un año los estudiantes denunciaron esta situación, muchos no los escucharon. Hoy día chocamos con la cruda realidad: aquellos tenían toda la razón. Y quienes en el pasado los acusaron de reaccionarios, de violentos y de ideologizados hoy guardan silencio.
Señor Presidente, el Senado en particular, y el Parlamento en general, deben facilitar las herramientas necesarias para una solución. Pero el Gobierno debe decirnos cuáles son los caminos que ofrecerá para acoger a los estudiantes y a sus familias, a fin de que no pierdan el tiempo, los esfuerzos ni el dinero que han empeñado para aportar al desarrollo de nuestro país.