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ANTICIPO DE PLENA VIGENCIA DE SISTEMA DE PROTECCIÓN A CONTRIBUYENTES DE IMPUESTO ESPECÍFICO A COMBUSTIBLES


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, Honorables colegas, creo que el proyecto de ley que nos ocupa representa el paradigma de lo que los Senadores de Oposición venimos denunciando desde que asumió el nuevo Gobierno: la falta de diálogo e improvisación que se observa en el actuar de su agenda legislativa.
Solo con revisar la tramitación legislativa de la iniciativa que creó el SIPCO, que el Senado aprobó en enero de este año, pueden corroborar lo que estoy señalando.
Cuando discutimos el proyecto que modificó el plazo para el reintegro parcial por concepto del impuesto específico al petróleo diésel (ley N° 20.456), ingresado por el Ejecutivo con "discusión inmediata", los Senadores de la Concertación preguntamos numerosas veces al Ministro qué iba a hacer el nuevo Gobierno en materia de combustibles, teniendo en consideración que el 30 de junio caducaba por ley el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPCO). Y nos entregó respuestas evasivas y poco claras al respecto.
Recién el 13 de julio, 13 días después de haber vencido dicho Fondo, el Ejecutivo ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto que creó el nuevo sistema de protección al contribuyente que enfrenta variaciones en los precios internacionales de los combustibles (SIPCO).
Luego de un mes de tramitación en la Cámara Baja, el 18 de agosto de 2010 se dio cuenta del proyecto en la Sala del Senado, oportunidad en la que solicité que fuera visto por las Comisiones de Hacienda y de Minería y Energía, unidas, con el objeto de conocer en detalle la manera en que el Gobierno iba a enfrentar los problemas derivados de las continuas variaciones en el precio del petróleo y para poder despejar una serie de dudas que teníamos los Senadores de la Concertación.
Una vez conocida la iniciativa en las Comisiones unidas, manifestamos a los Ministros Larraín y Golborne serias dudas respecto a la viabilidad del proyecto de ley propuesto por el Ejecutivo. Les dijimos que nos parecía poco claro, confuso, y que en esta materia lo mejor era prorrogar el antiguo sistema de protección, mientras se estudiara y discutiera con más tiempo el asunto.
El Gobierno, nuevamente, no quiso escucharnos. Y en las Comisiones unidas nos abstuvimos todos los representantes de la Oposición.
El 28 de septiembre, tres meses después de ingresar a trámite, el proyecto fue conocido por la Sala y, a solicitud de los Senadores de la Concertación, quedó para segunda discusión. Al día siguiente se aprobó la idea de legislar y se abrió un plazo para presentar indicaciones. Durante este el Gobierno presentó numerosas modificaciones al texto original, cambiando parte importante de las estructuras de la iniciativa.
Recién este año, el 11 de enero, se aprobó en particular el proyecto. O sea, estuvo "dormido" más de cuatro meses solo en la discusión particular.
Tal como lo hice en general, volví a votar en contra. Mis argumentos fueron que el Ejecutivo había llegado tarde y mal, y que se iban a producir alzas en los precios de los combustibles.
Desgraciadamente, la improvisación no terminó acá.
La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley en tercer trámite el 12 de enero de 2011, un día después de que lo aprobáramos nosotros, dada la "suma" urgencia que le había colocado el Gobierno un par de días atrás.
Solo el 14 de febrero se publicó la ley N° 20.493.
En resumen, señor Presidente, una improvisación de principio a fin.
Hoy discutimos en el Senado una iniciativa legal del Gobierno que adelanta la vigencia del SIPCO. ¡Solo adelanta su vigencia!
El Ministro de Hacienda explicó en la Comisión de Minería y Energía los antecedentes generales del proyecto. Señaló que el SIPCO mantuvo un inciso antiguo del FEPCO, en virtud del cual cada parámetro debe contar con una vigencia mínima de cuatro semanas. Por lo tanto, no se podrá aplicar el sistema hasta el 24 de marzo si no se aprueba la presente iniciativa.
Las preguntas que no podemos dejar de hacer en esta Sala son las siguientes: ¿Por qué el Gobierno no se preocupó de tramitar el SIPCO como correspondía? ¿Por qué no se adelantó la fecha de publicación de la ley? ¿Por qué el Ejecutivo no le dio a dicho proyecto la urgencia necesaria a fin de que al comenzar este año el SIPCO se hallara plenamente vigente, en lugar de encontrarnos legislando a última hora y con poca claridad sobre lo que estamos votando?
La única respuesta a todo ello es la improvisación con que actúa el Gobierno.
Por eso le manifestamos al Ejecutivo la necesidad de mantener el impuesto específico a los combustibles en una proporción menor a la existente. Fundamos la solicitud en el hecho de que se trata de un gravamen que permite hacer frente a algunas externalidades negativas del combustible por el uso del transporte. Efectivamente, la necesidad de compensar la mayor contaminación acústica y del aire, la generada por congestión, así como las elevadas emisiones contaminantes de CO2 podrían justificar su presencia dentro de la carga tributaria.
No obstante, creemos que se debe contar con una legislación que responda de manera efectiva a las realidades internacionales altamente fluctuantes en los valores de los combustibles. La crisis política registrada en países productores ha provocado incertidumbre sobre sus efectos de corto y mediano plazos.
No es posible traspasar a los usuarios los efectos internacionales, y tampoco una alteración tan significativa que impida un esquema de racionalidad económica que permita construir un escenario de previsibilidad razonable.
Por lo mismo, lamentamos...
El señor GIRARDI (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señora Senadora.
Se le concederá un minuto adicional.
La señora RINCÓN.- Decía que lamentamos -y así lo sostuvimos durante la discusión del proyecto que derivó en la ley Nº 20.493- que esta legislación no tuviera la calidad suficiente como para resolver, mitigar o acompañar los efectos de las primeras crisis internacionales que mostró la economía mundial del petróleo.
Seguiremos junto a los chilenos en el esfuerzo de atenuar los costos. Todo ello, con responsabilidad y con un sentido más cercano a las necesidades de los pequeños y medianos usuarios, que dependen en grado relevante del uso de los combustibles para todas sus actividades cotidianas. Además, porque ello impacta en el precio del transporte y, consecuencialmente, en el de los insumos básicos, como leche, harina, pan.
Señor Presidente, durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet ya se produjo una reducción del impuesto específico a las gasolinas, de 4,5 a 3,5 unidades tributarias mensuales, lo que repercutió directamente en una rebaja de 36 pesos en el costo de la bencina.
Desde hace muchos años, especialmente cuando la Concertación era Gobierno, los parlamentarios de Derecha solicitaban a coro la eliminación completa del impuesto específico. Hay algunos -aquí tengo las intervenciones en sesión especial- que no pedían la supresión, sino...
El señor GIRARDI (Presidente).- Concluyó su tiempo, señora Senadora.
Se le concederán los últimos treinta segundos para que redondee su intervención.
La señora RINCÓN.- Muy bien. Resumo entonces.
Señor Presidente, tal como dije en la votación del proyecto que creó el SIPCO, pienso que la iniciativa que nos ocupa también llega tarde y mal. En aquella oportunidad me pronuncié en contra. No me equivoqué: hubo alza en los precios de los combustibles, con un costo para los más pobres y la clase media.
Hoy no votaré en contra, pues no quiero que se diga que obstruí al Gobierno. Tampoco quiero que luego aquí algún colega del oficialismo manifieste que soy "campeona en el ranking del No", más aún cuando hay que evitar nuevas alzas en los costos de los combustibles.
En consecuencia, como la presente iniciativa sigue siendo una no solución, en esta ocasión me abstendré.